Partida Rol por web

Sonrío a mi amigo. 

- Por eso cuando has dicho lo de transformarte en conejito he contestado que "ojalá". Siempre he querido ser un animal, pero no sabía nada de los animagos hasta que llegué a Hogwarts. Igualmente, nunca se me había pasado por la cabeza que yo podría serlo hasta después de los juegos. Eso de cavar por el suelo e irme por los túneles subterráneos me gustó, entonces me entró la curiosidad de saber qué animal sería yo.- Miro a Dean para ver la cara que ponía, no sabía hasta qué punto me podría entender. - Y nada, me sentí un poco como un zorro. Aparte, mi patronus lo es... ¿Eso significa que mi forma de animal lo sería? Porque yo quiero serlo. -

Me quedo pensando en lo que implicaría ser zorro por una noche y sonrío. Me encantaría y podría hacer muchas cosas. 

Llegamos al exterior y la luz solar hace que achine los ojos un poco. 

- ¿Dónde te apetece ir? Igual Hagrid sabe algo del tema... Claro que puedo ir después yo y ahora hacemos lo que quieras. 

Ellen da un respingo con cara de sorpresa cuándo le tocas la mano, cómo si no hubiese esperado ese gesto, pero después asiente.

- Está bien, pero creo que no le caigo bien a Irina.

Salís del comedor y veis a Dean e Irina a lo lejos, camino a la cabaña de Hagrid.

Lily sonríe cuándo haces la broma. 

- Si estoy bien, no sé porqué dices eso... - dice probablemente la peor mentirosa de la historia. - Y me apunto a la noche de chicas, mientras no estemos fuera de nuestra sala común en horas prohibidas... - qué otra respuesta podrías esperar, aunque sabes que si la empujas un poco... la sacas a dónde quieras. Pero cada cosa en su momento.

Sofía aparece cuándo Brad ya se ha ido y se acerca preocupada hacia ti, sin saber qué pasa.

- ¿Di? ¿Qué pasa? ¿Te has hecho daño?

Ni siquiera me da tiempo de salir cuando siento la voz de Sofía, para algunas cosas era tan rematadamente rápida que me molestaba. Con suavidad volví a sentarme en la camilla y bajé la mirada hacia mis piernas.- ¿Daño? ¿Cuando te lastiman el corazón se considera hacerse daño? -Alzo la mirada con una triste sonrisa en los labios.- Supongo que me enamoré de la persona equivocada y esta es la forma que tengo de pagarlo.-Solté un largo suspiro de tristeza.- Cada vez que me encuentro con Brad debo aguantar el que me cuente sus... Líos de faldas, pero cuando veo que él ni siquiera repara en mi, no lo sé me destroza.-Me rasco la nuca sonriendo.- Y es que con cada día que pasa, tengo más claro que no le diré nada sobre esto, él pareced entender lo que quiere... Y está más preocupado en llevarse a otra nueva chica a su terreno que en descubrir que me pasa realmente..-Me levanté de la camilla acomodando mi túnica.

- Debería irme... Tengo clases de pociones y dudo que sea correcto faltar a ella.

Sofía te escucha y te abraza.

- ¿Has probado a decirle sin rodeos lo que sientes? Los hombres son bastante idiotas y Brad, por lo que he podido ver, se lleva un buen premio... No te digo que vaya a saltar a tus brazos si lo haces ya que es un idiota - cualquiera con dos dedos de frente vería que eres increíble - pero al menos podrás dejar este limbo de incertidumbre. PAsar página.

La campana que marca las horas en Hogwarts os interrumpe.

- Sí, ve, no llegues tarde. Y di, yo siempre estaré aquí. Puedes contarme lo que sea.

- Prometo hablar con él. Quizás no ahora, pero lo haré...-La abrazo con cierta fuerza, escondiendo mi rostro en su cuello.- Gracias, chocolatito...-Beso su mejilla poco antes de separarme con una sonrisa mucho más tranquila que cuando llegué allí.- Si puedo me pasaré más tarde a verte.-La despido a la par que recojo mis cosas y salgo de allí a la carrera en dirección el Aula de pociones.

Se escucha la campana que marca las horas en Hogwarts y todo el mundo se encamina a sus clases. Los chicos de sexto que siguen pociones se encuentran unos a otros en las mazmorras, dónde se da la clase. El aula de hoy tiene pupitres de piedra para dos personas. El profesor entra, alegre como siempre, saludando a unos y otros mientras se dirige a su escritorio.

