Partida Rol por web

Senda te estudia con interés... Pensando en tus palabras, como si escondieran algo más... Va asintiendo a todo con una ligera sonrisa.

Mi antecesora estaba en este lugar... antes de llamarse Ciudad Armonía y antes de ser esta fea ciudad de piedra... Esta matriarca decidió unirse a un humano. Uno de los priemros que llegaron a estas tierras. Era un pastor rudo y sensible... Se casó con él y por él. Dejó a nuestro pueblo y unió su destino al suyo... Por fortuna, o por desgracia, no vivió lo suficiente como para verle morir de viejo. Unos orcos atacaron su cabaña y ambos murieron abrazados...

La anterior Gran Matriarca pensó que si se casaba con la reina Drow podrían formar una gran alianza élfica contra la marea humana... Ambas mujeres se casaron, y eran felices en la alcoba dicen, pero un buen día se encrapicharon de la semilla del mismo varón y riñeron por él. La reina Drow mató a la Gran Matriarca y así pudo quedarse con el varón sólo para ella... Y la alianza quedó deshecha y los humanos nos barrieron hasta aquí...

Menea la cabeza con pesar.

Son historias tristes, como veis... No quiero veros como protagonista en una de ellas.

Asiente a tu petición.

Claro. la Gran Matriarca estará encantada de recibir a tan nobles caballeros.

Y mientras cursa la petición sois invitados a seguir en Ciudad Armonía.

Durante una semana os han tenido entretenidos. Os han enseñado la ciudad, las tabernas, las animadas plazas...

Has confirmado que los humanos hacen todos los trabajos serviles, aunque también hay algunos talleres de elfos. Alfareros, ebanistas, joyeros... Y talleres más exóticos como uno de telares con enormes arañas de vistosos colores que crean las telas para los elfos, y varios elfos trabajan con las telas de araña para crear tejidos ligeros como la niebla.

Sabes que debe de haber un herrero o una armería dentro de la fortaleza pues a veces has oído los martillos y el familiar sonido del metal contra metal, pero no está a la vista.

Los humanos parecen felices. Se les ve prósperos, aunque son más sencillos, en todos los aspectos, que los elfos.

Vuestro guía es muy bueno, pues la semana os ha pasado volando. Parece que la atmósfera optimista de Ciudad Armonía es contagiosa. Es un lugar agradable, limpio y se respira paz. Los elfos le ponen notas de color y hay cosas extrañas por ver, se mezcla lo mundano con lo mágico...

Al terminar la semana os viene a ver Senda en persona, para deciros que la Gran Matriarca está dispuesta a verse con vosotros... Está encantada con tu galantería, o eso parece, pues no tendría que haber venido ella a deciros algo tan prosaico.

Ella os enseña la ciudad otra vez. Os lleva a algunos lugares sólo para elfos... Casas de avrias plantas de estructura ligera como el aire, donde hay tañedores de arpa y sirven vinos dulces... Te habla un poco de todo y de nada en concreto, a la vez que te hace numerosas preguntas, como si lo que dijeras fuera muy importante. te hace sentir alguien importante y te gusta. Ella parece muy diplomática. Sabe cuando hablar y cuando escuchar.

Te da la sensación que esta ciudad es su mayor ilusión y está muy orgullosa de la convivencia entre elfos y humanos. Como si intentara demostrar algo... Descubres que los humanos que hay aquí son descendientes de los primeros colonos norteños. Se instalaron en Ilanil y algunas familias aventureras se atrevieron a ir al norte a buscar fortuna, donde serían libres de todo. Muchso murieron, pero otros prosperaron. Consiguieron domar la tierra y formaron comunidades estables. Entonces fue cuando el rey de Nuevo Bastión les solicitó pago de impuestos y envió nuevos colonos, quitando tierras a aquellos primeros colonos. Bastantes de ellos fueron a Ciudad Armonía, para huir de los abusos del rey humano. Y Senda se siente la salvadora de todos ellos.

Con tu conversación y charme estás seguro que te la has ganado y que le podrías pedir ayuda o lo que necesitaras.

Disfruto mucho de la semana con el guia elfo conociendo toda la ciudad, a todos los lugares que voy me presento de manera respetuosa y amable tanto con elfos como humanos. Los que quieran charlar encontraran en mi a un interlocutor agradecido y abierto.

Cuando la Matriarca Senda me hace el honor de venir a decirnos lo de la Gran Matriarca y se ofrece a llevarnos por la ciudad me muestro muy agradecido y honrado y se lo hago saber. Le cuento mi vida sin esconderle nada ni tampoco dandomelas de grandeza. Soy sincero y abierto con ella y espero que corresponda a la conversacion del mismo modo. Le cuento cosas de cuando era pequeño, como fue unirme a la orden, cual es mi manera de obrar con el mundo una vez fui caballero etc etc, lo que viene a ser una conversacion profunda de dos personas que quieren conocerse mejor.

