Partida Rol por web

Historias de Horror I.

CC: 6- Prisión de Piedra Alzada.

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17/08/2018, 02:02
(CC) Janos Dimitriev Mykerinos.

PRISIÓN DE PIEDRA ALZADA:

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DEL SOL, 9 DE ABADIO.

PRIMERAS HORAS DE LA MAÑANA.

Avanzo junto con el grupo para llegar al bloque del sur. Apenas me acerco al rastrillo que separa el lugar, escucho que el sistema está estropeado y que no será posible levantar aquella barrera. Nada me cuesta recordar el pasaje oculto que descubrimos y donde el cieno atacó a Sascha. Según mis cálculos, debería llevarnos a donde queremos ir.

 - "Vamos por la sala de torturas. Ahí está esa gruta que debería llegar por el sur. Parece que es la única opción que tenemos si deseamos llegar ahí."

Redirijo mis pasos hacia la zona ya explorada pues debemos entrar por ese camino secundario que por suerte está. Creo que el rastrillo no es un obstáculo que pueda detener a un incorpóreo pero sí a nosotros. Llego a la sala de torturas y me pongo en la entrada a esperar a que el resto del grupo llegue. Debemos intentar entrar juntos o puede que ninguno consiga salir.

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17/08/2018, 13:22
(SA) Gheorghe Mykas.

PRISIÓN DE PIEDRA ALZADA:

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DEL SOL, 9 DE ABADIO.

PRIMERAS HORAS DE LA MAÑANA.

Después del recordatorio de Janos, Gheorghe había avanzado con decisión por los pasillos, dispuesto a acabar con el mal que moraba en aquel sótano. Atravesó sin vacilar la sala de torturas y llegó al túnel, pero cuando casi estaba en el otro extremo reparó en que quizás su celo justiciero le había impulsado de más, pues se había quedado sólo. El resto habían quedado atrás. Así que el paladín afianzó su posición, decidido a esperar a sus compañeros.

Al fin y al cabo, adentrarse en solitario y a oscuras en la guarida del mal era una forma estúpida de morir, y no estaba dispuesto a dejarse matar de un modo tal tonto.

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17/08/2018, 22:30
(SA) Réquiem (Alexei Mykephoros).

PRISIÓN DE PIEDRA ALZADA:

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DEL SOL, 9 DE ABADIO.

PRIMERAS HORAS DE LA MAÑANA.

El joven dramaturgo afectado por unos terrores nocturnos y unos delirios avanzaba con cautela y sigilo por las mazmorras de aquella prisión, los efectos de los delirios eran agravados por la maldición del libro que sujetaba, el libro de hechizos del Hombre Salpicadura.

<< Esas letras no son reales, todo es reflejo de la maldición del libro, céntrate Réquiem, no es real, nada es real todo es fruto del maldito libro. Una vez consigas terminar con la vida de ese espíritu podrás dejarlo y la maldición desaparecerá... espera… si solo la maldición son esas simples letras, podría utilizar los hechizos para matar al Hombre Andrajoso, sí, esos conjuros son poderosos y podrían servirme contra mi peor enemigo >>  

Poco a poco iba avanzando y se iba acercando a Janos, pero el escudero de su hermano avanzaba al unísono perdiéndose en la oscuridad de la gruta. Allí en la entrada estaba Réquiem junto al Doctor Querio. El bardo pasó junto al doctor y le hizo un gesto, él iba a ir primero pero se iba a tomar el paso con calma. El doctor pudo ver el demacrado rostro del dramaturgo, ojeroso y con unos movimientos que reflejaban nerviosismo ya que no paraba de mirar a su alrededor con cierta rapidez.

Sin mediar palabra alguna se introdujo en la gruta oscura con intención de seguir la estela de la luz de Janos.

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17/08/2018, 23:04
CC: Piedra Alzada: El Hombre Salpicadura.
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PRISIÓN DE PIEDRA ALZADA:

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DEL SOL, 9 DE ABADIO.

PRIMERAS HORAS DE LA MAÑANA.

- "Estás muy muerto, pequeño poeta. Lo sabes, ¿verdad? Ni siquiera tienes nombre, porque en realidad no lo recuerdas. No tienes recuerdos, y no porque simplemente los hayas olvidado. No, es algo más grave, una carencia fundamental dentro de ti.

