Partida Rol por web

Final Fantasy: Spirit (+18)

1.c.- Viejos Rivales

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22/10/2018, 15:05
Euphemia Dracstone
Sólo para el director
- Tiradas (1)

Notas de juego

Chan

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22/10/2018, 15:29
Euphemia Dracstone

Mientras disparaba sus rayos de magia congelante, el cadente comenzaba a caer y con eso, se abriría y agudizaría el enfrentamiento porque nada detendría a los magitec más que ellos mismos, pero se había llevado a muchos con él y podrían tener algo de esperanzas. El dolor era aún más agudo, un hilo de sangre se deslizó entre sus labios y el dolor se hizo más intenso, comenzó a escucharlo, su voz, esa que venía desde su interior y que siempre estaba presente. Sentía también la calidez de Aura, pero no la busca con la mirada, su magia le es muy molesta y le había dicho que no la curara, pero parecía producir buenos resultados sin embargo le revolvía el estómago. Su esencia malvada debía estar detestándola. Por un segundo, creyó escuchar la voz de Renall, de seguro se estaba haciéndose el héroe. Que molesto sujeto que hacía que sus mejillas se sonrojara. 

La fuerza que se escondía en su cuerpo comenzó a manifestarse y era algo que ella no podía controlar. Cerró los ojos y bajó los brazos, todo comenzaba a congelarse y realmente estaba luchando para que no se desatara ese pandemónium, pues, quizás si lo hacía, podría ganar, pero se llevaría a todos con ella... Debía ser sincera, no quería hacerlo.

— no... no salgas... — susurró casi en una suplica, mientras el hielo se extendía. Se estado la dejaba vulnerable pero el frío retrasaba a los magitec. Escucha una voz, era el elfo y giró su rostro hacia él — ¡NO TE ACERQUES! ¡NADIE LO HAGA! — le grita a Eladamri y comienza a correr justamente en dirección de los atacantes, ahí desataría aquella fuerza elemental... ya estaba ahí, pero debía evitar que dañara a sus aliados. 

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22/10/2018, 19:00
Z.- Droniel Aokishi

Droniel deja de hablar momentaneamente con el prisionero, saca a ARCO, su automata y tras activar su funcion de webcam le marca unas cordenadas en el ordenador, donde se deberia de suponer que estan sus compañeros, no fuera a ser que estuvieran en problemas y el estuviera de chachara.

Baja sus gafas de vision que le permitian ver lo que viera ARCO sin dejar de ver lo que hubiera en la celda.

- ¿Y bien?

Pregunta nuevamente.

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22/10/2018, 19:02
Z.- Droniel Aokishi

En medio del campo de batalla todos podeis ver un bicho de unos 10 centimetros que lelga volando hasta donde os encontrais.

Al principio os cuesta reconocerlo por el tamaño, luego os dais cuenta que es el automata de Droniel que se queda suspendido en el aire.

Notas de juego

Asi ya tiene sentido que me este enterando de toda la trifulca sin estar alli XD

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22/10/2018, 19:31
Director

Los magitec eran una verdadera marea de acero y  músculos, estos autómatas avanzaban casi sin detenerse, pero tanto los parapetos como el esfuerzo coordinado de los defensores del campamento probaron ser mucho más de lo que estas unidades pudieron manejar.

Súbitamente el rugido de la artillería de Nifleheim cesó, sin embargo, la infantería no desistía en su cometido, es allí cuando Sasha y los capitanes se unieron a la batalla, repartiendo muerte a diestra y siniestra.

Los ninjutsus de Sasha y sus bombas de humo, le otorgaron una ventaja táctica sin igual, ello combinado con los contantes "saltos" de los Glaives, permitieron a los defensores tomar cierta ventaja.

Las acciones combinadas de los SeeD y la Espada de Insomnia convirtieron una masacre segura en una victoria para Lucis.

En medio de ese caos Zavala y Darius desaparecieron, mientras un menguado ejército magitec pasaba a la defensiva, al tiempo que un aura fría parecía rodear y proteger a Euphemia.

Notas de juego

Ahora sí, copien a Droniel que lo está viendo todo desde el palco.

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22/10/2018, 19:45
Director

Cuando caes al suelo, un grupo de soldados magitec se abalanza sobre ti e intenta acabarte, luchas con todo lo que te queda, pero es inútil, tres estocadas en tu costado te hieren de gravedad.

Y cuando sientes que todo está consumado, un destello de luz aparece entre tu y los magitec. Zavala había llegado para prestarte asistencia.

En un parpadeo logró eliminar a tus enemigos y sin perder tiempo te suministra una poción. 

- Retrocede voy a poner este lugar en órbita en este instante y no querrás estar aquí cuando pase. - dice el Glaive, mientras toma dos cilindros de metal de su cinturón con su mano libre.

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22/10/2018, 19:52
Director

Sientes que el frio a tu alrededor empieza a menguar y una voz en tu interior empieza a maldecirte.