Cuando nos vamos a despedir de ella insisto gallardamente de acompañarla solo al bosque, para tener un momento de intimidad ambos, lejos de Ser Squirrel. Una vez llego al bosque con ella le digo despidiendome.

- Ha sido para mi un gran honor y privilegio pasar este tiempo con vos Matriarca Senda, y cuando parta estare deseando volver a veros. -me saco el anillo con la rosa- Quiero que tengais esto como simbolo de mi amistad, cualquiera que os veo con el sabra que estais protegida por la Orden la Rosa. Teneis mi proteccion Matriarca Senda y es para siempre. No se si existe algo asi en vuestro pueblo, pero quiero pensar que yo tambien cuento con vuestra amistad y proteccion.

Al darselo hinco una rodilla en el suelo y se lo entrego con galanteria y respeto, como entregaria un presente a un Rey o alguien superior a mi. Esperare su respuesta y me marchare en busca de Ser Squirrel para empezar nuestro viaje hacia la ciudad de la Gran Matriarca.
 

Se queda sorprendida con tu regalo, al que corresponde con una sonrisa de satisfacción y alegría. Te ofrece el dedo para que se lo pongas y se agacha (estás de rodillas) Te toma la cara con las manos y te besa en la boca. Sus labios son cálidos y suaves y sientes como una oleada de energía. Entonces se retira y te mira a los ojos. Ella está de rodillas a tu altura y su vestido está manchado de barro y hierba.

Entre nuestro pueblo no nos gusta dar presentes a la manera humana. Creemos que hay cosas que son más difíciles que olvidar que los bienes materiales. Y hay cosas que nadie te puede quitar.

Y mientras acaba de decir eso se levanta con gracia.

Por favor, levantáos, ser. Estoy segura que con la protección de vuestra órden esta ciudad vivirá hasta el final de los tiempos... Levantáos y preparaos para marchar. Sé que cuando veáis a nuestra Gran Matriarca ya no os acordaréis de mí... Ssshhh... ahorraos las palabras galantes. Con mirar a vuestros ojos ya tengo muchas respuestas. Marchad. Contáis con la amistad de Senda.

os despedís de todos y marcháis hacia la capital de los elfos, Ciudad Verde, Primera Ciudad... Hay muchos nombres. Una pequeña escolta de cinco elfos os lleva.

Os dirigís al norte. Siempre hacia el norte... Los caminos son estrechos, pero el clima es fresco y agradable...

Luego el camino giráis al noroeste y el camino se hace más empinado y difícil...

Pero nada que no se pueda hacer con un poco de cuidado. Ya han pasado cinco días desde que partísteis, y ahora el líder de vuestra escolta os dice que debéis ir con los ojos tapados el resto del camino. Muy poca gente ajena al pueblo elfo ha hecho este camino y ninguno con los ojos abiertos.

Si la reunión fuera mal y supiérais como llegar a nuestra capital no podríais abandonarla jamás...

Cuando la Matriarca Senda me ofrece la mano la tomo con delicadeza, mis manos callosas de esgrimir la espada son el polo opuesto a sus delicadas manos. Le coloco el anillo en el dedo de manera galante y ceremoniosa.

Pero es cuando me toma el rostro con las manos y me besa en los labios que mi corazon me da un vuelco y se pone a latir a toda velocidad, como cuando estas a punto de desenvainar la espada para quitar una vida.

Pierdo la compostura por tal acto inesperado, no rebato las palabras de la Matriarca Senda pues soy incapaz de generar una en mi mente. El rubor tiñe mis mejillas como la luz del sol tiñe de color las hojas de este sagrado y magico bosque.

Solo puedo agacharme de nuevo de manera caballerosa y pronunciar un:

- Gratitud Matriarca Senda, prometo que volvere.

Me levanto y vuelvo con Ser Squirrel bastante callado, no taciturno pero si distante. Si me pregunta le dire que tengo muchas cosas en la cabeza pero que estoy bien. Tomare mi petate y partire con los elfos hacia el norte.

Disfrutare del paisaje inexplorado por mi, tambien de la compañia de Ser Squirrel y tambien de la de los elfos. De hecho seguire con mi "modus operandi" de ganarme a mi escolta, siendo amable preguntando cosas contandoles otras mias y demas. Tambien intentare conocer algunas palabras del idioma elfico si estan dispuestos a enseñarmelo.

Cuando llegamos al critico punto donde quieren vendarme los ojos les dire a toda la escolta elfica lo siguiente:

- Entiendo que querais proteger vuestra ciudad y vuestra gente, lo respeto. Pero yo soy un Caballero de la Rosa como Ser Squirrel, teneis que ver mas alla de mi raza, teneis que ver el juramento que sigo y la Orden a la que pertenezco. Mi espada sirve para defender a las gentes no para hostigarlas, en mi Orden hay elfos como vosotros que siguen el mismo codigo que yo, y ellos son mis hermanos. ¿Que daño puedo haceros yo que ahora mismo daria mi vida por protegeros de cualquier mal?

