Partida Rol por web

Entras a la zona común, esta vacía, en realidad las tres personas que estan ahí parecen muy dopadas para hablar. Miras para ver sí las reconoces. Uno es un nosferatu, horrendo, que mira la TV en total encantamiento, cuando entras te sonríe. La segunda persona, es Clau quien esta sentada en el piso mirando el mar, pero sin sus usuales movimientos rítmicos,  parece solo estar ahí. El tercero, es un hombre elegante de apariencia más de 50 años, que está en  la mesa más alejada de todos, parece leer un libro.

Tras cruzar el umbral me quedo un momento parado "¿y ahora que?". Hace años desde la última vez que vi la tele, y ya entonces no me gustaba. Pero siempre me ha gustado leer libros, me he traido con mis cosas los que tenia en mi guarida, leidos cien veces, supongo que puedo mirar que es lo que tienen aqui

"pero primero me alimentaré"

Me dirijo a donde el enfermero espera para suministrarnos vitae, es curioso tenerla disponible así de fácil, tendré que recordarme que no merezco disfrutarla o podría relajarme demasiado

Tras beber la vitae rápidamente y sin saborearla voy a ver que libros tienen aqui

Evidentemente  te acercas a un sector donde hay un carrito con libros. El hombre que esta leyendo solo al fondo nota tu interés. Hay basicamente unos 200 libros, de distintos idiomas, y de algunos géneros, al parecer este es solo un pedazo visible de la biblioteca. Hay libros, revistas, y algunas curiosidades para escoger.

Siempre he tenido cierto interes en la medicina, pero ahora mismo, recien ingresado en una especie de hospital, no me parece lo mas adecuado, asi que seleeciono un libro al azar (en ingles) y busco algún sitio cómodo en el que sentarme a leer

Tomas un libro en inglés algo gordo con el titulo de música de playa. Lo tomas y te sientas lejos a leer. En ese momento la puerta de la derecha se abre y entra Diego, con una mujer peliroja que nunca habias visto.

Entras a la zona común, esta vacía, en realidad hay cuatro personas que estan ahí parecen muy dopadas para hablar. Miras para ver sí las reconoces. Uno es un nosferatu, horrendo, que mira la TV en total encantamiento, cuando entras te sonríe. La segunda persona, es Clau quien esta sentada en el piso mirando el mar, pero sin sus usuales movimientos rítmicos,  parece solo estar ahí. El tercero, es un hombre elegante de apariencia más de 50 años, que está en  la mesa más alejada de todos, parece leer un libro. El cuarto es el otro Nosferatu, que Diego conocio como Everet, y que también esta en una mesa leyendo un libro.

 Me asomo a la sala, mirando casi sin mirar. Me convenzo de que ella debe pensar que tiene un niño, pero la voz de la razón me dice que en este sitio habría de todo menos una sección infantil. Je, ¿no es algo irónico que piense en la razón en un manicomio?

Sin embargo, no seré yo quien la desanime, o la obligue a volver a la realidad. A veces, la realidad es peor que las alucinaciones, aunque en mi caso particular no se cual de las dos sea peor. Parece que no está aquí. Los niños necesitan luz y aire, es posible que el área de juegos esté afuera. No se si nos dejen salir, pero no creo que perdamos nada con intentarlo. Si no es mucha intromisión...¿cuantos años tiene Adam?

Miro a Kendra, pero algo mas preocupado por evitar que se caiga que por otra cosa.

"niños" el recuerdo fugaz de los ojos de un niño hace que levante la vista hacia los dos recién llegados, creo que al hombre ya lo había visto, a la mujer no la recuerdo

"niños, un area de juego, no puede haber tal cosa aquí" involuntariamente vuelvo niego con la cabeza y vuelvo a la lectura de mi libro sin decir palabra

Se detuvo apenas cruzar el umbral y observó a su alrededor con evidente desconfianza. Apartó la mirada rápidamente del nosferatu mas fue imposible que disimulara la expresión de asco que se había dibujado en su rostro apenas verle.

Se cogió un mechón de su rojo cabello y comenzó a pasarse los dedos por éste una y otra vez, desenredándolo en un gesto a todas luces compulsivo.

No le gustaba estar allí, no le gustaba para nada lo que estaba viendo. Su mente iba y venía entre la realidad y la imaginación. Empezó a retroceder, mirando a todos como una enajenada, estaba al borde de unos de sus accesos de ira.

-Nnnn... no, no, no, no... ¡¡NO!! -se había llevado la mano a la sien y dábase con la punta de los dedos repetidos golpes-... Tengo que irme de aquí... No quiero estar aquí...

