Partida Rol por web

Un despertar terrible, pues sus mas internos miedos se hicieron realidad cuando al despuntar la mañana tres de los invitados estaban muertos y por los comentarios del resto de los presentes no habían muerto por un único asesino.

Mientras el resto hablaba e investigaba ella se mantenía un tanto apartada, digiriendo la cruda realidad y maldiciendo que su marido no estuviera con ella, hasta que sus ojos se abrieron presa del miedo al escuchar las palabras del chico que mato a su madre, sobre las estatuas, ella misma había mirado de mala manera aquellas estatuas, ¿Eso significaba que podría ser un objetivo potencial? Eso la mantuvo mas tiempo callada hasta que finalmente y en vista que le preguntaban con su escapada nocturna decidió hablar esperando no mostrar debilidad en el proceso.

-Lo cierto es que, mi escapada a la cocina tenia doble interés. El primero fue que escuche cuchichear al servicio entre ellos durante la comida, no me pareció extraño después de todo llevaban aquí una semana, creo recordar. Pero después de escuchar las acusaciones, todo cambio. Y pensé en ir a la cocina por dos razones también, esperar que se reunieran allí, y reunirme yo con una persona. Con un poco de suerte ellos sabrían mas cosas que nosotras y tenia esperanza de escuchar algo importante, pero para mi sorpresa era la señorita Elisabeth Cavendish a quien encontré y quien se asusto mucho, he de añadir, al rato llego Penny.-Hizo una pausa para coger aire y busca un momento tranquilo para que su voz no sonara entrecortada.

-Y al parecer, no soy la única que a escuchado antes al servicio hablando entre ellos y ahora una tercera, usted, parece tener prisa en acusarnos de algo y como ha dicho Penny, se escuda una y otra vez en que estuvo sola en su habitación sin salir, pero nadie puede corroborar eso. Y creo recordar que una persona a muerto envenenada, algo rápido, sutil y que no necesita de fuerza bruta para llevar a cabo el asesinato, fácilmente una persona silenciosa y que conoce la casa a podido llevar a cabo tal acto.-Quiso dejar clara su postura frente a la deslenguada descocada.

-¿Señor Owen, tienen tila?-Pregunto al ultimo miembro del servicio, después de lo dicho, seguramente ninguno de los otros tres querrían servirla.

Querida no te alteres.- Le digo al observar su visceral reacción atacando a quien la ha descubierto - Creo que eres tú la que está perdiendo los papeles.

No soy inocente porque yo lo diga, soy inocente porque ni tú ni nadie puede demostrar lo contrario, es más, pongo la mano en el fuego a que nadie puede decir que me viera deambulando por la casa, ni cuchicheando, ni conspirando con otra persona en secreto. A diferencia vuestra.

Si tras reunirte con Prudence en secreto, hay tres asesinatos y cuando empezamos a decir lo que hicimos anoche no dices la verdad...   no te extrañes de que te considere sospechosa.-Le digo con toda la naturalidad del mundo. –No me tires la culpa. Si hubieras contado toda la verdad desde un principio no habría hecho falta que yo te lo echara en cara.

No creo que pueda definirse como “despellejarte”- Digo en tono de burla empleando sus propio tono voz -.A poner en conocimiento de todo el mundo algo que intentabas ocultar.

Es más, viendo su reacción mútua, ambas acusándome sin ninguna prueba tan solo por haberlas pillado en una mentira y pedirles explicaciones...  cada vez tengo más claro que en esa reunión no tramabais nada bueno.

Finalizo dedicándole a Penny una sonrisa más falsa que un penique de chocolate en la que queda claro lo que pienso de ella mientras mascullo en voz baja. -Salope putain. Vos déguisements, je sais très bien that're un des meurtriers.

