Partida Rol por web

La cantina de Elysium, uno de los escasisimos lugares de la base adornado con un estilo muy clásico, donde la tecnología sigue presente, pero adornada al estilo de hace mas de 100 años. El lugar es bastante grande y está bien atendido, con musica de ambiente tan clásica como el lugar.

Hay sitio de sobra para sentarse e incluso pasar una bonita belada, dado que la cantina es el único lugar de ocio de Elysium (y posiblemente el unico que queda en el mundo) los detalles estan muy bien cuidados y el presupuesto para mantenerla en perfecto estado es bastante alto. Para muchos este hecho es casi ofensivo dada la necesidad de fabricar armamento y otros servicios que consideran mas importantes. Pero hace mucho tiempo que se vió que un lugar asi era tan necesarió como la propia fabrica de armas, pues ayudaba en gran medida a mantener la moral de los pocos que quedan alta, que siempre tangan un lugar donde ir a divertirse y beber despues de una misión.

Normalmente la cantina es el punto de encuentro fuera de servicio, donde ver hablando a un templario con un cabalista no sea algo tan raro. Donde todos ahogan los recuerdos sangrientos con alcohol de calidad.

Anexo a la cantina hay un salon de conciertos  con multitud de mesas para disfrutar de una agradable cena mientras algun talento de la base canta, o hace gala de sus habilidades artisticas, al fin y al cabo esa era algo tambien muy digno de conservar.

Despues de los entrenamientos la cantina estaba siempre bastante animada, conozco a la mayoría de los que estan aqui bastante bien y afortunadamente para ellos tambien me conocen a mi. Nada mas entrar saludo al barman, Charlie, un chico majo.

-¡Hola Charlie! mira mira, traigo a los nuevos... ¡marcate una ronda!

Aun seguía bien aferrada con mi brazo izquierdo a mi amada Balakia cuando le paso mi targeta a Charlie, donde el amo me ingresa creditos cada vez que me porto bien, y donde me pagan cada vez que hago trabajos extra, no había cosa que me hiciera sentir mas aceptada.

Sigo "guiando" a Balakia y al soldado grandote hasta una mesa, y por supuesto me siento al lado de mi evocadora favorita, bien pegada, con sus muslos al alcance de mis manos, asi como sus pechos.

-Sabeis, esta noche hay un concierto, y el amo me dijo que si me portaba bien me compraría un pase. Aunque si tu no vas al concierto "Balakita", yo me quedo contigo, por supuesto.

Por cierto si teneis alguna duda respecto a la base quizá yo pueda ayudaros, me sé todas las secciones de memoria, el amo siempre me deja pasear por aqui, aunque el unico sitio donde nunca he estado es en la catedral templaria, esos tipos nunca me djan entrar... jooo, me encantaría ver aquello.

Digo con cierto aire de tristeza, luego aparece Charlie con la bebida y bebo con emoción.

Ryan siguió el camino hacia la cantina con cara de pocos amigos. Le disgustaba la súcubo... al menos cuando no miraba sus curvas. Pero el caso es que semejante compañía se le hacía pesada y molesta, alguien que pudiera enajenarle de aquél modo y que hubiera jugado con él de ese modo no le parecía buena compañía, y menos tras la advertencia de Balakia.

La única razón por la que no se había marchado a ocupar su tiempo en algo productivo (Por ejemplo a los ordenadores) era Balakia, y porque al igual que no querría quedarse solo con esa cosa, tampoco lo quería para Balakia. No hubiera sido de buen compañero.

Así que un poco enfurruñado llegó a la cantina, pero su rostro se relajó un poco al ver el ambiente. Hacía cuatro o cinco años que no veía un lugar como ese para relajarse.
Caramba.... éste si es un buen sitio

Suspiró sonriendo, y saludó al tal Charlie con la mano y un gesto de la cabeza.
¡Buenas...!

Mmm... mil trescientos sesenta y cuatro... durante tres años. Aquí debe conocerse todo el mundo.

La súcubo les habia invitado, y todo el mundo parecía caerle bien la demonesa, así que una vez sentado, se forzó con poca dificultad a tratar de ser amable, y mientras hablaba, la escuchó.

Ha sido una broma de mal gusto... pero mmm... no parece tan "mala". ¿Qué digo? ¿Es un demonio, no? Ni siquiera Daedalus es "bueno", simplemente está aburrido de humanos y los ignora. ¿Qué mueve a esta? Quizá simplemente estar atada a su amo y "rodeada" de humanos sea lo que la hace ser "amable", y juega a este coqueteo o algo así...
¿O es posible que realmente no quiera mal a los humanos? Ni idea...