Por ahora, te llamas Réquiem y, ¿sabes? Con eso me basta para matarte. Para acabar con tu fría y miserable vida de cascarón muerto. Porque sí, ya estás muerto. Alguien se me ha adelantado y te ha matado, pero no te preocupes, ahora mataré lo poco que queda de ti." -

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18/08/2018, 16:44
(SA) Réquiem (Alexei Mykephoros).

PRISIÓN DE PIEDRA ALZADA:

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DEL SOL, 9 DE ABADIO.

PRIMERAS HORAS DE LA MAÑANA.

Alexei miraba a su alrededor mientras sujetaba el libro contra su torso con el antebrazo izquierdo. Sentía la respiración algo acelerada y tuvo que calmarse, respirar profundamente para llenar sus pulmones y sacar el aire poco a poco para bajar el ritmo de su corazón y así disminuir su tensión.

Una voz llegó a sus oídos y todo su cuerpo se tensó, miró a su alrededor, pero no pudo ver a nadie, ninguna persona que hablara. Tardó unos segundos en comprender quién era su interlocutor y el motivo por el que nadie estaba a su alrededor, el maldito Hombre Salpicadura se la estaba jugando.  

Réquiem avanzaba sigilosamente mientras murmuraba una serie de palabras para su enemigo, sentía miedo y no dejaba de mirar a su alrededor tenía que encontrarlo para quedarse cerca y así realizar su función para terminar con la vida de ese ser.

- “Sí… estoy muerto, muy muerto… me gusta la muerte, llevo estos últimos días rozándola y hasta la he podido ver con mis propios ojos. Lo sé, no recuerdo mi nombre maldito desgraciado… pero pienso destrozarte y acabar con tu miserable existencia… no tengo miedo, estoy tan convencido que moriré y no volveré a ver la luz del sol que me da igual… ¿Sabes por qué? Porqué no tengo nada que perder, maldito hijo de puta, deja de hablarme porque pienso destruirte y acabar contigo, sí, contigo maldito ente, tu forma espectral que es la única cosa que te queda, voy arrebatártela y disfrutaré haciéndolo… vamos ven desgraciado, termina conmigo… pero no podrás, porqué el  Hombre Andrajoso no ha podido y si él no ha podido… tu menos maldita escoria…” – Allí iba murmurando y hablando mientras sujetaba el libro, tenía los ojos bien abiertos en la oscuridad y con una cara que empezaba a demostrar la locura que sentía.

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21/08/2018, 03:37
(CC) Janos Dimitriev Mykerinos.

PRISIÓN DE PIEDRA ALZADA:

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DEL SOL, 9 DE ABADIO.

PRIMERAS HORAS DE LA MAÑANA.

Gheorghe entra rápidamente por la gruta y me apresuro a seguirlo para que no esté solo. Sé que vamos a un peligro y tengo claro, después de lo sucedido contra el Padre Charlatán que intentar derrotar solo a estos espectros es algo muy, muy peligroso.

Avanzo con mi escudo iluminando la gruta y sé que es la forma más segura de evitar peligros ocultos como aquel cieno que nos emboscó en esta precisa zona. Espero que no haya más de esas sorpresas pues ya hay suficientes peligros en este lugar con los espectros para tener que lidiar también con las criaturas asquerosas que vienen acá a hacer su nido.

Salimos de la gruta para ver una habitación pero, de pronto, comenzamos a sentirnos mal. No veo nada a nuestro alrededor, pero Gruñido dice que miremos en cierta dirección. No veo nada por más que intento fijar la vista pero el malestar es algo que no se puede ignorar. Creo que estamos siendo afectados por una maldición del Hombre Salpicadura, pero no soy capaz de identificar nada de lo que está sucediendo. Estoy desnudo en la oscuridad.

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21/08/2018, 15:33
(SA) Gheorghe Mykas.

PRISIÓN DE PIEDRA ALZADA:

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DEL SOL, 9 DE ABADIO.

PRIMERAS HORAS DE LA MAÑANA.

Se habían decidido a aventurarse en aquel lugar, por lo que era necesario que siguieran adelante, con una firme determinación impulsada por el noble propósito que perseguían. Sin embargo, lo que veía dentro de aquella sección de celdas, por llamar de alguna manera al vistazo que podía echar, no le estaba ayudando. Aquel espectro estaba oculto, seguramente escondido para no caer ante ellos, y de momento la maniobra le estaba funcionando.

