Partida Rol por web

- Yo no he conseguido ver nada...

Miro hacia todos los lados, pues me extraña mucho que dos personas lo afirmen

- soy el unico que no lo ha visto?

Iba a contestar sobre los negritos, pero algo más urgente captó la atención de todos. Me sorprendió sobre manera la declaración de Sally, más ue la de Wesley.

Yo tampoco he visto nada. ¿Siguen aquí? Quizás intentan comunicarse con nosotros, pero no solo a través de Wesley ¿qué están haciendo?

Wesley niega con la cabeza, medio conmocionado aún. - No lo entiendo. De verdad. No había visto algo así antes... - Mira a Sally Miles y se encoge de hombros. - No puede ser bueno. Eso está claro. - Dice con una voz que se siente disimuladamente temblorosa.

Wesley también parecía haber visto lo que ella. Y decía no haber visto nunca nada como eso. Y eso que decía hablar con los muertos. Por supuesto, para ella que los muertos siempre habían sido solo eso, la posibilidad de ver fantasmas le aterraba tanto como le parecía ridículo.  -  No hacen otra cosa que mirarnos. No sé qué puede significar.

Pero al igual que Wesley, no pensaba que fuera nada bueno.

Ahora que los vivos han reaccionado, también os veis el uno al otro. Hasta ahora no habíais cruzado vuestras fantasmales miradas.

Al observaros os dais cuenta que quizá vuestra silueta sea más consistente que la última vez. Quizá por eso seais ahora visibles para aquellos más perceptivos.

Parece como si ambas siluetas comiencen a desdibujarse, como en una bruma etérea, aunque sin dejar de observaros.

La señora Bennett en silencio clavaba la mirada en una de las esquinas, y con mas atención cuando algunos de los presentes, dijeron ver lo que para ella eran ensoñaciones.

-Si, es cierto, los fantasmas nos rodean.-Dijo asustada.-¿Ni muertos podremos dejar esta casa?-Una pregunta estúpida, después de todo, si el hermano de su pupila decía poder verlos, estaba claro que la respuesta era un rotundo no. Pero cuando las figuras se desvanecieron en parte recobro algo de calma.
-Pa... parece que ya se van.-Se agarro el broche de su madre para buscar consuelo, ya que su amado no podia rodearle con sus brazos.

-Señorito Barrow Podría usted que, habla con ellos ¿Preguntarles que buscaban? ¿Porque estaban aquí?-Algo que ella en el fondo esperaba que aquel hombre hubiera tenido iniciativa suficiente como para preguntarles antes.

Sigo mirando a todos los lados preocupado. Sigo sin ver nada.

- Señores, esto me tiene absolutamente preocupado. Es una sorpresa enorme lo que esta psando ahoramismo, pues desafia toda la realidad. No se si ha tenido que ver con fijarnos en el orden de las estatuillas o....mañana tendremos que preguntar que han hecho los otros.

Mira al "hermano"

- Intenta hablar con ellos, a ver si podemos sacar una explicacion.

Luego mira al resto.

- Señores, he de confesar que estoy aterrado. Esto es completamente sobrenatural. Ni en mis peores pesadillas que incluyen a un monton de insectos como abejas, avispas, hormigas y demas que me atacan arrancandome toda la carne, creo que me pueda sentir mas desnudo que lo que temo que me pueda sentir si esto avanza. Debemos darle una solucion ya.

A mi lo que más me aterra es que si esto adquiere tintes sobrenaturales, poco tiene que ver aquí la razón... ¿alguien se acordó ayer de comprobar el escudo de armas buscando un mecanismo? Empiezo a creer la postura del señor Cray con más firmeza...

- Creo que la señorita Margaret está en lo cierto. Dudo que las figuras nos sirvan de mucho salvo para quizás ponernos la soga en el cuello.

Cuando Wesley mencionó a los fantasmas, no le dí demasiada importancia, pero al ver que eran más las personas que parecían haberlos visto, busqué por la sala, preocupada, sin poder encontrar nada.

- Yo tampoco he visto nada... -Y no estoy segura de si me habría gustado hacerlo.- ¿No señalaron nada? ¿No miraban a nadie en concreto? -Pregunté, mirando únicamente a Sally.

