Partida Rol por web

La aurora de un nuevo día se escabulle entre las nuevas para saludar a los habitantes de la Mansión de la Isla del Negro, no sin cierta socarronería. 

Un nuevo desayuno, servido a desgana, pone a la gente en pié. El servicio, ahora sin la diligencia del señor Dyle para mantener las formas, da muestras de ser más licencioso, pero por lo menos procuran mantener las tareas realizadas y en orden. Nada excesivamente reprochable, dadas las circunstancias.

Más de uno y más de dos, acuden al Comedor más por comprobar si ha habido cambio en las figuras de los negritos o no. En efecto, otra figura aparece rota. En concreto, una figura del grupo de cuatro que, hasta el momento, estaba intacto. Junto a las horrendas formas negroides, una nueva nota:

Ocho negritos viajaron por Devon;
uno dijo que se quedaría allí y quedaron siete.

Rápidamente, la duda. ¿Se refería la nota a Alfred? Un rápido conteo entre los presentes apuntó una ausencia: Frederick Von Baach no había bajado a desayunar.

Tras consensuar el hecho, varios se precipitaron escaleras arriba para encontrar la habitación del señor Von Baach entreabierta, aunque sin nadie en la misma. Eso pareció ser un alivio, de no ser por la silla del escritorio tirada por el suelo, varios útiles del mismo también desparramados por él y lo que se adivina como una mancha de sangre de un palmo de diámetro cerca de la silla.

Ni rastro del señor Frederick.

-¡Ay Dios mío! ¿Qué habrá pasado? Quizás.. quizás no esté... muerto.. -terminó diciendo Eleanor, en un susurro, al ver lo que había en la habitación de Frederick. No se atrevía a tocar nada. Además, parecía nerviosa ya sirviendo el desayuno, y se decidió a explicar el por qué.

-Yo.. yo he de añadir algo. Anoche.. Alguien entró en nuestra habitación. La comparto con Yvette, por supuesto -se apresuró a decir, por si alguno de los invitados no se daba cuenta-, y... dejó un cuadro. Un cuadro con esa horrible canción, la de los negritos. ¡Alguien quiere volvernos locos! No tocaron nada más en la habitación, tan solo apareció el cuadro en la repisa. Yo sé cómo dejo mis cosas, y quien lo puso fue muy cuidadoso. Tengo miedo.. Pudieron.. ¡pudieron habernos matado! -dice, temblando-. Les mostraré el cuadro:

-Yo.. creí que debían saberlo todos sin más dilación. Quizás sea una amenaza, una broma o una burla, ¡pero es muy cruel! Y han entrado en mi habitación.. Yo.. Tengo miedo, no... no quiero quedarme sola.. -concluyó, sollozando con timidez.

Esa noche, como la anterior, habían víctimas al amanecer. Por suerte, si es que a eso se le podía llamar suerte, el número de muertes, o en este caso desaparición, fue menor. El señor Von Baach había desaparecido casi sin dejar rastro. Por desgracia, el único rastro que había dejado podría ser su sangre.

La cosa, sin embargo, no terminaba ahí, la sirvienta dijo cosas sobre una canción en su habitación. Sally, pálida, habló después de eso.  -  A mí también me ha pasado, han dejado la misma canción con un cuadro... alguien ha entrado en mi habitación también.

La sola idea de que alguien hubiera podido entrar mientras dormía intranquilizaba a la viuda. La impunidad con la que los asesinos deambulaban por ahí no le hacía la más mínima gracia.

Al amanecer bajo al desayuno madrugador. Al llegar de los primeros me siento inquieto por saber quién era la siguiente víctima que se cobra el asesino. Anoche me sorprendió mucho la muerte del mayordomo cuándo había sido la persona señalada para encerrar. ¿Estaba el anfitrión jugando con nosotros hasta el punto de asesinar también a quién señalamos ya sea amigo o enemigo?.

Poco a poco fueron llegando los invitados y me fui tranquilizando al comprobar que todas las caras amigas seguían con nosotros a pesar de la figurita rota.

