Partida Rol por web

Estaba preparada y con todos los sentidos alerta así que cuando vi a Donnie lanzar su ataque y las cadenas vinieron directas hacia mí, sólo tuve que hacer un suave movimiento de varita mientras murmuraba mi defensa.

- Protego horribilis.

Contuve la respiración durante unos leves instantes.

Ahora era mi turno. Me debatía entre usar un hechizo que sabía que manejaba bien, pero que ya había usado Aelia, o arriesgarme con otro para ser un poco más original. Preferí arriesgarme, aunque no estaba muy segura que fuera a tener éxito.

- Ráfaga.

Miiie... lo paró. Sabía que tendría que haber hecho algo distinto. Veo como nada más parar mi hechizo contraataca con otro. Casi de forma automática muevo mi varita susurrando el hechizo.
-Protego horribilis

Venga, intentémoslo de nuevo:
-¡Geminio! -grito apuntando a la varita de Debbie.

- Protego horribilis.

Mi movimiento de varita fue lo suficientemente fluido para que el hechizo de Donnie no me alcanzara. Ahora llegaba mi turno y prefería asegurar aunque me estaba poniendo un poco nerviosa, quizás me influía lo poco que había dormido la noche anterior.

- Depulso.

-Protego horribilis!

Volví a fallar. Era buena, me estaba empezando a gustar este duelo aunque había comenzado sin muchas ganas. Vale, a ver que tal si pruebo esto...
-Deprimo! -grité moviendo rápidamente la varita y apuntando a los pies de Debbie

No esperaba aquello la verdad. El hechizo de Donnie me cogió por sorpresa, espera atenta para protegerme y no contaba con que hiciera aquel agujero en el suelo. Como pude, y en el último momento, salté para no caer dentro de él.

El suelo se esquebraja a los pies de Debbie pero consigue saltar justo a tiempo. La profesora esconde una sonrisa mientras lanza un conjuro no verbal a las piedras, que se quedan flotando en el sitio. Sin embargo Jack Darcy parece increíblemente ofendido.

- ¡Ha destrozado el suelo a propósito! ¡Propiedad escolar! ¡El duelo tiene que parar y Donnie debe ser castigado!

- ¡Pero si no ha roto ninguna norma del duelo! - salta de repente la chica - ​No puedes parar el duelo...

La profesora mira el intercambio de palabras en silencio mientras las piedras levitan al lado de los pies de Debbie, la cuál aprovechado el alboroto tiene tiempo a ponerse en posición.

- Ambos tenéis razón. Donnie, tras la clase quédate. Pero el duelo sigue, esta siendo demasiado interesante para pararlo. - con un nuevo gesto de varita las piedras dejan de levitar para unirse de nuevo y dejar el suelo arreglado. - ¿Preparados? ¡Adelante!

Me sentía decepcionada conmigo misma, algo estaba fallando* y no sabía el qué. Una vez recompuesto el suelo nos pusimos de nuevo en posición, parecía que el duelo iba a continuar, sólo esperaba que fuera por poco tiempo.

Todo se queda en blanco. Lo primero que hago es mirar a la varita. “¿Qué hago aquí?” Por desgracia, no recuerdo nada de lo sucedido, lo último que recuerdo es de llenar los bebederos de Shiva y de irme a la cama. Después, una sensación de hambre surge. La pregunta, en tanto que algo ridícula, resulta importante para mí, y esta da vueltas en mi cabeza hasta que la suelto. Miré hacia abajo. Bueno, por lo menos estaba vestida, que ya era un qué teniendo en cuenta que casi todo sexto estaba observándonos. Elina manda al hermano de mía a que se me lleve hacia un lado, que me lleva por los hombros y hace que al caminar trastabille. Me siento algo torpe, pesada, vacía. Jack me explica lo que ha sucedido, inclusive el protego de Zane, que nos cegó a todos. Es decir, que no tuve la oportunidad de defenderme. Y para colmo, me había borrado la memoria de la mañana. “Bien jugado, Zane” pensé, entristeciéndome un tanto. No recordaba haber leído que un protego horribilis pudiera hacer aquél efecto cegador, algo extraño había tenido que suceder. Aquello, no obstante, no se reflejó en mi rostro. Ni la incertidumbre ni la tristeza por lo sucedido hicieron que mi expresión facial variara. Una vez me senté en el pupitre, le eché una rápida mirada a Zane, que se encontraba a mi derecha, y me quedé observando el combate entre Donnie y Debbie. Ambos parecían más diestros que yo, desde luego. Bueno, no importaba. Me dolía la cabeza, y me seguía sintiendo torpe. -¿Zane, podemos hablar tras las clases?- murmuré, sin ladear la cabeza, aprovechándome de que el Slytherin no estaba demasiado lejos y del hecho que Jack se había puesto como una fiera. “¿Por qué gritas, gilipollas?” pensé, llevándome un par de dedos a mi sien izquierda. Aquél chico parecía un chivato asqueroso. Gracias a los gritos del hermano de Mia y a lo desubicada que me sentía, comencé a escuchar un ruido grave y continuo en mi cabeza, acompañado de un sonido seco que se repetía, que pude identificar con los latidos de mi propio corazón. Miré al resto de la clase. “¿Es que nadie más lo oye?” El desconocimiento dio paso a la irritación. Por más que intentara recordar lo que me había sucedido, ya no podía pensar con claridad, pues era aquello lo que había hecho aquél sonido surgir de la nada. Tenía la sensación de que si seguía escuchándolo iba a acabar teniendo que salir de clase. Escondí parte de mi cabeza en mis manos, tapándome parte de las orejas, mirando hacia abajo y cerrando mis ojos unos instantes, pero el sonido se intensificaba. “Páralo, por favor, que alguien lo pare...” sacudí mi cabeza una sola vez pero aquél sonido se mantuvo en mi cabeza, y me iba a volver loca. Me mordí el labio con fuerza, y clavé mis uñas en mi cabeza de una forma disimulada, y al experimentar el dolor aquellos sonidos secos y amortiguados comenzó a dejarme en paz paulatinamente. El miedo dio paso a la calma y al cansancio. Relajé la fuerza que ejercían mis dedos y puse mis manos bajo mi barbilla. Apoyé las manos en el pupitre y suspiré, mirando el combate. “Hoy no tendría que haberme levantado de la cama.” Esperaba que la profesora no se diera cuenta de lo mal que lo estaba pasando intentando por mis medios recordar lo que había sucedido.

