Partida Rol por web

Año 7, día 4

Salón Celestial, por la mañana

Todos los demás salones en los que había estado Ámatar parecían ordinarios y este también si uno lo juzgaba por su mobiliario y decoración, sin embargo brindaba una sensación de bienestar muy particular y parecía tener una especie de brillo propio, no brillaba en realidad, pero generaba esa sensación cuando uno lo miraba.

Allan llegó junto a Ámatar pues venía de otro salón al parecer. -Es extraño- le dijo -igual y sin embargo tan diferente.  Debe ser por las elevadas energías que se utilizan en él- aguardó a que el niño se sentara y continuó.

-Para hablar de la Conjuración Celestial debemos hablar de las tres esferas de mundos- comenzó -está la esfera inferior, donde habitan los Desposeidos y otras razas a las que solemos llamar demonios, la esfera media donde existe la humanidad, comprendida por todas las razas que conocemos y quizás algunas que todavía no hemos descubierto y la esfera superior donde habitan los Ángeles, Elfos y otras razas.  Hay distintas teorías acerca de quién creó las Puertas Mundo, que no vamos a tratar aquí, y también distintas teorías de como las de la esfera media se abrieron.  ¿Estuvieron siempre abiertas y sólo fueron descubiertas?  ¿Se abrieron por una causa natural, por un poder divino, por el uso de la magia? no se sabe en realidad, lo que si se sabe es que a pesar que existen Puertas Mundo que comunican con la esfera superior e inferior estas están cerradas y hasta el momento nadie había logrado abrirlas.  Tenemos constancia de que se ha intentado en el pasado pues hemos encontrado diarios de distintos magos y hechiceros que buscaron hacerlo sin éxito.  Pero al parecer alguien o algo a logrado abrir la Puerta Mundo que comunica con la esfera inferior.  Pero me estoy yendo por las ramas, ese tampoco es tema de la clase.

Era necesario explicar esto porque al estar la Puerta Mundo de la esfera superior cerrada no se puede Conjurar un Ángel, o un Elfo, sin embargo si se puede extraer de aquella esfera una energía pura, sagrada y en ocasiones los susurros de los ángeles que pueden ser difíciles de interpretar pero que llegan cargados de valiosa información.  Dime Ámatar  ¿Para qué usarías la Conjuración Celestial?-

Año 7, día 4

Salón Celestial, por la mañana

Se sentía raro estar en 1 aula con 2 profesores solo para mi, mas en un aula que parecía estar imbuida en un aura tan curiosa, sentía que mi cuerpo se relajaba y mi mente dejaba de pensar en las preocupaciones. El "¿donde voy a sentarme?", "¿lo haré bien?", "¿y si no me gusta?"... Todas esas angustias tan edificadas empezaron a derrumbarse cuando entré en el aula. Fui dando pasos con el mayor silencio que pude para no arruinar el ambiente, cuando miré hacia la pared que tenía a mi derecha vi que ya estaban los dos profesores- Otra vez Targus, parece que no tiene tiempo libre. Para ser alguien de su edad creo que debería estar descansando ¿lo hará por voluntad?-

Buenos días, profesores.

Caminé hasta el centro del salón pero no tomé asiento hasta que me lo dijeron, no sabía bien que hacer y cuando Allan empezó a hablar saqué apurado mi cuaderno y mi lápiz para ir escribiendo lo que el dijera- Conjuración celestial... tres esferas... ¡va muy rápido! mejor uno palabras y saco flech... ¿¡Ya empezó a hablar de esferas!? Inferior, demonios, maldad, media, humanidad, superior, Ángeles, elfos, otras razas... Teorias de como, momento, ¿no lo vamos a tratar? entonces no lo anoto y aprovecho para emprolijar lo que tengo- Y lo ultimo lo escribí normalmente, iban a ser clases muy extremas -Al menos hasta que le agarre la mano a Allan, hablando de manos, creo que si seguimos con este ritmo en cualquier momento me va a dar un tirón en la muñeca, debo acostumbrarme a escribir rápido- pero lo mas veloz de la clase fue la pregunta del final, la cual ya la había pensado.

Para qué usaría la Conjuración Celestial... pues, Adoro leer libros. Libros de todo tipo, y en todos los cuentos casi siempre aparecen las peleas, las enfermedades, y los problemas, y me llena de impotencia, me hace sentir inútil pensar que esas cosas siguen ocurriendo y yo sigo aquí, sin conocer lo que les ocurre a los demás. Ayer vi a un pichón cayéndose del nido del árbol del patio, seguro hay muchos huérfanos fuera de esta academia. Pero no tengo la sabiduría suficiente para poder solucionar esos problemas, por eso me gustaría aprender conjuración celestial, si los seres superiores ya pudieron solucionar esos problemas, me gustaría tener sus consejos. Y si todavía no los solucionan, me gustaría que juntos pudiéramos encontrar la manera de hacerlo. Me gustaría volver a la isla donde nací, ver a mi familia y ser alguien que aporte soluciones a la personas, y que ellas también puedan hacer algo, no un mago capaz de armar un circo con su magia o el único protagonista de la historia.

