Partida Rol por web

Journey End: Ikigai

☼ Acto II-2: Encuentro Divino ☼

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10/04/2025, 23:06
Mono (Ahora con perfil)

 Fuese lo que fuese que fuesen a hacer, ya lo pensarían luego de capturar al mono. Este permanecía junto a la estatua, con ciertos aires somnolientos mientras le vigilaban ya con la mosquitera en mano. Ahí se quedo recostando la espalda al pilar que sostenía la estatua, apoyando las manos sobre su pancita, con su mirada puesta en la nada.

 Sus grandes ojos miraban hacia el horizonte con una expresión neutral y de paz. Ahora que se daba por victorioso, solo le quedaba contemplar el resultado de sus acciones, abrazar el horizonte y reflexionar sobre su vida, el como un simple mono se había colado en un templo del Hermano Sol para hacerles perder toda la tarde a un par de chicas que solo querían hacer su trabajo.

 ¿Realmente fue culpa suya? Era parte de su naturaleza ser curioso y juguetón. Era parte de todos el querer explorar nuevas cosas y no sentirse atado, sentirse libre, sentir que podía ir hacia donde quisiera e ir hacia donde quisiera, aunque entendía que algunas veces la gente quisiera ponerse conflictiva cuando invadían su territorio. A él tampoco le gustaría que alguien entrase a su casita a hacer cosas sin pedirle permiso. Era feo, y bastante irrespetuoso, de hecho.

 Aunque... No podía ser todo culpa suya: esas dos no podían ser tan buenas sacerdotisas si tantos problemas tenían para atrapar a un mono. ¿Qué era lo peor que podía hacer? ¿Pegarles con un palo? ¿Tirarles caca mientras le daban la espalda? Bueno, eso último tal vez si fuese exagerado, era un mono medianamente civilizado y sabía que esas cosas eran demasiado incluso para él, aunque de haber tenido la oportunidad si que habría marcado su territorio sobre la estatua del Hermano Sol.

 Sinceramente no le caía bien el Hermano Sol, ni siquiera sabía quién era el Hermano Sol, solo veía a una estatua de un hombre sobre un palo de piedra. ¿Por qué sería que las personas transmitían su fe y creencias a través de aquellas imágenes? ¿La estatua era especial? ¿Tal vez lo era el templo? Si hacía una estatua con su caca, ¿podría rezarle y el Hermano Sol le escucharía? Las creencias eran muy complicadas... El mono prefería no creer, vivir con lo que sabía, vivir con lo que existía, y disfrutar cada minuto como si fuese el último: Era eso lo que le daba un motivo de existencia a su vida en el pequeño esquema de las cosas, el vivirla.

 Y entonces, antes de poder reaccionar, terminó dentro de la mosquitera, donde de inmediato comenzó a agitarse y patalea en un intento de escaparse.

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14/04/2025, 16:39
I - Midori Miyazaki

¿Qué…?

La pregunta me desconcertó. Con tanto plan frustrado, se me había olvidado por qué estábamos haciendo eso, para empezar. Podíamos llevarlo fuera, pero… ¿cómo sabíamos que no iba a volver a entrar?

—Pues… no sé. Supongo que hablaremos con él para convencerlo de que no vuelva. —Aunque no entendiera nuestro idioma, intuiría lo que le queríamos decir, ¿no?—. No sé. Ya veremos.

Estaba distraído. Era el momento.

—¡Ahora!

Armadas ambas con la mosquitera en forma de red, yo salté por un lado y Hitomi por el otro. Esta vez fuimos más eficientes, y logramos envolverlo rápidamente. Lo enredamos bien para que no pudiera escapar. Al verlo agitarse tanto, lo rodeé con mis brazos y dejé caer mi peso sobre él para que se estuviese quieto.

¡Te tenemos! —exclamé con una sonrisa triunfal.

Sin embargo, al verlo tan indefenso y desesperado, empecé a sentirme mal. Al final, solo era un animalillo que no sabía lo que hacía. Mi sonrisa desapareció de mi rostro.

Tranquilo. No vamos a hacerte daño. Pero no puedes estar aquí. Podrías romper o manchar cosas. Y nos puedes meter en un lío —expliqué con el tono que la gente usa para hablar con los bebés.

Lo miré con carita triste. Esperaba que comprendiera.

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14/04/2025, 20:45
I - Hitomi Kurioka

¿Convencerlo? Bueno, supongo que siendo una niña no se le habrá ocurrido mucho más... Aunque para ser sinceros, yo tampoco sé muy bien qué hacer con él. Dejando ese tema de lado, me coloco al otro lado de la estatua y salto con la mosquitera sobre el mono a la vez que Midori-chan. ¡Y esta vez el que está atrapado es definitivamente el mono!