- Bien, bien, bien. ¿Qué tal el día? Espero que estéis en plena forma ya que hoy vamos a hacer una poción con cierta dificultad, por parejas, - parecía que este año los trabajos en grupo estaban siendo muy populares por alguna razón - a modo de competición. - a Slughorn parecía gustarle hacer esto de vez en cuándo, para motivar a los alumnos y tal vez encontrar nuevos diamantes en bruto. - La mejor pareja se llevará un regalito... Un twists de la Poción Agudizadora de Ingenio. Cómo ya sabéis - la mitad probablemente no lo sabía - esta poción se debe dejar reposar un día tras su elaboración, pero con un sencillo paso extra podemos adelantar el proceso. Es decir, que si lo hacéis bien, al final de esta clase tendréis la poción lista. Este paso es el siguiente: - el aprofesor apunta a la pizarra y la tiza empieza a escribir mientras él dicta. - una vez la poción está lista, vertemos las dosis en frascos individuales. Una vez hecho esto, preparamos una solución de cebada y polvo de huesos de Augurey y la hervimos en un caldero limpio. Cuándo llegue a punto de ebullución, introducimos las dosis con cuidad y bien cerradas durante exactamente 27 segundos. ¡Y listo! Así que, ¡podéis comenzar!

Los tres estudiantes de Dumstrang están en la clase de pociones. Saana se sienta con Kristoff- cómo era de esperar- lo que deja a Joni observando en busca de una pareja.

No me dio tiempo a decirle a Lily que se dejase de rollos, pues la clase iba a empezar en unos minutos y aún teníamos que llegar al aula. Preferí dejar el tema como zanjado... por ahora. 

Fui hasta las las mazmorras mientras me iba recogiendo el pelo en una coleta alta... no quería que fuese dañado por ninguna de las pociones, además, desde que hace unos días, Peter casi que me quema el pelo por accidente, le he cogido bastante respeto al aula. Con el pelo rojo totalmente recogido, miro alrededor en busca de pareja... hasta que veo a uno de los nuevos solito. Precisamente el que más me llamaba la atención. Sonreí satisfecha y me dirigí a él.

- Hola, tranquilo, vengo a rescatarte-le digo tomando asiento a su lado con una amplia sonrisa encantadora-. Chico, qué difícil es pillarte para presentarme debidamente... soy Mia, Mia Darcy; y, si no tienes inconveniente... seré tu pareja en esta pequeña competición. No se me dan nada mal las pociones.

Ya mucho más despejado tras la visitaa mi perro, regreso al castillo. Pociones...no es lo que más me gusta, pero son muy útiles. Al ver a Mia acercarse a Joni, paso por el lado de ambos.

-Ten cuidado, que la pelirroja muerde.- sonrío tras la ¿broma? quien sabe si lo es.

Sigo andando hasta colocarme en una mesa vacía. Miro a ver quién hay cerca.

-¿Dean? ¿Te apetece que probemos a ver que tal se nos da juntos?

No consigo recordar si a Dean se le dan bien las pociones, pero en cualquier caso, así podemos hablar. Si es que le apetece ponrse conmigo, claro.

Cuando llegué a Pociones estaba algo despistado, había escuchado al profesor, pero seguía pensando en las palabras con Irina. De pronto es cuando escucho la voz de Brad pidiendo que sea su compañero.

Ah si si, sin problemas Brad, cuenta conmigo.

¿Brad conmigo? ¿Qué ha pasado?

En esos momentos, es cuando veo a Mia con uno de los nuevos y en esos momentos con una sonrisa le digo a Brad:

Parece que Mia busca nuevos refuerzos.

Entré en clase acelerada, mi respiración estaba agitada por la carrera que había dado y mis mejillas mantenían ese tono sonrojado por el esfuerzo de no llegar tarde. Una vez pasé por la puerta mi andar se volvió tranquilo y saludé al profesor con una tranquila sonrisa. Mientras los demás hacían acto o no de presencia busqué un lugar donde sentarme, parecía que se había puesto de moda el hacer trabajos en equipo, por lo que me acerqué a una de las mesas vacías. Al pasar junto a Brad lo miré con una sonrisa.- Oye Brad, después de clase me esperarías, tengo que comentarte una cosa y me gustaría que fuese cuanto antes.-Miré a Dean con una sonrisa.- Hola, Dean. No pretendía no saludarte... Solo que...-¿Por qué me estaba disculpando? ¡Si a fin de cuentas le había saludado también! - Ogh..-Me doy un golpecito en la frente a modo de "Boba, boba, que eres una boba"- Bueno, me voy a mi lugar. Suerte, chicos -Asomo la lengua entre los labios poco antes de retirarme.

Con suavidad me siento en mi lugar, abriendo mi libro de pociones. Esperaría paciente a que alguien llegase y aceptase ir conmigo, mientras tanto leía algunas anotaciones de mi libreta y libro.

