Partida Rol por web

Al llegar está todo el pueblo reunido a ambos lados del camino que lleva hasta la zona vieja de la ciudad. A medida que subís os acompañan los aplausos y vítores del pueblo. Habéis salvado su forma de vida y se habla de vuestra victoria sobre una horda de orcos.

El recorrido acaba ante el templo de Manos, donde os espera Ishmanil y Treppen Hoss... El sacerdote y el jefe del pueblo.

He colocado una venda en mis ojos para que estos no estén abiertos con la mirada ida o perdida. Mantengo mi noble porte al andar pese a la inseguridad que siento por dentro a causa de la ceguera. Recuerdo el dicho de que para comprender hay que vivirlo y es cierto, ahora comprendo a la gente ciega, este sentimiento de inseguridad es terrible.

Pero la pequeña Lia me guia bien, de hecho sus explicaciones de todo mi alrededor son tan buenas que casi puedo verlo. Estoy poco hablador y taciturno, la gente debe creer que es por la ceguera pero realmente es por los sucesos acontecidos ultimamente que me tienen así.

Las palabras que más repito son todas de gratitud y cariño a la pequeña Lia por su inestimable ayuda. Cuando llegamos a Ilanil expreso mi voluntad de ver a Ishmanil cuanto antes. Solo él puede ayudarme, o eso creo...
 

Al ver tanta celebración y alegría cuando nos reciben en el pueblo uno se enorgullece de lo que ha hecho. Hemos salvado a esta gente de los orcos, malvados enemigos de la noble raza enana y de todas las demás. Me quedaré bastante apartado de los demás en las fiestas y bailes bebiendo solitariamente o al lado de Gunthär. En un momento dado tanta calidez (cerveza y licor) y festividad hace que me salen algunas lágrimas que me doy prisa a secar. Gunthär, echo de menos nuestro pueblo, nuestras grutas, los pasillos, los templos y la buena arquitectura. Y la cerveza, esto parece agua. digo tirando un culo caliente de cerveza al suelo.

No se os escapa que Hoss mira a vuestro séquito con ansiedad y parece muerto de ganas de dirigiros a vosotros, pero es el sacerdote de Manos quien toma la iniciativa. Se adelanta dos pasos y levantando sus manos al público lo hace callar.

Han vuelto los valientes. Han cumplido con lo acordado y han acabado con la amenaza que pendía sobre nosotros. Es hora de agradecer a Manos su mediación para que esto haya podido ocurrir. Después podremos celebrarlo como es debido y recompensar a nuestros héroes como se merecen.

Y tras ello se os invita a entrar en el templo, para asistir al oficio religioso. No ha dejado de fijarse en la ceguera del caballero y parece que la invitación va especialmente dedicada a él, aunque sólo lo veais el resto, y Lia, que en cuanto el sacerdote entra, es informado por la halfling. El resto del pueblo parece esperar a qué entréis para hacerlo después de vosotros. El propio Hoss os espera en el umbral para entrar justo después de vosotros.

Cuando llegamos a los arcos de la iglesia de Manos no puedo ver la gran ceremoniosidad del lugar, la gente del pueblo esperando para entrar tras nosotros, al Alcalde Hoss expectante por noticias de su fallecido hijo.

Y tal vez es esta oscuridad en la que me encuentro sumido en contra de mi voluntad lo que arroja luz a mi fé, es cierto que no puede haber luz sin oscuridad y viceversa. Pienso en Manos y sus dogmas más claros, y creo fielmente que es un buen dios pero que han sido sus representantes aquí en la tierra los que han interpretado mal sus designios. ¿Como un dios tan bondadoso no va a permitir que existan otras fés? Manos no es un tirano, Manos no quiere ver a la gente sufrir y morir en guerras santas.....

Nunca había estado convencido en asuntos de fé, hasta ahora. Creo en Manos pero no en sus siervos, he de ayudar a Manos a que su verdadero mensaje llegue correctamente a la gente, basta ya de crueldad en nombre de un dios bondadoso.

No me gusta el cáliz que estan tomando las cosas especialmente cuando el tarado de su clerigo empieza a hablar del rollito ese de Manos. Cojoj mi libro de conjuros por si las moscas dispuesto a quemar a fanaticos religiosos que intenten hacerme algo. Yo no vi mediacion ninguna de Manos, fuimos nosotros los que casi dimos la vida. No voy a entrar al sitio ese asi que ya dejo bien claro que no sigo a su dios fanático y cruel. Me acerco al caballero y le digo No os preocupéis, en mi tierra hay poderosos clerigos del ARTÍFICE que pueden curar vuestra ceguera con un abrir y cerrar de ojos. No hace falta que entréis y os humilléis ante ese clérigo fanático y sus ritos de humano loco. Yo os guiaré ante mis clérigos y no tendréis que perder el orgullo ni dar las gracias a nadie. El ARTÍFICE es bondadoso y sabe reconocer quién lucha contra la oscuridad, no necesita de todos estos ritos mentirosos y humillantes. digo cogiendo al caballero por el brazo. Ya me había cansado de este pueblo y si mentalidad asesina y cerrada.

