Partida Rol por web

Cuando Mérida le presentó a sus padres, Allison trató de mostrarse tranquila aunque estuviera un poquito nerviosa. - E-encantada, les agradezco mucho que me permitan pasar las vacaciones en su hogar. - respondió, y dándose cuenta del gesto cómplice de su amiga, procuró no insistir en dar conversación a no ser que ellos le preguntasen. 

Una vez dentro del coche, Allison miró con timidez a su alrededor, pero rápidamente se distrajo cuando Mérida comenzó a explicarle sobre dónde estaba situada su casa y la de cosas que podrían hacer una vez allí. A la niña le brillaban los ojos de la emoción, por lo que le contaba parecía un lugar de cuento, tuvo que reprimir las ganas de levantar la voz por el entusiasmo que sentía, pero no quería parecer una maleducada. Simplemente sonrió asintiendo a su amiga, mientras ella le explicaba sobre las leyendas en un tono más confidencial.  - ¿Sí? ¿De veras? Eso suena genial, casi no puedo esperar..! - respondió sonriente, ya más tranquila mientras viajaban.

Asiento con efusividad al ver que Allison muestra el mismo entusiasmo que yo.

- Ya verás, será genial. - termino de susurrar.

Un rato después, ya en voz normal, prosigo la conversación.

- Por cierto, ¿has traído algún libro de Herboristeria? Oh, papá, mamá, Allison es una crack con las plantas. Me ayudó un montón con esa asignatura que me costó mucho. Gracias a ella conseguí sacar tan buenas notas en todo. Así que igual podemos aprovechar estas vacaciones para hacer unas clases de repaso. Cornwall es perfecto para buscar plantas raras y especiales, ¿verdad?

Le guiño un ojo a Allison. Seguro que si al volver a Hogwarts lo hace con alguna planta extraña o con más conocimientos logrará captar la atención del profe.

Cuando llegamos a la casa, mientras papá y mamá sacan el equipaje de Allison, la tomo de la mano y la llevo corriendo a mi habitación, donde les había convencido de que pusieran una cama de más. Después de tantos meses compartiendo habitación, la verdad es que lo echaba de menos.

- Ah, pues.. Sí, he traído uno. Leí un poco en el tren. - respondió llevándose una mano tras la nuca, al final su amiga siempre conseguía leerle como si se tratase de un libro abierto. Aunque se estaba llevando más reconocimiento del que merecía, casi podría decirse que le había hecho perder tiempo con los intentos de pasar más tiempo con el profesor. Pero conforme la chica hablaba, la pelirroja logró entender a dónde quería llegar su amiga.

¡Claro! Ya tenían la excusa perfecta para poder salir a explorar, y además, no tenía por qué ser mentira, quizá si que encontrasen algunos ingredientes útiles. - ¡Oh! Sería estupendo, la verdad es que me encantaría ver que plantas autóctonas hay por los alrededores. - añadió con alegría para darle fuerza a la idea de Mérida ante sus padres. 

Cuando llegaron, y casi arrastrada por su amiga, llegaron hasta su habitación. La cual era una preciosidad, y la mar de espaciosa. Allison se quedó boquiabierta y esbozó una sonrisa al ver que había dos camas. ¡Justo como en Hogwarts! La verdad es que le hubiera dado algo de miedo si hubiera tenido que dormir sola, así que era reconfortante. - ¡Qué bonito es tu cuarto! Y la casa, y el paisaje..! Ojalá nosotros pudiéramos vivir también tan cerquita de la naturaleza como vosotros.. - dijo refiriéndose a su propia casa, su casita era tan pequeñita y rodeada de otros hogares, en medio de tanta polución por la ciudad, que aquello era simplemente una maravilla en todos los sentidos.

Pero en seguida recuperó la sonrisa, y miró cómplice a Mérida. - ¡Lo vamos a pasar en grande! - añadió mientras rebuscaba en su bolso y sacaba el pesado libro de Herbología, mientras miraba a su amiga, dudando. - ¿Dónde duermo? - preguntó mientras miraba las camas, para así colocar el libro sobre la que Mérida le indicase.

En el coche asiento cuando Allison parece que ha captado la razón por la que he hablado de todo eso en voz alta. Bueno, y la verdad es que si debería mejorar mis conocimientos de Herboristeria, seamos honestos. 

