Partida Rol por web

Con lo Marceline estaba acojonado, pero lo de Nil me deja boquiabierto. En mi mente, mi mandíbula golpeaba el suelo.
Compruebo mis bolsillos, vacíos, bien, el alivio se apropia de mi gesto. Estaba convencido de que no había vuelto al LSD pero uno nunca puede estar seguro del todo. Miro a mi alrededor, Naica estaba con las orejas pegadas al cráneo y las pupilas dilatadas, el pelo de su lomo erizado, revelando lo que yo sentía. 

Probablemente cuando alguien cuente la historia usará palabras bonitas, pero para ser sinceros, estaba cagado de miedo.

-Vale, no sé quién es el hada madrina, pero no he visto a nadie con alas, ni varitas con estrellas en la punta. ¿Que coño os ha pasado? Resurrección a parte. Sois... cosas, diferentes y bizarras...más de lo que erais antes.- No tenía claro con que flipaba más si con la fusión de Madelaine, o la resurrección como paladín de Nil. De hecho, me doy cuenta que hecho de menos mi LSD. Parecía la mejor forma de afrontar todo esto.

Abro los ojos sorprendida ante lo que está sucediendo y trato de enfocar la mirada para asegurarme de que todo lo que sucede es cierto.

-Qué... mal rollo.

Digo con completa sinceridad. Niego con la cabeza lentamente haciendo un esfuerzo por comprender qué está sucediendo. Entreabro los labios como para decir algo pero vuelvo a cerrarlos. Finalmente me centro en Nil, aunque sin perder de vista a Marceline, claramente mis cabellos están erizados por la situación general y por ese aura... de superioridad que irradian.

-Bienvenidos... supongo. ¿Y ahora... qué?

Pregunto al aire, esperando alguna respuesta, o alguna orientación, atenta a cualquier gesto.

Megan escuchaba cómo se desarrollaban las conversaciones y hay algo que sucede y roba su aliento. Marceline comienza a levantarse, pero hay algo diferente en ella. Al parecer, su figura y la de su águila se habían fusionado y ahora eran un solo ser que había vuelto a la vida.

Antes de que pudiera decir algo, Nil parece levantarse y ahora tenía un arma en su mano. Todo esto era muy confuso. ¿Había alguien con la capacidad de traer a más de una persona de la muerte? ¿Nil podía hacerlo? ¿Qué pudo haber sucedido?

Megan se acerca a los dos que han vuelto a la vida y les pregunta - Sé que es un poco ilógico y todo eso pero ¿Nil también es un Grovehn ahora? ¿Y hay algo que puedan compartirnos de lo que sucedió? - la joven se encuentra realmente indignada y algo desorientada. Si las cosas no fueran extrañas, estaban por serlo aún más.

Suspiré al escuchar la pregunta de Alice y me disponía a responder a lo mismo una vez más cuando, primero Marceline y Nil después, volvieron a moverse, mostrándose diferentes, más poderosos. Por mucho que supiera lo que estaba pasando, ver la transformación en directo, delante de mis ojos, era sencillamente increíble. Y la contemplé con los ojos muy abiertos, apreciando cada cambio en sus cuerpos y actitudes.

- Ahora tienen el Último Legado. Los tres legados les pertenecen. - Respondí en voz baja a los que parecían atónitos al contemplarlos. Después me giré hacia ellos dos y asentí con la cabeza. - Me alegro de veros de vuelta. 

Finalmente me aparté un poco, para volver a sentarme. Ya había dicho lo que tenía que decir y a pesar de saber que era lo más justo, sentía un ligero sabor amargo en la garganta. 

Un sonido lejano trajo a Eko de nuevo a la realidad, como si una misma gota estuviese cayendo una y otra vez, y con cada golpe devolviese un poco de la consciencia a su mente.

Cuando despertó, miró alrededor. Los cuerpos de Nil y Marceline le hicieron dibujar una mueca de disgusto, y permaneció atento, esperando encontrar en las reacciones de unos y otros algún indicio delator.

