Partida Rol por web

La luz se ve en el horizonte entrando entre la ventanilla y la cortina, un incesante sonido sordo de un motor en funcionamiento algo incómodo por el haciendo de 3 clase…. Te preguntas como viajaran los ricos y poderosos. Miras y el las penumbras ves a una chica, en el asiento junto a ti,  que no a parado de ver su móvil en todo el viaje en el mismo asunto, se encienden las luces y se escucha por favor colocar el asiento en posición vertical y abrochar el cinturón.

Los nervios y la emoción te invaden no sabes cómo ira a ir al fin de cuentas es primera vez que viajas así y es el día en que conocerás el lugar en donde comienza tu nuevo futuro. Sientes los nervios en el abdomen, unas cosquillas te recorren desde la parte baja hasta la parte de atrás del cuello cuando sientes que todo se inclina un poco hacia adelante miras a los lados por los nervios y tu compañera de puesto ni se inmuta, crees que ni se ha dado cuenta de lo que sucede, escuchas extraños mecanismos moviéndose al parecer debajo de ti, sube el nivel de nerviosismo, se escucha un chirrido de goma haciendo contacto contra el asfalto, se estremece todo; no sabes si es normal o no; de repente todo se detiene - ¡Tulululum! Bienvenidos al pueblo de Lys en donde acabamos de aterrizar esperamos que hayan tenido buen viaje gracias por preferirnos – La emoción te invade y se te nota en la cara tienes una sonrisa de oreja a oreja y tu compañera de puesto te mira con cara de extrañada.

No ves la hora de que la chica se acerque y te diga que ya puedes bajar – Ya puede desabrochar sus cinturones y recoger sus bolsos de mano – de inmediato la chica a tu lado se levanta abre el maletero sobre sus cabezas y recoge un pequeño bolso de mano.

Pasa la chica con uniforme que te dio comida durante el largo vuelo – Como te fue, el aterrizaje da un poco de miedo pero ya llegamos cuando salgas debes seguir a la persona que este con un uniforme negro y plata, con insignias de los Seed – ves como el pasillo se llena de personas esperando que las puertas se abran para salir, te formas con un pequeño bolso en la mano. Las puertas se abren y la luz natural entra por ellas, al fin has llegado y esperas tu turno… poco a poco la luz ya te toca y cuando llegas a la puerta quedas deslumbrado… te recuperas un poco y ves una larga terminal aérea y tras ella se alzan 3 grandes edificios – por favor podría avanzar – se escucha una voz ronca detrás de ti, cuando volteas ves a un sujeto alto de pelaje azulado y blanco con un largo cuerno en su cabeza, unos lentes pequeños para su cara y unas ropas tribales.

Pides disculpas y bajas a las escaleras. Te alejas un poco pero antes ves por ultima ves la aeronave en la que llegaste. Es impresionante que eso vuele.

 Observas y ves un sujeto delante de un autobús con los uniformes que dijo la chica, es un joven humano rubio, de ojos azules con unas pistolas en su cintura un sombrero y botas de vaquero, acompañado de una chica Viera de un pelaje rojizo su uniforme aunque con los mismos colores es un poco diferente su falda es corta pero la chaqueta del uniforme es tan larga que casi toca el piso si no fuera por sus altos tacones, lleva un pequeño sombrerito como el de las chicas que te atendieron antes, a diferencia del chico no notas armas.

Te acercas pero antes de que logres decir algo - ¡Buenos días, ¿cómo te fue en el vuelo?!, ¡un placer conocernos!, ¿de dónde eres?, ¿ya tienes tus documentos en regla supongo?- te aborda rápidamente el chico que ahora te das cuenta que tiene unos 16 o 17 años – Deja respirar a los cadetes Edi – te mira la chica mientras con una mano aparta al impetuoso chico, en eso te das cuenta que detrás de ti y a tus lados hay más personas, todos aparentemente de la misma edad que tú.

La Viera saca una carpeta – Bueno hagan una fila y den una breve presentación con su nombre incluido, así se conocerán mejor y romperán el hielo – mientras mira una lista en la carpeta y los mira a cada uno.

ZZZZZZZZZZZZZZZZzzzzzzzzzzzzzzzzzzz……….ZZZZZZZZZZZZZZZZzzzzzzzzzzzzzzzzzz………… ¡ClinnnnTooonn! se encienden las luces y se escucha - Por favor colocar el asiento en posición vertical y abrochar el cinturón -   Despiertas acostado en tu confortable asiento mientras ves los ojos de tu compañero de puesto mirándote fijamente, sus ojos esta agrietados y vidriosos con largas bolsas bajo ellos… te parece extraño que no allá dormido nada si cuando se sentaron insistió sentarse en la ventana si no, no podría dormir en todo el viaje, ves a las azafatas caminando entre los pacillos, una se te acerca – Disculpe joven debe colocar su asiento derecho y abrochar su cinturón, permítame retirar esto – Mientras toma una almohada y una cobija que te había dado después de la comida.

Poco después se escucha un chirrido de goma haciendo contacto contra el asfalto, todo se detiene por un instante en total calma detiene - ¡Tulululum! Bienvenidos al pueblo de Lys en donde acabamos de aterrizar esperamos que hayan tenido buen viaje gracias por preferirnos – casi al instante ves como el sujeto a tu lado se para, casi brinca por encima de ti toma el bolso de mano que estaba sobre el maletero y corre a la puerta de salida más cercana a esperar que habrá.

