Partida Rol por web

Por tercera vez llegaba a este lugar, y francamente, al abrir (metafóricamente hablando) esas cuencas vacías que tenía por ojos, lo hizo confundido y devastado. Confundido porque apenas y notó el dolor de las heridas que le provocaron, y devastado por sentir que su muerte fue gratuita, pues no pudo encontrar a nadie por la noche.

- Lo siento Sasha... no vi a nadie esta vez... Fui un inútil esta noche.- Suspiro, cansado, y triste tras hablarle a Sasha, aprovechando también de responder a Phil.

Por lo que alcanzó a escuchar, Sasha había estado discutiendo con Jessie, el cabrón ese seguía tirando mierda sobre su persona estando muerto. Cuando el drogadicto tuviese los cojones de hablar y acusarle cara a cara las cosas se pondrían color de hormiga.

Cuando Mona le habló, se giro hacía a ella, y suspiro nuevamente. No dijo nada, no respondió a sus preguntas, simplemente negó con la cabeza.

Luego se giro hacía Sasha para pedir consejo.- Sasha... ¿debo volver? - Pregunto, igual de confuso que la primera vez que lo hizo, durante su anterior periodo en aquel mundo.

La muñeca que representaba a Phil desaparece de ese lugar, dejando una muñeca menos en el santuario de Sasha.

Escuché las palabras de Mona, las de Sasha, y las de Luis, y me limité a seguir pensando, pues me debatía entre decirlo todo, y callar, pues me imaginaba que poco de lo que dijera podía cambiar algo a ojos de los demás. Era normal. Nadie quería a asesinos cerca.

—Por favor, Sasha— dije, mirando a aquella muñeca—. Podrías dar un mensaje a nadie en particular, pues al que le debe llegar, se dará cuenta. ¿Podrías decir “nos la han colado”?— pregunté, mirando directamente a los ojos de Sasha—. Sé que no es tu obligación ser la mensajera oficial del Mundo de los Muertos, pero tienes un increíble poder para hacer llegar la verdad al otro lado. Bien, de lo que voy a decir a continuación, puedes decir lo que quieras… si es que no lo han dicho ya— sonreí, compungida—. Anoche, un alma más se unió a mi grupo. Andrea, esa dulce muchacha que me señaló como asesina, vino a mi grupo, y comenzó a plantear estrategias para ser, sí, claro, una asesina más— tragué saliva con dificultad—. No confié en ella desde el principio, me costaba, e intuía una trampa, pero, al final, nos contaba ciertas cosas de los demás, por ejemplo, que tú, Sasha eras la que estaba aquí, aguardando nuestra forma de muñeca cuando cayéramos. Supongo que nos fue soltando perlas para que confiáramos en ella. Quería matar a uno de mis compañeros para luego revivirlo, y hacerle quitar la sospecha de la duda con su resurrección. Me negué. No tenía ningún sentido— lo señalé con el mentón, sonriendo algo apenada—. Después, cuando el amanecer llegaba, y antes de morir yo, vi que ella desaparecía del lugar donde nos reuníamos. Dejó de ser una asesina, para volver a ser buena— suspiré, algo frustrada—. De ahí la frase de que “nos la han colado”. Vino para conocernos, vino para sonsacarnos información, y, después, se marchó. Y, antes, allí, donde estábamos todos, nos señaló a varios como asesinos— miré a Sasha, con los ojos chispeantes—. ¿Cómo supo toda aquella información?— pregunté, frunciendo el ceño.

Y fue cuando vi que Phil volvía al otro lado, al lado de la vida. Sonreí, pues, ciertamente, él no debía de haber ido a aquel sitio en primer lugar. 

 La angustia de Luis por no haber podido identificar a nadie, me llegó al corazón. No me cabía duda de que era un buen hombre y estaba sufriendo demasiado.- No te preocupes Luis, no siempre se puede conseguir lo que se quiere.- Le sonreí para darle consuelo.- No puedo decidir por ti. ¿Recuerdas los que te dije?- Le hice un gesto para darle a entender que mi opinión ya se ha había dicho.- Tu voto sería muy útil al atardecer, pero no te voy a pedir que vuelvas. Te han matado tres veces y nadie debería pasar por eso. No sé cuántas veces puedes hacerlo pero quizá deberías guardarlo y volver cuando tengamos más asesinos identificados, cuando tengas más posibilidades de sobrevivir. Aun así, es tu decisión.

