Partida Rol por web

CAPITULO I

Segunda Noche

Después de que el manto nocturno cubriera a la ciudad de Regina, un coche  de lujo en color negro se detiene a la puerta de la fortaleza Douglas, un fornido ghoul enfundado en un meticuloso traje oscuro abre la puerta de la arconte Agatha Amary, la cuál desde que despertó pudo notar la ausencia de su acompañante Judex.

Una ligera brizna acompañan los pasos por las desgastadas escalinatas de piedra que la guían hasta donde el sirviente lo espera con la portezuela abierta para que sea escoltada hasta el punto de reunión donde el sheriff Emilio Rage la espera.

El trayecto es monótono sin contratiempos, los vidrios polarizados impiden la vista al interior del vehículo, poco a poco las luces citadinas se pierden hasta que el coche ingresa en una agreste carretera la cuál serpentea en el horizonte.

El callado conductor vira hacia su derecha internándose en una marejada de arces los cuáles parecieran hacer caravana ante el paso de aquella neo primogénita cainita.

De pronto a lo lejos frías luces centellean por un instante, los faros de otros dos vehículos anuncian el punto de encuentro, el coche negro de Amary se detiene frente al otro par de autos del mismo color.

El ghoul abre la puerta del lado de la arconte para que descienda. Lo primero que nota es una socarrona sonrisa del sheriff Emilio Rage quien yace recargado en el capo de uno de los vehículos, del lado opuesto a un costado del lado del conductor un humano con toda la pinta de capo de la mafia mexicana permanece quieto a la espera de las presentaciones, aún sin dirigirle siquiera la mirada la arconte ya puede percibir el miedo y respeto que a aquellos asesinos criminales les infieren el linaje cainita.

Emilio Rage se incorpora en cuanto se acerca la arconte Agatha Amary, el sheriff le dedica una leve sonrisa torcida al momento que se dirige la ventrue.

-Ya no queda nada ni nadie dentro del sector como lo ordenaste...- con el mentón y sin mirar a la bolsa de zumo lo señala en mas tono de desprecio que de presentación. -Ese es Pedro Quintanar, líder del brazo armado de cartel Jalisco Nueva Generación, perdió a varios hombres y mulas* además de todos los plantíos de amapola en conjunto con el desmantelamiento de todos los laboratorios, se encuentra aquí por los intereses monetarios del cártel, estos imbéciles no tienen idea de la verdadera guerra que se cierne sobre sus rastreras cabezas, solo piensan en dinero.-

Permanece quieto pero con mirada nerviosa y perlas de sudor en los costados de la frente. -...-

-¿Entonces lo has traído para que le pague?- pregunta Amary, se le escapa una sonrisa incrédula cuando Rage termina de hablar y su mirada rueda directamente hacia el tipo sudoroso, la arconte no llega a mirarle con desprecio pero si con curiosidad. En otras circunstancias se habría divertido de lo lindo con este tipo de sujetos, jugando con emociones y pensamientos, tan maleables, tan predecibles...pero no había lugar para eso ahora. Estaban en guerra abierta y no podía distraerse.

-Muy bien Quintanar. Pon un precio, yo pongo una condición y te largas. ¿Lo has entendido?

Sin despegar la mirada del suelo Quintanar le responde a la arconte. -Sangre de lupino...-

Emilio Rage suelta una carcajada ante la respuesta del matón, en un relampagueante movimiento lo sujeta del cuello y lo levanta en vilo para luego azotarlo contra el suelo a los pies de Agatha Amary. El hombre bufa sofocado mientras la bota del Brujah le aplasta la nuca obligándolo a tragar tierra.

-¿Acaso no escuchaste a la primogenitura?... Precio... Condición y te largas...- Un colmillo asoma entre los labios de Rage mientras que  la mano del sheriff se crispa formando una garra listo para destrozarle la tráquea y beberse completo aquel miserable envase.