Las palabras de Vanna le produjeron cierta extrañeza. No tenía claro si lo decía en broma o en serio, pero ni siquiera llegó a contestar. En lugar de eso se puso en pie y, con las conversaciones de los demás de fondo, fue tomando nota mental de lo que unos y otros decían.

No supo cómo tomarse el regreso de Marceline primero y de Nil después. Estaban de vuelta, sí, pero aquello sólo era una señal más de lo diferente que era todo. Los observó alzarse, completamente cambiados, y no pudo evitar preguntarse cómo lo haría él si le sucediera lo mismo.

Cuando Zyllah respondió a las preguntas que se estaban formando él le dirigió una mirada fría antes de añadir.

- Así es. Os hablamos del Último Legado hace dos días, pero no quisisteis creernos. Ahora lo tenéis delante de vuestros ojos. Esta es la causa del ansia de poder de tantos.

Todo había ocurrido tan deprisa, ver a Nil y a Marceline muertos, escuchar las diferentes conjeturas de Gabriel y las acusaciones de Zyllah hacia Seele y ahora de nuevo estaban entre nosotros..Marceline y Nil

Su nuevo aspecto imponía...no pude evitar quedarme estupefacta al ver a la nueva Marceline...y luego a Nil. Las palabras de Eko me sacaron de mi sorpresa:

- ¿los tres legados juntos?¿A que te refieres?- dije mirando con cierto temor a los recién llegados- eso es malo o es bueno ¿son superiores a nosotros?¿debemos temerlos? - en mi mente no dejaba de hacerme preguntas-.

Miré a Zyllah, su acusación directa hacia Seele me dejó pensativa y las palabras de Gabriel parecían un intento frustrado de desviar la atención hacia ellos.

Esperé la contestación de Eko, sin dejar de mirar a Nil y a Marceline.

Me despierto escuchando voves a mi alrededor, se lo que ha pasado alguien ha muerto y no quiero saber quien. De pornto me tenso, hay alguien a mi lado y sé que no es ni Poron ni Andrew, por entre las pestañas entornadas veo a Gabriel... ¿tocando a Saskia? Me pongo automáticamente en guardia, por nuestro vinculo ella me dice que está bien. Gabriel se aleja y yo me muevo lentamente con el ceño fruncido y con intención de dejarle las cosas claras al Melknhar, sin embargo al ver a Nil y a Marceline se me olvida todo.

-¿Dos?- susurro en voz baja para mi misma. El estado del cuerpo de Nil es morboso, toda una escenografía preparada para impresionar y ... la verdad es que lo consigue, pero el de Marceline es terrible, el ensañamiento ha sido brutal. Una hermana de legado y su ave, casi puedo visualizar a Saskia en su lugar, una lágrima recorre mi mejilla y parpadeo para frenar las que sé que vienen detrás.

Desde donde me encuentro, aún contra la pared, observo un nuevo enfrentamiento entre Andrew y Gabriel, pero en esta ocasión hay dos diferencias respecto a las anteriores veces. Por un lado Andrew es más dueño de si mismo está calmado y no responde a las provocaciones de Gabriel. Por otro, para mi más importante, ahora estoy de acuerdo con Andrew. 

Me acerco a ellos, tratando de evitar fijarme demasiado en los cuerpos que impregnan el ambiente de un intenso olor a sangre, mi intención es poner a Gabriel en su sitio pero entonces algo sucede que me deja con la boca abierta. El cuerpo de Marceline se mueve fusionandose con su ave y vuelve a la vida, a continuación el de Nil envuelto en llamas recupera su salud y su juventud en pocos segundos. Impresionada escucho a Zyllah explicar que ahora tienen los tres legados.

- No entiendo nada, entonces, ¿alguien os ha resucitado? No me interpretéis mal, es lo único bueno que ha pasado desde que abrí los ojos.- añado hablando a Nil y a Marceline pero mirando a Gabriel con la mirada helada.- Me alegro, de verdad, de que estéis bien.

