Partida Rol por web

-Sean, sus palabras me dan que pensar y hay cuestiones que deberíamos analizar con cuidado. Sin embargo creo que con Yvette está complicándose demasiado la vida. La mujer es parte de la servidumbre. Como tal, tiene vía libre para moverse por la casa, incluyendo nuestras habitaciones. Seguramente cuando se dedica a acomodar los cuartos, curiosea de más, como tantas otras sirvientas. Estoy segura que debe haberle echado un buen vistazo al maletín del doctor y que debe haber dado vueltas el cuarto de Gustave para tratar de encontrar algo que lo incriminara, sobre todo por lo convencida que se mostraba acerca de la culpabilidad del escritor. Pero sus palabras de esta tarde parecen indicar que no ha hallado nada que indique que ninguno de ellos es un o uno de los asesinos. Sinceramente, creo que ella es nada más que una mujer chismosa, pero que esa indiscreción puede costarle caro.

-El resto de sus afirmaciones permítame analizarlas un poco más antes de emitir opinión. Ese planteo aún no se me había ocurrido.

Toda esa teoría es muy interesante. Lo cierto es que creo que el anfitrión puede no ser uno de nosotros, pero en cualquier caso creo que se ayuda de nosotros para cometer sus crímenes.

Me alegra en cualquier caso escuchar otras hipótesis además de las mías propias.

Yo tengo algunas ideas que quería contrastar. Por ejemplo, creo que los asesinos no tienen necesidad de concertar citas entre ellos. Pueden moverse libremente, como ha quedado demostrado. Luego, si tenemos en cuenta esto las citas concertadas siempre incluirían uno o dos inocentes y nunca dos culpables. ¿qué opinan ustedes? Si eso fuera cierto podemos hacer suposiciones. Por ejemplo, si la señorita Beddingfield tiene razón sobre Morstan entonces nos equivocamos con el mayordomo, y si acertamos entonces Morstan y Dupontserían inocentes.

Eso me lleva a otro punto que quería contrastar. ¿Se han fijado en que los señores Gaylord y Dupont no han hablado en dos días y sin embargo se han apresurado a señalar a alguien?*. Eso no me gusta demasiado. Sobre todo porque el resto estamos buscando la mejor forma de desenmascarar a los culpables, y esa apatía para participar no me suena bien. Entiendanme, no pido que todos hablen tanto como yo o la señorita Mercier, pero algo de participación no chocaría tanto ala hora de señalar

No sé... ¿Qué piensan de todo lo que se está diciendo?

Penny escuchó lo que otros iban diciendo con atención, asintiendo en algunos momentos y frunciendo levemente el ceño en otros. Cuando Owen se dirigió a ella, se encogió de hombros. 

- No estoy segura, señor Cray. Yo le dije que vendría y espero que Wesley también lo haga. 

Tras esas palabras, valoró todo lo que se había dicho y decidió participar ella también del debate. 

- Lo lamento -dijo, mirando al señor Cray-, pero no puedo creer en la magia de esas estatuas. Bastante tengo con pelearme conmigo misma para aceptar que mi hermanastro no está como una maldita cabra por escuchar voces. Me inclino más bien hacia lo que ha dicho el señor Arbuthnot, a que el accidente del doctor estaba preparado de antemano. - Miró al susodicho y asintió con la cabeza.

- Estoy de acuerdo con usted, señor Arbuthnot, en algunas cosas. Pero no en todas. Yo también creo que nuestro anfitrión -o anfitriones- está presente y disfrutando con este juego. Pero no creo que esté oculto, creo que está entre nosotros, riéndose en nuestra misma cara. - Hizo una pequeña pausa. - Creo que es uno de los invitados. O alguien del servicio.

- En cuanto a la señorita Yvette... -continuó- Creo que le atribuye usted un mérito que no tiene, señora Beddingfeld. Mi opinión es que por algún motivo ella sabe quiénes de nosotros tenemos una de esas estatuas asignadas. Y basa sus juicios de valor en ese conocimiento sobre las estatuas. No sé si es algo que descubre poco a poco, o ya las sabe todas de antemano. Pero me produce cierta curiosidad la insistencia que tiene porque nadie salga de las habitaciones. ¿Tal vez quiere que nos quedemos quietos para tenernos localizados? No me creo ni por asomo que permanezca toda la noche dentro de su habitación. Lo lamento, señores, pero no veo tan clara su inocencia como algunos parecen pensar aquí. - Añadió, encogiéndose de hombros de nuevo. - Admito que la obsesión que parece tener conmigo puede influenciarme, pero sé que yo no he matado a nadie... en esta isla -matizó- y su empeño hacia mí me provoca un inevitable recelo.