Cuando estar levantándote se acerca la azafata - Como te fue, el aterrizaje da un poco de miedo pero ya llegamos cuando salgas debes seguir a la persona que este con un uniforme negro y plata, con insignias de los Seed – te ayuda con el bolso que estaba en el maletero sobre el asiento y se despide de ti. Te colocas en la fila de salida cuando ves cómo se abre la puerta de salida y entra una luz casi enceguecedora por ella. Cuando llega tu turno de salir por la puerta te detienes un momento y ves una larga terminal aérea, tras ella se alzan 3 grandes edificios y en el horizonte unas grandes montañas, hay mucho viento pero el clima es muy agradable – Mamá cuando estos chicos bajara ya quiero llegar a la casa a jugar videojuegos – escuchas la voz de un niño tras de ti, al parecer demoraste más de lo que pensabas, cuando observas ves a otros jóvenes también de tu edad más o menos absortos por el mismo paisaje.

Bajas por la escalera y cuando volteas te sigue encantando este tipo de aparatos y te sigue intrigando cómo funcionan.

Observas y ves un sujeto delante de un autobús con los uniformes que dijo la chica, es un joven humano rubio, de ojos azules con unas pistolas en su cintura un sombrero y botas de vaquero, acompañado de una chica Viera de un pelaje rojizo su uniforme aunque con los mismos colores es un poco diferente su falda es corta pero la chaqueta del uniforme es tan larga que casi toca el piso si no fuera por sus altos tacones, lleva un pequeño sombrerito como el de las azafatas, a diferencia del chico no notas armas.

Te acercas pero antes de que logres decir algo - ¡Buenos días, ¿cómo te fue en el vuelo?!, ¡un placer conocernos!, ¿de dónde eres?, ¿ya tienes tus documentos en regla supongo?- te aborda rápidamente el chico que ahora te das cuenta que tiene unos 16 o 17 años – Deja respirar a los cadetes Edi – te mira la chica mientras con una mano aparta al impetuoso chico, en eso te das cuenta que detrás de ti y a tus lados hay más personas, todos aparentemente de la misma edad que tú.

La Viera saca una carpeta – Bueno hagan una fila y den una breve presentación con su nombre incluido, así se conocerán mejor y romperán el hielo – mientras mira una lista en la carpeta y los mira a cada uno.

Mientras contabas todas las anécdotas de tus ancestros notas como de la nada se escucha un ¡ClinnnnTooonn! se encienden las luces y se escucha - Por favor colocar el asiento en posición vertical y abrochar el cinturón -  en eso notas que el viaje de 18 horas con 3 escalas se te fue lo más rápido de lo que pensabas, cuando miras el asiento de alado la viejecita con la que conversabas de las hazañas de tus conocidos ya no estaba allí. ¿Dónde iría? ¿Sera que se quedaba en alguna de las escalas? – disculpe debe abrocharse el cinturón y déjeme subirle la mesa – la azafata mientras subía la mesita de la comida. Escuchas como los motores se aceleran y se sientes una leve inclinación hacia adelante, lástima que no pudiste sentarte en la ventana, ni cerca de ella, te causa algo de curiosidad ver esa parte del viaje, en esto volteas al otro lado y ves que el pasajero que iba a tu derecha tampoco está seria que se bajó también… bueno no le prestas más atención al asunto.

Poco después se escucha un chirrido de goma haciendo contacto contra el asfalto, todo se detiene por un instante en total calma detiene - ¡Tulululum! Bienvenidos al pueblo de Lys en donde acabamos de aterrizar esperamos que hayan tenido buen viaje gracias por preferirnos – en ese instante las personas empiezan a levantarse de sus asientos y ves nuevamente a la viejecita acercarse al puesto alado de donde tú estabas a intentar recoger algo que tenía en el maletero superior, aunque no lo alcanza y del lado derecho llega el sujeto que estaba sentado a tu derecha a recoger una maleta del maletero sobre los asientos, te preguntas ¿A dónde estarían durante el aterrizaje?, una vez te levantas vas a retirar la maleta que tenías sobre los asientos azafata - Como te fue, el aterrizaje da un poco de miedo pero ya llegamos cuando salgas debes seguir a la persona que este con un uniforme negro y plata, con insignias de los Seed – te ayuda con el bolso que estaba en el maletero y te guía a la fila para la salida del área de 2º clase, la azafata los hace esperar un poco y luego abre la compuerta entrando una luz intensa que casi te deja enceguecido, cuando llega tu turno de salir por la puerta te aproximas te detienes un momento y ves una larga terminal aérea, tras ella se alzan 3 grandes edificios y en el horizonte unas grandes montañas, hay mucho viento pero el clima es muy agradable – Mamá cuando estos chicos bajara ya quiero llegar a la casa a jugar videojuegos – escuchas la voz de un niño tras de ti, al parecer demoraste más de lo que pensabas, cuando observas ves a otros jóvenes también de tu edad más o menos absortos por el mismo paisaje.

Bajas las escaleras algo temeroso y te volteas un momento para ver cuántas personas vienen tras de ti y te asombras nuevamente con el gran aparato del cual te estas bajando.

Observas y ves un sujeto delante de un autobús con los uniformes que dijo la chica, es un joven humano rubio, de ojos azules con unas pistolas en su cintura un sombrero y botas de vaquero, acompañado de una chica Viera de un pelaje rojizo su uniforme aunque con los mismos colores es un poco diferente su falda es corta pero la chaqueta del uniforme es tan larga que casi toca el piso si no fuera por sus altos tacones, lleva un pequeño sombrerito como el de las azafatas, a diferencia del chico no notas armas.

Te acercas pero antes de que logres decir algo - ¡Buenos días, ¿cómo te fue en el vuelo?!, ¡un placer conocernos!, ¿de dónde eres?, ¿ya tienes tus documentos en regla supongo?- te aborda rápidamente el chico que ahora te das cuenta que tiene unos 16 o 17 años – Deja respirar a los cadetes Edi – te mira la chica mientras con una mano aparta al impetuoso chico, en eso te das cuenta que detrás de ti y a tus lados hay más personas, todos aparentemente de la misma edad que tú.

