Partida Rol por web

De acuerdo, a Diane no la habían atrapado y eso tenía que ser bueno... ¿no? Al menos eso pensaba. Realmente, espero que estén bien, tanto ella como su hermana. Pero no es momento de preocuparnos por ellas, tenemos que salir de aquí cuanto antes y regresar o buscar un sitio seguro donde descansar.

- Creo que vamos a necesitarlo, Brad-le digo respecto a su manera de salir de allí.

Entonces habla de alguien siendo torturado y... no puedo evitar pensar en Joni. Me quedo un momento con los ojos abiertos como platos, no... no puedo asimilar algo así. Anne confirma mis sospechas y comienzo a empalidecer, toda yo. Tenemos que buscarlo. Pero hay algo que me choca... ¿Peter? ¿Peter en el otro bando? ¿Peter, el niño pequeño, gordito y asustadizo? No... no podía imaginármelo. Pero... si está en el otro bando, y él hacía equipo con James y Sirius... Vuelvo a empalidecer, siento que voy perdiendo todo el color de mi cuerpo. Como le haya hecho algo a los chicos... 

- Tenemos que ir a por Joni-digo, y no estoy dispuesta a negociar-. Podríamos ir tú y yo a por él, desarmar a los que están haciéndole eso y conseguir varitas para todos o al menos para la mayoría. Pero tenemos que hacerlo ya-digo con urgencia, cada segundo que paso aquí es un segundo más de tortura para Joni. Espero que aguante un poco más... 

Me desperecé, con una sonrisa radiante, cosa que contrastaba claramente con el ambiente del contexto. Poco me importaba a estas alturas si creían que estaba loca, pues tratar de motivarlos y hacer ver que todo iba a salir bien era algo que posiblemente necesitara más de uno en esa situación. —Probablemente vayamos a necesitar más que las varitas. Un poco de suerte no nos vendrá mal. Y bueno, si no la tenemos, mejor haber luchado y sucumbido que jamás haber luchado. Por cierto, llevamos mucho tiempo aquí, y no creo precisamente que haga calor. Vamos a acabar congelándonos como se pase el efecto del hechizo —Seguía preguntándome para qué habría hablado enfrente del tritón, si había resultado la triquiñuela anterior. Debería haber permanecido escondida, pero ahora era tarde—. Qué situación más desagradable... Tenemos que salir de aquí. A mí me da igual si me tiras un desilusionador pero un protego dermae para que no me muera de frío me iría de fábula. Tenemos que conseguir esas varitas. Y yo no sé dónde están las vuestras, aunque sí sé dónde está la mía —y eso me mosqueaba mucho. Si ya era difícil conseguir varitas de gente cualquiera, conseguir la mía era una misión suicida. Me acerqué a Mia—. Gracias por venir, Mia. Creo que por ahora voy a desistir de volver a obtener mi varita porque sería asesinarnos a todos, pero tenemos que hacer algo o nos moriremos, y si no nos matan ellos será el frío. Vamos...

Mia había decidido ir a por Joni... No me quería quedar ahí, me sentía completamente impotente en esa situación, así que aunque fuera hacia un suicidio, yo me apuntaba:

-Iré con vosotros. Aunque sea para hacer bulto o como refuerzo desarmado o señuelo o lo que sea que haga falta. Y Mia tiene razón. Hagamoslo ya. -Miré a Brad y Mia -Y por favor... Deshaced el conjuro de calor. Como sigamos así mucho más acabaremos sintiendo como ardemos...

Dean nota el mismo calor que Donnie, puesto que ellos usaron un conjuro distinto al del resto, que afectaba a su ropa y no a su piel.

- El conjuro que nosotros usamos debe estar a punto de dejar de hacer efecto, pero ahora que lo dices, necesitaremos algo para cubrirnos...Llevamos mucho tiempo fuera del agua, tal vez ahora nuestro "termómetro interno" se ha jodido... Así que me arriesgo un rato más si vamos a volver al agua. - dice Anne. Ryan asiente.

- Está bien. Mia y Brad son los únicos armados, pero a falta de varita buenos son puños. - dice Ryan mirando a Donnie. Donnie es el que mejor condición física tiene. - Aelia es muy ágil. Tal vez podéis ir vosotros 4 delante y el resto os seguimos si el camino está libre. Todos a la vez podemos llamar mucho la atención.

-El problema es que hay dieciochomil puertas. Podemos pasar por una cerrada y qque se abra, separando los grupos. Y las varitas del resto...así que estad preparados para combatir a lo muggle. Dedos a los ojos, rodillas a la entrepierna. Intentaré guiaros hasta donde vi a Joni si es lo que queréis la mayoría...aunque es poco menos que una locura.

Sobre el conjuro de calor no sé si es mejor quitarlo o dejarlo. En cualquier momento podemos necesitar volver al agua.

-Cuando digáis. Iré delante. Ah, y si veis a Peter o Saana rompedles la nariz de mi parte...