Me crucé de brazos y miré a Erika mientras me mordía el dedo índice pensando en lo que me acababa de decir.- Entonces, entiendo que durante un breve periodo de tiempo Andrea fue mala. Os sonsacó información y luego se volvió buena y desapareció. ¿Cierto? Si es así, supongo que los que estaban contigo se habrán dado cuenta de ello igual que tú. Si ahora es buena y tiene información en contra de los asesinos, es algo a nuestro favor. En cuanto al mensaje… lo siento, no voy a darles información que les ayude.

Con la llegada de la noche, dos muñecas comienzan a materializarse. Se trata de una muñeca muy similar a Mike y otra muy similar a Camille, las cuales se toparon con unas muñecas muy similares a Erika, Jessie, Luis y Mona.

Las cuencas de todos ellos permanecían vacías, a excepción de una muñeca que era similar a Sasha, la cual poseía sus ojos en su lugar.

Bueno, finalmente ya sé donde va uno cuando muere. Dijo Mike con tono irónico...

Suspiré ante la llegada de Mike, y, en menor medida, de Camille, y chasqué la lengua, pues no podía decir que no estábamos avisados, pues la crónica de la muerte anunciada por Andrea fue nuestra sentencia de muerte.

—Hola, Mike— dije, torciendo el gesto—. Bienvenido, supongo— me encogí de hombros, abarcando con los brazos los pocos que estábamos allí—. Dinos, ¿qué pasa al otro lado? ¿Qué esgrimieron contra ti, cuando tú decías que eras inocente? Ella no nos cuenta nada— señalé con el mentón a Sasha—. Lo siento, Mike. 

Mira Erika, no sé cuantos "Ases" tiene Andrea en la manga pero dejó de ser una de los nuestros casi al mismo tiempo en el que alguien te asesinó a ti, supongo que un justiciero o alguien que juega al mismo juego que nosotros.... El caso es que me descubrió delante de todos y no pude hacer nada más....

Ella... Dijo señalando a Sasha sólo es un canal de comunicación entre los que estamos aquí y los que siguen allí, ni más ni menos, ese es su rol en este juego...

Escuché las palabras de Mike, y asentí ante ellas. Sí, era más o menos lo que yo me había imaginado.

—A por mí fue alguien que lucha por el bien, que combate a gente como nosotros— indiqué, asintiendo con la cabeza—. Era cuestión de tiempo que acabara conmigo o contigo— añadí.

Bufé por la nariz, y la arrugué, enfadada.

—Y quería matarte a ti, ¿sabes?— dije, ya sin ningún pudor, pues él mismo ya había admitido que estábamos juntos—. Andrea quería ir a por ti para luego revivirte, qué mentirosa. Nos la ha colado por completo. Eso quería decirte a través de Sasha, que comunicará lo que le da la gana, me imagino, así que su papel aquí está algo, digamos, viciado— arqueé las cejas ante ella—. La cuestión es que se infiltró cual topo en el grupo, y trató de destrozarnos desde dentro aún más rápido que por votaciones— sorbí por la nariz, si es que aquello era posible—. Nos la jugó, pero bien. Y yo sigo sin saber cómo demonios sabía todas las cosas que contó cuando revivió— dije, algo frustrada—. Cuánto conocimiento. Qué envidia— murmuré más para mí que para el resto de muñecas. 

Las palabras de Erika hicieron que me hirviera la sangre. Me cabreaba que considerase que tenía derecho a exigir nada.

-Como bien dices, Mike. Estoy aquí solo para ser un canal de comunicación. Sin embargo, vosotros sois unos asesinos así que no voy a hacer no decir nada que os beneficie.- Miré a Erika con el ceño fruncido.- Es curioso que consideres que mi comportamiento está viciado, cuando has reconocido que eres una asesina. ¿Qué es lo que te ha viciado a ti para hacerlo? Me preguntaste qué estaba pasando y te dije que estaban acusando a Mike. Si esperas que te reproduzca cada conversación, estás muy equivocada. Además, los vuestros han matado a Salvatores, a Luis tres veces…- Miré a Mike enfadada.- Atacaste a Katia, que es casi una niña. ¿Esperáis algún respeto por mi parte?- Cerré los ojos y conté hasta diez antes de continuar dirigiéndome directamente a Mike.- Por si os interesa, Andrea ha hablado de un lugar donde algunos estabais reunidos y han descubierto que el que os protege es Paco. Creo que, a partir de ahora, tendrá que intentar protegerse a sí mismo si no quiere morir. Eso es de lo que están hablando ahora mismo.

