Partida Rol por web

con tu permiso voy a intentar curar a belethniel con el regenerar antes de entrar al dungeon

(play ambos botones)

Las mortiferas arenas de Kydoban rugian enfurecidas engullendolo todo a su paso desde el horizonte.

Los aventureros recogieron sus bartulos a toda prisa  y se encaminaron a los riscos que les habia indicado el siniestro emisario de Senchet Amon, sumo sacerdote del templo de la congregacion de los muertos.

Nada bueno podia esperarse de los consejos de tal personaje, pero al parecer era el unico refugio que aguantaria la brutal embestida de las arenas.

De modo que, encorvados y luchando con su carga y el viento silbando en sus oidos recorrieron el quilometro y medio que les separaba de la entrada al tenebroso dungeon.

Subieron por las rocas escarpadas y, justo cuando la arena los envolvia alcanzaron a ver el resplandor de una hoguera en las paredes de lo que parecia ser una cueva en la roca un poco mas arriba.

Alfred el monje subia con agilidad seguido de cerca por Adreim y el vigoroso Manzaña. Bolrak el enano avanzaba con bastante soltura por las rocas, detras iba Xukel enfundado en su negra armadura y cerraban la marcha Ariminden y Belethniel, que sostenia su muñon vendado.

Los animales los guiaban a palos los semiorcos que tenian como empleados, acostumbrados a manejarlos de ese modo.

Alcanzaron el refugio uno por uno, extenuados y cubiertos de polvo. Era una cueva de unos 5 metros de abertura y suelo liso que se internaba sin inclinacion en el corazon de la roca, y a unos 10 metros de la entrada habia una hoguera, alimentada con ramas secas por un viejo, que parecio sorprendido de verlos llegar tosiendo y cubiertos de polvo.

Oh!!! viajeros en el desierto!!! Dice levantandose apresuradamente del suelo donde estaba sentado

Pasad, pasad.... calentaros junto al fuego.

Menudas pintas que traeis, varios guerreros y un clerigo. ¿Buscais acaso el oro de los difuntos? No le temeis al desierto por lo que veo, pero pasad. Esta cueva es segura hasta que pase la tormenta.

Luego rebusca en un monton de mantas sucias que tiene cerca y os ofrece carne.

Camello carroñero.... no es una delicatesen para las gentes de ciudad pero es lo unico que tengo.

Con Indiferencia, Xhu'Kel  postra sus enseres en una de las paredes de la cueva, donde menos arrecia el viento y se acerca un poco al fuego. Mirando fijamente al hombre que ofrece el pedazo de carne,comienza a hablar desde el interior de su armadura:

- ¿Zois un maldito rapiñador de tumbaz?  rezponded al Gran Xhu'Kel  u oz arrementireiz.- Arrebatandole el pedazo de carne de la mano, continua.-  Aunque zeguramente vuezaz habilidadez sean de gran ayuda para Xhu´Kel... quizaz zi  explicaiz que haceiz aqui..lo tenga en cuenta....-

El trayecto era corto, pero con la carga, el viento, la poca visibilidad y las prisas, se hizo eterno. Hubo que calmar algún animal que otro, pero llegaron sanos y salvos a los riscos. La protección de las rocas se sentía, pero una cueva cercana emitía una leve luz. Al entrar, un hombre del desierto estaba al lado del fuego y nos invitaba a comer y a sentarnos al calor de la hoguera.

Buenas noches, aunque sólo sea una expresión, buen hombre! Es usted muy amable! Nosotros podemos compartir agua y dátiles en agradecimiento. Dijo el felpo al acomodarse sin esperar a que todos dejaran sus bártulos. Soy Adreim Isvaniel, el líder del ilustre Sindicato Saja y Raja. En efecto somos aventureros interesados por hacer fortuna. Conoce usted esta cueva? Buscamos una forma alternativa de entrar al laberinto. Por cierto, qué hace usted sólo por estos lares? También busca que la fortuna le sonría?

Cuando Xhu´kel intervino con su habitual brusquedad y arrogancia de los últimos tiempos, Adreim hizo un gesto al hombre moviendo un dedo índice en la sien en sentido giratorio y poniendo cara de tonto, que no pudo advertir Xhu´kel por hallarse a su espalda, como diciendo: "no le hagas caso, está algo pirado".

Alfred es aun reticiente de aceptar su comida.