Y luego dicen que los enanos somos tercos y cerrados!

En un acto de valentía, orgullo y añoranza de mi dios alzo el bastón y le digo al caballero pero a todos Y este bastón, creación divina del ARTÍFICE es la prueba de ello!!! Después de la carnicería y todas las cosas raras que había visto de la superficie el enano ya no era el mismo.

El bastón en l amano de Glorin parece animarse con vida propia.

¡Arrodillaos, humanos! El fruto del Artífice os habla!

Exclama el bastón, eufórico al verse por fin importante.

la masa de gente retorcede unos pasos, confusa, entre maravillada y horrorizada pro la visión de un bastón parlante. Las reacciones del populacho son impredecibles, pero por suerte o por desgracia, aparece Ishmanil, que vuelve a salir al oír tus palabras.

Sale con los brazos en alto, como para detener lo que fuera a hacer el populacho.

Humillarse? Nadie se humilla, buen enano. Manos nos enseña que todos hemos de ser humildes. Eso es la enseñanza de Manos...

Dice mientras se apoya en el hombro de sir Galath, desata el trapo que tapa la cara del caballero y pone una mano sobre sus ojos, a la vez que entona una oración, como un canto gregoriano, grave y profundo.

Y al retirar su mano, el caballero vuelve a ver*

El orgullo ciega al poderoso, buen enano. Muy rápido juzgáis a los demás. Yo no juzgo. Sólo Manos puede. Sois libre de entrar o quedaros fuera. Manos no obliga. Manos observa, vigila, y es nuestro deber agradecer que os enviara aquí, para ayudarnos a acabar con nuestros enemigos.

Palmea con paternalismo el hombro de sir Galath y vuelve a entrar en el templo. El jefe espera a ver si entráis y parece que hay cierta súplica en él. La gente os rodea. Quieren entrar pero por otra parte no osan hacerlo antes que vosotros, y menos con un bastón encantado ante ellos. En sus rostros se leen actitudes diversas. Desde la diversión por enfrentarse al sacerdote, curiosidad por ese bastón parlante, antipatía por poner en duda a Manos...

El bastón te susurra... No parece asustado. No después de liarse a porrazos con un nigromante y sus huestes. para él una horda de campesinos son como moscas. Molestos, pero no peligrosos.

No sé si vale el esfuerzo, Glorin. Acabemos con esta farsa, saquemos el máximo provecho de estos estúpidos y vayamos en busca del Artífice. No nos van a entender. Por mucho que les digamos que comen excrementos, lo que uno mismo cocina siempre le sabe mejor.

Asiento al bastón. Lo único que quería era evitar que el caballero cayera en el credo de Manos. Este pueblo me da lo mismo a quien rece, son humanos de la superficie, están perdidos desde el momento de su creación. Nunca tuve fe en ellos.

Tras contemplar que la tensión ha disminuido, retiro la mano de la empuñadura de mi ballesta y me pongo en camino al interior de la iglesia. Ya he pasado suficiente tiempo en este pueblo como para saber que no aceptarán a otro dios que no sea Manos (al igual que no aceptan a la gente de otras razas), así que decido no malgastar saliva intentando explicar a estos lunáticos la verdad del Artífice. Cuando me pongo al lado de Glorin, me dirijo a el: Vamos, acompañemos a Sir Galath en esta ceremonia. Todos hemos pasado por mucho pero el se ha llevado la peor parte… y ya de paso veamos que tales arquitectos son estos adoradores de Manos. No las tengo todas conmigo entrando a este lugar, pero me interesa que me vean como alguien de fiar. No quiero perder ni una sola moneda de la recompensa… Nada más poner un pie en el recinto pongo mis sentidos alerta.

Aunque nunca he sido muy religioso la verdad es que esta vez tengo que agradecer a los dioses estar vivo. Este sacerdote parece buena gente así que un poco de sermón religioso para seguir recibiendo los favores de Manos no creo que me hagan ningún daño.

Recibiré el sacramento

Entráis dentro del templo, el techo es muy alto, la larga nave central os da la sensación de ser interminable, y sus muros de piedra os transmiten una ligera sensación de opresión, y como que os queda un largo camino por recorrer en vuestra vida...

 y del mismo techo, de madera, pende una enorme mano (que parece de oro) con la palma extendida, con un gesto algo ambiguo, que tanto puede ser de protección como de control, de cierta amenaza.

Vuestros pasos resuenan a medida que entráis, pues sois los primeros en entrar, sólo después del sacerdote, auqnue poco después todo el recinto se llena con el murmullo de cientos de pies que van ocupando sus sitios. Ishmanil os indica un lugar en los bancos de la primera fila, al lado del jefe del pueblo y su familia.

Ishmanil empieza sus rezos a Manos, seguidos por los feligreses y ser Galath se percata que en las filas de atrás hay un caballero de la Rosa, que le devuelve el saludo con una ligera inclinación, pero sigue concentrado en la ceremonia.