Al cabo se descubrió que la figurita se refería al ser más desagradable del grupo y Gustave se sintió aliviado. Si tenían que seguir allí encerrados siendo cazados, prefería no compartir experiencia con ese hombre. En cualquier momento podía haberse convertido en una bestia acorralada y peligrosa.

Ante la intervención de la cocinera alzó una ceja.

Señora Morstan, el mismo cuadro ha aparecido en mi habitación, y no tengo ni idea ni de como ni de en que momento de la noche.

Pero ese cuadro significaba que el desafío continuaba, y Gustave continuaría haciéndole frente. Alguien debía aplicar razonamiento analítico al problema.

He estado pensando durante la noche en lo que dijo el señor Schuls de las figuras. Parece claro que las figuras son la clave y más aún ahora que nos han dado una lista de los próximos asesinatos que preparan... El punto principal está en los dus grupos: Si tenemos en cuenta las muertes acontecidas, a no ser que la señorita Stonless fuese sonámbula, podemos asegurar que los tres caballeros muertos en la noche se corresponden con los tres versos de la canción: Uno asfixiado (bien sea por el veneno o el estrangulamiento, ya que ambas muertes producen asfixia), uno muerto mientras dormía (el que no frse asfixiado o, en caso de sonambulismo, también podría ser la señorita Stonless) y, hoy, otro negrito desaparecido (el señor Von Bach).

Hasta ahora es una eficacia del 100%. Tres muertos. Tres negritos. Teniendo en cuenta que hay menos negritos que personas en la casa, eso solo puede querer decir una de dos: o saben muy bien a quien están cazando y el resto estamos aquí para ofrecerles un entorno seguro, o les da igual a quién matar siempre que acaben con 10 de nosotros.

Doy un sorbo de café y continúo.

Creo que, con la canción, nos están invitando a que intentemos anticipar sus movimientos. Es el clásico desafío de un psicópata a la policía o, en este caso, a sus víctimas. Si nos centramos en los dos grupos de negritos, quizás consigamos adelantarnos a ellos. ¿que tenían en común las dos víctimas de ayer, que, a su vez las diferencia de las víctimas de hoy? Mi hipótesis es que los dos grupos representan lo mismo que las dos banderas: el antiguo y el nuevo continentes. Por desgracia, yo no sé de donde eran las víctimas, pero cabría suponer que el organizador de este juego macabro sí. Wesley, tú puedes hablar con las víctimas, ¿no es así? ¿podrías averiguar su nacionalidad?. Creo que si mi hipótesis resulta cierta, conocer nuestra procedencia puede ayudarnos a anticipar los movimientos de los criminales

Hago otra pausa y luego miro a Sean.

Disculpenme, pero anoche con el stress y la preocupación se me hizo tarde para acudir a la cita. ¿de qué se habló anoche? ¿acudieron todos? ¿Sería posible repetirla esta noche?

Owen estaba en aquella habitación como si tubiese la cabeza muy lejos de allí, solo respondió ante el comentario de varios de los presentes sobre el cuadro
También en mi habitación apareció un cuadro. Y no se que me parece más imposible, si pensar que apareció mágicamente o pensar que alguien tranquilamente esta noche ha ido paseando por ahí, cargado con cuadros de medio metro -sacabados quén sabe donde- sin que nadie le escuche Entrar en su habitación.
Ante las últimas palabras de Sir Gustave Owen no respondió verbalmente pero si con la mirada Mentiroso
Luego se dirigió a los demás Aunque cada vez es más dificil pensar con racionalidad no puedo asumir tan rápidamente que un cuerpo haya desaparecido por arte de magia. Nuestro asesino no solo se mueve por ahí, felizmente, cargado con cuadros de medio metro sino que además hace desaparecer personas? Quiero ir a la habitación vacía de al lado de la de Frederick, la que pertenecía a la señorita Ágape. Y luego empezara buscar por todas las habitaciones de más cercanas a más lejanas. Aunque por muchas razones preferiría que este...monstruo estuviese muerto, está claro que ha tenido un encontronazo con el asesino...si lo encontramos y está vivo quizás sepa decirnos algo, y si está muerto...tendremos el cadáver y quien sabe si alguna pista. Owen parecía cada vez más enfadado No pueden haber entrado en mi habitación tan fácilmente...
Si alguien me acompaña se lo agradeceré.