Mis palabras son sinceras, las digo desde el corazon y el convencimiento que se tiene cuando se dice la verdad.

Son elfos corteses aunque algo secos. No parece gustarles mucho llevar a un humano a su capital, pero no dicen nada. Además, tus buenos modales relajan sus ánimos y no sólo aprendes alguna spalabras de élfico, sino que también compartes algunas canciones de campamento de los elfos, junto a ser Squirrel. Son canciones vitales y melancólicas, por las cosas perdidas, pero con esperanza.

Finalmente llegáis al punto que os piden vendaros los ojos pero tú te niegas con buenas razones. Tu escolta se encoje de hombros.

Como queráis, ser. Es vuestra elección.

Dejáis las monturas y empezáis a avanzar por una estrecha senda entre montañas...

Cada vez se hace más estrecho y más empinado. El camino se hace muy pesado, y más con armadura. Los elfos también acusan cansancio. El único que parece aguantar el ritmo, más o menos es ser Squirrell que para aguantar el paso se mueve como la ardilla que es, a cuatro patas.

Pasáis varios días en el camino, andando, comiendo y descansando sobre el duro suelo. Estáis muy cansados, pues no es sólo el camino empinado, sino también la altura, que parece que os falte el aire.

Una mañana, mientras avanzáis a paso cansino, una flecha os cae peligrosamente cerca. Corréis a protegeros donde podéis, que no hay mucho, más bien nada en el estrecho camino, sin temor a caer despeñado y una voz de variso metros más arriba os dice algo en élfico.

La escolta sale y habla con esa voz en élfico. Te asomas y ves al que os ha disparado. A pesar de poder verlo bien está fuera de alcance.

Te señala y les habla a tu escolta con malhumor. Antes de que puedan contestar desaparece.

Seguís avanzando en silencio y lo puedes ver en varias ocasiones, como si os siguiera. Al final ya no lo veis.

Te informan que es un vigilante del Camino. Hay varios dispersados en un tramo del camino. Son los mejores combatientes elfos y estar destinados a este cometido es un gran honor. Sirven en él de por vida y no ven a nadie jamás. Viven solos y su único cometido es impedir que no pase nadie sin el permiso de la Gran Matriarca. te aseguran que uno de ellos puede matar a docenas de enemigos sin que puedan ni verlo.

Apartir de este momento te sientes permanentemente observado... Quizás es fruto de la paranoia o sea realidad. No sabes si han exagerado o no tus escoltas, pero cuando hablan de los guardianes lo hacen con orgullo.

Pocos días después llegáis hasta lo que te dicen que es el tramo final del camino... Un eterno puente de cuerda sortea un precipico gigantesco, y bajo él ruge un río que baja a gran velocidad...

Pasas el puente con algo de congoja aunque parece que la cuerda es más resistente d elo que parece. cruje bajo vuestro peso y el río que baja por debajo es una muerte segura si caes en él, pero llegas al otro lado sin más contratiempos.

Después de un corto paseo de apenas dos horas llegáis a una frondosa arboleda. Una arboleda como jamás has visto en tu vida. Árboles de proporciones imposibles. Enormes. Deben de tener miles de años...

Os alojan en una casa de invitados, que está en los límites de la árboleda, a la espera de ser invitados por la gran Matriarca.

Durante dos semanas os traen alimentos y al atardecer vienen unas bellas arpistas que os dsitren un rato. no tenéis permiso para alejaros de la casa pero sois muy bien tratados. hay ropas ligeras en la estancia y lo cierto es que os sentís muy bien. Hasta crees que podráis vivir así para siempre. Te sientes más relajado que en toda tu vida.

Finalmente, y ya cuando ni te acordabas de tu entrevista, eres invitado a acudir a la presencia de la Gran Matriarca

Avanzas por el enorme bosque de medidas colosales y ves que entre los árboles hay suspendidos puentes de cuerda, y te acuerdas de aquellos árboles donde estaban Rolf y la ciega. Son una broma comparados con estos.

De hecho, no tienen nada que ver. Parece que las casas, o al menos una parte de ellas, están en la copa de los árboles, muchos metros por encima del suelo. Son estructuras ligeras y elegantes...

Te suben por unas escaleras y paseas otro rato por estrechos pasillos pegados a los árboles y puentes de cuerda, hasta llegar a un pequeño lugar...

Te invitan a entrar.

En cuanto abres la puerta te inunda una nube de humo blanco. Una especie d eincienso que tiene un penetrante olor a resina de pino.

Adelante...

Dice una voz femenina, una voz cantarina con un punto ronco muy sensual.

