Partida Rol por web

Aun sorprendida por lo que ha conseguido, seguramente por pura suerte, escucha lo que dice el profesor y asiente cuando le pide que lo haga de un solo intento. No las tiene todas con ella, pero por probar seguro que no pasa nada. Se prepara mentalmente para poder lanzar el hechizo y primero apunta a Alex con la varita, hace los movimientos mientras pronuncia el contrahechizo.

-Pereseiias

Por suerte, parece que ha conseguido deshacer el hechizo de Alex y comienza a volver a la normalidad. Cuando vuelve en si Alex puede ver que a su lado hay dos personas más transformadas en piedra y parece que por las expresiones de sus parejas, no han sido ellas.

Chris hace lo mismo con los otros dos, que se vuelven de carne y huesos como Alex, aunque algo más lentamente.

-Impresionante... -dijo sin entusiasmo alguno- en fin, mi enhorabuena, señorita Woods.

Carak-Band regresó al fondo del aula, frente a la mesa y recogió de esta su bastón. Recorrió con la mirada su clase, plagada aquí y allá con las estatuas de los alumnos que habían fallado en el intento.

-Como han podido ver lo que su compañera acaba de realizar es lo que se espera de todos ustedes. Los magos mediocres no tienen cabida en nuestra sociedad... -expuso tajante, guardando un breve silencio ceremonial antes de proseguir- Bien, esta ha sido su primera lección del año. Espero que hayan sacado partido de ello. Pero antes de dar la clase por terminada... ¿alguien quiere expresar alguna duda?

La expresión de su rostro invitaba a pensar que por el bien de la seguridad de cualquiera de ellos más les valía tenerlo todo bien claro.

Alex respiró alivado cuando vio que seguía siendo un muñeco de carne y hueso. A lo mejor tenía algo de gravilla en las orejas, y eso hubiera explicado el por qué no escuchaba según qué cosas, pero estaba a salvo. Ya se había acabado todo aquello.

Al mirar hacia los dados y ver que había dos personas más convertidas en piedra, no se extrañó. No hasta que Chris deshizo los conjuros, pues en teoría sólo podía hacerlo el lanzador. Osea, que había sido ella, pero, ¿por qué?

- ¿No tenías bastante con tu compañero?- preguntó con sorna el muchacho, acercándose a ella y bastante aligerado de la tensión anterior. Escuchó la explicación de Carak, pero no supo a qué se refería, pues no sabía cual era la verdadera proeza de la pelirroja.

No pudo evitar, eso sí, mirar con lástima a las demás estatuas de piedra. Aún tenía esperanzas de que Carak no hubiese dicho la verdad respecto al efecto definitivo e irreversible, pero... se podía esperar cualquier cosa.

Carak-Band esbozó una sonrisa no demasiado agradable y, tomando el bastón con la diestra, golpeó el suelo una vez. Un leve fogonazo brotó del cristal y al instante las estatuas recobraron su aspecto original.

-Como ven... de los tres aspectos del maleficio que les expliqué solo el primero y el último eran ciertos. Tras el plazo de tiempo estimado las estatuas permanecerán así para siempre y si la estatua debe estar intacta para revertirla... pero cualquiera capaz de conjurar el contramaleficio puede devolverlas a su estado original.

Con su mirada penetró a todos aquellos alumnos que habían fallado.

-Y pese a mis intentos por infundirles un poco de fuerza de voluntad ¡PRÁCTICAMENTE LA MITAD DE LA CLASE HA FALLADO! -exclamó enhojado- espero que todos ustedes practiquen y demuestren mayor dedicación la próxima clase... hemos terminado.

Con un chasquido la puerta del aula se abrió por completo. El subdirector se retiró de nuevo a la puerta sobre la escalinata por la que había aparecido.

pero cualquiera capaz de conjurar el contramaleficio puede devolverlas a su estado original.

 Pensaba que si que podía.

-No se por qué, pero el hechizo me ha salido superpotente y os he transformado en piedra a unos cuantos... no quería hacerlo.

Escucha al profesor, tan estricto como siempre. Por suerte, ningún alumno ha sufrido daño alguno y vuelven a ser de carne y hueso. Aunque no le extrañaría que el profesor se haya guardado otro hechizo que si les deje de piedra permanentemente y que no haya forma de volver a la normalidad.

Lo bueno de todo eso, es que la clase se ha acabado. Mira hacia Clare, que parece haber salido indemne del hechizo aunque no su compañero, que parece un poco encarcarado aun a pesar de haber vuelto a ser él.

-Bueno... mejor irse de aquí...

Se acerca un poco más y le susurra algo.

 Cuando anunció que la clase había terminado, recogí mis cosas, guardé mi varita bajo la manga y me dispuse a salir de mi aula, pero antes de hacerlo, me acerqué a Christine Woods y cuando pasé a su lado me detuve y le susurré, de manera neutra y sin mirarla directamente:

 - Impresionante, muy impresionante...

 Sin añadir nada más, continué mi camino a la salida de la clase, rumbo a la Sala Común Slytherin, pronto iría a mi cama, pero antes repasaría lo aprendido hoy...