NIÑATA ESTÚPIDA, ¿POR QUÉ ME DETIENES? DÉJAME SALIR, NECESITAS DE MI PARA GANAR ESTO.... DÉJAME LIBRE Y LOS MATARÉ A TODOS POR TI. - dice la voz antes de guardar silencio.de nuevo.

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22/10/2018, 20:07
Euphemia Dracstone

— ¡desátate ahora! maldita sea...o nos mataran a los dos — seguía entrando en las líneas enemigas, la matarían de seguir así y si esa criatura no se desata, pronto le cerrarían el paso y quedaría como los que se habían enfrentado en primera línea al enemigo. 

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22/10/2018, 23:31
Z.- Isabeau Flambeau


!Maldita sea! No debían alejarse tanto de la posición defensiva, pero ya que insisten .... no podemos dejarlos solos haciéndoes los héroes después de renegar de ello! -
Grito Isabeau a Renall para que le siguiera mientras que señalaba a Ruby, Darius y Euphemia ...

! Tratemos de cubrirlos -
Dijo la chica a Kain, Aura y Tempi en un volumen mas alto para que la escucharan mientras que volaba rápidamente al ras del suelo hasta la siguiente posición con cobertura para tratar de dispara a los soldados que se les acercaran, disparando un par de flechas antes de cubrirse una vez para lanzar una siguiente serie de tiros a soldados que trataban de rodearlos por los flancos, en la segunda serie fue alcanzada Isabeau por sendos disparos de los Magitec que la tumbaron sangrando en el suelo con una lagrimas que mostraban el dolor que le irradiaba en una pierna

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23/10/2018, 00:49
Z.- Aura Trepe

Apenas consciente de si mis hechizos estaban siendo eficaces o no, al contemplar la escena desde la distancia, puedo ver cómo con distinto grado de acierto se van moviendo unos y otros por el campo de batalla. Renall va friendo a los enemigos con su magia mientras que Euphemia y Darius, cada cual por su lado, han hecho de punta de lanza penetrando las filas de los magitec tal como ellos habían hecho con las nuestras, pero con bastante más acierto.

Veo a Ruby, después de abatir a bastantes enemigos, caer frente a uno de ellos con el torso penetrado por una de las lanzas, y eso hace que mis ojos se abran mucho.

¡No!¡Ruby! -grito, y trato de echar a correr hacia ella a pesar de la corta distancia, pero la rodilla herida me hace caer precisamente sobre esa rodilla, haciendo que por un instante note como si todo el estómago se me hubiese subido a la boca por el intenso dolor, haciéndome ver todo de color más vívido por un instante.

No iba a llegar antes del segundo golpe, sabía que no iba a llegar... Pero por suerte Eladamri estaba cerca y él sí llegó, interponiéndose entre Ruby y el Magitec. Como puedo me muevo hasta Ruby, con unos movimientos muy poco elegantes entre gatear, renquear y arrastrarme que suman una notable cantidad de barro a mis manchas.

Ruby, ¡Ruby! -la llamo mientras la rodeo como pueda, tratando de apoyarme de tal manera que la pierna no me moleste en exceso- Aguanta, aguanta... No vas a morir aquí, no te lo permito. Solo aguanta. -le digo, apretando entonces la parte baja de mi pecho con más fuerza de la que yo misma pretendía, haciéndome soltar un gañido de dolor, pero al instante mis ojos parecen brillar con total convicción.

Extraigo fuerzas de los enemigos cercanos con gran velocidad, lanzando tres hechizos de Osmosis en apenas unos segundos, sin dejar de apretar su herida con una de mis manos. Recito con voz más firme que como me siento en realidad el hechizo de Viento blanco, agotando mis reservas de energía por enésima vez durante la batalla, pero las heridas de todos se cierran por sí solas una vez más, atrapados por ese viento cálido que surge del círculo mágico que brota de mis manos. Compruebo con un suspiro de alivio cómo mi pierna también ha perdido la hinchazón casi por completo, aún incomoda un poco, pero al menos ya responde bien.

Alzándome, le ofrezco la mano a Ruby para ayudarla a incorporarse mientras nuevamente miro alrededor en el campo de batalla, sin saber dónde puedo ayudar. Ni Darius ni Tempi están por ningún sitio, lo que me pone muy nerviosa, y lo que es peor, veo cómo ese poder de Euphemia, del que ya había escuchado historias por parte de mi madre, está dejando una cicatriz helada en el campo de batalla con su avance. Las palabras que tuve con mi madre vuelven a mí y abro ligeramente los labios, apretando después los dientes con molestia. No quiero ir, ahora mismo no quiero, pero tampoco tengo más remedio.

Mierda. -suelto sin más, dándome cuenta de cuánto me está afectando toda la batalla, todo el ruido, los gritos, los nervios constantes.