Cuando Barrow señaló hacia el rincón, Margaret miró con escepticismo. Aún no terminaba de creerse el numerito del medium que el caballero había montado, más cuando hasta el momento, de poco había servido su capacidad. Pero cuando sus palabras fueron confirmadas por las señoras Miles y Bennett, aquello adquirió otro cariz.

Asustada, aguardó a que respondieran las preguntas formuladas. Sin esas respuestas poco más podía aportar.
 

Seguía algo asustada, por aquellas presencias que se resistían en desaparecer. Aún cuando Elisabeth le formuló la pregunta y Sally le respondió, no apartó la mirada de aquellos seres que la mayoría parecía no ver.  -  No creo que miren a nadie en concreto, y si no estoy en lo cierto soy incapaz de ver a quien observan. De hecho, aunque sus siluetas comienzan a verse más difuminadas, aún están aquí.

Lo que decía sonaba a locura. Ella misma creería que se trataba de alucinaciones por el cansancio o alguna otra razón. Pero al menos dos personas más veían lo mismo.  -  ¿Qué explicación puede tener una cosa así? Aunque nos drogaran, ¿qué posibilidades hay de que veamos lo mismo tres de nosotros?

El cansancio hacía mella en todos y cada uno de los presentes. Aquellos que afirmaban haber tenido unas extrañas visiones estaban aún más atribulados que el resto.

Sea como fuere, la reunión comenzó a disolverse y cada cual comenzó a ir hacia sus respectivas habitaciones.

Caminando pausadamente, llegas al hall. El otrora concurrido lugar está completamente vacío. Por lo menos, por ahora. Si habrá reunión aquí esta noche, no puedes saberlo, en todo caso, eres la primera en llegar.

Era extraño encontrarse en aquella habitación, totalmente vacía y silenciosa. Muchas cosas habían sucedido en ese salón durante los días que habían permanecido atrapados en la Isla del Negro. Muchos gritos, acusaciones, violencia contenida, muerte.

Aún resonaba en su cabeza las últimas palabras de Penny. ¿Quién la había poseído? ¿Quién se estaba vengando de ella? ¿Sería Predatore, reconociéndola como una de las asesinas que acabaron con su vida y forzaron a su amada a seguir sus pasos? ¿O sería alguien del pasado de la señorita?

Preguntas y más preguntas que nadie más que ella o tal vez su hermano pudieran responder. Mientras Margaret aguardaba a que alguien más apareciera por allí, tomó asiento frente al fuego y se dedicó a contemplar las llamas sumida en sus pensamientos. Aunque quisiera, no podía evitar que la rueda continuara girando.

Al salir de tu habitación, bajas por las escaleras que quedan en frente de la misma. Al llegar abajo encaras el pasillo que te lleva al fastuoso hall, tan concurrido anoche.

Sin embargo, hoy no lo está tanto, o no todavía. Sea como fuere, sólo está presente la señora Margaret Beddingfeld, sentada junto al hogar, absorta en las llamas.

Hace acto de presencia en el hall Jacqueline Dupont.

Margaret se encontraba en el salón, sentada frente al fuego con actitud pensativa. Al ver que la señora Dupont asomaba al hall de la mansión, le hizo señas para que se reuniera con ella. Hasta ese momento apenas habían cruzado palabra pero dadas las circunstancias y teniendo la palabra de Yvette de que se podía confiar en ella, lo mejor era unir cabezas para hallar a los asesinos que quedaban.

-Jacques por favor. Acérquese y conversemos un rato. Al lado del fuego se está muy bien.

El fantasma de Fausto llega, con sólo proponérselo, al Hall. Allí encuentra hablando a Margaret Beddingfeld y Jacqueline Dupont. Margaret sentada ante el fuego, Jacqueline aún de pié. 

-¿Tampoco usted puede dormir? -le pregunto. La jaqueca que me acechaba se hizo realidad, y la habitación se me antojó una cárcel de oro. Me alegré de encontrar a Margaret, parecía una persona cabal. Me senté con ella, aceptando su invitación-. No podré estar mucho rato, necesito dormir varias horas por mi piel, aunque ahora mismo no lo conseguía.. ¿Qué opina de lo acontecido? Yo estoy muy confusa. El reverendo dice ser ahora un fantasma, eso me dejó trastocada..