-Basta Rage. Me basto yo sola para esto.-con el ceño fruncido, Agatha se agacha hasta donde se encuentra el hombre tirado y con una mano toma sus cabellos, obligándole a alzar la vista para que la mire directamente a los ojos.

-¿Para qué quieres la sangre de un lupino?- pregunta, usando su poder de la sangre para entrar en la mente del mortal y hallar la verdad con una orden concisa y clara.- Responde con la verdad.

Emilio Rage da un empujón con el pie a la cabeza de aquel narco y le da la espalda cruzándose de brazos ante la orden de la arconte. El tipo chilla ante el jalón de cabellos, lágrimas y saliva repletas de terror escurren por su rostro.

-M-Mi patrón requiere una muestra de ese elixir para potenciar una nueva sustancia que nuestros cocineros* están preparando, él sabe que unas cuantas gotas valen cientos de miles de dólares en el mercado negro...- 

Aquel hombre se retuerce y tiembla de miedo ante Agatha y luego suelta mas información.

-El Z-3 hizo tratos con un grupo de moteros gringos* que arribaron a Regina para disputarse el territorio, se hacen llamar las cenizas de baal, mencionaron algo sobre la guerra que está por venir y que hay mas grupos que conforman una espada, mi patrón ya había obtenido sangre de hombre-perro luego de una escaramuza en donde perdimos a medio centenar de hombres solo logramos acabar con uno de ellos al instalar el segundo laboratorio, con la sangre de lupino pagó un enorme cargamento de armas y base para cristal, y requiere más... e-eso es todo... no quiere dinero... quiere poder...-

Sin voltear a verlos el sheriff interviene en el interrogatorio. -Su "patrón" el Z-3 es el líder del CJNG, Nemesio Cervantes está en la punta de esta pirámide de mierda.- Rage escupe las palabras despectivamente.

La arconte apenas daba crédito a sus palabras y mira con repugnancia al tipo antes de espetar.

-¿Y de qué forma tu patrón llegó al conocimiento de que la sangre de lupino era tan rentable? ¿La vende por sí sola o sólo la mezcla con estupefacientes para aumentar su potencial? Habla.

-¡NO LO SÉ!... ¡NO SÉ QUE MIERDA CONTENGA ESA SANGRE!...- El sicario estalla en llanto. -Solo sé que después de que el patrón habló con los moteros las órdenes cambiaron y se me indicó reclutar mas carne de cañón para ir de cacería pero los hombres perro  son máquinas para destripar a cualquiera que se les acerque, entonces me enviaron aquí con el *"güero" -señala a Rage- para que él me ayudara a conseguir mas sangre de perro.-

El viento arrecia dejando que las copas de los árboles suelten lamentos a través de sus hojas, uno de los escoltas vestidos de negro se acerca hasta Emilio Rage y le dice algo en voz baja, el sheriff cambia su rictus y descruza las manos para abrir y cerrar los puños como preparándolos para un pelea.

-Nos observan Amary...- Con un movimiento ligero de su mentón varias siluetas femeninas se desprenden de las zonas más oscuras de aquel rincón del bosque de Trinidad. La media sonrisa le regresa a los labios a Rage. -La muerte definitiva ronda jadeando...- Mira fijamente a la arconte. -Espero que tu majestuosidad alcance para contener a los rabiosos.- 

Seis sombras se dispersan con ágiles movimientos como si las puntas de los dedos de los pies apenas tocaran el suelo, con gráciles saltos a pesar de sus resistentes armaduras negras de kevlar alcanzan posiciones estratégicas dejando una estela con su vaporosa tela oscura la cuál envuelve completamente su rostro.

De debajo de una de sus axilas Emilio Rage desenfunda una colt phyton magnum. -El tamaño no importa, lo que importa es que sean de plata... expansivas- levanta la pistola y revisa el tambor asegurando las balas expansivas de plata. Rage se adelanta unos pasos y luego se dirige con un grito a campo abierto.

