Partida Rol por web

Historias del Dominio

Capítulo II. Guerra y funerales

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03/11/2019, 15:59
Aldern Dayne

Séptimo día del Herrero. Mes de la Madre. Año 289 A.C

Al escuchar la conversación con aquella primera familia, Aldern sintió una ligera punzada de tristeza y dolor. Se imaginaba a su padre teniendo unas palabras similares, aunque menos parcas, con las familias de los caídos. Se imaginaba a su padre hablando con cada padre, con cada hijo, con cada hermano y hermana. Pero él también había estado del otro lado, y sabía que no era tan fácil encontrar consuelo.

Durante aquella primera conversación Aldern permaneció callado no sólo por respeto, sino por no ser capaz de hablar. Había sido un acierto presenciar aquello. Más aún si algún día le iba a tocar hacerlo a él.

A Aldern se le ocurrió otra idea. No debía ser Ser Dwain el que estuviera ahí, dando esas explicaciones a las familias: debería ser Lord Everam. Ser Dwain no era sino un caballero sin tierras en ese momento. Alguien a quien los hombres querían y admiraban, sí... Pero era Lord Everam quien les había hecho ir a la batalla, y eran sus arcas las que soltarían el dinero de esa compensación, que por propia experiencia Aldern ya sabía que no compensaría nada en la mayoría de las familias.

Y así, mirando y escuchando al asesino de su padre, Aldern aprendió una vez más cómo ser un buen líder. Y esa vez no pensó en engaños, como cuando le vio probar la comida primero y se imaginó haciéndolo tras asegurarse de que tuviera una dosis no letal de veneno. En esa ocasión sólo hubo el deseo de aportar el mayor consuelo posible a huérfanos, a padres que habían perdido a sus hijos y a familias rotas. Aldern se dio cuenta de otra cosa. Había luchado en el mismo bando que esos hombres. Había peleado codo con codo con otros. Y aún así apenas se había aprendido el nombre de algunos de ellos, con los que más había comido o bebido. Sí, había muchos niveles de diferencia entre él y ellos... Pero en esos momentos aquello le pareció lo de menos. Y por las cosas que había oído de otros grandes hombres, como Oberyn Martell, eso era lo de menos.

Al oír uno de los últimos nombres, Aldern miró a Ser Dwain con cierta sorpresa. Hasta el momento, ni siquiera era consciente de que aquel hombre hubiera muerto. Dejó que el caballero hablase con su familia, sintiéndose culpable por no haberse dado cuenta hasta el momento. Y no fue hasta que la familia empezó a darse la vuelta para marcharse que el chico reaccionó.

—Esperad un momento —les pidió antes de que se fueran. Luego carraspeó, mirando al padre del finado a los ojos y luego a sus hermanos pequeños—. No conocí demasiado a Balder —empezó con sinceridad—. Pero sí sé que contaba los peores chistes de dornienses que he oído nunca, y que cuando lo vi pelear no dejaba atrás ni a un solo compañero. Seguro que varios hoy siguen con vida gracias a él. —Aldern hizo una pequeña pausa. Aquello se le hacía más difícil de lo que había esperado—. Comimos juntos un par de veces. —Aldern no quiso dar más detalles. Prefirió que pensasen que había sido a la ida, cuando el soldado estaba bien, que a la vuelta, cuando alguna vez hacía compañía con Ser Dwain o Ross a los heridos y moribundos—. Erais pescadores, ¿no? —preguntó, y esperó el asentimiento del padre o de alguno de los hermanos antes de continuar—. Balder comentó que estabais ahorrando lo suficiente para tener un barco propio. Si con lo que ya tengáis y la compensación no bastase, hacédmelo saber: yo pagaré la diferencia.

- Tiradas (2)

Notas de juego

Si la dificultad de consolarlos y molar es 15, sería proeza. Me quedaría la opción de ganar un punto de gloria.

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03/11/2019, 18:28
Maestre Paul
Sólo para el director

Séptimo día del Herrero. Mes de la Madre. Año 289 A.C.

