Partida Rol por web

Todos brindan por el nuevo año. Es un motivo suficiente para dejar atrás ese día absurdo y extraño: Poner todos los pensamientos en el nuevo año que ha de venir y lo que podrá significar para cada uno de ellos.

Después del brindis y con las doce campanadas todos suben a sus dormitorios. Hay bolsas de agua y atizadores calientes para calentar las grandes habitaciones. 

Les parece apreciar una especial diligencia en los criados, incluyendo al mayordomo y al ama de llaves, en atender sus peticiones nocturnas. No es su maestría en el servicio lo que mueve sus pasos apresurados. Es el miedo. El miedo que despeja los corredores e invoca al silencio en toda la casa. 

Todos se meten en la cama sintiendo una extraña sensación pero siendo la última noche del año, la última noche antes de leer el testamento, la primera en Green Arrow, la primera en que por fin la familia está completa... A nadie se le ocurre pensar que pudiera ser la Casa que empieza a arroparles con terrores que jamás imaginaron... 

Según fueron saliendo de la cripta, del lago, de la bodega y de la biblioteca se reunieron en el cementerio y se depositó allí en cadáver.

Dado que no había un sacerdote, Charles Knight leyó un pasaje de la Biblia y el resto tuvo a bien tratar de mantener una compostura religiosa adecuada. 

Después, lentamente y en procesión fueron regresando al Gran Comedor para cenar después de haber dado sepultura a Molv.

Murron acompañaba a su hijo en dirección a la mansión cuando observó que el resto de familiares venían al cementerio para concluir el sepelio de Molv. Prefirió mantenerse en silencio, y no abrió la boca hasta que volvieron al comedor, pues ya era hora de la cena.

Antes de comenzar a cenar se pronunció.

-Es mal momento hablar de estas cosas cuando uno se dispone a yantar, pero quería compartir con ustedes algunas cosas que hemos visto en el cementerio, antes de que llegaran. Por un lado, la disposición de las tumbas es extraña allí. Muchas de ellas están casi juntas, no dejando el espacio que correspondería a un cuerpo entre unas y otras. Además, la tierra estaba removida. Con respecto a ello, el mayordomo Edwards afirmó que, a pesar de los intentos del servicio, los muertos no se resignaban a permanecer en sus tumbas... Sí, lo sé, suena a locura, y mi impresión es que si hay cuerpos que han desaparecido se debe a ladrones de tumbas. No obstante, en vista de lo que estamos viviendo yo ya no me atrevo a descartar nada-dio un trago de agua-. No encontramos el nombre de Harry por ningún lado, ni nada relacionado con él. Espero que ustedes hayan tenido mejor suerte...

Durante el entierro Elizabeth servía de sustento a su hermana, tratando de sostenerla firmemente con su brazo, mientras escuchaban la lectura de su padre. Eleanor sabía mantener la compostura incluso en estos momentos tan duros, pero Elizabeth sabía que el dolor lo llevaba por dentro.

Ya sentados a la mesa Elizabeth comentó con su padre sus hallazgos en la biblioteca. Padre, seguí sus recomendaciones. Estuve buscando entre los libros y documentos de la biblioteca y hemos encontrado algunos datos… En ese momento Murron comenzó a compartir su información y Elizabeth calló para escucharle atentamente. Terminada su intervención, la chica se levantó de su asiento y se dirigió a los comensales…

Ebenezer, Jeanne, Johan y yo estuvimos buscando entre los libros y documentos de la biblioteca. Encontramos cierta información que puede arrojar luz sobre algunos aspectos, pero a la vez abre nuevas incógnitas… En los documentos familiares no figuraba nadie llamado Henry ni Harry, por lo que podemos afirmar prácticamente sin dudas que “ese” o “eso” a lo que alude mi abuelo en su testamento, no se trata de ningún antepasado Knight. Por mi parte encontré un viejo poema sobre la casa. Su borrador inicial fue encontrado por unos pastores entre las páginas de un libro en los alrededores de la casa en 1785, pero podría estar escrito desde tiempo antes. Posteriormente debió ser recopilado e impreso en un libro de canciones populares del condado, del que existe un ejemplar en la biblioteca. Algunos de los fragmentos de ese escalofriante poema dicen cosas como:

“Ésta es mi casa
aquí sucedo, aquí
me engaño inmensamente.
Ésta es mi casa detenida en el tiempo”

Susurró de memoria aquellas palabras que se le habían quedado grabadas a fuego. Hablaba también de pesadillas y ataques de nervios de sus huéspedes. Dice que un día la casa se partirá en dos… habla de rayos… y termina diciendo algo como:

“Y yo no sabré dónde guarecerme
porque todas las puertas dan afuera del mundo”

El poema está firmado por una tal Mary M. Knight… pero no hemos podido llegar a saber quién fue ésta mujer y en qué época vivió. Creo que sería importante averiguarlo.

