Partida Rol por web

Cuando el humo se disipó un poco, apareció ante vosotros un imponente mago que portaba un cetro. Sus rasgos eran extraños, como si no perteneciera a esta época.

- Vaya, vaya volvemos a encontrarnos Shaun. Veo que has venido desde muy lejos para tratar de atraparme. - Le mostró una amplia sonrisa al clérigo, antes de continuar dirigiéndose hacía todos ellos.

- Veo que habéis conseguido liberaros de mi encierro, pero no os preocupéis, no creo que podáis continuar. - El mago hizo un gesto con la mano y bloqueó todas las puertas de la sala. Haría falta tomarse mucho tiempo para lograr abrir alguna de ellas.

- No temáis, no soy tan malo. Aunque no puedo dejar que frustréis mis planes de conquista, tampoco os dejaré morir sin alguna esperanza. - Otro gesto con la mano y algo se sacudió a vuestras espladas.

- Ahora, os dejo, mequetrefes. Si conseguís acabar con mis dos amiguitos, la puesta se abrirá. Adiós... - Y volvió a dejaros en otra explosión de humo.

Ante vosotros, es decir a vuestra espalda, aparecieron de debajo del suelo, que se volvió arena en aquél lugar, dos seres insectoides con grandes mandíbulas, a todas luces conocidos por la mayoría.

Anacteia observó a aquel hombre y no pudo evitar que sus ojos se desviaran hacia su bastón. Imperceptiblemente la punta de su lengua asomó, relamiendo sus negros labios. Pero antes de que pudiera echar un vistazo a aquel objeto tan prometedor su actual dueño desapareció... dejando un par de regalitos.

- ¿Conoces a ese individuo? - preguntó al clérigo mientras se volvía a encarar a los enorme bichos -. Y supongo que a sus hermanos también - añadió haciendo un gesto con la barbilla a los dos monstruos a la que su mano se deslizaba a su morral, en busca de un ingrediente de conjuro -. Interesantes amistades te gastas, clérigo. Pero siendo tú, no inesperadas - sentenció con una sonrisa aviesa que se deshizo en un instante cuando comenzó una breve salmodia, parecida a una nana, que finalizó en una leve explosión entre los dos seres invocados.

La expresión en el rostro de SHAUN MICHAELS hace parecer que el clérigo bulle con una furia inusitada. Ha reconocido al criminal que estaba persiguiendo. A aquél que asesinó a centenares y al que puso en estado de alerta a su nación entera

"¡Anreip el cruel! ¡Te arrastraré de vuelta a la cloaca de la que saliste!" luego empieza a hablar en otro idioma, uno dificil de conocer, pero es el nativo de SHAUN MICHAELS y de Anreip el cruel "No importa donde te escondas, no importa donde huyas. Siempre te cazaré, y la inyección letal no será lo bastante para ti"

SHAUN saca la ballesta, da un pasito de 5 pies, y dispara contra una de las "Cochinillas", la que menoz afectada parezca por la magia de Anacteia.
desgraciadamente, la flecha se pierde en el vacio

"FFFFUUUUUUUUUUU..."

Cuando parecia que podríamos disfrutar de momento tranquilo, se nos aparece el enemigo final. Al menos siempre lo pensaba cuando me metía en mazmorras. Ese guardían que se te presenta cuando tienes ante ti el tesoro. Un extraño mago con ropas de otro mundo,que nunca las habia visto. La conexion con Shaun venia de antiguo. Quería pensar realmente a quien no estabamos enfrentado, pero nos invocó a dos bichos incómodos.

Decidi mantenerme callada, pero buscando un buen ángulo me muevo pocos metros, y disparo con mi arco. Me sentia mas agusto que con la ballesta.

El semiorco intenta reconocer a las criaturas que han aparecido, pero una sensacion de peligro recorre su nuca. Agarra fuerte su baston y escudo, mientras ruega a Gorum para que encante su baston. - Gorum bendice este baston que va a aplastar a estas cucarachas en tu nombre, susurra el druida, mientras su baston comienza a brillar con una luz roja tenue

Ante la presencia de las dos imponentes bestias el grupo se amilana. El clérigo, Shaun, no atina con la ballesta, dando el virote en la pared del fondo de la sala, sin rozar a ninguno de los enormes seres insectoides. A su vez, Sheela trata de disparar una flecha a otro de los enemigos, aunque esta vez roza el exoesqueleto de quitina y no produce ningún rasguño al ser.

