Partida Rol por web

Han pasado dos noches desde que os conocisteis en el camino. Cansados tras un largo viaje y numerosas experiencias, recorréis el camino que conduce a la aldea de Fairhill, en busca de un buen fuego y una cama segura. Un lugar para limpiarse el barro de las botas.

El camino por el que viajáis asciende gradualmente a medidas que os alejáis de la ruta comercial y os aproximáis a las colinas que anteceden a las montañas Stoneheart. Son unas colinas cubiertas de hierba verde y flores primaverales, una visión que levanta vuestro espíritu. 

No deberíais tardar más de dos horas en llegar a la aldea.

Con un vigor renovado ante la vista de las colinas, y la perspectiva de llegar por fin a la aldea, Brand acelera el paso inconscientemente, ávido por dormir con un techo sobre su cabeza y unas paredes a su alrededor.

En silencio, sumido en sus meditaciones, Rizzen contempla admirado el esplendor de Lazhander en toda su extension. Aquella vision primaveral, inundad por la luz de su dios, provocan un estado de bienestar en el joven clerigo. Se siente en paz consigo mismo, sabedor de la presencia de su dios en aquel magnifico paisaje. A su alrededor su compañeros viajan junto a el...

Un gupo curioso este que se ha formado... no es que les pueda considerar mis amigos  piensa el joven sacedote observadando a sus compañeros, pero parecen buenas personas. Solo hace dos dias que los conozco, pero estoy seguro que si Lazhander los ha puesto en mi camino sera por algun misterioso designio de mi dios.

¡Dire! Una cosita... Chorradas, na más... ¿Por qué estoy en el camino entre Akanax a Cimbar (o viceversa)? ¿Mis motivos son personales (me los invento), viajo a Fairhill porque he oído que hay problemas (oportunidad de trabajo) o hemos sido contrados/solicitados por algún patrón (la sacerdotisa, el pueblo de Fairhill, un tercero...)? ¿Sé a lo que van mis compañeros de camino (los otros cuatro, porque Arue me imagino que no está? Y perdona si este tipo de cuestiones no encajan en la dinámica del rol por web. Aún tengo que adaptarme.

En tu caso ya los has descrito en tu historia, vas en busca de tu padre y de dinero para mantener a tu familia. Ahora vas a Fairhill porque es el pueblo más cercano a descansar del camino y puede que allí surja algún motivo que te proporcione dinero o datos del paradero de tu padre. Los demás tendrán sus inquietudes que las dirán o no, os conocéis tan sólo de dos días, no sois grandes amigos pero puede surgir una gran amistad. Arue de momento no está con vosotros, la encontraréis más adelante.

En cuanto sus nuevos e improvisados compañeros de viaje se cruzaron con Rashaniel, supieron inmediatamente que era el tipo de joven que no está acostumbrado al polvo y las inclemencias del camino. Un joven semielfo, con cabellos de un rubio ceniza y ojos azul zafiro, y con maneras torpes de alguien que no ha salido en su vida más allá de las murallas de la ciudad. Miraba aquí y allá con los ojos abiertos como platos, deteniéndose cada pocos metros ante una nueva novedad, que cobraba el aspecto de una flor de exóticos colores o una ardilla con un pelaje peculiar, obligándole después a trotar para alcanzar a sus compañeros.

Sus ropas le descubrían como un estudiante, o quizás un bibliotecario, ya que no llevaba armadura ninguna para el camino, ni siquiera una espada para defenderse de los salteadores. Sólo un bastón sencillo que utilizaba para avanzar, una pequeña daga al cinto que nunca había salido de la vaina y un pequeña bolsa al hombro era su equipaje. Un inocente muchacho que probablemente habría sido emboscado y desvalijado si no se hubiera encontrado con el grupo de aventureros.

Desde el primer momento se acercó a Brand, curioso por sus vestiduras y su equipaje, pero no llegó a hacerle pregunta alguna. De hecho, salvo su nombre, apenas ha dicho nada más. Quizás sea por hermetismo o, sencillamente, por pura timidez.

El grupo llevaba caminando ya sus buenas horas, y sus buenos días, pero al menos el tiempo acompañaba. Encabezaban la marcha el elfo llamado Brand, seguido de cerca por el otro, el joven callado. No muy detrás iban los demás: el clérigo, el paladín... Y destacando entre ellos por su corpulencia, Groland. De natural desconfiado, el guerrero no había entablado conversación con nadie durante el viaje, pero sus compañeros le habían causado buena impresión. Quizás eso había suavizado su agrio carácter en las pocas veces que había intercambiado algunas palabras con alguno de ellos. Como cualquier guerrero, no solía ir muy abstraído de su entorno, pero en compañía de esas personas se sentía confiado, y se había permitido sumirse en sus reflexiones.

"...y no tenían razón, que es lo más importante: ¡nadie había tocado su cerveza! Estúpido camorrista... Hablando de camorristas, la próxima vez que vea a Astrako tengo que invitarle a una buena ..."

El canto de un pájaro distrajo a Groland de su ensimismamiento. En frente y a lo lejos, unos picos nevados. "Las montañas Stoneheart", se dijo. A un lado del camino vio una enorme roca con un árbol retorcido surgiendo de sus grietas. "Ahí está. Si el dueño de la taberna no se equivocaba, ya queda poco".