Había invitado a Balakia al concierto, pero no ir no iba a salvarla de su compañía, sin embargo Yehudir cometió el "error" de señalar a la evocadora dónde podría librarse de su compañía un rato.
Aquello le hizo sonreír ampliamente.

Ésta se nos hace Templaria... con tal de librarse.

También se ofreció a echarles una mano en lo que necesitasen, pero en ese momento a Ryan solo se le ocurrían preguntas demasiado relativas al trabajo, algo poco apropiado para el momento. Por el momento, se contentó con quedarse al lado de Balakia, mirando a las dos y esperando la evasiva que quisiera dar la evocadora para él poder apoyarla.
Echó un trago de su vaso... y le costó quitar los ojos tanto de una como de otra... las dos estaban muuuy buenas, y no era de piedra.

Gracias, Yehudit. Si me acuerdo de algo, te pregunto...

  Atravesado el umbral lo que parecía que iba a ser más sencillo se hizo terriblemente incómodo, era una forma extraña de sentirse, desde....hacía años no se sentía así. No era tan evidente como la vergüenza, no era temor, no era timidez...o...no almenos por completo, ¿Qué demonios es esto...?

  Adirael siempre gustaba de llevar consigo su sonrisa, miró a ambos lados dando un pequeño traspiés que disimuló llevando la diestra a la cabeza. Sus dedos se introdujeron entre su cabello y apretó con cierta fuerza, como si se obligase a pensar con el cerebro...

 Sin darse cuenta alzó la vista, y aunque no perdía detalle de su alrededor se centró en las caras conocidas. Se encogió de hombros, debatiendo consimo mismo en silencio sepulcral, tratando de convencerse.

 Acabó mirando al suelo mientras seguía sujetandose la cabeza con la diestra, la siniestra caía por su porpio peso junto al brazo, su torso estaba ligeramente inclinado hacia adelante...

  Pff...

 ¿Entonces quién es la primera? ¿Está muerta? ...El vaticano...

 Negó, alzó las cejas y emprendió el camino hacia Balakia y Ryan, cuando estuvo suficientemente cerca, alzó la mano para saludar con timidez disimulada, siempre sonriendoles y mirandoles, escrutando dentro de sus almas...o quizás sólo de sus cabezas, eso incluía a la súcubo, aunque no mostró particular interés en ella, ya no era un rompecabezas...

 - Hola compañeros. ¿Qué tal?

No parecía tener la intención de sentarse a su lado. Dirigió una mirada discreta hacia Nathalya.

 ¿habré llegado demasiado pronto?

Balakia mantenía un codo sobre la mesa y la barbilla apoyada resignadamente en dicha palma (más que nada porque el otro brazo estaba totalmente acaparado por Yehudit). Cuando el barman fue presentado se limitó a hacer un vago saludo con la mano antes de apoyarla otra vez.

—Buenas, Charlie, ya nos presentarás a tus ángeles...

Lo había dicho medio murmurando las palabras, como una especie de comentario sardónico para si misma así que el hombre no llegó a oírla.

"Voy a tener que comprar unos cuantos candados para la puerta del apartamento... "

Escuchó la charla de Yehudit aunque hubo una cosa que le llamó la atención. ¿Había hasta una catedral allía dentro?

—Sí, no me extraña que no te dejen pasar. Los Templarios son muy... —hizo una extraña pausa—... muy Templarios. 

En ese momento escuchó una voz familiar, era la de Adirael, y efectivamente asi lo pudo comprobar cuando miró y vió al muchacho acercarse.

—De fábula... —respondió con una sonrisa algo forzada que por algún motivo (y por el hecho de que la súcubo no le soltara el brazo ni a la de tres) parecía indicar justo lo contrario de lo que decía—siéntate, no te cortes.

Señaló la silla despreocupadamente y enseguida volvió a apoyar la barbilla sobre la mano. Estuvo a punto de resoplar pero por suerte ya le traían algo de beber en ese momento así que su mano libre buscó el vaso y tras darle un sorbo se acordó de algo al mirar a Ryan.

—Ey, grandullón—dijo justo después de coger aire tras tragar y señalándole con el índice de la mano con la que aúnsujetaba el vaso—tenía pensado echarle un ojo a eso de los... rangos militares y demás gaitas que dijo la Brightman. Pero creo que voy a necesitar que me traduzcas "a  mi idioma" algunos de esos términos, oiros hablar de armamento es como escuchar a un chino hablar con un aárabe, no quiero ni pensar lo que debe de ser leer sobre rangos.

Rió entre dientes y tomó otro sorbo.

