Partida Rol por web

Aire se levantó con el grito, pensando que otra pesadilla les asaltaba. Instintivamente, rodó a un lado, pero no sintió golpe alguno. Poco a poco, su mente se despejó y entendió lo que había pasado.

Fosco. Muerto.

No sabía lo que había pasado. Pero sabía que era lo mejor. Sin demorarse ni un segundo, se levantó con el resto del aquelarre y se adelantó más que los demás, aunque sin llegar hasta Flame. Sus ojos no podían dejar de mirar el cuerpo del mediano, que estaba tendido en el suelo, sangrando en abundancia. Alzó la mirada y contempló a Flame y su espadón.

Aire no se habría atrevido a hacer lo que acababa de hacer la mujer, ella no sería capaz de atacar de esa manera a nadie. Pero no la juzgaba, en absoluto. Ella tenía ganas de acabar con ese mal, quería que Fosco le ofreciera la mínima oportunidad para lanzarle un conjuro y callarle. Pero Flame se había adelantado. No entendía muy bien por qué ni qué había pasado. Pero lo había hecho.

Caballos de pezuñas ardientes golpeándola el bajo vientre una y otra vez. Látigazos de dolor que recorrían su convulso cuerpo mientras la iban pisoteando.

Eso estaba soñando la bruja de Hala. Pasa cuando se mezclan hechos traumáticos con un fuerte dolor premenstrual.

Los gritos la sacaron de aquella horrible pesadilla, aunque no del dolor. Se quedó en posición fetal esperando de nuevo los golpes hasta que entendió que no era eso lo que ocurría.

'Fosco muerto'?- le había parecido oir. Intentó recomponerse y miró a su alrededor para asegurarse que sus amigos siguiesen a su lado, pero ya habían salido. Parecía que había lío fuera. Jadewo gritaba a Flame.

Qué pasa?- dijo Leiath sacando la cabeza del carro.

Recorrió con la mirada a cada uno de los que tenía cercanos, buscando el foco de todo aquel follón. Y entonces lo vió. Su tez tomó un tono pálido instantáneo y se quedó paralizada, posiblemente intentando procesar lo que sus ojos veían.

La maga contuvo un grito de horror.Otra muerte. Pero al ver que era Fosco una mezcla de sentimientos se adueñó de su mente. Por un lado odiaba a Fosco, muchas veces había deseado muchas veces que el mediano muriera pero ahora que se cumplía se deseo se sentía bacía incluso se tía lastima por el mediano.

El mediano dormía plácidamente. En sus sueños llegaba a ver a su viejo amigo Nikeras y recordaban como se habían conocido. En su sueño, Fosco fumaba en la larga y vieja pipa de su abuelo. Reían y comían. Rufus corría y jugaba por el campo. El frío se adueño de todo, el viento se levantó y las nubes cubrieron el verde pasto. El agua del río comenzaba a desbordarse y el fango le atrapaba y no le dejaba huir. Su vientre revuelto le dolía. Cuando abrió los ojos vio a la infame rubia Flame sacando la espada de su vientre. Su mano iba a la zona del impacto. La sangre brotaba a raudales, parecía el fin. Un soldado gritaba y al ver la sangre Fosco reclinó la cabeza para encontrarse tumbado en el mismo campo de su infancia. Rufus apoyaba su cabeza en su vientre y le daba calor. Nikeras se acercaba a él nuevamente. -¡NO!- gritó abriendo los ojos. Estaba rodeado por el harén de Onfale, eso no era bueno... También estaban sus soldados. -T-Tra...T-t...- parecía que el mediano no iba poder articular palabra. La sangre salía de su boca dificultándole el habla, por suerte Fosco, había ido a las mejores escuelas de arte dramático, lingüística y oratoria. -¡TRAIDORA!- gritó señalando a Flame. No había dudas de su dedo acusador. -¡A-ASESINA... CO-COBARDE!- le dijo a chamán del dragón. Había asestado un golpe traicionero digno de la más baja estirpe de cobardes. ¿Quién podría ahora confiar en alguien tan traicionero, mentiroso y mezquino? ¿Quién estaría seguro en el campamento? Tangrem estaba viéndolo todo y así Fosco en su último aliento dijo -DILE A LADY Watcher lo que has visto...- terminó diciéndole para luego volcar los ojos hacia atrás, pero era Fosco no iba a morir así como así. -Di... di que tipo de gente a... a...- y ya había llegado su fin. -AAAAaaah... a contratado...- terminó diciendo. Parecía que si que si era su fin. -PUTA.- dijo en forma de tos a Flame. -ZO...RRRA.- ahora si que había pasado mejor vida. -guarra.- continuó diciendo. -aquerosa...- la incontinencia verbal de Fosco parecía no acabar. Su última palabra casi llegó sin aliento. -Rufus.- y así acabó la historia del gran Fosco. Como otros reyes había muerto traicionado por los que el rodeaban.

