Partida Rol por web

joder, está claro que lo mio con las tiradas de ataque es de traca... sólo saco buenas tiradas cuando no valen para nada o cuando hay cinemáticas... XDDD

Por cierto, estaba atacando con la Espada de Doble Filo, como siempre.

La pifia la dejo a vuestra elección :D

Yo soy Pispantorín, el último hijo del Clan Ilquar, el Elegido de la Tierra y mi único objetivo en esta vida es mandarte a tomar por el culo, hijo de la gran puta. - Grito mientras cargo contra Mordarion.

No había tiempo que perder la batalla final acababa de empezar.

Morgaron golpeaba fuerte y había elegido a las más débil de los elegidos, aquella cuyos poderes aún no habían despertado. Esperaba que pudiese evitar el golpe por el bien de todos.

Los elegidos debían ir a por Morgaron y nosotros debíamos intentar acabar con sus secuaces, para impedir que le ayudasen y mermar sus fuerzas. Aquella figura vendada no me daba buena espina, seguro que era más poderosa de lo que parecía. Me acerqué a Palandras y le susurré -Si me lo permites, te acompañaré en este baile -Saqué todo la fuerza de mi interior, apunté con el arco y disparé. Un disparo certero al máximo, como hice en la lucha anterior con Abaliv. Los hados seguían de mi lado.

Al ver que las palabras terminaban y que empezaban las hostilidades no dude ni un segundo abalanzándome sobre aquel hombre envuelto en vendas intentando lanzar un ataque cortante sobre él de forma descendente. Quizá fue porque me pudo el ansia y no actué fríamente, pero mi ataque no fue ni la cuarta parte de lo que podía llegar a hacer.

-¡No tienes honor, bruja! ¡Nos insultas con tus malas artes! ¡Eres indigna siquiera de enfrentarnos! -Braka le gritaba a la hechicera con furia y con gran odio que salía desde lo más profundo de su ser. -¡Muere ahora y libera a este mundo de tu vileza! -y cuando se dispuso a atacarla de nuevo vio cerca suyo, en el suelo, en manos de un esbirro caído, una larga lanza de apariencia desgastada. Quizás sea buen momento de cambiar de táctica...ya que ella no juega limpio yo tampoco lo haré. Pensó para sí mientras cogía la lanza. -¡MUERE! -Braka lanzó un poderoso y furioso grito antes de lanzar su estacada.

Cuando me abalance sobre el enemigo dí por sentado que era la ultima batalla que tendría. No supe sí la oscuridad que sentía se apoderaría de mí. Tan solo dí batalla, dí mi mayor esfuerzo. Quizás no fuera suficiente, pero tenía que darlo todo.

De repente, la pequeña pelirrosa intentó saltar a un lado para esquivar el Halo de Negrura que había lanzado Morgaron, pero por algún coletazo del destino, sus pies no pudieron separarse del suelo. El Halo de Energía Oscura del Infierno se elevó hasta cubrirla al completo, formando una esfera negra que comenzó a absorberse a si misma con una gran celeridad. Al cabo de unos segundos, la esfera era tan grande como un canto rodado, y acto seguido, desapareció en el vacío.

La risilla de Morgaron comenzó a resonar en la sala. Primero despacio, casi como un susurro, después cada vez más audible, hasta convertirse en ensordecedora.

- Uno menos. - Dijo. - ¿Estos eran los Elegidos? La verdad es que en cada reencarnación me lo ponéis más fácil. Pobre Maxra. La quería tanto. - Hizo el gesto de enjugarse una lágrima en sus ojos oscuros, pero con una sonrisa maquiavélica. - Estáis ante el Mal Supremo, pardillos. ¿Qué creéis? ¿Que mi poder es comparable con los de mis esbirros? ¡JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA! -

Mientras tanto, Ela y Palandras se encargaban de la momia, el cual no pudo esquivar el poderoso ataque de Ela, mas si el de Palandras. Como una exhalación, MADAV lanzó dos golpes seguidos con su poderosa arma.

Vadania no pudo esquivar la terrible estocada de Braka, el cual la atravezó de lado a lado con su lanza, la levantó en el aire y la lanzó varios metros hacía atrás. Él y la elfa se giraron para ver dónde había caído el cuerpo de la hechicera, pero esta estaba de pie...

Aunque no en el lugar que había caido, sino con los pies apoyados en el techo, que se elevaba unos metros por encima de sus cabezas.

Tenía un agujero en el abdomen, del cual caía sangre negra como la noche, sin embargo, la mujer no parecía caer pese a que los esfuerzos de los aventureros eran terriblemente letales.

Asentí a Ela, agradecido por su ayuda. Algo me decía que aquel cabrón iba a ser difícil de matar. -Un placer. -respondí escuetamente

Y efectivamente lo era pues desvió mi ataque con facilidad antes de asestarme dos rápidos golpes con aquella formidable espada. Por suerte pude reaccionar a tiempo, intentando parar su ataque con mi lanza. Vamos... no me falles ahora...

Tras haber participado en la muerte de demonio Abaliv siento que aquella batalla puede llegar a un buen final, pero la poderosa magia de Morgaron acaba con la vida de Maxra con facilidad. Aprieto los dientes con rabia y cargo contra Madav con mis dos espadas, buscando terminar con su existencia.

Mierda. Maxra. Una elegida. Mierda... 

Destenso rápidamente el arco, saco un frasquito y me tomo lo que tiene dentro de un trago. Inmediatamente después, saco un segundo frasquito y me lo trago de golpe también. Al fin y al cabo, visto lo que acabo de ver, dudo que fuera a tener oportunidad alguna de enfrentarme al faraón de no ser así. Espero unos segundos a ver si noto alguna diferencia antes de tensar el arco y disparar.

Uno de los ataques de la momia hace mella en Palandras, el cual resulta seriamente herido, pero aún así, puede seguir combatiendo... por lo menos durante un asalto más...

Rendam ataca con fuerza a la Momia, al mismo tiempo que Pia hace lo propio lanzándole una flecha. En este momento, la muchacha parece irradiar una especie de aura verde que hace que todos los allí presentes sientan una calidez extraña. La típica calidez de una fogata o de una chimenea, allí mismo, ante la presencia del ente más frío de la Creación.

MADAV logra esquivar el ataque de Rendam con una gran soltura, pero en ese momento, Pia mueve su arco unos milímetros y la flecha que sale disparada de el se clava en el hombro de la momia, la cual no parece sentir dolor. Simplemente mira la flecha y se la arranca con su mano derecha, lanzándola al suelo con fuerza.

Bueno, por lo menos, os dais cuenta de que ahora, parece cabreada.

Un calor comienza a irradiar desde mis pies a mi cabeza y la verdad no tengo muy claro si es para bien o para mal, pero cuando el fulgor verdoso comienza a surgir de mí, no tengo dudas. Levanto el arco, y disparo hacia la momia, pensando que quizás este pueda ser el último ataque de mi vida. Y si no lo es, al menos sabré si mis flechas tienen la capacidad de hacerle algo.

Tomo la poción de Ela. Y la guardo junto a resto.

Veo morir a Marxra, la molesta gnoma no se merecía un final como ese. Enarbolando el bastón de fuego saco de mi interior el fuego más antiguo y puro que el mismo Morgarión un día puso en mi interior. Un rayo de energía pura surge partiendo el techo, convirtiendo el cielo nocturno en un súbito día del que llueve fuego sobre nuestros enemigos.

Mano toma la poción de mana que compre en la ciudad del fuego preparada para la ocasión.