Después de tiempos de incertidumbre, y gracias al fervor de vosotros, hijos mios, vuestros rezos fueron escuchados y Manos nos envió a estos jóvenes, a estos héroes, para enfrentarse a nuestros enemigos. Monstruos crueles que han atacado a inocentes mercaderes del camino. Gentes que venían en paz a nuestra ciudad, han tenido un triste final... recemos por ellos...

hay una letanía que es una oración de protección y exhaltación a Manos...

Y nuestro buen Manos no dejará a sus instrumentos, sus buenos hijos que han traído la venganza a nosotros, como digo, no dejará que ellos no reciban lo que es justo. Manos provee a los que le proveen. Es justo con los que son justos, y justo con los que no los son. Cada uno lo que le pertoca. Ese es Manos. Recibe con la mano abierta, y devuelve con la mano abierta, o con el puño cerrado, de acuerdo con lo que se le ha dado.

Estas buenas gentes han de ser recordadas, y Manos tiene su atención centrada en ellos. Que Manos les protega de todo Mal.

Hay otra letanía y luego unos jóvenes monjes sacan una gran tinaja de aceite perfumado, ishmanil hunde en ella un cáliz de oro, en forma de mano que sostiene un cuenco y se moja el dedo pulgar y el corazón con el aceite, haciendoos un gesto para que os acerquéis.

Primero ser Galath, después Autolycus, después Treppen Hoss, despues... Todos reciben la marca de Manos en la frente y en las muñecas, el signo de Manos está en vosotros, y Manos os ha reconocido como sus hijos.

Después del sacramento, hay una nueva oración en recuerdo de los muertos en estos días aciagos y la gente empieza a dispersarse...

Tus compañeros entran, incluso Gunthar, que te pide que entres, pero gruñes una cotestación intligible sobre el Artífice y esta cueva de humanos sonados.

Después de entrar ellos, el resto de gente va entrando, mirándote con cierta desconfianza, o más bien, mirando a tu bastón con desconfianza. Por suerte no eres elfo, o esto no sería tan fácil...

Te quedas solo fuera. Todo el bullicio queda reducido en un total silencio que hasta asusta.

Poco después te llega el murmullo amortiguado de las palabras de Ishmanil... y lentamente se superpone el andar de dos pares de pies que se acercan. Vienen con paso normal, y ves aparecer por la esquina de la casa del jefe a dos figuras. Una mujer joven y esbelta que va con la mano apoyada en el hombro de un recio campesino. Al acercarse más reconoces a la mujer como la ciega del árbol. La loca de la hoz. Supones que el campesino debe ser su guía.

Hola, enano. No huyas. No te voy a hacer daño. No por ahora. Me llamo Leowin. Tienes algo que no te pertenece. Devuélvemelo. Devuélvemelo y estaremos en paces. Tú no lo usarás, pero las palabras saben llegar al lugar adecuado.

El hombretón te mira enfadado, cuando abre la boca para enseñar sus dientes podridos escupe algo de baba cuando habla.

Gñ... Enano malo. Hash casho...

Aunque parece ansioso para que no lo hagas y poder partirte la boca.

Los miro indiferente y tranquilo No se de que hablas ni lo que buscas. Deberías irte, me costó mucho convencer a mis compañeros para que no te rastrearan y te mataran. Si aún estás viva es gracias a mi así que supongo que estamos en paces. Además, también fui el único que se encargó de enterrar a tu marido para que no lo picotearan los cuervos. 

Porque siempre me vienen los locos a mí?

Creo que ya estamos en paces, no crees? Ya veo que no me van a dejar tranquilo en este maldito pueblo. Si se empeña en seguir amenazándome la voy a tener que freír.

El libro... Un libro grande, antiguo. De los elfos. Creo que ya sabes a qué libro me refiero. ¿Qué vas a hacer con él? Venderlo? Lo has vendido ya?

No me voy a ir sin el libro, enano.

Ves que va mal equipada. Intuyes una armadura debajo de sus ropas bastas, y ves una espada corta en el cinto. Se la ve algo más consumida que la última vez que la viste. Ves una epxresión de gran dterminación cuando mira en tu dirección, sin verte.

En paces... Entraste con tus amigos en mi casa. Mataste a Rolf, a los perros... Lo saqueásteis todo. Mi casa saqueada por "los héores" de Ilanil. Menudos héroes. Saqueadores. Ladrones.

El hombretón no parece poder seguiros, pero se le ve con ganas de pelea. Leowin parece más alterada a medida que habla. El recuerdo que le has despertado no parece gustarle.

Debería haber dejado que la mataran. Es una maldita loca humana.

Para qué quieres el libro? Aún no me has dado una buena razón. Crees que amenazándome vas a conseguir algo? hago una pequeña pausa para explicarme mejor Nos engañasteis, casi nos matasteis y nosotros solamente queríamos hablar. El ladrón era el orco de Rölf... no tienes muy buena reputación aquí Leowin, como te vean los campesinos te van a linchar, están locos. Conseguimos acabar con vosotros una vez, maté dos arpías, 15 orcos, a su jefe y un nigromante chalado. Ah sí, también a los mercenarios del dragón. Las amenazas no te van a servir conmigo. No tienes tu hoz y en vez de un semiorco entrenado has traído un campesino... fuerte.