Partida Rol por web

—Pero señorita, me sorprende que no se haya dado cuenta de lo que sucedió. Ese hombre alejaba clientela potencial, daba una mala imagen al bar, y además no tenía fichas. Pero permita que me presente. Mi nombre es Forbúl, y soy asesor de imagen y publicidad. Y debo decir que su pintoresco bar casi no necesita mejoras, sólo quizá algún detalle aquí o allá. Si le interesa a usted podríamos pensar mi compañero y yo en ofrecerle algún consejo. Pero necesitaríamos conocer un poco de la oferta del lugar, porque la imagen debe ser acorde con los aromas y sabores que proponen. Si nos pone un té con masas le podríamos brindar una evaluación gratuita.

El oriental entrecerró los ojos e inspiró hondo, como si lo que estaba haciendo fuera importante para algo.

—Además, si su hermano protege el local, eso es un tema que debería ser un atractivo para el lugar, no como ese otro lugar que se llena de anarquistas. Si aquellos revoltosos hicieran desmanes usted aquí estaría segura, ¿verdad?

La hermana de un policía, qué mejor escudo contra las balas policiales. Salvo que los revoltosos la emprendieran contra la chica. Pero un buen té con torta compensaría el riesgo, luego de haber pasado ya un par de horas sin comer.

Al parecer sí que tenía una buena labia sí, más valía seguir el juego para convencer a la asiática -Eso eso. Ese hombre sólo hacía que ahuyentar clientes pidiendo fichas. Y encima nos llevaba hasta otros lados. A mi me encanta su ...er... local. Por cierto bonito vestido - la comida gratis siempre era bienvenida, aunque sólo fuera un té, así que si lo conseguían sería de agradecer - y no se fustigue, siempre es un gusto saber que hay buenos hermanos trabajando por el país!

La habilidad con las palabras de Forbúl Tamejiri fue más que suficiente como para que esta mujer no llamara a sus hermano para poner entre rejas a aquel trío de maleantes que habían alejado a un cliente potencial, aunque en verdad parecía que este cliente potencial ni tenía el "potencial" de ser cliente.

-Mmmmm... -Murmuró por lo bajo, pensando encarecidamente sobre aquella propuesta- De acuerdo, lo que sea con tal de mejorar mi local, y total... si solo me cobráis tres tazas de té con pasas, supongo que me saldrá rentable... Aunque como esto sea una estafa, mi hermanito se encargará de daros vuestro merecido. -Amenazó.

El interior de aquel local llamado "Xiànjing" se encontraba perfectamente decorado con temática chinesa, algo no demasiado extraño teniendo en cuenta el estilo oriental que toda aquella isla tenía; por lo que esto no llamó en nada la atención de los tres agentes. Superando el mostrador de la recepción, estos tenían varias salas privadas en donde todas y cada una de ellas contenían una mesa con varias sillas.

La que estos optaron fue por una cercana a la ventana del frente, así podían echar un vistazo a la calle en caso de que pasara cualquier cosa, sin avanzar demasiado dentro de aquel edificio, a fin de cuentas, esto mismo les estaba indicando la que parecía ser la dueña del mismo.

Con leve gesto de la mano, Ai Fang les indicó a aquellos tres hombres que se adentraran dentro de aquel lugar, esta muchacha parecía ser demasiado amable para ser real, aunque teniendo en cuenta que estos se hubieron encontrado con aquellos judíos, quizás aquella isla estaba dividida entre amables y bordes.

-Por favor, tomen asiento... -Comentó con aquella delicada voz- Yo volveré en un momento, pueden hablar de sus cosas mientras yo preparo todo en la cocina. Tardaré aún un rato, por lo que no os preocupéis, no os estaré escuchando. -Repitió aquello otra vez más- Hablad con total libertad. -Tras decir esto, ella se marchó, cerrando la puerta corredera y dejándolos solos... Aunque a través de la pared de papel estos podían ver la sombra de ella escuchando y acechando.

-oH, sí, que bonita. La tienda. El negocio. - comentaba mirando en todas direcciones como si estuviera realmente analizando la estética del lugar para seguirle el rollo al Forbúl con su mentira de la asesoría de imagen.