La muñeca científica escucha con incredulidad la conversación. No terminaba de entender la estrategia de Erika, Jessie y Mike y le parecía muy fuerte que encima exigiera nada a la única muñeca con ojos, la de Sasha. Por lo que parece el mal que había estado oculto en las ruinas del hotel pronto encontraría su final, sin demasiadas complicaciones. Al igual que Erika no entendía como Andrea había averiguado tanta información pero, por el comportamiento de los asesinos, era algo que tenían merecido.

Sasha, se que algunos no confían en mí, aunque como dijo Andrea solo tenía sospechas sobre mí. El caso es que tenemos aquí a tres asesinos y pronto estará con nosotros su protector. Seguramente al otro lado se encuentre otro protector que, en mi opinión, debería proteger a Andrea pues es nuestra mejor carta. Debo confesarte que tengo una habilidad que podría ser útil para encontrar a los asesinos, si queda alguno, pero vista la situación creo que no será necesaria -confiesa a la muñeca -ya informé de ella a algunos del otro lado pero qunque no le veo utilidad mientras Andrea siga viva.  Creo que si ella es asesinada será más útil que aquellos que tengan el don de traer de vuelta a alguien lo usen en ella y no en mí, razón por la que os pido que no penséis en traerme de vuelta al otro lado, al menos de momento. Pronto nos libraremos de esta maldición.

Era absurdo seguir hablando allí. La etiqueta de asesina no me la quitaba nadie, y, aunque ya estaba pagando con mi muerte aquellos actos, al parecer, no era suficiente.

Torcí el gesto ante los comentarios de Sasha, y me limité a asentir con la cabeza, mientras tenía los labios pegados, sin decir nada. Era inútil pedir las cosas amablemente. Una asesina no tenía derecho a nada. Podía llegar a entenderlo.

Escuché a Mona, y recordé algo que había dicho Andrea cuando estuvo como asesina conmigo.

—Andrea nos dijo que se le dio la oportunidad de vivir, pero para ello necesitaba acabar con alguien— señalé a Mona con el mentón—. Te eligió a ti. Por eso sabía que ibas a morir cuando revivió— conté, recordando vagamente lo que nos contó—. Creo que algo así dijo.

Miré a Mike y a Jessie. El muchacho rubio no había dicho nada desde que llegué, y me preocupaba.

—Oye, Jessie, ¿estás bien?— pregunté, acercándome a él—. ¿Te encuentras mal?

Miré a Erika incrédulo cruzado de brazos.

-Déjalo ya ¿no? Si no hablo es por que no tengo nada que decir que no haya dicho ya, nadie me quiere creer, y encima llegaste tu como sacrificandote por mi para que la gente me votase con más ganas y ahora sigues tratandome como tu igual, -Alcé un poco el tono gesticulando- ¿Qué? ¿Te perturba que no me queje de ello? ¿Crees que alguien cree a un fumeta? Venga, te reto a desmentirlo. No se quien será quien queda de vuestro grupo, pues no soy yo, intenté que se te escapase algo que solo yo, al saber que no pertenecía a vuetro grupo y no quejarme pudiese descubrir. Tsk.

Puse los ojos en blanco y me volví a cruzar de brazos.

Torcí el gesto, y suspiré lentamente. Me froté la frente de plástico con una mano articulada, y asentí varias veces, para mis adentros.

Miré a Jessie con los pozos negros que eran ahora mis ojos, y, abatida, dije, simplemente:

—Lo siento, Jessie.

Volví a suspirar, y miré a los demás, mordiéndome el labio inferior. Arqueé las cejas, y me encogí de hombros, como si no hubiera nada más que hacer. Si todo estaba dicho, no había más que hablar.

Mike se sentía descorazonado en aquel sitio. Torció el gesto y secundó a Erika...

Efectivamente, no hay nada más que decir, sólo esperar...

Negó con la cabeza al escuchar a Jessie, y no pudo evitar reír.- Chico, si nadie te cree no es porque seas un drogadicto, sino porque eres un asesino.- Apunto luego a Erika, sin despegar las cuencas vacías de la de Jessie.- Bien podrías tener algo de cojones, y hacer tu muerte algo menos miserable, confesando lo que hiciste. Quizá así el de arriba te perdone por tus actos.- Luego negó con la cabeza, y se acerco a Sasha, lo que había dicho de Paco comenzó a preocuparle.

- Oye Sasha, entonces... ¿me equivoque con mona? - Podía sentir como se le hacía un nudo en el estomago, temía a la respuesta, pero tenía que hacerlo. Antes le negó una explicación a Mona, y probablemente ahora la que podría ofrecer no sería suficiente.