-Señorita, por favor.. Aunque puede llamarme Eleanor -dijo, corrigiendo a Sir Cavanough-. Pero.. ¿cómo es posible que alguien haya deambulado por, por lo visto, TODAS las habitaciones en la noche, sin que nadie lo hubiese visto? ¡Y  además hacer que Frederick desapareciese! Está claro que hay más gente implicada, ahora no podemos dudar de ello. Quizás tenga.. cómplices entre nosotros.. -murmuró, mirando a su alrededor a los presentes-. A ver qué opinan los que aún no han llegado. Señor Cray, yo le ayudaré a buscar por las habitaciones. Conozco la casa de haberla limpiado y arreglado-dijo resuelta, aunque con un halo de miedo.. Temía encontrarse un cadáver, y es lo que parecía que iba a ser.

¿a qué viene esa mirada de desconfiqnza? - me pregunto desconcertado. El señor Cray me caía bien y había pensado que el sentimiento era mutuo, pero con la mirada le había fulminado y Gustave no alcanzaba a entender el motivo. - Quizás si vaya con él me explique el motivo

Cuente conmigo, señor Cray. Cualquier cosa que encontremos puede ser crucial

Digo con sinceridad.

Algunos de los más resueltos huéspedes se decidieron a investigar la habitación de Frederick Von Baach, para tratar de dar con su paradero.

La mesa del escritorio, de al fondo, a la derecha se encontraba algo movida de lo que se supondría sería su situación inicial. La silla tirada por el suelo, así como diversos objetos que parecían pertenecer originalmente a la citada mesa. 

A primera vista, los huéspedes no encuentran nada más de lo ya descrito inicialmente, a parte que aquí también hay un cuadro, como el de las otras habitaciones.

Regresó Eleanor del pasillo, tras haber mirando en las habitaciones contiguas a la del desaparecido:

-Revisando las salas, me he dado cuenta de que la habitación de al lado era la de la señorita Ágape, que Dios la acoja en su seno.. ahora ésta, la del señor Frederick.. Dudo que tenga que ver, pero me llamó la atención que sean dos cuartos seguidos. La siguiente habitación contigua es la de Elisabeth Cavendish, que aún no se ha pronunciado hoy, ojalá haya escuchado alguna cosa. 

Hizo una pausa en su comentario:

-Además, por lo visto a todos nos han dejado los versos.. Habrá que tenerlos muy en cuenta. La siguiente estrofa dice:

Siete negritos cortaron leña con un hacha

uno se cortó en dos, y quedaron seis.

mmm... Yo me mantendía alerta de objetos punzantes y cuchillos. Creo que sería buena idea buscar a Frederick, pero vigilando la cocina y todo lo que corte o se clave. ¡Y desde luego, nuestras espaldas! Revisaré mejor las habitaciones, a ver si encuentro alguna pista más.

Y salió a las habitaciones contiguas, a ver qué podía encontrar en ellas. Al haberlas visto desocupadas, cualquier cambio se le antojaba gigante. Tenía buena memoria para el desorden, y éso ahora parecía ventajoso.

Owen llegó a la habitación y se dirigió a la mesita, al lugar exactamente donde la mesita debía haber estado. Comenzó a palpar la pared, Me niego a creer aún en fantasmas hasta que sus uñas se cruzaron con "algo" apenas imperceptible. Lo siguió con los dedos y sus manos dibujaron una línea perfecta hacia arriba que se cruzó hacia la izquierda formando una escuadra...el marco de una puerta embebida. Tras eso evauó los objetos cercanos y empezó a toquetearlos y mover hasta que movió el cuadro situado encima la puerta invisible...que se abrió, dando paso * a la habitación de la señorita Elisabeth.

Asiento a todo lo que dice mi compañera de cuarto. –Cuando Ele me despertó el cuadro estaba ahí – Añado- Aunque en mi caso el “fantasma” lo tuvo fácil, suelo dormir como un leño.