Entras y la puerta se cierra  tus espaldas. El ambiente es cálido y húmedo. Entre la nebilna ves  a La Gran matriarca, que te mira con curiosidad.

Bienvenido, ser... Sed bienvenido a nuestro hogar... Pocas visitas de los vuestros recibo...

¿Qué gran razón os ha llevado a hacer tan largo camino? ¿Qué poderoso propósito os lleva a arriesgaros a no volver a ver vuestro hogar?

Una vez he convencido a los buenos elfos que me escoltan a ver a su Gran Matriarca de que no soy un peligro prosigo el viaje con los ojos abiertos, observando el precioso paisaje cada vez que nos acercamos mas al lugar de mi viaje.

Cuando de pronto llueven flechas en nuestra direccion todos corremos a refugiarnos lo mejor que podemos ya que estamos en muy mal lugar, tomo mi escudo y lo alzo protegiendo a todos los que me acompañan dejando mi propio cuerpo mas expuesto a ser aseteado por las flechas confiando que mi dura armadura pare el golpe.

Despues de que hablen entre ellos y ser informado de quien es ese que nos ha disparado les digo a mi escolta que comprendo la gran responsabilidad que recae sobre ese guardian del camino y que entiendo el modo en el que ha actuado. Me disculpo por haberles hecho pasar por algo asi, estoy seguro que ha sido por culpa de llevar un humano con los ojos destapados o almenos eso creo.

En el largo puente que pasa por encima del rio acobardaria a cualquiera, el rio ruge con fuerza contra las rocas una caida aqui seria el fin de cualquiera. No puedo evitar preguntar a la escolta elfa si este puente esta pensado para el peso de un humano con semejante armadura, y por mucho que despejan mis dudas paso por el deseando que no fuera tan largo.

Mis ojos se abren de par en par, la arboleda me fascina como un cuento de caballeros a un niño pequeño. El lugar es precioso, ni los mejores bardos sabrian describirlo para que alguien lo imaginase. Estoy tan maravillado que no me doy cuenta de donde nos dirigen hasta que nos dejan ante la casa de invitados.

Antes de entrar me despido de los elfos que nos han escoltado hasta aqui.

- Tendreis mi eterna gratitud por traerme hasta aqui buenos elfos, el viaje con vosotros ha sido muy agradable y fascinante. De nuevo gracias por dejarme andar entre vosotros viendo vuestro precioso paisaje. -agacho la cabeza a cada uno de ellos en señal de gratitud y entro a la casa de invitados con Ser Squirrel-.

El tiempo pasa rapido en este lugar tan bello, entiendo porque los elfos viven tantos años o almenos eso quiero pensar. Cuando vienen las arpistas escucho sus canciones con la bella arpa y siempre les doy las gracias. De hecho intento que me cuenten mas sobre su Gran Matriarca, no para sacar informacion sino mas para saber historias de ella, como cuando alguien se interesa por alguien a quien admira o idolatra.

Cuando vienen a por mi para la audiencia me dejo llevar sin problemas, mantengo mi porte gallardo pero me muestro humilde, lejos estoy del posado de los caballeros de la Orden del Dragon. Cuando abren la puerta y paso dentro el humo llena mis pulmones y todas esas especias embriagan mi corazon. Es entonces cuando oigo esa unica y tan especial voz dandome la bienvenida.

Me acerco a ella y hinco mi rodilla en el suelo, trato de hacer la mejor escenificacion que haya hecho nunca. Hago uso de toda mi galanteria y caballerosidad aunque no creo que sea capaz de impresionarla. Entonces alzo las manos con el precioso presente que traigo para ella aun con el rostro agachado, extiendo mis manos hacia ella y es entonces cuando levanto mi mirada de dulces y penetrantes ojos verdes.

- Porfavor Gran Matriarca Syranel, aceptad este presente de mi parte y de la Orden de la Rosa. Para mi es un gran honor y privilegio que hayais aceptado mi humilde presencia ante vuestra majestuosa persona. Vuestro precioso y bello hogar no puede competir con vuestra hospitalidad y propia belleza. De nuevo repito os estoy muy agradecido por los cuidados de estas dos semanas.

Entonces me pongo de pie y sigo hablando, respondiendo a su pregunta tras haber hecho mi entrada.