La Viera saca una carpeta – Bueno hagan una fila y den una breve presentación con su nombre incluido, así se conocerán mejor y romperán el hielo – mientras mira una lista en la carpeta y los mira a cada uno.

Tras el viaje en autobús a la terminal de vuelo, habiéndome despedido ya de mis padres y guardado mis pocas posesiones en la maleta ("ya crecerán" había dicho mi madre con una media sonrisa conociendo mi tendencia a acumular montañas de ropa), conversé amigablemente con una ancianita que había tenido la tremenda desdicha de haber sido asignada a mi lado. No obstante, al despegar la mujer había desaparecido, como el hombre a mi derecha, y agradecí no haber guardado todos mis libros en la maleta, sino que me dejé el Leyendas de Galbadia: mitos y verdades de Gabrielle Seven por si durante el vuelo no tenía nadie con quien hablar... Claro, que tampoco sirvió de mucho, porque con un nivel de nerviosismo digno de una ardilla que hubiese mordido una Materia de Haste me pasaba el rato mirando a un lado y a otro, divagando o imaginándome distintas escenas, además de que hubo un momento en el que solicité poder ver la cabina (momento en el que si me lo concedían, prácticamente me supuso hacer acopio de toda mi voluntad para no abalanzarme sobre el cristal delantero a ver las nubes), por lo que al final del vuelo no había avanzado ni 20 páginas y superficialmente, así que decidí cerrar el libro dejando el marcapáginas en la misma página en la que había empezado. Al ver que la anciana regresaba a por su maleta, por costumbre más que conscientemente me acerqué para ayudarla a bajar su maleta diciendo sólo:

- Permítame que la ayude. -aunque con un tono algo más apresurado del que me gustaría, ayudándola a bajar su maleta si no ponía objeción.

Después de esto, me dirijo a mi maleta y con ayuda de la azafata la bajo junto al espadón, que me cuelgo atravesada en la espalda con el mango sobre el hombro derecho velozmente antes de agarrar la maleta, con una vitalidad impropia de alguien que ha pasado 18 horas sin poder dormir y encogida en un asiento de avión, saliendo al exterior tan pronto como pude y maravillándome por el paisaje desconocido. Al parecer en mi entusiasmo bloqueé un poco la cola de salida, así que me apresuré a bajar diciendo en alto:

- ¡Lo siento, lo sientooo! -aunque tampoco me preocupé sobremanera al no haber oído a nadie enfadado.

Seguro que se lo esperaban sabiendo el destino al que viajaban y cómo los jóvenes cadetes llegaban habitualmente a ese lugar. No pude evitar echar una nueva mirada a la gigantesca nave, preguntándome cuándo podría tener oportunidad de volver a subir.

- ¡Gracias por todo! -le digo a la azafata ya desde abajo moviendo la mano en alto de izquierda a derecha, antes de acercarme precipitadamente al autobús al ver al chico uniformado.

Como si de una conversación de dos conocidos de toda la vida se tratase, respondí al joven que me preguntaba a toda velocidad:

- ¡Hola!¡Bien!¡Yo también!¡De Caus!¡Claro! -las respuestas se confundieron con las preguntas en una cacofonía que hasta a mí me hubiese dolido de ser consciente.

Cuando la viera le pide que nos deje respirar, me doy cuenta de que yo también estoy un poco sobreexcitada y me paso la mano por la nuca, algo azorada por ello. Es entonces que me percato de la gente que ha llegado (o entre la que me he colado) a mi alrededor. Ahora es la chica quien nos da orden de presentarnos. Con una amplia sonrisa, declaro:

- ¡Soy Aura Trepe, encantada de conoceros a todos! Llevémonos bien, prometo que suelo ser menos nerviosa que esto. Al menos un poco. -la sonrisa no desapareció ni por un instante de mis labios, se notaba que me hacía auténticamente feliz haber llegado a este sitio.

Me despierto algo sobresaltado, oigo las instrucciones pero no reacciono al estar algo soñoliento. Una azafata me pone en la posición correcta y aterrizamos. El sonido de la goma al llegar me produce denteras. Cojo mi espadón y lo coloco en mi espalda, después la mochila con las piezas de armadura pesada, ya que al echarme a dormir siempre me la quito y por último una riñonera con el dinero que me hará falta, y espero sea suficiente, para comprar lo que sea necesario para lo que me depare el inicio de esta nueva etapa de mi vida.

Localizo al sujeto con el uniforme de los seeds que empieza a hacer preguntas. Una viera que está al lado lo interrumpe y siguiendo sus instrucciones me pongo en fila junto con los demás. Enseguida llega mi turno de presentación.

Buenos días! Encantado de estar aquí y conoceros! Mi nombre es Nurdalgen Arison vengo del clan catoblepas. Mi padre es capaz de comerse un jabato entero y yo espero hacer lo mismo con mis enemigos y los de los clanes Mithra para poder unificarlos un día como antaño. Al terminar cruzo los brazos sobre mi imponente pecho y una sonrisa salvaje asoma en mi rostro.

Entre la emoción y el nerviosismo que llevaba conmigo no pude dormir nada en todo el vuelo, pero eso no me detuvo de pararme a toda velocidad agarrar mi maleta y salir de la nave para poder ese lugar del que me habían hablado, me quede unos minutos apreciando esas agradables vistas hasta que escuche al niño, voltee y dije. - Lo siento. - En ese momento me doy cuenta que no soy el único en este vuelo que va a unirse a seed, me alegro por ello ya que siempre es bueno tener compañeros y así no seré el único que esta perdido, Sonrío.