Finalmente miró a Gustave y le sonrió antes de hablar.

- Pienso que los asesinos pueden reunirse en algún lugar oculto donde guarden también el material que usan para sus crímenes. Tal vez mañana podríamos dedicar un rato a buscar ese lugar, quizá un cuarto oculto como esos pasadizos o una cueva en la isla como sugirió alguien. Sea como sea, podríamos intentarlo.

- Está claro que muchas son suposiciones. Con mis planteamientos quería haceros pensar. Nada más. Porque si yo no llego a algo más fiable puede ser porque carezcamos de datos o porque se me ha pasado algún detalle. Sea como sea más ojos mirando detalles o más mentes que quizás si den con el camino adecuado es lo necesario para llegar al final de todo esto.

Owen asintió a las palabras de todos y le alegró escuchar aquella respuesta de la señorita Barrow ya que había pillado a los hermanos haciendose señas y aquella respuesta le era más que convincente.
La teoría de Sean no le convenció, algunas partes quizás, pero no todas.
Soy un hombre bastante anticuado y asocio magia a la palabra paparruchas. Pero a la vez tengo, o al menos hasta ahora tenía, la capacidad de adaptarme. Sinceramente digo que me baso en mi completa intuición para valorar las palabras de Yvette...y atraído por la seguridad de la que desprendía. Cuando la lógica no funciona me baso en mi intuición. Cada día que pasa todo es más irreal y cada explicación pausible se hace más larga y enrevesada...porque lo que no tiene explicación no la tiene. Lo siento, cuando lo posible no me da respuestas empiezo a no descartar lo imposible. El o los asesinos, por meticulosos que sean jamás habrían podido preveer o planificar que el doctor -o alguien- muriese por Accidente cortándose. Planear matar ellos cortando, claro, pero entramos ya en el campo de la adivinación. Cualquier explicación a eso es imposible. Y antes de que descarten eso hagamos una prueba. ¿Quien de nosotros no ha pasado una noche en vela? Yo mismo he llegado a pasar dos noches sin dormir vigilando un coche desde un piso franco. Y si antes era capaz de eso desde que estoy aquí no he conseguido estar despierto ni una noche completa, a pesar de que la primera noche los crímenes que me hizo recordar el maldito gramófono me corroían como ácido, y a pesar de los nervios y el miedo de la segunda noche a que me mataran. Ríanse de mí y señálenme con el dedo, pero insto a los presentes a permanecer despiertos una sola noche. Estoy seguro de que ninguno de todos somos capaces. Owen respiró pesadamente Hay un componente humano en los asesinatos y en mucha de las cosas que suceden...pero el o los asesinos estan respaldados por una fuerza inexplicable. Llámenla como quieran pero ténganla en cuenta porque estoy seguro que es un factor clave para nuestra supervivencia. Owen sabía que se iban a burlar de él, era una salida más fácil que creer en cosas que uno no podía entender...y que por lo tanto podían llegar a ser aterradoras.

Sean se apoyó donde pudo ya que le cedió su sitio a la señora Beddinfield. Que ella no lo cogiese...no le permitía remotarlo.

Una vez apoyado tomó pose de pensador e hizo eso mismo, pues no tenía mucho más que añadir y los nuevos comentarios aunque no se ajustaban a sus pensamientos...quizás podía aprovechar otros puntos de vista.......

Llegas al hall, como hiciste ayer, y te encuentras una reunión de huéspedes, cosa que parece venir siendo ya habitual aquí.

En esta ocasión encuentras reunidos a Sean Arbuthnot, Prudence Bennet, Penny Barrow, Owen Cray, Sir Gustave Cavanough y Margaret Beddingfeld.

La señorita Cavendish hace acto de presencia en el Hall.

