Partida Rol por web

Historias de Horror I.

CC: 6- Prisión de Piedra Alzada.

Cargando editor
13/07/2018, 05:48
(CC) Janos Dimitriev Mykerinos.

PRISIÓN DE PIEDRA ALZADA:

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DEL SOL, 9 DE ABADIO.

PRIMERAS HORAS DE LA MAÑANA.

El paisaje a nuestro alrededor es igual de perturbador que el piso inferior pero en este, los peligros son claros y están a la vista. Dos de esos pequeños seres alados permanecen ahí y, aunque Gruñido acaba con uno de ellos al instante, otro queda e intenta drenar la sangre del cochero. Suspiro aliviado al ver que no lo consigue pues son muchos los metros que me separan de él y no es mucha la ayuda que puedo brindarle desde aquí.

Sigo a Gheorghe unos cuantos metros al noroeste para tomar una mejor posición. Necesitamos una mejor perspectiva para identificar los peligros que nos rodean y comenzar a acabar con ellos de forma de ganar terreno en este horrendo lugar.

Mis pasos terminan al lado de mi maestro y entonces, un esqueleto se lanza a su ataque. El paladín es capaz de interponer su escudo y no recibir daño alguno, pero mientras el enemigo exista, no estaremos seguros. Ahora entiendo que los ruidos que escuchaba eran estos esqueletos y ellos son nuestros enemigos ahora. Solo espero que no comiencen a arder.

Cargando editor
13/07/2018, 10:11
(SA) Gheorghe Mykas.

PRISIÓN DE PIEDRA ALZADA:

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DEL SOL, 9 DE ABADIO.

PRIMERAS HORAS DE LA MAÑANA.

Debían seguir avanzando y destruir a los engendros que habitaban aquel piso, eso Gheorghe lo tenía claro. Pero no iban a hacerlo a costa de quedar malditos ellos, así que cuando Alexei sugirió aterrado ir a por la flauta, él ya sabía que respuesta dar.

-¡No! No te separarás ni tocarás ninguno de esos objetos, nos impondremos por nuestros propios medios-dijo con tono firme. Ya había perdido a Nicoletta en el pasado, siendo incapaz de dar con ella. Ahora que tenía a su hermano aquí, no estaba dispuesto a que se arriesgara con un objeto que hacía los dioses sabían qué, o a que vagabundeara sólo por la prisión.

Cargando editor
13/07/2018, 12:31
(CC) Gruñido.

PRISIÓN DE PIEDRA ALZADA:

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DEL SOL, 9 DE ABADIO.ri

PRIMERAS HORAS DE LA MAÑANA.

El macabro traqueteo como de huesos viejos no cesaba de oírse hasta que el sonido de algo golpeando metal grueso lo eclipsó unos instantes. Un fuerte mandoble acabo con la segunda de las stirges y aunque la última intentó agarrarse al semiorco, éste se la sacudió de encima de un manotazo.

Percibió movimiento en su visión periférica, y se distrajo un poco cuando vio que un horrible saco de huesos se dirigía hacia Sascha y Tharath. Esperaba acabar pronto con la última de las stirges y así llegar volando al lado de su hermana.

Los hermanos tenían una disputa sobre tocar una flauta, pero como Gruñido no acababa de entender a qué se referían con ese asunto tan extraño, lo dejó correr sin intervenir. Hablar de flautas y música cuando se luchaba por la vida era algo extraño, pero los habitantes de las casas de piedra eran gente peculiar. No creía que el señorito Alexei fuera un skald pero todo podía ser...

Cargando editor
14/07/2018, 18:47
(SA) Réquiem (Alexei Mykephoros).

PRISIÓN DE PIEDRA ALZADA:

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DEL SOL, 9 DE ABADIO.

PRIMERAS HORAS DE LA MAÑANA.

Sentía la presencia del Hombre Andrajoso, hasta que pudo ver como su daga encantada estaba a punto de alcanzar su cuello. Réquiem se removió y se apartó alzando la espada ropera en una posición totalmente defensiva, si iba a morir contra ese ser por lo mínimo iba a luchar y ofrecer algo de resistencia.