Bueno, no era muy devoto de ir a estos lugares, prefería reflexionar sobre las cosas, o entrenarme mientras los demás descansaban, ahora lo que menos necesitaba el ser humano, eran estos lugares... o quizás era lo que mas necesitaba, estos lugares de ocio en los que desconectar de la realidad. No portaba armadura alguna, estaba custodiada por los templarios, en mi habitación, este no era lugar para andar con tan pesado, además, en este lugar no me sería de utilidad alguna, no esperaba tener un combate aquí dentro.

 Hoy era la cena con aquel muchacho, era una pequeña caja de sorpresas, esperaba aprender algo, ya que aun siendo tan joven parecía alguien bastante inteligente. Sería agradable evadirse durante algun tiempo de todo lo relacionado con los demonios, hasta los templarios necesitamos descansar de vez en cuendo, no somo tan inagotables como pueda parecer. Veo una multitud de gente, no conocía a nadie de los allí presentes. Ah!, si que conocía a alguien, alli estaba Adirael, había llegado antes de tiempo, parecía alguien con compromiso. Me acerque a ellos, con bastante respeto.

 -"Buenas noches caballegos y señogitas."- Mis palabras no suenan tan puras como las de ellos, aun no había perfeccionado mi inglés, aun se podían notar en mis palabras las raices de las que provenía. Hago una pequeña reverencia a los allí presentes -"Buenas noches señogito Adigael."- Miré hacia él y mis labios dejaron entrever una pequeña sonrisa. Ya no recordaba desde cuando no había sido capaz de sonreir, no había sido facil llegar hasta los Estados Unidos, y menos aun el periodo de instrucción que me había echo pasar, pero pronto tendría mi recompensa, pronto sería un intrumento de paz, o al menos eso era lo que pretendía.

Ryan saludó con una sonrisa y con la mano a Adirael, ofreciéndole asiento.
¡Hey!, Ven, siéntate hombre.
También le ofrecería un trago de su copa. Adirael era joven y las había pasado canutas hasta ayer mismo, le recordaba en mucho a su hijo.

Después de comentar con Yehudit, Balakia le pidió de acompañarla para echar una ojeada al tema de los rangos y todo lo demás.
Jeje, perfecto, yo también queria echarles un ojo, a eso y a las descripciones y datos que tengamos sobre los demonios. Y si sé algo que no esté puesto, intentaré que lo añadan.
Tranquila, no es tan difícil. Si aprendiste a pegar rayos por las manos en plan superhéroe, podrás con eso, JAJAJAJAJA!

Y por último se presentó un templario. Bueno, de hecho no se presentó, pero saltaba a la vista que lo era. Alto y con aspecto fornido, formal...
Buenos días compañero, soy Ryan McAllister. Saludó con la mano en la frente, pero muy en plan informal, y sonrió. Le ofrecería asiento, pero dudaba que quisiera sentarse con una demonesa. Ya se lo ofrecería Adirael, que parecía conocerle.
¿Cómo va eso?

 Adirael alzó las manos delante suyo, muy juntas, mostrando las palmas de las mismas a Ryan aunque la acción bien era extensible también a las dos féminas, entendiendo por féminas a la mujer que había aparecido con aquel portentoso mandoble y a una súcubo con dudosas intenciones para con los miembros de la base. Negó con ella y contrajo la nariz en una sonrisa amplia, como si todo aquello le hubiese pillado de improviso, posiblemente no estuviese acostumbrado a tanta amabilidad y empezaba a estar acostumbrado a otro tipo de trato, otro tipo aunque no por ello menos humano.

  - No os molesteis, no os molesteis.

 Sus palabras obviaron que no hiciese ningún gesto corporal por tratar de sentarse, miró a Auguste, a su izquierda, tenía que entornar los ojos hacia arriba para observar su rostro con algo más de detalle, era un hombre alto y robusto. aún no se había dado cuenta de que seguía con las manos en alza.

 - Er....- el sonido era idéntico a la de los ordenadores más antiguos, de esos que podían tener en el desván o en el garaje de años pasados y nadie sabía donde tirar, parecía que Adirael estuviese también completando un buffering de datos, incluso entornó los ojos mientras sus párpados se cerraban y al no dejar de sonreir su rostro resulto un tanto...cómico.

 - ¡ah, que tonto soy! - Dijo tratando de resarcirse, luego uso las manos para algo más que negar nerviosamente, señalando al templario con cortesía - ¡Este es Auguste! - Aprovechó el momento para saludarle a él también, no encontraba raro su acento, ¿Por qué tendría que encontrarlo raro? - ¡Buenas noches!

 Le dejaría decir algo, pero la verdad es que tenía hambre...ayudar al doctor, y no llevar unos buenos horarios en la comida ya que dedicar tiempo a eso quitaba tiempo de descubrir cosas nuevas y su estómago hizo los honores...no sería del todo inaudible...