Paul saludó a Randyll cuando se cruzó con él en la entrada de los aposentos de Lord Everam, parecía contento, quizás por el regreso de las tropas a Riverside. Acto seguido se metió en la habitación anunciando su presencia con unos golpes de sus nudillos en la puerta.

-Lord Everam. ¿Ya podéis recibirme? 

El Lord indicó que se acercara y se quitó la camisola a la vez que se giraba un poco dándole la espalda, allí podía verse una herida de cierta importancia. Paul se acercó y la observó con detenimiento, tomándose su tiempo para examinarla bajo todos los aspectos posibles y cuando hubo llegado a una conclusión dio su opinión.

-Ha sido una buena herida mi Señor, me alegra que no tuviera funestas consecuencias. Por otro lado ha sido suturada y limpiada a la perfección así que solo puedo recetarle reposo y que de vez en cuando acuda a mi para cambiarle el vendaje. Todavía le queda una larga vida por delante. Deje que vuelva a vendársela.

Paul se dispuso a vendar la herida, aunque antes sacó un pequeño tarro de ungüento.

-Le aplicaré este ungüento, ayudará a cicatrizar la herida mejor, quizás la disimule un poco aunque al ser tan grande seguirá luciendo este recuerdo para siempre.

Había guerreros que se enorgullecían de sus heridas y cicatrices y gustaban de mostrarlas a todo el que tuvieran oportunidad, otros preferían la discreción. Por fortuna esta herida permanecería tapada y solo sería vista por quien Lord Everam quisiera.

-Me alegra que la mayoría de hombres regresara sano y salvo, aunque por las heridas no parece haber sido un paseo, los hombres del hierro parece que han hecho honor a su fama de duros en combate.

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04/11/2019, 19:33
Everan Stronghorse

Séptimo día del Herrero. Mes de la Madre. Año 289 A.C.

La indicación de reposo no le hacía excesiva gracia. Pronto comprendió el motivo.

Tenía en mente bajar a Villacolmena a ver a Lord Balon. ¿Creéis que podría hacer el viaje?. ¿Quizás en carruaje?—

Preguntó para que valorase si aquello era posible sin poner en riesgo su total recuperación.

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04/11/2019, 19:47
Ser Dwain Trant de Gallowsgrey

Séptimo día del Herrero. Mes de la Madre. Año 289 A.C

La familia agradeció el interés y la predisposición del joven lord. Obviamente, el tiempo y la aceptación debían hacer su trabajo por más palabras que Aldern pudiese decir. Pero al menos le dio la sensación de que se sintieron atendidos, escuchados y sobre todo, valorados. Valorada la vida de alguien que había luchado y fallecido por su señor. Honrados en definitiva.

Ser Dwain se dirigió a él entonces.

Ya hemos acabado.— 

Dejó a un par de soldados ultimando los nombres y datos de cada familia y lo esperó para por fin entrar en el castillo tomando las riendas de su caballo sin llegar a montar.

Esto también es la guerra, Aldern.— Comentó como parte de lo que nunca se hablaba. El dorniense ya había comprobado que la guerra se vivía de forma distinta dependiendo de quien fueses, aunque los hachas y espadas no distinguiesen carne de noble o de plebeyo y la cortasen de igual forma. Y sin duda todo lo que había vivido en el barco, con aquellos olores, sangre y mierda por todas partes, el dolor de las familias, los muertos que no regresarían...todo formaba parte de lo que significaba una guerra. No se mencionaba en los relatos ni en las canciones de los trovadores, pero era igual de real. Puede que incluso más.

Al entrar en el castillo, Ser Dwain se separó de él.

Dejo a Carbón* en el establo. Te veo en la comida.

 

Notas de juego

*Carbón: el caballo de Ser Dwain.

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04/11/2019, 20:07
Aldern Dayne

Aldern asintió al oír que ya habían terminado, aunque no respondió en voz alta. No, al menos, hasta que los dos estuvieron caminando a solas y ya tras pasar la muralla del castillo.