La tropa Magitec cada vez tenía más claros, así que a pesar del tremendo miedo que siento, tomo mi espada y avanzo a la carrera entre los parapetos. Tan inesperado es el movimiento que uno de los Magitec, que saltaba el segundo de los tres con solo una mano como punto de apoyo, ni siquiera se dio cuenta de que yo, la "maga de apoyo", de repente me había lanzado hacia ellos, lanzándole un tremendo golpe sujetando con ambas manos el espadón haciendo que el brazo con el que saltaba se separase del resto del cuerpo, lanzándolo por el aire, indefenso, justo delante de la línea de fusileros al conservar su cuerpo la inercia. 

Los siguientes, por desgracia, no estaban ya tan sorprendidos, pero por suerte no sabían a qué atenerse con los movimientos que escapaban totalmente de sus bases de datos: valiéndome de mi agilidad y de los movimientos mil veces ensayados con la espada, la empleo como una pértiga, de una forma que apenas si causa daños a alguno de ellos (pues alguno resulta cortado en el camino al no saber guardar la distancia apropiada), pero en cualquier caso dejándome pasar al estar divididos entre seguir prestándome atención a mí, que parecía más una distracción que una amenaza, a los fusileros que seguían disparando con brutal precisión y que gracias a la coraza que había mantenido hasta ahora sobre ellos apenas sí habían tenido bajas, o bien a Eladamri que sí se abría paso a tajos de una manera bastante más ortodoxa y útil para la batalla, aunque por motivos obvios menos veloz.

Llego justo a tiempo a las lindes del círculo helado que ha convocado Euphemia, pues uno de los Magitec, con ambas piernas y el brazo izquierdo helados, estaba por tirarle una lanza. Aunque no era de esperar mucha precisión al estar apurado de tiempo e inmovilizado como para hacer el juego de pies y cuerpo adecuado para el lanzamiento, me acerco lo justo para lanzar un tajo por la espalda contra el triceps por entre las partes metálicas, haciendo que una pequeña cantidad de aceite caiga y el brazo se venza hacia el lado, sin poder lanzar el proyectil antes de quedar totalmente congelado.

¡Euphemia, estoy aquí! -le grito, atrayendo la atención de media docena de los magitec que aún esperaban a que la magia de hielo se debilitase para ir a ejecutarla- ¡No te preocupes por mí, lucha o huye, te daré la oportunidad! -indico, lanzando nuevamente varios hechizos de Osmosis contra los Magitec que se han girado hacia mí.

Aún con todo este coraje estúpido, siento temblar la mano que empuña la espada, sabiendo que de esta no voy a salir bien parada si nadie más penetra rápidamente entre los Magitec, pero también que lo único que necesito es conseguirnos tiempo. Con las escasas energías que he reunido, convoco una vez el hechizo de barrera total sobre todos, a pesar de la distancia, justo antes de comenzar a recibir ataques de tres magitec distintos, que ahora que estoy enfocada en el combate no llegan a tocarme, aunque no por mucho... En seguida me hacen retroceder como un metro del círculo de hielo, pero tienen el mismo problema que los anteriores, no se ven venir las esquivas ni los contragolpes con solo una porción de la hoja o con pesados golpes de bota a las articulaciones, pero no tardarán en lograr alcanzarme con un buen golpe aún si eso no es capaz de acabar conmigo por la barrera, pero sí que me arrinconarán antes de que pueda acabarlos.

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23/10/2018, 01:33
Renall Gallard

La pelea era un absoluto caos, había demasiados objetivos como para que pudiera cubrir a todos mis compañeros de los magitec a la vez que reducían sus filas con mis ataques, entre magia y magia echaba vistazos a los demás por lo que vi mas o menos como Darius destrozaba la artillería, y le lanzaría un Cure en cuanto le vi caer al suelo, por otro lado estaba Ruby que para cuando la mire estaba enfrente a un enemigo sin balas en sus pistolas si no fuera porque Aura y Eladamri actuaron mas rápido que yo ya estaría corriendo hacía ella para salvarla pero no hizo falta. Mis energías mágicas se agotaban así que me tome una de las pociones de un solo trago. Aún con todo el caos, los gritos, los ruidos de disparos, el choque de metal contra metal supe mantener la concentración en el combate y saber donde estaban mis aliados, a excepción del enano, pero no por mucho tiempo mas...

En un momento estaba viendo como Euphemia se adentraba mas de lo que debería entre las filas enemigas, al momento siguiente Isabeau me alerto de un ataque que debido a la impresión no había visto venir, ya era la segunda vez que me salvaban la vida en este caos, esta vez ya fuera por los sentimientos que tenía o por habilidad en un momento ensarte pecho del magitec y me mordí el labio antes de salir corriendo justo por donde había pasado Aura aprovechando que algunos aún iban tras ella y los que se fijaran mas en mi recibirían un Fire a quemarropa o como los llamaba ahora "Impact Fire". De todas formas eso no me libraba de la decena de ataques que estaba recibiendo que aunque torpemente esquivaba y bloqueaba con mis brazos y mi espada, cada uno de ellos me iba haciendo pequeños cortes, yo no podría moverme y esquivar como Aura por lo que mi llegada hasta Euphemia fue mas dolorosa y ruidosa.