Cuando finalmente llegamos a la habitación, veo divertida como Allison parece estar alucinando.

- Bueno, en realidad solo usamos esta casa durante las vacaciones de verano e invierno. Durante el año vivimos en Londres. A mis padres les gusta estar inmersos en el mundo normal y así yo podía ir a la escuela con niños sin poderes. Siempre han creído que es importante no dar la espalda a lo que ocurre en el resto del mundo y vivir únicamente en el mundo de la magia como hacen muchas familias de magos. Y, si es bonito y tranquilo, pero a la vez es un tanto aburido. No hay muchas cosas que hacer, ni aenas hay otros niños de nuestra edad acerca. Pero contigo aquí este verano será genial. Tendremos un montón de cosas que hacer y hablar y explorar. Tú misma. - le respondo cuando pregunta por las camas - Papá ha terminado el hechizo está mañana, ampliando la habitación y convirtiendo mi cama en dos. Así que, ambas son mi cama, supongo. Puedes elegir.

Allison escuchaba con suma atención como su amiga le explicaba el modo de vida que llevaban, le fascinaba lo bien que sabían mimetizarse entre ambos mundos con tanta naturalidad. Seguro que por eso Mérida era una niña tan avispada y tenía grandes ideas, o al menos esa era la conclusión a la que había llegado la pelirroja. 

Cuando comentó que normalmente era aburrido al no haber más niños de su edad, Allison arrugó las cejas con gesto apenado, comprendiendo perfectamente como se sentía. - ¡Bueno pues eso se acabó! Este verano será para recordar, ¡ya verás! - se apresuró a decir mientras ponía los brazos en jarra y asentía, mientras con gesto sonriente miraba ambas camas. Así que son la misma, y el cuarto es más grande gracias a un hechizo.. Increíble, la magia nunca dejará de sorprenderme. Entonces... Pensó mientras se decantaba por la cama que estaba junto a la ventana. - Mmm... ¿Esta? Seguro que las vistas por las noches son una pasada, sin una ciudad que impida ver las estrellas con claridad. - comentó con aire soñador mientras volvía a meter su libro de Herbología en su enorme bolso de cuero gastado. 

- Bueeeno.. ¿Cuándo nos ponemos manos a la obra? - añadió con un brillo en la mirada, como aquel que se prepara para hacer alguna travesura. - ¡Ese bosque no se va a explorar solo! - dijo sonriente.

Sonrío ante el comentario de Allison acerca de las noches y dejo que tome la cama que ha elegido. Al fin y al cabo, yo ya me conozco las vistas.

- Una noche podríamos acampar en el jardín. Además, si no recuerdo mal, dentro de unos días hay una lluvia de estrellas.

Me echo a reír ante el émfasis de Allison para ir a explorar al bosque.

- Venga, vamos. ¡A la aventura!

Y salimos de casa de camino hacia el bosque que se encuentra a la orilla del mar, marcando el límite de la playa al este, mientras que los acantilados delimitan el límite oeste.

- Quizás podamos encontrar alguna planta interesante. Tenemos que tener los ojos bien abiertos. Además, - me detengo un momento para pensar - las leyendas locales hablan de que este pequeño bosque está encantado. Hay un montón de historias de cosas extrañas que se le atribuyen. Dicen que, a veces, en el corazón del bosque puedes encontrar un anillo de setas y que allí es donde viven un grupo de hadas traviesas.

Ante la idea de acampar fuera una de las noches, Allison no podía estar más de acuerdo, ¡las vistas iban a ser impresionantes! - ¿Sí? ¿Podemos? ¡Genial! - admitió sin poder esconder su entusiasmo.

Caminando junto a Mérida, se acercaron a lo que sería la linde del bosque, aquel lugar era una maravilla para los sentidos, nada más que el aire puro del bosque y el olor salado del mar hacía que entraran ganas de ponerse a corretear por allí, como si se tratase de un animalillo más. - Ooh, he leído sobre las hadas, a veces pueden resultar algo agresivas... ¡Pero! Según decía el libro, con pedirles que nos hagan de adorno, sobre el pelo por ejemplo, se vuelven dóciles como un cachorrito, con tal de lucirse... ¡Así que no hay nada de qué preocuparse! - explicó a su amiga mientras se internaban en el interior del bosque. La pelirroja iba mirando a su alrededor con los ojillos llenos de ilusión, de vez en cuando se fijaba en las plantas que crecían cerca de dónde pasaban. - ¡Este sitio es increíble! -

Empezamos a adentrarnos en el bosque y veo a Allison estudiarlo todo fascinada, parece estar bulliendo de energia. Estoy tan acostumbrada a este sitio que es fascinante poder verlo con la perspectiva de alguien que lo ve por primera vez.

