Partida Rol por web

Depende con qué te maten. Lo normal es que sí se vuelva, pero hay algun objeto que lo evita.

Cuando los primeros rayos del sol empezaron a aparecer por el horizonte y los cuerpos caminantes volvieron al cementerio, Maybelle los estaba esperando allí, con un cigarro colgado de los labios. La mujer carraspeó mientras miraba a los presentes con cierta desconfianza. 

- ¿Sabéis lo que han estado haciendo vuestros cadáveres esta noche? - Preguntó finalmente, paseando la mirada por cada uno de ellos uno a uno. - Han atacado Bala Dorada intentando comerse a los supervivientes... Pero parecían fuera de sí. 

Finalmente sus ojos se detuvieron en el borracho. - A causa de esto no he podido comunicar tu mensaje sobre el coronel hasta ahora, pero trataré de hacerlo en cuanto pueda.

- Ahora sí que comienzo a creer que te ha dado demasiado el sol, pequeña. - Le respondo a Maibelle, usando sólo media boca, pues la otra aguanta un nuevo cigarro. Algo bueno tenía que tener esto de estar muerto, y es que las cosas parecen ser imperecederas. Tanto mis cigarros como la petaca del viejo Finn, los podemos degustar eternamente sin que se consuman.

Lila escucha las palabras de Maybelle perpleja, casi como si sus palabras no tuvieran sentido alguno para ella. Su gente era supersticiosa pero ¿Cómo iban a levantarse los muertos si sus almas se unían nuevamente con la tierra? Este estado era transitorio, ella lo sabía.

- ¿Te encuentras bien? Primero decías que no estabas muerta y ahora, ¿Ahora dices que nuestros cuerpos se levantaron de noche? Es posible que el calor te haya afectado - se acerca a Maybelle y pone una mano en su frente. Sentía el calor del día, nada extraño, pero saca de su bolsillo unas cuantas hierbas para calmar sus nervios y le dice - Generalmente las prepararía con agua, pero como estamos muertos, lo que toma el viejo ebrio serviría para que te las tomes. O siempre puedes mascarlas, te ayudarán a tranquilizarte -.

a mi esta noche se me ha descompuesto un brazo

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Maybelle miró al vaquero y a la indígena con el ceño fruncido y después soltó el humo del cigarro lentamente. Tras comprobar que no parecían tener idea de lo que hacían sus cuerpos por las noches, se resignó y aceptó las hierbas de la india. 

- En fin, no creo que me siente peor que el peyote de los Hippitaka que me trajo a este lugar. - Comentó resignada mientras se las llevaba a la boca para mascarlas. 

Cita:

Y murió.

Al despertar Francis se toca la cara al notar una tela se levanta de un salto,mira que es su caperuza blanca y su cuerpo viste la toga,una gran sonrisa ilumina su rostro.
-Esto es cosa tuya Red? Quieres jugar a las torturas? Jejejejej bueno vale,pero despues cambiamos.

-Pues menuda resaca e debido de tener, curioso que aun muerto pueda emborracharme.-Comento al tema de los zombies un tanto intrigado, no sin antes mojar una vez mas sus bigotes.

-Y se agradece que les hayas comunicado mis sospechas preciosa, te invitaría a un trago, pero... ya sabes.-Él era alma, ella de carne y hueso, no funcionaria.

Lila, esas hojas sirven para el dolor de cabeza?... dice giesie, mientras ve como la caza recompensas empieza a masticar tranquilamente... Maybelle,  por que te gusta venir aquí?.. pregunta intrigada, la joven alma del voceador.

Lila se lleva una mano al mentón y dice - Bueno, lo primero que se siente es un hormigueo en tu lengua y puede que se adormezca un poco, luego su jugo hace que las dolencias físicas se mitiguen y tu mente se relaje. Hay quienes alucinan pero no es lo común. Se genera la sensación de bienestar también - mira a Maybelle esperando ver cómo se encuentra.

- Al relajar tu mente, quita los dolores de cabeza - casi como si hubiera recordado que esa era la verdadera pregunta, añade para luego alejarse de Francis lo más que pudiera. La visa en sí misma era grotesca.

Maybelle respondió esbozando media sonrisa divertida a lo que le pareció un galanteo por parte del irlandés. Siguió masticando aquellas hierbas, sintiendo todos los efectos que Lila describía. La lengua adormecida y la cabeza más tranquila. Sin embargo, no tuvo más alucinaciones extra de las que ya estaba teniendo de normal. Cuando el muchacho se dirigió a ella, se encogió de hombros y empezó a hablar de forma pausada, esforzándose porque no se le trabase la lengua con las palabras. 

- No se trata de que me guste o no. No tengo elección. La detective de Pinkerton me secuestró y me obligó a inhalar peyote de los Hippitaka para que pudiese llegar aquí. Quería que averiguase si alguno de vosotros sabía qué estaba pasando con los cadáveres, por qué se levantaban y todo eso. Se suponía que sería algo temporal, pero no salió bien del todo y una parte de mí se ha quedado aquí... Atascada. O algo así. 

Tras hablar, escupió las hierbas hacia un lateral y se acercó al borracho. - Anda, déjame dar un trago. Esas hierbas sabían a mil demonios.

Quieres hablarnos de esa detective? inquiere el joven, mientras se dirige caminando hacia lila, para pedirle un poco de esas hojas adormecelenguas.

Mickey dudo un segundo antes de ofrecer la propia petaca de ella, devolviéndosela a su dueña legitima.

-Claro querida, después de todo el licor era tuyo antes de mancharte.-Comento algo jovial antes de cambiar el tono de voz.-Y siento decírtelo, pero no tenemos mucha mas idea que tu del porque nos levantamos por la noche... ¿Sera que nos quedaron cosas pendientes con los supervivientes?-A eso que callo en algo curioso.

-Esta mañana con el despunte, no ha llegado nadie mas que no fueras tu. ¿Acaso los cuatreros no han actuado en la noche? Si es así al menos la zombicacion a servido de algo.-Mostró dientes y arrugas al sonreír.