De hecho cuando llegué lo primero que vi fueron tres magitec de espaldas acosando a Aura los cuales barrí con un Impact Fire, el cual no los mato pero daño bastante a uno de ellos incluso le voló una de las piernas.Tras quitarlos de en medio durante un momento cruce miradas con Aura, mis ojos estaban llenos de preocupación, mucha preocupación, rápidamente se movieron un poco para mirar por encima del hombro de ella hasta ver a la dhampira. Y cual imbécil corrí, atravesé toda la magia de hielo sintiendo como mi cuerpo sucumbía rápido a su magia, una magia descontrolada en absoluto, no era el único algunos magitec estaban atrapados con sus brazos o piernas congelados lo cual aproveche para con mi espada hacerles trizas.

¡Euphemia! ¿Que haces? Te van a matar si te quedas tu sola aquí y desde luego eso no pienso permitirlo.

Aunque hablaba con ella no la miraba, estaba concentrado en la pelea que me estaban dando los magitec, ambos bandos estábamos sufriendo por la magia de hielo pero yo no era lo suficientemente bueno en combate cuerpo a cuerpo como para pelear contra varios magitec a la vez por lo que no paraba de recibir cortes y golpes, los cuales por suerte solo eran roces pero mi cuerpo ya estaba lleno de mas de una docena de cortes de ese tipo y por tanto también tenía una buena cantidad de sangre cubriéndome. Me había arriesgado como un loco por esta chica y era posible que muriera peleando contra estás máquinas, no era rival a esta distancia para ellos... iba a morir... soy un imbécil...

¡No!... solo esa palabra cruzo mi mente antes de que el fuego emanara de mi mano lanzando a dos magitec volando por los aires chocaron contra otros tres cayendo todos al suelo y sobre ellos varios rayos hasta acabarlos a todos. Respiraba pesadamente, mi visión empeoraba, mi brazo izquierdo estaba caído y sin fuerzas, el derecho mantenía la espada temblando constantemente, mis piernas a duras penas aguantaban mi peso, la imagen que daba era lamentable... pero no retrocedía, seguía luchando y manteniendo a raya a todos los enemigos, sin dejar que ni uno solo se acercara a la dhampira.

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23/10/2018, 10:23
Kain Vlare

Había intentado aguantar en su sitio, tal y como le habían pedido, pero parecía ir a quedarse sola, suspiró mientras gastaba las últimas balas de su tambor, había mantenido a raya a unos cuantos, pero tocaba iniciar su acto principal. Tal vez llevada por los nervios, el ruido y la confusión, sentía como si un hechizo de aura brotara por sus poros.

Mientras empezaba a recargar sus dos pistolas, comenzó a caminar hacia Euphemia, ya le dijo más de una vez que a ella ese helor no le molestaba, las profundidades oceánicas no se congelaban por su gran corriente constante, pero estaban igualmente heladas, y aunque ese ambiente gélido de la Dracstone era incluso más frío, para la aquarian bastaba con acercarse según decrecía la zona más fría, permitiéndose sonreír, empezaba a notar un poco de calor y refrescarse no le venía mal.

En su camino, exteriorizó esas palabras, quizás influida por sus compañeros, una oda victoriosa que buscaba despertar algo en los corazones de todos sus aliados...

- Ruido, explosiones, calamidad, e aquí el campo de batalla, dudas, miedo, magnanimidad, mil emociones encontradas, solo una en espera, sin hayar su lugar, centrada en la defensa, resignada a solo mirar, mueren los estigmas de las flores, sangrando miel de ácido y sal, el terciopelo de sus espigas, muerto en soledad, y este canto abandonado, roto como el cristal, con nubes de escarcha marchita, que inunda la humedad, penetra en sus grietas, hasta el azabache final, encontrando la pared que emana, azufre jade lleno de maldad... Tuyo mi cuerpo y mi alma, arrebatados mis sentidos con brusquedad, encuentra a los necesitados, que quieran la victoria con terquedad...

Una oda que transmitía no solo fuerza, casi como si inmolada su propio ente, su pelo adornado con hojas parecía flotar en un caminar lento y algo sombrío, tal vez no podía curar a todos, pero los más fuertes prefieren un apoyo que les permita ser ellos mismos quienes se sanen. Crecí, crecí, armas cargadas y apuntando a través de la chica a la que esperaba cubrir hasta que se sintiera de nuevo capaz. Su cuerpo ardía, se sentía más fuerte, e incluso algo sedienta de golpear a quien pudiera, "Bang bang, descargaba sus primeros dos tiros, sus ojos lucían rojos imbuidos por su propia Oda.

