Partida Rol por web

Dredoc siguió escuchando las palabras de Galvan. Hablaba de 'su otro yo', o algo así. Sonaba raro, pero el mercenario no iba a meterse en esos asuntos, a saber de qué hablaban esos elfos. 

Entonces encontraron aquella reja. malhumorado, Dredoc miró atrás, esperando ver ojos acechando en la oscuridad, listos para atraparlos... pero al menos de momento, nada.

Esto no me gusta nada. Palpó la reja, era sólida y no parecía que fuera a tumbarse con facilidad. Nadie pone una reja en una cueva si no es por una buena razón. Algo hay ahí detrás, o esto es una trampa Dijo susurrando.

Cuando miró alrededor, algo llamó su atención. Entre los huesos, una armadura demasiado familiar. Se acercó a echar un vistazo. 

Qué diablos... su es igual que la mia! Cogió piezas de la armadura, y entonces el vello comenzó a erizársele. Encontrar dos cotas de malla iguales era una tremenda coincidencia, pero que las filigranas de la vaina fueran las mismas, era demasiado.

¿Qué demonios....?

Y entonces su vista se quedó clavada en una pieza de madera. Tragó saliva y la recogió, sacándola de debajo de los restos de otro cadáver. Otra ballesta enana, con las mismas muescas y marcas de artesano que la suya.

A Dredoc empezó a correrle un sudor frío por la frente.

Eh... creo... Dijo, para que todos le escucharan  Creo que he encontrado... mi... mi cadáver. Y les mostró las dos ballestas iguales. Mi misma malla, espada y ballesta. Por la forma de hablar, todo el mundo entendió que si estaba diciendo algo así, tenía motivos suficientes para afirmarlo.

¿Dónde estamos? ¿Una especie de... entrada al mundo de los muertos, o algo así? Se levantó, mirando por décima vez la ballesta exclusiva que aquél artesano enano había fabricado para él. Definitivamente era la misma. Miró a los demás. Especialmente a Galvan.

Galvan... Desde lo del Balrog estás hablando unas cosas muy raras. Si alguien sabe algo de esto, o se le ocurre algo... Por favor...

Aún padeciendo esta confusión de identidad permanente voy caminando por el sendero que nos lleva a una cueva. Siguiendo los pasos de Galvan y Ross junto al Beórnidas con mi arco listo para cualquier eventualidad vamos ingresando a la misma. No sabía que nos esperaría del otro, solo deseaba que no fuera una tramapa y que todos finalmente estemos a salvo de las locuras de Morgoth. 

- Yo también estoy confundida Dedroc, este hombre. -señalando a Vâlgarður. - Me nombra de una forma que me confunde, dice: Louise. Y dada la conversación que tuvo Galván con el Balrog ya no sé que pensar al respecto. Quizás al final de éste camino encontremos las respuestas. - le respondo al edain reflejando parte de mi confusión existencial.

Galvan contestó Dedroc sin dejar de buscar. 

-Dedroc, no hay una explicación facil y menos aún rápida para lo que está sucediendo. Tan solo te diré que nada es lo que parece y que para entenderlo sobre todo, debes recordar. Cuando lo hagas, todo cobrará sentido. Lo que has visto no es más que una réplica de ti mismo. Hasta ahora pensaba que el ver una réplica de un compañero quería decir que la...euuu...copia original...había muerto. Pero en este caso no es así, obviamente...Pero no es momento de hablar. Debemos continuar para salir de esta ratonera.  

Al poco rato llegaron a la reja. Mmm...vaya. Galvan echó un vistazo. No se veía ninguna cerradura, así que esto se debía abrir accionando algún mecanismo, así que se dispuso a buscarlo.

Galvan encuentra una pierda falsa en la pared al lado de los lindes de la reja. Al quitar la piedra encuentra una inscripción junto a una pequeña pintura de la reja en cuestión. La inscripción dice lo siguiente:

“La puerta se abre con la llave correcta”

 En la pintura puede observarse claramente una puerta en medio de la reja. La puerta tiene un ojo de cerradura.