Busque con mis ojos a las personajes uniformadas, cuando los vi me acerque a ellos. - Buenos días. - Fue todo lo que alcance a decir antes de ser acribillado con las preguntas, yo sin tiempo para responder me quedo callado.

 Cuando todos estamos reunidos escucho a la chica de al lado presentarse, me río un poco para mi mismo de lo nerviosa que estaba, luego me quedo maravillado por la criatura que hablo después, al terminar centro mi mirada otra vez en los uniformados y me presento - Me llamo Aokishi Koshuto, soy de la región de Junon, de la ciudad de Al bhed, tengo 14 años, no había tenido la oportunidad de salir de mi ciudad natal hasta ahora, estoy muy emocionado de trabajar con todos ustedes!

Al terminar de hablar saco mi portátil la sostengo con una mano y empiezo a teclear mientras escucho la presentación de todos los demás.

Entré al avión no sin dudarlo antes, nunca me habían gustado los transportes y rara vez había tenido que usar alguno mas que el de la caravana de mi troupe. Me cargué el laúd y el violín a la espalda, agarré la maleta con las pocas pertenencias que tenía y me dispuse a buscar mi asiento.; cuando lo encontré dejé mis cosas debajo de él usando la maleta como escalón para poder llegar a sentarme. El hombre que se sentaba a mi lado estuvo durmiendo todo el viaje, por lo que la opción de entablar conversación quedaba descartada, me puse cómodo (lo cual es fácil cuando mides la mitad que el resto de gente), y observé mi alrededor en busca de alguna distracción, pero nada llamó mi atención. Me hubiera encantado sacar el laúd y tocar algo, era lo que hacía normalmente cuando viajaba con la troupe, pero no era el momento, así que le pedí a la azafata más cercana una revista con información sobre Lys, al fin y al cabo iba a pasar allí un tiempo y cuanto antes me hiciera a la ciudad mejor.

No paso mucho hasta que me terminé de leer la revista y de nuevo me quedé sin nada que hacer, me levanté de un salto de mi asiento y recorrí los pasillos del avión hasta que encontré un sitio vacío junto a un anciano, no lo dudé ni un momento cuando me subí de un salto y comencé a hablar con él, si algo había aprendido de tanto viajar es que todo el mundo tiene historias que contar. Así intercambiando anécdotas llegamos a nuestro destino, poco antes de aterrizar volví a mi asiento para recoger mis cosas. En cuanto tocamos tierra el hombre que había estado durmiendo se activó como un resorte y salió del avión; yo esperé a que saliera todo el mundo, era pequeño y alguien podría no verme y tropezarse.

En cuanto puse el primer pie en tierra una enorme sonrisa apareció en mi cara, por salir por fin del avión y porque cada vez estaba más cerca de una nueva aventura, y parecía que otros muchos chicos iban con el mismo objetivo. Emprendí mi camino y cuando el chico comenzó a preguntar sin parar solté una carcajada, por lo visto había alguien más emocionado que yo.

Comenzaron las presentaciones y con ello la primera sorpresa, una chica fue la primera en tomar la palabra. - Esa voz, no puede ser.- Miré hacia el lugar de donde provenía la voz y el espadón me saco de dudas. !Era la chica que había conocido hace unos meses¡ 

De varias zancadas me puse junto a ella. - Yo soy Tempi, encantado.- Dije alegremente levantando la mano para que todo el mundo me viera. Miré entonces a Aura con una sonrisa de oreja a oreja. - Hola.

El viaje había sido más ameno y corto de lo que Elisse se había imaginado, aquella pobre mujer que tuvo que sufrir las historias de sus padres, toda clase de aventuras que vivieron por el mundo como Seeds antes de casarse, e incluso después de hacerlo, Elisse hablaba con bastante fascinación de lo que sus padres habían hecho y no fue hasta que se quedó prácticamente sola que no se dio cuenta que quizás estaba siendo demasiado pesada. El tiempo que estuvo sola realmente no tardo en quedarse dormida, a fin de cuentas no tenía nada mejor que hacer ya que no tenía cerca la ventana ni el pasillo y ya se había cansado de mirar el interior de la nave.

Fue cuando escucho el aviso de que llegaban que se despertó de su largo sueño, un poco dolorida por tener que dormir en ese sillón, que aunque era cómodo no era para nada cómodo para dormir. La vista exterior era bastante llamativa y espectacular, realmente no se esperaba que la ciudad fuera así y estuviera rodeada por esas montañas tan grandes e impresionantes. Fue cuando escucho a aquel niño que se dio cuenta que tenía que moverse, lo cual no era especialmente discreto ya que llevaba su espada en el cinto y su escudo en la espalda junto con todo su equipaje que no era poco. Al llegar a tierra pudo ver como varios chicos ya estaban allí, frente a lo que posiblemente fueran dos Seeds. Rápidamente Elisse se colocó en la zona mientras algunos iban presentándose, una chica con un gran espada, un impresionante Mithra, un chico Albed y luego un pequeño Moguri, tras este da un paso al frente y dice:

Buenas, mi nombre es Elisse Fennel… vengo de Balamb y espero que podamos llevarnos todos bien y ser unos grandes Seeds.

Decía con una pequeña sonrisa contenida, está muy animada pero no quería demostrarlo demasiado y por eso trataba de contenerse en todo lo posible.