- no creeríais que os iba a dejar toda la diversión a vosotros ¿no? No me sentiré bien si no hago un buen grupo de destrozos.

Pensaba en su deidad, seguro que en esos momentos Sirena reía sin control, después de todo "una de sus seguidoras estaba escasa de tornillos también".

Notas de juego

Viendo que todos parecen flipar un poco con sus hazañas, espero que mi oda trágica masiva también tenga cabida xDDD

Oda Trágica: Poema que aumenta en 25% el daño sufrido por los enemigos durante 3 asaltos y drena 15% de su salud y P.M.

Límite de Kain: Euforia trágica :P

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23/10/2018, 16:53
Z.- Darius Khar

Dejó caer la cabeza hacia atrás, tocando el metal de una pesada bombarda usada por el enemigo hasta solo unos momentos atrás. Se encontraba con las piernas estiradas, la lanza sobre su regazo y una mancha de sangre a medio mezclar entre el rojo y el negro, sin tener claro hasta donde teñía la suya propia aquel líquido sobre el que estaba sentado. Miró a Dayka de reojo, la dragona había salido mejor parada que él en todo aquel enfrentamiento, y permanecía junto a su única familia, Darius.

Cerró los ojos, cansado. Esperaba que al acabar la batalla, alguno de sus compañeros lo encontrara allí ahora que luchaba su propia batalla entre la consciencia, y la incosciencia. Cerró entorno a la lanza, su mano, aferrándola con fuerza mientras apretaba los párpados y mostraba los dientes en un gesto de pura contención del dolor. Su respiración comenzó a acelerarse, ligeramente, mientras su voluntad le gritaba que aquello no había terminado, que los suyos aun lo necesitaban allí abajo, donde los disparos, los gritos y el chirriar del metal contra metal aun no había cesado, a pesar de haber bajado su intensidad.

Pero no fue aquello lo que le hizo abandonar sus segundos de descanso, fueron unos pasos acercándose hasta su posición. Su oido aun le valía para indicarle que el chirriar de los engranajes y el sonido mecanico acercarse no eran aliados. Su intento inicial de levantarse, no tuvo éxito. Pero ante el primero de los soldados que lo descubrió, fue Dayka quien le protegió, lanzandose furiosamente sobre él al cuello, hundiendo sus colmillos con fuerza mientras el Ronso clavó las uñas en el metal con la diestra y apoyaba el peso en el asta de la lanza con la izquierda.

Fénix

El siempre había sido alguien espiritual. No de oraciones, ni de ritos, ni siquiera de muchos rezos o costumbres. Pero si espiritual, con una gran creencia en una máxima que le acompañaría toda la vida. Así que su primer pensamiento, fue aquella palabra, a su propia deidad mientras se levantaba una vez más. Giró sobre si mismo en un gesto más violento y tambaleante que propio de la técnica, y lanzó su arma ensartando a otro de los soldados que se le acercaban, con la violencia y fuerza suficiente como para tirarlo al suelo. Pronto llegaron otro par de soldados a su encuentro, utilizando su propio peso para tumbar la bombarda entre él y los soldados, para acto seguido dar un paso sobre ella y caer cual animal herido sobre el más cercano, al que hundió las garras en el pecho.

Entornó la vista hacia el segundo, lanzandose sobre él mientras sentía el frio metal de la espada hundirse en el hombro. A este segundo, le dedicó un mordisco, hundiendo sus colmillos en el cuello tal y como la dragona hiciera segundos antes. Al levantarse, se encontró con tres soldados más. Debía conservar aquella posición, o volverían a comenzar a disparar contra sus amigos.

¿Qué le decimos al Dios de la Muerte?

El enfrentamiento contra aquella triada de soldados se resolvió más rápido de lo que al Ronso le habría gustado. Usó sus propias zarpas para defenderse de forma improvisada, retrocediendo a duras penas hasta que sintió como una lanza se hundía en su costado, lo que le hizo tambalearse hasta que clavó la rodilla en el suelo. Jadeando, se llevó la mano al costado mientras intentaba reunir las fuerzas que le quedaban, a pesar de que sentía la vida escaparse entre sus propios dedos. Pudo sentir el calor de las llamas de Dayka detrás de él, posiblemente frenando y calcinando algún enemigo que intentaba flanquearlo por la espalda. Pero estaban rodeados, desarmados y heridos.

Hoy, no.

Sintió como el metal de una segunda hoja se hundía en su torso arrancándole un leve quejido, un inaudible gruñido. Cerró el puño con el que se ayudaba a mantener recto, arañando el suelo y volvió a levantar la vista, mirándo a los soldados. Estaba en las últimas y aun así, ni se rendiría, ni pediría piedad. Él creía en Fénix, en una vida después de esta. En su renacimiento en la Gran Rueda que formaba la existencia. Y a pesar de todo ello, seguía sin sentir el abrazo protector del Ave Eterna. 

