Partida Rol por web

Todos hablabais y comentabais el hecho de aquellas dos resurrecciones. Y como no ellas tambien darían su opinión al respecto.

Entrando como una furia se aparecía entre un nudo de sangre Juliette, la cuál buscaba con la mirada los cuerpos donde antes deberian de estar...

Como corriendo tras ella llegaba Mêredy... al principio miraba con aire infantil, pero una vez se percato de lo que había pasado, su mirada se hizo osca, funesta... incluso diabólica.

Quien demonios....?? La pregunta se arrastraba mientras su rostro se tensaba.

Y a medida que eso le pasaba, los cristales de la sala parecían crujir...

Miraba hacia la nueva Marceline y hacia el rejuvenecido Nil... Sin darse la vuelta y entre dientes le espeto a Mêredy...

Pretenden fortalecerse y destrozar toda nuestra obra... pretenden romper todo el trabajo que llevamos aquí...

Sin poder refrenarse se lanzó sobre Marceline, saltando sobre todos y mostrando ante todos un gran filo de acero que parecía nacer poco a poco del centro de su mano, rasgando su piel y dejando que un tumulto de sangre rompiera sobre el suelo.

Mêredy escucho atentamente a Juliette y todo aquello unido a la sensación de sed creciente en ella era lo necesario para encender la mecha de la destrucción.

Fijo su mirada, y vio claramente la dirección que Juliette iba a tomar... ella sabía el suyo, así que avanzando poco a poco, fue mirando a Nil, esgrimiendo una sonrisa, a la vez que lo hacía su pequeña muñeca... Sus pasos eran lentos, pero en su mente corría aquella tortura con la que iba a empezar a dominar aquella sala...

Seele, miró con miedo aquella rebelión algo parecía despertar en ella, dejando una lágrima caer por sus mejillas.

Mientras aquella lágrima caía algo en su cuerpo parecía cambiar... Su pelo hasta ahora blanquecino, parecía tornarse de un sutil marrón, como el castaño de los árboles en noviembre que empiezan a envejecer...

Su tez perlada, se sonrrojaba, y aquel cuerpo de mujer, dejaba ahora ante todos, las formas de una adolescente, débil delgada y que temblaba mientras no dejaba de mirar a Nil...

Aquella niña lo miraba temblando y alzó una de sus manos, diciendo en un muerto susurro: Jared...

Aquella aparición duró apenas unos segundos, luego la piel de volvio a ser cetrina, su sus pelos a languidecer... parecía confusa, pero su rostro aún en lágrimas ahora miraba a Mêredy y a Nil, sin dejar ni siquiera un respiro que se escapase de su piel.

No dudo en hacerlo ni un instante esta vez, sabía que el tiempo marcaba heridas, y que a veces ni el mismo puede llegar a borrarlas.

Así fue como aquella hija del Melknhar, se lanzó en pos de aquella diabólica criatura, que aún con paso lento iba hacia Nil.

Su cuerpo parcía crepitar, entre dos mundos, dejando ver una figura, que andaba entre medias, de aquella chica delgada, y de aquella blanca mujer...

Llegó hasta Mêredy, sin tiempo a más, entro dentro de su cuerpo... El pequeño cuerpo de Mêredy, crepitaba, dejando ahora una forma de nuevo a caballo entre dos figuras, mezclando rasgos de las tres.

Las lágrimas de aquella mujer, no dejaba de salir, y como sabiendo lo que debia hacer... se apresuro a coger aquel muñeco, y destrozar su cabeza, separandola del cuerpo, que se estremecía sin cesar... De la apertura comenzó a brotar sangre, y el pequeño cuerpo de Seele comenzó a temblar, como inundada en un terrible dolor....

Mientras a pocos pasos, Juliette paraba su ataque con cara de asombro y espetando un apenas audible: No...

Separndose antes de que él tiempo sentenciara su final, Seele dejó tras de sí... Un cuerpo herido, sobre el suelo, que poco a poco se manchaba de sangre cada vez más.

El cuello de la niña, estaba sesgado por su parte izquierda, como abierto, por una fuerza infernal, que poco a poco devoraba su vida, mientras su sangre dejaba de manar...

Nil se asombraba al ver aquella chica una vez más... ahora recordaba su nombre, era como si el tiempo no hubiera podido mancillar su rostro ni su edad.