Antes de ir en busca del cuerpo de la señorita Agape el doctor se disculpa con cierto cansancio. -efectivamente señor Cavanough, eso no le incrimina, de hecho no creo que sirva para nada, me temo que son solo elucubracines mias, disculpe-

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Tras la autopsia de la fallecida se inicia una crispada velada, llena de acusaciones y teorias mas o menos inverosimiles, e incluso con la presencia de un medium que trastoca todo un poco mas si cabe. El doctor escucha con paciencia, sentado con una copita de jerez que degusta lentamente

-si me permiten decir lo que pienso. No creo que los asesinos se basen en el número de muertes, en lo que opinamos sobre las estatuas ayer ni en nada así. De hecho ni siquiera creo que el envenenador del señor Crowden estuviera de acuerdo con los asesinos de Fausto. Me parece mas facil que alguno de los invitados, viendose atrapado, decidiera defenderse a su manera-

-en la biblioteca nos reunimos los señores Crowden, Abutnot, Predatore y yo mismo, y las señoritas Barrow, Morstar y Dupont. 7 personas, dos de ellas ahora muertas, según la teoria de que eramos los asesinos eso serían 5 asesinos, demasiados en mi opinión, que dificilmente podríamos haber complotado con Fausto y Crowden presentes. Si los hubieramos matado allí mismo y luego trasladado sus cuerpos habría ahora mismo un gran destrozo en la biblioteca. La muerte de Fausto no fue limpia precisamente-

El doctor toma un traguito de jerez antes de continuar

-aparte de eso solo puedo decir que estoy de acuerdo con la señora Miles, de momento no es posible descartar a nadie. Los asesinos sin duda salieron de sus habitaciones, aunque yo en su lugar me habría reunido en la habitación de uno de ellos, sería mas discreto y con menos posibilidades de interrupción-

Margaret se asombró al descubrir la actividad que había habido durante la noche, ya que ella no se había enterado de nada. Al parecer había dormido más profundamente de lo que creía porque ninguno de los paseos nocturnos había perturbado su intranquilo descanso.

Por el momento no tenía muy en claro quien o quienes pudieran haber perpetrado los crímenes. Al igual que el doctor, creía que los asesinos habrían elegido un lugar privado -como alguna de las habitaciones de los susodichos- para concretar su reunión y así lo expresó.

-También debemos tener en cuenta que, aunque la reunión se haya llevado a cabo en un sitio más reservado, el encuentro tiene que haber sido pactado en algún momento de la cena o durante la sobremesa por lo que, si alguien recuerda algo más sobre gestos, susurros o algún otro indicio de conspiración la noche pasada, sería bueno que lo comentara. La idea de sir Gustave de situarnos durante la noche no es mala. Yo puedo decir que, con la conmoción sufrida al escuchar las acusaciones del gramófono, me encerré en mi habitación y no salí hasta esta mañana para tomar el desayuno.

Aunque la situación era tensa, las horas no se detenían por lo que recordar la comida frugal del inicio del día le provocó un indiscreto rugido en el estómago. Sonriendo avergonzada, suspiró y se dispuso a complacer los requerimientos de su cuerpo, invitando a los demás a acompañarla.

-Señoras, señores... aunque parezca un tanto frío creo que podremos pensar mejor si conservamos las energías. Aprovechemos la deliciosa comida que el servicio ha tenido bien a prepararnos mientras continuamos intentando desenmascarar a quienes han decidido que no merecemos permanecer en el mundo de los vivos.

Y, efectivamente, la mesa estaba dispuesta, pues entre tanto comentario e imprecaciones, el servicio seguía ejerciendo su oficio con diligencia. Parecería mentira para cualquier no-inglés tanto esfuerzo por cumplir los designios de unos "señores" que eran los causantes de tantos males, pero la flema británica del mayordomo y el tan inculcado deber por cumplir con su trabajo, tenía a los cuatro integrantes del servicio trabajando como si no pasara nada extraño en la mansión. Además, hay que admitir que tener algo que hacer también ayudaba a pasar mejor las horas.

La variedad de platos era extensa, sin llegar a repetir ninguno de los presentados el día anterior. Todos ellos suculentos y exquisitamente preparados.

