Partida Rol por web

¿Y si se trata del mal absoluto?

Pregunto, al ver a qué increíble velocidad sanan sus heridas. No obstante, esa misma pregunta me hace sonreír.

¿Y si lo de dentro es, únicamente, una distracción?

Entonces mis ojos miran a Braka, brillan con decisión.

Si con esta no cae, corre, llama a los demás.

Y sin mucho más que decir, salto, giro sobre mí misma, y mis estiletes buscan clavarse en su propio costado y, más preocupada de esquivar el ataque que de otra cosa, hago lo posible por echarme hacia atrás y evadir su ataque con una agilidad, guiada por las sombras, que incluso a mí misma me sorprende, no obstante, no sé si será suficiente...

La elfa saltó sobre la figura de la hechicera con los dos estiletes listos para clavarlos en las costillas, uno a cada lado, de Vanadia. Tal vez fue cosa del destino, o simplemente, que la elfa oscura sabía muy bien lo que hacía, pero la bruja, pese a estar colgada del techo, no pudo esquivar los estiletes y estos se clavaron entre sus costillas como un cuchillo caliente a la mantequilla.

La mujer, pese a lo que había hecho antes, se dolió. Aún así, mantenía ese rostro diabólico, aunque ahora sus ojos desprendían un fulgor especial. La hechicera cayó, acto seguido, al suelo, en una posición algo antinatural. Su piel comenzó a resquebrajarse, y de ella comenzaron a salir pinchos de hueso. Los pinchos empezaron a salir en su espalda al principio, pero en unos segundos, lo que era una mujer, que algunos podrían denominar bella, se convirtió en un terrible engendro.

Fue en ese momento cuando alguien más entró en escena. Justo en el momento de la transformación. Estaba agitado y sudoroso, y sus ropas no eran más que simples jirones de tela, dejando a la vista su pecho arañado y herido, algo ensangrentado.

Sin embargo, pese a el calamitoso estado del muchacho, venía sonriendo.

- Bueno, al parecer he llegado justo a tiempo. - Dijo Fladnag con una sonrisa. - Yo me encargo desde aquí. - Chasqueó los dedos y un portal apareció de la nada, justo dónde se encontraban Braka y la Elfa. - Vosotros coged este portal. Vuestros amigos están peleando contra Morgaron, y necesitan toda la ayuda que podáis brindarles. -

Dicho esto, se giró hacía la que antes era una mujer de ondulados cabellos e inclino la cabeza.

- Hola mi amor. Hacía mucho tiempo que no nos veíamos de esta manera, ¿no es así? Sabes que no me gusta llegar tarde, pero unas tropas de tu jefe me han entretenido. Ahora podemos darnos un abrazo y olvidar todo o podemos decidir esto como en los viejos tiempos. ¿Qué te parece? -

Miró a los otros dos, que aún estaban allí y frunció el ceño.

- ¡Que os piréis! Esto se va a poner complicado y no podré utilizar todo mi poder si vosotros estáis aquí en medio. -

Mano Larga, recibió el impacto del rayo de Talashia, lo mismo que los enemigos que allí estaban, mientras tanto, Pispastorin estaba intentando no tropezar cuando se lanzó al ataque, perdiendo su arma en el intento. El arma del pequeño Goblin había salido disparada cual molinete hacia delante, para clavarse justo en un tapiz del final de la sala.

La momia y el pequeño ser verde se dolieron por el impacto del rayo de la Elegida del Fuego, mas no Morgaron, el cual pareció revitalizarse de manera extraña, y aunque había recibido bastante daño, estaba ahora más féliz.

Fue en ese momento, cuando un portal comenzó a abrirse a un lado, lo cual hizo que Morgaron girara la cabeza para observar el portal, y sonreir. Cuando volvió a girar la cabeza hacia los enemigos, no se percató de que Mano Larga, salió corriendo hacía allí para meterse al portal.