Era aquella chica delgada, que un día prometió a Azhariel la vuelta de Valfar... Su nombre era Verona, pero como había llegado hasta ser aquel ser...

La mirada de Seele y Nil se encontró de nuevo y entonces ella volvió a cambiar, dejando de nuevo libre aquel cuerpo débil, en cuyas muñecas descansaban dos cadenas que sonaban al andar...

Empezó a ir hacía él... Trastabillando su habla, queriendo responder a miles de preguntas en tan solo un segundo.
 

Tu puedes volver a traerlo...  Ayudame, a hacerlo... Sus palabras se frenaban en sus lágrimas mientras no podía dejar de avanzar.

Desde aquel día, he condenado mi existencia para devolver aquella promesa, que no pude ofrecer... Tomo aire mientras acariciaba su pecho y decía:

Mi alma y hasta mi vida se han ido desgarrando, hasta dejar en el olvido lo que era, lo que fui, y lo que seré... ahora solo vivo por cerrar aquella promesa... Por favor... ayudam... Pero sus palabras se frenaros en un jadeo que miraba hacía el centro de su ser....

Una estaca de acero la atravesaba desde atrás ensaltando lo que en un día fue su corazón...

Seele dejo su blanca piel... y volvio a ser lo que fué... Ahora Verona, volvía entre los vivos, una vez más, encerrada bajo los muros de una ciudad creciente, bajo las fauces de aquella catedral que un día vio nacer su promesa, y aquello que pronto la avoría a olvidar.

Sus manos entretejidas entre cadenas, tocaban su pecho herido, mientras que desde atrás... Juliette, sacaba el filo con desdén, antes de dirigirse a los restos de Mêredy.

Las manos de Verona se llenaban en sangre, y aunque lágrimas corrían por sus ojos, una sonrisa nacio de sus labios... y con voz queda susurro... No se puede matar, lo que ya murió...

Y mientras sus ojos se escondían entre su pelo, se dirigio hacía donde ahora estaba Andrew con su cuerpo, y dijo mientras las fuerzas le fallaban y caía de rodillas sin querer... No he podido cumplirlo... perdóname...

Sus manos se aferraban al suelo, queriendo aferrarse que ya no sería más para ella, mientras de entre la tierra surgía una serpiente, y se enroscaba en su brazo y acariciaba sus mejillas, como evitando cualquier lágrima más...

Un mero aliento del viento, empezó a desdibujar su figura... creando tan solo humo de lo que antes todos pensabais que era una persona más... Cuando tan solo era el recuerdo de una promesa, encerrada en aquella catedral, encerrada en Oldland... por siempre jamás...

Lo que sucedió ante mis ojos me dejó sin hablar...Seele era otra persona pero ¿Quién? ¿y que relación tenía con Nil?...murió ante Andrew pidiendo perdón...pero ¿Porqué motivo?

Las preguntas se agolpaban en mi cabeza... No pude evitar mirar el cuerpo de Meredy medio sesgado...una menos....seguidamente miré a Juliette con cierto asco...solo faltas tú....

Esperé la reacción de Nil, que se quedó como paralizado observando la situación:

-¿Qué ha ocurrido?¿Quién era Nil?...¿Andrew?- dije mirando a ambos-

-No... no....- grito mientras corro para ayudar a Verona, pero era ya tarde para ella; una lagrima corrió por mi mejilla y a mi memoria vinieron los recuerdos de las muertes de todos los inocentes y como fuimos engañados incluso por los que se decían amigos...

 -Verona... yo también lo siento... durante todos estos años busque al pensé que  intentaría abrir las puertas del averno... quizás me equivoqué... lo siento mucho... lo siento mucho...- sentí como otras lagrimas caían- pero te prometo que los detendremos.. estarán riendo en estos momentos de angustia y pena, pero serán exterminados... te lo aseguro!- grito mientras golpeo el piso con mi puño en llamas.

Me pongo de pie nuevamente y miro los rostros de quienes me rodean... me seco las lagrimas de mi rostro con la misma mano con la cual sostengo mi maza.