 - Vaya, creo que será mejor que vaya a la barra a pedir algo y luego cenemos... - Se lamentó borrando la sonrisa y acariciandose el estómago...

 - Me encantaría quedarme a charlar, pero creo que será mejor que le pongamos remedio pronto a esto. ¡Ja,jaja!

 adirael estalló en una carcajada y se colocó al lado de Ryan dedicandole un par de palmadas en el hombro, sonriendo miró a Auguste y le hizo una señal con dirección a la barra.

  Hum...quizás debería invitarle a una copa...

 - Nos vemos luego. O mañana.

 Dijo con ánimo sincero de que ocurriese tal cosa. Y se dispuso a dejarlos tranquilos.

Tuerzo el morro y desvío la mirada haci otro lado cuando el psiquico entra en escena, mis brazos sueltan a Balakia (almenos durante unos segundos) para cruzarse haciendo evidente mi incomodidad.

-Si será mejor que vayas a cenar, nosotros lo pasaremos muy bien aunque no estemos en el concierto...

Digo con un gesto orgulloso, sin embargo, pronto caigo rapidamente en que habían mencionado algo que yo me sabía (el amo me hizo estudiarlo dia y noche con la amenza de no volver a darme nada de la sección de repostería, fue sin duda una crueldad).

-¡Yo me sé los rangos militares! ¡Yo me los sé! son...

Gesticulaba animadamente y contaba lo que decia con los dedos. Iba de menor a mayor.

-Tropa: Soldado, cabo, cabo mayor...

-Suboficiales: Sargento, Brigada, subteniente...

-Oficiales: Teniente, Capitan, Comandante, Coronel...

-Oficiales generales: Ehm.... está el general Eric pero.... pero creo que no había mas rango ahí...¿o si? bueno es igual el general es el que mas manda.

Sentencié satisfecha y orgullosa de mis amplios conocimientos acerca de las complicadas organizaciones del ejercito de los humanos. Luego vuelvo a pegarme a Balakia, mis labios van directos a su cara.

-Mmmmm.... me merezco un beso por estudiar tan duro ¿verdad que si? ¡mmmmmmm!...

Acerco mis labios carnosos y suculentos a los suyos con la esperanza de recibir mi merecido premio.

Mire a cada uno de los presentes, y les hice un breves pero cortes saludo, no conocía a ninguno, bueno al joven Adirael si, pero por lo visto, ya se había adelantado y me había indicado que fueramso a la barra del bar.

 -"Ha sido un placeg caballegos y señogitas, espego volveg a vegnos."-

 No era del tipo de personas a las que les gustara mucho estos sitios, y menos el estar rodeado de mucha gente. Prefería estar solo, o con alguien mas. "Mas vale estar solo que mal acompañado." Era una frase que me enseñaron en el monasterio en el que me crie, pero no con ello, quería califiar, y prejuzgar a aquellas dos damas, aunque una de ellas era algo extraña, no era normal, y tampoco quería juzgar a aquel fornido hombre, simplemente, prefería la soledad, no era nada personal.

 -"Así que esto es un bar, siempre me dijeron que escapara de estos lugares, que aquí el pecado se encontraba por doquier, pero realmente no es tan pecaminoso como lo describian aquellos monjes. Parecía un buen sitio para descansar de una larga jornada de instruccion y estudio en este lugar."-

 Me acerqué a la barra y esperé allí al joven. Pronto comenzaría la cena, esperaba disfrutar de las pocas horas que me quedaban en este lugar tan reconfortante, mañana parecía que todo iba a empezar, y ya no sabríamos cuando volveríamos a descansar.

—Creo que yo podría ayudar... un poco con esos datos sobre demonios que bsucas.

La muchacha de cabello azabache esbozó una sonrisa sesgada de medio lado cuando Ryan siguió hablando haciendo el chiste.

"Heh... si yo te contara"

—¿Superhéroe?—respondió divertida—prueba a meter los dedos en un enchufe, ¡seguro que tú también sueltas rayos!

Entonces llegó aquel hombre de curioso acento y Balakia enarcó una ceja anecdóticamente mirándole.

"¡Coño! un franchute... bueno, un templario... "

A los pocos segundos aquel gesto se tornó en una sonrisa sesgada de medio lado.

—Del viejo continente, ¿eh?—respondió al saludo del recién presentado Auguste—un placer.

"Y parecía tímido el chaval... ya tiene a un armario ropero de amigo y todo. Este no pierde el tiempo... y pa colmo se escaquea, pobrecillo no me extraña, Yehudit debe de provocarle ardor de neuronas con tanta... exhuberancia."