—Supongo que sí —respondió al comentario sobre la guerra, y dio un par de pasos más antes de seguir hablando—. Y lo entiendo. Me sorprende no haber sabido antes de la compensación. El maestre debería enseñárnoslo. —Aquello no era una queja, sino una reflexión en voz alta. Si Aquilegia iba a gestionar la Casa en algún momento, por ejemplo, era algo a tener en cuenta. Aldern también dedicó un momento a pensar en si aquellas familias valorarían más a Ser Dwain o al Lord, teniendo en cuenta lo que el caballero había hecho. Dicho aquello se llevó una mano adonde había sido herido—. Esto también es la guerra, y tampoco se enseña. No me extraña que quieras dejarla.

Después de eso dio algunos pasos más, y cuando Ser Dwain volvió a hablar Aldern detuvo sus pasos un instante.

—Hay alguien a quien creo que no veremos —le dijo—. Me parece que Carellyn ya no está en el castillo. Y Helaena está en Aguasfrías.

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04/11/2019, 20:46
Ser Dwain Trant de Gallowsgrey

Séptimo día del Herrero. Mes de la Madre. Año 289 A.C.

Lo de Helaena no pareció sorprenderlo. Aguasfrías no disponía de maestre y cuervos así que las noticias tenían que llegar de boca en boca extraoficialmente, o mediante jinetes, de forma más oficial. Pero la afirmación sobre Carellyn sí que le hizo mirarlo como si Aldern estuviese reaccionando con dramatismo o pesimismo. Eso de que ya no estaba en el castillo como si la joven hubiese marchado para siempre o algo similar, lo hizo negar como si Aldern no tuviese solución. O eso interpretó el caballero al escucharlo.

El ajetreo del castillo ahora que las tropas regresaban, se veía reflejado en el ir y venir de los mozos y mozas del servicio, por lo que a Ser Dwain no le costó nada llamar la atención de una joven la cual acudió algo intimidada por el gesto habitual del caballero.

Muchacha...Lady Carellyn, la Doncella,  ¿está en el castillo?— 

La joven, con la mirada baja, respondió que no. Contó que ella y su hermano habían sido invitados a visitar Antigua por su tía y habían marchado con ella y Ser Baelor tras el funeral. Ser Dwain hizo un gesto dejando marchar a la joven y luego miró a Aldern con gesto de reproche.

Ahí tienes la respuesta.— Dijo. —Céntrate Aldern. Ahora lo importante es que seas un hombre libre.— Dijo antes de continuar su marcha hacia los establos, con claro tono de reproche. Aunque la palmada que le dio en el hombro, antes de seguir dirección a los establos, dejaba ver que quizás comprendía la decepción o la reacción de Aldern.

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04/11/2019, 21:57
Aldern Dayne

Séptimo día del Herrero. Mes de la Madre. Año 289 A.C.

Con la explicación de aquella muchacha Aldern miró al suelo, inconforme. Quizá era por la carta que había recibido de Carellyn, quizá por cómo conocía a la doncella, o quizá porque no había motivos para que Meredith aplazase la respuesta si sólo era aquello, o una unión de las tres cosas, pero el chico no creyó que la cosa fuera tan simple. De hecho, se imaginaba a Carellyn prefiriendo no volver a pisar Riverside, más si fuera de allí podía dejar de portarse como una doncella. Y más aún con lo subida que había estado en los últimos días.

O quizá eran todo imaginaciones suyas.

Con un suspiro Aldern negó con la cabeza.

—Sí, tienes razón —enunció, poco convencido—. Espero que no tengas que darme la razón más tarde —dijo, para luego encogerse de hombros y marchar hacia el castillo.

De camino a su cuarto el chico apresuró un poco el paso. Había varias cosas que quería hacer y, aunque no le faltaba el tiempo, quería mantenerse ocupado. Lo primero que haría al llegar a su habitación sería recuperar su anillo y la carta que había dejado escondida y, tras echarle un vistazo, echarla al fuego. Después probablemente se daría el merecido baño, si es que ya estaba listo.