- “¡Moriré luchando!” – dijo con voz temblorosa, pero alzando la espada para defenderse – “¡AAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH!” – gritó para atacar al Hombre Andrajoso, pero al ver que este se movía volvió a ponerse en posición defensiva, cubriéndose. No se lo podía creer, ese ser se retiraba, se marchaba.

<< ¡Sigo vivo! ¡Sigo vivo! >>

Llenándose de valor y alzando pecho dijo – “¡Lo conseguí! ¡Se ha ido!”  -allí miró a su alrededor, pudo ver que había rodeado la mesa para defenderse del monstruo y allí estaban sus compañeros luchando contra stirges y esqueletos.

La respuesta de Gheorghe llegó a sus oídos y afirmó, al fin y al cabo su hermano tenía la última palabra, tampoco quería desobedecerle e ir él solo por la prisión. Solo esperaba que no se equivocara y pudieran vencer a ese espíritu sin la ayuda de esos objetos.

- “Esa música… debe de ser ese espíritu, debemos tener cuidado…”

Tragó saliva y allí listo de nuevo, sin la presencia del hombre andrajoso podía volver a ser de ayuda, su lucha contra aquel ser se había pospuesto.

Cargando editor
15/07/2018, 04:19
(CC) Janos Dimitriev Mykerinos.

PRISIÓN DE PIEDRA ALZADA:

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DEL SOL, 9 DE ABADIO.

PRIMERAS HORAS DE LA MAÑANA.

Varios son los enemigos que nos rodean e este momento: Esqueletos y esas criaturas chupasangres nos amenazan por varios flancos. Nos hemos separado un poco para luchar en todos los frentes, pero eso nos pone a la vez en problemas pues los enemigos son peligrosos y corremos mucho riesgo al enfrentarnos en duelo singular con ellos.

Pero entonces, la música tétrica comienza a resonar nuevamente en nuestro alrededor. Una flauta suena y, con ella, muchos de los peores temores asaltan la mente de todos los presentes. Consigo no sucumbir al temblor que quiere manifestarse en mis piernas.

Pero soy capaz de saber de donde proviene el sonido. Presiento que viene de una celda que está muy cerca de mí. Avanzo rápidamente a esa posición y clamo a mi diosa para que bendiga mi arma. Le pido que sea capaz de afectar a cualquier ser, tenga o no un cuerpo y que corte su alma como si fuese su cuerpo.

Entonces lanzo un corte con mi cimitarra en esa dirección y presiento que el golpe es capaz de cortar la esencia que en esa zona se esconde. Siento que su música intenta apresarme pero no lo consigue pues mi voluntad es fuerte y logro resistirme a su efecto. Pero el enemigo aún no está derrotado y esto aún no termina.

Cargando editor
16/07/2018, 22:02
(SA) Réquiem (Alexei Mykephoros).

PRISIÓN DE PIEDRA ALZADA:

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DEL SOL, 9 DE ABADIO.

PRIMERAS HORAS DE LA MAÑANA.

Réquiem había logrado zafarse del Hombre Andrajoso y sus oídos escucharon aquella extraña e inquietante melodía. Logró sentir e identificar los efectos mágicos de esa flauta, aquella melodía fúnebre irradiaba temor y miedo. Apretó los dientes al escucharla, no sabía si por orgullo propio o por voluntad había logrado superar esos efectos, pero nadie podía ganarle en su especialidad los cánticos fúnebres y tenebrosos, en eso no podía perder.

- “¡Janos! ¡Detrás de ti!” – gritó el dramaturgo al ver como un esqueleto iba atacar a su compañero, pudo ver también en problemas a su hermano Gheorghe – “¡Ten cuidado Gheorghe” – ante el ajetreo de los combates, no fue consciente de la situación de Gruñido, Sascha y el Doctor Querio Vandel.