Anecteia trata de inducir al sueño con uno de sus hechizos, que parece que adormece por momentos a una de aquellas alimañas, pero que no logra hacer el efecto deseado. Por su parte, Grundar conjura algún tipo de hechizo druídico, solo entendido por el mismo, a la vez que trata de recordar algo sobre aquellos enormes bichos.

En ese momento, los ankheg se acercan a los dos de primera línea y tratan de morder con sus poderosas mandíbulas a Shaun y a Grundar. Grundar esquiva el ataque por muy poco, pero  el clérigo recibe un tremendo mordisco en la pierna, que empieza a teñir de rojo su muslo.

Estas criaturas las reconoces como ankhegs, unos enormes, insectos excavadores que poseen un mordisco peligrosísimo y una tenacidad igualada solo por su hambre.

Tus conocimientos sobre la naturaleza, además te revelan que se trata de bestias mágicas.

Anacteia gruñe pero no ceja en su empeño. Se concentra de nuevo e intenta dormir al monstruo que comienza a merendarse a Shaun.

- ¡Vamos Shaun! Se trata de aniquilarles, no alimentarles - comenta con una sonrisa aviesa mientras vuelve a conjurar sobre el bicho.

"Tambien de derrotarles, no de darles ANIMOS" dice SHAUN MICHAELS a la miena de Anacteia.

Dando un paso de cinco pies, SHAUN busca dar un corte, a la vez que intenta -como sea- alcanzar el mejor ángulo de disparo

Decidi buscar mejor angulo de disparo y apunte al bicho que estaba al lado de Grundar. Notaba mis manos entumecidas sin la capacidad de apuntar bien.

El semiorco gruñe mientras intenta aplastar la cabeza del bicho con su baston, pero su golpe va suave y desviado, con lo que apenas se escucha un leve PLOC en el caparazon del Ankheg

Sin darse por vencida, Anacteia volvió a conjurar un hechizo para tratar de hacer caer en un sueño profundo,a las bestias, aunque tardaría un tiempo en llevarlo a cabo. El resto de combatientes trató de asestar golpes con sus espadas, bastones o a base de flechas, en el caso de la picara. Ninguno tuvo el acierto esperado, unas veces porque el propio animal esquivaba el ataque y otras por la resistencia de su dura piel.

Ambas bestias volvieron a atacar a sus agresores con sus mandíbulas. Quedó patente que el clérigo se enfrentaba a la mas diestra de ambas, pues volvió a dar un tremendo mordisco a la ya malherida pierna de Shaun. El tajo,hizo que perdiese mucha sangre y con un grito de dolor, soltó su espada, escurriéndose de sus dedos. Al momento, clavó la rodilla al suelo y se desmalló, perdiendo mucha sangre por la pierna.

Grundar consiguió esquivar el mordisco del otro enemigo, el cual empezó a paralizarse y cayó al suelo dando un tremendo golpe en el mismo. Al menos, el conjuro de la hechicera había conseguido tumbar a uno. Parece que lo mejor seria no despertarlo, de momento.

"SHAUN MICHAELS NO PUEDE MORIR!!!!"
 

El bueno de SHAUN MICHAELS, más por odio que otra cosa, se estabiliza estando a un pie de la sepultura ¡Eso es y lo demás son tonterías!

Anacteia suspiró al ver como Shaun caía presa de las garra del ankheg.

Y mira que le dije que no les diera de comer.

La hechicera se acercó hacia el caído clérigo y el dormido bicho mientras conjuró contra el otro ankheg. De su dedo salió un rayo ácido que pasó muy por encima del monstruo y estrellándose contra la pared del otro lado, dejando un manchurrón ácido.

Tch, hoy no acierto una desde lejos, se lamentó chasqueando la lengua.

SHAUN MICHAELS canaliza energia positiva.

La cosa está MUY chunga º_º

La caída inesperada de Shaun era una pérdida de fuerzas. Pero poco podía hacer yo por él. Solo atacar y atacar. Tras quedar un mosntruo dormido, me moví para el norte para acercarme hacia la bestia que atacaba a Shaun. Disparé con mi arco a la espera de acertar esta vez.

Grundar sabia que su siguiente golpe no podia fallar, por lo que convoco el poder de su dios, - Gorum, guia esta mano para que acierte en el corazon del enemigo, para que pueda ofrecer su sangre como presente de mi devoción, conjura el orco mientras su mano brilla levemente.