Aunque lo hubiera reflexionado un buen rato, intentar explicar un sentimiento es algo muy dificil. -Me gustaría poder hablar como Al asaara, ella si sabe explicarse bien-

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Salón Celestial, por la mañana

Allan alzó las cejas y miró a Targus con una sonrisa en su rostro -Pues es algo muy noble y loable, ojalá hubiese más personas como tú Ámatar, así las guerras y todo lo que mencionas desaparecerían seguro.  Puede que consigas tu objetivo, puede que no, pero seguro dejarás una huella, inspirarás a otros y eso será un legado importante-

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Salón Celestial, por la mañana

Había vuelto a mi postura tipica pensativa y me alegraba saber que mi respuesta no había sido tan ridícula como lo imaginaba. Ahora si tocaba resolver algunas dudas que me aparecieron respecto a esta ley.

-Si no es descortés preguntar, ¿que usos le han dado los magos a esta ley? Quiero decir, usos específicos, ¿Y es posible terminar hablando con demonios? 

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-Normalmente se la usa para buscar consejo divino, de criaturas de la esfera superior, no siempre responden pues no siempre pueden intervenir en nuestros conflictos, pero a veces suelen darnos consejos aunque suelen ser confusos en su mayoría.  También se puede usar para extraer energía divina y usarla en contra de otras criaturas, es muy efectiva contra demonios, puedes encantar armas con ella o simplemente lanzarla como un elementalista haría con una bola de fuego- La segunda pregunta sorprendió a Allan y antes de responder dijo.  -Dime Ámatar.  ¿Por qué querrías hablar con un demonio?-

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Esta ley no era específicamente lo que buscaba, pero la idea seguía gustándome mucho, aunque empezaba a pensar que quizás debería cambiar un horario de conjuración celestial por otro. 

Allan hacía preguntas muy incisibas, iban al hueso y las palabras estaban perfectamente usadas para sacar la mayor información posible, su perspicacia y su capacidad de análisis llegaban a ser intimidantes.

-Creo que me expliqué mal. No me gustaría hablar con demonios, aunque la biblioteca tiene cuentos de reyes que fueron seducidos por demonios y cayeron en la desgracia, ¿Si fallamos usando la conjuración celestial es posible terminar hablando o recibiendo mensajes de demonios en vez de seres superiores sin que nos demos cuenta? ¿Y habría una posibilidad de cambiar un horario de conjuración celestial por conjuración espiritual? -Creo que si Allan hace preguntas directas, debería dar respuestas directas...-

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-No- dijo Allan -A ambas preguntas.  Te explicaré el porqué de la primera.  Las energías que manejan los demonios y los seres celestiales son muy distintas.  Puedes fallar y que nadie conteste del otro lado, pero no podrás, usando esta energía llamar o convocar a un demonio, sería como querer encender una fogata con un balde de agua.  Puedes estar tranquilo por eso.  Respecto a la segunda pregunta.  Hay algo que un mago también debe aprender y es a vivir con las consecuencias de sus elecciones, las crea buenas o malas.  Los magos tienen mucho poder y de sus elecciones pueden suceder milagrosos eventos que ayuden a miles o grandes catástrofes que traigan muerte y destrucción.  Toma este como tu primer paso en este camino sobre saber elegir- sonrió intentando reconfortar al niño. -Hagamos algo que quizás pueda reconfortarte.  Cierra los ojos y llama a los seres celestiales.  Repite en tu mente una y otra vez.  Seres de Luz, seres Celestiales, les pido me muestren que están a mi lado-

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Salón Celestial, por la mañana

Ninguna de las dos respuestas me hizo sentir mal, al menos no tanto. Ya estaba preparado para asumir la consecuencia de mis actos y no iba a insistir, no me gusta hacer eso. Sonreí en respuesta al intento de contención de Allan e intenté hacer lo que el dijo.

Cerré los ojos, llevé mi frente hacia delante para que mis pulgares e indices la abracen, los codos sobre la mesa y el cuerpo relajado.

-Esto me resulta algo ridículo pero... ¿Están ahí? Seres celestiales, me gustaría saber si están cerca mio, con cualquier señal, algo que me haga saber que no estoy hablando solo...

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Salón Celestial, por la mañana

No hubo respuesta.  Allan había estado estudiando al niño mientras hacía su pedido -Si no confías ni crees en lo que estás haciendo.  ¿Qué te hace pensar que funcionará?- le dijo -En esta, más que en cualquier otra conjuración la fe en ellos y en uno mismo es muy importante-