- Arriesgaria mi vida y todo lo que fuese necesario que de mi dependiera para lograr mi proposito Gran Matriarca Syranel, ya que mi unico proposito es la paz. Como Caballero hice unos votos que he seguido toda mi vida y ellos me han llevado aqui. No quiero ver mas muerte ni sufrimiento de ningun pueblo de Gallantia. En Ilanil soy una persona respetada tanto por el pueblo llano como por los altos cargos, he accedido a quedarme en Ilanil y regentar una Casa Capitular de mi orden que queda entre ciudad Armonia y Ilanil porque creo que soy necesario aqui para que este sangriento e innecesario conflicto cese de una vez por todas. Mi escudo y espada estan al servicio de la paz no de la guerra, he defendido a todos los que lo necesitaban, fuesen elfos, semielfos, humanos, enanos.... -hago una breve pausa y de nuevo la miro a los ojos, con sinceridad y respeto como ya hice con la Matriarca Senda- He pensado que un matrimonio seria una buena manera de entablar la paz entre humanos y elfos, yo mismo he pensado en renunciar a mi estatus de caballero para poderme casar con una Matriarca de vuestro pueblo elfico para asi sellar la paz y entre ambos usar nuestra influencia con nuestros respectivos pueblos para que acabe la guerra y la hostilidad y juntos podamos traer unos tiempos mejores a Gallantia. Es por eso que me reuní con la Matriarca Senda y ahora con vos misma, para haceros este ofrecimiento y que me digais que pensais. ¿Os parece una buena idea? ¿Creeis que mis propositos son posibles?

Syranel recoge tu presente y lo mira con curiosidad. Es una mujer de unso 2 metros de altura, vestida únicamente con una sencilla túnica de lino blanca. Es delgada y algo huesuda, con una gran mata de pelo casi blanca que le enmarca todo el cuerpo.

Observa el presente y sonríe.

Qué curiosos sois los humanos... Es más importante el oro y las riquezas que las palabras... O ayudan mucho a dar peso a vuestros argumentos al menos... Fascinante... Supongo que viendo como van las cosas somos nosotros los que estamos equivocados, ser...

Eleva su vista y te mira muy fijo. Una sencilla sonrisa se dibuja en tu cara.

Sois un humano curioso... Pedís la mano de... Una matriarca... ¿De qué estáis huyendo? Os deben de pesar mucho vuestros votos... Venís para pedir la mano de una matriarca cuando Senda ya os ha informado de lo vacío de esos votos para los elfos. Sí... Sois extraño... ¿os trae aquí el amor o el deber, ser Galath? Si es el amor no deberíais pedir la mano de una matriarca como si fuera el cargo y no la mujer quien os interesa... Y si venís por deber, vuestro deber está con vuestra órden y no en un matrimonio que nada va a cambiar... ¿Que cambiaría, ser, si esa boda se produjera? ¿Acaso esa boda haría cambiar al rey humano su perspectiva? tanto os conoce que se haría replantear su aversión hacia nosotros?

Se acerca, te mira, y sus ojos son muy profundos y sabios a pesar de parecer una adolescente desgarbada.

Ser Galath... El amor no se pide, se da... y se toma. Venís aquí a pedirme algo que no os puedo ofrecer... Habéis hecho hasta aquí un largo camino para una petición tan peregrina... Quedáos con nosotros y aprended. Descubrid... y al final decidid. hay aquí muchas bellas mujeres elfas capaces de compartir su vida con la vuestra... No serán matriarcas, pero si eso os importa no es amor lo que buscáis... Es otra cosa. Si os unís por deber haréis desgraciada a una mujer, y eso no es propio de un caballero...

te invita a sentarte y te ofrece una especie de pipa de agua con muchos caños, de forma bulbosa, para aspirar esos vapores del bosque.

Podéis ser feliz con nosotros... Mi pueblo aprenderá de vuestra habilidad y vuestra... experiencia vital, y vos conoceréis la paz y la felicidad de una familia... O bien podéis volver con vuestra órden y serle útil... Conozco al líder de los vuestros. Es uno de nuestro pueblo... Y sabe muchas cosas... Vuestra órden tiene buenos ideales. Hablad con ser Escarcha sobre ello... Decidle que habéis hablado conmigo y entenderá...

Da una chupada a la pipa y expulsa el humo con estudiada sensualidad, entreabriendo sus labios carnosos.

También sé que Senda os ha explicado lo de La Joya... Bueno... Son muchas misiones para un sencillo caballero de corazón recto, la verdad... Escuchad a vuestro corazón, ser... y elegid. La elección más sencilla es a veces la más complicada...

Escucho sus palabras y observo sus gestos, a medida que la conversacion avanza voy respondiendo a cada una de las cosas. Manteniendo una conversacion fluida y sin perder la educacion y/o compostura en ningun momento.

- No, vosotros estais en lo cierto. Lo material nunca deberia ser mas importante. Y si he traido estos presentes es porque no sabia como debia actuar Gran Matriarca Syranel. Soy un humilde caballero ante lo que llamariamos nosotros la Reina de los elfos. Si he actuado mal lo siento de verdad. Mis sinceras disculpas.

Agacho la cabeza de manera sumisa, pidiendo disculpas por si he errado. Pero entonces escucho ya que continua hablando.