Leiath... Flame ha matado a Fosco-dijo, como si las últimas palabras del mediano no hubiesen sido lo suficientemente clarificadoras.

Allí donde Jadewo se quedó paralizado, el vigía que había dado la voz de alarma dió un paso al frente y golpeó a Flame con el garrote en su sien.

¡AAAAAH!

Inmediatamente, el aura de la espadachina emitió una pequeña explosión ácida hacia la cara de su agresor.

Grlgrlgrlgrl... quema... quema...-llegó a mascullar,
tumbado sobre los bultos del carro.

¡Maldita!

Tangrem dió un paso al frente, para encararse con Flame, pero el sentido común le decía que no podría contra la asesina de Fosco. Los otros dos peones se mantuvieron alejados, sin saber cómo reacionar. Si alguien podía pararla era el Aquelarre.

El cadáver de Fosco estaba tumbado boca arriba, con las manos desarmadas y el estoque en su funda. Presentaba un único corte en todo el vientre, lo que descartaba que el garrote contundente del vigía fuese el arma del crímen. No había duda, tenía que haber sido obra de Flame.

Aire y Onfale, por haberse acercado más, también se dieron cuenta de otra cosa. Echaron en falta una cuerda que saliese del carro número dos al carro número tres, paralelo al suelo. Al acercarse vieron el cabo trazar una pendiente hacia el suelo, cuyo extremo, una vez recogido, mostraba las hebras de la maroma deshilachadas y tiznadas de negro. La cuerda se había roto por obra de algún fuego. Literalmente, la caravana se había separado en dos, y las personas y animales de los tres últimos carros habían sido tragados por las Brumas.

-¡Espera, imbecil!- A punto estuvo de ensartar a Tangrem en su estoque por aquel acto impulsivo tan estúpido. Flame podría partirlo a la mitad.-  No queda claro lo que ha pasado aquí.- Señaló con el índice la cuerda deshilachada.- Tiene que haber sido él. ¿Fue fosco quien cortó la cuerda?- Dejó un tiempo por si Flame quisiera darles alguna explicación a lo ocurrido.-¡Rápido! Coged todas las cuerdas posibles y tratemos de encontrar los otros carros.- Tenían que esclarecer lo ocurrido pero cuanto más tardaran en ir a por el resto de los carros más difícil sería recuperarlos. Por mucho que Flame se hubiera pasado Onfale sabía, aunque fuera en el fondo de su corazón, que él hubiera hecho lo mismo si la cosa hubiera seguido así. Como no había tiempo que perder y, conservando la sangre fría que corría por sus venas de eunuco y ex-esclavo, Onfale se arrodilló junto a Fosco puso sus dedos en la aorta a la altura del cuello. Estaba muerto.- Podemos resucitarlo, Tangrem. Le dijo para tranquilizarlo. Esto no tiene por qué acabar aquí para él.-Por supuesto él no iba a poner un duro para ello pero Fosco seguro que tenía materiales valiosos entre sus pertenencias. Además, si Lovina quería resucitarlo él no iba a negarse. Al menos se libraban de él en las brumas.- Mantened la calma todos, por Hala.- Dicho esto continuó toqueteando el cuerpo aún caliente del mediano. 