Al llegar junto a la reja me quedo mirándola fijamente hasta que Galvan descubre la piedra falsa y el dibujo que contiene en su interior.

Cojo el dibujo y me dirijo hacia donde supeustamente se encuentra la puerta.

- Veamos si es cierto. - pienso.

Dredoc quedó temeroso tras las palabras de Galvan. No habia dado una respuesta satisfactoria, pero todo indicaba que este asunto era realmente complejo.

Qué quiere decir con Recordar...? Nunca he estado aqui ni... habia visto a nadie de estos compañeros...

Miró alrededor, paseando la mirada por la de los otros compañeros, y la cruzó con Indis.

Louise, dices...?

Dredoc parpadeó. En su mente, el rostro de la bella elfa se transformó en un rostro de mujer humana. No reconoció el rostro, pero sabía que la odiaba profundamente. Aquella súbita e intensa sensación le sobresaltó y le hizo ponerse en pie.

Qué demonios!?

Dijo sorprendido. Jadeó y volvió a mirar a todo el mundo. Apoyado en la reja, tuvo un flash. Era un niño, en un lugar extraño y gris, estaba en una celda y gritaba a un hombre con un extraño chaleco y un ridículo casco en forma de campana. Pudo SENTIR la angustia de estar encerrado injustamente como si fuera suya. Ya que de hecho era suya.

Yo no he sido, guardia!! No estaba robando!! Fue el otro chico!!

Aquél ridículo hombre era un guardia? De dónde? Dredoc sabía que debía sentirse horrorizado con aquellas alucinaciones, sin embargo venían a su mente con naturalidad, como si siempre hubieran estado allí.

Da igual, mocoso. Eres un paria, solo puedes vivir de robar, y vas a acabar aqui igualmente, así que vete acostumbrando.

El hombre se rió y se marchó, y Dredoc sintió de nuevo aquél odio visceral.

Entonces volvió a estar en la Tierra Media, confuso, y miró a Galvan, que de repente era un hombre obeso. Se pinzó el tabique nasal y cerró los ojos con fuerza, poniéndose de cara a la reja, con el rostro entre dos de los barrotes.

Aquella escena cambió. Estaban, aparentemente, en un callejón de enormes edificios grises y lúgubres que parecían hechos de una sola piedra gris, con algunos barriles metálicos tirados por el suelo, con desperdicios. Dredoc era ahora un joven que acababa de pasar la adolescencia, y tenía en la mano un objeto pequeño y negro en forma de L, con el que amenazaba a aquél hombre, que estaba tirado entre la basura. 
Dredoc recuperó un nombre: Kevin.

¿Kevin...?

Sacudió la cabeza, el sueño continuó.

¿Te acuerdas de mi, cerdo?

-Quien... ¿Quien eres?

Vamos, recuérdame... y no te mataré  Agitó aquél objeto, que parecía asustar realmente al 'guardia'

-No sé... no sé quien eres... 

Te daré una pista... me tuvisteis siete días en el cuartelillo hasta que los yonkis de mis padres se acordaron de que existía. Con nueve años, hijo de perra.... con nueve años. ¿te acuerdas ahora? ¿Te acuerdas de cómo lloraba y cómo te descojonabas de mi?

A juzgar por la cara de horror del hombre, aquello lo recordaba

-Fui... fui un capullo, lo siento... tenía mis problemas, yo.. me acuerdo de tí. Kevin, te llamas Kevin... me acuerdo de tí...

Kevin sonrió con malicia y apuntó al pecho del hombre. Cuando empezó a suplicar por su vida, Kevin empezó a hacer explotar aquella cosa, y la sangre empezó a brotar del cuerpo del guardia, que quedó moribundo en el suelo. El joven se acercó al guardia y le escupìó mientras dejaba que agonizase.

Sin compasión en la mirada, se agazapó mirándole a los ojos mientras la vida se le escapaba. Sonreía, y sólo cuando empezó a oírse un sonido agudo y estridente, echó a correr.