Mientras vamos entrando, Allison empieza a contarme algo sobre las hadas.

- ¿En serio? - la miro fascinada - Eso suena genial. Realmente genial. Tenemos que conseguir encontrarlas. ¿Crees que alguna accedería a venir con nosotras a Hogwarts? ¿O tienen que quedarse cerca de su hogar?

En ese momento se me ocurre algo.

- Allison, ¿sabes si hay reglas acerca de que usemos magia fuera de Hogwarts?

Allison asintió con efusividad ante la pregunta de su amiga. - Pues sí, parece que no pueden resistirse cuando les hacen cumplidos sobre lo bonitas que son. Hmm, sobre eso.. No lo tengo muy claro, según parece no podemos entenderlas, emiten zumbiditos con sus alas y así se comunican entre ellas. - comentaba mientras se rascaba la mejilla haciendo memoria. - No sabría que decirte, me daría pena si tuviéramos que alejarla de su familia y este bosque... Aunque bien pensado, quizá también haya hadas cerca de Hogwarts. ¡Nunca se sabe! - añadió esbozando una sonrisa pícara, eso significaba, ¡más excursiones en el futuro!

Cuando Mérida preguntó acerca de si se permitía el uso de magia fuera de la escuela, Allison frunció el ceño pensando durante un instante la respuesta. - Esto... Creo que se permitía en caso de defensa propia o cosas así, pero... Ahora que lo mencionas, ¿cómo podemos practicar entonces algún hechizo durante las vacaciones? Me hubiera gustado mejorar un poco algunos hechizos de protección. - empezó a comentar mientras ladeaba la cabeza. 

- Después de todos los sucesos raros que han ocurrido durante el año... ¡Ah! Lechugas, casi lo había olvidado. Me gustaría contarte algo Mérida. Es sobre la última noche que pasamos en el castillo. - la voz de Allison era tranquila, se notaba que estaba pensativa como haciendo memoria sobre un suceso. - Olvidé comentarlo en su momento, porque no le di mayor importancia, y quizás no sea nada relevante, pero le he dado vueltas desde que empezamos las vacaciones. - dijo mientras seguían caminando internándose más en el bosque.

Frunzo ligeramente el ceño cuando Allison me cuenta lo de que no podremos comunicarnos con las hadas.

- Una lástima. - aunque mi semblante se ilumina cuando menciona hadas cerca de Hogwarts - Es una idea genial. Cuando volvamos tenemos que investigarlo. 

Asiento un poco triste cuando confirma mis peores miedos de que no tenemos la magia restringida.

- Es una lástima. Quería usar un hechizo para poder encontrar el anillo de las hadas. Supongo que tendremos que usar el método de caminar y confiar en la suerte, ¿no? - digo con una sonrisa que desaparece con sus siguientes palabras, palabras acerca de aquella maldita noche - No te preocupes, Allison. Esa noche pasaron muchas cosas. Y el día siguiente con tener que partir y demás... Dime, ¿de qué se trata?

- Sí, pero quizá hubiera sido bueno que se enterasen los demás. Aunque... De todos modos, como ya he dicho quizá no sea nada importante. - Allison volvió a fruncir el ceño mientras comenzaba a explicarle a Mérida lo que recordaba sobre el suceso. -Pues verás, en aquel extraño bosque en el que nos despertamos, nos enfrentamos a unas sombras, y una de ellas nos "aseguró" que nos dejarían marchar si le entregábamos al asesino. - comentó mientras gesticulaba con los dedos, encogiéndose de hombros.