- Gracias por atacarme, Elegida. Acabas de hacer que vuelva a recuperar mi magia, para volver a utilizarla contra ti, querida. - Movió las manos delante de su cuerpo, y un nuevo círculo negro comenzó a formarse bajo los pies de Talashia. - Os vuelvo a repetir que no os estáis enfrentando a un enemigo cualquiera, soy el mismísimo Mal. Y no dejaré a nadie con vida. -

Golpeó las palmas de su mano delante de él, y el círculo comenzó a formarse.

Talashia sólo tenía una oportunidad antes de que ese círculo negro la enviara a otro mundo... para siempre...

Maxra desaparece por efectos de los poderes oscuros de Morgaron, y Talashia es la siguiente en ser señalada con sus poderes malignos, y lo que es peor, usas poderes de los elegidos contra él, lo único que consigue es que recupere las fuerzas. Esto se complica.

Mis compañeros no es que se encuentren en mejor situación, Palandras ha recibido un buen golpe, así que recurro a mis poderes de curación para sanarle y segundos después volver a atacar a Morgaron con mi arma.

Combatiré cuerpo a cuerpo contra él, no hay más opciones.

Las cosas se complican más de la cuenta, no lo acabo de entender muy bien pero parece que la magia de los elegidos sobre Morgaron hace que recobre nuevas fuerzas para el ataque... espero que podamos acabar con él y con ese engendro con vendas.

-¡Aguanta Palandras! Tenemos que acabar con ellos

Tras la transformación de Varania, sus ropas y todo lo que ella llevaba encima, cayó al suelo. Allí podéis ver su ropa hecha jirones, cabellos, sus botas que llevaba bajo la túnica completamente destrozadas.

Y algo que le llamó mucho la atención a Braka.

Un colgante.

Extraño, pero por alguna cosa que no podía comprender ahora mismo, ese colgante parecía llamarle.

El portal terminó de abrirse...

Si querían ir a ayudar a los demás, ahora era el momento...

Ataco con la espada normal (la +2/+1)

Si impacto: Daño 3.

Después de perder la espada de doble filo, me levanto y me tomo el Elixir de Maná. Después desenvaino la espada normal y cargo nuevamente contra Morgaron.

Maldito hijo de la gran puta, voy a descuartizarte y darte de comer a los perros.

¿Qué hacer? ¡¿Qué hacer?! El orco se debatía fervientemente entre irse y ayudar a los demás contra el Mal Supremo o quedarse y asegurar la caída de la bruja...o lo que fuera. Ella fue quien aniquiló a todo su clan, pero en verdad nunca dejó de ser una sierva al servicio del verdadero enemigo: el Mal Supremo.

Antes de tomar su decisión agarró rápidamente el extraño colgante de entre los rotos ropajes de la bruja...y finalmente saltó dentro del portal, pero no sin antes decirle al extraño con toda la dureza que con el paso del tiempo adquirió: -Si mientes te saco las tripas por la boca, no lo dudes. Hazselo pagar todo...con creces. -y a su élfica y hábil compañera: -¡Vamos! Enfrentemos al verdadero enemigo junto a los demás.

Una amplia sonrisa de victoria aparece en mi rostro cuando veo a mi enemigo caer, más no titubeo cuando cambia, cuando muestra su verdadero rostro.

Las sombras siempre me han acompañado, la oscuridad no puede conmigo.

Digo completamente segura, instantes antes de la aparición de Flandag. Le miro, y veo a la que parece su vieja rival o tal vez incluso vieja amante.

Cojo una esfera de mi arsenal.

Más le vale sobrevivir.

Digo, lanzándole la esfera para que la coja o la use a placer. Y sin más miro a Braka.

Jamás hubiese creído que lucharía brazo con brazo con uno de los tuyos. Menos aún que le confiaría mi espalda sin dudarlo. Vamos.

Y sin más me arrojo al portal para luchar contra nuestros oponentes.

Con solo un gesto de molestia al ver que la magia no es efectiva contra él, me llevo a la boca la poción obtenida en el monte milenario. La oscuridad que formó entorno a mi se disipa como si su hechizo nunca hubiera sido efectivo.

-Lo siento, padre. Aquí también sabemos hacer pequeños milagros. - Comento antes de abalanzarme sobre él lanza en mano.