Dredoc abrió los ojos, y entonces aparecieron más imágenes confusas. Más sentimientos fuertes, rabia, odio, más rostros, y entre todos ellos, uno que brillaba con luz propia, apartando con facilidad las sombras que poblaban su negro corazón.

Tiffany...

Sonrió. No sabía bien porqué, pero sonrió. Se recordó, ya un hombre hecho y derecho, dándole a aquella mujer algunas directrices para unos asuntos. Dredoc no se enteraba de nada, pero a medida que hablaban, empezaba a recordar, a recordar un mundo en el que había vivido. Ahora sabía qué eran esas luces que parecían mágicas, aquellos edificios tan imposiblemente altos, y aquella L metálica con la que había matado al bobby londinense.

Él había sido otra persona en otra vida, o estaba siendo otro en ese momento. Recordaba cada movimiento de aquella mujer con una sonrisa, y entonces recordó a dónde fue después... y otro nombre. 

Louise... 

Miró de reojo a la elfa. Ahora recordaba... recordaba que era su enemiga. Que estaba en peligro por su culpa, y que tanto le importaba si vivía o moría. Tal vez incluso había muerto más veces.

Ah... Ahora me acuerdo de ti... 

Volvió la cabeza hacia la oscuridad de nuevo, y se regocijó al sentirla tan débil. Ni siquiera sabía quién era, y confiaría en él sin dudarlo. Así que en cualquier momento podría estar a su espalda... No pudo evitar sonreír.

Me encanta esto... Ahora tengo una espada de más, así que puedo dejarte una clavada en la columna. No creo que una elfa paralítica pueda escapar de los orcos...

Borrando su sonrisa, cogió aire y simuló parpadear confuso mientras volvía la mirada hacia los demás.

Ugh... No... tengo flashes... raros. Con el numerito, tampoco colaría decir que no había recordado nada Edificios de una sola piedra enorme, calles alfombradas con una larga piedra negra... Algunas caras inconexas...

Miró a Galvan.

¿Quién es Kevin? Preguntó, sabiendo que nadie lo sabría.

-Oh, qué tontería. No la había visto.

Galvan intenta forzar la cerradura. No debía ser tan difícil. Trasteó en ella con una pequeña pieza de metal intentando hacer girar el cerrojo. 

Dredoc quedó temeroso tras las palabras de Galvan. No habia dado una respuesta satisfactoria, pero todo indicaba que este asunto era realmente complejo.

Qué quiere decir con Recordar...? Nunca he estado aqui ni... habia visto a nadie de estos compañeros...

Miró alrededor, paseando la mirada por la de los otros compañeros, y la cruzó con Indis.

Louise, dices...?

Dredoc parpadeó. Algo pasó en su mente que le sobresaltó y le hizo ponerse en pie.

Qué demonios!?

Dijo sorprendido. Jadeó y volvió a mirar a todo el mundo. Entonces se apoyó en la reja, cerrando los ojos. Parecía que más que experimentar un flash, estaba sufriendo un flash.

Entonces volvió a estar en la Tierra Media, confuso, y miró a Galvan. Se pinzó el tabique nasal y cerró los ojos con fuerza, poniéndose de cara a la reja, con el rostro entre dos de los barrotes. Sufriendo de nuevo aquellos recuerdos inconexos y extraños, un nombre salió de sus labios.

¿Kevin...?

Sacudió la cabeza, el sueño continuó. Algunos segundos después, miró de reojo a quien estuviera cerca suyo, y volvió la cabeza hacia la oscuridad de nuevo, de espaldas a los demás.

Cuando por fin se recompuso, cogió aire y parpadeó confuso mientras volvía la mirada hacia los demás, ahora a los ojos, algo perdido.

Ugh... No... tengo flashes... raros. Edificios de una sola piedra enorme, calles alfombradas con una larga piedra negra... Algunas caras inconexas...

Miró a Galvan.

¿Quién es Kevin? Preguntó, angustiado.