Hablando con London de nuestras cosas entré en la mazmorra de pociones. No pude evitar esbozar una tímida sonrisa a modo de disculpa cuando mi mirada se cruzó con la de Slughorn al entrar en la clase. Tenía ganas de demostrarle que pese a lo que había sucedido seguía siendo la misma de siempre, aquella chica que se preocupaba por sus notas y por hacer las cosas bien. Aunque nunca destacara en demasía por su rendimiento académico podía decirse con claridad que era una chica que se había visto casi constantemente en el ojo del huracán por motivos de lo más variopintos. Escuché con atención al profesor darnos las indicaciones y las apunté vagamente sobre el pergamino, dejando trazos de tinta aquí y allí desperdigados, sin prestarle mucha atención a lo que iba escribiendo. Al in y al cabo, ¿para qué quería las indicaciones repetidas si ya disponía de ellas cuando quisiera en el libro de pociones?

Siempre me había gustado la clase de pociones, además parecía que se me daba bastante bien. Para evitar poner más presión sobre la primera clase de London, le solté una mentira clara de forma distraída. —No te preocupes, ya verás cómo lo hacemos bien. Esta me la sé— la seguridad de mis palabras contrastaba con la dificultad de la poción. “Mierda, está claro que Slughorn está testeando la habilidad de London para hacer pociones. Ahora que tiene a alguien nuevo va a machacarnos unos días. Bueno, no le puedo reprochar nada, yo también le haría eso”, pensé, mientras realizaba la elaboración de la poción con su ayuda lo mejor que podía.

—¿Y tú qué? No me has contado nada de ti, lo único que sé es que tienes un hermano en séptimo—, comenté en un susurro hacia la chica, esbozando una sonrisa encantadora mientras me esforzaba al máximo por no empezar a sudar por la dificultad de la poción. Me parecía extraño no ver a Zane ni a Debbie regodeándose de lo bien que lo hacían por todos lados. Estaba mejor sin ellos, estaba claro. Ahora, también sería necesario decir que me habían ayudado mucho durante aquellos años.

Al final a Dean y a mi no nos había dado tiempo de mucho, ni siquiera de que Donnie viniera. 

La clase de pociones había empezado y saludo con cariño al profesor Slughorn, era de mis profesores preferidos.

Pienso en decirle a Dean de ir conmigo, pero veo como se lo propone Brad. Chasco los dedos y le pongo cara de "¡me has quitado la pareja, usurpador!". Así que, voy directamente hacia Donnie, pero entonces me fijo en Diane.

- ¿Hacemos equipo?- Le digo algo tímida, pues nuestra relación nunca había ido del todo bien, seguramente por mi culpa. 

Joni mira a Mia unos segundos en silencio, cómo evaluando si cree lo que dice y le sale a cuenta ir con ella... O tal vez pensando en algo completamente distinto. Es bastante difícil de decir ya que mantiene una expresión muy neutra. Sin embargo, justo cuándo habla, un asomo de sonrisa se puede ver en sus labios.

- Claro, me parece bien, Mia Darcy. - Al contrario que el marcado acento de Kristoff o el no tan claro pero también palpable acento de Saana, Joni parece inglés de pura cepa, lo que es curioso. - Pero si me has mentido te usaré de conejito de indias con la poción. - añade con una expresión que es difícil de determinar: ¿broma o amenaza?

Algunos alumnos han dejado la asignatura tras el primer mes, como Peter Pettigrew, Sophia y Cyril. Mientras tanto Sirius y James se han sentado juntos, ya que al llegar en el último minuto se han encontrado de que su Remus está junto a Lily. Severus se ha sentado con Zoe Melton, mientras Albert y William se sientan juntos. Sonja consigue (sorprendentemente) que Flavia sea su compañera. Dharma, Charlotte, Ryan, Michael y Ellen aún no tienen pareja pero parecen estar barajando opciones. 

Ante el comentario de Brad, le saqué la lengua y le guiñé un ojo... Ese rubio me conocía demasiado. 

- Tranquilo, no muerdo...-le digo comenzando a preparar las cosas-... si no me lo piden.-dejo esa frase en el aire, durante un segundo lo miro divertida, hasta que decido cortar una vez más el silencio para decir:-Oh, y llámame Mia solo, me pusieron un nombre corto por eso mismo-bromeo.

Ante su amenaza/broma/no-sé-qué-exactamente, me limito a sonreír y a mirarlo con cierto punto de desafío en mis ojos. Me gustaban los retos.