Todo se queda en blanco. Lo primero que hago es mirar a la varita. “¿Qué hago aquí?” Por desgracia, no recuerdo nada de lo sucedido, lo último que recuerdo es de llenar los bebederos de Shiva y de irme a la cama. Después, una sensación de hambre surge. La pregunta, en tanto que algo ridícula, resulta importante para mí, y esta da vueltas en mi cabeza hasta que la suelto. Miré hacia abajo. Bueno, por lo menos estaba vestida, que ya era un qué teniendo en cuenta que casi todo sexto estaba observándonos. Elina manda al hermano de mía a que se me lleve hacia un lado, que me lleva por los hombros y hace que al caminar trastabille. Me siento algo torpe, pesada, vacía. Jack me explica lo que ha sucedido, inclusive el protego de Zane, que nos cegó a todos. Es decir, que no tuve la oportunidad de defenderme. Y para colmo, me había borrado la memoria de la mañana. “Bien jugado, Zane” pensé, entristeciéndome un tanto. No recordaba haber leído que un protego horribilis pudiera hacer aquél efecto cegador, algo extraño había tenido que suceder. Aquello, no obstante, no se reflejó en mi rostro. Ni la incertidumbre ni la tristeza por lo sucedido hicieron que mi expresión facial variara. Una vez me senté en el pupitre, le eché una rápida mirada a Zane, que se encontraba a mi derecha, y me quedé observando el combate entre Donnie y Debbie. Ambos parecían más diestros que yo, desde luego. Bueno, no importaba. Me dolía la cabeza, y me seguía sintiendo torpe. -¿Zane, podemos hablar tras las clases?- murmuré, sin ladear la cabeza, aprovechándome de que el Slytherin no estaba demasiado lejos y del hecho que Jack se había puesto como una fiera. “¿Por qué gritas, gilipollas?” pensé, llevándome un par de dedos a mi sien izquierda. Escondí parte de mi cabeza en mis manos, tapándome parte de las orejas, sacudí mi cabeza una sola vez. Me mordí el labio con fuerza, y clavé mis uñas en mi cabeza de una forma disimulada. Relajé la fuerza que ejercían mis dedos y puse mis manos bajo mi barbilla. Apoyé las manos en el pupitre y suspiré, mirando el combate.

Vuelvo a prepararme para el duelo. "Genial, un castigo después de clases, que motivador..."
-Aix... -suspiro negando con la cabeza.
Y rápidamente volví a atacar "Volvamos a recordar primeros años... algo sencillo"
-Engorgio! -grité apuntando a los dedos de Debbie

Había conseguido saltar a tiempo ante el hechizo de Donnie, pero me quedé mirando a los profesores con cara de asombro. No entendía nada, ¿por qué no podía atacar yo? De todas formas no dije nada y me dispuse a esperar el siguiente hechizo de Donnie.

- Protego.

No tuve ningún problema en defenderme, pero estaba tan desmotivada y me sentía tan mal por lo que estaba pasando que ya ni siquiera era capaz de concentrarme.

- Depulso.

-Protego horribilis
Pero por desgracia, no fui lo suficientemente rápido.

Donnie sale disparado contra la pared y se golpea de espaldas. El golpe podría haber sido mucho peor, tan solo se siente dolorido y no puede levantarse al instante. Además, ha perdido la varita al golpearse. 

- Asombroso. - dice la profesora aplaudiendo - Eso ha sido originalidad.  Y creo que la señorita Gray ha demostrado que sus defensas son inquebrantables. Buen trabajo Donnie, pero me temo que has perdido. Y que sigues estando castigado por lo del suelo.