-¡COMO MUESTRA DE BUENA FÉ, UNA PRIMOGENITA HA SOLICITADO PARLAMENTAR LOS TÉRMINOS EN QUE SE SOLUCIONARÁ TODA ESTA MIERDA!...-

-LAS SOMBRAS SON SOLO ESO... NO TOCARÁN A NINGUNO DE TUS CACHORROS... Y ESTA BELLEZA...- Levanta alto la pistola. -TAMPOCO MORDERA A NINGUNO DE TUS PERROS...- Rage amartilla la pistola y la baja dejándola preparada apuntando al suelo. 

Desde un par frondosos arces dos corpulentas siluetas se desplazan a gran velocidad gruñendo hasta interceptar a Pedro Quintanar quien abre los ojos como platos al sentirse alcanzado por dos lupinos que prácticamente lo dividen por mitad antes de que sus vísceras salpiquen aquella tierra, sus chillidos son ahogados por la sangre que salpica a varios metros mientras que el crujido de huesos y desgarramientos de piel y tendones inundan aquel lugar.

Emilio Rage alza el arma colocándose frente a la arconte apuntando al espacio entre los dos lupinos que devoran al infortunado Quintanar.

Una silueta humana aparece desde el claro de donde partieron los lupinos, caminando lentamente con las manos entre los bolsillos de su pantalón. 

Un hombre con rasgos latinos se detiene frente a aquel festín humano y la pistola de Emilio Rage. Mueve la cabeza en tono de desaprobación mientras una sonrisa aparece en su rostro.

Para ese entonces los escoltas cainitas ya le apuntan con rifles de asalto sacados de ambos vehículos.

-Renzo...- El sheriff baja el arma y levanta el puño a uno de sus costados, en el acto los escoltas bajan las armas.

-Rage..- El hombre perro le responde con cierto tono irónico señalando con el mentón a la arconte.

-No deben de alimentar con basura a mis hermanos...- Desenfunda una de sus manos del bolsillo y ladea su cabeza para recorrer la silueta femenina de Agatha Amary señalándola con la mano.

-Solo el emisario puede acceder al alpha... nada de armas... nada de sombras...- Uno de los lupinos retira su hocico de los restos de aquel cuerpo desbaratado y se incorpora pareciendo un gigante a comparación de la estatura de los allí presentes mirando de manera amenazadora directamente a los ojos de Amary su hocico se arruga dejando ver sus fauces ensangrentadas. Renzo hace un ademán como esperando la presentación de la primogénita.

Los acontecimientos se suceden de manera tan repentina que Agatha decide que lo prudente es mantener el gesto sereno, cruza los brazos sobre su traje borgoña y procura no perderse ningún movimiento, ni siquiera interviene cuando Rage se sitúa delante de ella. No lo dice, es innecesario, pero dudaba de que sus dones de la noche pudieran ayudarles en caso de que el parlamento terminase de manera agresiva. Pero el don de.la palabra era cuánto tenía y el firme deseo de dar la vuelta a la situación. Costase lo que costase.

Cuando aquella figura hominida aparece y saluda a Rage, Agatha supone que se conocen y que Emilio no se esperaba verlo aquí. Hace otras deducciones rápidas pero no tiene ocasión de comprobarlas.

-Accedo.- pronuncia con determinación, avanza uno pasos hasta rebasar a Emilio a quien despacha con un serio gesto de cabeza.- Esperarme aquí. Pase lo que pase, sientas lo que sientas... déjame sola. No quiero ninguna intervención. Si no he regresado antes del amanecer...tu se lo comunicarás a Lord Judex.- afirma y luego deja de prestarle atención para centrarse en ese hombre de gafas de sol.

-Voy desarmada, podéis comprobarlo si mi palabra no es suficiente.-añade poniéndose delante Renzo, tan sólo a dos o tres pasos de él.- Soy Agatha Amary, de la estirpe de Mithras. ¿Con quien tengo el gusto?