Johan os podrá contar mejor, si así lo desea, lo que encontró en su búsqueda y Jeanne y Ebenezer os pueden compartir las explicaciones que con mucho esfuerzo logramos sacar del viejo Doctor.

Lo que sí parece, es que el mal que acecha la casa es algo sobrehumano y que acompaña a Green Arrow desde hace siglos…

Se volvió a sentar y ya en confidencia con su padre, preguntó: Padre, me pregunto si la abuela sabría algo de todo esto… Ella nunca nos transmitió ningún temor sobre la casa. ¿Fue ese el motivo de vuestra marcha? ¿Era ella realmente ajena a todas estas muertes del pasado?

Padre, me pregunto si la abuela sabría algo de todo esto… Ella nunca nos transmitió ningún temor sobre la casa. ¿Fue ese el motivo de vuestra marcha? ¿Era ella realmente ajena a todas estas muertes del pasado?

Charles reflexionó sobre lo que le preguntaba su hija e intentó hacer memoria....

Un funeral, un silencio más dañino que las habituales y constantes jaquecas, no le caía bien ese hombre, pero nunca le hubiera deseado tal muerte, ni una sencilla y natural siquiera.

Pronto volvieron al comedor y la gente comenzó a compartir sus primeras impresiones del día, incluso Elizabeth compartió aquel poema o canción, él no sabía si aquellos hallazgos eran útiles, solo esperaba que sirvieran para frenar la locura que se prometía pronta.

- Lo que he encontrado era una simple nota, lo que la hacia interesante es que aun la guardaran y quizás lo tétrica que resulta - tomó la nota de su bolsillo y la mostró.

sólo quedamos ocho

pero acabo de descubrir que uno de nosotros nunca estuvo vivo

- Ni siquiera se si quiero entender el contexto de la misma...

El anciano se despidió del fallecido con una corta oración. Parecía que al final Edward se había portado y se habían cumplido la mayor parte de costumbres funerarias del país. A pesar de no contar con un sacerdote, seguramente Molv pudiera descansar en paz.

Tras la ceremonia todos volvieron al comedor. Sus sobrinos no parecían muy preocupados por estar rodeados de extraños y no tardaron en compartir todo lo que habían descubierto esa tarde, que no era poco. Si todos hubieran sido tan eficaces como ellos seguro que ya habrían descubierto el paradero del asesino.

- A mí me gustaría volver a hablar con el doctor. Al principio me pareció que nos había ayudado mucho, pero cuanto más pienso en sus palabras menos sentido hacen. No sé si es que tampoco él sabe muy bien qué está pasando o que tiene miedo de decirnos toda la verdad. - dijo Ebenezer mientras se rascaba la barbilla. - Dijo que a pesar de ser esta una maldición antigua, hacía años que no moría nadie. Que todo volvió a comenzar con el nacimiento de los "gemelos". Supongo que se referirá a Charles y a Emma, que aunque ellos sean mellizos, si no recuerdo mal son los únicos que han nacido en nuestra familia en años. Cosa rara en un médico confundir gemelos con mellizos.

Por mi parte no descubrí gran cosa, aparte que el nombre de Harry es un nombre proscrito en nuestra línea familiar desde hace siglos.

Durante la cena, madre lo miró en varias ocasiones con un gesto tan serio y distante que Arthur a punto estuvo de echarse a llorar. Sabía que había actuado en un impulso, un arrebato sin pensar en las consecuencias, y había logrado enojar a madre.

´Se dedicó a comer lentamente hasta el último bocado que le sirvieron en el plato - también todas las verduras, incluso aquellas con olor a rancio - y cuando al fin terminó levantó la mirada hacia Meghan con un brillo de arrepentimiento y promesa en los ojos, ofrendándole aquel pequeño acto de contrición y buena fe. Lo sentía mucho y se portaría bien, de allí en adelante.