Incluso él sintió su voluntad algo mermada en un segundo asalto, pero debían seguir adelante. Concentró todos sus sentidos para tratar de dar con la fuente de aquel mal. Una vez localizada, se aseguraría, con acero y con fe, de acabar con ella. 

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22/08/2018, 22:05
(CC) Doctor Querio Vandel.

Querio tocó suavemente la muñeca de Réquiem para tratar de sacarle de su deriva sin sobresaltar al hombre loco.

Alexei... ¿Te encuentras bien?

No. Estaba como una regadera. Gracias a los dioses, Konrad no les había acompañado, con lo que el noble no podía verle en este estado tan lamentable. Su otro "hermano", Gheorghe, seguía enajenado. No prestaba atención a Alexei, solo a la misión, como un buen soldado. Querio Vandel no era un soldado. Alguien como Velkan hasta dudaría del doctor que fuese un hombre, o un buen hombre, con ese concepto bárbaro del macho testicular con agallas y una irracional propensión a lanzarse al peligro. Pero Querio era Querio, y sí que podía manejar esta situación.

Yo... yo no puedo enseñarte cómo ser un héroe, Réquiem. No sé nada de eso. Pero puedo decirte cuatro cosas sobre cómo ser un superviviente. En cierto modo son lo mismo: tanto el héroe como el superviviente son personas en una situación complicada que tienen que enfrentarse a una amenaza o un reto. Pero a la hora de afrontar un peligro, cuando el héroe decide jugarse la vida, el superviviente da un paso atrás para obtener perspectiva. La perspectiva, es decir, tener la sangre fría en una emergencia, es crucial en cada momento de la vida.

Y no tiene nada que ver con la cobardía...-se excusó, más a sí mismo que a sus argumentos-Está más relacionado con la noción de conocimiento, el sentido común. Sería lo equivalente a un gladiador que sabe moverse en un combate: a veces basta con que evites cometer errores, o sacrificios inútiles.

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23/08/2018, 03:31
(CC) Janos Dimitriev Mykerinos.

PRISIÓN DE PIEDRA ALZADA:

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DEL SOL, 9 DE ABADIO.

PRIMERAS HORAS DE LA MAÑANA.

La situación es desesperada y tengo un fuerte dolor de cabeza que amenaza con volverse aun más grande. Entonces, fijándome bien en donde Gruñido indica, veo las letras con sangre en la muralla. Veo que están formando mi nombre y recuerdo las palabras que Vandel dijo acerca de lo que el Hombre Salpicadura hacía cuando aún estaba con vida.

No se me ocurre mucho más que hacer que atacar aquella visión. Lanzo un corte con mi cimitarra y consigo destruir una de las letras, lo que hace de inmediato que el dolor en mi cabeza disminuya. Entiendo que esa es la forma y que debo seguir haciéndolo.

Voy a lanzar un segundo golpe cuando Gruñido aporrea con fuerza la muralla y colapsa con violencia. Gran parte de los ladrillos caen sobre nosotros y causan fuertes daños en el grupo. Siento el dolor de aquellos golpes que causa la mampostería sobre mi cuerpo y sé que el resto debe estar sufriendo de forma parecida, aunque creo ser el más lento de todos los presentes en reaccionar a esa clase de ataques.

Veo que Gheorghe se mueve hacia el sur y le sigo como puedo para así no dejarle solo en el peligro que nos rodea en este momento y que acecha con acabarnos de la peor manera.

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23/08/2018, 17:27
(SA) Réquiem (Alexei Mykephoros).

PRISIÓN DE PIEDRA ALZADA:

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DEL SOL, 9 DE ABADIO.

PRIMERAS HORAS DE LA MAÑANA.

La voz del Doctor Querio Vandel llegó a sus oídos – “Sí, sí… estoy bien, solo quiero ir en sigilo para que no puedan verme y así terminar con la vida de ese espectro…” – el poeta no quería comentarle nada de las voces – “Él está por aquí cerca, puedo sentirlo…” – sus ojos estaban abiertos de par en par demostrando así la locura que sentía.