Señor Cray. Citando a un colega, cuando se descarta todo lo posible, lo restante, por improbable que parezca, debe ser la solución. No le culpo por abandonar la búsqueda de una explicación no sobrenatural, pero comprenda que los demás, incluso siendo creyentes, no abandonemos tan sencillamente esta búsqueda de explicaciones. Sé que parece imposible lo ocurrido hoy, pero me parece más difícil conseguir que alguien muera por un ataque al corazón cuando no se sabe a ciencia cierta quién va a ser señalado que acorralar a alguien que está siendo acusado contra una pared en la que se ha preparado una trampa mecánica. Lo más difícil de explicar de ayer creo que sería el punto de la estatuilla, pero no estoy seguro de si en el momento de la acusación estabamos todos o alguien se había ocultado. Además, existe la posibilidad de que ya la hubiesen roto antes del aciago momento y que, en realidad, les hubiese servido cualquier señalado para ser eliminado de esta forma. ¿y que pasa si no era un negrito el elegido? Pues que sencillamente no hubiesen detonado la trampa, hubiesen esperado a esta noche y asesinado a un negrito cortándolo en dos y la figura rota seguiría aplicando... con todo, esta es una explicación pillada por los pelos y sacada de la recurrente lectura de ficción, y todos sabemos la consecuencia de haber aplicado hoy métodos más propios de la ficción...

Aún con todo, quiero proponerles un plan de acción para mañana. Pero antes, y para introducir a la señorita Cavendish al tema - digo con un gesto de saludo hacia ella - Hablamos de dos posibilidades: o bien el anfitrión es uno de nosotros o bien se encuentra escondido y orquestando todo esto. En cualquier caso, parece asumible que no hemos encontrado el lugar desde el que los invitados asesinos y el anfitrión (sea o no un invitado) operan. Si les parece, acorde a lo dicho por la señorita Barrow, mañana nos organizamos en una batida que registre la isla y otro grupo que registre la casa. Lo cierto es que ni siquiera estamos seguros de que esta sea la única estructura en esta isla, así que los del exterior deberiamos hacer un barrido completo buscando escondites naturales o artificiales. Los del interior deberían concentrar sus esfuerzos en comprobar lo que en arquitectura podríamos llamar "espacios perdidos". Paredes que separan habitaciones cuyas puertas están a más pasos de distancia por el pasillo que la suma de pasos por el interior desde la puerta hasta la pared por ejemplo. Yo personalmente creo que, dada la tortura a Von Bach, o esta casa tiene un sótano o algún tipo de sala insonorizada, así que empezaría por centrar mis esfuerzos en la planta baja. ¡Ah! ¡casi se me olvida por divagar! El grupo de la casa también estaría bien que analizase... bueno... sé que es desagradable, pero que analizasemos el escudo de armas con los alfanjes y la pared en la que se encontraba buscando un pasadizo desde el que cortar la cuerda que lo sujetara o algún tipo de mecanismo oculto en el objeto o en la pared... ya saben, cualquier cosa que sirva para buscar una explicación distinta a la propuesta por el señor Cray. Como dije al principio, para descartar todo lo posible antes de creer en lo improbable

¿Les parece correcto?

Al notar la incomodidad del señor Arbuthnot Margaret sonrió divertida. No había sido intencional rechazar el ofrecimiento. Simplemente había permanecido de pie pues necesitaba estirar las piernas. Al ver que su actitud podía ser tomada como una falta de cortesía, tomó asiento en el lugar dejado por Sean y le agradeció modestamente*.

Pasado aquel momento de incomodidad divertida, la mujer volvió al tema que los ocupaba.

-Sir Gustave, permita remontarme un poco hacia atrás en la conversación, ya que algo de lo planteado por usted me ha quedado haciendo "ruido". Creo que estamos de acuerdo en que el cerebro detrás de los asesinatos no pudo haber realizado toda la faena el solo. Ya sea que permanezca en las sombras o que se encuentre disfrazado entre los invitados, por fuerza tiene cómplices entre ellos y de alguna manera tiene que comunicarles quién o quienes son las siguientes víctimas. Por lo tanto, no dudo que durante el día, mientras intentamos desentrañar esta madeja, entre ellos se comunican de alguna forma para coordinar las acciones de la noche. Por otra parte, si yo fuera la persona que ha ideado este escenario de terror, me infiltraría entre los ignorantes para averiguar si, de alguna manera, se acercan a frustrar mis planes. Por lo que, las reuniones pactadas durante el día (ya sean públicas o privadas) no son indicativas ni de inocencia ni de culpabilidad. Creo que por ese lado, mucho no podemos ahondar. Salvo que pesquemos in fraganti a los conspiradores, será difícil obtener algo útil a partir de ahí.