- “¡Resistid! ¡No sucumbáis al miedo del sonido! ¡Hay que luchar hasta el final!” – la potente voz del poeta resurgió como un vendaval – “¡Janos necesitara apoyo!” – advirtió a sus compañeros para que sean conscientes que Janos inició el combate contra el espectro – “¡Esta luchando contra el flautista!”

Sin demorarse ni un segundo inició un fúnebre cántico sobre la muerte, su intención era contrarrestar los efectos mágicos del flautista realizando la Contraoda mientras alzaba su espada ropera dispuesto a seguir combatiendo. Alexei lo tenía claro, su peor enemigo había desaparecido, aquellos seres eran peones en comparación al rey del Hombre Andrajoso.

Cargando editor
18/07/2018, 00:23
(CC) Janos Dimitriev Mykerinos.

PRISIÓN DE PIEDRA ALZADA:

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DEL SOL, 9 DE ABADIO.

PRIMERAS HORAS DE LA MAÑANA.

La terrible aparición se manifiesta frente a mí y es el fantasma del terrible flautista, tal como imaginaba. Su fantasmal imagen es desagradable de ver, pero consigo evitar sentir el miedo que parece querer infundir a través de la terrible música que brota de su flauta.

Siento su mirada, siento que intenta paralizarme como sujetando mi alma con una garra espectral. Mi voluntad es fuerte y solo por eso consigo resistirme.

Entonces voy a lanzar un golpe nuevamente con la cimitarra hacia el enemigo cuando la voz de Alexei me distrae con una advertencia de peligro. Giro para ver como un esqueleto se ha puesto detrás mío para flanquearme. Estoy precisamente en medio de los enemigos y eso me hace presa fácil. Sé que el esqueleto puede dañarme pero temo más los efectos que el flautista pueda causar si le resto atención.

Giro nuevamente hacia el enemigo y entonces siento como mano fría e incorpórea presiona mi corazón desde dentro. La imagen está a cierta distancia, pero el efecto de sus ojos sobre los míos hace que mi cuerpo se quede completamente paralizado. No soy capaz de mover ni un solo músculo.

Cargando editor
18/07/2018, 21:11
(SA) Réquiem (Alexei Mykephoros).

PRISIÓN DE PIEDRA ALZADA:

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DEL SOL, 9 DE ABADIO.

PRIMERAS HORAS DE LA MAÑANA.

Alexei fue a ayudar a Janos con la espada ropera en mano, el esqueleto falló el golpe contra el escudero de su hermano y allí el dramaturgo aprovechó para asestarle una ineficaz estocada. Sintió la punzada de dolor en su antebrazo al tensarse el musculo y ver con sus propios ojos que la punta de su arma se dobló un poco sin hacer daño al no muerto.

<< ¡Mierda! >>

Le tocó reaccionar con celeridad, sujetó la espada ropera con su mano zurda mientras seguía cantando la contraoda para contrarrestar los efectos del canto de la flauta. Con la diestra sacó la cachiporra mientras su hermano Gheorghe golpeaba al esqueleto, luego sin demora el poeta alzó su improvisada arma y golpeo al esqueleto, destruyéndolo.

<< ¡Janos! >>

Lograron terminar con la vida de ese esqueleto, pero el verdadero peligro se encontraba en esa celda, era el espíritu de la flauta. Pudo ver como Janos no se movía y tampoco reaccionaba, no podía defenderse se había quedado quieto no lograba atacar al flautista.  

<< Hay que centrar nuestras fuerzas en destruir al ente del flautista… pero mis fuerzas empiezan a menguar, no sé si podré aguantar mucho más mi canto, me siento débil y exhausto… mierda… >>  

- ¡Centraros en mi voz! ¡Sentid mi angustia y no os dejéis influenciar por el sonido de la flauta! ¡Sentid el verdadero dolor que os remedirá de cualquier ilusión! ¡Luchad sin temor! ¡Mantened a la muerte ocupada con vuestros enemigos! -  

La contraoda seguía activa pero el sudor frío ya le recorría el cogote al dramaturgo. 

Cargando editor
19/07/2018, 04:21
(CC) Janos Dimitriev Mykerinos.