- Talashia, usa tus poderes ofensivos contra el seguidor de Morgaron, y a ver si entre todos le mandáis al infierno de donde no tendría que haber salido, para centrarnos todos en el mal supremo y acabar de una maldita vez con él - doy un paso atrás tras el golpe colocándome en posición defensiva con la mirada clavada en la completa oscuridad que cubren los ojos de mi enemigo- ¡Vamos! Es el segundo asalto y aún seguimos en pie, no hemos superado todas las adversidades en estos últimos días para dejar que estos malnacidos venzan, ¿verdad? Golpearles duro, sin vacilaciones como habéis hecho en todos los combates y venceremos - rujo esperando insuflar ánimos a mis compañeros.

- Vas a caer, Morgaron, aunque tenga que llevarte yo mismo al infierno, vas a caer - digo al mal supremo extrayendo más poder.

La cosa sucedió más o menos así. Talashia se vio entre la espada y la pared con el tremendo hechizo de Morgaron, pero de repente, bebió una poción brillante que tenía en su mochila y automáticamente, cambió de posición colocándose en otro sector de la sala al mismo tiempo que la bola de energía negra se cerraba sin nadie dentro.

En ese momento, en el fragor de la batalla, se escuchó el desenvainar de una espada.

Una voz, femenina, que hasta ahora se había mantenido al margen, resonó al mismo tiempo que unas botas metálicas golpeaban el suelo en una carrera.

- Esquiva esto, cariño. - Dijo Cassandra Evert. - Esto es por mi hermano, y por Morgaron. -

La mujer lanzó dos tajos a la espalda de Talashia, pero la muchacha era mucho más rápida que ella, por lo que se dió cuenta de la acción y se preparó para esquivar sendos golpes.

En ese momento, desde el portal recién abierto, aparecen dos rostros para todos conocidos.

Braka y Raenhmi llegan para unirse a la batalla.

Mientras tanto, Gys y Ela, uno con su espada y la muchacha con un hechizo, golpearon a sus enemigos con mucho atino. Por un momento Morgaron se quedó quieto en el sitio, pero no para demostrar que era fuerte, sino por que al parecer, su túnica hizo que no pudiera moverse y trastabillar, por lo que el golpe de Gys entró de lleno. Por otra parte, la bola de energía lanzada por Ela impactó en el monstruo de las vendas chamuscándole el pecho.

Parece que las cosas se han desestabilizado un poco. Atenta, con el arco cargado en dirección a la momia y centrando el tiro, oigo como repentinamente Cassandra se vuelve en nuestra contra y trata de atacar a Talashia. MIERDA. Mierda,mierda, mierda...  Parece que Talashia es rápida y podrá esquivar los golpes... y la verdad es que la Momia parece un enemigo muy potente, por lo que decido centrar el daño en la momia y luego ya nos ocuparemos del resto.

Suelto la flecha que lleva un rato pugnando por salir de mi arco en dirección a la momia. Sin embargo, no puedo evitar advertir a mis compañeros a gritos intentando tener vigilada su posición:

- Cuidado con Cassandra. ¡Es del enemigo!

¡Me dolía! Esos locos no diferenciaban enemigo, simplemente daban todo por el todo y no les importaba quien estuviera en su camino y lo peor de todo es que la única que podría llegar a sentir lastima por ella, ahora estaba muerta, aunque supongo que así fue mejor, la muerte rápida y no pareció dolorosa.

Pero de repente, a punto de llegar al portal dos personas mas aparecieron y uno de ellos les traiciono. Sin duda era increíble todo lo que estaba sucediendo, pero lo mas importante es que ella estaba alli, una de las dos personas que llegaron del portal era ella, la asesina de Milyia, en ese momento mis ojos se entornaron y la rabia que tuve instante antes de morir regreso.

-¡TU! ¡El destino me ha dado una segunda oportunidad no pienso desaprovecharla!-Y sin pensarlo me lance con todo lo que tenia contra Raenhmi, alzando la espada y asestando ese golpe mortal que tanto anhelaba