En ese momento notó algo un poco extraño, ¿Yehudit la había soltado?, bueno, más bien parecía indignarla la presencia del nuevo (o eso pensaba Balakia) aunque también dijo algo bastante interesante: los rangos militares. Al parecer en aquel "Elysium" hasta las invocaciones debían saber quién se encontraba por encima de ellas.

—Dios... y menos mal que era "fácil"—suspiró haciendo referencia a las palabras de Ryan mientras se rascaba la cabeza con la vista fija en su vaso—gracias por la inf ... ¡¡AAAH!!

No pudo terminar la frase más que nada porque cuando fue a mirar a la demonesa, se topó con que ésta se encontraba DEMASIADO cerca, es más, ¿pretendía darle un beso?, el sobresalto hizo que perdiera el equilibrio sobre la silla y se cayera hacia un lado dándose un coscorrón con la rodilla del cazador, que andaba cerca.

"¡Aowch!... joder, ¡Esto es ya acoso sexual!"

Se frotó la cabeza con los dientes apretados.

—¡E-esto...! sí, decía que gracias—respondió poniéndose en pie de golpe con la cara algo roja tanto por la escenita como por lo embarazoso que resultaba andar cerca de aquella súcubo—e-eres un encanto—esbozó una cándida sonrisa forzada—A mí creo que me costará un poco dejar de liarme con eso pero creo que me ceñiré a "todo el mundo manda más que yo", ¿verdad?

Terminó la frase mirando irónicamente de reojo hacia arriba sin borrar la obligada sonrisa

"Así que general Eric..."

¡De acuerdo, nos vemos luego Adirael! Sonrió y lo despidió con la mano, tranquilamente. Hacía años que no se sentía tan jodidamente tranquilo... a pesar de que irónicamente no dejaba de estar cerca de un demonio. Bueno, una demonesa maciza.

Luego, Yehudit enumeró los rangos. Se parecían mucho más a rangos europeos que estadounidenses, pero se sabría habituar. Lo agradeció con un asentimiento de la cabeza.
Gracias. Iba a preguntarle más cosas, seguro que era una mina de conocimientos sobre demonios, pero lo que pudieran saber debería estar en los archivos, y hablar de más no haría más que "retenerla".

No pudo evitar que se le escapase un vistacito al resto del cuerpo.
Buffffffff....... un tipo listo, el "Amo Tavner".

Balakia negó que fueran fáciles, y Ryan sonrió. Tranquila, que cuando veas los galones de cada uno será más facil reconocerlos, por el número de líneas y estrellas... pero sí, por ahora, todo el mundo manda más que tú y que yo.
Después el templario se retiró también, y Ryan lo despidió del mismo modo que lo hizo con Adirael, con la mano y amabilidad. Le caían bien, desde luego le echaban huevos... pero era un problema apuntar con un compañero enmedio. Era lo malo que le encontraba.

Parece que la cantina está mas animada que otras veces. Entro al lugar con paso tranquilo y un gesto sereno en el rostro, al ver la mesa donde se sienta Yehudit ajusto mis gafas y me acerco.

Ya había gente entrando al salón, la cena comenzaría pronto, pero hay tiempo para conocer a las amistades de Yehudit, al fin y al cabo es parte del seguimiento de este proyecto a largo plazo, ademas, hace mucho tiempo que no se encapricha especialmente con nadie, rasgo muy comun en las súcubos.

-Saludos, soy Avner, maestro de la escuela de invocadores, vosotros debeis ser los ultimos supervivientes rescatados si no me equivoco. Vaya, me alegro que os lleveis bien con ella tan pronto jejeje.

Yehudit se levanto con el rostro iluminado para cojer mi mano y quedarse a mi lado.

-Yehudit- ¡Amo!, te presento a Balakia, está en la escuela de evocadores y él grandullón es Ryan, de la escuela de cazadores.

-Avner- Ya veo...

Dije sonriendo a la demonesa.

-Disculparla si os ha causado algun problema, a veces es un poco perseverante y "poco ortodoxa", pero es una buena chica.

No me había hablado anteriormente de su relación con los nuevos reclutas, pero sé de sobra que al principio se entusiasma bastante.

-Yehudit, es hora de que vuelvas a la escuela...

-Yehudit- Joooooo.... pero si es muy pronto, ademas estabamos pasandolo muy bien... y... ¿no me llevarás al concierto?

Terminó preguntando con los ojos llorosos. Mi respuesta fue mirandola a los ojos, con una mirada ligeramente paternal.