-Así que me sumo a la idea propuesta por Penny. Si nos dividimos, podemos llegar a sorprenderlos con las manos en la masa. Propongo que los grupos sean organizados por sorteo, así no hay suspicacias sobre quién estuvo con quién y descartamos la sospecha de asociación por conveniencia para conspirar.

Que se infiltren no lo dudo, por eso digo uno o varios inocentes. Lo que dudo mucho es que sean dos culpables los que hablen por lo bajo, ya que tienen medios mucho más seguros de organizarse: desde moverse libremente (como parece que hacen) a quedar de manera grupal. Por eso sigo en la opinión de que si dos sujetos cualesquiera A y B quedan por lo bajini, de las cuatro posibilidades: A y B inocentes; A culpable y B inocente; A inocente y B culpable; y A y B inocentes, yo descartaría la última opción a no ser que lo hiciesen esperando ser escuchados y queriendo causar confusión.

Pero bueno, en cualquier caso, como dice el señor Arbuthnot, la idea es exprimir nuestras mentes, con que pensemos sobre ello ya es bastante

En cuanto a los grupos, estoy de acuerdo con usted, aunque si puedo elegir prefiero el exterior. Paradojicamente, cuant menos gente quedamos, la casa me parece cada vez más pequeña.

Llegas al hall y te encuentras una reunión de huéspedes, cosa que parece venir siendo ya habitual aquí.

En esta ocasión encuentras reunidos a Sean Arbuthnot, Prudence Bennet, Penny Barrow, Owen Cray, Sir Gustave Cavanough, Margaret Beddingfeld y Elisabeth Cavendish.

Llega al Hall el señor Wesley Barrow

Gustave estornudó, lo cual le sorprendió un poco.

Bienvenido Wesley. Parece que hoy el poder de convocatoria ha sido mayor. ¿Sabes? En realidad te echábamos en falta. Eres una de las personas con más posibilidades de arrojar algo de luz a todo esto.

Owen saludó al recién llegado, luego se dirigió hacia Gustave.
Mi intención no era para nada descartar el factor humano, sino sumar la participación activa de una fuerza superior. La idea de buscar pistas y escondites en el exterior y en el interior de la casa es buena idea y puede contar conmigo. Bueno, si todavía sigo en este mundo. Por muy extrañas que sean algunas muertes durante el día y algunos sucesos como el reparto de cuadros otras muertes han sido mucho más...terrenales. Muertes a disparos, por veneno...
Owen miró hacia el recién llegado.
Podría ser que las voces...o los muertos, te hayan dicho algo? lejos de denotar el sarcasmo con que se había dirigido hacia él antes de la muerte del doctor, la pregunta de Owen ahora era totamente seria.

Sonríe a Cavanough y le da la mano, con la otra, amistosamente agarrándole del antebrazo. - Gustave, encantado de verte. - Dedica la mayor de las sonrisas, si es que no la tenía ya, al Sir galés y le suelta la mano. Saluda entonces con un gesto con la cabeza al resto, Penny incluida. - Buenas noches a todos. - Escucha la pregunta de Owen Cray. - Siendo honestos, sí. - Confiesa al señor Cray y se dirige al resto. - El señor Champlain, el fallecido Doctor, está convencido de que la señora Dupont, la señorita Mercier y la doncella Eleanor Morstan son dignas de desconfianza. Realmente solo ha dado motivo de peso para la segunda, a la que encuentra insoportable. Yo mismo estoy de acuerdo. Los otros, como Dyle, Crowden y Von Baach, permanecen en silencio. Finalmente, Fausto y Ágape están recordándose su amor constantemente.