- Gabriel, te voy a explicar la diferencia entre los cánidos y los felinos. Los felinos, como la gata de Yormund, cuando les acaricias y les gusta ronronean, pero si un cánido hace un sonido similar a un ronroneo es que te está gruñendo.- palmee el lomo de Saskia que estaba casi más enfadada que yo- No creas que le caes bien, da gracias a que le pedí que se controlara, si no ahora mismo tendrías un muñón sanguinoliento en lugar de mano. Que te quede bien claro, si vuelves a intentar acercarte a mi o a ella cuando estoy con la guardia baja no será tan benévola. - me giré para volver a mi sitio junto a la pared y al sentarme añadí.

-Es cierto que te dije que te abrieras, pero eso debió de ser antes, no ahora cuando estás en el punto de mira, porque parece una estratégia para parecer más amable.

Escucha las palabras de Marcine y trata de recordar sin exito las insinuaciones de ella. Saca otro cigarrillo mientras mira a Nil levantarse de nuevo entro los muertos y prestando atencion a los otros junto a sus palabras.

Mejor fumatelo ahora... dijo ofreciendoselo No hay pistas nuevas, solo la misma discusion que ayer en contra de Gabriel y Seele. Megan sugirio en un momento que habia podido ser el culpable de tu muerte, aunque le explique que no tenia razon de hacerlo por la paz a la que llegamos anoche. le informo al ver que todos los demas parecian haber quedado estupidos como si miraran una luz brillante, ignorandola.

No era que no lo impresionara o lo dejara con pocas palabras tales eventos en sus ojos, pero por otra parte seguian habiendo asesinos entre ellos y nadie parecia aportar nada mas. Como te sentis? le pregunto no pareciendo muy interesado por su tono, luego que dijieran que tenian el Último Legado.

Sintió cómo un frío intenso le acariciaba el cuerpo, haciéndola sentír un escalofrío. Un gotear de fondo, voces conocidas y un dolor intenso hicieron que abriese los ojos de manera lenta. Al principio la luz la cegó, obligándola nuevamente a cerrar los ojos, cubriéndose a su vez con la mano. Sintió cómo su cuerpo crujió, y es que tantas horas sobre el frío suelo acurrucada, no había provocado más que un entumecimiento de su cuerpo. "Todo es real... " pensó mientras se levantaba de manera suave, cuando consiguió quedar sentada abrió del todo los ojos, aún  sentía algo de molestia por la claridad pero según pasaban los minutos se iba acostumbrado. No lo dudó, lentamente hizo un barrido con la mirada, sintiendo miedo por lo que pudiese encontrarse y no fue para menos, el primer cuerpo que fue localizado era el de la joven de aspecto delicado.- Qué cojones... -Retiró la mirada hacia otro lado, siguiendo con ese "barrido", al principio no vio más cosa que la tranquilizó, pero el goteo seguía y no era de Marceline ¿Entonces? Lentamente alzó la mirada y sus ojos se abrieron completamente.-Qué diablos...-De repente no entendía nada, se sentía abrumada, confusa...

Durante ese corto espacio de tiempo en el cual se había dedicado a observar, no se había percatado del dolor de su tobillo, nuevamente sentía ese intenso quemazón que parecía querer traspasar hasta lo más profundo. Llevó una mano a él y lo apretó con tanta fuerza podía "Aguantar, sobrevivir, aprender... Aguanta, Ira, aguanta" Soltó todo el aire de manera lenta, mientras se ponía en pie. De fondo escuchó las distintas conversaciones que se habían dado, por algún extraño motivo no pudo evitar sonreír ¿Cómo podían caer en ese juego? Acaso no se daban cuenta de que estaban intentando enfentarnos... Y desgraciadamente, lo estaban consiguiendo. Esa sonrisa se borró de sus labios casi al instante, de repente se preguntaba cual era la parte predominante: Bestias o Humanos... Se comportaban cómo lo primero, pero actuaban cómo lo segundo al dejarse arrastrar a aquel dichoso juego.