-Paciencia Yehudit, recuerda que no todos se sienten a gusto con un demonio cerca, en un evento asi es mejor que de momento te mantengas al margen, es probable que venga Dianeira y eso puede crear problemas... luego te llevaré unos dulces, venga...

El rostro de la sucubó se apagó y una ultima mirada arrebatadora, encantadora e infinitamente lastimosa se dirigió directa a los ojos de Balakia.

-Yehudit- Está bieeeen, buenas noches "Bala".... *muaks

Observo como se marcha, no sin cierta satisfacción de que cada vez vaya entendiendo un poco mas de nuestra sociedad.

Balakia vió llegar al hombre que se presentó como Avner y suspiró algo aliviada para sus adentros cuando Yehudit corrió a saludarle. No es que la súcubo fuese mala "persona" pero quizá resultaba demasiado... pegajosa.

Cuando el hombre mencionó acerca de que disculparan a su demonesa, la evocadora se encogió de hombros con aquella cándida sonrisa algo forzada y algo irónica aunque no ofensiva.

—Que vaaaaaa... no se preocupe, comparada con los demonios con los que me he encontrado últimamente, es un encanto. Se lo aseguro.

Era obvio en qué sentido lo decía.

"Vaya, así que este es el famoso Avner... parece un tipo normal y corriente pero si es capaz de invocar algo así definitivamente es poderoso"

Cuando Yehudit se marchó, Balakia tuvo que coger mucho aire y soltarlo mientras se secaba el sudor de la frente con una mano.

"J-joder, podría dejar de poner esa cara de cordero degollado... ¡malditos poderes sobrenaturales!"

Carraspeó diplomáticamente y señaló la mesa con un "educado" gesto de mano.

—¿Quiere tomar algo?—ofreció sonriendo esta vez de medio lado—Yehudit nos estaba hablando sobre los rangos militares... pero la verdad es que andamos un poco perdidos sobre cómo está el panorama últimamente. No tenía ni idea de que se hubiese dominado ya la invocación a la hora de combatir las Hellgates.

"Manda narices, estoy empezando a parecerme a McAllister hablando con esa jerga militar..."

Al ver llegar al tal Avner, y como Yehudit le dejaba comprensiblemente en paz, miró de arriba abajo al invocador.

Parece un tipo formal.... y muy, muy listo. Un tio muy listo, no ha invocado un monstruo feo, no...

Le saludó con la mano, de buen humor. Buenas, señor Avner, un placer... y sí que es perseverante, sí... jejeje
Lo de que sea "buena chica"... suena chocante, como poco.

Ryan ofreció asiento a Avner por si deseaba sentarse, aunque lo dudaba, parecía un hombre ocupado que hubiera dejado el trabajo diez minutos para ver que su hijo pequeño no estuviera haciendo ninguna trastada.

Me acerco a la barra, Charlie ya sabe lo que bebo.

-Otra ronda para ellos.

Paso mi tarjeta para pagar todo junto y acepto el ofrecimiento de Ryan, tenía tiempo de beber algo tranquilamente antes de cenar.

-Jeje, lo cierto es que yo empecé a trabajar junto al militarismo cuando llegamos aqui, y aun asi no termino de acostumbrarme, no es que esté en contra, pero no deja de ser un orden mas, con sus pros y contras, pero no os preocupeis, somos solo seis maestros y una vez os acostumbreis a los galones no habra problema.

Me acomodo en la silla y miro a la evocadora, su ultimo comentario no estaba carente de cierta ironía, aunque ella no lo supiese.

-Si, pero dominar la invocación con ese fin no deja de ser algo utópico, al fin y al cabo nuestros avances en el campo de la demonología pueden considerarse tan pequeños como para tratarla como una ciencia "desconocida". En la escuela de invocadores trabajamos exclusivamente en ello pero es un camino cuesta arriba.

Luego no puedo evitar esbozar una sonrisa resignada.

-Sin mencionar que mas que combatir las hellgates, ahora nos limitamos a sobrevivir a ellas. Y yo diria que este hecho no está carente de cierto mérito. Por ahora me he propuesto el reto mas sencillo y basico de todos, que es conocer y dominar un arma antes de usarla, es por eso por lo que quiero que Yehudit aprenda a vivir entre humanos y lo que es mas importante, que los humanos aprendan a convivir con un demonio cuya lealtad es mucho mas férrea de lo que la mayoría piensa, aunque esta claro que el excepticismo respecto a este tema no se le puede achacar a nadie.

Ajusto mis gafas y bebo de mi copa.

-Si os preguntais "¿porqué una súcubo?", es el perfil de demonio lo suficientemente inteligente como para desarrollar una personalidad, y esta personalidad es hasta el momento la mas parecida (relativamente) a la humana. Creo que este proyecto sería mas complicado si un demonio de dos metros con un hacha de metro y medio y muy mal genio pasease por la base como lo hace Yehudit. ¿No creeis? jejeje.

