Partida Rol por web

El monstruoso demonio que tienes delante apenas te mira con su rostro incapaz de expresión alguna cuando haces referencia a lo que ha estado haciendo. Sin embargo, cuando explicas que los demás están dentro alza la mirada hacia las llamas que ya empiezan a asomar por las ventanas.

Te preguntas si es preocupación lo que siente. ¿Acaso el Tzimisce es capaz de eso?

Pero no dice nada, puede que sea incapaz de hablar en esta forma. Tan solo te mira de nuevo y te señala el muro exterior, derruido, que da a una campa en mal estado, llena de hierba demasiado alta, matorrales y zarzas.

Cagalli hace un gesto de despedida al Tzismice mientras dice:

- Que te diviertas, iré a ver si encuentro algo interesante, quien sabe a lo mejor hay sorpresas por ahí.

Tras esto se dirige al lugar que le había indicado, lo cierto es que un lugar con la vegetación tan alta y descuidada era el sitio perfecto para esconder una entrada secreta en especial si era para huir cuando se producía un ataque en el lugar, así que con cuidado y precaución, y tratando de no hacer demasiado ruido, cosa favorecida por la falta de zapatos investigaría la zona

Está claro que Peludo aún está dolido, cual perro apaleado, por nuestro pequeño baile del fuego y quiere resarcirse jugando en solitario. Al menos puedo relamerme viendole.

Avanzamos y esto parece un juego de muñecas rusas, con un templo egipcio dentro de una discoteca vasca. ¿Qué será lo que esconda dentro?

Peludo pide el comodín del Calvito, al parecer el experto en estos temas, que le corrige rápidamente.

Avanzo hasta su altura y me coloco de cuclillas, observando el suelo y las paredes, sin olvidarme del techo.

Comienzas a caminar por el descampado, sintiendo los pinchazos de las ramas, las zarzas y demás mierda que encuentras bajo tus pies descalzos. Los mortales encontrarían este paseo una pequeña tortura, más no lo es para un inmortal. Un pie muerto soporta este tipo de inclemencias mucho mejor. Tan sólo una tenue muestra de vuestra superior condición.

De repente, percibes un movimiento mas adelante. Te agazapas, invocando los dones de la sangre para ocultar tu presencia, al escuchar el tintineo de metal y el chirrido del óxido, para ver inmediatamente una plancha elevándose entre los arbustos y las malas hierbas. Una mano femenina la empuja, hasta abrirla del todo, y una hermosa mujer de rasgos exóticos se alza observando el entorno. Lleva puesto un ligero vestido de fino tejido oriental, similar a una túnica pero muy ligero y semi transparente.

Y el vestido muestra una mancha de sangre y un roto en la espalda.

De repente, recuerdas ese disparo de Steff...

Kagali observa la escena mientras piensa:

- Premio, parece que nuestra huida esta ahí... bien atrapémosla para ver qué es lo que nos cuenta

La vampiresa se concentra unos segundos en el poder de su sangre mientras camina tratando de no hacer ruido hacia donde está la mujer, su intención es la de usar su sangre para crear una zona en la que no haya ruido a su alrededor para asegurarse que llega sin hacer ruido (El silencio de la muerte, Extinción nvl 1), una vez creado saca la navaja y se acerca para tratar de alcanzar por la espalda a la mujer y sorprenderla

Volver a es pasillo con lo que se que se encuentra al final es algo que no me gusta mucho, pero menos es nada. Al menos ahora hay mas agente y seguro que alguno consigue llegar hasta el final para poder apagar los fuegos que antes nos impidieron seguir.

Cuando vinimos las serpientes nos lanzaron fuego, no se si hay una trampa de presion o lo hizo la persona que iba delante nuestra. susurro mientras observo de nuevo toda la sala y mi mano instintivamente acaricia la culata de mi arma. 

Steffanie advierte de los acontecimientos pasados. Una trampa, fuego, algo bastante efectivo para poner a prueba vuestra bien ganada inmortalidad. Pocas cosas ponen más en entredicho vuestra imbatibilidad como la caricia de las llamas.