Fuera, el mal tiempo arreciaba. El viento castigaba las cristaleras, que llevaban tiempo humedeciéndose con las gotas de agua de mar traídas por la ventisca, y que ahora eran acompañadas de una incipiente lluvia. Algún trueno traía la pesadumbre con su redoble de tambor, pues daba a entender que no amainaría en toda la tarde.

Owen se sorprendió un poco ante la petición del escritor, pues creía que cuando se fué con el mayordomo aún estaban todos los invitados ¿tan pronto se había marchado el escritor? Aún así le repondió No se si llamar reunión a una búsqueda por toda la casa, si es así ralle todas las habitaciones y pasillos de su mapa, pues hicimos una busqueda por toda la casa También creía haber respondido lo de su subcontratación, pero como puede que aquello no lo hubiese dicho en grupo le vino bien la pregunta de Gustave Fuí subcontratado como en otros tantos trabajos temporales. Un intermediario me contrató, un judío al que pienso ajustar las cuentas si salgo de esta. Creame que preferiría tener uno o varios nombres muchos más concretos que "anfitrión" para quién sea que está detrás de esto ¿Como reconocerlo en la búsqueda de anoche? Bueno, en ese momento busqué esperando encontrar algún desconocido, aunque actualmente diría -como tantos otros- que quizá ese rostro pertenezca a alguno de los presentes.

La actriz le pidió tila y Owen fue todo lo franco que pudo ser con ella Espero que no se ofenda pero sería mucho mejor para ambos que se la preparase usted. Alguien a muerto envenenado y, Dios no lo quiera, si esta noche muere usted no quisiera que me quemaran en la hoguera por prepararle una tila. Aún estaba pensando en el tema del veneno cuando vió la mesa preparada.
¿Cuantos días se podrá sobrevivir sin comer?

Cuando la señora Beddingfeld señala la presencia de una deliciosa cena lista el doctor no tarda mucho en ir a la mesa, sin dejar de notar las objecciones del señor Cray a servir nada "estos americanos"

-no se preocupe señor Cray, el cianuro actua muy rapidamente, 15 minutos a lo sumo. El envenenador actuará cuando no se sepa que ha servido algo. Solo asegurese de que la tila este correctamente envasada, las tazas limpias y el agua sea corriente. Si pese a esto la señorita muere envenenada creo que si tendremos razón al lincharle a usted-

Recuperando un poco de su buen humor se sirve de varios platos, aunque solo cantidades pequeñas porque su apetito no es el de otros tiempos

Gustave corrige sus dibujos eliminando a WB (y su recorrido hasta ella) a AS y a AD de la biblioteca.

También añade a WB y PBw en la habitación indicada por la mujer.

Señorita Mercier. Primero insinúa que yo sea el asesino por apresurarme a decir mi versión diciendo que es algo que nadie puede corroborar y por tanto puedo estar mintiendo. Luego me acusa porque aseguro que no gano nada confesandolo diciendo que las paredes tienen oidos y decir la verdad es la mejor estrategia para evitar atraer las miradas. ¿En que quedamos? ¿Miento para encubrir mi crimen o digo la verdad para no levantar sospechas?. No lo digo por provocar, sino para que se dé cuenta de que si dice lo mismo de las señoritas, no espere tener mucha credibilidad... dice que conocerse de antes y no haberlo reconocido sería sospechoso, pero no tiene sospechas del doctor por conocer a Predatore y no confesarlo públicamente y si de las señoras... entienda que no puedo saber si dice o no dice la verdad, pero no espere convencerme de que desconfie de alguien con semejantes incongruencias

Le digo con calma y con la intención de que se de cuenta de que parece una cruzada personal más que otra cosa.

Entienda doctor que no le estoy acusando sino resaltando el hecho de que carece de consistencia la acusación

Después se dirige a la mesa con intención de comer las delicias de la cocinera.