No estaba siendo demasiado detallista, hay cosas que es mejor que vayan viendo con el tiempo, es probable que en futuras misiones vayan con algun invocador, aunque los militares aunse muestran algo reacios.

 - Llevo un rato pensando en...que quería preguntarte algo. Tu es d´oú? ¿De qué ciudad provienes?

  Me senté sobre uno de los asientos de la barra, con los brazos ligeramente apoyados sobre ella, daba la espalda a mis compañeros del Four Hope pero no me incomodaba su presencia. Oía sus voces, en alto, por encima de todas las demás...mientras movía las piernas que quedaban levitando, no era el más alto de allí, de hecho era bastante bajo para gente con el porte físico de Auguste, eso solía hacer que me tomasen por alguien más inofensivo a veces, incluso que me subestimasen, almenos...en el pasado.

   Pero el pasado...ya no importa...

 Pensaba mientras acariciaba mi cabello con la mano izquierda, tenía sed, incluso hambre, pero eso ya se me había olvidado, ahora tenía muchas preguntas.

 - Tienes...¿tienes ganas de volver allí? ¿No lo echas de menos?

 Me adelanté a su respuesta y a decir verdad el tono que utilizaba expresaba cierta melancolía, como mi mirada perdida en las botellas expuestas tras la barra de la cantina.

  Auguste no parecía la clase de persona que se deja influir facilmente por un comentario como aquel, no quería amargar su estancia conmigo, habíamos venido para pasar un buen rato pero también..para conocernos y ese era el principal motivo de sus cuestiones.

Balakia escuchó con bastante interés la charla de Avner, al finalizar esta, sonrió de medio lado aunque era una sonrisa entre resignada y amarga.

—¿Sobrevivir a las Hellgates?—dijo con una pequeña risita sin alegría—por supuesto... ¿Cuándo hemos dejado de hacerlo? no sé en qué estaba pensando, en siete años jamás he visto una ser destruida.

Miró el vaso que tenía en la mano y lo agitó con suavidad haciendo que el hielo sonase ligeramente dentro.

—La verdad es que es bastante sensato pensar que la gente prefiere ver una súcubo que un demonio a medio camino entre un mastodonte y un portero de discoteca. Ya bastantes pululan por ahí sueltos como para tenerlos por casa dándole infartos al personal. Aunque claro... hay quien piensa que "se nos está poniendo a prueba" y que debemos tener... "Fé"—la última frase sonó como si imitase de carrerilla algo que había oído hasta el hartazgo. Continuó mirando el cubito como si hablase con él en lugar de con Avner—yo pienso que el fuego se combate con fuego, no con armas de hace mil años... ni  sentándonos a esperar "a que pase algo", desde luego.

Dejó el vaso en la mesa y frunció el ceño mordiéndose el labio inferior ligeramente.

"Que tenga Fé... "

Suspiró y se cruzó de brazos sobre la tabla. Entonces giró la vista hacia Ryan, como si saltase con otro tema de golpe.

—¿Y tú qué, grandullón?—preguntó—¿te apañas con las flores metálicas-hippye-asesinas o tienes algún as bajo la manga como el "cañón de mano" de nuestro amigo el ingeniero?

Le guiñó un ojo denotando el tono de broma sobre el pequeño chiste que había hecho al mentar el nombre con el que la Sargento Nathalya se había referido al efecto de apertura de las balas.

Ryan aceptó con gusto la invitación de Avner, y escuchó como hablaba el invocador, y Balakia le respondía... mientras miraba pensativo su vaso.
Daedalus... ¿Es posible que un demonio "cambie"? No sé si estoy muy seguro...

Entonces Balakia se dirigió a él, cortando sus pensamientos. El soldado se giró y levantó una ceja.
Oh... Pues cautela, disciplina y buena puntería. También ayuda tener un hijo por el que luchar, no creas. Sonrió. Estoy convencido que sin él, en algún momento me habrían fallado las fuerzas. En algún mal momento.

La Fe... ayudará a quien crea. Y la verdad... me gustaría creer, toda ayuda es poca. Pero he tenido poquitas razones para creer que si existía algo allí arriba, no ha "pasado" de nosotros.
Suspiró y miró a Avner.

Un... par de preguntas, señor... sobre Yehudit y los demonios.
Carraspeó y se sentó un poco mejor, señalando la puerta con el índice de la mano que sostenía el vaso.