Comenzáis a buscar. Luigi se fija en las cabezas de serpiente esculpidas en roca. Efectivamente, en el interior de sus bocas hay pequeños aspersores enfocando hacia el corredor. Si lo que escupen es algún tipo de gas o líquido inflamable, será difícil que quien camine por el pasillo se libre de las llamas. Steff y Jules se agachan para comprobar el suelo. Son baldosas gruesas, aunque el motero se percata de que algunas de ellas parecen no estar bien rejunteadas. O quizás, directamente, están sueltas. Esperando a que alguien pise sobre ellas.

Pero quien más claro lo ve todo es el cazador, el Gangrel. Observa el suelo y ve los patrones, las baldosas dispuestas en forma diferente. En su cabeza, incluso es capaz de diferenciar unas de otras, un patrón por el que trazar un sendero.

El sendero seguro.

Si es que no ha cometido un pequeño error...

Como la asesina que eres, te desplazas de forma sigilosa, invisible, sin levantar el menor sonido a tu paso. Eres una brisa en la noche, un ser que nunca ha estado ahí, hasta que el brillo de tu navaja alcanza el lugar deseado. Y entonces, y sólo entonces, te muestras.

La hoja se apoya en la delicada garganta de la mujer. La postura te resulta incómoda, pues eres algo más baja que ella, pero no tanto como para no poder mantener la amenaza. Y ella lo sabe, se pone tensa, se inclina hacia atrás evitando el corte del acero, facilitándote la tarea. Sus labios se mueven, trata de decir algo, pero tu poder absorbe todo sonido, incluida su voz. Y la tuya. Si pretendes anunciar alguna amenaza verbal, no la oirá. Como cualquier pregunta que pretendas hacerle.

Lo que no evita es que tus ojos vislumbren el peligro. Giras alrededor de tu rehén, llevándola contigo, a tiempo para escudarte con ella mientras varias figuras más se asoman por la apertura del suelo por la que surgió la mujer. Dos mujeres más, jóvenes y hermosas, y un hombre mayor con barba canosa. Y a sus espaldas, una voluminosa figura encapuchada que se mantiene en las sombras.

Dejo de tomarme el mentón tras meditar en las opciones y analizar la escalofriante habitación de adoración.

- Como dije, es una trampa. Un sacrifio para Set -señalo las cabezas de serpiente mientras hablo- Mis primas pétreas lanzan fuego en vez de veneno, han de estar conectados a algún dispositivo sensible al tacto. Por la posición, claramente es el camino... un pie en falso y... cenizas caballeros y Dama..

Meto las manos a los bolsillos, me divierte la situación pero como dije, quiero salir con mi no-vida intacta. No puedo cambiar nada desde abajo, además hay que asegurarse que el sacerdote esté sano y salvo. Perderlo nos volvería débiles ante nuestros enemigos.

- Ductus, antes de precipitarnos, sugiero encontrar el mecanismo para inutilizar la trampa -miro a todos, seguro que Albret, Jules o la misma Ductus, podían elucubrar algo- la otra opción es descifrar el acertijo, puede que ocurran... accidentes. La tercera es, ir por el camino poco obvio, menos arriesgado pero igual de difícil -señalo las serpientes- Habría que calcular distancias, pero creo que si llegamos a las cabezas de las víboras y saltamos de una otra...

Dejé la idea en el aire, en estos momentos no me atreví a decir la última... que Hunter lanzara a Steff a través del corredor. Era la más liviana y Hunter el más fortachón. Esperaría a que alguien propusiera algo más.
No sonreí, al menos no exteriormente.

El anti-tribu Gangrel esbozó una turbia sonrisa mientras se incorporaba. Habia estado tirado en el suelo, husmeando el polvo, examinando con ojo critico cada rendija que separaba las baldosas.

Erguido en toda su estatura, ignorando la capa de polvo que cubria su pecho y manchaba sus perneras, Hunter movió alternativamente la cabeza mientras murmuraba entre dientes. Inconscientemente, se llevó la mano al bolsillo. Su sonrisa se acentuó al palpar la dura y fresca superficie de su encendedor.

Jugueteó con el Zippo, deslizandolo entre sus dedos, tarareando una melodia enloquecida.

- Pisad donde yo pise.-

Repentinamente, se llevó el encendedor a la boca, sujetandolo firmemente entre los dientes. Sin esperar a que los demás protestasen o dudasen, Hunter pisó la primera baldosa... Y luego la siguiente... Y la siguiente... Con paso firme y seguro, el encendedor entre los dientes y con el final del horno crematorio improvisado bailando ante los carmesies ojos del cazador.