Veamos si nos robó o no nos robó.

Flame limpió a Ayash con su ropa. La sangre del mediano lo había manchado por completo, así que tomó la ropa de Fosco para dejarlo reluciente. Después vio Tangrem aprovechaba para golpearle con su garrote. Flame sintió un duro golpe, pero no hizo nada. Simplemente se giró y lo miró directamente a los ojos. Era un impostor. Le dijo a Tangrem. Este mediano fingió todo el rato ser quien no era. Traté de explicároslo, pero iba a hacer todo lo posible por separarnos. Dijo negando con la cabeza y con gesto autoritario, confiaba en que el hombre no volvería a golpearla, confiaba en que no estaría tan loco como para enfrentarse a él, o acabaría con su vida tan rápido como había acabado con la de Fosco.

Luego miró a Onfale, le sorprendió lo poco que había tardado en rebuscar entre sus pertenencias. No le parecía muy ético saquear el cadáver en ese momento, aunque pensar en ética, cuando ella le había asesinado a sangre fría...

En cualquier caso miró hacia donde debía estar la otra caravana. Dudaba que colase que había sido Fosco, pues las cuerdas parecían quemadas, y tras el incendio, parecía una consecuencia obvia. Será mejor que hagamos todo lo posible por encontrar la otra caravana. Dijo mirando a Tangrem. Quizá con esa orden se olvidase de todo el mal que había hecho y generado Fosco. ¡No hay tiempo que perder!

- 'PUTA.ZO...RRRA.guarra.aquerosa...Rufus.'

Sin duda era el odioso mediano quien se había buscado tal destino. Pero Flame habría podido perder su alma haciendo aquel favor a la caravana.

Leiath consiguió reaccionar tras el choque inicial e hizo un amago de ir a socorrer al mediano aunque no llegó a tiempo, ya había exalado su último aliento junto a la ristra de insultos. Aun así la bruja se acercó para tomarle las constantes vitales por si aún se pudiese hacer algo. Cuando se cercioró de que no era posible se incorporó y se interpuso entre Flame y Tangrem.

Si quieres volver a atacarla tendrás antes que acabar conmigo - dijo con todo el aplomo la bruja de Hala

Leiath se sentía culpable. Ella sabía que Flame tramaba algo, sabía que la guerrera era más de solucionar las cosas con su espadón, y aún así no había hecho nada. Ahora el alma de su amiga peligraba y era todo responsabilidad de la bruja de Hala.

Siguió mirando fijamente a Tangrem, esperando que la desafiase.

- Ha cometido un delito y deberá pagar por ello. Pero no serás tú el que se cobre el precio. Es un miembro del Aquelarre de Hala y nos haremos cargo de ella.

Luego se volvió hacia Flame.

Dame a Ayash! - le ordenó la bruja.

Deseó que le hiciera caso. Era un situación muy complicada y si querían volver a encarrilar a la guerrera, ésta debería colaborar.

Porfavor - dijo en un tono más de súplica - dame a Ayash y entrégate.

- Quemad el cuerpo del mediano. No queremos que se levante como los caballos o como un Lich vengativo y nos mate a todos... rezaré a Hala que se apiade de él.

La maga no sabía a quien hacer caso, pero la opción de que Fosco fuera un impostor no le pareció nada descabellada. Puede que Flame diga la verdad, puede que sea un impostor. Dijo mientras se acercaba al cadáver para comprobar su identidad.

No podía recriminar nada a Flame. De hecho, hasta se lo tendría que agradecer. Había librado a la caravana de muertes innecesarias y malestar general. Sí, se habría cobrado una vida. Pero era un mal necesario. No todas las personas estaban hechas de la misma pasta, pero todas formaban un patrón único en el destino. Si éste había querido que todos se encontraran y que Flame acabara con la vida de ese engorroso mediano, bienvenido era.

El ataque de Tangrem fue estúpido e innecesario. La reacción de Leiath fue, en parte, previsible.

