Partida Rol por web

La figura de Luis comenzó a desvanecerse de ese lugar poco a poco mientras en el otro lado, parecía haber un nuevo gran suceso.

Esa muñeca que era idéntica a la chica que había aparecido antes con Luis volvió a manifestarse para decir - ¿Cómo ha llegado? Si él lo ha hecho, otros lo harán... - para volver a desaparecer al instante.

Un momento más tarde, la figura de Janko desaparece de ese lugar también, mientras su esencia humana se integraba al grupo de los vivos.

Mike se acercó a Aurel.

Te daría la bienvenida a este "encantador" lugar pero sería de lo más cínico hacerlo Aurel. Veo que tú también has caído presa de los encantos de Andrea y, por esa razón, estás aquí...

Andrea es una encantadora de serpientes, eso está claro... la cuestión es... ¿quien más está con ella? Hasta que no lo sepamos con certeza más y más personas acabarán llegando aquí...

Todo sucedió tan rápido que no me dio tiempo a analizarlo en mi mente con más cuidado.

Luis desapareció, reviviendo, tal y como habían vaticinado, y aquella muñeca extraña diciendo cosas aún más extrañas y oscuras. Realmente, aquel lugar era para estudiarlo de manera profunda. Miré a Janko de soslayo, e imaginé que para él todo esto debía de parecerle Navidad. Un gran regalo de Navidad. Sin embargo, justo cuando lo miraba, él también desaparecía.

Nos volvíamos a quedar los mismos que antes... más o menos. 

Suspiré, mirando a los ya usuales, y me encogí de hombros.

—Bueno, era de esperar— dije—. No sé por qué nos sorprendemos por la cantidad de muertes que hay por la mañana, cuando, poco después, reviven la mayoría. El poder de quien pueda hacer eso es tan…— ¿Increíble? ¿Fascinante? ¿Irritante? ¿Frustrante? Muchos calificativos se me ocurrían, pero me los guardé para mí. En el fondo, lo que de verdad sentía era algo de envidia.

Volviendo al mundo en el que nos encontrábamos, contemplé a Jessie, y sonreí.

—¿Tú? ¿Con nosotros?— dije, frunciendo el ceño—. Dios nos salve— mascullé, negando con la cabeza—. No sé qué harías allá arriba, pero si ibas por libre, como ese justiciero del que todos hablan, y, por cierto, el que me mató, hubieras sido para mi grupo un impedimento— confesé, asintiendo con mi cara de plástico.

Miré a Mike y a Aurél mientras hablaban, y no pude sino darle la razón a la muñeca que se parecía a Straton.

—Ha jugado tan bien sus bazas que ahora es prácticamente imposible ir a por ella— corroboré—. Se alzará con la gloria, y, cuando os deis cuenta, ya será tarde. Nadie que no sea malo puede saber tanto en tan poco tiempo— sentencié. 

La muñeca de Chechu miró al resto casi con lástima.

Poco o nada recordaba de su llegada hasta el cementerio, y sin embargo todavía era capaz de sentir las heridas que lo habían llevado hasta ahí. Se llevó la mano al estómago y tras ello asintió a las palabras de Paco, de haber podido habría hasta llorado de la impotencia. Si...

Dejad estar a Andrea — dijo con un deje lastimero en su voz. Ella no ha sido la persona que nos ha traído aquí, ni tampoco creo que sea una asesina. 

Una vez más suspiró y miró a Sasha. Yo fui quien quemó la tienda de Andrea aquella noche.

Dejé de hacer tonterías en el momento que Janko desaparecía y miré con las cuecas e los ojos como platos a Chechu. Totalmente paralizado por lo que acaba de decir.

¿Que tu quemaste la tienda de Andrea? ¿Por que?

La muñeca de Mona observa sin inmutarse la sucesión de palabras, apariciones y desapariciones. Solo cuando Chechu revela su asesinato se toma la libertad de hablar -Andrea es una pieza fundamental para que nuestro bando os de caza y destruya pero creo que, aunque ella no estuviese, ganaría ¿donde se ha visto a asesinos que confiesan sus actos a la primera de cambio? Vamos, a mi me viene estupendamente pero no deja de sorprenderme.

