Partida Rol por web

Se acercó y recibió el abrazo que le tendía su madre y los tres se fundieron en un sentido abrazo. Comprendía la preocupación de su madre y no le hacía gracia tener que dejarla allí sola con su pequeña hermana cuidándola, pero si no hacía nada no podría encontrar una cura para ella y eso sería peor. La idea de Irina, aunque llena de buena intención, no pareció convencerle.

-Gracias señorita Irina, pero mientras está fuera no necesitará la cama y cuando regrese la necesitará con las cuatro patas. Me conozco el pueblo y me se todas las historias de vampiros que hay, puedo ser de mucha utilidad, además puedo llevar la antorcha mientras ustedes luchan. Se volvió hacia su madre. Mamá, no puedo dejar que esta gente se sacrifique por nosotros y quedarme de brazos cruzados, debo ayudarles, no solo por ti, si no por todo el pueblo. Además... ¿Con quien iba a estar mejor protegido que con ellos? No hay mejores guerreros en todo el pueblo y lo sabes, incluso Parriwimpie tiene una armadura y luchará y él es muy grande y fuerte. Te prometo que volveré sano y salvo y con una cura para ti.

Las palabras de los paladines le habían entristecido, pero Ivalic no se rendía fácilmente.  

En mis historias solo los grandes paladines tienen el poder de curar, quizás a Ashlyn y a Herr Urik les falte pasar por esa gran prueba a la que todo paladín debe enfrentarse, quizás la prueba sea el Conde.

En cualquier caso estaba decidido a ayudarlos, así que se volvió hacia todos.

-¡Por favor! Deben dejar que les acompañe. La señorita Ashlyn y Herr Urik han comprobado que soy valiente y no salgo corriendo y que puedo ayudar.

Varikov tenía un plan “mantenerse alejado de los niños”. Era un buen plan y casi siempre efectivo. El problema era que algunas veces, esos pequeños demonios, se escondían detrás de los culos gordos de las chicas. Menos mal que la gitana les dio una buena noticia. La madre de los chiquillos iba a dejar de gastar el oxígeno dentro de poco. Sin su madre, los niños no tenían muchas posibilidades de vivir. ¡Uy, que “pena”!

Se tuvo que tapar la boca y carraspear para disimular una carcajada. Ese churumbel tenía esperanza de que los paladines lo iban a ayudar. ¡JA! Eso mismo pensó el Trampero los primeros cinco minutos cuando los conoció.

Al final el más inteligente de todos era el tonto, Parriwimple, con su propuesta de que el mocoso debería quedarse en su casa. El enano estaba de la misma opinión. Además, sería feo no cumplir el último deseo de su madre.

Les dejó discutiendo nimiedades y salió fuera a tomar un poco de aire fresco. Ese cuarto olía a muerte.

Dos semanas de vida. Eso es lo que le queda. Si en dos semanas no encontráis una cura que quizás ni siquiera exista, ella morirá.

Madame Eva bajó tras el enano, y tras hablarlo, también los demás, con la pequeña carga que suponía Ivalic. Ismark hablaría con el carpintero, Giussepe. Sería el encargado de serrar las patas de la cama.

Fuera, en la plaza, comprobaron que el camino a la iglesia se había hecho más largo. No podían ir directos, por culpa de la barricada. Tenían que seguir saliendo por la casa de los Veljoban, y rodear varios bloques de casas antes de retomar la calle principal. Tan solo un par de zombis salieron al paso. Al primero lo finiquitaron sin problemas. El segundo... El segundo se aproximó a ellos como un mal augurio...

Este no es un vistani. No es alguien de mi campamento. Fijaos en el pelo, ya casi no tiene. Ese cadáver lleva muerto varios años. ¿De dónde procede? ¿Del cementerio que hay tras la iglesia, quizás?

Cincuenta pies... cuarenta y cinco pies. Se seguía acercando. Cuarenta pies... treinta y cinco... cada vez está más cerca.