Iba a participar en la conversación activa en la cual estaban varios de sus hermanos, pero algo sonó tras ella. Con lentitud se giró hasta encontrarse primero con Marceline ¿Qué habían hecho con ella? ¿Qué le había pasado? Una extraña sensación pasó por su cuerpo recorriéndola de arriba a abajo, pero eso mismo sucedió con el segundo. De repente ese juego se estaba volviendo macabro y la inquietaba.-Espero que vuestra vuelta sirva de ayuda para dar con quienes atacan cada noche. Bienvenidos.-Su voz no era fuerte, nunca lo había sido, en realidad era una mezcla de dulzura y suavidad.-No quisiera ser... Inoportuna, pero podríais explicarme más sobre el "Último" legado. Creo no ser la única que no tiene idea alguna sobre ello y que es completamente desconocedora... -El participar en conversaciones no era su punto fuerte, siempre había sido solitaria, pero este caso lo pedía.

Eko asiente con gravedad a la pregunta de Lennish y, al ver que no sólo ella parece querer más información, se decide a hablar. Lo hace desde el suelo, sentado, con la voz un poco tomada y poca emoción. Sus ojos están cansados y, aunque de vez en cuando observa a Nil y Marceline, se centra más en aquellos que han preguntado.

- Todo lo que sé es en referencia a la anterior batalla. - Comienza - Quizá Andrew o Nil puedan explicarlo mejor, yo hablaré desde lo que he visto y oído, pero no lo he experimentado.

- Aquellos que volvían a la vida en el lugar donde se desarrolló, dentro de la catedral, al hacerlo habían cambiado. Su aspecto físico, su actitud, su porte. Y sus poderes.

- Mi padre era un hijo de Grovehn, con una hoz como arma. A pesar de que su muerte ni siquiera fue verdadera, cuando Jared... Cuando Nil le devolvió a la vida poseía un compañero animal y control sobre el lodo. Nybras, de Eve, llegó con Nyx, y aún ahora posee la capacidad de transformarse en niebla y afinidad con los kunais. Verona, de Melknhar, podía desintegrar cualquier cosa, y a partir de entonces la acompañaba una serpiente, y tenía como arma unas cadenas acabadas en bolas.

- Hubo más: Azhariel, Escoria, el propio Valfar... pero algunos se quedaron allí.

- Son gente que presenta los poderes de los tres legados, pero la debilidad de ninguno. Quizá el compañero de Nil tarde en aparecer, pero seguro que lo hará. - Explica, antes de repasar al hombre una vez más con la mirada.

- Pero en el peor de los casos, no os preocupéis: llegado el caso, si hiciera falta, caen como cualquiera en las votaciones. - Concluyó, antes de lanzar un largo suspiro.

Traté de resistirme al sueño inducido que ese lugar provoca en nosotros, o al menos eso parece, pero no conseguí evitarlo. Sucumbí a la oscuridad. Al despertar, la claridad del día iba cegándome. Aturdida, escucho un sonido constante, siguiendo un patrón. Lento. Un sonido fino, que paulatinamente se iba a haciendo más nítido a medida que me voy despertando. Escucho también al resto de semidemonios despertarse y moviéndose. El sonido parece el de un goteo y al dirigir la mirada hacia la fuente del goteo observo con horror a Nil colgado, con un símbolo gravado a sangre en su cuerpo y su garganta lacerada. Aunque me parece que ha tenido que sufrir una muerte terrible y mi expresión acompaña mis pensamientos, no puedo apartar la mirada del lamentable estado en el que se encuentra. Juegan con todos nosotros y lo más triste es que somos un mero entretenimiento para esos seres.

Aunque el horror esta vez no viene solo. Me pongo en pie, observando que en un lateral de la sala yace el cuerpo de otra persona.  Una mujer. Tardo en identificarla, recorriendo con temor todas las heridas, fracturas y torturas en general que parece haber sufrido antes de morir hasta llegar a su lastimado rostro. Es Marceline. No me cabe en la cabeza qué puede pasar por la mente de alguien capaz de hacer algo así. Sé que tenemos sangre de demonio recorriendo nuestras venas, pero somos mejor que los autores o autor de esta masacre sin sentido.