- ¡Por fin! - suspiro con una sonrisa de alivio, secándome el sudor de la frente una vez conseguimos encerrarlo. 

En ese momento me vuelvo a preguntar "¿y ahora qué?", y parece que no soy la única. Me giro hacia la que es más niña que yo, sonriendo con cierta compasión al ver que ya no parece tan enfadada con el mono. La pobre lo ha pasado mal por proteger el templo, pero no es realmente mala. Seguro que no le habría gustado nada si el monete se hubiera llegado a hacer daño. En ese momento se me ocurre una idea. 

- ¡Ah! Espérame aquí, Midori-chan, luego lo llevaremos cerca del bosque. - sugiero.

Luego echo a correr hacia el templo y cojo una cesta más o menos pequeña, la primera que encuentro por ahí. Me entretengo un ratito en buscar algunas frutas evitando que me pillen y echándolas a la cubeta. Al final acabo con un buen puñado de caquis y mandarinas y vuelvo sonriente con los otros dos.

- Habrá que enseñarle que se está bien en el bosque, ¿no? ¡Vamos! - le digo, ayudándola con la mano libre a llevar al mono en la mosquitera.

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16/04/2025, 03:12
Mono (Ahora con perfil)

 Si bien continuó agitándose hasta no poder más, una vez empezaron a tratarle con algo de amabilidad el mono comenzó a calmarse, mirándoles con sus grandes ojos a través de la tela como si pudiese entenderles.

 Fue luego de que Hitomi llegó con la cesta de frutas que el mono definitivamente se calmó, dejándose llevar a las afueras del templo hasta la entrada del bosque, donde finalmente podría salir de la mosquitera, quedándose sentado en el suelo.

 Ver que ahora actuaban más civilizadamente en lugar de perseguirle tal vez fue de utilidad para que el mono comprendiese que aquello era lo mejor, que no era que quisiesen lastimarle sino que habían motivos por los que no podía andar correteando libremente por el templo. Aún así, curioso, se quedó viendo la canasta de frutas, intercambiando mirada entre ella y ambas a la espera de algunas palabras que pudiesen ayudarle a terminar de comprender todo aquello.

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16/04/2025, 20:08
I - Midori Miyazaki

Buena idea, Hitomi-chan —dije sonriente cuando la vi aparecer con la cesta de frutas.

Lo llevamos entre las dos hasta la linde del bosque, donde lo liberamos. Ahora que estaba paradito, tranquilo, lo veía de otra manera. No se había colado en el templo para causar problemas. Simplemente no comprendía por qué no podía estar allí.

Lo sentimos por haberte atrapado, pero no podíamos dejar que siguieras dando vueltas dentro del templo. No puedes entrar en cualquier sitio como te venga en gana. Podrías molestar a quienes vivan dentro, o romper algo. ¿Lo entiendes? —expliqué con tranquilidad y con el tono que la gente usa con los niños pequeños. Si no comprendía lo que le decía, al menos lo podría intuir a través de mi forma de hablar.

Tomé una de las frutas de la cesta y se la acerqué, para que viera que no teníamos mala intención.

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18/04/2025, 20:35
I - Hitomi Kurioka

Ver que el monete está más tranquilo me tranquiliza a mí también, así que ayudo a Midori-chan a llevarlo con una sonrisa. Cuando lo soltamos y se queda allí tan tranquilo, suspiro aliviada y casi me creo eso de que podemos explicarle qué pasa. Con calma, asiento a las palabras de la niña y cojo un par de frutas, sentándome en la hierba que da a la entrada del bosque y doy unas palmadas a mi lado, esperando que el mono también se siente.

- Eso, eso. Podemos jugar contigo pero tiene que ser aquí, fuera del templo. - le doy una fruta mientras yo aprovecho para ir pelando una mandarina - El templo es un lugar especial para Midori-chan así que no podemos romper nada. ¡Además! - exclamo, llevándome un gajo de mandarina a la boca - Fi te portaf biem... - Aunque lo mejor será que trague antes de seguir hablando... - ¡Yo me comprometo a venir a jugar contigo todas las semanas si no molestas en el templo! Y también te traeré fruta si puedo, ¿vale? - sonrío animada. 

No sé qué me ha llevado a decirle eso pero por alguna razón siento que está bien. No es tanto que quiera tener a ese mono problemático como mascota, pero en cierto modo tampoco quiero que desaparezca sin más. Al fin y al cabo... ¡es un mono! Y si voy a vivir en el templo, también querré tener algo con lo que divertirme.

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22/04/2025, 03:08
Mono (Ahora con perfil)

 El mono fue escuchando con la mirada fija en quién le iba hablando, como si les estuviese entendiendo a pesar de que realmente no tendría mucha explicación que pudiese hacerlo, pero al final viendo que Midori le ofrecía una fruta, e Hitomi se ofrecía a ir a jugar con él cada tanto, el mono finalmente extendió su mano para aceptar el regalo a modo de agradecimiento.