Como diantres no nos habiamos fijado antes en este promontorio... dios estamos muy despistados y quien es este tipo.

Zeñor, antez de aceptar vueztra comida, quien soiz y que haceiz en ezte dezierto?

No soy un buscafortunas ni nada por el estilo. -contesta el mendigo acurrucandose junto al fuego- Soy el ultimo descendiente de los señores que construyeron este lugar antes de ser malditos por los dioses para siempre.

Mis antepasados descansan en estos subterraneos esperando que llegue el el Cosechador de las almas a liberarles. Yo les hablo... les canto canciones e historias del mundo exterior. Aqui nadie me molesta..... ni siquiera Senchet Amon.

(esto ultimo lo dice en susurros, como temeroso de pronunciar ese nombre)

Entonces saca una vieja bandurria de debajo de un saco y la toma en brazos

Quereis que os cante algo??

Adreim se maravilló con el hombre.

Así que eres una especie de guardián de este lugar! Tus antepasados construyeron la necrópolis. Entonces debes saber muchas historias interesantes. Por qué no nos dices más cosas? O nos las cantas, estaría genial! Yo daré palmas. Jejeje.

El felpo esperaba divertirse un poco después de tanta seriedad, lucha y tragedia. Su dios no podía desaprovechar una ocasión de jolgorio, así que él tampoco.

- ¿ por que no perdeiz maz el tiempo, "Oh intrepido lider"?-  espeto el hombre de la armadura mientras se levantaba de un salto.- El gran Xhu`Kel no perdera el tiempo  en rizaz y canticoz... a no zer que una bella elfa  zea quien lo haga.-

Negando con la cabeza, el guerrero continua:

- No  ze zi debo contarozlo, no zoiz  dignoz, zin embargo zoiz lo unico que  el gran Xhu'Kel puede uzar....-  fijando su mirada al felpo ,lider del clan, se explica:- Zi aun   me teneiz algo de aprecio, Adreim.... debeiz ezcucharme..pero zolo voz!-

Adreim ya estaba imaginando la diversión que iban a tener cuando el "aguafiestas" del caballero se acercó a él con intención de contarle algo muy, muy, pero que muy importante que no podía esperar a que acabasen, aunque, claro, podía durar toda la noche.

Una elfa? Jajaja, sí, qué bueno! Yo puedo hacer que venga una elfa. Venid conmigo Xhu´kel, voy a compartir contigo otro secreto importante, voy a decirte cómo traer una elfa!

El felpo se levantó, cogió a Xhu´kel del brazo y se fue a un lado de la cueva donde no pudieran verles los demás. (Al menos un sitio más partado).

Jejeje, ya verás qué bueno, Xhu´kel. Decía mientras se quitaba los pantalones. Oh, tienes una cinta para el pelo? Jejeje, claro, tú no gastas... Se bajaba un poco la cota de mallas y se colocaba el cinturón por encima para que pareciera una falda muy corta y ajustada. Bueno, dime lo que me querías decir, pero sé rápido, que tengo que actuar. Jejeje... Qué te parezco, estoy guapa? Dijo la felpa cuando ya empezaba a parecer... un arriero con los pantalones bajados.

llevando los ojos al cielo, el  oscuro personaje comenzo a hablar entre susurros, echando miradas furtivas al resto del grupo para mantenerlos vigilados.

- Zaltare tu impertinencia por ahora felpo,por la extraña amiztad que noz une....- acercandose al oido de Adreim continua:

-  Debemoz aprezurarnoz a entrar en el  laberinto, ziento una gran fuerza paladiniezca en zu interior; y debo  hacerle frente antez que zea demaziado tarde.-

Mirando a los ojos desde lo mas profundo de su  yelmo, advierte:

- Aunque  haz tenido ciertaz diferencias con  el gran Xhu'Kel, debo inziztir enque me prezteiz ayuda al rezpecto... y pedriria algo de dizcreccion  para con los otroz,para no alertarlos ni preocuparloz.. zuz pequeñaz mentez no zoportarian la informacion.-

Separandose unos pasos ,Xhu'Kel extiende su mano embutida en un guantelete con intencion de cerrar la conversacion:

- ¿ Obtendre vueza ayuda,o tendre que encaminarme zolo contra lo dezconocido?.-

Algo reconfortado por el calor de la hoguera, permanezco en silencio mientras se desarrollan las presentaciones, prestando atención a cada detalle de lo que cuenta el curioso habitante de la cueva.