Yo quiero escuchar la explicación de Flame dijo tras la falta de respuesta de la mujer al golpe. Obviamente, si ella hubiese querido, y de un espadazo, le hubiera partido por la mitad. Pero se contuvo muy sabiamente.

Leiath, no es bueno que le quites a Ayash. Si nos atacan, corremos un gran peligro. Es como si te quitasen tu voz para rezar a Hala. Lo primero es lo primero. Encarguémonos de buscar la caravana, ya habrá tiempo de explicaciones. La idea de quemar el cuerpo del mediano le resultaba mucho más atractiva que la de resucitarlo. Desde luego, no quería volver a verlo incordiando.

Se acercó al vigía que había dado la voz de alarma con el asesinato de Fosco.

¿Has visto que ha pasado? ¿Cómo han acabado las cuerdas así?

Flame agradeció que Leiath saliera a defenderla, pero no le gustó en absoluto nada de lo que le dijo. ¿Perdona? Le preguntó sorprendida. ¿Acaso crees que serviría de algo quitarme a Ayash? Tengo a sus gemelos y soy capaz de lanzar ácido por la boca como mis adorados dragones. Yo también soy seguidora de Hala, y dudo que ella considere que esto ha sido un delito. He acabado con el mal que residía en Fosco, Fosco era malvado, lo ha dejado altamente claro, especialmente con sus últimas palabras hacia mi. 

No creo que proteger a los compañeros, y a la caravana en general sea un delito. Pero si te quedas más tranquila entregándote a Ayash lo haré, pero sigo sin saber de qué servirá esto. Dijo negando con la cabeza. Luego miró a Onfale, este mediano no es Fosco, lo mejor será como dice Leiath, incinerarlo vivo y evitar que resucite con las brumas.

De los tres "Ayash", solo dos estaban enfundados. Era como si Flame no hubiese comprendido nada en todo este tiempo de las enseñanzas de Hala. Hala no persigue a los malvados. No era una diosa que llamase a la guerra santa ni que buscase campeones contra el Mal. Era una diosa bondadosa que pedía a sus fieles que creasen hospicios para atender a heridos y enfermos. Hospicios en los que se atendía a todo el mundo, fuese bueno o malo.

Flame sintió que el peso de su espada se balanceaba ligeramente hacia delante, como si pesase más, o como si ella fuese un poco menos fuerte. Tal vez la parábola más acertada era que el cinturón de Hala, que Flame vestía a modo de gola en el cuello, le estaba retirando y devolviendo sus favores de modo intermitente.

Alice fue la enésima persona que examinó el cuerpo. No encontró nada raro, ni vislumbró ningún detalle que le permitiese concluír que no estaba ante el verdadero Fosco.

Antes de decidir por vuestra cuenta si quemáis el cadáver de Fosco, o lo guardáis junto al de Tosh, recordad que aún hay un nyzh ahí fuera. La cuerda no ha sido cortada. Ha sido quemada. Y nunca sabremos si lo hizo Fosco, Flame o si fue solo un fuego mal apagado causado por los cascos de los caballos que nos atacaron.

Tangrem cogió una de las cuerdas del carro y palmeó el hombro del peón que se dolía aún de las quemaduras por ácido. Pidió a Aire un respiro para el vigía, teniendo en cuenta las heridas que Flame le había causado.

Es un buen hombre. Confío en él. Pero si estaba sentado en el pescante del carro durante la vigilancia, solo podía ver hacia delante y a los lados. Yo lo que quiero saber es porqué el vigía del otro carro no se dió cuenta de que la cuerda se había roto. Así que pienso ser yo el que vaya a buscarles.

Tangrem se colocó una cuerda alrededor de la cintura y la ató a uno de los salientes del carro, adentrándose en las Brumas. Pronto su silueta se difuminó entre el vapor blanco.