Hoy, no.

El tercer arma abandonó su torso. Bajó la mirada para ver como la hoja abandonaba su piel teñida de rojo carmesí. Esta vez, la mano abandonó su costado y agarró el arma que acababa de abandonar su cuerpo, tirando de ella unicamente para sentir el corte en la mano. Estaba demasiado herido para hacer más fuerza que el soldado que sostenía su arma. En esta ocasión, al mostrar los dientes pudo verse que estaban teñidos de su propia sangre. No abandonó aquella mirada determinada. Él estaba seguro que todo estaba ligado a un destino, a un porpósito. Por eso no temía al dolor, ni a la muerte. 

- ¿Sabeis que le decimos al Dios de la Muerte? - le preguntó a los soldados, que se apartaron unicamente para darle el golpe de gracia. Le habría gustado pasar más tiempo con Aura. Quizás conocer algo mejor a sus compañeros. Jugar con Tempi o entrenar algo más con Eladamri. O tener algo más de tiempo para Ruby, pasar más tiempo con ella, disfrutar de su vitalidad, de su espiritu, de su tiempo. Aquella fue el último pensamiento que tuvo antes de ver como el primer soldado avanzaba hacia él para acabar con su vida. Pero no hubo tiempo para la respuesta a su pregunta, cuando un fogonazo cegador iluminó el lugar, cegando momentaneamente a Darius. Para cuando recuperó la visión segundos más tarde, Zavala ya había acabado con aquellos tres soldados.

- Hoy... No. - Acabó por decir, dejándose caer finalmente al suelo, aun consciente. Resollaba, cogiendo aire como podía mientras notaba como Zavala vertía algo en sus labios. Cerró los puños, arañando la tierra que había bajo él mientras la dificultad para respirar desaparecía. El dolor menguaba, y sentía la calidez y la fuerza volver a su cuerpo. Era como si sus huesos, músculos y piel volvieran a alinearse para hacerle ponerse en pie una vez más.

Cubierto de sangre, tanto ajena como propia, echó mano de una segunda poción que se apresuró a derramar en su boca. Cogiendo aire a bocanadas, tomó su lanza una vez más y buscó con la mirada a Dayka, quien también herida, aun estaba dispuesta a seguir peleando. Su mirada se posó en Zavala.

- Gracias. - Aunque fue una unica palabra, su tono y fuerza dejaba claro el profundo agradecimiento y respeto que sentía por aquel hombre que acababa de salvarle. Giró la cabeza, a la par que Dayka se subía al hombro y Darius miraba al campo de batalla, antes de alzar la vista al cielo, flexionando las piernas. - Que la explosión sea tan ardiente como el mismo Sol. - Dijo, solo un instante antes de saltar hacia el cielo.

Sus amigos aun le necesitaban.

Notas de juego

*Me tomaré la licencia de acojonar a los demás, poniendo un post público con la explosión.

Este post es solo al director XD

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23/10/2018, 17:47
Z.- Darius Khar

El punto de artillería quedó en silencio unos segundos, sin saber nada de Zavala o de Darius, hasta que segundos más tarde una fuerte explosión destruyó la zona donde se encontraba la artillería, con una reacción en cadena por la cantidad de pólvora allí almacenada que creó una bola de fuego visible desde cientos de metros a la redonda.
 

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23/10/2018, 19:08
Ruby Smith

El metálico regusto de la sangre no tardó en invadir mi boca tras aquel violento empujón que me hizo golpear con violencia el suelo, evitando así acabar ensartada por segunda vez y salvándome, con toda seguridad, la vida.

Un desagradable pitido resonaba en mis oidos y, en medio de todo aquel caos, mi nublada vista apenas atinaba a discernir quién estaba a mi alrededor. ¿Había sido Eladamri mi inesperado salvador? No podía focalizar de todo bien pero sí que distinguí su silueta, y el color de su ropa.

Intenté hacer el amago de levantarme, sin mucho éxito, notando como aquella quemazón parecía dejarme sin respiración, al tiempo que escuché a Euphemia gritar algo que no alcancé a entender por culpa de aquel molesto pitido, que ahora parecía haberse convertido en un zumbido. ¿Estarían atacándola? ¿Habría visto algo que yo no? Desde aquella posición no podía saberlo, aunque sí que pude escuchar también la voz de Isabeau dando algún tipo de orden.

Volví a reunir todas las fuerzas posibles para intentar, como poco, girarme sobre mi misma, pero el más mínimo gesto suponía para mi una oleada de dolor y un esfuerzo terrible, señal quizás de cuánta sangre debía haber perdido a aquella altura, o de cuan grave podía ser aquella herida.