- Naturalmente no hicimos caso, no es sensato fiarse de esas cosas, pero... Aún así, allí sólo estábamos Artemis, Mengele y yo. - continuó mirando a su amiga para ver si captaba lo que intentaba decirle. - Al principio pensé que quizá se refería a Artemis, porque ya se había enfrentado y derrotado a diablillos en otras ocasiones, pero... ¿Y si no fuera él..? - no finalizó la frase, pensando si había sido buena idea sacar un tema así.

- Puede que las sombras sólo intentasen engañarnos, pero no puedo evitar darle vueltas. Sobretodo después del encontronazo que tuviste con Olson. Y Alexander nunca ha sido un estudiante modelo, la verdad. Además, usaba una magia oscura que sólo parecía potenciar a las sombras. No me da buena espina, como ya todos pensamos. - finalizó esperando el punto de vista de su amiga, siempre tenía ideas brillantes y no sería mala idea investigar algo así, o por lo menos mantenerse alejadas de ese chico. - No creo que sea seguro andar cerca de ese chico. Si es que alguna vez lo fue. - añadió intentando hacer una broma para no ensombrecer el ambiente alegre de la excursión, mientras soltaba una pequeña risita, acompañado de un leve suspiro.

Tras treinta minutos de caminata llegan al círculo de setas y alrededor del mismo encuentran unas 15 hadas jugando y bailando.

Las hadas no os han visto aún o si lo han hecho, su presencia no parece importunarles.

Mientras seguimos andando por el bosque, escucho atentamente lo que Allison me cuenta.

- Sí, está claro que tenemos que tener mucho cuidado con esos cuatro. No son para nada de fiar. Es una lástima que todavía no seamos capaces de usar el Legimens que nos intentaba enseñar Hellen. Lo que no entiendo es porque ninguno de ellos se comporta de esa manera, ¿qué sacan de hacer daño a los demás? ¿Por qué ese interés en la magia oscura? Realmente no lo entiendo. - sonrío un poco al recordar el encontronazo con Richard y los reveladores silencios de éste - Fue bastante divertido ese desayuno con Richard, ¿no crees? Además, acabó revelando mucho más de o que cree. No tengo ninguna duda de que estuvieron implicados en lo que pasó. Ese próximo año tenemos que hacer los posible para evitar que hagan otra de las suyas. Y, a ser posible, desenmascarar a lo que sea que se dediquen.

Tras un rato más andando, finalmente delante de nosotras vemos un pequeño claro en el bosque, con varias lucecitas moviéndose y el círculo de setas en el suelo. ¡Existe!

- ¡Sí! - exclamo antes de llevarme las manos a la boca para no gritar más - Allison, - prosigo en un susurro - lo hemos encontrado. Mira cuantas hadas. Y qué bonitas que son. Tenemos que hacernos amigas de ellas. ¿Se te ocurre alguna manera de comunicarnos con ellas? ¿Nos entenderán si les decimos halagos?

Allison asintió con severidad, estaban en lo cierto, lo mejor era andarse con ojo e intentar desenmascararlos, sólo necesitaban pruebas. Porque estaba cada vez más claro que no eran trigo limpio. - A mí me dio un poco de miedo, no me esperaba que fuera a actuar tan fríamente, pero eso no hace más que confirmar nuestras sospechas. En fin, como bien dices se van a enterar el año que viene. - comentó más animada. - Ahora ya sabemos que esperar de gente así. - 

Mientras caminaban, se encontraron con una agradable sorpresa. Allison aspiró aire sorprendida del espectáculo que tenían ante sí. Sólo había visto dibujos e ilustraciones, pero jamás había visto un hada, bueno quien dice una dice como casi más de una docena de ellas. - Oh..! Es.. Es increíble.. - balbuceó tan perpleja como su amiga. Los pequeños seres danzaban alrededor del círculo de setas, y era una visión preciosa con tantas lucecitas. - Pero que bonitas son.. Ah, pues... Al parecer eso creo, ellas pueden entendernos. O al menos así lo decía el libro, ¿crees qué deberíamos acercarnos y probar? - preguntó con un hilo de emoción mientras miraba a Mérida y luego a las haditas.

Me animo rápidamente cuando Allison dice que las hadas podrían entendernos. Sonrío cuando mi amiga pregunta si deberíamos acercanos y, como todo respuesta me adentro en el claro.

Y realmente no tengo que fingir fascinación con la escena, pues es tremendamente preciosa.