-Esta noche hacéis la escapada a las cocinas, verdad? Espero que tengáis suerte y no os encontréis ningún profesor por el camino... tener el mapa aumenta las posibilidades de que no os pillen.

Tira de él hacia la salida del aula. No sería bueno que Clare y él salgan juntos de allí ya que podría levantar sospechas. Pero se interpone en el camino Serpens que le susurra algo y se marcha.

-"Impresionante, muy impresionate..." - dice imitando su voz - claro, tiene envidia porque el no ha conseguido mucha cosa...

- Recuérdame que te pida ser mi segunda¹ cuando tenga que batirme en duelo- pidió Alex como elogio a la proeza de Chris, aún sin creérselo del todo. Aquello que de un hechizo crease efecto rebote le era tan descabellado como un Priori Incantatem, pero no tenía sentido que mintiese, y menos con tanto público-. Ahora, yo me haría mirar eso, no sea que tu varita esté hecha de Saúco.

Guiña un ojo, cómplice, y habla en voz algo más baja cuando empiezan las confidencias.

- Gracias, espero que no la necesitemos- la suerte, claro-. Llevo el mapa, tranquila- alzó la mano, señalando con disimulo a Gabriel a través del pulgar-. No hagas caso a las serpientes de cascabel, sino a las venenosas, mujer.

Hecho aquello, la despide con una palpada en el hombro y sale por la puerta, esperando en el primer cruce de pasillos a que Clare aparezca. No quería hacer notar que se llevaban, claro, por lo que pudiera pasar en público.

-Lo sospechaba. Es un poco impropio realmente matar alumnos en las lecciones -comentó a su compañero de trabajo. No se sentía particularmente molesta por haber fallado, realmente la clase fue bastante deficiente en cuanto a explicacion y profundidad. De hecho era bastante sorprendente de forma estadística que la mitad se las hubiese arreglado, por suerte o por aplicación, para hacerlo correcto. Estaba bastante segura de que estudiandolo de forma mas propia y menos "a como salga" estaría bien.

Guardó su varita y sus cosas. El hechizo era útil (quizá), y la verdad no se había sentido especialmente motivada a aplicarse en la clase. Se marchó sin compartir sus impresiones, como era usual.

POCIONES

Situada en una de las mazmorras, oscura y húmeda, recibe a los alumnos justo cuando acaba la primera clase. A pesar de la fama que esa asignatura pudiese tener en tiempos anteriores, ahora es una de las clases que más gusta a los alumnos, porque, aunque el profesor da algo de miedo, se aprenden cosas realmente interesantes y no es tan malo como su aspecto puede dar a entender.

La clase está oscura, como siempre ha estado, para conservar las pociones y los ingredientes a salvo del sol, aunque el tema de la humedad ya es más complicado. Los fuegos de las hogueras aun están calientes y las brasas brillan en medio de esa oscura sala, dándoles la bienvenida a un ambiente algo sofocante.

El profesor está sentado sobre la mesa, con las piernas cruzadas y con la lánguida mano extendida hacia los alumnos que esperan en la puerta.

-Pasad, pasad... no perdamos más el tiempo.

Alex entró sorprendente vivo, y no por la vivacidad con la que apareció, sino porque realmente se sorprendía de poder entrar ahí de una pieza. Tanto jugarse el cuello al final acabaría haciéndoselo cortar, pero por ahora iba sorteando el peligro con éxito aceptable.

Se sentó por el medio, como siempre, buscando una posición que no dijese que era buen o mal estudiante, o que quería estudiar o pasar desapercibido. Se aseguró de dejarse un sitio al lado, pues sabía muy bien con quien tenía que juntarse en esa clase, y tendría que ser de su casa. Ojalá sin embargo los trabajos fuesen individuales por una vez, pues Alex, al contrario de lo que pudiera parecer, amaba trabajar solo antes que acompañado. Había que separar el ocio de los estudios, vaya.

Sacó los bártulos de la clase y entrelazó las manos, mirando al profesor.

A ver qué nos traes hoy.

Alana entró a la clase con un suave bostezo, cubriendose la boca con educación claro. Se sentó hasta adelante, como era de costumbre, y precedió a acomodar cuidadosamente el caldero, y cerca del mismo un pergamino con su respectiva pluma. Todo pulcro y preparado de forma estudiada.

Como siempre.

Levantó la vista, dandose la libertad de distraerse antes de que comenzara la clase. Tenía la cabeza en otro lado, se notaba.

Entra y se sienta al lado de Alex antes de que venga alguien y le quite el lugar. Se inclina un poco hacia él y le habla bajito, para que nadie les oiga.

-¿Cómo fue ayer?

Saca sus cosas de la mochila y espera a que el profeso comience la clase.

Es raro que llegue el último, pero ahí está, cruzando por la puerta como si todos los de esa mazmorra no fuesen más que insectos destinados a servir a los que son como él: sangre limpia y perteneciente a la casa de Slytherin de donde han surgido magos que han hecho grandes cosas.

Se sienta al lado de Alana que parece ser el único sitio libre que queda. Saca sus cosas y atiende al profesor.