Incluso se permite continuar la broma

Ademas, si la señorita apareciera envenenada, nuestro buen doctor seguramente tuviese tiempo para reaccionar y mantenerla entre nosotros

Niego con la cabeza.

- Esto empieza a carecer de sentido...todo! Si hablamos es porque hablamos, si callamos es porque callamos....Siempre habrá alguien que acuse sin fundamentos ninguno basandose en datos que no son concluyentes. Las mejores preguntas pasan por ¿Cómo puede demostrar alguien que es inocente? o ¿cómo se puede demostrar la culpabilidad de alguien?.....Los pequeños detalles mandan. Todavía seguimos sin saber quien delante de nuestras narices puso el disco, ESO! sí que sería determinante. Mientras tanto señores voy a sacar a relucir las buenas costumbres de otro tío mio natural de Andalusia, allí se come mucho y luego espero poder retirarme a algún sitio a reposar la comida mientras se discute de algo más tranquilo y racional....por supuesto acompañado....y ya de paso quizás podría ser con alguna bella dama mejor.

Y con una sonrisa se dispuso a realizar las sagradas costumbres de su tío. Con un poco de suerte alguna bella dama lo acompañaría...si nó ya abusaría del servicio con la ilusión de que ni Owen ni Doyle se le acercaran mucho...ya que estaba jodido, al menos que se regodeara de alguna bella cara.

Cita:

Eso levantó los animos de Owen, y los ánimos y el humor de ambos (escritor y doctor) le hicieron venir apetito. Owen se sentó disimuladamente en la mesa de al lado del doctor. Nunca he comido de esto, ni de esto, ni de esto dijo, sirviéndose en el plato casualmente las mismas cosas que se servía el buen doctor. Bebió solo agua pero quizás el ambiente creado le hizo hablar, por primera vez, de su vida Saben, voy a ser padre dijo lleno de orgullo y, durante un instante, se le iluminaron los ojos. Pero solo fué un instante y que les va a importar a esta gente en esta situación -o cualquier otra- que un tipo como tú vaya a ser padre

Owen se secó la boca para responder a Sean. Cuando traje el gramófono no sabría decir si el disco estaba puesto o no. Hizo memoria, ahora le parecía un detalle importante, pero en su momento era solo una carga más que transportar. Negó con la cabeza, pero ya que había surgido el tema completó la información. Una de las chicas o el propio Alred me dijo que el gramófono estaba en el cuarto de las escobas. Ellos llevaban aquí unos días antes de llegar nosotros así que parecía que ya habían previsto la petición de música de los huéspedes. Cargué el gramófono y, en su misma caja, estaban los discos enfundados en sobres con títulos de música clásica.
Tras eso hundió la cuchara en una sopa y, antes de llevársela a la boca, añadió otro parecer Yo también pienso que los pequeños detalles son importantes, aunque soy más obvio, menos refinado, en mi elección de los detalles que me quitan el sueño: hay mínimo una pistola escondida en esta casa...y quien sabe si más botellas o tarros de veneno.
Antes de seguir comiendo suspiró Hoy no me hubiese molestado que el padre bendijese la mesa Aunque no se si Dios haría mucho caso a un cura asesino pidiendo la salvación para un rebaño tan manchado de sangre.

Frederick seguía con lo suyo, simplemente se dignaba a escuchar a los demás, mirar de un lado a otro como se tiraban dardos y se apuntaban con el dedo.

- Si algo está envenenado solo apresuraré mi partida, pero si alguien me quiere muerto pronto no hay mucho que hacer... Lo siento no poder ayudar más con su investigación, pero no tengo más que agregar a lo que he visto o escuchado, nisiquiera sospechas tengo de alguien puesto que no conozco a nadie de acá... Solo me impresiona lo callados que están algunos. ¿Jaques está acá?, después de haber tenido tan grata conversación anoche me impresiona que no se haya manifestado para conversar conmigo. ¿He dicho algo inpropio en algún momento de poca lucidez?. Debemos preocuparnos por los silenciosos primero, no tenemos muchas pistas y culpar a un"inocente"... perdón, ninguno aquí lo es, sería injusto.