Una silueta menuda pasó rauda por su campo de visión. "¿Eso ha sido una avutarda?"

El grupo era curioso, Entre ellos había un clérigo llamado Rizzen con el cual, seguramente, podría entablar interesantes conversaciones religiosas. Además de un enorme hombre diestro en las armas con el que seguramente podría entrenar con el el manejo de las armas. Y de paso aprender algo. Miraba el paisaje un tanto abstraido en sus pensamientos.

- Esto sin duda alguna me dará alguna posibilidad para mejorar como caballero. Tengo que estar atento y aprender lo máximo posible durante este viaje...

Mientras avanzaban , el clima era agradable y ayudó a mejorar los ánimos de todo el grupo, Greinh comenzó a hablar sobre temas mundanos con sus compañeros de viaje  y también sobre alguna que otra anecdota de su juventud, siempre intentando ser lo mas amable posible con ellos.

Sus pensamientos de pronto se quedaron cortados de repente....

Mientras recorréis el camino que conduce a Fairhill, vuestro instinto natural os obliga a recorrer las colinas con la mirada en busca de áreas que pudieran ocultar una emboscada. Y el instinto demuestra no estar equivocado. Divisáis tres humanoides con arcos, escondidos ligeramente detrás de la cima de una colina cercana. Están de espaldas al sol de la tarde, por lo que resulta difícil discernir su naturaleza exacta. Apenas tenéis tiempo de lanzar un grito de alarma y arrojaros al suelo mientras las primeras flechas caen sisenado sobre vosotros.

El corazón del joven muchacho se aceleró y empezó a temblar en cuanto escuchó el silbante sonido de una flecha pasar a pocos centímetros de su rostro, haciendo que sus rubios cabellos se mecieran. ¿Qué había sido eso? Quería darse la vuelta y observar, pero no hacía falta. Uno de sus compañeros dio la voz de alarma e inmediatamente comprobó cuál era el peligro. Enemigos. Salteadores, bandoleros, bandidos, cortabolsas... daba igual qué nombre recibieran porque todos querían lo mismo: su bolsa, e incluso su vida.

Rashaniel no estaba listo para aquello, aferrado con fuerza a su báculo de tal manera que los nudillos se le pusieron blancos, dio unos cuantos pasos hacia atrás buscando un lugar resguardado de todo aquello, aún sin dejar de mirar a los asaltantes. Su caminar le dejó detrás del gigantesco Groland, quizás buscando en él la protección que la naturaleza no le concedía.

Pese a ser completamente sorprendido por el ataque de los orcos, Brand reacciona con gran rapidez ante la emboscada y, sin moverse del sitio, se gira hacia el orco mas cercano mientras conjura uno proyectil mágico con el que destruir a sus enemigos.

Mientras tanto la mayoría de sus compañeros aun no han tenido tiempo de reaccionar excepto el semielfo, que había corrido a esconderse. Mas preocupación para el suponía la falta de reacción de su familiar, que seguía posado en su hombro inmóvil... y tan sorprendido como el, si los sentimientos que recibía a través de su vinculo fueran correctos. La próxima vez haré que vuele sobre nosotros, fuera del alcance de las flechas y en la posición ideal para observar nuestros alrededores- pensó Brand- Pero ahora mismo lo mejor es que se quede conmigo.

¡Enemigos! El disciplinado cerebro de Groland entra en modo de batalla y se pone a funcionar a toda velocidad.

Número de enemigos: 3. Especie: indeterminada, humanoides de tamaño medio. Tipo: arqueros. Posición relativa: elevada, sol a sus espaldas. Distancia aproximada: 20-30 pies. Obstáculos: conjunto reducido de árboles, peñasco menor. Comportamiento enemigo: primer ataque casi por sorpresa, desperdiciado. Comportamiento aliado: sorprendidos. Análisis aliados: dos luchadores, un sanador, un mágico de combate, uno indeterminado. Anotación extra: el semi-elfo se ha colocado a mi espalda. Resumen de amenazas: proyectiles, posición elevada, poca visibilidad, aliados al descubierto, escasa capacidad ofensiva aliada. Resumen de oportunidades: escasos, indefensos en un c/c, cercanía, torpes. Prospectiva: atención a posibles nuevos enemigos ocultos. Consideraciones: reducir distancia para neutralizar armas a distancia, cambiar orientación relativa. Protocolo recomendado: OFENSIVA RÁPIDA C/C VS ENEMIGO MÁS PRÓXIMO. Opcional: sarcasmo, fardar, intimidar.

-¡A resguardo, orejitas! -gritó Groland a su espalda-. ¡POR LA GLORIA DE TEMPUS!

Y sacando la maza del cinto se lanzó, presto a aplastar algunos cráneos, contra el enemigo más cercano.

Un proyectil de energía mágica surge del dedo de Brand e impacta de lleno en el orco que queda mal herido. Mientras tanto Groland golpea con un brutal mazazo al orco separado de los otros dos, su cuerpo se desploma rápidamente.