- Otra vez estoy perdiendo a mis amigos... debemos encontrar a los traidores y hacerlos pagar por lo que esta pasando... sino, estaremos condenando a este mundo a la oscuridad-  termino diciendo mientras mis ojos se detienen en Yormund, pero Lennish me habla haciendo que me gire a ella:

- En aquella época me llamaba Jared... y era un crío como muchos de ustedes y estaba buscando a mi abuelo, así fue que llegue a Oldland y me encontré atrapado en aquella batalla por el destino de este mundo.... muchos murieron...- agacho mi cabeza- entre ellos Valfar, Diarmuid, Gael y Sandor;  de los otros ni siquiera merecen que los nombre, pues eran traidores o buscaban su propio interés y murieron por ello... eso fue antes, hoy tenemos el mismo desafío: encontrar a esos traidores y eliminarlos antes que nos destruyan a todos - empuño mis manos y llamas salen de ellas- es posible que me maten nuevamente, por eso sean cuidadosos y estén atentos a todos los detalles, pues si bien urge encontrarlos, tampoco tenemos mucho margen para equivocarnos.... eso contesta a tu pregunta?- 

Todo esto se había desarrollado a mi alrededor y me había quedado a cuadros. Bueno, aunque sea quedaba claro que las anfitrionas podían ser destruidas. 

- Pero entonces...tú ya tenías los tres legados antes de venir, ¿no?- Pregunto a Nil. Mientras miro el hueco que ha dejado la sombra de lo que fue Selee.- Puuuues...aunque me cayese mal... supongo que le debo una disculpa, por haber pensado que era una traidora....y tal. Así que... dondequiera que estés...- Miro para un lado y otro, por si acaso seguía rondando.- Lo siento, eh. 

Me tiro de la perilla, todo esto había sido muy anticlimático y raro... Me había quedado sin la mitad de mis sospechosos de repente.  

-Gato, gato.-Mientras un escalofrío recorre mi cuerpo, todo era tan raro, me daba tan mal fario.- Ummm....- Miro pensativo a los demás. 

Todo empezó a suceder muy rápido y tan sólo me dio tiempo de desenfundar a Irad antes de que el aspecto de Seele cambiase y se metiese dentro de Mêredy...

Cuando todo terminó y la gente empezó a reaccionar tardé varios segundos en apartar la mirada del lugar que había ocupado Seele y en el que ahora sólo quedaba un jirón de humo. Las piezas se movían en mi mente, encajando despacio, comprendiendo lo sucedido y de nuevo me parecía escuchar los engranajes de la rueda del destino girando a nuestro alrededor. Envolviéndonos en su incesante movimiento. 

Alcé la vista del suelo para buscar los ojos de Eko con el ceño levemente fruncido de preocupación, y tras cruzar mi mirada con la suya enfundé a Irad y me aparté un poco para ordenar mis ideas. Posé entonces los ojos sobre Gabriel, preguntándome cuál sería su reacción a lo sucedido. 

Andrew levanta la vista y observa la escena. Todo pasa muy deprisa y ni siquiera es capaz de entender lo que pasa. Pero algo ocurre cuando aparece de nuevo aquel rostro. Los ojos de Andrew se abren de par en par. -Tú...

Todavía intentando asimilar lo que pasa, observa como Verona se acerca a Jared y sus palabras llenan de una perdida esperanza los ojos de Andrew. Por fin, toda la espera había acabado. Al fin iba a volver a ver a Valfar, al fin iba a poder tener la vida que se merecía y que había sido arrebatada hace tantos años.

Pero algo ocurre, su mirada de esperanza de tiñe de desesperación cuando ve a Verona siendo atravesada por la estaca.-NOOOOOO! Andrew se levanta y se dirige hacia Verona, pero se da cuenta de que no hay nada que hacer. Esa herida es demasiado grave.

La ve acercarse hacia él pidiendo perdón por la promesa no cumplida, por no haber sido capaz de devolverle lo que nunca debió de ser arrebatado. Y la ve morir a sus pies, impotente, incapaz de hacer nada por ella, su amiga. Se arrodilla junto a ella, llorando.-¿Porqué, Verona? ¿Porqué llegaste hasta este extremo? Pero su cuerpo de desvanece en el aire, como si de humo se tratase.

-Estás perdonada, Verona. Y... Te libero de la promesa. Dice, mientras se lava las lágrimas con los ojos. Debí haberlo hecho mucho antes. No sabía que llegarías a esto...