Réquiem escuchó las palabras que le dedicaba el sabio hombre – “Sí, tienes razón Querio… tienes razón, un buen amigo me dijo una vez que utilizara la cabeza para enfrentarme a los peligros, le sacaría mejor partido que a mi maltrecho cuerpo. Aunque la actitud fría en una emergencia es una buena baza a tener en cuenta, sí, sí… “ – le daba repetidamente la razón a Querio Vandel, pero el buen doctor podía ver que Alexei no estaba muy cuerdo y algo le perturbaba.

- “ Hay que evitar errores o sacrificios que no sirvan para nada, estoy totalmente de acuerdo Querio “ – afirmó de nuevo, de forma repetitiva mientras avanzaba hacia la salida de aquel agujero en la pared.

El dramaturgo pudo ver como sus compañeros golpeaban las paredes, intentó avanzar pero muchos de ellos se interponían en su camino. No comprendía lo que sucedía hasta que algo agitó su cabeza, estaban recibiendo algún tipo de ataque mental que a primeras la locura de Alexei pudo amortiguar. El segundo embiste de esa misteriosa energía hizo que el joven sintiera un fuerte golpe en su mente y una “R” se viera en la pared. Intentó deducir la fuente de energía pero todo era muy confuso, intentó leer esa magia y solo pudo sacar una conclusión, golpear esas letras. Iba hacerlo, pero no llegó a tiempo, un derrumbe incapacitó la acción del poeta que seguía sujetando con firmeza su preciado y maldito libro.

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23/08/2018, 17:28
(SA) Gheorghe Mykas.

PRISIÓN DE PIEDRA ALZADA:

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DEL SOL, 9 DE ABADIO.

PRIMERAS HORAS DE LA MAÑANA.

Era inútil. Gheorghe simplemente no veía a qué estaban golpeando sus compañeros, si es que acaso estaban atacando a algo y no a delirios de su imaginación. Sí fue consciente, sin embargo, de como los continuos golpes acabaron por debilitar la zona, ocasionando un derrumbe que alcanzó a todos, o al menos así pareció desde su posición. Fue lo suficientemente ágil para esquivar lo peor de los cascotes, aunque era inevitable ser alcanzado por alguno. 

Sea lo que sea que hubiera pasado, de algún modo el paladín presentía que ahora se manifestaría la abominación no muerta en persona. Y él consideraba estar listo para desterrarla de vuelta al infierno del que nunca debería haber salido. 

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26/08/2018, 11:44
(SA) Gheorghe Mykas.

PRISIÓN DE PIEDRA ALZADA:

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DEL SOL, 9 DE ABADIO.

PRIMERAS HORAS DE LA MAÑANA.

Gheorghe había sido adiestrado a conciencia para combatir a lo sobrenatural. Y, con cierta vergüenza, se dio cuenta de que habían cometido un error de cálculo a la hora de enfrentarse a aquel ser. Un error que podría ser mortal, aunque quizás aún había tiempo de arreglarlo. Simplemente, no contaban con herramientas suficientes para acabar con él. De los presentes, el único que contaba con herramientas para dañarle era Janos, a no ser que alguien le hubiera ocultado algo... Y quizás Alexei con aquel libro.

El resto estaban simplemente indefensos ante el maldito espectro. Y eso, dada su magia y sus pocos aciertos, era una forma muy rápida de acompañar al no muerto en su vagar eterno por aquella prisión.

-Retirada-dijo simplemente, con un tono firme, mientras intentaba acabar con una de las ratas. Ganaría todo el tiempo que pudiera para que lograran marcharse de allí, pero debían sobrevivir a aquello si querían acabar con los horrores de ese lugar. 

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27/08/2018, 22:29
CC: Piedra Alzada: El Hombre Salpicadura.

PRISIÓN DE PIEDRA ALZADA:

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DEL SOL, 9 DE ABADIO.

PRIMERAS HORAS DE LA MAÑANA.

- "¡Cómo osas...! ¡Cómo osas dañar mi preciado libro! Maldito mierdecilla, poetiso sin nombre. Tu destino es morir muy pronto, bien a mis manos, bien a las del Hombre Andrajoso. No tienes escapatoria, por mucho que te escondas. Por ahora me deslumbran estas dos luces andantes, por eso voy a apagarlas, aquí y ahora. Y entonces te veré..." -

Una de las ratas acababa de caer al agua, rechazada por la cimitarra de Gruñido. La inmunda criatura chapoteaba en el agua estancada de décadas, tratando de seguir a flote. No iba a conseguirlo.

