Partida Rol por web

- ¡Eh, estupida masa de tierra, mírame! - grito mientras muevo de forma ostentosa los brazos, intentando centrar la atención del elemental sobre mí.

Threkor golpea al elemental de tierra, mientras la guerrera intenta atraer la atención de éste, aunque el ataque del ladrón no parece causar demasiado daño a la criatura.

Al acercarte al cadáver, ves que se trata de una mida*. Podría tratarse de Malisa, la ayudante de Akalis, aunque al no haberla visto nunca no puedes asegurarlo con certeza.

Parfemius pensaba que sus compañeros seguirían a Linnet, dejando atrás al monstruo elemental, sin embargo parecían querer seguir combatiendo. Al mago no le gustaba la idea de que Linnet se adentrara sola en esta peligrosa catacumba, pero tampoco quería abandonar a sus amigos en pleno combate.

Volvió a ejecutar el mismo hechizo contra la criatura.

Al parecer ninguno quería largarse de allí, prefiriendo acabar con el monstruo. Quizás temían que, de necesitar una huida rápida, el elemental impidiera abandonar las cuevas más tarde. Hasta ahora, su defensa fue sólida, evitando que los ataques de la criatura le hicieran daño, pero no podía confiar en su suerte mucho tiempo.

-¡Debemos ir tras Linnet!- vio que los ojos del elemental se desviaban hacia Daphne, por lo que aprovechó esta rara oportunidad para descargar su arma, intentando que el golpe fuera más certero esta vez-. Cuando me ataque. Corran hacia el túnel, yo iré detrás.

Toco el cuerpo de la mida para ver si aún sigue caliente. No quiero toparme con el asesino desprevenida, y si aún continúa aquí, sin duda alguna sabe que hemos llegado por el guardian de la puerta, o quizás no y era la protección que tenía Malissa para evitar que alguien viniese a cotillear.

Rebusco además entre su ropa para ver si lleva alguna cosa interesante, con la vista fija en el pasillo, mierda, mierda... me vuelvo nerviosa hacia el hueco por donde entré esperando que lleguen en breve mis amigos, ¿que diantres están haciendo, por qué no dejan la cosa esa y vienen de una vez?

Al tocar el cuerpo descubres que está frío como el hielo. La mida parece haber perdido la vida hace ya bastante tiempo. Qué o quién fue el causante de su muerte es una pregunta que hace que te estremezcas.

Al rebuscar entre sus ropas encuentras una piedra de color rosa, una daga y una frasco que contiene un líquido del color del fuego.

Entonces las ves. Cuatro sombras salen de debajo de la mesa y flotan en tu dirección. No parece que alberguen buenas intenciones.

Tres brillantes dardos formados de energía vuelven a salir disparados de la punta de los dedos del mago, impactando con fiabilidad en la criatura. Ésta no parece prestar demasiada atención al daño que estos la causan, centrada en como está en la morlock.

Mientras, el dracónido aprovecha para volver a golpear al elemental, haciendo que nuevos fragmentos de tierra se desprendan de su cuerpo.

La criatura arremete entonces contra la guerrera, pero ésta, sorprendentemente, consigue esquivar el ataque apartándose a un lado.

Un paso hacia el costado intentando atacar al enemigo desde atrás, mientras este se concentra en la parte de delante con los era la opción más segura. Parecía como si nuestras armas fueran inútiles contra una criatura así, pero no podíamos huir ahora.

Linnet había huido y Arbahin nos pedía que hiciéramos lo mismo, pero Daphne necesitaba que alguien distrajera al monstruo.

Ahora que he conseguido lo que quería, que la criatura centre su atención en mí, ataco nuevamente con ambas armas, mientras sigo burlándome de ella y bailando a su alrededor.

Las cuatro sombras se desplazan a través de la habitación a una velocidad asombrosa. Dos de ellas se colocan a tu altura mientra que las otras dos parece que tienen intención de colocarse a tu espalda.