Se la oía nerviosa, confundida. Kendra se negaba sistemáticamente a aceptar lo que sus ojos veían, a aceptar cuál era el lugar en el que estaba.

Diego se acercó a ella y súbitamente lo cogió de la camisa. Iba a zarandearlo, pero las palabras que él acaba de pronunciar parecieron calmar su ansiedad. Ladeó la cabeza y empezó a pasarle las manos por la camisa, estirándosela.

-Adam -susurró-... Mi pequeño... Tengo que encontrarlo. ¿Me vas a ayudar?

Se llevó ambas manos al vientre y comenzó a rascárselas al punto de herirse, pero ni aún hiriéndose se detenía.

A mi pesar observo con interes a la mujer, parece intentar autolesionarse lo que me hace pensar en noches pasadas

Pese a todo no hago el mas mínimo ademán de levantarme, no se me a escapado la rapidez con la que ha desviado la vista al verme, y hace ya mucho que deje de divertirme con esa reacción en otros

"aunque quisiera ayudarla no podría, ¿y porque tendría que querer? todos estos locos... sus problemas son triviales, estupidos, son hermosos, ¿porque no son felices y ya está?" la respuesta llega a mi mente tan pronto como formulo la pregunta "porque son monstruos, como yo, aunque no se les note tanto, nuestra propia naturaleza inhumana nos destruye"

El pensamiento casi me hace sonreir, como si hubiera descubierto la clave de un secreto, y de buen humor vuelvo a mi libro desentendiendome de los demás

 Algo impresionado por la reacción de Kendra, le tomo las manos con suavidad para que no se haga daño, pero intentando evitar que se asuste. Por lo visto está en medio de un ataque de lo que sea que la afecte a ella. Y será mejor que trate de tranquilizarla hasta que alguien me pueda ayudar. 

Calma, calma, no te preocupes, ya lo encontraremos, el simplemente salio a jugar y debe estar divirtiendose tanto que no se ha dado cuenta de la hora. No tengas miedo, estamos en un lugar seguro y verás que el está bien. Vamos a buscarlo, debe estar en otro lugar. Espero que no esté jugando a las escondidas, o tendremos que jugar con el jejeje.

La miro y le sonrío, tratando de tranquilizarla con mis palabras y gestos. Y sin soltarle las manos, pero con mucha suavidad, intento que caminemos por el resto del sitio, para que se calme un poco.

Mientras estan en eso, entra Kavi meditando a la zona común, parece estar buscando algo.   Al lado del gran ventanal que da vista al osceno hay una puerta de cristal que da a un jardín, que pocos al parecer usan.

Entras a la zona común, puedes ver a varias personas, unas ven TV, otras leen (entre esas esta un hombre cano, y el nosferatu que reconoces como Everet). Diego y una mujer peliroja que no reconoces pero que esta muy alterada esta en el lugar. Caminan hacia el jardín. Hay unas enfermeras en el sitio.

El tono de voz de la mujer te hace caer en cuenta que era aquella que gritaba que la dejaran salir.  Lo raro es que esta buscando un niño. Tratas de leer tu libro, y evitar los estimulos externos.

Escuchas en tu mente, en algún sitio una risilla infantil. Parece cercana. Miras todo, no lo encuentras, Diego trata de tranquilizarte, pero tu sigues buscando al pequeño. Estas muy mariada por la medicina.

Notas que Kendra se encuentra inestable, como médico haces lo que crees que debes hacer, tratar de tranquilizarla, y medianamente lo logras pero no como te gustaría. Pareciera que ella esta escuchando algo, pues algo de su lenguaje no verbal te lo dice.

 Al parecer, hay una puerta que da a un jardin, quizas el aire fresco le ayude. La llevo de la mano a esa puerta e intento salir, mientras le hablo para tranquilizarla. 

¿Lo escuchas? Yo se que si, es probable que este en el jardín. Vamos.

Debe ser como cuando yo veo a la niña, nadie mas puede verla.

El brazo de Kavi fue el primero en entrar empujando la puerta que se abria con la leve presion de su andar, se detuvo un segundo y observo a todos los presentes; fue un gesto leve de la mano con el cual saludo algo retraido en si mismo pero no le habia sacado lo educado. Camino unos pasos mas buscando el area de manualidades y la profesora....

Cerro los ojos y solo se dedico a escuchar lo que el luegar le permitiera, voces y sonidos de millar de cosas le abordaron obligandole a vovler abrir de par en par sus ojos - Alguien vio a la Profesora? - Pregunto sin esperar respuesta

¿Cual profesora?, digo mirando la TV como zombie. La de terapia ocupacional debe estar  ahí, señalo la puerta que da al salón.