PRISIÓN DE PIEDRA ALZADA:

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DEL SOL, 9 DE ABADIO.

PRIMERAS HORAS DE LA MAÑANA.

Mi cuerpo no responde en lo más mínimo. Intento mover mis brazos pero no soy capaz de hacer que mis músculos respondan para nada. Ni siquiera mi cimitarra cae de mi mano pues no puedo abrirla. Soy una estatua, una estatua de piedra que no es capaz de reaccionar ni siquiera a la terrible amenaza que tengo delante. Me siento inútil e indefenso de pies a cabeza.

"¡Maldita sea! ¡Sarenrae, protégeme y bríndame la capacidad de no caer en la desesperación!"

Siento los ojos de la aparición posarse sobre mí e intentar maldecirme de alguna temible forma que solo puedo imaginar. No sé cual será el efecto de aquel maleficio pero temo que sea algo sumamente maligno. Por suerte, la voluntad de Sarenrae me protege y el fantasma no es capaz de tocar mi alma con su ponzoña. Solo debo resistir.

Cargando editor
19/07/2018, 13:03
(SA) Gheorghe Mykas.

PRISIÓN DE PIEDRA ALZADA:

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DEL SOL, 9 DE ABADIO.

PRIMERAS HORAS DE LA MAÑANA.

El combate prosigue, y aunque su primer golpe con espada no había logrado gran cosa, Gheorghe pronto recurrió a su escudo para desarmar a aquellas aberraciones no muertas. Por desgracia, Janos, que se había enzarzado contra el flautista, parecía haber caído víctima de su embrujo. El paladín, una vez eliminados los enemigos más cercanos, apartó con rapidez restos a patadas mientras sacaba a su escudero de allí. En ese momento, el engendro no muerto decidió probar suerte con él, pero su voluntad era demasiado poderosa para ceder tan fácilmente.

-¡¡No lo tendrás tan fácil, abominación!!

Cargando editor
19/07/2018, 23:11
(SA) Réquiem (Alexei Mykephoros).

PRISIÓN DE PIEDRA ALZADA:

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DEL SOL, 9 DE ABADIO.

PRIMERAS HORAS DE LA MAÑANA.

Al ver que su hermano de sangre se había quedado junto a Janos, el poeta caído en desgracia se colocó en el otro extremo de la pareja para cubrir el pasillo. Había escuchado un ruido y allí pudo ver otro de esos esqueletos avanzar hacia ellos.

Alexei Mykephoros sujetó el garrote tosco con sus manos mientras advertía de la presencia de los esqueletos a sus compañeros.

- “¡Vienen más de esos seres! ¡Avanzan por el pasillo!”

El dramaturgo se quedó quieto mirando a su alrededor, no tenía escapatoria, debía de quedarse allí para proteger a Janos que había quedado paralizado mientras Gheorghe intentaba acabar con ese espíritu. Debía de ser fuerte y mantener esa posición hasta que llegaran Sascha y Gruñido.

- “¡Intentaré cubrir este flanco todo el tiempo que mi cuerpo y mente lo permita!” – había dejado de cantar para contrarrestar los efectos del espíritu, se encontraba bastante exhausto y estaba casi al límite de sus fuerzas mágicas.

<< He de mantenerme fuerte aquí… puedo conseguirlo, debo hacerlo >>

Réquiem sujetó con firmeza el garrote y apretó su mandíbula sintiendo su cuerpo en tensión constante viendo como su enemigo cada vez se iba acercando más y más.

Cargando editor
20/07/2018, 03:20
(CC) Janos Dimitriev Mykerinos.

PRISIÓN DE PIEDRA ALZADA:

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DEL SOL, 9 DE ABADIO.

PRIMERAS HORAS DE LA MAÑANA.

Mi cuerpo continúa completamente paralizado. Veo solo lo que mis ojos me muestran en la posición que quedaron al momento de caer en el hechizo del flautista y que es la fantasmal figura del odiado enemigo. No puedo hacer nada más que pensar y mi cerebro se mueve como un mar en la tormenta, pensando en lo malo que es mantenerme quieto cuando todos a mi alrededor pueden morir por mi culpa o inacción.