Los demás no le prestaban atención, claro. Todos tenían muchas cosas que contar y eran todas fascinantes, aunque siempre recordaba a Molv abrasado, y su cuerpo cubierto por una tela y la magia de la casa se difuminaba y volvía a parecer un lugar tétrico y siniestro lleno de peligros. A punto estuvo de contar qué habían descubierto, pero no quería enfadar a nadie más, así que se limpió los labios y dobló pulcramente la servilleta antes de llamar la atención de Elizabeth, sentada no muy lejos, alzando su pequeña manita.

- Me dejaría leer ese poema? - Luego, recordando su propósito de no enojar a madre se volvió a hacia ella, pidiendo su permiso, aunque la pregunta ya estaba lanzada. - Parece que habla de lo que aquí sucede: yo tuve pesadillas, y también el primo Conrad. Y un rayo pudo... - bajó la cabeza, reviviendo de nuevo la escena - bueno, Molv... - abrió la boca y por un instante le costó respirar. - Y la casa está partida en dos, no? Todos lo dicen, las dos familias y todo eso. Por eso estamos aquí.

Había hablado demasiado y había interrumpido a los mayores. No creía que madre estuviera muy contenta, pero había dicho lo que pensaba, y eso era bueno, si no ofendía a nadie. Así que esperó, sin decir nada más.

Eleanor permaneció con la mirada alta durante la ceremonia de entierro. Si es que aquello podía llamarse ceremonia. Es su mente sólo era una afrenta más de aquel maldito lugar que ni siquiera permitía oficiar un servicio decente. Apoyándose en su hermana que se esforzaba por consolarla en estos momentos, Eleanor estaba empezando a molestarse de verdad, como no lo hacía hace tiempo. Los esfuerzos de su padre por realizar una ceremonia decente, si bien eran de agradecer, no hacían más que mortificarla pues era su padre y no un ministro de Dios quien hacía las funciones.

Cuando volvían a la casa, apoyada en su padre, aprovechó para darle las gracias

-Es un alivio que, al menos, se haya leído algo Padre, lo agradezco muchísimo. Pero no dejo de darle vueltas a la idea de que es un acto vergonzoso en sí mismo enterrar a mi marido sin la presencia de un sacerdote. Me siento como si si hubiese faltado a mi último y mayor deber como esposa-

Cuando se sentaron a la mesa a comer, Eleanor miró la comida con asco. Sentía nauseas y un inicio de jaqueca que se convirtió en un gesto de sus dedos sobre las sienes. Cualquiera que la hubiera observado podría haber pensado que el dolor por la pérdida la había llevado a ese extremo. En realidad era el enfado por no poder hacer las cosas bien.

Mientras removía la comida en el plato, sin tocar bocado, la conversación sobre los misterios de este sitio, comenzó a desarrollarse

-Por supuesto que los muertos se remueven ¿cómo no habrían de hacerlo si no están enterrados propiamente, si un sacerdote no vino a darles correcta sepultura?- comentó con amargor Eleanor. Evidentemente no era algo que ella pensara en serio pero seguro que aquel hombre "¿Murron Alistair se llamaba?" tampoco lo había dicho en serio. Eleanor estaba convencida que sería una expresión escocesa, una manera de hablar. Pero entonces su hermana Elisabeth y su primo Johan comienzan a hablar de extrañas teorías

-¡Por el amor de Dios, Elisabeth! ¿Lo estás diciendo en serio? Un comentario de esa índole es comprensible en Johan... no te ofendas querido primo- comentó Eleanor con seriedad, gesticulando una ligera disculpa hacia su primo, no porque no pensara lo que acaba de decir "Todos sabemos desde que llegó a la familia que Johan no es totalmente normal" si no porque quizás delante de unos extraños no era el mejor momento para decirlo. Era evidente que las circunstancias la había hecho estar menos controlada de lo habitual -A la casa no le pasa nada, no existen unos seres de averno dispuestos a vengarse en nosotros ¿Acaso no recuerdas lo bien que lo pasábamos aquí cuando veníamos? Hemos estado antes en esta casa y nunca sucedió nada singular. Creo evidente que alguien intenta alejarnos de nuestra herencia. Pero que a todos les quede claro, sea un Knight, un Alistair o un criado, NADIE hará que abandone Green Arrow sin lo que es mío y de los hijos que Molv y yo tuvimos-

Probablemente era innecesario decir algo así, pero quería que si algún oído, culpable de la muerte de su marido, la escuchaba, supiese que tendría que matarles a todos antes de renunciar a lo que era suyo por derecho de sangre.