Una sonrisa aparece en el rostro de aquel hombre-perro y a una señal de su mentón el segundo garou el cuál todavía desgarraba los restos de hueso humano se detiene y enseguida se dirige hasta donde se ha adelantado la arconte, este la comienza a olfatear deteniéndose por unos segundos a la altura de sus partes íntimas para luego de un par de lengüetadas limpiarse los restos de sangre embarrada en su hocico, al incorporarse, su imponente figura tiene que encorvarse para dejar su rostro a la altura de los ojos de Amary la cuál puede sentir el tufo de la muerte definitiva a escasos centímetros de su nariz, este monstruo salvaje también arruga la parte superior de su nariz dejando al descubierto sus terribles y afiladas fauces gruñendo amenazador. 

-Haz dicho la verdad...- De un movimiento con la cabeza Renzo le ordena al lupino que se coloque al otro costado quedando él en medio de aquel par de poderosas torres.

-Mi nombre es Renzo Mictli, guardián del Mictlán, podríamos decir que soy el emisario, ya que tu gente solicitó parlamentar antes de una inminente confrontación y como muestra de buena voluntad, pues aquí estamos.- Luego de la parca presentación Renzo señala a Emilio Rage. -Haz caso de tu ama... pórtate bien cachorro.- Da media vuelta y comienza a caminar seguido de ambos lupinos.

-Sígueme Agatha Amary... de la estirpe de Mithras.-

-No acostumbro a mentir, no es una buena manera de iniciar una negociación.- señala la arconte descruzando los brazos para dejar caer sus manos a los costados, intentando mantenerse lo más impasible posible al cercano escrutinio de ese ser que, simplemente si lo deseara, reduciría su existencia a cenizas.

-Yo mira lo he solicitado, poseo autoridad suficiente como para que mis designios sean obedecidos. Si alcanzamos algún acuerdo esta noche, sabed que tengo potestad para que se cumpla. - quiere dejar claro que, aunque actúa en calidad de emisaria, tiene capacidad de decisión y negocia en nombre de la Estirpe de Regina.

Emilio Rage asiente con el mentón a regañadientes y por primera vez no emite ningún rezongo a las indicaciones de la arconte Agatha Amary ni a la burla de Renzo Mictli.

El emisario de la jauría comienza a andar hacia el claro del bosque de Trinidad seguido por el par de lupinos los cuáles habían dejado totalmente destrozado el cuerpo de Pedro Quintanar a los pies del Sheriff del dominus de Regina.

Aquel pequeño grupo no tardó mucho en internarse por intrincadas veredas llenas de follaje y densos arbustos silvestres del bosque de Trinidad, el sonido de aquel territorio parecía  transportarlos a otro mundo, algunas luciérnagas abrían paso a aquel silencioso cuarteto.

El sonido de un riachuelo comenzó a escucharse al momento de que un sendero apareció al frente de aquella comitiva. No tardaron mucho en vislumbrar una enorme entrada enclavada en lo más profundo del bosque, unas amplias escalinatas esculpidas en piedra volcánica tapizadas de musgo y lianas indicaban el inicio de lo que pudiera haber sido una especie de palacio perdido en la inmensidad del tiempo, en efecto un riachuelo corría por en medio de aquellas escalinatas perfectamente diseñado para dar la bienvenida a aquel espectacular lugar.

Los lupinos se detienen ante el primer escalón y en un parpadeo se pierden de vista internándose en el denso bosque.

Renzo voltea sobre su hombro disimuladamente dirigiéndose a la arconte como para invitarla a que le siga hasta la cumbre de aquella entrada.

Al llegar a la cima son recibidos por una amplia explanada rodeada gruesas paredes con intrincados diseños autóctonos esculpidos en piedra.

Una cálida iluminación proveniente de antorchas estratégicamente colocadas permiten ver claramente la estancia que da acceso a lo que parece ser una sala de trono.

-Te encuentras ante el umbral de nuestro alfa huey, nadie ajeno a nuestra tribu había logrado pisar la antesala del trono, debido a la magnitud de los acontecimientos que están por desatarse tú estás aquí presente, dependerá de ti el regresar a la zona segura en una pieza.- La frialdad con que Mictli se dirige hacia la arconte raya en la amenaza.