"¡Sarenrae, ayúdame! ¡No dejes que mis amigos mueran por mi negligencia!"

Por suerte, mis compañeros han conseguido acabar con el esqueleto a mi espalda o eso es lo que he oído. No siento la amenaza de que me apuñalen por la espalda pues la presencia de ellos me mantiene seguro. Siento unas manos que me mueven y consigo ver a Gheorghe sacándome de la celda para alejarme del peligro. Lamentablemente no puedo decirle que no lo haga pues eso le diría. Soy el único que puede acabar con ese peligro y mi cuerpo ha de servir como escudo para ellos. Es una labor que con gusto realizaría.

Cargando editor
20/07/2018, 15:39
(CC) Gruñido.

PRISIÓN DE PIEDRA ALZADA:

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DEL SOL, 9 DE ABADIO.

PRIMERAS HORAS DE LA MAÑANA.

- ¡Chump, tromph, chop, rippp! -

El cochero se había abierto paso a base de la ferocidad propia de su herencia orca, cortando, sajando, golpeando y gruñendo, mientras los enemigos dejaban sus fluidos vitales por el suelo o se esparcían en cientos de pequeños trozos óseos. Una vez que el esqueleto que amenazaba a Sascha fue abatido por el hacha de la mujer, Gruñido se concentró en lo que ocurría más allá.

Los más alejados parecían mantener una lucha cruenta con algún tipo de ente que atacaba sus sentidos. El Doctor Vandel parecía ir y venir de acá para allá cogiendo y dejando cosas con algún oscuro propósito que sólo él conocía. Por encima de ello se escuchaba el traqueteo de animados esqueletos que sin duda se abrían paso para llegar hasta la tierna carne de los vivos. La mera idea le hizo ponerse aún más furioso.

Decidió apostarse cubriendo uno de los pasillos de cuyas celdas provenían ruidos, dispuesto a evitar que los enemigos que se alzaran pudieran alcanzar al resto de los compañeros.

Cargando editor
22/07/2018, 05:30
(CC) Janos Dimitriev Mykerinos.

PRISIÓN DE PIEDRA ALZADA:

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DEL SOL, 9 DE ABADIO.

PRIMERAS HORAS DE LA MAÑANA.

Entonces, de un momento a otro, vuelvo a ser el dueño de mi propio cuerpo y aprieto con fuerza el mango de mi cimitarra mientras una sonrisa inconsciente se plasma en la comisura de mis labios. Avanzo la distancia que me separa de aquel espectro mientras este concentra su mirada en Gheorghe.

 - "¡Desaparece de una vez, abominación!"

Lanzo un corte utilizando todo el poder de Sarenrae sobre mi arma y el filo de mi sagrado instrumento de combate atraviesa al flautista y disipa su forma completamente. Se acabó la amenaza de momento pero puedo presentir que otro espectro de gran poder está oculto en el sur y estoy seguro de que es el que reanima a los esqueletos para que nos ataquen.

"Debemos acabar con la otra presencia ahora mío."

Comienzo a moverme rápidamente, siguiendo a Gheorghe que toma la misma dirección que yo para así poder enfrentar a ese peligro insidioso que se oculta pero no dudará en matarnos apenas pueda. Desconocemos su identidad, pero pronto la averiguaremos.

Cargando editor
22/07/2018, 13:31
(CC) Sascha Danzante de las Nieves.

PRISIÓN DE PIEDRA ALZADA:

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DEL SOL, 9 DE ABADIO.

PRIMERAS HORAS DE LA MAÑANA.

Al final había pasado la noche, había llegado un nuevo día, estaban de nuevo en camino a la prisión, y todo seguía igual. No se había atrevido a hablar con Gruñido sobre Velkan. Quería pensar que era porque tenía la esperanza de que Velkan volviera y poder hablar también con él.

Si estuviera muerto, lo sabría.