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05/11/2019, 18:29
Maestre Paul

Séptimo día del Herrero. Mes de la Madre. Año 289 A.C.

No parecía que la perspectiva de reposo le hiciera mucha gracia, aunque en defensa de su Señor el maestre no había conocido muchos hombres de acción que se lo tomaran bien. En cualquier caso pronto comprendió la situación y se quedó pensativo unos segundos.

-Os aconsejaría posponer el viaje, pero si es muy urgente prepararemos un carruaje con los suficientes almohadones para que su herida no se resienta demasiado.

Dijo el maestre con cierta resignación. La curación se retrasaría un poco pero si no había ningún inconveniente no tendría que haber problemas durante el viaje. 

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07/11/2019, 20:51
Aldern Dayne

Séptimo día del Herrero. Mes de la Madre. Año 289 A.C.

Tras llegar a su habitación y dejar espada, escudo y encargarse de lo demás, Aldern se tumbó sólo un instante en la cama. Hacía mucho tiempo que no se dejaba caer sobre aquel colchón. La última noche que lo había hecho todo era distinto: estaba a punto de irse a la guerra y acababa de pedir matrimonio a Carellyn por miedo a perderla, contándole la verdad sobre muchas cosas de las que no esperaba hablarle nunca. Eso había removido en él sentimientos más reales de los que hasta el momento se había reconocido, y ahora todo estaba al revés: había regresado herido, la había perdido y desearía haber guardado silencio.

¿En qué momento se había apartado tanto del camino que seguía hasta entonces? Aldern lo tenía claro: todo había sido por Ser Dwain. Antes de la llegada del caballero, de que este despertara la verdad sobre Carellyn, todo iba bien. Pero había algo diferente en Aldern: no culpaba al guerrero. En ese momento sabía que era necesario lo que hizo. ¿Podría hacerlo de otro modo? Desde luego. Pero no se podía pedir mesura o sutileza a un mulo.

Con esas cosas en la cabeza Aldern suspiró. Las cosas iban a ser muy distintas en Riverside sin Carellyn. Sólo esperaba que no le quedase mucho tiempo allí.

Después de eso se puso en pie y se preparó para darse el baño. Luego se vestiría con ropa limpia, y finalmente se dirigiría al a torre del maestre.

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Ya un rato más tarde, después de que el maestre examinase sus heridas, Aldern decidió visitar a Darlia. Se acercó a la cocina y, aún suponiendo que la mujer estaría más que ocupada, no le importó molestarla. Antes de entrar miró por la puerta, esperando pillarla de espaldas.

—Pensé en traerte algo de las Islas del Hierro —le dijo una vez tuvo la oportunidad de ser oído antes que visto—, algún ingrediente para algún plato especial. Pero todo lo que tenían allí era tan sabroso como la arena en comparación de tus platos. Tendrás más suerte cuando vaya a Dorne —aseguró con una enorme sonrisa.

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07/11/2019, 21:01
Aldern Dayne

Séptimo día del Herrero. Mes de la Madre. Año 289 A.C.

Después de su visita a la cocina, Aldern decidió que prefería mantenerse ocupado. Mientras faltase aunque fueran unos minutos para reunirse con los otros, los aprovecharía. De modo que se acercó a la armería, dispuesto a dar a Várgul las gracias por su trabajo en la armadura: recordando cuando se había caído al agua y cuando había sido herido, probablemente el herrero le había salvado la vida.

Se encaminó hacia allí con la armadura en la mano, dispuesto a enseñársela y a pedirle que la reparara tras el golpe recibido.

—Hola —le dijo al hombre, al que llevaba algo de pan, queso y vino de las cocinas, como era costumbre en él. Entonces puso la armadura ante él—. Gracias por eso. Me ayudó mucho.

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07/11/2019, 21:04
Aldern Dayne

Séptimo día del Herrero. Mes de la Madre. Año 289 A.C.