Se gira para responder a Lennish, pero al ver que Nil se está encargando de ellos vuelve a girarse hacia donde momentos antes había estado su vieja amiga. Se sienta a su lado, como si aún estuviera ahí.-Cuida de él.

Asentí ante las palabras de Nil, miré a Andrew que levantó la vista para observarme y alcé la mirada...

- Todos te ayudaremos, entre todos daremos muerte a los traidores- dije mirándole con decisión-. 

Miré a Gabriel, esperando su reacción y pensando..pensando cual sería mi siguiente movimiento en las votaciones..

Todo aquello sucedió como su fuera ajeno a él, como si fuera un teatro y Poron un espectador mas. Estaba claro que entre los viejos "guardianes", así los había decidido llamar a los que estuvieron antes que ellos en esta misma tesitura o similar, el resto de los presentes poco o nada podían aportar. Así que se limito a observar, ver con atención como aquellas niñas podían ser asesinas de igual forma que lo eran ellos. Un dato muy valioso llegado el momento por desgracia ese dato se saldo con una vida.

-¿Pero estaba viva o muerta?-Tuvo el impulso de preguntar, pero había demasiada gente rota por lo que acababa de pasar y el conocía ese sentimiento, ese sentimiento que puede provocar una enorme explosión ante el primero que le molestara. Así que continuo observando.

Nil-Jared... Andrew-Azhariel, hijos de otros antiguos guardianes y nombres de gente noble y muerta por la causa, demasiado ajeno se sentía, aunque tenia una duda.
-Esperar un momento, ya ha habido un sacrificio.-Se ayudo con los dedos.-No quiere decir eso que hoy no podemos excedernos de votar, mas sabiendo ademas que muchos de nosotros pensaban que ella era culpable.-Y Poron aun no sabia si lo era o no, pues sus actos solo fueron el reflejo de su pasado, como ella dijo: -Muchas veces no tenia recuerdos, puede que los recobrara de golpe y eso la mato, indirectamente, obviando cualquier posible deber que tuviera aquí, recordando unicamente una promesa no cumplida...-No quería sonar molesto o descortés pero era una posibilidad.

-¿O estoy totalmente equivocado?-Apelo al resto de las opiniones.

Todas las conversaciones, todas las discusiones, todas las acusaciones quedaron interrumpidas de forma abrupta ante las supuestas resurrecciones de los primeros caídos de esta sangrienta historia que no era más que una segunda parte, una continuación de lo que ocurrió en el mismo lugar pero cambiando los protagonistas.

La rueda del destino empezó a girar desencadenando los acontecimientos de los cuáles nosotros éramos espectadores y víctimas al mismo tiempo atrapados esta trampa mortal.

El regreso de ambos no dejó a nadie diferente, y no era para menos, el cambio que sufrieron sus respectivos cuerpos era notorio, y muy impresionante. Tuve que cerrar ante esta sorpresa, no sé si debería decir agradable, eso era algo que tenían que decir los involucrados que eran los que habían sufrido esta transformación

Hablaban del último legado, por lo visto los tres se fusionaban en uno, y los elegidos ganarían las habilidades de los tres, poder e inteligencia del primero, animal y fiereza del segundo,  y un arma y fortaleza del tercero. Eso sin contar que ahora carecían de debilidades. En un principio me negaba a creerlo, era imposible, pero a su vez era testigo de aquello.

- Joder, es imposible, tiene que ser una broma. – Comenté con total incredulidad mientras los veía con mis ojos abiertos de par en par. Tenía mis reservas, pero la demostración era clara, pero aún así seguía sin creer.- ¿Qué diablos significa esto?

Pero la cosa no había terminado aquí, más sorpresas nos esperaban,  nuestras “adorables” anfitrionas aparecieron, y no de era una visita de su particular cortesía. Desaprobaban los cambios de Marceline y Nils, aunque no sabría decir con certeza si estaban más enfadas por sus “renacimientos” o por el poder que habían adquirido. ¿Eso quería decir que los temían? Era posible, y quizás podrían haberse convertido en nuestra llave para salir de ésta. Pero, ¿cómo?