Hacía meses que me preparaba para este día. Ante mía estaba el avión que me llevaría a Lys y de ahí iría a la Academia. Mi familia ni siquiera sabía que hoy me iba les había mentido diciendo que era mañana para así evitarme las despedidas que tanto odiaba. Subí al avión y con la tranquilidad guarde mi equipaje antes de sentarme y dormirme durante casi todo el viaje (los medios de transporte me provocan una extraña somnolencia). Me desperté con el sonido de la goma contra el asfalto. Me levante, recogí mis cosas y me deje llevar por la marea de gente en dirección a la salida. Cuando salí del avión observe el lugar mientras sonreía y pensaba: "Aquí empieza mi aventura".

Me coloque donde me habían indicado cuando el Seed hablo no pude evitar soltar un suspiro antes de que la viera lo interrumpiera. Deje que unos pocos se presentaran antes que yo. Iba observando a cada uno analizando cada pequeño detalle.

-Renall Gallard Teareus -dije con voz seria

Estaba anonadado con los edificios que se erigían ante mi, ¿como podian construir esas edificaciones? de repente me di cuenta que el grupo se estaba presentando, para que no me dejaran de lado salte un poco y empece a volar a la altura de las cabezas humanas más o menos y con el brazo levantado -Yo soy Mogto ¡KUPO! un placer conoceros ¡KUPO! - esperaba que aun con mi baja estatura notasen mi presencia.

Bajé mis cosas en una bolsa. Bueno, mi armadura y un par de cositas más. El espadón me lo colgué de la espalda y seguí a los demas. Era impresionante, ¿como le decia esa chica al aparatito que llevaba? ¿Movil? Super curioso. 

Avancé hasta salir de la nave. 

-Wooo... ¿Esto es lo que Manopiedra llama civilización?

Sí no es así, ¿cómo sera la civilización? Voltee a todos lados. Era increible. Habia mucha gente de muchas formas y tamaños. Y hasta pequeños conejitos voladores. ¡Se ven tan adorables! Guarda la calma Blarr. 

Se hizo el silencio y me di cuenta que me tocaba presentarme a mí. ¡Qué falta de educación! Mamá me hubiera formado lio. No escuché a nadie. Bueno, sí, alguien dijo Kupo. ¿Kupo?

-¡Kupo! No, no, digo ¡Blarr! ¡Blarr Melenablanca! -hago un saludo marcial y la bolsa se cae y parte de la armadura rueda en el piso.

-Lo siento. -hago una reverencia y me pongo a recoger la armadura. Al terminar me paro firme y mirando al frente, a la nada. Como un soldado. Tampoco queria voltear a ver a nadie. Seguro se estaran riendo. Me reí tambien. Al fin iba a ser seed tenia que dar lo mejor de mi. Acomode la espada con los homoplatos. Orgulloso, firme y sonriente. Asi debia pararse un seed. 

        - Novata Isabeau Flambeu presente señor!   Venida directamente desde el continente Ciel, mujer Águila que asiste entusiasta a una de las fuerzas militares Seed, las mas poderosas del mundo por su amplio conocimiento en magias de todas las clases y técnicas de combate excepcionales, para formarme como miembro de un equipo y con la esperanza de hacerne una líder Aven en un futuro -   Dijo Isabeau tras cuadradse de manera marcial y de haber escuchado a los otros antes que ella sin ninguna expresión positiva o negativa evidente al respecto, mostrando respeto tanto de ellos como de la pareja de Seeds que vino a recibir los, aunque considerando que esto le permitiría prepararse para las Alas Doradas realmente

Atrás dejaba a sus padres, a la orilla de una hermosa playa de arenas blancas y finas, con más dinero del que nunca tuvo en las manos, creía poder tomar medio mundo con aquella fortuna y se sentía contenta de iniciar ese viaje.

Su destino aun un poco incierto le llevó a tomar un billete hacia Lys, un lugar del que nada sabía, pero cuya excitación por conocerlo le hacía dar pequeños saltitos en pro al lugar de embarque.

Pero no podía ir tan rápido, tenía claro que su padre estaba deseoso de ver el tipo de colección de armas que su pequeña hija iniciaba, por lo que fascinada por el mundo terrestre, se acercó a una tienda de armas, y mostrando los permisos pertinentes, se hizo con su primer revolver y con un buen brazal de materias. Era una suerte que su padre le hubiera ayudado a sacarse las licencias necesarias para llevar consigo el arma, pues se consideraba una buena pistolera, y no podía imaginarse yendo sin una en su cartuchera.

Orgullosa y aun con dinero en mano, el cielo se le cayó encima cuando le hicieron pagar el billete de embarque, la frustración le hizo sacar una libreta de una funda impermeable y escribir «guardar nunca fue una opción, sabiendo que nunca se tuvo» esa fue su primera opinión de aquel mundo, lo que ella creyó una fortuna, se evaporó como agua ardiente escupida por un géiser. Lo que le llevó a preocuparse, consciente de que no disponía ni siquiera, de dinero suficiente con el que comer.

«Las mayores fortunas son aquellas que no existen desde un principio y siendo solo aparentes lucen con grandeza hasta que la ilusión que las creó desaparece, si se dispone de ella atesoraría será esencial para que el espejismo sea duradero»

Ya en la nave, tuvo oportunidad de conocer a gente que si bien no parecían compartir el punto de vista de la niña, tuvieron que soportarla. No se sirvió directamente hacia ellos, eran más bien un cúmulo de notas escritas en su libreta lo que ofreció, pero de algún modo se sintió escuchada.

No fue hasta que la azafata llegó a ayudarle para acomodar su asiento, que se percató de que hablaba más sola de lo que imaginaba, el lugar se vació a sus ojos y era "la última" del lugar «he sobrevivido al final del destino, las personas eran humo que se disipó en un suspiro, y solo queda saber el tipo de humo del que estoy hecha. ¿Seré también sólo un capricho de este cielo que no veo? ¿Será la prohibición de no vislumbrarlo el castigo de las nubes hacia una niña que no supo cumplir con lo que se esperaba de ella? Oh, soledad, mi única compañera, no me dejes tu también hasta encontrar a alguien que te substituya, y ve dentro de mi corazón por si vuelvo a estar sola.»

