Partida Rol por web

Año 7, día 1

Salón Espiritual

-Bien venida Morwen a tu primer día de clases mágicas- saludó Al Asaara -Toma asiento donde gustes.  Targus supervisará la clase- una la niña se hubo sentado la Vampyr continuó -No todo en esta vida es material, incluso nosotros no sólo somos seres materiales, así como tenemos un cuerpo físico, también tenemos uno espiritual y uno mental.  De trabajar con este cuerpo espiritual se encarga la Ley de Alteración Espiritual.  Los Vampyr conocemos muy bien este cuerpo pues en nuestro mundo el cuerpo espiritual de Ostaria fluye y no se encuentra anclado a la creación, a la materia como aquí.  Los Vampyr de hecho nos alimentamos del cuerpo espiritual tal como los Humanos lo hacen de la carne de un animal o un fruto.  Déjame decirte que esta ley es muy útil pues le permite al mago recuperar la energía espiritual que utiliza para lanzar hechizos, le permite debilitar a otros magos absorbiendo o quitándole esta energía, nos permite combatir contra criaturas incorpóreas y en conjunto a otras escuelas dotar de espíritu propio o ajeno a alguna cosa.  Pero esta escuela es peligrosa.  ¿Has oído hablar de los vampiros?- dijo con cierto pesar -Originalmente eran Vampyrs que se corrompieron al pasar a estos nuevos mundos y drenar por completo los cuerpos espirituales de sus víctimas, por eso los Vampyrs nos alimentamos un poco de cada uno y no mucho de uno solo, los hay incluso algunos que prefieren no alimentarse de seres vivientes.  Pero esto, convertirse en un vampiro, no sólo puede pasarle a un Vampyr, también le puede pasar a un mago que se deje llevar por la corrupción y el poder de absorber por completo el espíritu de otro ser.  Es por eso que deberás forjar una gran voluntad, pues el Hambre puede acechar cuando uses esta ley y sin darte cuenta llevarte al punto de quitar una vida.  ¿Entiendes la gravedad de estos actos?-

Año 7, día 1

Salón Espiritual

Morwen miró a su alrededor, sin llegar a sorprenderse de estar sola en aquella clase pues sabía que había escogido clases que no solían resultar llamativas ni atractivas para muchos y muchas de sus compañeras pues no eran tan llamativas, ostentosas o poderosas... O eso creían... 

Al ver a los dos profesores sonrió para después concentrarse en la explicación que Al Asaara realizó, analizando cada una de sus palabras, imaginando los hechos en su mente y tras un escalofrío asintió. 

- Si, los comprendo... Es como con los dulces... ¿No? Tienen buen sabor, son dulces y agradables pero... Si comes muchos al final te duele la tripa y puedes volverte adicta a ellos, haciendo cualquier cosa mala para tenerlos... ¿No?

Era una explicación inocente e infantil pero quizás era la forma en la que su mente asimilaba aquellas palabras. 

Año 7, día 1

Salón Espiritual

-Veo que lo comprendes a la perfección Morwen, has escogido una metáfora excelente.  Si me lo permites la anotaré para la próxima vez que tenga que explicarlo-

Al Asaara pareció evaluar algo, miró a Targus y luego a Morwen.  -Morwen quiero que pienses en alguien, que te concentres intensamente en esa persona y la llames desde tu corazón.  Tómate el tiempo que necesites, pero quiero que lo hagas hasta que sientas que conectas con esa persona, no importa si esta viva o muerta.  Sólo hazlo-

Año 7, día 1

Salón Espiritual

Asintió a la petición de la maestra.

- Por supuesto, es también mérito suyo por una explicación tan clara y con la que fue fácil buscar un símil. 

Las siguientes palabras de la profesora hicieron que la niña tragara algo asustada pues realmente nunca había llegado a pensar en alguien con quien poder hablar. A su mente vino su madre, pues toda niña ha querido siempre conocer y estar junto a su madre pero ella... Ella no poseía recuerdos de ella... ¿No? ¿Podía acaso pensar en alguien de quien no poseía recuerdos?

La niña suspiró mientras cerraba los ojos y suspiraba, buscando la forma de concentrarse en ella. Intuía que algo debía quedar, algún recuerdo dormido en lo más profundo de su mente... Apretó los ojos y buscó, busco hasta que una melodía se coló entre sus recuerdos, una melodía entonada con una dulce y melancólica voz, una voz suave y afectuosa que era acompañada de unas caricias... Caricias de unas manos cálidas y suaves... Uno ojos tan verdes como la fresca hierba, el salado sabor de una lágrima y el delicioso aroma de la leche... 

Año 7, día 1

Salón Espiritual

La imagen de su madre apareció ante ella no era tangible, parecía como si la hubiesen hecho de talco, era translúcida pero estaba allí, parecía llevar algo en sus brazos e iba ataviada con ropas nobles.  Parecía desconcertada. -¿Morwen?- dijo sin mover los labios -Oh Morwen  ¿Eres tú?- preguntó con una mezcla de sorpresa alegría y melancolía

Año 7, día 1

Salón Espiritual

Los ojos de la niña se abrieron de par en par mientras una lágrima resbalaba por su rostro.

- ¿Mami?

Preguntó con apenas un hilo de voz mientras estiraba una de sus manos, como intentando atraparla aunque sabía que no era posible. 

- Si... Lo soy... Yo... Yo...

Apenas era capaz de decir nada... Por un lado quería gritarle por abandonarla, por otro quería ir corriendo a abrazarla y por otro... Por otro simplemente las palabras no le salían. 

- Te quiero mami...