La repentina muerte del señor Dyle resultó ser toda una sorpresa, pero parece que ningún verso ni ninguna estatua ha aparecido rota por él, de modo no era uno de los “negritos”. En lo que a mí respecta cualquiera que no sea un “negrito” es un enemigo potencial y parece que el sire acertó al expresar sus dudas sobre Alfred. Apoyada en una esquina espero a que el Sire deje de cascar un momentito, lo que no es fácil, para poder hablarle.-Y después dicen que a las mujeres nos gusta hablar.

Me dedico a escuchar, sumida en mis pensamientos. Cada vez estoy más confundida, ya no sé qué creer. Parece que los asesinos sí que tienen la habilidad para desplazarse por la casa sin ser detectados por nadie. Sin embargo aquí estoy, viva, cuando anoche no daba un chelín por mi pellejo.

-El trío la-la-la quiere ver mi cabeza en una pica desde que les descubrí.- Pienso mirando a Prudence, Penny y el tarado que escucha voces – Y sin embargo aquí estoy.  ¿Quizás no han podido asesinarme?-  Realmente no sé qué pensar de eso, pues de que ni Penny ni Prudence se encuentran entre los negritos estoy segura. -El hermano no creo que sea peligroso, simplemente debe ser el tonto que hace lo que la hermanita. Es lo que tiene el fumar opio.

Aparco el tema sin tener nada claro y aprovecho que el Sire deja de hablar para dirigirme a él -Caramba Sherlock, has hecho que al viejo le dé un ataque al corazón - Le digo con sorna, felicitándolo a mi extraña manera –. Enhorabuena. Después de todo no era uno de los “negritos”.   

-No sé porqué hay cuatro estatuas diferentes pero no creo que las nacionalidades tengan nada que ver. Pero si de verdad necesita que alguien hable con los muertos espere, déjeme un momento, que yo también hablo con los muertos.

Me siento en la mesa, pongo un vaso boca abajo y mi mano sobre él, pongo los ojos en blanco y finjo entrar en trance.   

-Me hablan…  si…   espera...   ¿Está seguro?…  nunca lo hubiese adivinado. Benoni Fausto Predatore era… ¡Italiano!!!           

Y Frederik Von Baach….   No puede ser. No me lo creo… ¿Era Alemán? ¡Y yo que pensaba que era catalán del maresme!  

Finalizo la pantomima riendo de buena gana.

La sorpresa se apodera de mi rostro, pero no hago ninguna exclamación.

Eso explica muchas cosas y también abre la puerta a la posibilidad de que los que no habían salido de sus cuartos sean tan sospechosos como el resto.

Señor Cray, informemos de esto al resto y revisemos todas las habitaciones de esta casa. ¿hay cuartos de servicio que deban ser igualmente revisados? ¿antesalas, escaleras de servicio... lo que sea, ahora que sabemos qué estamos buscando, quizás descubramos un lugar seguro, o al menos, más seguro que el resto, donde pasar la noche todos juntos.

Sé que es poco convencional y que quizás a algunas damas les parezca ofensivo, pero quizás sea la forma más segura de sobrevivir y de ponerles las cosas difíciles a los asesinos.

Pongo los ojos en blanco con la intervención de Ivette.

Señorita Mercier, un apellido bien poco dice de alguien. Sin ir más lejos, a juzgar por las acusaciones sobre el señor Predatore, casi me inclinaría más por pensar en él como un norteamericano hijo de inmigrantes... En cuanto al señor Dyle, confío en que hayamos acertado con él, lo que me sorprende es su repentino y oportuno ataque de corazón y me pregubto si ¿no habrá sido asesinado también?. En cualquier caso, le repito que no quiero caer en los descalificativos, asi que, por favor, llámeme Gustave

La falta de Frederick en el cuarto no es una sorpresa, pues al despertar lo pudo ver en su otro lado particular. De todos modos no dijo nada, simplemente dejó que se adivinase alguna tragedia en su rostro descompuesto que pasó de desayunar. En el cuarto permanece silencioso ante las pesquisas de Cavanough, Morstan y Cray.