 - . . . - y entonces, por primera vez, el mono enseñaría lo que podría ser una sonrisa sincera y alegre.

 Tras compartir la fruta, llegó el momento de despedirse. El mono imitó el gesto alzando el brazo y agitando la mano, mientras con la otra sujetaba una fruta que le quedaba por comer. Al final, parecía que todo había salido bien, de no ser porque en cuanto se dio la vuelta, Hitomi fue golpeada por caqui volador arrojado por el mono, quién entonces volvería a bailar sobre sus patas de forma burlona antes de salir corriendo.

 Por lo menos, parecía que se mantendría alejado del templo.

 De regreso a sus labores, no tuvieron más inconvenientes para terminar sus labores del día, terminando por limpiar finalmente la estatua del Hermano Sol mientras comenzaba a acercarse el anochecer.

 Justo entonces, acompañada por un par de mikos llegaba la madre de Midori tras haber estado por el pueblo asistiendo a las personas con rezos, y realizando sus propias tareas personales de madre.

 - Midori-chan, Kurioka-chan, ¿terminaron de limpiar? - preguntaría con un tono dulce y amable, propio de ella. -. Espero que se lo hayan pasado bien. Por la ayuda de Hitomi y su nuevo trabajo en el templo, hablé con el pueblo para preparar una gran cena. Vamos, tomemos un baño para recobrar fuerzas.

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24/04/2025, 22:57
I - Midori Miyazaki

Sonreí con alegría al ver que el mono comprendía. Todo había acabado con final feliz. Quizás incluso volveríamos a verlo y jugaríamos con él. Quizás deberíamos darle un nombre.

Cuando arrojó la fruta a Hitomi, yo eché a reír. Era divertido ver sus travesuras cuando no eras víctima de ellas. Podía caerme bien, mientras no me metiese en problemas.

¡Adiós, monito!

Una vez de vuelta en el templo, me apresuré en limpiar todo bien, antes de que alguien se diera cuenta de que habían pasado horas y no habíamos hecho nuestro trabajo.

¡Rápido, rápido! ¡Tiene que quedar todo bien limpito y reluciente! —apremié a Hitomi, nerviosa, mientras frotaba la estatua tan rápido que parecía que pretendía sacarle brillo.

Por suerte pudimos terminar de limpiar sin más incidentes. Estaba secándome el sudor de la frente y suspirando, cuando apareció mi madre.

¡Hola, mamá! —exclamé poniéndome firme y con cara de no haber roto nunca un plato—. Sí, sí. Lo hemos limpiado todo y lo hemos pasado muy bien. Y todo sin ningún incidente. ¿Verdad, Hitomi-chan? —dije mientras esbozaba una sonrisa tan tensa que me dolían los dientes.

Lo de la cena era una gran noticia. Ahora que me daba cuenta, con todo el estrés del incidente, me había entrado hambre.

¡Qué bien! —exclamé con una sonrisa sincera esta vez—. ¿Va a venir todo el pueblo?

El baño sonaba estupendo también, para relajarme un poco. Pero… ¿se apuntaría Hitomi? Compartir baño con una niña de ocho años sonaba… extraño. Incorrecto, incluso. Aunque no es que yo tuviese la culpa. No es que pudiese explicar que era en realidad una adulta en cuerpo de niña. Miré a Hitomi con una sonrisa tímida, sin decir nada.

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26/04/2025, 19:12
I - Hitomi Kurioka

Le devuelvo la sonrisa al mono, viendo que parece mucho más tranquilo y sintiendo que de verdad nos ha entendido. En cuanto me termino la mandarina, me levanto y me despido con la mano para ir con Midori-chan de vuelta al templo. Y es entonces cuando noto el golpe del caqui en la cabeza. ¡Al menos está ya maduro pero será posible!

- ¡A que te lanzo yo otro...! - me remango, preparada para empezar de nuevo la guerra. Pero viendo que se va, me contento con sacarle la lengua de lejos - Jum, estos monos de hoy en día...

Y por un momento se me ocurre pensar que todo va a terminar tranquilo y en paz, pero cuando llegamos todavía tenemos que limpiar... todo lo que nos queda y además lo que hemos ensuciado nosotras. Voy corriendo de un lado a otro, ayudando a Midori-chan y frotando la estatua, sobre todo para quitarle el moco que le había pegado el mono. Cuando acabamos, me dejo caer de espaldas en el suelo, agotada. M-mi primer día de trabajo... No recordaba que fuera tan duro ni que empezara tan de pequeño...