Cuando nos trasladó a aquella mesa de forma extremadamente amable, se escondió literalmente tras una pared de papel. Miré con ojos bien abiertos y mi sonrisa falsa a mis compañeros - QUE CHICA TAN AMABLE. Y QUE HERMOSO LOCAL. Y QUE BUENAS VISTAS - el tono era robótico y forzado, pero tenía que seguir con la pantomima - Lástima que haya tantas cosas en la mesa... DEMASIADAS COSAS EN LA MESA. LOS CLIENTES QUIZÁS PREFIERAN UNA ESTÉTICA MÁS SIMPLISTA. - pero teníamos buenas vistas de la calle por donde iban a suceder los supuestos acontecimientos - MMM QUE GANAS TENGO DE ESE BUEN TÉ CON PASAS. - obviamente no hacía falta que alzara la voz para que me escuchase, pero aún así, la intención era que me escuchase bien.

Desde aquellas ventanas se podía ver con facilidad todo lo que ocurría en la calle; de momento esta estaba vacía de toda vida o presencia de personas, como si aquellos tres y el vagabundo hubieran sido los únicos que estaban en aquella calle al momento en el que el vehículo de aquella familia judía les dejó en el lugar.

Por otro lado, se podía ver desde el sitio más apartado de la puerta la entrada al bar "Tortuga y Serpiente del Norte".

Forbúl miró al negro sin entender por qué seguía hablando así. Hasta que miró nuevente alrededor y detectó la sombra de la mujer.

—Ah. Sí. La vista desde aquí es buena.

Buscó en el maletín un lápiz y un papel para escribir "Policía secreta y no micrófonos? Raro"

—Pero mejor esperemos a ver la calidad del servicio, recuerdas los parámetros a evaluar, ¿no? Calidad, puntualidad y adicionales.

"¿Cuanto falta pa que empiese el jaleo" escribió. Era difícil escribir una cosa y hablar de otra, por eso la calidad de escritura disminuía.

—Los colores deben corregirse un poco. Pero si los inversiones de la capital se interesan en esto pondrán el dinero para hacerlo.

"Hay que averiguar si el hermano de esta sabe algo de los rebolosos, o de los que vinieron antes que nosotros."

—Esta mesa no es buena para reuniones de negocios, muy expuesta. Parejas románticas sí. Salvo que estén de trampa, que ahí necesitan un lugar más reservado. Hay que diversificar la privacidad de distintas mesas y entrenar a un metre para que lleve a cada grupo al lugar más adecuado.

Pasó el papel y el lapiz a los otros para que puedan compartir sus ideas sin hablar. Mientras tanto Forbúl siguió divagando diciendo verdades de perogrullo y repitiendo lugares comunes una y otra vez. En algún momento la chica se aburriría y traería los tés.

Viendo que parecía que aquellos simplemente se decantaban por hablar de cosas relacionadas con la decoración de interiores, aquella figura femenina se movió hasta finalmente desaparecer acompañada del sonido de pasos que se iban alejando, probablemente hacia la cocina.

Al menos ya esta mujer en particular no los estaba acechando de una forma muy poco sigilosa.

Respondí al principio aún con la voz alta a sus comentarios por escrito.

 "Policía secreta y no micrófonos? Raro" 

-TENDRÁN UN PRESUPUESTO LIMITADO? QUIZÁS NO PUEDAN PERMITIRSE MÁS GASTOS EN ESE TIPO DE DECORACIÓN - 

"¿Cuanto falta pa que empiese el jaleo" escribió. 

-NO LO SÉ, ESPERO QUE NO TARDE MUCHO. ...EN TRAER EL TÉ, DIGO. QUIERO DECIR, QUE EN REALIDAD PUEDE TOMARSE TODO EL TIEMPO DEL MUNDO SIEMPRE QUE SEA BUENO! -

"Hay que averiguar si el hermano de esta sabe algo de los rebolosos, o de los que vinieron antes que nosotros."

Mi cara ante eso fue solamente de - ???? - sin tener idea de como averiguar algo semejante. Entonces me acerqué todo lo que pude estando sentado y empecé a susurrar señalando a la ventana.