Gheorghe acababa de apuñalar a la otra rata terrible, pero la asquerosa criatura infectada se resistía a caer. El Paladín ordenó retirada, y sus compañeros empezaron a alejarse hacia la salida, tan rápido (o tan poco deprisa) como les era posible entre las rocas, piedras, escombros y cascotes del bloque de celdas medio derruido.

El único además del Paladín que no huía era el dramaturgo sin nombre ni memoria, que silenciosamente, acababa de rasgar y arrancar una vieja página mohosa que antaño contenía el conjuro de Comprender Lenguajes.

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29/08/2018, 21:31
SA: Los Eones son Extraños.

PRISIÓN DE PIEDRA ALZADA:

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DEL SOL, 9 DE ABADIO.

PRIMERAS HORAS DE LA MAÑANA.

El Paladín Gheorghe Mykas y el Sacerdote de Sarenrae Janos Dimitriev Mykerinos acaban de caer al suelo, sangrantes y agonizantes, sin que sus pesadas armaduras les hayan servido en absoluto de protección alguna. Golpeados sin piedad por Proyectiles Mágicos sobrenaturalmente potenciados por alguien que sin duda en vida fue un mago poderoso, y en la muerte es incluso más temible.

Entonces, algunos pueden percibir por un instante una conciencia lejana dotada de un enorme potencial psíquico, que lleva el rostro de una indefensa anciana prisionera en algún lugar lóbrego y desolador. La sensación pasa en menos de un parpadeo.

Unas extrañas nieblas amarillas se materializan de la nada, arrebatando del suelo los cuerpos inermes de los dos caballerescos defensores del Bien.

Inmediatamente, aparecen en su lugar dos figuras. Una discreta, agazapada en actitud sigilosa y armada en una mano con una espada corta que brilla con un aura rojiza encantada y cuya empuñadura parece una estatuilla de un cardenal y en la otra con una daga de plata de extraordinaria hechura. La otra siniestra, ataviada con un manto necromántico y con un maligno cuervo perchado en su hombro izquierdo que lo mira todo con temor y desconfianza.

Inicialmente, el Hombre Salpicadura tan sólo percibe la presencia de Nigromante, y se tensa de inmediato, sintiendo que podría ser un potencial rival.

Notas de juego

// Salen de escena: Paladín Gheorghe Mykas, Sacerdote-Guerrero Janos Dimitriev Mykerinos.

// Entran en escena: Buscador de la Verdad, Nigromante.

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30/08/2018, 21:37
CC: Piedra Alzada: El Hombre Salpicadura.

SUBTERRÁNEOS DE LA PRISIÓN DE PIEDRA ALZADA:

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DEL SOL, 9 DE ABADIO.

PRIMERAS HORAS DE LA MAÑANA.

- "Necromante. ¿A dónde os habéis llevado a mis presas? No pienso tolerar esta intromisión. La otra vez no nos prestasteis apoyo, más allá del de eliminar a nuestro carcelero por vuestras propias motivaciones. ¿Por qué habéis vuelto? ¿Qué queréis ahora?" - Se dirige a Nigromante mirándole con sobrenatural fijeza al tiempo que la temperatura de todo el bloque de celdas sur desciende drásticamente.

Notas de juego

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30/08/2018, 20:25
(CC) Janos Dimitriev Mykerinos.

PRISIÓN DE PIEDRA ALZADA:

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DEL SOL, 9 DE ABADIO.

PRIMERAS HORAS DE LA MAÑANA.

Mis pasos no avanzan demasiado cuando veo una figura fantasmagórica y terrible que asciende desde el agua en medio del bloque. No me cabe ninguna duda de que es el Hombre Salpicadura, el fantasma más peligroso en este lugar y que amenaza día a día con acabar con Vesorianna y expandir su poder. Veo sus malévolos ojos de muerto y sé que sus ambiciones no murieron con él. Permitir que salga al mundo sería el fin de Ravengro y de la pobre Kendra Lorrimor.

"No podemos permitirlo."

Pero el fantasma es rápido y utiliza poderes arcanos para convocar a este lugar a dos ratas terribles de gran tamaño, que nos atacan de inmediato a Gheorghe y a mí. Los pútridos dientes de las bestias solo muerden en aire, para enorme suerte nuestra. Uso el fervor en mi Fe para que sane algo del daño que el derrumbe produjo sobre mí pero no es mucho lo que consigo mas es necesario comenzar a atacar al enemigo si deseamos derrotarlo en algún momento.