- Estamos condenados… -murmuro, alejando la mirada de aquella horrible escena. A estas alturas me pregunto si el sello no estará ya roto y aquí solo estamos para alargar más nuestra hora de morir y nuestro sufrimiento.

De nuevo, unos y otros empiezan a inculparse, aunque tengo la sensación que están focalizando su atención en un objetivo común. Si fuera tan fácil acertar al señalar a un culpable no tardaríamos más que unos minutos en hacer limpieza y darles su merecido a ese par de carroñeras infames. Pero nadie ha dicho que vaya a ser fácil. Es por ello que de momento me reservo mi opinión sobre el tema que están tratando, aunque no ceso de prestarles atención a unos y a otros.

Repentinamente, y sin que logremos dar crédito con lo que está sucediendo, Marceline vuelve a la vida en forma de arpía o semejante, con plumaje que cubre todo su cuerpo y garras poderosas en lugar de manos. Y no poco más tarde, Nil vuelve a la vida, diríase que rejuvenecido por sus propias llamas.

- Es… es increíble –digo mirándoles a ellos dos- ¿Estáis bien? ¿Recordáis algo de lo que os ha sucedido? –miro a todos en general- Quizás a Alice le pasó igual, murió y luego fue resucitada por algo o alguien, ¿no?

Aunque, la pregunta es… ¿por qué los torturan, los matan, y luego los reviven? Como esto no vaya a ser la tortura eterna, no entiendo qué está sucediendo. De momento no dispongo de las respuestas.

Los que tienen algunas respuestas parecen intentar esclarecer algunas dudas que se han formulado en referencia a la anterior batalla y al Último Legado. Creo que nos servirá de ayuda, pero también creo que es posible que esta batalla sea distinta.

Al despertar, algo mas tarde que los demás, alzo la manos para desperezarse, rascarse el culo y paladear la boca seca de la mañana. Gracias a su don, dormir en el suelo era tan confortable como dormir en el mejor de los colchones y así se sentía, pero al oler el familiar y hediondo olor de la muerte recordó que en esa ciudad nunca se desayunaba. En su cabeza un muerto, alguien que conocía muy bien el reto y esfuerzo que suponía esta reunión y a un lado la mujer del pájaro. Nunca llego a entablar conversación con ella, y se preguntaba si seria tan amable como Alexia.

Mientras se levantaba y ejercitaba sus piernas y brazos, las discusiones se convertían en el sonido de fondo de aquella gran cavidad.
-Bueno supongo que sera lo normal a partir de ahora, y hasta que acabe, sera mejor atender.-Se daba un pequeño toque de atención antes de caminar hasta el grueso de los semidemonios, donde continuaban con la discusión del día anterior. Y entonces los dos muertos, buenamente explicados por neko-chan y Gabriel, volvieron a al vida y de la manera mas rara posible.

-¡INCREIBLE!-No pudo hacer mas que silbar ante la majestuosidad de Marceline y la presencia de Nil.

-Vaya, vosotros si que sabéis como volver de la muerte.-Quiso ofrecerle un sitio en su circo a la mujer, sin duda con su aspecto y sus habilidades seria la atracción estrella, pero no era tiempo para eso, incluso él sabia eso. Agito su cabeza para quitar estúpidas ideas y centrarse en lo importante.

Escucho con suma atención las explicaciones de Eko y sus ojos brillaron de incredulidad y asombro.
-¿Entonces tienen los poderes de las tres clases? Vaya... ¿Y... sabéis quienes os han traído aquí o recordáis algo de quien os mato?-Preguntaba preguntas ya respondidas, al menos a medias.

-Sabéis me gustaría saber que es lo que piensan esas niñas del demonio sobre esto, seguro que están cabreadas.-Sonrió ante su propia ocurrencia. Buscando la complicidad en Alexia, quien parecia algo apartada.