 Ya estaba bastante desconcertado ante lo que presenciaba, el cuadro no podía ser más surrealista, o eso creía, porque me equivoqué. La chica fantasma hizo su actuación en esta dantesca obra, y el cierre del telón a todo este despropósito lleno de sinsentidos fue desconcertante a falta de un adjetivo mejor para describir todo esto.

Sin poder reaccionar y con la mirada perdida, me quedé de pie depositando mis ojos a un lugar lejano.  No tenía nada que hacer o decir, así que guardé silencio mientras sentía mi sangre desplazarse lentamente por mi inmóvil cuerpo.

“¿Y ahora qué?” Me pregunté a mí mismo. Una de las estúpidas y engreídas mocosas había sido derrotada por aquella que en teoría creíamos que era una traidora. No la conocía de nada, pero sentí un poco de lástima pese a no entender una mierda de lo que estaba pasando.

Debería mantenerme al margen, así que hice eso mismo. Observando a todos con confusión y absoluto caos en cabeza. Era demasiado para mí. Me sentía tremendamente lejos de todo esto, existía una conexión en la primera reunión, entrelazando personas y sucesos a partes iguales, en cambio, yo era ajeno a todo esto,  un abismo que no podía cruzar.

- Y ahora, ¿qué? – Formulé la pregunta que antes rondaba con insistencia mi cabeza.

La visión de la metamorfósis de Nil y Marceline me deja clavada en el sitio, ¿el último legado? Me alegra ver que están bien y además fortalecidos. Es posible que, al menos, ellos consigan salir de aquí con vida, supongo que no será nada fácil volver a matarles. Eso es algo bueno.

Miro a Poron respondiendo a su gesto y sonrió, sí seguro que la resurrección de los dos les ha sentado bastante mal. ¡Que se fastidien! Entonces llega su reacción, efectivamente están furiosas y cargan contra Nil y Marceline desbordando ira. Miro a mi alrededor y nadie se inmuta excepto Seele que comienza a transformarse ante la mirada alucinada de todos.

Me levanto rápidamente y me pongo en guardia sin saber lo que va a suceder. Tan sólo unos pocos minutos y, como resultado, Mêredy está muerta... ¿pero quién es Seele? Me giro para observar la reaccion de Juliette que ha frenado en seco y no puedo evitar sonreir ante su furia. -¿A qué no es tan divertido cuando te pasa a ti?- murmuro para mi misma tan bajo que a penas es un pensamiento.

La niña avanza con rápidez cuando Seele, bueno parece que realmente se llama Verona, desvela su objetivo a Nil, encontrar a alguien a quien hizo una promesa. No entiendo nada, ¿a quién le prometió qué? Pero en una décima una estaca atraviesa el corazón de Seele. No me puedo creer lo veo y aún más cuando, herida de muerte, avanza hasta Andrew para dirigirse directamente a Azhariel y por fin entiendo.

-¿Es quien debía traer a Valfar de vuelta?

El cuerpo de Seele yace en el suelo, muerta, y Andrew roto de dolor parece resignado a que Valfar no vuelva. Me acerco a él, me acuclillo a su lado y le coloco la mano en el hombro.

- No quiero darte falsas esperanzas Azhariel, pero Seele o Verona, le ha dicho a Nil que él podía ayudar. No sé a que se refería pero, tal vez no esté todo perdido.

Levanto la mirada hacia Nil.- ¿Sabes a que se podía referir? ¿Por qué pensaba que tú podías traer de vuelta a Valfar?

Todo sucede tan deprisa e inesperado que nos pilla a prácticamente todos por sorpresa lo que se revela en apenas un instante. Donde estaba la verdad ahora solo queda humo que se escapa de este lugar y de una promesa no cumplida. Pronto Nil explica la parte de historia que nosotros no conocemos y empiezan a encajar algunas piezas, pero de nada sirve. Saber quién era ella en verdad no nos ayuda a saber quién es un traidor o no y eso nos sitúa en la misma casilla de salida hasta que termine nuestro actual día.

El único aspecto positivo de todo esto es que una de esas carroñeras ha encontrado su fin. Una parte de mí se alegra que también reciban su merecido. No es justo que solo ellas inflijan muerte, dolor y sufrimiento, también deben de saborear lo que ello significa. Espero que esto le baje los humos a la carroñera infantiloide que queda.