Hubo un cruce de miradas entre Dedroc y yo... Lo dejé pasar y de nuevo vuelvo a centrarla en él. - Louise... ¿Quien es Louise? -   hago la pregunta en voz alta, pero era más un cuestionamiento interior. No comprendía lo que me estaba sucediendo, de repente se volvía todo demasiado confuso al punto de padecer un agobio semejante al de la ignorancia. 

Revolvía en mis recuerdos algún vestigio de ese nombre pero nada, solo siento que todo esto ya lo conozco. El paisaje, los sucesos e incluso cada uno de los imprevistos que surgieron durante el combate me resultaron familiares, pero no podía creer que todo esto era un invento, yo pertenezco a este lugar y siempre hubo una lucha en contra de la oscuridad de Morgoth. 

¿Quien soy? ¿De donde provengo? ¿Louise? ¿Sebastian? ¿Charles? -  esas preguntas surgían de inmediato en mi mente, no sabía quienes era pero tenía que averiguarlo, al encontrarme con la verdad podría aliviar mi pesar. De momento siguiendo al beórnidas me mantengo en silencio, meditando y descubriendo en verdad quien soy. 

Sin importar lo que aquella piedra sugería continúo acompañando al resto. 

-¿Kevin?...no sé tío...estoy intentando salir de aquí, ¿sabes? Entiendo que estás recobrando la memoria y que no lo estás llevando bien, pero como no encontremos la forma de atravesar esta puerta, no sé qué vamos a hacer. Louise es el verdadero nombre de Indis, pero si te digo la verdad, esta forma me gusta más que la suya original, asi que si no recobra la memoria, me parece bien. Respecto a ti, te conocí con el nombre de Eban Banks. No sé mucho de tu pasado, salvo que eres una de esas personas con las que es mejor no meterse. Y yo soy Quico. Nos llevábamos bien. 

Galvan devuelve su atención a la puerta. Apoyado sobre las rejas, piensa. 

-Veamos...una llave, nadie tiene algo que pueda ser una llave ¿verdad? Que yo sepa el único objeto singular que tenemos es la Luz de Varda.

Demasiado fácil.  

-Ross, ¿porqué no pruebas? No tenemos nada que perder. 

Parece que mi intento es infructuoso, lo que hace que me sienta algo ridículo, no creo que nadie se haya dado cuenta.

Me siento mientras escucho y observo a mis compañeros, pensativo, ofreciendo sin ser consciente, un aspecto que resulta algo cómico.

Tras permanecer un rato sentado, en silencio, cambio de nuevo mi aspecto, volviéndome nuevamente hombre, aunque soy mas vulnerable con este aspecto, necesito poder comunicarme, si quiero salir de aquí, si queremos. Tras unos minutos el cambio se ha completado.

Me levanto entonces y aunque antes no me molesto mi desnudez, ahora me siento algo incomodo, como si estuviese mas cerca de William, y mas alejado de Vâlgarður.

Y si... maldita sea, me acerco entonces a la reja y observo el otro lado, tiene que ser por ahí, es una metáfora seguro. El elfo llamado Galvan, parece el mas consciente de todo, quizás la clave pase por él, no, esto es cosa de todos.

- Perdona, digo al tiempo que me aproximo a Galvan, y por primera vez le tiendo la mano para presentarme, pero esta vez lo hago con mi autentico nombre, mas para no inquietar a los demás, decido hablarle en voz baja - soy William, tengo una idea, no se si resultará, pero necesitamos salir de aquí. Miro alrededor, las paredes y el techo de la gruta, antes de proseguir. - Creo que esto es una especie de metáfora, para salir hay que adentrarse, y la llave, es el recuerdo, muerdo de modo inconsciente mi labio inferior, - pero creo que debemos recordar todos, entramos todos, y todos debemos salir. No se si funcionará, pero ahora mismo no se me ocurre otra cosa.

-Una metáfora ¿eh?-medita Galvan-No lo sé. No sé cómo llegas a esa conclusión pero no perdemos nada por probar. Y sin duda, recordar quienes somos no puede ser malo. Por lo que veo, hay como un...¿disparador? que activa nuestros recuerdos. En mi caso fue cuando cogí la Luz de Varda ¿y tú?. ¿Rain?¿Cuándo fue que recordaste tú?