Voy a acercarme a atacarlo cuando veo que aquellas negras aguas pueden esconder un foso de una profundidad difícil de determinar. Entiendo de inmediato que con mi armadura moriría sin remedio por hundirme hasta el fondo como un ancla viviente. No puedo arriesgarme así, por lo que comienzo a dar la vuelta a aquel charco para buscar un flanco desde el cual atacar al fantasma cuando siento los dientes de una de esas asquerosas ratas arrancando un trozo de carne de mi pie izquierdo, que por suerte parece distraerse luego de eso y deja de atacarme.

El fantasma lanza proyectiles mágicos desde sus dedos con una gran pericia. De seguro que en vida fue un mago muy poderoso y dudo mucho que la muerte lo haya debilitado. Concentro mi Fe y mis poderes en mi arma para así hacerla capaz de afectar al incorpóreo y utilizo todas las enseñanzas que el buen Profesor Lorrimor me enseñó hace unos años para luchar mejor contra los enemigos incorpóreos. Mi cimitarra raja dos veces el ectoplasma que forma al enemigo y veo como su esencia parece decaer una cantidad considerable. Estoy haciéndolo bien pero no será suficiente con solo mis esfuerzos.

Entonces recuerdo la otra arma que tenemos contra este enemigo y eso es algo que no podemos desaprovechar. Le grito a Alexei:

 - "¡Usa el libro, raja sus hojas!"

Pero todo lo que escucho por respuesta son gritos de retirada. Sascha y luego Gheorghe recalcan que no tenemos forma de vencer a este enemigo. No me gusta mucho la idea de retirarnos pues este enemigo debe ser derrotado a toda costa, pero la verdad es que todos estamos muy heridos y no hay posibilidad de vencerlo en el estado que estamos.

El fantasma se mueve lejos de mi alcance, por lo que comienzo a moverme directamente hacia la salida, obedeciendo la orden de mi maestro. Avanzo todo lo rápido que puedo pero aparte de lo lento que soy con mi armadura pesada, el suelo son solo escombros difíciles de pisar. Avanzo todo lo rápido que puedo hasta que llego a la boca de la entrada, cuando siento uno de aquellos proyectiles mágicos darme en la espalda con fuerza. Otro remata dándome en las costillas y la luz de mi visión se apaga rápidamente a medida que la sangre brota por mi boca con violencia y veo que el suelo se acerca a mi rostro rápidamente.

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31/08/2018, 07:50
(SA) Nigromante (Dyonisius).

PRISIÓN DE PIEDRA ALZADA:

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DEL SOL, 9 DE ABADIO.

PRIMERAS HORAS DE LA MAÑANA.


La situación a la que fue abocado el nigromante era bastante peor de lo hipotizado. No sólo se encontraba en mitad de ninguna parte sino que, para colmo, los que debían acompañarlo no estaban por ninguna parte. Un ramalazo de ira acudió a su mente y su altruismo, al permitir que las nieblas le llevaran a este lugar, le resultó, repentinamente, estúpido.

¿Iba a morir acaso? ¿cómo se le ocurría dejar su única pócima curativa allí para que salvaran a un hombre que, en su recuerdo, sólo era una mera línea emborronada?

Y, para colmo, allí estaba ese fantasma, soltando sus improperios, decididos a atacar si no acertaba con la respuesta. ¿Y qué respuesta? ¿iba a servir decirle "estoy amnésico" o "me temo que me estás confundiendo con alguien"? Casi tuvo ganas de gritar pero, en vez de eso, dejó que la ira se filtrara en sus palabras y que la inteligencia las tamizara.

- ¿Me estás pidiendo cuentas, fantasma? ¿al responsable de liberarte, de poner fin a tu prisión?- el tono empleado por nigromante carecía de simpatía, o de aprecio, tampoco mostraba intención de engañar más de lo que el fantasma estaba engañado por su apariencia- Dices que no presté mi apoyo, ¿de verdad? ¿poco apoyo te parece tu libertad? ¿y qué son esos gestos? ¿tan poco aprecio tienes a esa libertad regalada que estás dispuesto a enfrentarte a quien acabó con tu carcelero? Mis asuntos son míos, y me han llevado aquí. Me ocuparé del resto de tus presas huidas. Luego, hablaremos. No me sigas, ni me molestes.