La "caida" del aparato le hizo derramar una lágrima cuando el sonido de la goma fue para ella un llanto de un vehículo maltratado, - lo siento, ese dolor es en parte mi culpa, gracias por sufrir mi presencia y regalarme una nueva oportunidad.

Tenía la tristeza en sus ojos cuando quienes le acompañaban en un inicio aparecieron, su rostro se ilumino al ver que el humo podía volverse a concentrar, seguían vivos y cerca de su asiento de nuevo. Las mejillas se enrojecieron alegres, y llevó a la niña a saltar sobre el asiento por tal de bajar el equipaje de una anciana necesitada, se colgó en un momento del guardamaletas y le descolgó sus pertenencias. No esperó a que la mujer le pidiera ayuda, era un honor prestar una mano a alguien que había sido llamada por los cielos y devuelta por el motivo que fuera - es una persona con suerte, no esperaba que las nubes le hicieran volver para probar mi valía.

Para Kain, todo tenía un punto de vista peculiar, como si la realidad tuviera un punto de vista casi ficticio y su percepción del mismo fuera rozado por formas y tonos abstractos. Una filosofía de ver y sentir todo con fuerza, esperando no derramar una última lágrima, ni dibujar una última sonrisa. El mundo aun tenía mucho que mostrar.

Dando su primer paso en aquel lugar, no fue la primera, y tal vez tampoco la que bloqueara la salida al final, el aire era diferente, algo viciado desde el punto de vista de las cristalinas playas que se habían despedido de ella, pero era emocionante de igual manera. Bajó de un salto las escaleras, de forma peligrosa y fascinante, no podía esperar a llegar ante el mencionado de negro y plata. Corrió unos instantes para acabar frenando al lado de más como ella, o tal vez menos. Pues las alturas eran excesivas en unos, diminutas en otros, su verde tono de piel lucía fresco, lucía un traje impermeable de color azul metálico, botas, pantalón, camiseta y chaqueta, todos a juego con una franja amarilla en el lateral derecho, y se mordió el labio inferior mostrando una creciente sonrisa cuando las presentaciones iniciaron.

Estiró sus brazos y los junto en su espalda, mirando con brillo en sus ojos al tal "Edi" o más bien a sus armas, sacó su Colt de la cartuchera mostrándola, con la sonrisa más carismática que podía haber ofrecido y se presentó poniendo la pistola en su mejilla - No soy más que una ave migratoria, vuelo sin un rumbo fijo buscando el motivo de la existencia de nuestro mundo, amo el aire y las aguas, acaricio la tierra y el fuego, soy solo yo, pero si lo preferís podéis llamarme por el nombre que mis padres pensaron para mí, siendo ese Kain, también si lo deseáis porto el segundo nombre de mi padre, que con orgullo yace en mí, Vlare será bien recibido por mi presencia si os resulta mejor mencionarle por él.

Una reverencia exagerada con su diestra armada en el pecho y su zurda a sus espaldas, fue la finalización de su "según ella" leve presentación.

- Eww. -dije en voz baja, guiñando el gesto con algo de asco ante las palabras de Nurdalgen, siendo perfectamente posible que se diese cuenta de la expresión aunque no me oyese.

Dado que el gesto había sido justo tras hablar él y no al llegar o nada semejante, podía intuirse que era por lo que había dicho... sonaba demasiado literal eso de "comerse a los enemigos" tras haber mencionado lo de su padre. En cualquier caso, me distraigo cuando un pequeño ser se coloca a mi lado, habiéndome perdido su presentación mientras pensaba sobre la del Mithra, por lo que sólo me entero de que está ahí cuando me habla directamente.

- ¡Tempi, grandullón! -suelto la maleta en el suelo repentinamente y me agacho para alzarlo en un curioso abrazo, dada la diferencia de tamaños.

Froto la cara sobre la especie de moño en la que se recogía el pelo en el mismo gesto, quedándole el pelo algo revuelto tras el efusivo abrazo (aún así con cierto cuidado para no comprimirlo demasiado) y entonces le suelto y le doy un toque en la adorable nariz de botón.

- Sigues tan blandito y adorable como antes. -dije con una amplia sonrisa, que parecía permanente en mi rostro a pesar del cansancio.

Apenas unos instantes después un mog me pasa algo por encima, al estar agachada, y los ojos prácticamente me hacen chiribitas cuando lo veo. Quiero tres como ese. ¿Será muy violento si me compro aquí un peluche mog? Pienso. Lo cierto es que en casa tenía uno, pero claro, ningún mog lo había visto seguramente... ¿cómo reaccionarían? Pensé en lo curioso que sería ver a uno de esos Mithra con un peluche de "chica humana"... vale, igual a los mog también les resultaba un poco extraño. Tendría que preguntarle.

La curiosa presentación del otro Mithra me hizo ensanchar la sonrisa, aunque no era difícil notar que no era su fallo lo que me la había producido... El "kupó!" me había resultado gracioso en alguien que multiplicaba por 20 el tamaño del moguri, y ese ligero despiste, que a cualquiera le podía suceder, daba un aspecto de sencillez que la mayoría de aquí no tenían (o teníamos, dado que no sabía exactamente la imagen que estaba dando yo).