Cita:

Estás en un descampado con hierba alta y zarzales. Puedes permanecer medio oculta si te tiras al suelo, a lo sumó.

Cita:

Es muy probable, están justo detrás de ti...

Cita:

2 mujeres, 1 hombre anciano y 1 figura misteriosa.

Cita:

No le ves desde tu posición, has tenido que cruzar el boquete del muro y salir al descampado. En teoría Koldolak sigue dentro...

¡pezzo di merda! 

¡Estoy viendo al puto indiana jones!

Entorno los ojos y me llevo las manos al rostro. Son una tanda de suicidas, retrocedo dos pasos y aguardo, a ver si resulta. A la primera que mi móvil captara señal sería momento de ir preparando algunos temas por si salimos de este antro de mala muerte. Solo de precaución, por si las alfombras de carne deciden no cumplir su promesa.

He visto las baldosas sueltas, no se exactamente que pueden ser, pero me temo que ahi tenemos la trampa. Puede que sean lo que la activa o puede que no.

Miro a Luigi y luego a las cabezas, si tal vez con un impulso consiga subir aunque quien sabe realmente..Hunter abre el camino en plan arqueologo en busca del Santo Grial, Luigi parece que no lo comprende pero a mi me ha echo un poco de gracia. 
Memorizo la secuencia intentando extrapolarla a lo que he averiguado, puede que eso explique algunas cosas y el por que se activaron las trampas al intentar pasar. 

Por un momento tengo ganas de lanzar algo sobre alguna baldosa y disfrutar del espectáculo que sería ver a Peludo retorcerse mientras serpientes de piedra escupen bocanadas de fuego sobre ellos. Incluso lanzarme con él y disfrutar del calor sobre la piel.

Pero ni ahora ni sobre este vástago, no.

La Ductus sale corriendo tras él y sonrio, esto empieza a ser divertido.

¿Tonto el último? - digo al resto mientras salto tras ella, tratando de repetir el camino de sus pasos.

Viendo que la situación era realmente mala para ella ya que estaba en desventaja y era muy probable que le hubieran visto la vampiresa no lo duda y corta el cuello de la mujer mientras piensa:

- Vaya parece que estoy perdiendo facultades no viendo a esos tipos que salían justo detrás de ella, bueno no importa, una menos, habrá que salir de aquí pitando

Una vez ha hecho el movimiento se concentra unos segundos para usar el poder de su sangre y activar la celeridad para apartarse de allí para tratar de salir del ángulo de visión de los allí presentes o al menos para ganar distancia dirigiéndose hacia el muro, si ve que le han visto desactiva su poder de sigilo, sino lo mantiene

Es todo demasiado apresurado. Has cometido errores de bulto, o al menos así lo vería aquel que te introdujo en la sangre. Te has acercado preocupada en que no te viera, pero no en asegurarte de que estuviera sola. Deberías tomar nota de este detalle para posteriores misiones, si es que sales de esta. Y es que verse descubierto y asediado por un buen número de objetivos, es la pesadilla de cualquier asesino.

Pero hay algo en lo que siempre habéis destacado los asesinos. No en ser grandes guerreros, preparados para soportar el mayor castigo y seguir aguantando y devolviendo los golpes. No, vosotros sois sagaces y veloces. De modo que rajas el cuelo que estás sosteniendo sin pensártelo, haciendo que la vitae de esta mujer brote del cuerpo como un siniestro aspersor sanguinolento, mientras tu víctima trata en vano de decir algo, siendo un simple gorgojeo lo que sale de sus labios.

No tienes tiempo de determinar el alcance del daño producido. Si esto fuera una misión normal, podrías quedarte a sujetar a tu víctima mientras se desangra, incluso asestar otros tajos que aceleren el proceso. No puedes. Sueltas a la mujer y sales corriendo, dando la espalda a sus compañeros. Oyes voces, una voz femenina gritando "!Sami!", otra voz masculina y apresurada apremiando a moverse con un "¡No hay tiempo, ya vienen!". Tú corres sin mirar atrás, aprovechando la velocidad de tu sangre, potenciados tus músculos para alcanzar cuanto antes la protección del muro semi derruido.

Y cuando lo alcanzas, ves la pila de cadáveres, y a Koldolak junto a ella, vertiendo el contenido de un bidón de combustible sobre los cuerpos.