-Yo no he muerto -contesté, tajante, a Jane-. Aunque sufrí horriblemente, y sin duda ese era el destino que estos hijos de puta traidores tenían planeado para mí, alguien intervino en el último momento. Alguien que aún no ha querido revelarme su identidad, cosa que ahora, con la cabeza fría, puedo llegar a entender, pues supondría exponerse a ser la próxima víctima -recuerdo con remordimiento mis recientes palabras, cuando utilicé precisamente que se escuradara en el anonimato como provocación para que revelase su nombre-. Un golpe más, y habría sido el último, pero por suerte, ese golpe nunca llegó.

Acababa de salir del asombro que me habían provocado los recientes eventos. Me acerqué a Nil cuando terminé de hablar y, algo recelosa, toqué su ahora rasurado rostro.

-Nil... estás... vivo, otra vez. ¿Qué ha pasado? ¿Qué puedes contarnos? ¿Recuerdas quién... te hizo eso?

Despertó con el sonido de un incesante goteo, descubriendo con tristeza la muerte de Nil y Marceline. Le dolió el hecho de haber perdido a uno de los protagonistas de la leyenda que había guiado sus pasos hasta este lugar.

Se quito la zapatilla y la calceta para ver la marca en su pie, la recorrió con sus dedos. Suspiró, sin mostrar dolor alguno en sus gestos. Volvió a colocar las prendas donde correspondían. Se quedó sentado en el suelo, tomo su katana y la desenvainó, comprobando su acero, reluciente como siempre. 

Mientras observaba su arma, melancólico, los caídos volvieron a la vida, ahora con más poder que antes. La leyenda cada vez era más cierta, y eso le permitió dibujar una sonrisa en su rostro. 

Se puso de píe, caminando hacía algún lugar apartado donde pudiese poner en orden sus ideas.

-Pero... Marceline no tiene ningún arma ni Nil tiene un compañero. ¿Acaso están... incompletos?

Pregunto extrañada mirando a mis compañeros sin comprender muy bien siquiera si mi pregunta es adecuada o no, quizá soy yo la que no comprenda bien lo que está sucediendo mientras todos lo asimilan con bastante presteza. Retrocedo un paso aún alerta ante cualquier cosa que pudiese suceder.

- Se les revelarán cuando los necesiten. - Respondí a Vanna, desde mi posición sentada en el suelo. - Por lo que he oído, en la ocasión anterior tampoco se vio todo el alcance del poder de los que lo obtuvieron hasta que no se vieron implicados en una batalla. En todo caso, quizá sea más importante que hablemos sobre el juicio que tendrá lugar, pues la hora cada vez está más cerca...

Después permanecí en silencio, solamente observando y escuchando a todos. Mi mirada se dirigía de vez en cuando hacia Seele, pero si ella no tenía nada más que añadir, yo no iba a decir nada más, mi decisión estaba clara.

Andrew mira la resurrección de Nil y de Marceline con los ojos muy abiertos. Él ya había visto a Azhariel con los tres legados, pero nunca había visto la vuelta a la vida y los cambios. Le parecía increíble y poderoso, pero también le daba cierto miedo.

-Wow...  Increíble. Yo... Ya sabía de la existencia de ellos. Azhariel tenía una alas negras enormes a su espalda, su saliva, lágrimas y sangre eran ácido y sus manos se convertían en garras metálicas. Pero esto.... Todas esas heridas sanadas sin más y con ese nuevo aspecto. Es increíble.

El gesto de admiración y temor del Grovehn cambia de golpe a un gesto de súplica y algo parecido a la esperanza.