Unas cuantas presentaciones habían sido serias y formales, otras se extendían con sueños o buenos deseos, y en el caso de la Aquarian, con unas vueltas algo extrañas acerca de su nombre, pero en general parecían un grupo principalmente de luchadores físicos... Bastantes espadones para los que éramos hacían que el grupo pareciese medio lleno de berserker, si bien mi estilo de pelea con el mismo variaba tanto frente al de los fieros guerreros como mi enfoque del combate.

Esperé pacientemente por más presentaciones, apenada de que no hubiese 5 o 6 moguri más.

El viaje fue espantoso, en tercera clase y más cerca del sol de lo que me gustaría, me encontraba envuelto en una sabana de los pies a la cabeza para poder dormir tranquilamente, algo que fue imposible con el sonido del motor y el incomodo asiento, odio tercera clase, y cuando asomé la cabeza, un rayo de luz me dio en la cara, a pesar de que había cerrado la cortina, ¡odio el sol!, había sido horrendo, pero al parecer al fin habíamos llegado a nuestro destino.

La azafata se acercó a ver como estaba y a darme algunas instrucciones, ¿qué como me fue? ¡Fue horrible! El asiento, el ruido del motor, la cortina que no cerraba bien… -estuvo bien, gracias, si dio un poco de miedo, pero estoy bien- puse una sonrisa en mi rostro y respondí a la azafata, después baje rápidamente de ahí, no me volvería a subir a una aeronave en mi vida, a menos que fuera primera clase. En mi huida de esa cosa, fui a dar de frente con la luz del sol a la salida del túnel, con un dem…, aún aturdido escuche una voz detrás de mi, ¿por favor? ¡Acabo de quedar cegado! ¡Podría tener algo más de consideración! -si, lo siento- después de disculparme fui a donde me indicaron.

Ahí se encontraba una dupla peculiar, un vaquero parlanchín y una conejita, las vieras tienen un raro encantó, son mujeres, pero también son como mascotas, me gustaría tener un par ¿podré comprar una en algún lado? -encantado, mi nombre es Arystar Crowley, pero pueden llamarme solo Ary- hice una reverencia un poco exagerada mientras me presentaba y en mi rostro se dibujaba una sonrisa algo maliciosa que hacía notar mis colmillos
-el viaje fue de lo más encantador, ya estoy deseando empezar a entrenar, vine aquí para hacerme más fuerte-

Luego de Ary se escucha - Mi nombre Robert, 6º con el nombre, descendiente de la casa Torweld, defensores de los débiles y combatientes contra la maldad, proedente de las tieras de la árida Dormen – la voz era ronca y al verlo era un gigante de casi 2,50 mts de alto muy robusto y con un pelaje marrón claro, vestido con jeans  anchos, botas deportivas, una camisa mangas cortas blanca con un chaleco azul de jean, y colgado del hombro una maleta tan grande que casi toca el suelo, que más bien era como un cofre con ruedas.

Junto al gigante un sujeto que no era bajo pero su tamaño palidecía ante el gigante que tenia aun lado, vestido con unas túnicas de colores cobre, oro, rojo, verde y blanco en formas geométricas extrañas  – B…u…e…n…o…s      d…í…a…s….    s…o…y….   E…s…t…e…r…   M…e…l…e…n…e…r… d…e…   l…o…s…  b…o…s…q…u…e…s…   d…e…l…   s…u…r… - y hace una reverencia, dejando ver que de su cabeza salían unas ramas en ves de cabello y su piel asemejaba la corteza de un álamo, con unos largos brazos casi desproporcionados en comparación con su cuerpo.

La presentación anterior fue corta pero duro casi una eternidad, algunos hasta se arrodillarlo por la espera – Aamon Rats Mammon de las profundidades del abismo del océano central – la voz fue tenue y lúgubre interrumpida ocasionalmente por algo que parecía un respirador, vestía una especie de ropa de neopreno negro y de su rostro sobresalían tentáculos como los de un pulpo y su cabeza era alargada como la de un calamar. Su rostro cubierto por una máscara en donde la parte de sus ojos tenía un cristal traslucido pero en la sección de los ojos tenia agua en lo que sería unas especie de lentes como de buceo.

Y ya al final cuando todos pensaban que ya no había nadie dio un paso al frente una chica como de unos 80 o 90 cm se inclina con una rodilla en el suelo – Melani Tiraltar a sus servicios, de los poblados del este de Esthar – desenvaina rápidamente una katana y la sujeta por la hoja con las dos manos extendidas – mi espada y mi honor al servicio de esta honorable organización – luego de dicho esto envaina nuevamente su espada, inclina su cabeza y luego se levanta y regresa a su sitio.

Jote casi no había hablado con nadie desde que había salido de su casa salvo para preguntar por su destino. Cuando lo hizo, había hecho preguntas escuetas y concisas. Viajaba tratando de pasar desapercibido con la única compañía de su saco. Trataba de mantenerse en las sombras y, cuando no podía hacerlo, viajaba por tejados.

Acabó en aquel avión, con la una compañía algo peculiar, pero a él no le importaban sus compañeros de viaje, solo una cosa. Sus ojos estaban clavados en el viejo saco cerrado. Cuando una azafata le indicó que podía dejar su equipaje arriba, el simplemente se aferró con más fuerza a sus pertenencias, sin apartar la mirada de ellas. Al final, con la nave ya en marcha, consiguió relajarse un poco y dedicó una mirada a sus compañeros de viaje. Eran de lo más variopinto.

Al llegar agradeció poder salir de aquella nave metálica que tan extraña y hostil se le hacía y se acercó al grupo que se había empezado a formar. Escuchó las presentaciones de los demás y comprobó que tres de los que viajaban en los asientos cercanos a él estaban allí. Escuchó sus nombres y los anotó.