Con los ojos aún cerrados, sentí que me quedaba quieta, y todo a mi alrededor dejaba de dar vueltas. Entreabrí un ojo, y miré el polvo que había desplegado con todo mi llegada. Me rasqué la nariz algo molesta, sintiendo que me picaba, y miré a Severus, que sonreía. Le devolví la sonrisa, y noté que me ruborizada como una idiota. Carraspeé para evitar concentrarme en ello, y salí de la chimenea a la espera de la llegada de Zoe.

—Hola, Zoe— la saludé cuando llegó, y le limpié un poco el hombro que estaba tiznado de hollín.

Escuché las palabras de Severus, y asentí ante su sugerencia. No podía creerme que, después de todo, fueran los muggles quienes pudieran llegar a protegernos. Era divertido, y también daba algo de miedo.

Me mordí los labios, y comencé a obligar al cerebro a trabajar. Se me antojaba ahora que no era tan buena idea aquello de habernos ido. No teníamos dinero. No teníamos comida. No teníamos refugio.

—¿Es que ninguno de vosotros vive en Londres?— fue lo único que se me ocurrió preguntar—. Podríamos tratar de contactar con mi hermano Charles. Trabaja aquí, en el Ministerio, puede que nos ayude.

Pensé en Gringotts, pero no tenía la llave de la cámara de la familia, y pensé en mi padre, y en dónde estaría en ese momento.  Incluso me hurgué los bolsillos para comprobar si en aquellas túnicas prestadas había algo de dinero, pero lo dudaba en cantidad.

Suspiré, algo desinflada, y miré a los otros dos.

—¿Y si pedimos un préstamo?— sugerí sin haberlo meditado antes, pues no sabía a quién, ni cómo, ni dónde.

Sonreí a London y Severus al llegar y les saludé con la mano. Escuché a Snape con atención (como siempre) 

- Pues probemos con eso, London. Tampoco hay muchas más soluciones, ¿no? - Al menos a mí no se me ocurría nada, por lo que me sentía poco importante.

- Yo no sé como va eso de los préstamos... Pero Snape, también podemos conseguir comida robando... - Me reí, pero realmente pensaba que era cierto. 

—Sigo pensando que como no nos echemos otra vez el hechizo de protección para el frío acabaremos muertos. A mí me da igual, pero yo no serviré de mucha ayuda si nos pegamos. Soy rápida, pero no fuerte —y estaba en lo cierto. No podría pelear contra nadie que hubiera entrenado un poco, pero sí era más ágil que la mayoría. Igual incluso podría aprovecharme de eso y robar alguna varita sin que se dieran cuenta—. Mia, estamos en inferioridad, pero yo me veo capaz de robar alguna que otra varita. Si además me tiras un encantamiento desilusionador, creo que la posibilidad de volver con algunas varitas aumenta mucho. Además, si de repente ven que hemos escapado dos personas podría liarse una gorda y seguro que darían la alarma. Tenemos que ir rápido, lo más rápido posible.

- No abusemos de la magia. Somos humanos, no máquinas, y usar demasiada magia desgasta. Si vamos a tener que salir de aquí, estando en medio del mar y rodeados de enemigos... Mejor guardar energías.  - comenta Dean aceradamente.

- Vayamos con cuidado. Por lo que vi cuando nos bajaron, esta escalera está más o menos en un cruce de pasillos. Es fácil ver si hay alguien en ellos sin que nos vean a nosotros. Ese es el primer paso. Luego tendríamos que confiar en nuestro sigilo. - sugiere Ryan.

- Brad, has dicho que más o menos has visto cómo era el barco por dentro gracias a tu hechizo. Crees que puedes esbozar un mapa con el Flagrate?* - pregunta Anne.

-Puedo intentarlo...ya os digo que las imágenes eran bastante confusas pero espero no liarme.

Comienzo a dibujar en el suelo, en un punto fácilmente ocultable a simple vista, por si aparece gente.

Y, Aelia, si quieres un hechizo térmico, dilo claramente en lugar de soltar esos comentarios. De todas maneras Dean tiene razón. Igual es mejor dosificar.

Miro el plano asintiendo con la cabeza levemente. Miro entonces a mis compañeros:

- Entonces vamos Brad, Aelia, Donnie y yo, ¿cierto?-pregunto-. De acuerdo, vosotros poneros detrás de nosotros dos-digo refiriéndome a Brad y a mí-. Si consigo hacerme con una de esas túnicas... puedo intentar hacerme pasar por alguno de esos tipos y hacer como si os estuviese llevando a algún lado en caso de que nos pillen. Debemos andar sigilosos, Brad y yo usaremos magia cuando sea estrictamente necesario, tenemos que confiar en nuestras capacidades de sigilo, ¿está bien? Caminemos pegados a la pared, mirando en cada esquina con cuidado. 

Cojo la escoba y la escondo tras unos cajas que hay en la sala. 

- Os dejo aquí mi escoba, por si la necesitáis... Cuidádmela bien, ¿eh?-les digo a mis compañeros con una sonrisa, como si fuese simplemente a dar un paseo...-. Brad, ¿dónde dices que escuchaste a Joni?-pregunto dispuesta  salir en cuanto me de las indicaciones pertinentes.