Mientras, Onfale descubrió para su vergüenza que a pesar de todas las falsas acusaciones hacia Fosco, el mediano era inocente y no les había robado nada a nadie. En el interior de la mochila de Fosco, Onfale solo encontro ropa, un juego de herramientas de ladrón, un saco, un pedernal, noventa y cuatro piezas de oro y cuatro piezas de plata. El dedo de Onfale se pinchó accidentalmente con una aguja de costura, como si Fosco le estuviese gastando una broma desde el más allá. Enganchado a la mochila, Fosco llevaba su odre y su petate. No era ninguna fortuna. Sin embargo, las posesiones valiosas de Fosco eran de índole bélico: su armadura de cuero tachonado, su escudo, su arco, su estoque... todo de buena calidad, debería bastar para pagar a un sacerdote su resurrección. También llevaba unas cuantas flechas y unas cuantas dagas arrojadizas más comunes.

El perfumista trabajaba sobre el cuerpo inerte de Fosco como un cazador sobre una pieza recién abatida. Separaba la ropa como si estuviese despellejando a un conejo.-¡Ay!- Por instinto se llevó la el dedo pinchado por la aguja de costura a la boca y luego escupió la sangre.

Maldito pequeño demonio.- Escrupulosamente fue depositando las pertenencias de Fosco a su vera clasificándolas de un simple vistazo como "basura" o "valioso".

- Nos vendrá bien para inscribir pergaminos.- Dijo lanzando a Leiath una bolsita de cuero con las monedas del pequeño desafortunado mediano. Continuó con su tarea de clasificación  con la vista puesta en dos cosas en particular.  La primera era la medalla que el mediano había usado para protegerse de las batallas y, la segunda, la gema que llevaba en su arma con la que había tratado de comerciar con los fuegos fatuos. Onfale podía parecer un desalmado sin escrúpulos pero, metidos de lleno en aquellas brumas y sin guía, cualquier ayuda podía ser la indiferencia entre sobrevivir o sucumbir en la niebla.

Onfale sólo levantaba la concienzuda tarea que estaba llevando a cabo cuando sus compañeros hablaban.

- No tenemos que decidir ahora eso si va a ser problemático. Metámoslo en el saco junto con Tosh o en el mío y podremos enterrarlo o incinerarlo cuando salgamos de aquí.

Al menos Tangrem hacía algo bien y se ofrecía voluntario para ir a buscar el resto de la caravana. Asintió ante aquel gesto de valentía por parte de aquel que había dejado que Gloria se fuese sola.

- Revisaré las cuerdas. Deberíamos probar en varias direcciones. Por la nota que nos llegó de Gloria diría que la caravana podría estar en otra dirección. ¿Algún voluntario más? ¿Flame?¿Jadewo?- Siendo cuatro podrían ir en todas las direcciones. No estaba obligando a nadie a hacerlo y, mientras mentaba a sus compañeros él ya se estaba poniendo una cuerda alrededor de su estrecha cintura de eunuco.

Jadewo finalmente reacción acercándose para cerciorarse de lo ocurrido. La situación era caótica y desagradable en extremo, no le gustaba las connotaciones que podían derivarse de lo que parecía un asesinato a sangre fría. Por suerte, había otras cosas que clamaban su atención, como la ubicación del resto de la caravana, ¿dónde estaban esas otras gentes?

-Ahora tenemos que saber qué ha pasado con el resto de la caravana, pero luego tendremos que hablar sobre lo ocurrido.-Dijo mirando a Flame, Leiath y el resto de los presentes.

El joven se acercó para examinar por si mismo el extremo de la cuerda buscando información, a que distancia del carro había sido quemada, si olía a restos de humo, siendo realmente quemada y finalmente usar sus aptitudes arcanas para detectar algún trazo de aura mágica, para intentar descubrir si la quemadura había sido de origen mágico o no. Finalmente se cercioró de no perder de vista a Tangrem cuando este se internó en las lechosas brumas.

-Yo también exploraré atado por los alrededores.- Dijo mientras se ataba la cintura de la coraza.- Con que atemos la cuerda al otro extremo del carro y demos un barrido en la zona, deberíamos poder tener controlado el perimetro de 50' a la redonda de la carreta.