- Nos queda poco tiempo -digo en voz alta, como recapacitando sobre ello. Demasiadas cosas han sucedido en poco tiempo. ¿Cómo se supone que vamos a saber si hemos acertado en nuestro juicio? No lo podemos saber... Sólo podremos hacer suposiciones.

De nuevo tomo asiento en algún lugar que no moleste a nadie y lejos del cadáver de la monstruita que llevaba un muñeco, mirando en ningún punto fijo en particular. Tan solo me tomo mi tiempo para meditar.

Observo el triste al que se había precipitado Seele, imposible de predecir, mi rostro permaneció inmutable, permitiéndome únicamente cerrar los ojos un instante cuando pude notar su presencia espectral sobre mi mano, acariciándola como había hecho antes, era su forma de despedirse, de hacerme saber que a pesar de todo, su acercamiento había sido sincero. Pude notar como una parte de mí mismo se desvanecía junto a ella.

Ahora todos pueden verlo... pero yo ya sabía como eras en tu interior... no hacía falta ningún poder para saberlo... ellos nunca lo entenderán, pero hay cosas por encima de las capacidades, por encima de la lógica... cosas que ni siquiera nosotros llegamos a comprender... espero que por fin encuentres descanso... ahora soy yo el que está perdido, ahora soy yo el que necesita tu mano.

Mi sueño tenía ahora algo de sentido, en él Seele actuaba igual que esa niña, y aquí había poseído su cuerpo. Tendría que haberlo previsto...  

Notaba como algunas miradas comenzaban a posarse sobre mi, estaba solo, como había estado durante mucho tiempo.

-¿Estás perdonada? Es ella la que debería perdonaros a vosotros.-Dije mientras miraba a Andrew de forma vacía. Después puse mis ojos en Zyllah, en Yormud, en Eko, en Alexia... Ahora ya es tarde para enmendar el error. 

Habían rechazado mi ayuda una y otra vez, me habían acusado, habían escupido en mis intentos de acercamiento, se habían mostrado desagradecidos, pese a mis continuos intentos por tratar de que me escucharan. ¿Debía realmente ayudar a estas personas? Ya no lo sabía. La posibilidad de mi muerte se mostraba como un futuro probable y cercano, y sin duda sería para mi una liberación, había fracasado en aquello que me había traído hasta aquí, y la única persona que me escuchaba ahora estaba muerta.

Sin decir una palabra más, me senté en medio de aquel pentagrama, colocando las manos sobre mis rodillas como si me dispusiera a meditar. Ya no podré ayudaros más. Necesitaba pensar, revivir en mi mente imágenes del pasado, del presente, ordenar el futuro... buscar el camino a seguir.

Levanto la cabeza con los ojos completamente abiertos, pero estos estaban en blanco, en una especie de trance.

Las niñas aparecieron, y no estaban muy felices con que Nil y ella hubieran regresado. - Venga putas, tengo ganas de probar este nuevo cuerpo arrancando vuestras tripas y vaciándoos el cráneo  - se dijo a si misma. Aunque se hacía la valiente, puesto que su sangre estaba llena de ganas de venganza hacia esos seres, lo cierto es que en su interior estaba asustada. No sabía si el Último Legado sería suficiente contra ella, al menos sin poder ser consciente de todo su poder. Quizás por ello los atacaban tan rápido, para evitar ser una verdadera amenaza. Pero que las jodan, si iba a permitir que la matasen de nuevo.

Pero en un giro inesperado, Seele se interpuso y fue ella quien murió para saciar las ganas de muerte y sacrificio por parte de las niñas. Al parecer, ya había estado aquí la primera vez. Y había estado atada a una mortal promesa desde entonces. Ella también había pasado siglos intentando encontrar a alguien, pero en la muerte encontró lo que la había llevado hasta aquí, y había tenido la suerte de volver a la vida. Esperaba que la muerte también le trajera a ella la paz, aunque con tanta acusación hacia ella, no sabía si regresar como ella había hecho sería algo bueno para ella. O para el resto.

Marceline se dio cuenta que con todo lo sucedido, no había soltado el cigarillo, aún encendido. Le dio una amplia calada, antes de mirar a Andrew - Azhariel, no voy a ser yo quien te diga que no luches con todas tus fuerzas para obtener lo que más anhelas. Pero ese camino podría traerte la muerte, a ti y a Andrew. Ten cuidado.