Y, como la vez anterior, aquel intento vino acompañado de otra voz familiar, que en aquella ocasión gritaba mi nombre, mientras se acercaba apresuradamente hasta mi posición- Aura...- dije simplemente, aliviada al ver que al menos ella estaba bien. Había dado mi palabra a Darius de que la protegería y no habría soportado haberle fallado.

E iba a decir algo más, como si aquella promesa hubiera despertado en mi otro pensamiento cuando, de repente,aquella pregunta murio en mis labios, al notar un profundo dolor inicial al sentir su mano en mi herida, seguido de aquella reconfortante energía a mi alrededor sanándome, curando aquella herida y llenándome de fuerza.

Cerré los ojos durante unos instantes dejándome llevar por aquel bienestar, por aquella sensación de consuelo, mientras escuchaba, ahora con más claridad, a Renall preocupándose por Euphemia, y a Kain, que también había parecido llegar alli de una pieza, para mi propio alivio y tranquilidad.

Todos parecían comenzar a reunirse de nuevo, todos parecían estar más o menos bien. Pero, sobre todas aquellas voces, había una que no podía escuchar, una que me preocupaba más que ninguna otra y que hizo que el corazón me diera un vuelco en el pecho- ¿Donde esta? - pregunte a Aura, con los ojos aún cerrados, apretando inconscientemente la mano que me tendía, sin llegar a levantarme aún. Lo que acababa de hacer era casi un milagro y aquella herida, seguramente mortal, ahora parecía mucho menos grave, prácticamente sanada por la mano de Aura- Lo he perdido. No puedo verlo, ni oirlo. - volvi a repetir, suponiendo que Aura sabría a quien me estaba refiriendo.

Y así, acabé por tirar de aquella mano, apoyandome en ella para poder incorporarme, con una mezcla de miedo y agradecimiento en el rostro- Gracias. Me has salvado la vida. Eladamri y tu lo habéis hecho. Os debo una a los dos. - dije, mientras me recomponía, una vez ya de pie, cogiendo aire para volver a llenar mis pulmones mientras cargaba mis armas, como debía haber hecho, de no haber sido por aquel nefasto pensamiento sobre mi padre.- Pero ahora tengo que buscarlo. Tenemos que encontrarlo Aura... No pode...

No llegué a acabar esa frase cuando, de repente, aquella enorme explosión lo sacudió todo, llegando casi a hacer que me tambaleara debido al factor sorpresa.

-No.... ¡Joder, no! - fue lo único que grité, con el rostro desencajado. No sabía dónde estaba el peludo, ni si estaba en medio de aquella explosión, pero algo dentro de mi me hacía correr hacia aquella infernal humareda.

No esperé a nadie, sólo corrí en la dirección de aquella enorme destrucción mientras una parte de mi me decia que no deseaba encontrar allí lo que estaba buscando.

Al menos no como existía la posibilidad de encontrarlo...

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23/10/2018, 23:03
Director

Tras la enorme explosión que sacudió el campo de batalla, ustedes logran ver como el cabello de Euphemia se torna blanco y su piel azul mientras una sonrisa maniacal aparece en el rostro de la dhampiro.

Súbitamente ella levanta su guadaña al cielo y desata una tormenta de hielo a su alrededor congelando todo a su alcance.

El dantesco espectáculo dura un par de segundos pero basta para despedazar a la infantería magitec. Sin embargo, el frío amenenaza con expandirse si no es contenido a tiempo.

Afortunadamente, la teniente Mey se encontraba cerca y con un ágil movimiento logró llegar al ojo de la tormenta y tras realizar una complicada secuencia de sellos de mano selló el poder de Euphemia deteneniendo su devstación, para luego desaparecer del campo de batalla en medio de una nube de humo.

Notas de juego

Narren como hacen para resistir el daño.

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23/10/2018, 23:43
Tempi

El combate se desató incluso más rápido de lo que había previsto, y por un momento en el que no sabía muy bien como actuar pude ver como por primera vez desde que ingresamos en la academia todos estábamos peleando por un objetivo común. Era triste e incluso preocupante, pero por un instante me sentí aliviado por ver como si nos lo proponíamos podíamos ser un equipo.

Negué interiormente casi asqueado por mi pensamiento, y en apenas un segundo que tardé en reaccionar me vi rodeado de dos soldados magitec apuntándome con sus armas. Miré alrededor, esta vez estaba solo, sin nadie que me ayudase a salir de esa situación. Le tiré un puñado de barro a uno de ellos y salí corriendo hacia el otro, cuando el que estaba medio cegado iba a disparar aproveché mi tamaño y me colé entre las piernas del otro, que recibió la ráfaga de balas de su compañero cayendo sin vida al suelo después de que unos chispazos salieran de su pecho.

Seguí corriendo sin mirar atrás, pero era inútil, todo el terreno estaba repleto de enemigos que no podía más que esquivar; podía haber disparado alguna flecha, pero con eso solo conseguiría llamar más la atención. En mi incansable carrera por escapar de los innumerables soldados enemigos me acercaba a los soldados de Lucis heridos para darles apoyo y que pudiesen volver a la batalla, eso era lo mejor que podía hacer.