Leiath recogió al Ayash ensangrentado de las manos de la guerrera. Sabía que tenía más armas, pero era más el simbolismo que otra cosa. Un símbolo de que aceptaba las consecuencias de lo que había hecho, un símbolo que probaba a Hala que podría redimirse y que no lo había hecho por sed de sangre.

Gracias- le dijo a Flame poniéndola una mano el hombro, consciente de lo que le había costado desprenderse del arma. 

Ahora se les tenía que ocurrir una forma para que pudiese expiar su culpa.

Todos parecían más preocupados por los carros perdidos que por el alma de Flame. Todos menos ella, pues su deber era para con el Aquelarre por encima de casi cualquier cosa.

Aquel viaje se había tornado en una pesadilla y no había pasado más que un día. Cómo se les había ocurrido meterse en las brumas con gente que no conocían? Qué ingenues eran. Había sido Gloria la que les habría vendido, como algunos en el pueblo habían insinuado? Leiath había confiado en Lovinia y en Madame Eva, habrían sido ellas igualmente seducidas por un plan que no llevaba a ninguna parte?

Pensar tanto y dormir tan poco le levantó dolor de cabeza. Se quedó al lado de Flame mientras algunos se ponían a buscar los carros perdidos. No solo tendría que tener una charla con la lagartona, sino que no quería alejarse mucho por si tuviese que devolverle rápidamente el arma ante cualquier amenaza salida de la niebla.

Su ojos recorrieron el cuerpo del mediano, despojado ahora de sus valiosas pertenecias. Sentia pena, pero sobre todo desprecio.

- Si no quereis quemar el cadáver ahora mismo, pese a que sería lo mejor, guardadlo antes que algún espíritu decida usarlo como marioneta. Onfale, tú quizás podrías meterlo en tu bolsa mágica?

Aire esperaba respuesta del vigía, pero las obtuvo de Tangrem. La muchacha no le estaba acusando de nada, sólo quería saber más detalles para poder deducir si habían sido los caballos, los fuegos fatuos o el propio Fosco. Pero aceptó la respuesta del hombre como suficiente, y se dio la vuelta.

Metamos al mediano en el saco. No debemos tentar a la suerte y atraer más fuegos fatuos por la aparición de una hoguera en medio de la nada. Esperemos a que sea más seguro y a llegar a un lugar adecuado.

Jadewo se fijó en que la cuerda se había partido a un tercio de distancia del carro de herramientas y dos tercios de distancia del tercer carro. Desde otro punto de vista, la cuerda se había partido a media distancia entre el carro de herramientas y los dos peones que se supone que descansaban en el suelo entre esos dos carros. No olió humo en la cuerda, pero no sabía si era porque el fuego se había extinguido hacía más de media hora o porque el fuego había prendido rápidamente sin tiempo de provocar humo.

El espadachín faerunio se concentró para buscar trazas de magia. Había residuos mágicos en la zona quemada. Sabía que el fuego de los cascos de las pesadillas eran de naturaleza sobrenatural, y que darían positivo en un análisis de detectar magia. Alice, Leiath, Onfale y Aire también tenían conjuros de fuego. Incluso las flechas de Fosco producían extraños fogonazos.

De modo no intencional, detectó también el resto de magia presente en el grupo, incluído en el cadáver de Fosco. Muchos objetos, tantos que dispersaban su atención. Se centró entonces en Fosco. El mediano llevaba solamente tres objetos que refulgían magia: la medalla de su pecho, su armadura y un cristal ornamental de su arco. Finalmente, esas auras mágicas desaparecieron cuando Onfale guardó el cuerpo del mediano en su bolsa de contención.

Después, Onfale, Jadewo, Tangrem y uno de los peones se ataron las cuerdas y exploraron el perímetro en cincuenta pies a la redonda. Lo primero de lo que se dieron cuenta era que los alrededores eran de tierra firme. Las aguas pantanosas ya no flanqueaban ningún camino, todo era explanada a su alrededor. No dieron con el resto de la expedición. Literlamente habían desaparecido. O más bien, teniendo en cuenta la prueba de la tierra firme, eran ellos los que se habían alejado.