- Es... Es precioso. - digo mientras acerca ligeramente una mano hacia una de las hadas - Sois las criaturas más bonitas que he visto nunca. Tan delicadas y bellas...

Bueno, vale, quizás estoy exagerando un poco. Pero si les gusta que les hagan la pelota, puedo hacerlo.

Mientras caminaban, se encontraron con una agradable sorpresa. Allison aspiró aire sorprendida del espectáculo que tenían ante sí. Sólo había visto dibujos e ilustraciones, pero jamás había visto un hada, bueno quien dice una dice como casi más de una docena de ellas. - Oh..! Es.. Es increíble.. - balbuceó tan perpleja como su amiga. Los pequeños seres danzaban alrededor del círculo de setas, y era una visión preciosa con tantas lucecitas. - Pero que bonitas son.. Ah, pues... Al parecer eso creo, ellas pueden entendernos. O al menos así lo decía el libro, ¿crees qué deberíamos acercarnos y probar? - preguntó con un hilo de emoción mientras miraba a Mérida y luego a las haditas.

Allison se acercó un poco más, situándose junto a Mérida con una sonrisa contenida de emoción. Asintió mientras se deleitaba con aquel espectáculo. No perdemos nada por intentarlo, ¿no?

- Son preciosas, es realmente mágico poder estar aquí. - Allison miró al hada a la que Mérida se estaba acercando casi conteniendo el aliento ante el momento de la verdad. - Incluso serían más bonitas aún formando una corona de lucecitas sobre tu pelo. ¿Te lo imaginas? - añadió en voz alta mientras esbozaba una sonrisa. - Nunca había visto nada igual. - puede que fueran demasiado pelotas, pero en parte también era algo digno de ver, mágico sin duda.

Mientras voy adentrándome al claro, hablando y acercándome lentamente a las hadas, noto a Allison acercarse a mí y hablarles a su vez.

Sonrío cuando dice que quedarían preciosa formando un corona de luz en mi cabeza.

- Oh, es una idea genial. Creo que son las luces más bonitas que he visto nunca. - miro directamente a la hadita que se me acerca curiosa - Sois la cosa más bella, más preciosa que he visto nunca. - y no fuera en un espejo, pienso sonriendo.

Lentamente, la pequeña hada se va acercándose revoloteando hasta que se posa delicadamente en mi pelo. Siguiéndola hay varias de sus compañeros y noto el ligero peso, mientras van formando un círculo en mi cabeza y veo que también se van posando formando una corona en la cabeza de Allison.

- ¡Guau! - respondo claramente embelesada - Gracias a estas preciosas hadas, creo que ahora somos las niñas más guapas del mundo. Esas coronas son magníficas.

Después de su primera sameana con Voldemort, algunos de sus viejos colaboradores hicieron acto de presencia, entre ellos el licántropo Fenrir Greyback.

Los sirvientes de la casa se encargaron de proveer a Voldemort de todo lo que necesitaba, los mortífagos empezaron a reunirse sin demora y se habló de muchas cosas, entre ellas de un asalto a gran escala, pero para ello requerían de muchos más magos, dado que la última guerra mágica los había dejado diezmados.

Serían los hermanos Carrow quienes se encargarían de entrenar a las nuevas tropas, entre ellos ustedes, al menos hasta que llego un misterioso hombre vistiendo una túnica roja.

Cuando los mótifagos más jóvenes quisieron encarar a este hombre, fueron abatidos por una fuerza invisible.

- He venido por Alexander Mengele. - sentenció aquél hombre mientras invocaba una jauría de sabuesos infernales listos para atacar a su señal. - Tienen dos opciones, entregármelo o morir.

Fue el mismo Voldemort quién encaro al intruso.

- Rakanot supongo, ya me habían alertado de su visita. El joven Alexander se encuentra en el salón leyendo unos textos antiguos. Venga por aquí por favor. - dijo Voldemort con amabilidad y sin el más mínimo indicio de miedo en su voz.

Esa misma tarde Alexander partió con Rakanot hacia un destino desconocido.

Durante su entrenamiento les muestran los siguientes encantamientos:

• Serpent Sortia CD 18
• Lacranum Inflamare CD 10
• Muffliato CD 25
• Evanesco CD 27