Los tres nombres pronunciados por Wesley como confianza del doctor sorprenden a Gustave

Disculpenme que interrumpa, pero yo si tengo un motivo para barajar esos tres nombres de inocente y me hace sentir aun mas culpable deseñalar al doctor con mis sospechas

No es nada nuevo porque ya lo dije antes, pero Wesley no está al tanto. De la posible inocencia de Mercier ya se ha hablado aquí con diferentes posturas, pero respecto a las otras dos mujeres: Si entendemos que Dyle es culpable, según la teoría que les presenté sobre que dos culpables no se citarían directamente entre ellos para por la noche (porque no necesitan exponerse a convocarse mutuamente en público cuando tienen medios para verse de noche sin previa citación), en ese caso y teniendo en cuenta que tanto Morstan como Dupont se citaron con Dyle, bajo esa teoría como ya expuse ambas serían inocentes. Wesley, podrías preguntarle al doctor ¿por qué defiende a esas dos mujeres? Y... también a título personal... me interesa saber por qué mintió a mi pregunta directa cuando ya ha quedado claro que no era culpable.

Al hacer esa pregunta se ruborizó. En realidad asumía completamente que el causante de la muerte era els er retorcido que les había unido allí y no el propio Gustave, pero no podía evitar sentirse responsable al pensar que su acusación sobre el doctor había jugado un papel fundamental.

Mientras tanto... señor Cray, ¿usted perteneció a la misma mafia que Predatore? ¿Le suena que la organización a la que un día perteneció tuviese relación con alguno de los presentes en la casa? No necesariamente por pertenencia, por ejemplo, podría ser como peones de algún movimiento de la mafia. Es un tiro al aire, pero puede ser relevante la respuesta.

Owen suspiró, las dos fuerzas inexplicables que podían ofrecerles información -si ellos llegaban a creerlas- colisionaban en la figura de Yvette. Por su actuación Owen pensaba darle su voto de confianza... al menos hasta saber aquellas razones de peso para desconfiar de ella.
Coincido en desconfiar de la silenciosa Dupont y de la demasiado misteriosa Morstan, pero no hay nada sólido detrás de estas sospechas más que sus ausencias o sus poco aclaradoras palabras...cuando se dignan a hablar. Así que más bien podría decir que sospecho de ellas por intuición, la misma intuición que en estos momentos me dice que Yvette es una pieza muy valiosa para aquellos que no queramos que esta isla se convierta en nuestra tumba. Aún así, me gustaría escuchar -si las sabe- las razones de peso que dió el buén doctor para desconfiar de Yvette. Y ya a título personal, si de alguna manera se vuelve a comunicar con el doctor, ¿podría decirle que lo siento? Las últimas palabras las dijo con voz insegura, como las de alguien que dice sus pecados en confesión a un representante de una religión en la que aún no cree totalmente.

Owen escuchó las palabras de Gustave. La banda con la que trabajaba se dedicaba en exclusiva al tráfico de alcohol, que ahora ya es completamente legal* en EEUU. En el momento de abandonar mi...oficio, por causas morales, jamás había escuchado el nombre de Predatore. Pero indirectamente diría que perfectamente podría tener relación con cualquiera de los presentes, de la misma manera que yo también. Me explico, me crié en la calle, luego pasé a mensajero y luego me reclutaron como pistolero. Realmente cuando tu vida te importa un pimiento la de los demás también, y si tu trabajo es matar a alguien que está comiendo en un restaurante rodeado de sus matones, entras y disparas hasta vaciar el cargador. He matado a muchas más de cien personas y escupiría en la tumba de la gran mayoría de ellas...pero un día te das cuenta de que junto a esa escoria -cuyas vidas valen tan poco como la mía propia- has matado gente inocente cuyo unico pecado era cenar en la mesa de atrás. Esas diez, quizás quince personas... son las que pesan como anclas y tiran de tí hacia el infierno. Las últimas palabras las había dicho casi para él, como si hablara solo y sus palabras no llevaran a ningún lugar más que su conciencia.
Y esos inocentes podrían haber sido el hermano, la cuñada, el sobrino, un tío... de cualquiera de los presentes. Así que imagínate si llevas a tu cargo a cientos de pistoleros como podría llevar un capo como Predatore, puedes no haber matado directamente a nadie...pero muchos inocentes han muerto por tí que podrían tener cualquier tipo de relación con los presentes, incluso con varios de ellos. Con eso Owen recordó que, en esos momentos y con Predatore y el doctor muertos, él, de todos los invitados, era quién más vidas había cercenado.
A pesar de eso, de que sabía que era injusto que alguien como él pidiese nada a Dios, no podía evitarlo. Ayúdame, ayúdame a volver a casa.