- Hagamos un trato...-digo mientras preparo los ingredientes- Si ganamos, me invitas a una cerveza de mantequilla en Hogsmeade... y si perdemos, te invitaré yo, ¿te parece?

Me pongo manos a la obra con la poción... o algo así. No sé qué demonios me pasa, pues ninguno de los pasos me sale bien excepto el primero. Es obvia mi frustración por los bufidos que suelto cada dos por tres, ¡por el amor de Dios, soy una buena alumna en pociones! 

- Venga, Mia, esto nunca te había pasado antes...-murmuro mientras intento leer atentamente las instrucciones. Mi pelo comienza a ponerse de color verde por la angustia. Siempre asocié ese color a ese sentimiento, por eso cada vez que estoy angustiada, mi pelo comienza a ponerse de ese color... algún que otro mechón se pone de un color aún más rojo de lo que es ya, parece que podría quemar si lo tocas. Tras un bufido más sonoro que los demás, me cruzo de brazos mirando mi lamentable trabajo-. Espero que te guste la cerveza de mantequilla...-le digo a mi compañero; dada mi expresión, parezco realmente frustrada conmigo misma, cualquiera que me haya visto antes en pociones, sabrá que no se me da nada mal. 

Entré junto a Aelia a la clase de pociones, y sonreí al profesor abiertamente, mirándolo. Lo saludé llevándome dos dedos a la sien, inclinando ligeramente la cabeza. Pensé que la frontera entre alumno y profesor quedaba rota después de que nos hubiera venido a buscar a mi hermano y a mí a Hogsmeade. Aunque, después, me di cuenta de que quizá estaba fuera de lugar mi gesto, y debí de limitarme a murmurar un “disculpe por la tardanza”.

Contemplé los rostros de los alumnos que había allí, y los recorrí con la mirada, tratando de recordar si los había visto en el comedor, almorzando. Recordé a una muchacha de pelo rizado, que justo entraba cuando nosotras salíamos que tenía un par de mascotas. Por supuesto, recordé al muchacho que me había saludado en la Mesa de Slytherin, y lo sonreí con algo de desdén, como si le quisiera decir que sabía a qué juego quería jugar, y al que no estaba dispuesta a entrar.

Seguí a Aelia, pues yo me encontraba algo perdida y no sabía qué era lo que debía de hacer en ese primer día de clases, y confié en ella para que me fuera diciendo lo que debía de hacer o no.

Asentí a sus palabras, sonriendo. Las pociones. Me gustaban, tenía que reconocerlo, pero me costaban, y me faltaba paciencia para enfrentarme a ellas. Por lo que debía dedicarle horas extra en la biblioteca.

Escuché al profesor, y me centré en mirar el caldero con las pociones que se suponía debíamos preparar. Suspiré de forma sonora, y murmuré:

—Pues, allá vamos.

Me quité la túnica, preparándome para lo que sería una clase larga entre vapores, ingredientes, cuchillos y mezclas raras con tal de elaborar la condenada poción. Aparte, quería ese premio.

Me puse manos a la obra junto a Aelia, mientras conversábamos.

—¿Yo?— dije, leyendo con el entrecejo fruncido las primeras instrucciones—. Sí, mi hermano estúpido está en Séptimo, mi padre es un gran ególatra, narcisista, obsesionado con la sangre y orgulloso hasta límites insospechados de su linaje— narré, divertida—. Y yo, junto a mi otro hermano Charles, estoy repudiada, soy la vergüenza de la familia, una humillación con patas para los Lancaster… Ya te puedes hacer una idea— puse los ojo en blanco—. Me encantan los duelos, me suelo meter en líos, me encanta el chocolate…— fui enumerando, mientras introducía unos ingredientes en el caldero—. Las Artes Oscuras también me gustan. Nunca se me ha dado bien el Quidditch. No tengo fuerza ni habilidad para ello, sinceramente— añadí—. Y ese muchacho es mi compañero en los Juegos— dije, de forma repentina, mirando al chico del pelo lacio, reconociéndolo de repente—. ¡Eh, Severus! Espero que seas bueno lanzando hechizos— asentí con la cabeza, mirándolo—. No quiero perder. Detesto perder— dije, girándome hacia Aelia, riendo.

Comienzo a hacer la poción para perder el mínimo tiempo posible.

-Dean, quería preguntarte...¿Qué tal? Por lo de Debbie y eso, tío. Si necesitas charlar o algo...

Estoy seguro de haber preparado bien los ingredientes. Pero no tanto de estar llevando bien la temperatura y como mezclar la poción.

Debería dormir más...no puedo segir cagandola así.

Porque si hay alguna mínima posibilidad de cagarla, estos días siempre meto la pata.