Después de ayudar con la preparación del almuerzo lo mejor que pudo puesto que debido a los actos acontecidos en ese lugar estaba de los nervios Alfred se sienta, cuando mira a Owen sentarse y comer como si fuese uno más de los invitados no puede evitar esgrimir una sonrisa -Un hombre sabio, en estos momentos ya no importan nuestras clases sociales ni quienes somos empleados o huespedes ahora mismo solo somos personas- A pesar de todo Alfred se mantiene en su actitud de mayordomo eso le ayuda a no pensar en lo que ha sucedido en aquel sitio.

-Damas, caballeros creo que es mi obligación responder a los argumentos de antes dirigidos a mi persona, sobre el señor de la casa debo decirles que desconozco su apariencia la comunicación con él solo la ha realizado por medio de cartas, sinceramente vine aquí porque el sueldo que me ofreció por mis servicios como mayordomo era bastante bueno...jamás debí aceptar esa proposición. Sobre la señorita Monstag debó decir que después de una semana a solas en este lugar es normal que hayamos cogido cierta confianza entre nosotros. Si alguien más quiere preguntarme algo es totalmente libre de hacerlo.

Por cierto felicidades por ese hijo señor Cray.

Wesley mira con tristeza a Penny cuando esta se muestra preocupada. Él nunca había sido partícipe de esa moda espiritista que se palpaba por Londres desde hacía tiempo. No entiende muy bien lo que sucede, y todo el mundo parece estar tirándose de los pelos, culpando a la gente por salir en mitad de la noche y reunirse. Demasiada desconfianza entre personas que han matado al menos una vez. 

Se mantiene cerca de Penny, ejerciendo de silencioso apoyo, concentrado en tratar de no perderse nada y no dejarse llevar por el espíritu de inculpar a otros que hay en el aire. Asiente a Penny, tratando de aparentar buen humor cuando estos se inclinan a ver el mapa. 

La actitud de esa tal Yvette hacia todos en general pero especialmente hacia Penny lo ponen del hígado. Mira con fiereza a la francesa. - Es increíble como crea una teoría que la hace una bendita inocente. - Mueve las manos y pone voz de idiota. - Sospechoso quien se reuniese, yo no, así que malos otros. No me tire de la lengua. - Advierte a esa bocazas francesa.

- Como tipo honesto que soy no tengo miedo en decir la realidad de mi noche: me reuní con mi hermana en mi habitación y con Sir Gustave al lado del piano. Nadie se cruzó conmigo, y no es ningún secreto que algunos han chismorreado y salido incluso a por un vaso de agua. Algunos incluso a por una licenciosa copa extra, ¿verdad? O a tener encuentros tórridos. - Dice sentencioso.

Suspiro cansada. Ya empiezo a estar muy harta de todo esto y al ritmo que mi paciencia disminuye aumentan mis malos modales.

-Mire Sherlock, de ti  no espero nada, así que lo que crea o deje de creer me importa un comino.- Le digo al Sire perdida toda cortesía de sirvienta. Soy una mujer simple pero no tengo un pelo de tonta. Así que se lo voy a decir muy despacito para que no pueda seguir mareando la perdiz y enredando, que parece ser su único interés.

-En el último lugar, en la lista de personas menos sospechosas…  los que no salieron por la noche, ni se les vio participando en ninguna conspiración a escondidas del resto.

-En segunda posición, cualquiera que participó en reuniones nocturnas y conspiraciones pero confesaron haberlo hecho.

-Y el premio gordo, las personas más sospechosas son…  las que salieron por la noche, quedaron, se reunieron en secreto y han mentido tratando de ocultarlo.

Al buen entendedor le sobra con pocas palabras, así que deje de decir majaderías Sire que las cosas son muy sencillas.

De mal humor me acerco al bar para servirme un whisky doble, dando algunos golpes excesivamente fuertes a vasos y puertas del minibar.