Pero, con algo más de sentido común y raciocinio, su tío-abuelo Ebenezer tampoco abandonaba esas absurdas teorías aunque aportaba un punto racional para el estudio

-Sí. Reconozco que a mí ese Doctor tampoco me dió muy buena impresión. ¿Qué clase de médico revisa tan por encima un cadáver? Poner como excusa, para algo que no sabe explicar, una maldición habla muy mal de la escuela de medicina en la que estudió-

El niño, Arthur, que tan buena impresión le causara esa mañana, quiso contribuir con su opinión en la conversación. Eleanor le miró con gestor crítico no oculto. No era esta una conversación en la que él debiese aportar. Debería callarse educadamente. Pero, bueno, normal "En esta casa todas las normas estaban patas arriba ¿porqué no habrían de estarlo las de la educación también?" 

No le gustaban los velatorios de los cadáveres, ni mucho menos los entierros. Le ponían de manifiesto lo débiles y pasajeros que eran en aquel mundo. Y ella prefería situaciones mucho menos tensas y densas en contenido y, quizás, sentimientos negativos.

Pero era Molv el que estaba bajo tierra en ese momento, y le debían aquel último comportamiento respetuoso. Por ser quien era, por ser parte de su familia.

Allí, observando como terminaban de cubrir de tierra su cuerpo, no pudo evitar preguntarse si no sería él el último al que tendrían que acompañar a aquel camposanto. Un escalofrío recorrió su cuerpo. Elevó la mirada, centrándose en el cielo, en los árboles, en todo lo que les rodeaba. Todo era real, todo era normal. No debía preocuparse, intentó convencerse. Aunque no podía negar que su estancia en la Biblioteca había despertado sus temores más animales e irracionales.

La cena se desarrolló aquella vez sin incidentes dignos de mención, aunque fuera inevitable que se comentara por parte de algunos lo que habían descubierto. Las palabras del viejo Alistair le hicieron pensar sobre el cementerio en el que ahora descansaba Molv.

-¿Qué sentido puede tener enterrar a las personas tan juntas?-le preguntó al señor [U]Murron[/U], pero a la vez a toda la mesa-Aqui hay terreno de sobra para enterrar dejando un justo espacio entre sepulturas, ¿quizás alguna costumbre antigua o propia de esta casa que desconozcamos? ¿Te suena algo de eso, querido Piers?

Elisabeth, Ebenezer y Johan comentaron tambien lo que habían descubierto ellos en la Biblioteca. Comentarios a los que Jeanne no pudo menos que asentir-Cierto, yo no descubrí nada intersante, pero es verdad que las palabras del doctor me hicieron sentir... pensar, en cosas de otro mundo. El comentó que hasta el nacimiento de los gemelos habia habido una tregua, por lo que los sucesos extraños aquí ya existían mucho antes. De lo que antes había sucedido, no hablamos. Creo que deberíamos retomar la conversación con el doctor para que nos contara lo que sabe de esa época-comentó mirando a Elisabeth, Ebenezer y Johan-Y después hubo más muertes. Estamos hablando de muchos años, demasiados, para que una sola persona, no ya siga viva después de tanto tiempo, sino con ganas de seguir generando problemas y situaciones, por no llamarlo muertes, extrañas. El doctor se refirió al autor de todas esas muertes como "otra cosa", no como a un hombre llamado Henry. No quiero empezar a pensar en cosas raras, pero el contenido de la segunda carta y las palabras del doctor esta tarde.... no me ayudan, os lo aseguro.

Cogió su copa de vino y tomó un sorbo, intentando que las malas vibraciones que sentían se colarán para su estómago y la dejaran dormir aquella noche.

Volvió del cementerio con la cabeza gacha, pensando en los acontecimientos vividos desde su llegada a la casa.