Al escuchar pasos y que ha vuelto la señora Miko, me levanto rápidamente y me sacudo el polvo de la ropa, intentando parecer decente. Han pasado varios años, pero ella sigue tan hermosa como siempre. A su pregunta, asiento con una sonrisa ilusionada, y asiento algo más nerviosa cuando Midori-chan me mira con esa sonrisa. ¡N-no me mires así! ¡Que no diré nada, lo juro!

- ¡¿De verdad?! - me emociono al pensar en el banquete en el pueblo, apretando los puños con ilusión - ¡Sí, baño y cena!

No sabía que era tan importante como para ganarme un banquete... ¿O tal vez es precisamente porque el pueblo es muy tranquilo y siempre se necesita un motivo para celebrar? ¡Da igual, seguro que mamá y papá están orgullosos de mí! Sin darme cuenta, había empezado a ilusionarme de verdad como si volviera a ser pequeño. Tanto me ilusiono que no termino de entender la mirada de Midori-chan. Así que simplemente ladeo la cabeza con curiosidad y le sonrío, con gesto de que todo está bien.

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04/05/2025, 01:57
Narrador

 La sacerdotisa sonreiría con calma y satisfacción al escuchar a su hija, así como verle con esa inusual expresión: aún sin saber lo sucedido, lograba percibir que al menos había sido un día distinto para Midori, y aquello era un progreso en su intento de que la pequeña disfrutase de servir al templo.

 - Por supuesto: Preparemos mucha comida y compartiremos con todos - aclararía Sakura, con una dulce sonrisa.

 Así, finalmente el día siguió su curso con normalidad, compartiendo un baño en el templo para quedar limpias y frescas luego de una larga odisea, y terminando a horas cercanas del anochecer listas para el banquete: el detalle que tal vez omitió la sacerdotisa era que los trabajadores del templo eran los encargados de preparar y servir la comida, lo que les incluía, por lo que antes de sentarse a comer tuvieron que ir atendiendo a cada una de las personas del pueblo mientras iban tomando asiento en las mesas colocadas alrededor de la plaza del templo. Aquel ambiente recordaba mucho a los festivales japoneses, con algunos puestos de comida y varios sitios para que la gente ocupase: por fortuna tenía mucho menos trabajo que eso, y tras unos pocos minutos ya todos estaban disfrutando de la comida, a lo que podían unirse ustedes también.

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11/05/2025, 21:12
I - Midori Miyazaki

El transcurso del día había sido bastante caótico debido al incidente del mono, pero al final todo había acabado con final feliz. Ahora nos merecíamos un buen descanso.

Al principio me sentí un poco incómoda por compartir baño con la pequeña, pero no tardé en acostumbrarme. No es que estuviese haciendo nada malo. Solo era un baño relajante, y por lo menos yo lo necesitaba después de haber pasado tantos nervios durante el día. Aproveché el tiempo para charlar amigablemente con Hiromi-chan, preguntándole por su vida y hablándole sobre el día a día en el templo, aunque omití mencionar mis inquietudes al respecto.

Después de salir, estaba muy entusiasmada por el banquete. Lo que no me esperaba era que tuviésemos que preparar y servir la comida. ¡Qué rollo! Ser ayudante del templo era lo más tedioso que se podía imaginar. Mientras servía, intenté disimular y me forcé a sonreír, pero un ojo atento probablemente podría discernir que por dentro no estaba nada contenta.

Por suerte, duró poco, y pronto pude tomar asiento y comenzar a disfrutar la comida y charlar amigablemente con quienes tenía cerca.

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12/05/2025, 12:44
I - Hitomi Kurioka

El baño había sido... interesante. No me preocupaba tanto el bañarme con una niña porque con los años de mi nueva vida había empezado a acostumbrarme a mi propio cuerpo y no había mucho que me sorprendiera. Además, eso: era una niña. El problema fue el bañarme con la madre de dicha niña. Obviamente también había tenido que acostumbrarme a bañarme con mi propia madre, pero ésta era una mujer distinta. Y vaya mujer, ejem. 

Por suerte, Midori-chan consiguió distraerme de mirarla demasiado tiempo con charla ligera sobre la vida diaria. La vida en el templo sonaba... tranquila, esa es la palabra. Puede que incluso monótona. Pero en aquel momento me parecía que definitivamente iba a tener la vida resuelta. Solo tendría que llevar trajes modestos, preparar festivales, limpiar la zona y ser amable con los demás. Sí, supongo que ya lo tendré todo hecho...

Claro que no esperaba que esto empezara nada más terminar el baño, sirviendo y preparando comida para todo el mundo. En cuanto terminé, rápidamente busqué a mis padres entre la multitud para contarles lo bien que había ido mi día y lo bien que lo habíamos hecho Midori-chan y yo, antes de sentarme con ellos a comer. Tenía que recuperar fuerzas después de cierto indicente con un mono. Después de eso, solo tendría que vivir tranquilamente...