La cabeza de su muñeca da una vuelta de más de noventa grados, mirando a Sasha -Si todo sale bien pronto romperemos la maldición y seremos liberados. Cuatro asesinos descansan aquí, junto con dos de sus ayudantes, no creo que queden más o, tal vez, solo se nos escape uno. Si os quedáis sin sospechosos podría ayudaros si me devolvéis al otro lado.

Su listado de aliados es facil de descifrar-o al menos eso creo- me gustaría saber que hizo samantha en tu tienda la noche de tu muerte-digo mirando a érika-su poder de convicción está apoyado por el grupo que la resguarda y para llegar a ella, primero hay que liar con sus cercanos, en lo personal creo que esa chica Ekaterina, tiene cierta facultad que impide que todo marche en buena balanza-continuo-janko, soph, salvatore... todos de la misma camada- digo con certeza aboluta-obvio, quien tiene la batuta es andrea, pero ella no actúa sola...

mi boca de plástico se abre como jarro al escuchar el comentario de chechu-Bueno, veo que luis no es la única sorpresa.

Escuché la declaración de Chechu con el ceño fruncido. –Tú la mataste y lo has intentado de nuevo. Afortunadamente Saoko va a estar bien, así que tu nuevo intento no ha servido de nada. – Miré a la muñeca de Paco con ligera tristeza. –Lo siento por ti. Te comprometiste a no ayudar a los asesinos y yo quería darte un voto de confianza. Al fin y al cabo, habría sido algo fácil de comprobar. Sin embargo, con lo que acaba de confesar Chechu… Debo suponer que os habríais defendido el uno al otro.

Después miré a Mona antes de continuar.- He transmitido lo que me has dicho a las personas adecuadas. Si conseguimos averiguar si son ciertas, haré lo que pueda para que te lleven de vuelta.

Revelación increíble hecha por Chechu. Me imaginaba que había tenido que ser alguien, pues en mi grupo nunca fuimos a por Andrea. No era interesante.

Me quedé con la boca entreabierta, y contemplé la conversación que se sucedió después, mirando a los interlocutores con aquellas cuencas vacías que hacían por ojos.

—¿Por qué?— pregunté yo también—. ¿Por qué? Si dices que era buena, ¿por qué fuiste a por ella? ¿Qué querías obtener?— y emití un grito ahogado, comprendiéndolo—. Ohhh, tú eres el que la quitó aquello que la dejó vacío, ¿puede ser? Tú la mataste, y la robaste algo. Algo importante para ella— miré a Chechu—. Va, dinos, ¿observaste en su interior, y robaste el don que le había otorgado este lugar, y, después, la mataste?

Esperé una confirmación por su parte, y miré a Aurél cuando se dirigió a mí.

—¿Samantha? ¿Samantha estuvo en mi tienda?— pregunté, totalmente desconcertada—. ¿Y por qué?

Me quedé con aquello meditando, hasta que escuché a Sasha hablar.

—No creo que haya ido Chechu a por Andrea de nuevo— me aventuré a decir—. Ha sido otra persona— dije, frunciendo el entrecejo, si es que aquello era posible—. Hay alguien que ha pillado el juego sucio de Andrea, y quiere darle fin— sonreí, asintiendo—. ¿Saoko la protege, dices? Puede, entonces, que la próxima sea ella. Salvatore también protege… O eso nos dijo Andrea cuando estuvo conmigo y mi grupo. No sé si es cierto, la verdad, pero de serlo, ellos dos, de ser descubiertos, caerán pronto. Sasha, tal vez, sea conveniente que les digas que se protejan entre ellos— sugerí, sonriente—. Evitarían más muertes.

Me estaba sorprendiendo, pues mi naturaleza era acabar con todas aquellas almas. Pero, ahora, visto desde aquella perspectiva, lo crucial era la información. Quien obtuviera más información, era el dueño del mundo. Por eso Andrea era ama y señora del Mundo de los Vivos. 