Unos y otros comentaban sus vivencias y suposiciones. Bueno, estaba claro que de algún hilo había que empezar a tirar si querían descubrir que era lo que realmente le había pasado al tío Molv.

Buscar al tal Henry era una de las posibilidades, aunque algo en los integrantes del servicio ni le terminaba de gustar, y estaba decidido a investigar un poco más sobre aquellos que moraban en la mansión aún cuando sus legítimos dueños la habían abandonado.

Aún era pronto, por lo que, en su línea prefirió guardar silencio al respecto de sus sospechas.

Se limitó a sentarse junto a su madre, a la cual no había visto en todo el día y buscar con la mirada a Rhona.

Murron escuchó atento a todo lo que iba comentándose durante al desarrollo de la cena. Sintió algo de pena por su sobrino Arthur, pero, de alguna forma inexplicable, la preocupación se trasformó en inquietud. Ese niño parecía ser más de lo que aparentaba. No obstante, lo que más perturbó al cochero fue la nota que leyó Johan. Parecían las últimas palabras de alguien que había pasado por lo mismo que ellos, y que acababa de descubrir algo aterrador.

¿Sería eso posible?¿Y si ahora también estaba ocurriendo?¿Alguien de aquí podría no estar vivo realmente?

Las palabras de la señora Jeanne devolvieron a Murron a la realidad.

-Eso mismo me pregunto yo-le respondió-, pero la única cosa que sacamos de Edwards sobre las tumbas fue lo que ya comenté.

El cochero jugueteaba nervioso con los cubiertos. Por un momento tuvo el impulso de coger disimuladamente el cuchillo y guardárselo, para tener algún arma con la que defenderse en la inminente noche, pero no lo hizo. No quería alterar todavía más la situación. Se conformaría con asegurar bien la puerta de su habitación, armarse con algo contundente y esperar al amanecer.

Jesse apareció en un lejano segundo plano, con una copa en la mano, durante el funeral de unos de los Knight, no dijo una palabra ni siquiera hizo el esfuerzo de escuchar las palabras del improvisado sacerdote, simplemente estaba allí de pie, por respeto al muerto, a pesar de no conocerlo o sentir nadie hacia él.

De vuelta al comedor lleno de nuevo su copa, esta vez con uno jarra dispuesta en la mesa, antes de sentarse en el mismo lugar que la noche anterior y fue entonces cuando las personas empezaron a hablar.

En un principio no tenia intencion de hablar sobre lo poco que había sonsacado al asustado notario, pero tras escuchar un par de Knight con quienes compartía las mismas dudas hacia el viejo y callado doctor, pensó que tal vez convendría compartir lo poco que había descubierto.

-Si se me permite, seré el siguiente en hablar. Al parecer, el notario no sabe mucho mas del pasado de la mansión pero si de quien murió antes que Molv en esta mansión. -Hecho un vistazo a los niños, pensando si seria adecuado que estuvieran escuchando todo aquello y reparo en la falta de su sobrina, pero descarto rápidamente ese hecho y continuo. -El secretario de nuestro padre, murió en la torre de la mansión mientras buscaba un cuadro de la propia Green Arrow que había desaparecido, al parecer la obra no mide mas de un codo de largo y por lo que me ha dicho, fueron los mayordomos quien encontraron el cuerpo. El hijo de esté, un tal Tom fue quien se puso en contacto con él Sr.Laurie para posteriormente llamarnos a nosotros. -Paro un segundo para beber de su copa. -Lo que esto añade la pregunta, que tipo de cuadro seria, ¿Tal vez un retrato? -Miro entonces a su tío, el viejo Knight que seguramente nunca pensó que tuviera que entablar conversación con un Alistair.

-A dicho que ese Harry era un antepasado de los Knight, puede que ese antepasado, ¿Estuviera retratado en esta mansión? -Satisfecho consigo mismo agito su copa, para que el escaso liquido girara y se oxigenara antes de beber, siempre procurando no manchar su esplendida barba.

Era frecuente que Charles encontrara sosiego leyendo la Biblia, y en raras ocasiones incluso asistía a la iglesia. Para el improvisado funeral de Molv leyó varios pasajes sobre la muerte, la vida eterna, y también sobre la familia. 