- No estoy huyendo de nada Gran Matriarca Syranel, y mis votos no me pesan ya que si dejo de ser Caballero de la Orden de la Rosa seguiria comportandome del mismo modo, mas que votos son mi brujula moral. Si pido la mano de una Matriarca es porque creo que a ojos de los humanos una union entre elfos y humanos es una gran seña de paz, pero la Matriarca Senda me dijo algo que me llego a los mas profundo: No se puede atar lo que ya esta atado....-hago una pausa y mi mente recuerda el bello rostro de Senda y sus calidos y suaves labios- He venido por la paz, aunque en ello haya encontrado el amor. Pero lejos esta mi viaje de ser un asunto de la Orden de la Rosa. Tengo una audiencia disponible con el Rey de los humanos, pensaba que si voy con mi esposa del pueblo elfico podria convencerle de que cese en su aversion como vos decis. Si consigo ir de parte vuestra la Gran Matriarca de los elfos y tambien de parte del Lider de mi Orden debera escucharme. Y si no lo hace, renegare para siempre de mi Rey.

Me siento a fumar de la pipa con ella, no se si es muy fuerte y me hace toser, no soy una persona acostumbrada a fumar y para ser francos tampoco a beber. Tras unas cuantas caladas me siento muy relajado y le digo:

- Claro que querria casarme por amor, soy esa clase de personas que solo ama una vez en su vida pero cuando lo hace lo da todo. Siempre habia pensado que si debia sacrificarme en un matrimonio sin amor por un bien mayor debia hacerlo y por eso no dude en hacer este viaje, pero vuestras palabras me han hecho comprender que volveria desgraciada a esa mujer..... y es algo que un caballero, que digo... que ningun hombre que se merezca ser llamado como tal deberia hacer jamas.

Me quedo un rato callado mientras la Gran Matriarca habla y me explica diversas cosas, sus palabras son muy sabias y estan calando en mi, creando en mi corazon y mente muchas reflexiones positivas e importantes.

- He empezado a amar a una mujer, la cual no se si me correspondera Gran Matriarca Syranel. Tambien amo mi Orden de la Rosa ya que creo que hacemos el bien para toda Gallantia. Pero tambien amo la idea de conseguir la paz para toda Gallantia...... ¿Si consigo esa Joya de verdad conseguire la paz? Contadme mas sobre ella y como conseguirla porfavor...

Espero sentado comodamente sus explicaciones, pero mi mente vuela a Ciudad Armonia, pensando en que debe estar haciendo ahora Senda. Desde mi reunion con ella y ese beso que no he podido dejar de pensar en ella. Tal vez es porque jamas habia sido besado de ese modo...

El gusto de la pipa es intenso pero agradable... Como chupar un caramelo de menta muy fuerte, pero que sabe y huele a resina de pino, a la tierra del bosque después de una lluvia intensa... Te llenas de una sensación agradable y sientes como si tus músculos fueran de goma...

Ella cabecea y asiente con los ojos a tus palabras, a veces se le ve una mirada pícara y divertida, otras simplemente sonríe con cortesía...

Cuando acabas da una pipada larga y suelta el humo poco a poco, formando figuras caprichosas...

Si decís que empezáis a amar a una mujer y me pedís la mano de una matriarca ya sé de quién habláis... Cuidado, joven caballero... no estoy en el corazón de Senda, pero la conozco desde diez vidas humanas antes de que vos naciérais... Y sé que su prioridad es su ciudad. Su amor es su ciudad... Aunque es cierto que hace demasiado que no la veo, y hasta los elfos cambian...

Sí, sé que es fácil hablar de paciencia cuando se vive tanto como un roble... ¿un roble muere de viejo? No lo sé, nunca he visto morir uno, pero para un roble, la vida de un pajarito que vive en una de sus ramas es tan efímera que casi pasa desapercibida... O la de un humano... A no ser que venga a derribarte con su hacha, claro.

Dice con una sonrisa triste.

Me pierdo, ser gallath... Mi consejo era... Sí, paciencia. Quedáos. Conocednos. No sabéis lo que es una matriarca, en realidad. No sabéis como somos... Quedáos y sabed como somos. Sed nuestro embajador ahí fuera, y si Sirona lo permite, quizás encuentre una doncella elfa el amor en vuestros ojos...

da otra pipada y cierra los ojos, como saboreando los vapores.

No seais tan ambicioso, ser. Conocí al primer rey humano que vino aquí... Bueno, cuando vino no era rey de nada ni de nadie, era el portavoz de esos caballeros que venían con la mano reseca de su rey de allende los mares, un tal Merendor II... Lo que quiero decir es que he conocido a muchos humanos... Supongo que no tantos como vos... dice con una sonrisa bromista... Pero son más de los que desearía y menos de los que debería... La cuestión es que o mucho han cambiado los reyes humanos o bien la reacción del monarca a vuestro matrrimonio sería indiferencia, desprecio, o algo peor... ojalá triunfara el amor, ser Galath... Ojalá... Aunque quizás, de ser así, vos no estaríais aquí hoy... Qué fascinante...

te mira muy fijo, inmóvil, y antes de que puedas decir nada sale de su estupor, como si no hubiera pasado nada.

