Partida Rol por web

Alzo mi mirada hacia el techo, lanzando un leve suspiro sin contestarles, no hace falta, ya he dicho todo lo que tenía que decir. De repente, una luz del piso superior ilumina nuestro piso durante unos pocos segundos, sin pensárselo, Pispas se lanza a la carrera por las escaleras, no sin antes lanzar la protección de su elemento, a mi y a los otros que como yo, han perdido su escudo de piedra, en el combate anterior. Tras él, va Palandras, sin preocuparse de posibles trampas o ataques furtivos de nuestros enemigos.

Desenvaino mi arma, para seguidamente avanzar en dirección a las escaleras con calma observando el entorno, no hay prisa, un par de minutos en estos momentos no creo que inclinen la balanza a favor de ningún bando, toca ser prudentes no actuar como pollos sin cabeza.

- Atentos, tranquilos y estar preparados - me limito a decir.

Detengo mis pasos en la escalera al oír las palabras de Gys. Cierro los ojos y me concentro en mis poderes como Elegido de la Tierra. Poco a poco el polvo del suelo comienza a elevarse hasta tapar la escalera arremolinarse a mi alrededor, formando una especie de nube. Salto desde la escalera al suelo y lo golpeo repetidas veces, haciendo que a mi alrededor el suelo se cuarteé, formando un círculo cada vez más amplio, las piedras y los guijarros que se levantan del suelo se unan a la nube de polvo que me rodea formando una densa capa de piedras, guijarros y polvo. Tras unos segundos, lanzo una larga serie de golpes y patadas contra la nube haciendo que partes de esta salgan disparadas hacia todos mis compañeros mientras una parte de la nube se queda a mi alrededor. Hasta que todos vuelvan a disponer del Escudo de Piedra.

Tras esta maniobra, vuelvo a subir por las escaleras.

Justo tras terminar el combate y sin casi tiempo de reaccionar, aparecen nuestros compañeros. No están todos, seguimos sin saber nada de Braka Y Raenhmi -Espero que estén bien -pero al menos los demás siguen vivos -Me alegro de veros y de oir que habéis logrado salir con vida del combate. Como bien ha dicho Gys por aquí nos han ido bien las cosas, hemos acabado con Abaliv y Dacen y ninguno de los presentes estamos heridos. Desgraciadamente Mano Larga huyó, como el cobarde que siempre ha sido, así que es probable que lo volvamos a encontrar.

De repente una luz proveniente del piso de arriba nos deslumbra y tan pronto como aparece y esfuma. Pispas corre el primero a subir las escaleras, seguido de Palandras. Les sigo cautelosa -Tened cuidado, no os precipitéis... y sobre todo tú, Pispas, no deberías ir el primero, no sabemos qué nos podemos encontrar.

Aunque Mano Larga ha conseguido huir, el desgraciado de Abaliv y su séquito por fin han perdido del todo la vida. El combate directo en minoría había significado su perdición y quizás la victoria sobre el Mal Supremo. Sin embargo, aquello todavía no había terminado y aquella luz ahora se antojaba extraña. Quizás era otro peligro al que se tendrían que enfrentar.

- Tenemos que ir arriba lo antes posible. Si no acabamos con el hechicero oscuro haber acabado con Abaliv y el resto habrá servido de bien poco. No le demos más tiempo al mal de hacer más fuerte a su ejército. - dijo con seriedad, haciendo un gesto con la cabeza hacia el piso superior

Recibo con alegría a los presentes, me dan algunas palmaditas, una luz segadora nos alumbra y en lo que hablan los demás termino siguiendo al resto pisos arriba. 

Si bien estaba subiendo las escaleras con una sonrisa entre cruel y siniestra, al oír las palabras de Ela me paro y mis orejas se agachan en señal de consternación y hundo la cabeza entre los hombros, en señal de reconocimiento de que sus palabras son acertadas, como siempre. Por lo que subo las escaleras con más cuidado, esperando a los demás.

Subís las escaleras y llegáis a lo que es una gran sala con un trono. En ella se encuentra sentado un hombre. A su lado, un extraño ser, lleno de vendajes, y al otro, el conocido por todos, Mano Larga.

Os mira sin levantarse del trono.

Al fin habéis llegado, comenzaba a impacientarme. Supongo que no hace falta que me presente ¿Verdad? Aún así, lo haré, soy Morgaron, o como a vosotros os gusta llamarme: El Mal Supremo.

Curioso equipo hacéis...