Desenvaino mi espada y preparo y embrazo mi escudo. Me aseguro de que Ivalic y Parriwimple estén bien protegidos detrás de mí y miro significativamente a Frau Ashlyn, por si quiere acabar con la desdichada criatura mediante un bien dirigido virote de ballesta.

-Ese demonio... -murmura Ashlyn mientras descuelga con rapidez su ballesta ligera-. Preparaos. ¡Preparaos...!

La ballesta deja escapar un leve crujido cuando la cuerda se tensa, bloqueándose con el gancho del gatillo. Sin dejar de mirar al muerto que se acerca destapa la aljaba cilíndrica de cuero que cuelga de su cintura, seleccionando un extraño virote con la punta de color carmesí. Después apunta el arma, murmurando una plegaria a su dios, y dispara... enviando el virote hacia las nubes mientras da erráticos giros a causa de un fallo en el mecanismo de disparo.

-Perfecto -dice, mirando asombrada su arma-. Tenía que ser justo ahora.

Irina saco su escudo y lo embrazo. Con la espada desenvainada se mueve para colocarse en una posicion desde la que pudiera flanquear con Urik con un sencillo movimiento. 

Ivalic se sintió satisfecho cuando el grupo aceptó que los acompañara, así que cogió todo lo que necesitaba y se puso en camino con ellos tras despedirse de su hermana y su madre. Pronto vieron que deberían dar algún rodeo para llegar pues las barricadas y los zombis impedían un acercamiento directo, por fortuna él conocía cada rincón del pueblo y no le fue difícil ir encontrando una ruta adecuada, aunque algún zombi se les interpuso, pero acabaron rápido con él. Otro se les acercaba en aquel mismo momento e Ivalic se puso detrás del grupo mientras los guerreros daban buena cuenta del engendro, prometía ser algo sencillo tras lo que les había visto hacer.

-Tengan cuidado, yo vigilaré sus espaldas.

Lo peor que podía pasar es que quedaran atrapados entre dos grupos de zombis, era mejor estar alerta. No vio la necesidad de sacar su tirachinas, había que administrar bien la munición y tan solo había uno.

Parriwimple tomó su clava, y puso sus pies, firmemente, sobre el suelo. Sin embargo, aunque muy feo, el ser aun no le había hecho nada. Así que esperó hasta que este atacara bien a sí mismo, bien a alguno de sus compañeros, para golpearle a su vez.

De manual, ya tenían práctica y se complementaban a la perfección luchando contra zombis aislados.

Primero Ashlyn. Su virote se fue muy alto. Un escozor le hizo mirarse la mano. Entre el pulgar y el índice se había hecho un pequeño corte accidental con la punta de acero carmesí, al cargar la ballesta. Tenía los dedos entumecidos y la piel dormida por culpa de algún tipo de reacción alérgica a los productos alquímicos del virote, o porque estaba defectuoso. El caso es que ahora solo disponía de movilidad en una de las manos. No importaba demasiado, los demás no tendrían problemas en acabar con un zombi aislado...

Herr Urik hizo de cebo, con su escudo, para amortiguar la fuerza con la que el zombi presumiblemente se abalanzaría. Cuando faltaban un par de codos, descargó el brazo y la espada se hundió en el hombro. Sin embargo, la carne podrida de este zombi era más dura, y no logró cortarle el brazo de tajo a pesar de la fuerza empleada.

A la vez, Irina realizó una maniobra envolvente perfecta desde el punto de vista estratégico, pero su golpe fue ridículo. La parte plana de la espada golpeó toscamente el brazo del monstruo, llamando su atención involuntariamente. El zombi se dió la vuelta y cambió de objetivo, pero la hija del Burgomaestre no tuvo problemas en aguantar el envite.

Parriwimple corrió en ayuda de su amiga Irina y golpeó con fuerza, pero con poca precisión, fallando su garrotazo.

¡Haber, ho! Tanto traballo para un cachocarne...

Varikov se había quedado al margen, pensando que el contrincante no duraría demasiado, y ahora se encontraba con todos esos humanos flojos e ineptos incapaces de terminar el combate. Algunas voces en su cabeza le decían que ayudara. Otras, que se rascase el culo, que ya picaba. La votación se ganó por mayoría simple, y el picor en el trasero rebajó su intensidad.