Había mucho movimiento entre los vivos y eso me tenía muy descentrada. Sin embargo, por mucho que se quejaran, no quería dejarles desatendidos. Seguía convencida de que este lugar estaba haciendo que cambiáramos y que esas personas no habrían tenido el mismo comportamiento sin el efecto de este lugar.

-Siento la tardanza, pero las cosas están un poco revueltas entre los vivos. Vuelan las acusaciones y se están alcanzando niveles bastante desagradables. Ahora mismo, Aurel y Paco son los principales sospechosos. Sin, embargo, creo que el próximo atardecer puede que las elecciones estén muy divididas.

Escuché a Luis con tristeza, entendía que estuviera preocupado por  si había fallado en su elección. Miré a Mona antes de hablar.- No estoy segura, pero las acusaciones de Andrea han dado en el clavo hasta ahora y con información bastante fundada. Me resultó extraño que siguiera queriendo continuar con su investigación a pesar de lo que estaba ocurriendo. Tendremos que esperar a ver que más se va descubriendo.

Las esperas se me hacían eternas, y aunque quería hacerle caso a Mike, no podía evitar pensar en lo que estaría ocurriendo al otro lado.

Miré a Luis cuando habló, y torcí el gesto ante las suposiciones acerca de Mona.

—¿Por qué piensas que te equivocaste?— le pregunté, mirándolo con mis pozos negros—. ¿Qué pensabas acerca de Mona?— inquirí, mirando a la mujer.

Escuché las palabras de Sasha, las cuales nos contaban algo del otro lado, y enarqué una ceja, sin comprender del todo.

—Pero, ¿por qué van a por Aurel si fue atacado, no?— pregunté, llevándome una mano articulada hacia el mentón, pensativa—. O eso recuerdo. El sospechoso debería de ser Paco, porque Aurel despertó una de las noches como un cromo, creo— lo cierto era que los nombres ya los confundía y los hechos también, pero recordaba a alguien que despertó totalmente asustado un amanecer—. En fin, nosotros ya estamos aquí, no podemos hacer nada— me encogí de hombros—. ¿Y qué tienen para acusar? ¿Qué pruebas presentan? ¿O sólo con señalar a una persona, culparla de tal cosa es suficiente para que sea considerado culpable, y, por lo tanto, ajusticiarlo?— ladeé la cabeza, mirando a Sasha, buscando información—. Oh, vamos, dinos algo más— supliqué—. Estar muerta es un aburrimiento, y tú contribuyes a ello si no nos dices nada— la miré, rogante—. Venga, ¿qué esgrimen cada uno de los allí presentes? Un resumen, va— insistí, sonriendo. 

Mike escuchó a todo atentamente y una sonrisa escapó de sus labios cuando Sasha dijo que los "vivos" estaban "revueltos". Luego miró a Erika y la dejó terminar de hablar.

Claro que están revueltos porque saben que las muertes aún no han terminado y vuelan las acusaciones porque si Andrea acertó en todo... ¿porqué siguen allí? ¿Porqué van a seguir muriendo? Simplemente porque nosotros no somos los únicos asesinos, estoy casi seguro... Casi tan seguro como que Andrea se camufla como la inocente heroína que ayuda a un grupo perdido por completo... siendo ella la que va acabando uno por uno con ellos...

Tiene una lengua viperina y sabe lo que decir y cómo decirlo y ya lo dije antes y me reitero ahora. Sabe como hacer que la gente la escuche y sabe ir poniendo a la gente uno en contra de los otros...

Después miró a Mona.

Mona, ¿realmente se equivocó contigo? ¿O acaso suponías un peligro para Andrea porque tenías algún tipo de habilidad con la que descubrir su jueguecito?

Suspiro al escuchar a Erika, no iba a perder el tiempo hablando con ella.

- No te envidio nada Sasha... por la mañana volveré al otro lado y tendrás que quedarte sola con estos...- Se ahorró el calificativo, su tono de voz ya daba a entender que es lo que quería decir.

Luego miro a Mike, molesto.- Deja de tirar mierda sobre los vivos que están peleando contra ustedes. Bien podrías tener un par de huevos si eres hombre y decir quienes son los asesinos que aun quedan, pero ni ese poco de dignidad les queda.- Niega con la cabeza. Entendía que los espíritus de aquel lugar les obligaban a hacer cosas, sin embargo, aún poseían el albedrío para decidir que o no decir, no por nada Erika había soltado todo lo que había dicho.