Eso quería pensar. Era curioso como hasta la mente de una salvaje tras ver horrores que volverían loco a cualquiera se agarra a razonamientos como aquel.

Lo sentiría. Es mi hermano. La bruja nos unió. Lo sabría.

La pregunta de Gruñido me saca de mis pensamientos.

Que los dioses le protejan. No sé qué haría sin él.

- Cuando todo esto acabe, sí, debemos buscarte un arma acorde a tu tamaño.

Para cualquier otro, el arma portada por el semiorco habría sido suficiente, pero era cierto que en manos del grandullón se quedaba en poca cosa.

- Pero el arma no lo es todo, Gruñidito. Ni Rhakan puede con con ese metal.

Cargando editor
22/07/2018, 13:41
(CC) Sascha Danzante de las Nieves.

PRISIÓN DE PIEDRA ALZADA:

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DEL SOL, 9 DE ABADIO.

PRIMERAS HORAS DE LA MAÑANA.

Esos escurridizos esqueletos eran más difíciles de matar de lo que parecían. Y conseguían herir demasiado rápido. Por suerte no hacían demasiado daño, aunque las heridas escocían en seguida.

¡Tharath, ten cuidado!

El lobo intentaba ayudar y defenderse, pero yo no estaba dispuesta a perderle a manos de un saco de huesos.

Debería estar mordisqueándolos, no luchando contra ellos. Esto es de locos.

El escurridizo al final cae inerte de un hachazo, y poco después ese maldito flautista parece ser derrotado por Janos. Ya sólo nos quedaba ese otro espectro que reanima a los esqueletos.

Veo que todos tenemos la misma idea y, por un pasillo u otro, intentamos llegar hasta el lugar en el que creemos que está ese Padre Charlatán. Mientras sigo intentando deshacerme de los esqueletos, me surge una idea.

- ¡Janos! ¡Espera! ¡No te enfrentes a él directamente! ¡Usemos los sifones!

Cargando editor
22/07/2018, 20:59
(SA) Réquiem (Alexei Mykephoros).

PRISIÓN DE PIEDRA ALZADA:

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DEL SOL, 9 DE ABADIO.

PRIMERAS HORAS DE LA MAÑANA.

- “¡MALDITO SER MUERE!” – Réquiem lanzó un golpe con su arma improvisada, pero falló por mucho ya que no había calculado nada bien la distancia que le separaba. La suerte también estaba de su parte, aquel esqueleto falló su ataque con sus garras que pasó a escasos centímetros de su rostro. Si le hubiera impactado le  hubiera desgraciado la cara y tal vez su futura carrera de dramaturgo.

<< “¡Mierda!” >>

Alexei miró hacia atrás, allí estaba Janos y Gheorghe ocupándose del espíritu, estaba llegando Sascha y otros pasos se unían, los de Gruñido. No pudo divisar al doctor, se encontraría en la retaguardia.

- “¡No sé si aguantaré mucho!” – comentó con una voz titubeante el pequeño de la familia Mykephoros.

- “¡Estúpidos seres infames! ¡No sois nada comparados con el Hombre Andrajoso! ¡NO SOYS NADA! “- allí en plena locura y delirio se lanzó de nuevo a por el esqueleto. Ni siquiera se percató de la actuación de Sascha, que con una agilidad asombrosa saltó haciendo recular al otro enemigo.

El garrote de Alexei golpeó al esqueleto convirtiéndolo en un amasijo de huesos mientras de su garganta rugía un grito de rabia.

- “¡Hacia la victoria!” – Las muertes le iban subiendo la moral, pero lo que le había cambiado por completo era la ausencia del Hombre Andrajoso, había conseguido salir de la propia muerte. 

El corazón le iba a cien, estaba sudando y hasta sentía la sangre bombear por sus venas a un ritmo muy acelerado. Se pasó el antebrazo por el rostro para quitar el sudor que recaía por la frente y se acababa de juntar con la barba.

Cargando editor
24/07/2018, 04:54
(CC) Janos Dimitriev Mykerinos.