Agarrando su saco aún con fuerza, decidió presentarse. Jote. Dijo, simplemente, en tono completamente neurto. Parecía que iba a decir algo más, mirando a sus pertenencias, probablemente algo de su pasado, pero cerró la boca y lo dejó así. No era importante de donde venía. Ya no.

Miró a la viera y no pudo evitar sentir alivio y cierta aprensión. No había a ninguna persona de su raza aún y empezaba a temerse ser el único. Tratando de pasar desapercibido se acercó un poco hacia donde se encontraba la viera del comité de bienvenida y la miró con algo parecido a esperanza en sus ojos.

Una vez parecía que todos habían acabado de presentarse no puedo evitar pensar en la gran variedad de personas que se habían reunido. No tenía nada en contra de ninguna raza pero me pareció curioso que con la cantidad de humanos en el mundo solo seamos ¿tres? Todavía no tenía claro si ese gigante era humano tal vez si hubiera estudiado mas en clase me sabría todas las razas de memoria. Durante las presentaciones me había fijado especialmente en Elisse Fennel y Blarr Melenablanca tenían pinta de ser compañeros perfectos para mi. Tenía curiosidad por saber como era el lugar y como se organizarían para dividirnos y entrenarnos pero me daba mas curiosidad saber cuando tardaría en hacer que mi nombre tuviera mas fama. Cada persona de aquí tenía sus motivos para convertirse en Seed de eso estaba seguro y los míos seguramente fueran los mas egoístas eso también lo tenía claro pero no me importaba. Para cumplir mis metas debía esforzarme el triple que todos aquí por que era muy probable que fuera el mas débil de todos así que mientras todos ríen, se divierten y se relacionan entre ellos yo pienso entrenarme y mejorar mis habilidades.

Mientras pensaba todo eso me mantenía en silencio algo mas aparto de todos los demás observando a todos mis futuros compañeros o rivales.

Luego de las presentaciones la Viera los mira sujetando la carpeta al frente y con unas gafas de lectura, que se colocó mientras se presentaban – Muy bien un placer y buenas tardes, paras los que dijeron buenos días – Corrigió, mirando a algunos – Mi nombre Mary Linas Montes Rones, Seed de 1º división, seré su guía por el día de hoy y mi compañero – al momento que el otro Seed levantaba la mano para presentarse – Eduart Snoder Kinneas Seed de 1º división, y si es hijo del famoso Irvine, por favor no le suban más el ego – dijo mientras se acomodaba los lentes y leía nuevamente la lista, el chico se hacía un poco para un lado para hablar cuando lo interrumpen nuevamente – Bueno veo que no eres el único hijo de una personalidad famosa y señorita no es de buena educación interrumpir a las personas que hablan, bueno en fin por ahora están todos los que tenían que llegar en este vuelo – se da la vuelta y empieza a caminar en dirección al bus que tenía las insignias de los Seeds – acompáñenme y suban en forma ordenada serán llevados hasta el jardín de Lys, las normas y lo que tienen permitido hasta la presentación de los estudiantes y asignación de sus respectivas casa, son:

• No tienen permitido los combates fuera del área de entrenamiento con ninguno de sus compañeros.
• No están autorizados a el recorrido de las instalaciones, hasta la presentación oficial de los nuevos ingresos, más que los siguientes lugares: Entrada principal, Patio principal, Recepción, Comedor y estadio de Blitzbal.
• No es necesario el uso de armaduras dentro de las instalaciones del instituto.
• Deben respetar en todo momento a cualquiera que porte los uniformes de la institución.
• No deben abandonar, bajo ninguna circunstancia, las instalaciones

Enumero mientras todos se acomodaban en los asientos el autobús y el chico los miraba a todos con actitud de galán desde el puesto del chofer – Bueno sin más que decirles permítanme darles la bienvenida a la institución de mi parte y la de mi compañero y espero que les sea de agrado este inicio en su entrenamiento para ser un Seed – añadió Mary cuando Edi estaba a punto de hablar.

Edi se dio la vuelta y arranco – Bueno chicos disfruten el viaje – y de inmediato empezó a conducir para salir de la pista y de la terminal aérea.

El recorrido fue corto por el pueblo que no tenía más que unas 10 calles hasta salir del mismo, en este trayecto se pudo observar que casi justo a 3 calles de la terminal estaba un edificio grande de color blanco de unos 30 pisos de altura con un amplio estacionamiento donde habían varias Ambulancias aparcadas y extensas áreas verdes a su alrededor y una amplia entrada donde decía en un cartel grande adornado con una cruz roja Hospital Mundial de Lys. Selphie Tilmitt, el recinto ocupaba casi una cuadra entera. El resto del recorrido hasta salir del pueblo fue un poco menos notorio con personas, en su mayoría humanos aunque había personas de otras razas, en las calles haciendo sus tareas cotidianas, la casas eran de construcción estilo europea todas pegadas entre si algunas de 2 y 3 pisos de altura, algunas zonas comerciales y un boulevard ende se ven algunos niños jugando junto a una fuente.

Al final el pueblo se ve un par de  estatuas de algunos monstruos caídos y sobre ellos varios Seeds y justo al centro una chica, un gran arco en la entrada del pueblo dice Bienvenido a Lyz en varios idiomas (esta escrito en las lenguas de varias razas) luego de pasar por el se ven algunos soldados que no portan el uniforme Seed en una caseta al lado del camino, uno de ellos saluda con la mano en dirección al autobús mientras otro se pone firme y hace un saludo militar en la misma dirección. El camino es largo y lo que se ve a la distancia son algunos árboles en amplias y despejadas praderas con unas montañas muy altas de roca sólida, en ocasiones se ven algunas granjas con algunos Chocobos en sus en sus terrenos cercados.