-Mira... desde aquí podemos ver todo lo que ocurra en la calle. - susurré. La calle de momento esta estaba vacía de toda vida o presencia de personas, como si nosotros y el vagabundo fuéramos los únicos en aparecer en esos momentos. - Sucederá de un momento a otro no?.

Se veía desde el sitio más apartado de la puerta la entrada al bar "Tortuga y Serpiente del Norte". Los otros no contestaban así que la misión aquí dependería de nosotros. Era un buen sitio para observar lo que sucedía.

—Qué raro que todo esté tan vacío. Me recuerda a las aves que abandonan las playas cuando se aproxima un tsunami. ¿Todos sabrán que está por suceder algo?

Por las dudas buscó alrededor si había algo donde poder ocultarse en caso de necesidad extrema: algo de mampostería que fuera más sólida que las paredes de papel, un refugio antiaéreo, o muebles de algún material suficientemente grueso como para desviar las balas estarían bien.

Dependiendo del calibre de las armas que hubiera involucradas, lo que más espacio cubría y podía parar las balas de la mayoría de las armas de bajo calibre era, sin lugar a dudas, Michael Fury. A fin de cuentas era como un muro de hormigón, e igual de charlatán que uno actualmente.

—Mse. En cualquier momento debería suceder algo. —Forbúl se levantó y se aproximó a la ventana, miró a un lado y al otro.— Pero si no hay nadie, ¿quién será quien comience ese algo?

El oriental occidental volvió atrás y abrió la puerta del espacio donde los habían dejado, para ver qué sucedía en el resto del salón. ¿De allí también habrían huido todos?

—Quizá vaya al baño, o a algún lugar así. ¿Tú qué harás?

El sonido de unos pasos se intensifica a la par que la sombra de la mujer vuelve a aparecer desde detrás de la puerta corredera; con un simple movimiento, esta la abre y se adentra en la sala para iniciar con la ceremonia de preparación del té. Unos gestos elegantes y solemnes para aquella ceremonia tan particular.

Y una vez esto hecho, todos los presentes, incluyendo al silencioso Michael Fury, tuvieron ante ellos una taza de té. Y una mirada entusiasmada y espectante de la muchacha. 

-¿Y bien?. -Preguntó esperando a una respuesta de ellos- Este té es muy especial, es para asegurar la completa relajación del que lo tome. Funciona mejor cuanto más estresado y ejercitado uno se encuentre.

Sonrisa abierta. Ojos abiertos. MUY abiertos, y MUY incómoda sonrisa. Había que fingirlo todo. 

- eeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeh que... maravilloso, maravillosísimo arte, que gran ceremonia! - era sincero, había sido curioso y bonito de ver, pero lo de que fuese un té tan relajante no era algo que me inspirase confianza. - Como evaluación gratuita, no puedo más que decir que es una de las mejores ceremonias del té que he visto en toda mi profesión como evaluador del servicio del personal y el servicio del ...té.-  yo seguía en mi papel de "análisis de imagen del centro" intentando escurrir el bulto - Me he quedado tan boquiabierto que me he olvidado hasta de tomar notas. Brava!  -hago una breve inclinación de cabeza.

-Ahora nuestro tester hará los honores y tomará el té para degustar la calidad y el aroma. Yo sólo sé de interiorismos y de florituras del servicio, pero MICHAEL FURRY será el que mejor sepa diferenciar y analizar todos los matices de semejante obra de arte. Además es el más ejercitado y cansado de todos nosotros - y sin dejar de sonreír, le acerco su taza a Michael Furry esperando que se la beba, fingiendo que le miro con total atención e interés. No me fiaba ni un pelo de ser envenenado por esa china loca.

—Qué interesante este té —dijo oliendo el aroma del mismo.— ¿Es una mezcla de hierbas que hacen ustedes mismos? Pero antes de poder probar sus bondades debería lograr que mis pulsaciones se aceleraran lo suficiente, verdad? ¿Se lo ocurre algo que pudiera lograr tal milagro?

Entonces escuchó la propuesta del negro, algo raro en Fórbul eso de escuchar la opinión de otro.

—Ah, claro, Michael es el más atlético de nosotros, tiene sentido ver si esto logra relajar sus músculos.