Los asesinos se apoyarán y se defenderán entre sí, ¿No? ¿En eso al menos estamos todos de acuerdo? Yo es evidente que no ganaré un concurso de popularidad, pero quizás eso explique el interés de algunos en defender lo indefendible y en mostrar su apoyo incondicional a sus amiguitas.

Soy consciente de estar metiéndome en un jardín del que puedo acabar saliendo muy malparada, las verdades ofenden y les estoy soltando muchas verdades a mucha gente, pero a estas alturas ya me da igual.

-Que si yo salí a por un vaso de leche… que si yo salí a echar un polvo… que si yo soy sonámbulo…-Digo imitando la voz fuma-opio de los Barrow - ¿Estamos tontos o qué? Aquí hay tres muertos y varios de los que anoche estabais haciendo el gamba por ahí sois los que tenéis todas las papeletas de ser los responsables. Así que id a otra con cuentos chinos porque esa es la única verdad.- Digo apurando el whisky y sacando a la mujer arrabalera, criada en los bajos fondos que hay en mí.- Y quien tenga cuajo que demuestre lo contrario o deje de decir gilipolleces.

-Atajo de panolis. No se pondrían de acuerdo ni en el color de la mierda.

Ni a la propia Sally, que había propuesto que lo más lógico era desconfiar de los que se habían dejado ver para tener coartada si alguien decía haberles visto, le convencían los arrebatos de Yvette. Tanto si estaba convencida de su teoría como si lo hacía por otra razón no creía que lo mejor fuera tirar balones para todos lados. Decidió que lo mejor era no hacer demasiado caso a la francesa y seguir con sus ideas iniciales.

-  No se moleste, por favor, señor Schultz, algunos hemos hecho caso a sus palabras, o al menos las hemos tenido en cuenta.  -  O eso al menos había hecho la viuda americana. En realidad, le resultaba extraño consolar a un asesino que había acabado con la vida de al menos nueve personas. Pero, ¿quien no tenía esqueletos en el armario? En aquella casa, nadie.  -  La compartamos o no creo que nadie debería tener miedo a decir lo que piensa, pues uno de los objetivos de los asesinos puede que sea meternos miedo para que solo sean sus voces las que se oigan.

Poco después la discusión se transportó a la cena. La joven ex-criada pinchaba comida con su tenedor para dejarla al rato otra vez en su plato. No tenía demasiada hambre y terminó comiendo lo suficiente para no desfallecer. Habían cosas que rondaban por su rubia cabeza, cosas que quitan el hambre.  -  No sé si sospechar de los que menos hablan es o no, el mejor método de selección.  -  Un asesino podía ser tan bueno con su lengua como con su cuchillo, o en este caso, con veneno, pistola y lo que quiera que usasen para estrangular. Por desgracia, la propia Sally se sentía avergonzada.  - Aunque temo que tampoco se me ocurre un mejor método de selección. Hasta ahora hemos oído quien estaba con quien y cual de los presentes ha dormido en su cama sin salir de su habitación, pero ¿hemos sacado algo en claro?

Los demás podían observar como la joven se ruborizaba, pues ella misma estaba tan perdida como parecía estarlo el resto. No obstante, el tiempo corría y si no se ponían de acuerdo en algunas cosas no encontrarían ese día a los asesinos.

Yo si he sacado algo en claro. Que los nervios están a flor de piel. - digo levantándome a por una botella de vino y empezar a servir copas - pero, aunque estar nervioso es algo natural en una situación como esta, también puede interpretarse como algo sospechoso - cojo la primera copa y se la tiendo a Ivette Mercier - por eso le repito, que por su propio bien debería calmarse y pensar antes de hablar, y, por favor, llámeme Gustave. Nunca me han gustado los apodos, aunque fuesen un halago como el suyo, y le aseguro que si comenzamos con apodos usted sería un blanco fácil - le digo a modo de broma.