- Parece que todos hemos recibido un regalo. - Comenta con una sonrisa amarga propia de quien ha recibido un ejemplar similar en su cuarto. Mira a la señora Mercier por su poco fino sarcasmo tratando de hacer que pareciese ridículo que por tener un apellido alemán uno no fuese de otro lugar. - ¿No dijo que era canadiense? Aunque bueno, son las palabras de quien habla con fantasmas, y el fenómeno de la emigración es una verdadera contrariedad. -  Dice al aire, dibujándose una sonrisa minúscula en sus labios. - De todos modos, veré si me responde... ¿Cual es su teoría? - Pregunta con curiosidad a Sir Gustave.

Se dirige entonces a Penny la rodea con su brazo. - ¿Estás bien? ¿En tu cuarto también apareció alguno de esos asquerosos cuadros? - Pregunta preocupado a su hermana.

El descubrimiento del cuadro al despertar, puso de los pelos a la señora Beddingfeld. Alguien había entrado a su habitación mientras dormía y a pesar de los recaudos tomados, ella no se había percatado de nada. ¿Cómo iba a hacer para pegar ojo de ahí en más? ¿Cómo arriesgarse a dormir sabiendo que podían asesinarla sin que ofreciera la mínima resistencia, sin que pudiera hacer nada para impedirlo?

Aterrada por las implicancias que tenía semejante descubrimiento, se acercó al salón a desayunar y allí se encontró con que todos los presentes habían recibido una visita similar.

Al ver que Von Baach no aparecía, fueron en su búsqueda y si bien no lo hallaron, las manchas de sangre en la silla y las posteriores palabras de Barrow, dejaron en claro que el violador ya no se contaba entre los vivos. La estatuilla rota era otro indicio de que aquel había sido el aciago destino del joven.

Por último estaba el tema de las puertas ocultas. Ninguna habitación era segura como había quedado patente. ¿Cómo podrían salvarse?

-Tenemos que permanecer juntos por las noches. Es la única manera de sobrevivir...

El señor Owen Cray acciona el mecanismo de la puerta oculta y ésta se abre hacia la habitación. Donde antes había un dibujo del papel pintado, ahora se descubría la silueta de una puerta cuidadosamente oculta.

La puerta da a un espacio entre las dos habitaciones, este espacio es de un metro de ancho y está sin iluminar. En frente de esta puerta, otra, aunque esta vez sí cuenta con un pomo, del lado oculto al menos, que da acceso a la habitación de la señorita Cavendish.

En el espacio entre ambas puertas, no se oculta ningún cadáver. Sigue no habiendo rastro del señor Von Baach.

Las pesquisas de Eleanor no obtienen muchos frutos. La habitación de Ágape está prácticamente igual que antes. No hay cuadro en esta habitación, así que ni siquiera eso ha cambiado.

El pudor os refrena de entrar impunemente en la habitación de la periodista, por lo menos, hasta pedirle permiso a ésta para proceder. Es el mínimo de cortesía que cualquiera mayor de cinco años tendría en consideración.

Owen y quienes le habían seguido vuelven junto a los demás. Negó con la cabeza. No hemos encontrado el cuerpo de Frederick en la habitación que antes ocupaba la señorita Agape. Solo hemos descubierto por donde entró esta vez.
Si bien en los asesinatos de anoche la puerta debió ser abierta con algún manojo de llaves especiales -ya que a buen seguro todos cerramos por dentro las puertas- esta vez ha entrado desde una doble puerta que comunica con la habitación de la señorita Elisabeth. Lo cual debería de hacerla parecer culpable pero que a mis ojos no lo parece. ¿Porque? ¿Porque alguien capaz de entrar tranquilamente, como un fantasma, en nuestras habitaciones para dejar un cuadro sin dejar el mínimo rastro si lo dejaría en la escena de un crimen? Para inculpar. No estamos a salvo hagamos lo que hagamos y nos encontramos ante un, o unos, asesinos que hacen lo que quieren cuando quieren sin ser vistos o escuchados. Se sentó, cansado, que otros pensasen y discutiesen y acusasen...esa noche Owen creía haber descubierto como estar a salvo para volver con su familia, para despertar con aquel cuadro que, dijesen lo que dijesen los demás, para él signficaba Te mataré cuando quiera. Pensaba que si estábamos vivos era porque eramos más y se sentía en desventaja y por eso actuaba con miedo. Pero la actuación de esta noche no ha sido la de alguien con miedo: podría habernos matado a todos mientras dormiamos...en vez de eso nos ha dejado esos cuadros tras pasearse por toda la casa impunemente. Sea un asesino o varios están disfrutando de esto, como si solo fuese un maldito juego...