Sabía lo mortificada que debía sentirse Eleanor ante la injustificada ausencia de un sacerdote, pero no quiso hacer las cosas peor peleandose como hacía siempre, aquello sólo le traería mas dolor en un momento en que debían despedirlo en paz. Estuvo junto a ella en todo momento y la acompañó hasta que llegaron al comedor.

Turbado como estaba, no probó bocado. Sus pensamientos estaban enfocados en los sentimientos de su hija, pero también iba tomando forma una impotencia creciente al no poder haber sacado nada a Edward, y poco al doctor o al notario. Sin embargo, al parecer los demás habían conseguido indicios, fragmentos, de un complejo escenario del que parecían formar parte ahora. Charles descartaba la parte sobrenatural del asunto, la que hablaba de maldiciones, fantasmas bajo la cama, muertos que desaparecen de sus tumbas por voluntad propia.

Estuvo un rato en silencio escuchando todo lo que se contaba. Tomó la mano de Elizabeth y negó con la cabeza acerca de su pregunta, le confesó que no recordaba nada de eso. Sin embargo, aprovechó un silencio luego de las palabras de su medio hermano Jesse para hablar.

- Bueno, al parecer no hemos podido averiguar quien era el dueño de la casa en 1787, ni quien era, o es, el tal Harry. Sin embargo coincido en que deberíamos averiguar quien fue Mary Knight, y cual fue su descendencia. Pero si creo que se han descubierto cosas interesantes. Ebenezer, es llamativo que el nombre Harry no se encuentre en nuestra familia por tanto tiempo, pero ahora tengamos entre nosotros un Harold -dijo mirándolo. Lo digo, por supuesto, porque Harry puede ser un diminutivo. No lo digo porque piense que él sea culpable de nada, pero nada le impidió a Piers y Jeanne ponerle ese nombre. Y por otro lado, no es mala idea comprobar la posible existencia de otro Harold en el pasado.

Otra cosa que podríamos hacer, si el señor Laurie no colabora, es ir al ayuntamiento y comprobar las muertes que se han producido en esta casa en los últimos años. La historia del retrato también es interesante, pero salvo que demos con él de casualidad, no veo otra forma de llegar a él. Sería buscar una aguja en un pajar.

De cualquier forma sigo creyendo que lo mas importante es determinar a qué se refería padre con lo de los quinientos años. Algo sucedió en 1787, o cerca, que marcó la historia de esta familia y esta casa, y estoy determinado a averiguar que fue.

Dougal llegó tarde al cementerio, cuando la ceremonia, por llamar a aquello de alguna manera, ya había comenzado. Había subido a su dormitorio a buscar algo más de ropa pues su chaqueta se había mojado con la nieve al arrastrarla Mary Jane por quedarle larga. 

El camino de vuelta del lago con la niña había sido de lo más silencioso. Por más que el pintor intentó sacar conversación con la muchacha, ella no salió de su mutismo. Y por alguna razón, él se vio imbuido de ese silencio en las siguientes horas. Asistió al sepelio en silencio y prácticamente también a toda la cena. Mantuvo la educación contestando a lo que le preguntaban, charla sin ningún valor. Monosílabos principalmente. Más atención prestaba a los descubrimientos que habían hecho el resto de huéspedes. 

Todo le sonaba ajeno. Como si estuviese leyendo una historia de fantasmas de un antiguo número del Boys of England de aquellos de a un penique. Si no fuera por el cadáver de Molv, estaría riéndose de todos ellos. Decidió meterse en la conversación ya en los postres tras las palabras de su hermanastro mayor. 

- Harold, ¿te llamó Harry alguna vez mi padre? ¿Cómo era tu relación con tu bisabuelo? Ayer te entendí que bastante escasa. 

Responderé eso de manera un poco más global al finalizar este turno ;)

Qué las miradas se centrasen tanto en él le resultó terriblemente incómodo. Por lo general trataba de huir de la atención ajena y aquello le pilló desprevenido.
-No, nunca nadie me ha llamado Harry, y mucho menos el bisabuelo. Lo cierto es que apenas le conocí. Mí padre casi siempre estaba fuera de servicio y mi madre no me traía si no estaba él. De hecho, son contadas las ocasiones en las que visité Green Arrow- dijo atendiendo a la pregunta de Dougal.
Dicho esto se retiró hacia atrás ligeramente.