En un momento dado tropecé con un cadáver, no podía saber de que bando era pues estaba completamente desfigurado y le faltaban la mitad de las extremidades. Contemplar aquello me hizo ser consciente de mi propio aspecto, con golpes y arañazos por todo el cuerpo, cubierto completamente por una capa negruzca resultante de la mezcla de polvo y sangre que flotaba en el ambiente, además tenía un agujero de bala en el brazo izquierdo en el que ni siquiera había reparado. Me apliqué un hechizo de curación y me cubrí bajo el cuerpo junto al que estaba para tomarme un respiro y contemplar el panorama.

Una fortísima explosión causó aún más caos en la zona, si es que eso era siquiera posible, pude ver como Ruby corría en dirección a ella y Aura hacia el grueso de la batalla. Esta vez la visión de todos peleando me transmitió completamente lo opuesto que al inicio, rabia, frustración, impotencia. Ellos arriesgándose por que todos volvamos vivos y yo escondido tras un cadáver mutilado.

Apreté los puños, tanto que sin darme cuenta las palmas empezaron a sangrarme, agarré mi arco y eché a correr hacia donde estaban Renall, Aura y Euphemia. Corría como nunca lo había hecho descargando flechazos sobre todo aquel que se interponía en mi camino, casi con más voluntad que tino, pues sin darme cuenta las lágrimas invadieron mis ojos y me hacían trastabillar. Pero nada podía hacerme parar, estaba convencido de esta vez si serviría para algo.

Aura estaba siendo sobrepasada, llegue en el momento oportuno pues la semielfa pudo ver como una espada se detenía a escasos centímetros de su cuello; el agresor cayó al suelo con una saeta atravesada en el cráneo. La miré con los ojos llorosos y me pasé el brazo por la cara enjugándome las lágrimas componiendo mi mejor sonrisa. - Ya está bien de que seas tú la que me salve. Ahora terminemos con esto para volver todos a casa.- Dije en un intento de dar confianza a mi amiga y cualquiera que nos escuchase.

Notas de juego

Uf, lo siento, pero los fin de semana lo suelo tener complicado y ayer estuve todo el día ocupado con un tema que me surgió de imprevisto.

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24/10/2018, 00:42
Eladamri Lorian

Al ver el dantesco espectáculo que estaba montando Euphemia, me di cuenta que la situación estaba fuera de control, la dhampiro había recurrido a magia antigua y prohibida.

Magia capaz de consumirlo todo y sólo había una forma de lidiar con eso, magia más antigua y peligrosa, por lo que me desembaracé rápidamente del magitec que tenía ensartado en mi espada y empecé a recitar la vieja magia.

Entonces vi como Aura y Tempi permanecían peligrosamente cerca del vórtice de hielo por lo que eché a correr hacia ellos para finalmente lanzarme sobre ambos sin dejar de recitar las viejas magias.

Sabía que lo que estaba haciendo tendría un costo muy alto para mi, pero no por eso me detendría, es más llegado a este punto no podría hacerlo así quisiera.

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24/10/2018, 00:50
Director

Ambos sienten como del cuerpo de Eladamri emana una poderosa energía arcana, magia antigua y muy peligrosa magia de los primeros dias de los elfos.

Los ojos del elfo se vuelven dos orbes de luz al tiempo que un círculo de runas los rodea protegiéndolos del frío mientras Eladamri cae al suelo inconsciente.

Notas de juego

Ambos han oído hablar de esa magia, antigua magia capaz de obrar proezas maravillosas pero siempre a un alto costo, por lo que su uso está restringido a proteger aquello que es realmente sagrado.

Según las historias, muchos antiguos magos elfos han perdido sus vidas empleándola, otros tantos su vínculo con la fuente de la magia.

Por lo que saben que el sacrificio que acaba de hacer el elfo por ustedes no es cosa de juego.

Aura tu sabes de la vieja magia por las leyendas que te ha contado tu padre y tu Tempi porque tu pueblo tiene un alto grado de conexión con la misma y conocen las antiguas leyes de la magia mejor que nadie.

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24/10/2018, 01:02
Director

Tras la enorme explosión que remeció el campo de batalla, una columna de hielo y nieve se elevo a los cielos arrasando con casi cualquier cosa que estaba en su camino, fue cosa de un par de segundos, pero bastó para devastar a las tropas magitec.

Tal como inició la tormenta cesó y sólo unos pocos magitec lograron sobrevivir a ella, por lo que las fuerzas de Lucis decidieron pasar a la ofensiva, abandonando sus parapetos.

Junto con la tormenta, la teniente Mey también desapareció, dejándolos un tanto confundidos y a vuestro aire.

Notas de juego

No copien a Euphemia.