Apenas un rato después de separarse tras la llegada al castillo, Aldern fue a buscar al maestre. Era evidente que se había dado un baño rápido y se había puesto ropa limpia. Llamó a su puerta y esperó respuesta antes de pasar.

—¿Maestre? —llamó—. He preferido venir a esperar a después. Es probable que prefiera verme directamente en la enfermería —expuso, revelando que aquello no sería, ni mucho menos, un rasguño.

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08/11/2019, 00:01
Everan Stronghorse

Séptimo día del Herrero. Mes de la Madre. Año 289 A.C

Reposo, desde luego.— Dijo con algo de decepción, como si en realidad esperase una respuesta así. —Esperaré unos días entonces.— Aunque por su tono, tampoco pudo vislumbrar si serían los suficientes. En cualquier caso puede que en un carruaje bien pertrechado no hubiese problemas. No debería en realidad, pero mejor era no arriesgar pues no había caminos que uniesen las villas todavía, y aún siendo el Dominio tierras bastante llanas, no era garantía de que no el terreno no pudiera provocar algún altercado.

Tras vestirse de nuevo, miró a Paul para pedirle algo.

Paul, necesito que enviéis un cuervo a Campoestrella y citéis a su regente en Riverside para dentro de...diez días...sí diez días. Informadla que deseo tratar acuerdos entre ambas casas y la liberación de Aldern. ¿Podréis mandarlo hoy?— Preguntó en tono serio.

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08/11/2019, 00:12
Darlia Tamar

Séptimo día del Herrero. Mes de la Madre. Año 289 A.C

Cuando Aldern entró a las cocinas, el ajetreo era el que recordaba de siempre, pero con más ilusión y alegría por parte de la gente que allí trabajaba. Sin duda entre los soldados también habría amigos y familiares de muchos de ellos. Darlia no era una excepción y estaba liada supervisando los fogones y mostrando a una joven la manera correcta de amasar. Al escuchar la voz del dorniense, se giró sonriente y se limpió las manos en el delantal. 

Milord, ¡qué alegría veros sano y salvo de vuelta!.— Dijo sin olvidar hacer una rápida reverencia. Rápidamente hizo un gesto a una moza.

Niña, trae el vino para el señor.— Ordenó mientras conducía a Aldern a la mesa en la que en otras ocasiones le había dedicado un momento.

Mal habéis comido, sí. Se os ve más delgado, pero más hombre. ¿Habéis crecido?. Os noto más alto. Aaah...tonterías mías. Pero no habéis perdido vuestra sonrisa.— Dijo en una incontrolable verborrea, sin duda contenta de verlo. 

¡Ay como está todo milord!. ¡Una locura!. Pero si puedo, os preparo para esta noche unas tortitas con compota de dátiles que os va a saber a gloria.— Susurró como si fuese un secreto, un privilegio para él hombre que ella había conocido siendo niño.

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08/11/2019, 00:24
Válgul

Séptimo día del Herrero. Mes de la Madre. Año 289 A.C

Al llegar a la herrería, Aldern pudo comprobar que la tarea también se le acumulaba al herrero, cuya eterna sonrisa no se borraba aún cuando las pilas de armas que necesitaban ser limpiadas o reparadas se le acumulaban.

Al verlo no tuvo que sonreír pues ya lo hacía aunque sí que hizo una torpe reverencia. Recordó al gigante Talos de Pyke y por un momento hasta le resultó pequeño al volver a ver a Várgul. Su peto era lo único que cubría un torso sudoroso que le pareció aún más grande y musculado que antes de marcharse. Tal vez fuese la ausencia lo que le hizo percibirlo así.

—Aaahh..Buena, buena ¿sí?. ¿Tú bien?. Tu ganar, ¿sí?.— Preguntó mientras la recogía.

—Casa otra vez. Dormir bien, comer bien...— Rió con fuerza. —Muy bueno, lord en casa. Várgul alegra ver a lord Aldern.—

 

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08/11/2019, 15:01
Maestre Paul

Séptimo día del Herrero. Mes de la Madre. Año 289 A.C.