¡Arrodíllate!-trató de ordenar Madame Eva al zombi-Criatura de la tumba, yo te lo ordeno, ¡de rodillas! ¡Ya! Nada, no me hace ni caso.

- "¡Por los poderes benignos!" - Grito mientras descargo un poderoso tajo sobre el hombro herido del zombi, al tiempo que una tenue luz blanquecina envuelve mi espada argéntea.

-Demonios...

Ashlyn deja caer su ballesta y desenvaina la espada, corriendo hacia el zombie.

Irina volvio a golpear con la parte plana de la espada y ni siquiera le hzo un rasguño al zombi. La noble no entendia que estaba pasando con sus habilidades de combate. Acaso le habian lanzado una maldicion?

Parriwimple se mueve hasta ponerse al costado del zombie, golpeándole con fuerza aunque con un arma inadecuada para el fin que persigue. A pesar de todo es un golpe potente.

A pesar de los esfuerzos de todos parecía que aquella criatura se les resitía más de lo habitual así que Ivalic comenzó a sentirse nervioso, pero no quiso transmitirles ese sentimiento, ahora lo que necesitaban era ánimo y vigor.

-¡Venga! ¡Ya es vuestro! ¡Un poco más y caerá!

Quizás solamente con sus ánimos no fuera suficiente así que sacó su tirachinas y colocó una de las bolas metálicas en el extremo para después tirar y apuntar, de momento se quedó así intentando encontrar un buen lugar para disparar entre tanta gente alrededor del zombi, si las cosas se ponían feas no tendría más remedio que arriesgarse y soltar la goma.

Creatura din mormânt, îngenunchează în fața mea. Ta va fi lasat cu sufletul vostru, îngenunchea în fața mea. Voința mea este mai puternică, asculta-ma, îngenunchea în fața mea.

¿Uh? ¿Quién dis que se mea?

En el idioma patterna, todo suena mucho más grandilocuente. Los pelos de loca de Madame Eva ondearon como si un viento surgiese de ella, y un resplandor amarillo, como el rayo, refulgía intermitente en sus manos.

No... es inútil. Strahd me drenó demasiado poder. No puedo expulsarlo, es demasiado fuerte para mí en estos momentos.

A pesar de ser mucho más resistente que un zombi normal, la fe de Herr Urik logra cortarle esta vez el brazo. Eso también hace que llame la atención del monstruo. El zombi deja a Irina y ataca al Caballero del Cuervo. Parriwimple también logra arrancarle la mandíbula del sitio, con un golpe, pero queda colgando truculentamente.

Poco a poco, lo van rodeando. El zombi gira sobre sí mismo, con lentitud, amenazando con morder con sus incisivos superiores a toda esa panda ingrata de vivos que quiere acabar con él.

Ashlyn golpea con su arma sin abrir la boca, tratando de concentrar su atención en el no muerto... pero el terrible dolor que palpita en su mano izquierda a causa del virote de fuego alquímico es demasiado fuerte y su espada golpea el cuerpo del enemigo sin fuerza ni precisión.

Pariwimple vuelve a golpear con su clava el cuerpo del zombie, causándole algo menos de daños que la vez anterior

- Descansa de una vez, hombre malo- le dice en el tono que un padre usaría con su hijo revoltoso.

Irina fallaba y fallaba. El zombi era duro pero habia algo mas alli. No era normal que se encontrara tan torpe. Parecia que no era capaz de alcanzarlo...

Sus compañeros, a pesar de haber rodeado al zombi todavía seguían intentando acabar con él. Ivalic nunca había visto algo semejante y temía que pudiera herir alguno de ellos. En cuanto tuvo línea de visión no se lo pensó más y soltó la goma de su tirachinas esperando dar en su blanco.

Mi espada argéntea nuevamente corta la piel y la carne maldita de esta monstruosidad muerta viviente, aprovechando la distracción que le supone el verse atacado por todos los frentes.