Chechu escuchó como todos se veían sorprendidos por su declaración, y no era para menos, después de todo acababa de confesar un crimen horrible a la multitud. Ignoró sus preguntas, no iba a sacar nada de aquello y desde luego no estaba por la labor de facilitarles más información a ellos.

No fue hasta que escuchó como Erika insistía que volvió a dirigirse al grupo. Os equivocáis, os equivocáis o mentís. Andrea es completamente inocente, y todos vosotros no sois más que un puñado de mentirosos. 

Entonces se giró hacia Sasha y con una mueca de arrepentimiento continuó le habló. - Sasha, el danubio es totalmente negro. ¿Lo sabías? Terminó aquellas palabras con la mirada clavada en la mujer. 

Después de ello negó lentamente con el rostro, ¿cómo he llegado a esta situación?

Chechu, puede que en algún momento Andrea fuese inocente, no lo discuto... Pero has de tener fe en lo que decimos... Las muertes siguen y supuestamente los "malos" estamos muertos, ¿verdad? Pregúntate por qué...

Mira con sorpresa en su rostro de muñeca a Sasha. - Vaya, gracias... - Baja la cabeza unos instantes. - Me comprometo a no ayudarlos, sí, pero debéis de creerme que yo no era quien los protegía. - Vuelve a repetir otra vez más, marcando sus palabras. Su rostro se torna luego a Chechu. - Tío, ¿es en serio eso? ¿Por qué coño dices eso? - Pregunta con aparentes rabia y sorpresa, a partes iguales. - ¿Por qué le ibas a quemar la tienda?

alguien ha pensado en janko?..digo a los muñecos parlanchines iguales a mi.....

Con la llegada del anochecer, una nueva muñeca pisaba este lugar. Una muy similar a Abigael, la cual se topaba con todos los caídos hasta el momento en forma de muñecas, todos sin ojos, a excepción de una muñeca cuyos ojos seguían en su lugar, una muy similar a Sasha.

Esa escena digna de las mejores películas de terror, le recordó al instante que este día ella había sido la elegida y por una diferencia asombrosa, apenaba miraba sin mirar, buscando a quien parecía ser Sasha.

-Al parecer Goro a dictado en la sala de te, que sea yo quien muera este día, Sasha avisales que han perdido la oportunidad de potenciar los poderes de Richard esta noche, mi muerte a sido la peor elección que han podido hacer.-Parece que su muñeca suspiro amargamente. -Esperaba morir por la noche y llevarme alguno de los asesinos con aquel objeto que encontré, pero ahora me temo que vendrá uno de ellos como pago...-Y no dijo nada mas, tan solo se quedo quieta, preguntándose que estaría haciendo su marido.

Aquel resultado nunca llegué a imaginármelo.

Cuando vi que Abigael… Bueno, una muñeca con el aspecto de Abigael apareció en aquel lugar, torcí el gesto, y me quedé con la boca entreabierta.

—Hola, Abigael— dije, sinceramente apenada—. No esperaba verte aquí.

Suspiré, y miré a los demás, pensando si ellos sí que habían tenido tal ocurrencia.

Sacudí la cabeza, después, y miré a Chechu.

—Por cierto, ¿qué mensajes son esos?— pregunté, interesada, aunque supuse que no me respondería, pues aquí no se decía absolutamente nada, y varios permanecíamos en la inopia—. ¿Qué es eso de que el Danubio es totalmente negro? ¿Qué mensaje cifrado es ese? ¿Y quién es al que llamáis “papá”?— dije, recordando lo que dijo Janko hacía ya tiempo, y cómo respondió Sasha—. “No te preocupes por papi, nadie es infalible”, respondió Sasha.

Miré a la susodicha con curiosidad.

—Oh, vamos, decidnos algo— imploré—. Esto se hace la mar de aburrido si vosotros jugáis, y los demás miramos, al margen. 

Tras la llegada de Abigael, hubo una muñeca más que apareció justo después, una muñeca muy similar a Geonwoo, la cual se encontraba con todos aquellos que habían caído en el pasado, muñecas sin ojos todas a excepción de una.

Al mirarla, se dio cuenta que se trataba de una muñeca muy similar a Sasha, la cual conservaba sus ojos de muñeca en su lugar.