Por el tiempo que había tardado Aldern en llegar era obvio que no se había podido bañar demasiado a conciencia.

Espero que no haya cogido malas costumbres entre los soldados de campaña.

En las guerras la higiene solía ser precaria y empeoraba cuando se trataba de muchos hombres encerrados en una nave en el mar. Por otro lado y las palabras y el tono del chico parecían apuntar más hacia ello, quizás se trataba de la preocupación por su herida. Eso hizo ponerse serio a Paul y se levantó de inmediato.

-Señorito Aldern, veo que tiene usted prisa por que le vea. Dígame ¿Se trata de algo grave? -Preguntó preocupado.- Pero tiene razón vayamos a la enfermería.

No tendrían que caminar mucho pues estaba en aquella misma torre así que Paul lo hizo pasar y sentarse en un taburete.

-Enséñeme qué le pasa y no se preocupe, haremos todo lo posible para quitarle cualquier molestia.

No sabía aún a que se enfrentaba, pero esperaba sinceramente que Aldern no estuviera gravemente herido. Hasta entonces no había podido notar ninguna herida o gesto que pudiera delatar dolor o entumecimiento en el cuerpo del muchacho.

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08/11/2019, 15:07
Aldern Dayne

Séptimo día del Herrero. Mes de la Madre. Año 289 A.C

Aldern se dejó guiar hacia la mesa a la que la cocinera le llevaba, sintiéndose por un momento más en casa que en las horas anteriores. Nunca se había preguntado qué seguía buscando en Darlia. Como todas las relaciones que había establecido en Riverside había empezado por conveniencia, pero le había cogido verdadero aprecio a la mujer. Cuando le liberasen era una de las cosas que sin duda echaría de menos.

El chico rió con la verborrea de la mujer, y rompió aquella reverencia con un gesto amistoso.

—He comido lo que me daban, Darlia —le dijo antes de poner una expresión de exasperación—, y no sabes cómo te he echado de menos. Más que a todas las demás mujeres de mi vida —exageró con una media sonrisa—. Ay, Darlia, si estuvieras soltera... —bromeó, bajando un poco el tono.

Después, ya sentado junto a la mujer, el chico asintió a lo de las tortitas.

—Me digan lo que me digan de bajar al pueblo a celebrarlo, esta noche antes me paso a verte —prometió— y nos las tomamos juntos, que tengo cosas que contarte de la guerra.

El chico hizo una pausa antes de hacer un gesto hacia la cocina.

—¿Y qué tal todo por aquí? ¿Quieres que eche una mano quemando algún plato?

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08/11/2019, 15:34
Maestre Paul

Séptimo día del Herrero. Mes de la Madre. Año 289 A.C

Lord Everam no puso ninguna pega y pareció aceptar al menos cierto descanso antes de emprender el viaje, quizás su herida le preocupaba más de lo que quería demostrar aunque en cualquier caso el reposo le sentaría bien.

-Me parece una buena decisión, unos días de reposo pueden marcar la diferencia y además el pueblo podrá disfrutar con su presencia unos días más, como pudo comprobar se alegraron mucho de tenerle de vuelta.

Y así había sido. El Señor había tenido que partir a la guerra y ni siquiera había podido estar presente en el funeral de su esposa, la gente lo sabía y todos habían querido mostrarle su apoyo y el cariño que le tenían cuando regresó. El siguiente asunto le sorprendió un tanto, aunque era una noticia que, a priori, parecía esperanzadora.

-Si Lord Everam, dada la importancia del mensaje lo mandaré en cuanto termine de atenderlo. Así que... ¿Tendremos que despedirnos del Señorito Aldern?

Lo dijo con cierto tono de tristeza pues el muchacho había crecido allí y era imposible no haberle cogido cierto aprecio. Por otro lado era cierto que en algún momento sería algo que tenía que pasar, una parte de Paul se alegraba por Aldern, aunque lo echaría de menos.