Finalmente, cuando estaban a punto de darse por vencidos, Jadewo y Tangrem divisaron una luz ténue de grandes proporciones entre la densidad de la niebla, a unos veinte pies por delante de ellos, y a la que no se podrían acercar más de lo que permitía la cuerda si no acercaban más los carros en aquella dirección. Tangrem volvió rápidamente a la caravana para contar su hallazgo.

¡Eeeeeh! ¡No os váis a creer lo que hemos visto! ¡Una luz amarillenta! Una luz estática y enorme, en esa dirección.

Cuando Onfale le ofreció la parte del dinero que llevaba el mediano, ella lo rechazó.

No, no gracias. No quiero llevar nada que perteneciese a esa... -titubeó pues sabía que no estaba bién hablar mal de los muertos, pero al fín su odio pudo más- sabandija.

Las noticias vinieron rápido. Los exploradores habían visto una fuerte iluminación. Sería una ciudad o un nido de fuegos fatuos?

Miró el espadón ensangrentado que aún tenía en las manos, y a su portadora, y decidió devolverselo en caso de que se pusieran las cosas feas. El gesto de entregarse ya lo había hecho, así que todo iba bién.

Ten Flame- dijo ofreciéndole a Ayash de nuevo- por si tenemos que luchar. Pero prométeme una cosa: nunca volverás a hacer nada por el estilo. Aunque creas que es la única solución, siempre hay otro camino.

Prometemelo!- le urgió.

Tras su estudio de la cuerda, tanto natural como mágico, el joven compartió sus observaciones con el resto. No quedaba claro, las opciones eran varias, pero en cualquier caso, no atestiguaban una antorcha o vela como herramienta para quemar la cuerda. También destacó los objetos que despedían magia de entre el equipo del mediano. Luego ya si, dio un vistazó por la zona con la cuerda atada. A su regreso, informó del mismo hallazgo de Tangrem.

-Onfale, tu que te manejas bien con las cuerdas, une un par de ellas para que pueda ir a dar un vistazo más cercano a esa fuente de luz. cuando conozca más acerca de esa regresaré para informaros y tomar una decisión.

Onfale regresó a la par que el vigía sin haber descubierto nada en su inspección en las brumas alrededor de los carros. La única buena noticia es que la zona no era pantanosa. Mientras esperaba noticias de los otros dos se entretuvo en recuperar los objetos mágicos que portaba el mediano y a recoger la bolsa con dinero que Leiath rechazaba. El mago se abstuvo de dar una lección de supervivencia a Leiath por el respeto que le profesaba pero le dieron ganas. Para salir de las brumas tenían que usar todo lo que estuviera en su mano. Sopesó el estoque de Fosco que, en su mano, no era más que una daga de buena factura. Quizá pudiera serle útil en alguna ocasión.

- ¿Tampoco vas a aceptar esto?- Mostró la medalla de Fosco a Leiath y en su tono de voz podía apreciarse un ligero tono de hartazgo. El cansancio empezaba a hacer mella en él. A nadie mejor que a ella le vendría esa protección extra que le otorgaría la medalla. Por otro lado el cristal que adornaba el arco de Fosco sería mejor para alguien que entrara en combate cuerpo a cuerpo.

El regreso de Tangrem y Jadewo volvió a centrar el tema no en el saqueo de un cuerpo sino en lo importante, encontrar el resto de la caravana.

- Hay que ir a ver.- ¿Tendrían suerte esta vez o volverían a encontrarse con un enemigo?Jadewo volvía a presentarse voluntario para acercarse un poco más a la fuente de luz. Onfale dudó un momento, lamentándose de no haber memorizado uno de sus conjuros estrellas que le permitiría estar en contacto con el Caballero.- No podemos dejarte ir solo. Yo iré también. - De las cuatro cuerdas que habían usado antes para asegurar el perímetro del carro Onfale ató dos para hacerlas más largas, tomándose su tiempo para que el nudo estuviese bien hecho.- ¿Listo?