Hay un par de duelos más tras ese: James contra Sirius, los cuáles no tienen muy buena cara y no parecen tomarselo muy en serio ya que James acaba convertido en un pollo gigante. A Cyril le toca contra Sophia, quien es desarmada al instante de empezar mientras sonríe complacida.

- Siguientes: Diane y Dean.

Observé los duelos en silencio. Cada vez que la profesora decía un nombre "temblaba", era sabedora de que no estaba preparada para tener duelo con nadie, a decir verdad. Odiaba los duelos por encima de todo y si por mi fuera me negaría allí mismo pero ¿En qué lugar quedaba? Cerré los ojos unos instantes, pero los abrí al sentir como Donnie salía despedido contra la pared ¡Se mató! Y yo que tenía fe en que lo conseguiría. Mis labios hicieron un pequeño gesto, pero el mismo se borró al ver que se movía. Bueno, bueno.. Menos era nada. Pues vaya, bueno... En otra ocasión será. Dejé que mi cuerpo se escurriese, como quien se acomoda para seguir observando una película, pero de poco me sirvió pues cuando sonó mi nombre abrí los ojos de par en par, entre confusa y asustada ¡Sí, asustada! ¿De verdad? ¿Ya me toca? Dejé mi pergamino sobre el taburete a la par que sacaba la varita.- Yo...-Miré a la profesora, estaba apunto de decirle que no quería enfrentarme a Dean, pero me silencié de la mejor forma posible, asintiendo. Ni siquiera se me da bien conjurar... 

Sorteando a mis compañeros de clase me coloqué en mi lugar, tomando posición.- Suerte... Supongo.-Por primera vez mi voz tembló y salió insegura ¿Dónde estaba la niña extrovertida y que se apuntaba a un batallón si era necesario? Mi mano se cerró sobre la varita sujetándola con fuerza y decisión.

Después del resto de combates me sentía bastante mejor. "Jo, por los pelos... y encima castigado después, yuju."

Me acerqué a la profesora antes de que comenzara el combate
-Estooo señora profesora... quería hablar sobre mi castigo... -dije rascándome la cabeza - Sólo hice un agujerito en el suelo... y usted ya lo ha reparado... y y vamos... esto es de locos, como puede estar permitido borrar la memoria de una persona pero no hacer un agujero en el suelo que se repara con un simple movimiento de varita? -pregunté un poco indignado aunque con una cara poco seria.
 

El duelo de Donnie y Debbie me hace fruncir el ceño, no sé qué le pasa a la chica pero desde luego esto no es normal. Tendría que haberlo machacado con el primer hechizo, sin embargo tras la intervención de Darcy y la... un poco extraña, decisión de la profesora Debbie gana el duelo. La forma en la que cae Donnie me hace dibujar una sonrisa de alegría.

-Sí claro...- contesto a Alia cuando ha terminado el duelo -cuando terminemos hablamos- Le dedico a la chica una media sonrisa, imaginando que a lo mejor querría seguir la conversación del tren.

-Bien, Debbie...- Le sonrío con esa sonrisa que rara vez dedico. Ante la pregunta que Donnie dirige a la profesora levanto una ceja, sin intervenir, aunque me dan ganas de contestarle.

Porque no he ido ni contra las normas del duelo, ni contra las normas del colegio. Y los recuerdos que le he quitado no son tan importantes como para que llegue a ser delito.

Suspiro, poniendo los ojos en blanco antes de girarme a ver los siguientes duelos.

Imbéciles...

Pienso, al ver a Cyrill y a Sophia. No me puedo creer que esa inútil se deje humillar tanto, y que O'Reily piense que de verdad ha quedado como un buen duelista.

Nota para mí: nunca más pensar que Sonja es la Slytherin más tonta.

El combate entre Donnie y Debbie, fue bastante tenso para Dean, con cada conjuro que se lanzaban mutuamente pensaba en las posibles consecuencias del combate y aunque Donnie le caía muy bien, en este caso prefería que Debbie fuera la ganadora.

Cuando todo acabo viendo que ninguno sufría grandes consecuencias un alivio me recorrió, pero en el momento en el que me iba a girar para comentar con Mia como había ido el combate escucho mi nombre.

¿Me toca? ¿Con Diane? Bueno, supongo que mejor yo que Irina

Deseadme suerte - digo a mis compañeras mientras me coloco en mi posición.

Suerte a ti también Diane

Agradecí las palabras de la profesora y felicité a Donnie por haber sido tan buen rival, una vez que vi que era capaz de levantarse por su propio pie. Retorné al semicírculo de asientos un tanto decaída y me senté al lado de Zane sin devolverle la sonrisa. Estaba decepcionada conmigo misma por no haber conseguido ser más eficaz y no entendía cómo, después de todo lo que había practicado, me habían salido aquellos hechizos tan débiles.

Me quedé callada, con gesto inexpresivo, mientras contemplaba el resto de duelos.