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08/11/2019, 15:26
Aldern Dayne

Séptimo día del Herrero. Mes de la Madre. Año 289 A.C

Con la reverencia de Várgul Aldern hizo un gesto al hombre para que no se preocupase por esos formalismos. Le resultaba algo extraño ver a alguien de ese tamaño inclinarse ante él, pero agradecía que el hombre intentase adaptarse a las costumbres de Poniente.

—Buena, sí —le dijo, haciendo un esfuerzo para hablar de manera simple—. Nosotros ganar muy bien.

Después de eso, con sus siguientes palabras, el chico se tomó la confianza de acercarse y palmear el brazo del herrero.

—Aldern también se alegra de ver a Várgul —aseguró—. Várgul hace bien su trabajo. Ganamos gracias a él.

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08/11/2019, 15:53
Aldern Dayne

Séptimo día del Herrero. Mes de la Madre. Año 289 A.C.

Cuando el maestre abrió la puerta, Aldern asintió a lo primero que le dijo sobre la prisa de ser visto.

No dijo nada más por no preocuparle, pero cuando llegaron a la enfermería empezó a quitarse la camisa, dándole un instante la espalda, como si lo que ahí había pudiera asustar al propio Paul en caso de verlo de golpe. También se quitó un colgante y lo guardó directamente en el bolsillo.

Lo que mostró al darse la vuelta no era, desde luego, una tontería. A la altura del esternón, Aldern tenía una cicatriz producto de la cauterización de una herida. No era demasiado grande, pero el momento en que le habían puesto el hierro al rojo había sido muy doloroso. Lo preocupante era la otra herida. Un arma, probablemente un hacha o una espada, había desgarrado la carne del joven con violencia, atravesando incluso el cuero que lo había protegido. La herida, sin duda, no había curado bien y aún estaba algo abierta, quizá por la falta de un lugar adecuado para ser tratada en comparación a la enfermería del castillo, quizá por la falta de cuidados que el joven le había dedicado.

—Me molesta continuamente —explicó—. Me tuvieron unos días con leche de amapola, pero no fueron capaces de hacer algo mejor que esto.

Notas de juego

Pues eso, que Aldern tiene una herida grave y viene a llorarle al maestre. :P

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08/11/2019, 17:35
Maestre Paul

El maestre observó con detenimiento el cuerpo marcado del joven y sintió lástima de todo el sufrimiento que traían las guerras.

Al menos Aldern está vivo y entero.

Otros ni siquiera habían regresado y dejarían un hueco en sus familias para siempre. Se centró en la herida que claramente no había sanado del todo pues probablemente por el viaje se había vuelto a abrir. 

Está bien tratada, solo se han soltado los puntos.

Sería un trabajo relativamente sencillo, solo tenía que volver a coser los puntos y luego dejar que el reposo y la naturaleza hicieran su trabajo.

-Ya veo... La leche de amapola solo calma el dolor por un tiempo, pero no le cura. Recuéstese en la mesa de operaciones, tengo que volver a cerrarle la herida. -El maestre dejó al chico y rebuscó algo, una pequeña jarra que destapó y vertió parte de su contenido en un vaso.- Beba esto, es leche de amapola, le ayudará con el dolor de ahora y con el posterior, aunque tendrá que reposar unos cuantos días para asegurarnos que no se vuelve a abrir la herida. Y muerda esto con fuerza. -Le tendió un trozo de cuero para que se lo pusiera entre los dientes.- Y no se intente hacer el valiente o tendrá que buscarse otro maestre.

Había hombres que se creían demasiado valientes o machos para poder soportar el dolor sin morder nada pero el maestre había visto a demasiados de esos herirse durante sus intervenciones como para exigir aquella precaución, esperaba que Aldern no hubiera cambiado demasiado en la guerra como para no aceptarlo.

-Seré rápido e intentaré que quede lo mejor posible, podrá usted presumir de sus heridas ante las damas.

Con mucha agilidad y presteza el maestre comenzó a coser y dejó la herida mucho mejor suturada, quizás cuando terminara de curar no tuviera un aspecto desagradable, eso dependía ya del tiempo.

- Tiradas (4)