- No es una conclusión, digo mientras me froto la nuca, - es solo intuición, quizás sea una pérdida de tiempo, pero ahora es la única salida que veo. También podría tratar de derribar la reja, un oso puede llegar a 1100 libras, aunque personalmente no creo que sirva de nada tratar de derribarla, y temo hacer mucho ruido en este lugar, no quiero despertar a quien quiera que habite en la caverna. ¿Yo?, - Yo nunca olvido, siempre recuerdo.

Empiezo a escuchar hablar a Galvan, Dedroc y al recién llegado y me quedo tan absorta que no sé como reaccionar.

Finalmente consigo aclarar mi cabeza lo suficiente como para empezara bombardearles a preguntas.

- ¿De qué diantres estáis hablando? - pregunto extrañada ante tales afirmaciones.

- ¿Recordar que?

Galvan se gira hacia Kara.

-Que tu nombre es Kara Krayss y que no pertecenes a la Tierra Media. Que todo esto no es más que un escenario ficticio, sacado de una novela de fantasía e inducido directamente en nuestras mentes...y que nuestro objetivo es salir de aquí. Si algunos hemos recordado, supongo que era algo que estaba previsto en este escenario y creo que efectivamente, puede formar parte de la solución. No sé si para abrir esta puerta o para qué, pero debemos recordar. Todos debemos hacerlo. 

Del otro lado de la reja les aguarda un trayecto de igual distancia en comparación con la entrada del túnel pero la única diferencia es la fuente de luz. Tal vez allí puedan encontrar un espacio abierto iluminado por antorchas o alguna fuente de luz similar al sol. Tal vez sea magia o tal vez no pero de algo están seguros. Conforme los héroes hurgan en sus memorias la luz del final es cada vez más brillante como si la distancia con el otro extremo pareciera disminuir.

Pero algo sucede. Algo imprevisto y perturbador.

Pronto aquella luz desaparece por un segundo o dos y la oscuridad abarca todo. En aquel instante ahogado, los héroes pueden observar un túnel completamente diferente, en donde ellos pierden su esencia y pasan a ser simples espectadores de una escena en donde un grupo de personas con extrañas vestimentas atraviesa el pasadizo que ahora es completamente circular y se encuentra plagado de símbolos extraños. Aquellos hombres y mujeres al llegar a la luz se desvanecen…

Antes de poder digerir la visión los héroes nuevamente se encuentran frente a la reja que obstruye el paso. Afuera una tormenta es anunciada por algunos rayos, viento y finalmente lluvia en caudales. 

Durante los breves segundos que la luz se extingue, siento una presión en el pecho, una sensación de ahogo, y confusión. Pero cuando vuelve de nuevo la luz, las imágenes que se suceden, es como imaginaba, no hacen mas que confirmar mis sospechas, cuando lleguemos al final, despertaremos.

Pero la tormenta me devuelve de nuevo a la realidad, me giro hacia la entrada de la cueva y encamino mis pasos hacia la misma, cuando me asomo al exterior, la tormenta arrecia, golpeando con furia la ladera de la montaña. Este mundo se desmorona, tenemos que salir de aquí cuanto antes.

A pesar de mi deseo de hablar quedo, me veo obligado a hablar alto para ser escuchado - TENEMOS QUE MARCHARNOS CUANTO ANTES, HAY QUE ABRIR LA MALDITA REJA.

Galvan intenta retener todo lo que ha visto e interpretarlo.

-¡El código!-no podía dar crédito a lo que acababa de ver-¡Han tenido un fallo de programación y he visto el código!

¿Y si encontrara alguna forma de utilizar lo que acababa de ver para salir de aquella situación?¿Y si encontrase alguna forma de romper el código y/o encontrar una forma de atravesar ese pasadizo de luz evitando la puerta?¿Se trababa quizá de un firewall que se pudiese burlar?