PRISIÓN DE PIEDRA ALZADA:

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DEL SOL, 9 DE ABADIO.

PRIMERAS HORAS DE LA MAÑANA.

Avanzo detrás de Gheorghe cuando escucho lo que me dice Sascha. Ella habla de usar los sifones contra los espectros. Pienso en eso un momento pues sé que lo más probable es que servirían para encerrar la esencia de aquellos terribles espíritus, pero no creo que un recurso valioso como ese deba gastarse en estos monstruos:

"Los sifones sirvieron contra la Dama de Hierro, donde yo no encontré ninguna otra solución. Son un recurso poderoso y debemos reservarlos para situaciones en las que no tengamos otra salida."

Respondo a la mujer sin dejar de caminar:

 - "¡No, Sascha! ¡Puedo acabarlos con mi arma, guardemos eso para otra ocasión!"

Sé que es una decisión peligrosa pues es arriesgado lanzarme al combate así pero creo que puedo pues Sarenrae está conmigo y no me abandonará en mi lucha por purgar la oscuridad.

Gheorghe se corre de golpe para darme paso por el pasillo y me encuentro de cerca con un esqueleto. Le doy un golpe con mi escudo pues sé que es resistente al golpe de mi cimitarra, cosa que he comprobado en sucesivos combates. Es el último obstáculo antes de llegar a donde creo que se esconde el espectro y debo sortearlo rápidamente.

Cargando editor
25/07/2018, 00:01
(CC) Janos Dimitriev Mykerinos.

PRISIÓN DE PIEDRA ALZADA:

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DEL SOL, 9 DE ABADIO.

PRIMERAS HORAS DE LA MAÑANA.

El esqueleto se interpone en mi camino, intentando retrasar mi llegada al lugar del que detecto que proviene aquella terrible presencia maligna. Me dispongo a darle un golpe con mi cimitarra cuando veo que Gruñido lo pulveriza de un poderoso golpe. Sus huesos caen destrozados y patea los desperdicios, despejando el paso para mí:

 - "¡Muchas gracias Gruñido!"

Avanzo rápidamente por el pasillo hacia el sur, pues sé que ahí está mi enemigo. No sé lo que me encontraré ahí dentro, pero tengo toda la fe puesta en mis capacidades y en la piedad de Sarenrae que guiará mi mano de la forma correcta al momento de necesidad.

Llego a una habitación, una celda, mucho más grande que el resto de las que nos rodean. De seguro ha de ser la guarida del enemigo.

Cargando editor
25/07/2018, 21:22
(SA) Réquiem (Alexei Mykephoros).

PRISIÓN DE PIEDRA ALZADA:

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DEL SOL, 9 DE ABADIO.

PRIMERAS HORAS DE LA MAÑANA.

La tensión se palpaba en el ambiente, se escuchaban  sonidos de combates por todas las coordenadas de aquella habitación, había celdas en el medio que no dejaban ver las luchas que propiciaban el resto de compañeros contra los esqueletos animados.

Sascha había conseguido protegerle de los otros esqueletos, Réquiem sabía que no hubiera aguantado mucho y que sería cuestión de tiempo que aquellos seres le pasaran por encima, pero la heroica mujer se interpuso con su fiel arma para impedir que eso sucediera. El poeta se quedó a las espaldas de la bruja en una posición defensiva y aprovechó su ventaja para tocarle el hombre y murmurar una macabra rima. El dramaturgo utilizó un conjuro de curar heridas leves para sanar a Sascha y pudiera contener a esos esqueletos.

No tardaron mucho en avanzar, la mujer haciendo un gran uso de su fuerza los hacía retroceder para luego convertir a uno de ellos en un amasijo de huesos.

- “¡Muy bien! ¡Ya los tienes!” – le animaba el joven de la familia Mykephoros que seguía a las espaldas de la bruja.  

Poco a poco iban avanzando mientras el otro esqueleto apartaba los restos que habían obstaculizado parte del camino. Alexei miraba a su diestra y siniestra, mirando las celdas con su espada ropera en mano dispuesto a defenderse si era atacado.