-Por favor, quien haya sido, intentad traer de vuelta a Valfar. Tenéis que poder. Por favor, es mi última oportunidad, mi últma esperanza... Andrew no sabe a donde mirar. No sabe quien ha sido, pero tienen que estar ahí entre todos esos semidemonios. Alguien de ahí tiene que tener el poder de traer de vuelta a Valfar, no?  Tiene que tenerlo. No os delatéis, pero por favor, solo intentadlo. Es... rubio, con una melena corta. Tiene los ojos marrones, algo más bajo que Andrew... Tiene que tener un zorro. Solo intentadlo por favor... Los ojos de Andrew se humedecen al percatarse de lo desesperado de su intento. Pero tiene que hacerlo, ya no le quedan más opciones. Os lo suplico...

Una lágrima silenciosa cae por la mejilla del Grovehn. Se sienta, dejando a un lado el escudo y se cubre la cara con las manos.

-Entonces...¿Si no mueres en una votación...tienes una segunda oportunidad?.- " Parece que mis psicotrópicos siguen en casa".- Pero ahora no hay mucho que decir. Solo podemos hacer conjeturas respecto a lo ocurrido...

Con un gesto mando a Naica a frotar su cabeza contra la pierna de Vanna. Sentir lo que siente tu animal vinculado, no siempre era malo. A ella le hacían muchas más caricias que a mi.

"Marceline en plan badass, parece más maja. Una pena lo de estar cubierta de plumas..."

-Vale... pues ¡Centrémonos! -Medito un instante.- Como ya he explicado antes, parece que alguien quiere enmarronarme, o si seguimos con la teoría de que los traidores sólo pueden matar a una persona por noche, un grupo y un individuo quieren cargarme los... antes muertos. Si bien Gabriel ha expuesto la misma idea que yo... no evita que sospeche de él, podría exponerlo justamente para desviar las miradas. Así que mi opción de voto ésta vez es para Selee, ya que me votó anteriormente, y es la que más ganas tiene de matarme.- Me dirijo a la aludida.- No te tengo rencor por ello, anoche prometí matarte incluso si saliéramos de aquí, así que me parece normal. Pero si además te saliera bien y eres una de las traidoras como piensan Ivhonne y Zyllah, hubieras conseguido la muerte de tres... inocentes,- me río ante la idea del concepto de inocencia más allá de este lugar. Todos y cada uno de nosotros nos alimentabamos de mortales, y aún así, aquí, en estas circunstancias, éramos inocentes.- en un solo día.

Miro a Andrew... y me encojo de hombros. Si es lo que quiere y lo consigue...bien por él. Cada loco con su tema.

Cuando Marceline vio que Nil también había vuelto entre ellos, reconsideró su pensamiento acerca del cigarillo y aceptó la oferta de Syd. Se quedó mirando a Nil, quien también había cambiado tras resucitar, el cual permanecía callado, observando. Se preguntaba si estaba intentando asimilar el cambio, identificar quien lo había matado o simplemente valorando que decir.

Entonces Eko explicó que era lo que les había pasado a Nil y a ella, y entonces decidió que era momento de apreciarse a si misma. Si esto era lo que tanto ansiaban algunos, no iba a dudar en mostrar todo su potencial... en acabar con esos malditos bastardos que la habían matado. Y luego descuartizar a esas niñas demoníacas.

Estaré encantada de haceros una demostración de todo mi nuevo poder - dijo para todos, aunque con la mirada en Vanna y Zyllah -, sólo necesitaré el nombre de uno de los culpables de mi muerte. O la de Nil.

- No. - Respondí a Yormund. - No tiene nada que ver con las votaciones, simplemente alguien los ha traído de vuelta, o lo han hecho ellos mismos. Si Zargam volviese también debería tener el Último Legado, a pesar de haber caído en las votaciones.

Después noté la mirada de Marceline en mí y me encogí de hombros antes de dirigirme a ella. No tenía claro qué esperaba de mí, pero decidí contarle lo que se había perdido. - Cuando no estabas expuse a Seele los motivos por los que desconfío de ella, para darle la oportunidad de defenderse o convencerme de su inocencia. No me ha convencido, así que mi voto, si no sucede nada extraño, irá para ella. Pero no tengo ninguna prueba o certeza tangible, ni quiero convencer a nadie de mi opinión, tan sólo son mis sospechas.