Y sin una palabra más sigue moviéndose en la dirección por la que ha visto una luz, y por la que ha escuchado las voces.

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31/08/2018, 08:47
CC: Piedra Alzada: El Hombre Salpicadura.

PRISIÓN DE PIEDRA ALZADA:

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DEL SOL, 9 DE ABADIO.

PRIMERAS HORAS DE LA MAÑANA.

​El fantasma titubea por un momento ante las decididas palabras de Nigromante, pero entonces su Araña Gigante capta, cual perro de presa, el olor de Buscador de la Verdad. El antiguo detective emerge de las sombras como si él mismo fuera también una aparición espectral. Rápidamente, clava sus armas en el gordo cuerpo abotargado del arácnido, vertiendo generosamente sus icores en el suelo de la lóbrega mazmorra polvorienta y llena de escombros.

- "¡Sabía que no habías venido solo, necromante! ¡Te has traído contigo a tus sectarios del Camino Susurrante! Pero sois meros mortales, dudo mucho que vuestros amos os echen de menos, pues no sois más que insignificantes herramientas para ellos." -

Rápidamente, el fantasma comienza a conjurar de nuevo mientras exclama.

- "¡Soy el Profesor Heran Feramin! ¡Y unos viles cultistas no acabarán conmigo tan fácilmente! ¡Disponéos a morir!" -

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31/08/2018, 15:44
[RIP] (CC) Buscador de la Verdad (Gabriel Alarico).

PRISIÓN DE PIEDRA ALZADA:

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DEL SOL, 9 DE ABADIO.

PRIMERAS HORAS DE LA MAÑANA.

La escena con la que se encontró Gabriel al disiparse la niebla era de caos y de muerte. Durante la transición había pensado y deseado poder alejarse del infierno de donde venía, pero no fue así. Arañas gigantes, sangre y una aparición espectral de gran poder. El sigilo le sirvió de poco esta vez, y sin tiempo para reaccionar se vio abocado a un nuevo combate. Atacó con sus dos armas a la araña antes de que ésta pudiera acabar con él, y de nuevo saboreó la muerte causada por sus armas.

Solo entonces se dio cuenta de las palabras que se habían pronunciado entre Nigromante y el espectro que se hacía llamar Heran Feramin. El ataque precipitado de Gabril había echado por tierra el plan de distracción de su compañero. Ya era tarde para lamentarse, y ahora Buscador se hallaba en una encrucijada difícil. Podía huir por el pasillo como lo habían hecho otros según podía ver, o bien quedarse y luchar contra un ente poderoso y desconocido.

Apretó con fuerza sus armas, y trató de hallar la respuesta en sus vastos conocimientos. El legado de toda una vida que no recordaba, pero cuyos frutos maduros podía recoger cuando se trataba de matar con sus armas, o de moverse con sigilo o ... de saber de historias que hablaban sobre lo espectros. No obstante, nada recordaba. Ni de lo que él había sido, ni de lo que él sabía o había aprendido. Nada. Y aquel ser le parecía cada vez más poderoso y cada vez más indestructible.

-Huye. Huye... susurraba una voz, y la mente atormentada de Gabriel Alarico tardó unos instantes en reconocer que la voz era la suya propia. Y entonces se echó a correr.

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01/09/2018, 16:44
(SA) Nigromante (Dyonisius).

PRISIÓN DE PIEDRA ALZADA:

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DEL SOL, 9 DE ABADIO.

PRIMERAS HORAS DE LA MAÑANA.


Conocer que hubiera podido funcionar era, sin duda, lo peor. Si se hubiera limitado Gabriel a esperar, si se hubiera ocultado y hubiera tratado de retroceder...

Las posibilidades cayeron sobre el atribulada alma del nigromante como pedregal sobre las hierbas tiernas, destruyéndolo todo. Al menos todo lo que estaba a la vista. Gabriel no era para Dyonisius sino aquel al que conocía de toda la vida que era capaz de recordar. Y ahora... había visto como caía. Y sencillamente quedarse era como matarse. Pobre Gabriel. Pobre Gabriel.

Sólo restaba retroceder, y luego pedir por su alma. Nada más, nada menos. Sencillamente, era el fin. Y sería el suyo sino retrocedía, con lo que retrocedió.