Después continúo repartiendo copas. Al darle la suya a everett le digo.

Por favor señor Schultz, únase a nosotros en este brindis y disculpe si no hemos atendido correctamente su colaboración, que ha sido interesante e introduce algo que puede ser útil. El motivo creo que ha sido lo pronto que ha subido de tono la conversación para convertirse en una suerte de acusaciones cruzadas.

Cuando he entregado una copa a todos, y la penúltima a Owen, alzo la última y propongo en voz alta.

Un hijo siempre es motivo de brindis. Y creo que nos puede venir bien un trago para desconectar. ¡Enhorabuena!. - doy un trago y luego continúo - Las conexiones en el cerebro son como surcos de arena, ¿saben? Cuando pensamos en algo podemos unir dos puntos en la arena con el recorrido que queramos, pero una vez hecho el primer surco, es muy difícil guiar el pensamiento por un camino distinto: la tendencia es seguir el surco. El tiempo es en esta analogia un rastrillo con el que borrar el surco. Les sugiero hacer una pausa, salir del surco, rastrillar la arena y volver a empezar. Quizás surjan nuevaa ideas prometedoras o demos relevancia a vías de pensamiento que en este momento habían quedado relegadas - añado mirando significativamente al señor Schultz

De hecho, empezando yo mismo, propongo dos vías de sacar algo en claro: estatuillas y un punto pendiente... Señor Dyle, ¿dónde estuvo usted anoche? - La pregunta pretende ser sorprendente, Sir Gustave parece haberse colado en una de sus obras y creerse Charles du Chevalier. A la pregunta le siguió una exposición firme y la primera intervención acusadora de Gustave - Sabemos por el señor Cray, que usted tardó en volver a su habitación. También sabemos porque distintos invitados lo oimos que usted recibió invitaciones a charlas nocturnas de al menos Eleanor Morstan y Jaqueline Dupont, sin embargo, sabemos por los allí presentes y la aclaración del doctor que usted no se presentó a su cita en la biblioteca ¿por qué? No estaba en su habitación ni tampoco en su cita ¿dónde estaba usted señor Dyle?

Ciertamente he perdido los nervios. No las tengo todas conmigo de que el Sire no sea un asesino, pero tengo que reconocer que aplomo no le falta.-Un buen asesino tiene que tener aplomo- Me advierte mi instinto de supervivencia, pero a pesar de ello acepto la copa que me ofrece mientras mascullo lo más parecido a una disculpa que mi orgullo me permite.

-Si…   bueno… gracias.

Bebo con ansia intentando calmarme. Estoy nerviosa, ofuscada y de muy mal humor. Esta todo muy claro y que la gente prefiera creer en asesinos mágicos que salen de sus habitaciones, cruzan toda la mansión, asesinan y regresan a sus habitaciones sin ser vistos ni escuchados por nadie es algo tan absurdo que no sé ni cómo algunos le pueden dar crédito.

Me parece frívolo y de muy mal gusto brindar en la situación en la que estamos, de modo que no lo hago, pero sí que es cierto que el trago me viene bien. Empino el codo intentando no darle más vueltas al tema, pues pensando en ello solo consigo cabrearme aún más. –Si acabamos todos muertos no podrán decir que no se lo advertí.   

Everet se alegró mucho al oír que Owen iba a ser padre y levanto su taza al oír al Señor Cavanouhg  pedir un brindis, el resto de los invitados le parecía que hacían la montaña mas y mas grande en vez de buscar la salida.

Creo que se nos esta pasando algo importante, bien que hay gente que a quedado a escondidas o no, según el prisma que lo veamos, pero realmente que se habló en dichas conversaciones, puede ser que si dijera algo incomodo y después hubo consecuencias? Puede ser que lo de la Señora Agape fuera accidental al ir a espiar al mafioso y simplemente al ver como mataban al señor en cuestión se vio obligada a saltar o la empujaron, sea como fuere aun nadie ha comentado nada de dichas reuniones.