La Joya... ¿Traerá la paz? No puedo hablar en absolutos, ser Galath... Sí? No? Quien sabe... Quizás lo es todo o quizás no es nada...

Quedáos... Disfrutad de nuestro pueblo y... Otro día... os contaré la historia de la Joya...

Te despides de Syranel (digas lo que le digas) y por unas razones u otras te acabas quedando con los elfos... Es una decisión que te agrada y aunque no te agradara, volver sin el permiso de la Gran matriarca no te parece una buena idea si no quieres morir por los Guardianes.

Al poco de decidir quedarte habla contigo Ser Squirrel. Lleva su equipo de caballero puesto.

Miseñor.Hededecirossss queosdejo. Hedepartirparayudaralosdébilessss. Osveréenlacassssa capitular, ser.

Su expresión es algo inescrutable. No sabes si está molesto por tus decisiones o que tiene muchas ganas por irse a hacer el bien. Tampoco te contestará si le preguntas.

Antes de que marche mi buen amigo y hermano caballero Ser Squirrel le pediré un favor.

- Ser Squirrel, no existen palabras para agradeceros lo que habeis hecho por mi hermano. Y no hace falta decir que cualquier cosa que necesiteis podeis pedirmela pues hare todo lo posible por ayudaros. Ya no sois solo un hermano de la Orden de la Rosa para mi, lo que siento hacia vos es el amor que se tiene por un hermano de sangre, un gran amigo. Así que porfavor, antes de partir a cumplir con nuestro deber os he de pedir algo. -le entrego un sobre lacrado con el sello de la Orden- Entregad esta carta a la Matriarca Senda porfavor, siento si eso os separa de vuestro camino pero yo no puedo ir ahora a entregarsela. -le pongo una mano en el hombro- Cuidate hermano, nos volveremos a ver.

Cuando la Matriarca Senda abra la carta encontrará este pergamino escrito por mi puño y letra.

Tras partir Ser Squirrel pasaré un mes entero en la ciudad de la Gran Matriarca Syranel, trataré de aprender sobre sus dioses, de la naturaleza, sus costumbres y cultura. Tambien probare su gastronomia y vinos, me permitire el "placer" de relajarme tal vez por primera vez en mi vida de caballero. Durante ese mes dare muchas vueltas a lo que siente mi corazon y a lo que piensa mi mente, y aunque no entren en conseso seguire los designios del corazon y no los de la mente.

Cuando haya pasado un mes entero conviviendo y aprendiendo con los elfos pediré verme con la Gran Matriarca Syranel, quiero oir esa historia sobre la Joya, le jurare dar mi vida por recuperarla para el bien de la Paz entre mi pueblo y el suyo. Le pedire permiso para abandonar su hospitalidad y viajar hacia Ciudad Armonia para ver a la Matriarca Senda por ultima vez antes de aventurarme en la mision de conseguir la Joya. Soy un caballero y naci para lograr grandes hazañas. Durante toda mi estancia con los elfos habré abandonado mi armadura y armas, viviendo con ellos con las ropas que me dio el Guardian Duro. Si tengo opcion tratare de conseguir algun bojeto u abalorio por parte de la Gran Matriarca Syranel que me represente como su embajador, amigo, o lo que encuentre oportuno. Y cabe decir que si durante mi estancia ahi ocurriese algun conflicto o problema seria el primero en ayudar, aunque fuese arriesgando la vida.

Te despides de ser Squirrel que se va sin decrite nada, asintiendo a tus sentidas palabras y mirándote un poco raro. Quizás no entiende tus profundos sentimientos, quizás piensa sobre tu realcion con Senda... Toma tu nota y se va. No dice nada, aunque tampoco te sorprende, pues prefiere hablar poco. lo ves alejarse con una escolta de elfos...

Te quedas solo en tierras extrañas. Aunque en un primer momento temes quedarte sin el único amigo, lo cierto es que los elfos hacen lo imposible para que te sientas a gusto. te dejan tus ratos libres, pero tienes numerosas visitas así como invitaciones para acudir a eventos.

La primera a quien conoces es Largamirada

Es una vidente que tiene una bonita casa en un árbol y tiene muchos "tiestos" que no son más que oquedades en el tronco de su árbol, donde planta muchas variedades de tes, infusiones...

En su casa has ido invitado varias veces, junto a varios elfos más (en sumayoría elfas). Habéis hablado sobre la naturaleza, la vida, los sentimientos (donde tú has sido más el centro de atención, escuchando para saber como sienten los humanos) y sin duda se han sentido todos encantados con tu vehemencia y resolución. La casa es muy íntima, con olores a pastel, a hierbas y a madera. El lugar invita a la relajación y a hablar...