¿Conoce a Senchet Amon? - no puedo evitar exclamar, al oirle mencionar el nombre - Entonces, quizá sepa qué es lo que busca en el interior del laberinto, y que le es tan preciado. Ha de ser un objeto poderoso, y el Gran Geonea quizá le ha puesto a usted en nuestro camino para desvelarnos ese misterio. Mas no conviene precipitarse... - añado, haciendo una pausa - Mi nombre es Arimidén, Arimidén Galimátias - digo poniendo la mano derecha sobre el pecho en señal de respeto - me parece que no he oído el suyo...

Os pido mil disculpas por mis pesimos modales, habia olvidado presentarme:

Mi nombre es Garic, pero en Dynaj me conocen como Garic el loco.

Estuve viviendo alli en mis años mozos, pero cuando Senchet Amon se hizo poderoso me tuve que marchar de la ciudad.

Ese viejo sacerdote loco hizo que le matasen para que le volviesen a resucitar con la ilusion de ser el Cosechador de las almas, destinado a dominar el mundo.

Cuenta la leyenda que los hechiceros ciegos (mis antepasados) desafiaron a los dioses y rivalizaron con ellos en poder. Robaron reliquias impias con el afan de volverse mas poderoso que el mas fuerte de los demonios.

Los dioses les encerraron en su propio laberinto que se habian construido bajo siete sellos y siete guardianes, pero un dia el autentico Cosechador de las almas regresara de entre los muertos a este lugar y los liberara de su suplicio eterno: recogera lo que le pertenece y dominara el mundo.

Senchet Amon no se atreve a bajar a los horrores del laberinto y lleva años mandando aventureros incautos a que hagan el trabajo por el....

Mmmmmmmmmmm sospecho por vuestros rostros que debo estar metiendo la pata. Por favor no os enfadeis por mi lenguaje soez.

Os voy a cantar una cancion:

Entonces rasguea su bandurria y suena su melodiosa voz amplificada por las paredes de la cueva

(play)

Gracias... gracias

Garic os saluda con una gran reverencia.

Adreim escuchó a Xhu´kel y no entendió nada de nada. Que unos paladines estaban bajo el laberinto a estas horas? Xhuky, el mal nunca cesa, pero ahora es hora de divertirse un poco. Luego bajaremos a por esos cabrones, vale?

De repente empezó a sonar una dulce melodía y una voz algo cascada entonaba una canción.

Oh, qué bueno, esto he de bailarlo!

Y el felpo se alejó del asombrado Xhu´kel, por lo visto no le había hecho sentir la urgencia del peligro paladinesco.

Adreim se acercó a la hoguera con un atuendo un tanto... fresco, sobre todo a la altura de las piernas, las cuales a la lumbre del fuego parecían amarillentas. Sólo los manchurrones de sangre y suciedad destacaban en ellas.

Puso las manos en sus caderas y empezó a bailar al son de la canción como si fuera una moza algo ligera, borracha o... para qué engañarnos, eso no parecía una mujer, pero eso no impedía el espectáculo. Por debajo de la cota de mallas, a modo de campana, asomaba el badajo de punta colorada. Porque no nos engañemos, esa parte de la anatomía, nunca es del mismo color que el resto y en un albino se sigue la regla.

El colofón de la canción llegaba al punto más álgido y Adreim se giró de espaldas al público, tomó los faldones de su cota con ambas manos, se agachó y mostró el trasero. Aunque el badajo había quedado por delante, las pelotas no, lo que dejaba dos bultos aplastados y rojos entre dos carnes amarillentas por el tono del fuego.

Bravo, bravo! Ha sido una actuación estupenda, Garic. Creo que mi dios debe estar muy contento por las ofrendas que le has propiciado. Pero, además, no somos unos aventureros cualesquiera, pretendemos llegar más lejos de lo que nadie ha hecho. Pero no somos tan incautos, sabemos de qué es capaz Graznada, el que tu llamas Senchet Doraemón. El felpo se alzó la venda rudimentaria de su ojo para que viera su agujero.

Dijo el felpo mientras regresaba a tomar sus ropas y ponérselas de nuevo.

Bueno, que siga la fiesta. Disfrutemos pues mañana podemos estar muertos. Ese es el mensaje de mi divinidad y la hago mi lema. Carpe Diem!