La hermana de uno de mis lugartenientes, dos fanáticos de la Luz, un bribón convertido a elegido, una gnoma cuyo poder no ha despertado para mi beneficio, una ladrona que dice servir al Bien, un goblin con malos modales y un exquisito dominio de la Tierra, un lameculos del Rey, un pato con gafas y la malcriada niña del Fuego. Sinceramente, me impresionaban mucho mas los antiguos elegidos...

Aún podéis rendiros. Los cuatro elegidos morirían y el resto podríais convertiros en mis subditos. Es eso o morir todos. No está nada mal ¿No?

Al llegar al trono vemos a un ser sentado en un trono resguardado por sus lugartenientes. La descripción que hace de nosotros, aunque partidista, es bastante exacta, así que no protesto y simplemente me limito a esperar a que alguien con más don de la palabra que yo diga la primera frase. Estoy segura de que esa será la opción más sensata... porque si ahora mismo me pongo a saludar... en fin, mejor no pensarlo.

El suelo se abre bajo vuestros pies pero lográis no caeros abajo y seguir adelante.

En ese instante, alguien aparece ante vosotros.

Vaya, vaya, así que sigues vivo ¿Eh, Braka?

Cuanto tiempo sin vernos ¿Que tal te va la vida?

A lo cual añadió una desagradable risotada.

-Mmmm...-Ya habían llegado, ya estaban allí y parece que Morgaron estaba demasiado tranquilo para mi gusto, pero el era el todopoderoso, el sabría mejor que nadie, si tenia alguna posibilidad contra ellos que eran un montón o no. Así que por primera vez mantuve al boca cerrada y espere a que todo sucediera.

Y por fin llegamos al momento que llevaba esperando desde hace días, el enfrentamiento final contra Morgarion, el mal supremo, la entidad que no ha traído más que muerte y destrucción a Umbria. Sentado en el trono de Fladnag, confiado en sus poderes y escoltado por dos de sus sicarios, todavía se cree con el lujo de insultarnos, creyéndose estar por encima de todos. No hay problema, te bajaremos de tu altar a golpes.

- ¿Algo más que añadir? - pregunto sacando todo el poder de elegido del aspecto del agua a relucir, las runas con el símbolo del agua surgen en  las palmas de mis manos brillando con fuerza, preparado para iniciar el combate.

Cuando el suelo se abrió bajo sus pies Braka dio un potente salto que lo llevó a segura tierra firme, pero entonces la vio de nuevo...aquella que aniquiló a todo su clan en un abrir y cerrar de ojos. -¡TÚ! ¡Bruja inmunda! ¡Ven aquí para que te parta en DOS! -Braka fue incapaz de pensar ni hacer nada más que abalanzarse con toda su justa furia hacia la bruja para abrirla en canal y lograr así gran parte de su venganza...pues ella nunca dejó de ser una simple sierva.

seguia a los demás más por inercia que otra cosa. Dacen había muerto. Casi todas las personas convertidas en no muertos. 

-... malcriada niña del Fuego.

Ya no aguantaba más. Ninguno de mis aliados comprendía mi dolor y solo faltaba que este bastardo me tocase la moral para que saltase a la mínima.
 

-Todo debe tener un principio y un final Morgarion, Por eso tu creación era corrupta, porque llegaría a su fin, pero no generaría ningún nuevo principio. Tu creación solo era eterna al paso del tiempo, no a la muerte a manos de si misma. Por eso la belleza que había en tu arte no impresiono a tu madre.-A medida que hablaba notaba el mana y la ira creciendo en mi interior.- Eres un ser demasiado cegado por tu propio orgullo para ser amado. Llega el día en que tus hijos también rechazan, pues soy un fénix, una de tus obras no de tu hermano, y mi camino hasta aquí solo tiene por objeto darte muerte. Tu existencia sera permanente, pues el mal ha de existir para que se aprecie el Bien, pero no permitiré que extiendas tu reinado al precio de las vidas de lo que ya existe. Tus súbditos nos piden cambiar, cuando la pregunta es ¿Por que no cambias tú? Aun tienes tiempo para pedir la redención.

-¿Fanática de la luz? ¿yo? -pensaba que había quedado claro que no era precisamente un paladín en la causa de la Orden, mi causa era acabar con el Mal Supremo por encima de todo y moriría en el intento si era necesario.

-Parece que ha llegado el momento en que todo se decida y pretendemos acabar contigo Morgaron. No te lo tomes como algo personal, simplemente es nuestro destino.