Las quedadas en la casa de Largamirada giran alrededor de una pregunta... La que recuerdas con más cariño es la vez que la pregunta era ¿Qué es el amor?

Luego también has conocido a Lírio, la encargada de la Escuela del Bosque

Lirio también ha acudido a las fiestas de largamirada, y es la que cuida de todos los niños elfos. No son muchos, y al parecer los cuidan todos en común, en esta escuela donde les enseñan todo lo que necesitan. Has pasado bastante a menudo pro la escuela, pues en ella enseñan lo básico de su cultura, cosas que tú desconoces igual o más que estos niños. Lírio les inculca el trabajo en comunidad, el compañerismo, ser amables, generosos, desprendidos, amar la naturaleza... Y por encima de todo dos máximas. Tener mucho cuidado en hacer algo que luego no se pueda revertir y no hacer nada que no desearas que te hicieran a ti.

Los animales también acuden a la Escuela del Bosque y al cabo de varias veces que vas ya no s ete hace raro compartir clases con conejos, ciervos, ardillas y otros animalillos. Más que lecciones de un colegio es una especie de aprendizaje dinñemaico, donde los niñso aprenden unos de otros y Lírio enseña a la vez que aprende de sus niños. Tiene varios ayudanets, por supuesto, que van rotando. Sólo Lírio es fija. Los elfos, al crecer sin un núcleo familiar toman más conciencia de comunidad y de querer al prójimo...

Varias noches has cantado junto a los niños bajo el gran roble de la Escuela del Bosque, acompañado de Lírio y de

Vozdemiel, una gran cantante de los elfos... Disfrutando de las noches estrelladas y frescas, mientras ellos recuerdan viejos tiempos cuando el mundo era jóven y tú te deleitas con esas canciones cargadas de nostalgia y cierta felicidad triste...

Lo que nos lleva a otra elfa que has conocido durante este tiempo... Vozdemiel

Una elfa etérea con una voz que encanta a los animales y hace que las plantas florezcan... Aunque muchas veces canta sobre los tiempos pasados, cuando los elfos vivían felices, y no escondidos de los humanos. Son canciones sobre el otoño de los elfos, los errores de juventud que ahora vuelven para ser ellos los castigados y no los castigadores... matices que se te escapan... Una elfa muy sensible y seria. Te mira muy intensamente cuando os veis y cuando le preguntas, te responde siempre lo mismo... Busco en tus ojos nuestra juventud perdida, ser.

A veces has ido a pequeñas fiestas que monta en un claro del bosque, donde acude con varias elfas que tocan instrumentos para acompañar su voz...

Y por último conoces también a Musgo...

Es lo que se conoce como una Pastora... una pastora no de animales, sino de la naturaleza misma. Vigila que todo crezca bien en el bosque. Cuida de las plantas enfermas, de los animales, de la tierra. Escucha la tierra, las plantas y te asegura que habla con ella. Te ha dicho que la tierra gime por el daño que le están haciendo. Rompen la roca, cortan los árboles, horadan la tierra... Y aunque todo eso ocurra lejos de aquí, la tierra lo siente igual, como si a ti te hicieran daño en el pie. Te sigue haciendo daño, aunque los cabellos no sepan ni donde está el pie.

Se siente fascinada por ti, por tu ignorancia, por tu sensible brutalidad... Te ve como un depredador perdido... Como un lobo que quiere ser cordero... Lo encuentra muy romántico...

Pides tu audiencia pero pasan tres meses sin que te atienda... Y lo cierto es que a veces te das cuenta de ello, pero te lo pasas tan bien que tampoco te importa demasiado. El tiempo pasa volando y te deleitas con grata compañía, pasteles de gustos deliciosos, vinos ligeros que parece que bebas néctar de los dioses... Sin duda crees que este es un lugar para curar el daño del alma y del cuerpo... Y te sientes vivo, y querido...

Cualquiera de las elfas que ves crees que podría ser tuya... Si ese término se puede aplicar...

En este tiempo has aprendido mucho sobre los elfos. Son una sociedad matriarcal. El elfo no es gran cosa respecto a la elfa. Ella gobierna en todo. Ella decide, ella manda, ella tiene el control de todo. Las tradiciones y conocimientos son custodiadas por las elfas y son ellas las que deciden en todo. También en cuestiones de cama.

El elfo tiene un papel secundario y hasta pasivo. Sólo hay un campo para el que sirven. Para la guerra, y aún en ese no son más que las tropas de choque, pues sabes que los expertos combatientes son mujeres. Fieras protectoras de la naturaleza y que odian a muerte a los humanos y cualquier agresor de la naturaleza, por lo que te han dicho, pues no has conocido a ninguna.