En cualquier caso, le repito que no quiero caer en los descalificativos, asi que, por favor, llámeme Gustave

-Tranquilo Gusy, solo es un apodo. - Le digo en tono condescendiente – Si algún día entro en decalsi... descalcifi… decacifi li… .- Renuncio a decirlo con sus palabras y uso las mías-  Si algún día te insulto, créeme, te darás cuenta.

-Está bien, está bien – Digo haciendo un gesto de derrota antes de que insista más y le respondo imitando su tono de voz. –Si el señor lo prefiere, le llamaré Gus. -Vaya un tipo estirado, ya podría sacarse el palo del culo.

Ahora me toma en cuenta Señor Cavanough?  Dice con un poco de enfado e ironía en su voz, yo también he recibido el cuadro, esta noche me lo dejaron mientras dormía, eso me hace pensar que no he muerto por que alguien no a querido, veo que es sumamente sigiloso o bien me a drogado con Éter o similar..., Doctor, usted y discúlpeme no parece muy sigiloso, pero si que debe de tener en su maletín algún tipo de sedante, le importa mirar si esta todo su contenido?

Después mira al resto de sus compañeros, sabemos que están jugando con nosotros, pero se nos pasa algo ,que tenemos en común a parte de las muertes, cállese madre!.

Everet pide perdón a todos con la mirada, lo siento es un acto reflejo, siento de veras haber gritado, discúlpenme.

Sally no entró en el tema de las nacionalidades. No creía que los asesinos se fijasen en esas cosas. Los habían llevado ahí por su pasado y la canción infantil era prueba de ello.  -  Creo que a los asesinos sí hacen distinción entre los que matan y no que les da igual quien caiga. Que hayan más muertes que estatuillas indica que no todos valen. Igualmente, o han tenido suerte en sus asesinatos y todos eran negritos o tienen una forma de saber quienes son.  - Si no eran ellos mismos quienes definían a los "negritos".  -  Así que antes de la nacionalidad un criterio para determinar quien es negrito o no puede ser el tipo de crimen que acometieron, o en quienes confesamos o no nuestros crímenes.

Eran palos de ciego, pero la mente de los asesinos era retorcida y parecía verse movida por la justicia. Además, los asesinos tenían forma de entrar a todas las habitaciones por un panel, o eso parecía. Descartando la idea del asesino sobrenatural. Sobrenatural. Esa palabra le recordó algo.  -  Señor Barrow. Ayer dijo que hablaba con los espíritus, ¿siguen haciéndolo? ¿ha visto al señor Von Baach?

La señora Bennett majo en silencio a tomar algo de desayuno la desaparecion de una persona, fue una sorpresa ella esperaba que fuera un muerto, pero tal vez como le paso a la Señora Stolness este apareceria mas tarde.
-Un violador menos-Penso simplemente mientras con el resto se acercaba a la habitacion y sorprendida vio como Owen encontraba una trampilla secreta.

-Si ese es el modo de operar de quien ha dejado los cuadros en cada una de nuestras habitaciones.-Mostrando de esa manera que ella también había recidivo en esa mañana uno.-Y atacarnos por la noche. Da lo mismo que las puertas estén o no cerradas o nadie salga o se quede dentro. Nadie esta seguro.-Comento un hecho obvio pero, para la enfermera era necesario mencionarlo, como pensar en alto, para ayudar a asimilarlo.

Por otra aparte lo comentado hacia un momento por la señorita Sally era interesante, siempre y cuando el señor Barrow realmente fuera un medium, algo que ni siquiera su hermana había aclarado.