¿Realmente no tiene... malas intenciones, y solo es la "niña juguetona y caprichosa" que parece, o las tiene y las controla bien y perfectamente? Quiero decir... el sadismo y todo eso, ¿Lo llevan "en la sangre"? ¿O realmente pueden educarse como cualquiera?

A ver... qué responde.

Y otra cosa... me... gustaría que no 'jugase' con Max, mi hijo. Ella es... impresionante, ya sabe, y no quisiera que Max acabase confundido u obsesionado porque Yehudit le hubiera hecho alguna bromita 'picante'. Que todos hemos sido adolescentes, y... -Carraspeó-
Le miró a los ojos... no estaba enfadado, pero se adivinaba sin ser ningún genio que era un tema que podría hacerle enfadar... no había mantenido íntegra la cordura de su hijo para que al llegar a Elysium la perdiese por una demonesa de tremendas curvas.

Diría lo mismo si fuese una 'loba' humana, ¿Me entiende, no? Solo que en ese caso se lo diria a ella directamente, jejeje...

Escucho con iteres los argumentos y preguntas de ambos, desde luego no eran opiniones nada extravagantes o raras, sino de personas con bastante sentido comun y eso, una vez mas, tiene sus pros y sus contras. Primero me dirijo a Balakia.

-Sin embargo fueron aquellos que siguen su fe ante todo, los unicos capaces de guiar a la humanidad al camino de la supervivencia con su propio sacrificio. Si algo nos ha demostrado el simple paso del tiempo es que el verdadero poder reside en el que blade el arma, no en el arma en si misma, si te paras a pensar es aplicable a todas las escuelas.

Luego fueron las cuestiones de Ryan las que llamaron mi atención, pues era ahi donde pretendía llegar.

-Esa es una buena pregunta soldado Ryan. Verá, nosotros los invocadores simplemente imitamos un ritual demoníaco por el cual un demonio hace "un contrato de esclavo" a otro. ¿Porqué de esclavo? porque yo puedo hacer desaparecer a Yehudit con solo pensarlo, y seguramente cualquier demonio que invoque a otro tambien puede. Es el miedo a volver allá de donde han salido lo que hace a un demonio complacer ciegamente a su amo. ¿Y de donde han salido? no lo sabemos, ellos mismos lo llaman (en una traducción a nuestra lengua) "Gray Waste", pero ahí es donde van cuando mueren, todo demonio que se encuentre ahí puede ser invocado con un contrato de esclavo. Este contrato puede ser disuelto por el contratante y liberar el demonio para darle "una segunda oportunidad", cosa que como podreis imaginar... no sucede muy a menudo entre ellos.

Una vez aclarado esto, respondere su pregunta: todo demonio, incluyendo las sucubos, sienten irremediablemente el deseo de matar y cazar humanos, u otras victimas que tambien pueden ser demonios, y es probable que su buen comportamiento venga dado por el simple miedo a la "muerte", es decir, su miedo a volver al Gray Waste, y a la vez su deseo de libertad, complacerme para que la libere de su contrato de esclava.

Ahora quizá entienda mejor el proyecto que intento llevar a cabo, que es precisamente para contestar a su segunda pregunta, quiero saber si realmente algo mas que el miedo y el deseo puede atar a una sucubo junto a su amo, pero este es un proceso largo, que requiere de mucha atención, y por supuesto algo que no puedo llevar a cabo yo solo. Si pasado el tiempo encesario considero que los sentimientos de Yehudit han cambiado respecto a los que considera sus "presas", la liberaré, y a pesar de eso, ella se quedará con nosotros, si me equivoco ella probablemente se marche y habría que matarla antes de eso. Si por el contrario termino determinando que un cambio es imposible, simplemente mantendré su contrato de esclava de forma indefinida, al fin y al cabo ella puede ser de gran ayuda para esta guerra.

Respecto a su hijo, comprendo su preocupación, sin embargo, lamento tener que decirle que si Yehudit quisiera hacerse amiga de su hijo, iria en contra del proyecto impedirselo de forma directa, sin embargo, hay algo que si puedo hacer al respecto, y es obligarla a moderar mucho mas su actitud instintiva en presencia de un menor, a ella le será muy dificil reprimir su instinto mas de lo que ya lo hace (y le aseguro que su increible autocontrol es algo que no he visto en otras sucubos) asi que probablemente debido a esto no se acerque a su hijo, y si lo hace, probablemente le cueste infinitamente complacer mi deseo de que se modere. En cualquier caso prestaré buena atención si se produce el contacto, y le informaré si Yehudit comenta algo al respecto, de igual forma me gustaría que me informase a mi, me sería de gran ayuda.

Quizá me había extendido demasiado, pero rara vez tenía la oportunidad de hablar con detalle de esto, a alumnos de otras escuelas.