Elizabeth atendió a la respuesta de su padre. Parece que él, como ella, y como su hermana, nunca observaron nada raro de la casa, y menos ningún comportamiento extraño manifiesto por parte de la abuela.

Escuchando la intervención de su hermana entendía perfectamente la sorpresa de Eleanor ante la hipótesis de lo “sobrehumano”. Ella misma se sorprendía de estárselo planteando. Al fin y al cabo su padre Charles, hombre culto que había recibido una brillante educación y se había convertido en una figura muy respetable en la región por su buen juicio, siempre les había educado en el raciocinio y el conocimiento fundamentado… La fé es la única concesión que se permitían hacer a los principios racionales… En todo lo demás siempre había imperado la razón, pero cuando los sucesos se escapaban a las explicaciones razonables y fundamentadas en el conocimiento existente, se hacía necesario abrir la mente a otras posibilidades, pues de no ser así, quizá la propia inflexibilidad mental les impidiera llegar a las explicaciones adecuadas. En el pasado nadie podía pensar que la tierra era redonda, y sin embargo lo era… Aquí ya hay varios hechos que no pueden ser explicados por el saber científico, ni por el sentido común- Pensó Elizabeth.

Cuando hubo escuchado a todos miro a Arthur y con una sonrisa amable se dispuso a satisfacer su petición. Chico curioso –pensó para ella- Tras esa apariencia vulnerable atisbaba un espíritu inquieto. Se encaminó a una mesa auxiliar mientras explicó a los comensales – Me he permitido traer conmigo el libro en el que encontré el poema, para que ustedes mismos puedan leerlo y extraer sus conclusiones-. Le entregó el libro al pequeño.

Jesse- dijo dirigiéndose a éste- Ha comentado que se extravió un cuadro y que eso estuvo relacionado con una de las últimas muertes. Esto me ha dado la idea de que quizá, más allá de averiguar de qué cuadro se trata, cosa que también es importante, podemos seguir buscando más información en los cuadros. Aquí hay retratos de muchos de nuestros antepasados. Se me ocurre que podríamos intentar buscar a la autora del poema, Mary M. Knight en los cuadros de la casa.

Por otro lado, hablando de muertes recientes, he recordado que otra de las cosas que nos dijo el Dr. Lawrence es que desde que él es médico de la casa, le consta que tras la muerte de mi tío John han muerto aquí un sacerdote, un científico y su mujer y tres arquitectos. Creo que sería importante saber cuándo fueron esas muertes y bajo qué circunstancias. ¿Qué hacían aquí esas personas?... Quizá quienes vean al Dr. Lawrence puedan seguir indagando sobre ello.

Pero durante la cena les pareció ver como un carruaje de caballos pasaba frente a las cristaleras del salón. Se asomaron y vieron como un cochero hacía pasar al Doctor Lawrence y al Notario Laurie a su interior, para conducirles de vuelta a Londres. 

El Doctor tardó una eternidad en subir, lo que hizo que el Notario se percatara de que en las ventanas del Gran Comedor de aquel 1 de Enero de 1888 había gente mirándole. Se quitó su sombrero de copa y se despidió de ellos con un gesto triste pero tratando de no apartar la mirada de todos y cada uno de los destinatarios de sus misivas. 

Una vez vieron el carruaje alejarse, Charles les dijo al resto: 

​- Mi madre nunca quiso que viviéramos aquí, una vez mi hermano mayor murió y mi padre nos abandonó. Siempre pensé que era por la tristeza y el despecho pero ahora entiendo que fue algo más... Solo veníamos una vez al año. Tampoco entendí por qué seguía viniendo a esta casa de vez en cuando. Como si fuera una tradición lúgubre... Y al final mi madre también murió en esta casa. Dicen que la silla de ruedas se precipitó en el lago por un accidente pero ya no sé qué pensar... 

Murron Alistair se levanta. Estando Malcolm indispuesto, él es el mayor de los Alistair: 

- Nuestra madre nunca quiso que buscáramos a mi padre. También trató de protegernos de alguna forma. Pero también murió en ese horrible incendio. 

Ebenezer Knight tomó la palabra: 

- Las dos mujeres de mi hermano se mantuvieron al margen de Green Arrow pero al final sucumbieron a su maldición.