- No os pido que lideréis, señor. Tan solo ayuda si bien no física, mental. Un plan... He visto a mis compañeros muertos por el suelo, he sentido el peligro en mi piel y las ganas de supervivencia... He temido por la salud de mis más allegados y ahora... Ahora no se me ocurre qué hacer. Si no puede ayudarme tan solo me queda aceptar la manera de entrar en Hogwarts. Pero si no va a acompañarme, deberé insistir en que me deje ir sola.- Miro a los lados para ver a qué entrada se refería. Sentía pánico en mis entrañas pero también las ganas de ayudar y enfrentarme con valentía a aquellos que quieren arrebatarme a mis seres queridos. Un deseo de venganza se había apoderado de mi al pensar que Remus, Inuix, Mia, Dean, Donnie, Lily, Sirius y los demás estarían muertos. 

- Haré el truco del patronus si le necesitamos.- Asiento con decisión pensando qué iba a hacer un hombre que no pensaba luchar ni ayudar a salvar vidas cuando le informara con un patronus que le necesitaba. - Pero debe dejar que vaya a Hogwarts y me reúna con los míos para advertirles de que si no se van de la casa de los gritos llegaran los idiotas del ministerio.

-En la bodega con provisiones, junto a las cocinas. Había unas diez personas con él...de nuestra edad como máximo, algunos seguro que menos. Me parece bien que vayamos delante...pero unos apuntes, para todos. Nada de conjuros de fuego o explosiones. No queremos ni llamar la atención ni hundir el barco. Todavía. Y nada de gritos o chillidos. Si a alguien se le mete una araña o una rata por el cogote, que se la saque y punto. Si atrapan a alguien, que no grite...que muerda. Aunque alguno nos vea...si no hay ruido, el problema será menor...o al menos, tardará más en descontrolarse.

Me paso la mano por la nuca, algo preocupado.

-Y ya está, aquí acaba la arenga inspiradora del general Brad. Vamos delante Mia.

Echo a andar, sin hacer ruido.

Escuché atentamente a Brad, parecía más calmado que yo, o al menos había pensado más. Abría y cerraba los puños constantemente, intentando calmarme.

-No es una travesura del colegio... -Pensé en voz alta para concentrarme -Vamos allá. -Asentí y seguí a Brad. Daría el 200% de mi y saldríamos todos juntos de esta.

Aberforth asiente. Es un tipo hosco y directo en sus palabras, opara nada como su hermano.

- Refugio, pasaje a Hogwarts y la promesa de silencio. Nadie, de ningun bando, sabrá que estáis aquí. - dijo Aberforth una vez más, enumerando lo que podía ofrecer. - Y si me entero de algo más mientras vosotros estís sabe Merlín dónde, os enviaré un Patronus. Pero no si vas sola. Sería un suicidio. Ve a buscar a tus amigos, a Darcy y a Elina. No me creo que ella se quede sentada esperando a nadie. Arreando, que tengo que volver a abrir el bar.

Asentí al plan de Mia. Tenía toda la razón del mundo, era muy preferible que nos mantuviéramos en la sombra que que atacáramos indiscriminadamente, lo que con toda probabilidad nos reportaría mucho más prejuicio que beneficio. La localización de Joni era terriblemente peligrosa, pero tan solo era un poco de picante en el plato que teníamos delante. Nuevamente asentí ante las palabras de Donnie. Exhalé un suspiro ahogado y apreté el brazo de Donnie con suavidad, sin decir nada, tan sólo para reconfortarlo un poco. Era extraño cómo situaciones tan peliagudas podían sacar lo mejor de las personas.

Salís con cuidado, tal y cómo habéis acordado, y subís en silencio las escaleras. Brad y Mia se asoman y en principio no ven a nadie en los pasillos. 

La puerta del almacén que Brad comenta está al fondo de uno de los pasillos. A ambos lados de ese pasillo hay puertas, pero pocas. Desde dónde estáis veis solo dos a la izquierda y dos a la derecha.

Los chicos salen y cierran la puerta tras ello. Ahora tenéis que esperar...

Tomo la delantera, medio paso delante de Mia. Avanzo pegado a la pared y algo agachado...para poder esconderme rápidamente si alguien aparece -y hay algo que me pueda ocultar- o saltar hacia delante si hace falta.

Trato de prestar atención a cualquier ruido revelador...pisadas, puertas abriéndose...nada fácil en un barco de madera. 

Tomo aire y lo expulso lentamente por la boca... Vamos, Mia, esto lo has hecho muchas otras veces, te conoces el castillo de memoria, te has escabullido por los rincones más recónditos de todo el puto Hogwarts, ¡has entrado por el puto agujero de un cañón! Puedo con esto, puedo con esto...

Salgo de la habitación, un par de pasos por detrás de Brad para poder seguirlo. Camino bien pegada a la pared, aprovechando al máximo las sombras. Ando con las rodillas flexionadas para amortiguar cualquier sonido posible y mantengo la espalda encorvada, como si eso pudiese ayudarme. La mano de la varita va ligeramente adelantada, mientras que con la otra hago señas a mis compañeros para que comiencen a nadar detrás de nosotros.