Partida Rol por web

- Blantel y Dod regresan con el carro al Castillo y se dirigen a los Talleres.

- El Acólito Eremiel sale del Septo al Patio acompañado de las hermanas Tully.

- Tobías sale de la Casa Señorial.

Nana salió preocupada de la Casa del Castellano por culpa de algo que oyó a sus espaldas, mientras se iba. Lady Patrycia quería casar a su hijo Orsey con Lydia Tully. La vieja comadrona quería lo mejor para sus bebés, y Orsey no era su bebé. Nana no lo ayudó a nacer. A Lydia sí. Y Nana ya se había hecho ilusiones de casarla con otro de sus bebés: el pequeño Brocelyn, que así podría reestablecer su línea de sangre mezclada a través de un matrimonio.

En la mente protectora de Nana, todo tenía mucho sentido. Lydia no sería casada con alguien ajeno al castillo, que se la llevase y que Nana no pudiese volver a ver nunca. Para ese cometido, Orsey también servía. Pero con Brocelyn mataba dos pájaros de una flecha, ya que el hijo del caballero bastardo abandonaría su condición y escalaría socialmente.

Aquí se le presentaba una disyuntiva. ¿Debía aprovechar el encargo de la poción de Lady Patrycia para envenenarla y quitarla del medio? Parece la madre la que se hace ilusiones con el casamiento, y Nana tiene la ocasión de evitar que haga esfuerzos para que se produzca tan indeseado enlace.

Por otro lado, Lady Patrycia tiene algo enormemente valioso para Nana: un vientre en el que concebir más bebés para la anciana. Nana es reacia a perder a sus futuros bebés, los que le corresponderían por el solo hecho de ser la comadrona del castillo. Deberá encontrar otra manera de frustrar los anhelos de gloria que Lady Patrycia tiene para su hijo.

Al salir al patio, Russ debía de encontrar a Caster pero se entretuvo mirando las inmediaciones y se perdió en sus pensamientos. Debo de hablar con Roy, se alegrará al saber que Ser Tully quiere que empiece a aportar al castillo, es un gran honor. Espero que Bresa le apoye con lo que el chico decida hacer, prefiero que él sea el que elija su camino. Sí elige el mismo camino de su padre deberé de entrenarle para que sea un buen guerrero. Les pediré a Armase y Bethan si pueden ayudar.

Al despertar de sus pensamientos, el Matatoros vio como Din caminaba hacia la casa señorial junto a Jeremyed y tras ellos iba Caster. Parece que lo ha encontrado antes que yo. Por cierto... ¡¿Cuánto tiempo he estado absorto en mis fantasías?!

- ¡Oh! ¡Bethan! ¡Espera! Iré contigo a los barracones. Debo de encontrar a Roy, puede que esté allí jugando con Rayura y Cysa.

Tras salir de hablar con Ser Hadder, Tobías se dirigió directamente a los talleres.

- Russ se dirige a los Barracones.

- Tobías se va a los Talleres.

- Las estocadas de Beldyr resultan algo torpes, y conforme golpea y se cansa, son cada vez peores...

- El pequeño Brandon pasa por el Patio en su camino desde la Casa de los Abanderados a las Cocinas.

Baltrigar paró sin esfuerzo las estocadas de su hijo hasta que finalmente interrumpió el entrenamiento.

- Está bien por hoy, hijo. - Dijo sonriente. - Te has esforzado bien, pero debes aprender y asentar las posturas que te he explicado antes de pasar a aprender lo siguiente. De lo contrario tus estocadas serán fuertes pero poco precisas. Gastarás energías y acabarás cansándote mucho antes que tu oponente. Descansa por hoy. - El Caballero estuvo tentado de revolver el pelo de su primogénito como cuando éste era más pequeño, pero supuso que a su hijo no le sentaría bien así que simplemente apoyó una mano en su hombro mostrándole la confianza que tenía en sus aptitudes.

Agarró el arma de entrenamiento que Beldyr aún sostenía y devolvió a su lugar tanto ésa  como la que él portaba.

- Ve a buscar a tus hermanos y cuida de ellos. Recuerda que a la hora de cenar quiero a todos en casa. -

Mis estocadas eras torpes. Mucho más de lo que me gustaría. Mas este hecho en vez de desanimarme lo único que consigue es que redoble mi interés en aprender a hacerlo bien.

- Gracias padre. - le digo. ¿Seguiremos otro día con las clases? - le pregunto mientras afirmo a su petición de cuidar de mis hermanos y sobre todo de la hora de recogida.

- No os preocupeis padre. - le digo. Allí estaremos a la hora de cenar.

Luego me retiro dejando a mi padre con sus quehaceres para ir en busca de Brocelyn.

- Te encontré. - le digo una vez lo encuentro mientras le alboroto el pelo.

Lady Olenna se dirigió al Acólito y recogió a sus hijas que venían agarradas a su mano.

-Gracias Acólito Eremiel, espero que se hayan portado bien. Las niñas parecían algo sonrojadas, quizás se habían acercado demasiado al fuego del Septo, que era un lugar bastante frío y venían extrañamente felices, el Acólito había conseguido que no salieran del Septo con mala cara o aburridas como otras veces. Será mejor que vayamos a comer, se nos ha hecho muy tarde.

Se despidió del Acólito y se dirigió hacia su hijo Gwraidd.

-Gwraidd, ven con nosotras a comer, no puedes estar aquí todo el día sin tomar nada.

Se giró en dirección a la casa señorial e hizo un gesto a sus criadas Sysa y Tanya para que la acompañaran.

Una vez transmitido los mensajes en el patio, Probis volvió a la Casa Señorial, su terreno natural. Se acercaba la hora de asistir a la reunión con Ser Hardden, esperando que el resto de asistentes requeridos por el señor pudieran asistir.

Miro a Lady Olenna a los ojos y sonrío al tiempo que extiendo ambos brazos para entregarle sendas niñas de la mano.

- Aquí tiene, mi señora. Se han portado estupendamente. -

Una vez la Dama toma las riendas de sus hijas, me pongo de cuclillas y me despido de las niñas.

- Ya sabéis que el Septo está abierto a todas horas para vosotras, y que tanto los Siete como yo os recibiremos con los brazos abiertos -

Les guiño un ojo, vuelvo a ponerme en pie y hago un breve saludo a Lady Olenna con la cabeza para, una vez que desaparece con sus hijas en dirección a la casa señorial, dar media vuelta y volver al Septo.

Caster se limita a seguir a Din, sin prestar atención a ninguno de los muchos habitantes del Castillo que pululan por el patio de armas.

- Jeremyed sale de la Casa Señorial.

- Brandon sale de la Casa Señorial y se dirige corriendo a la Casa de los Abanderados.

- Lady Olenna va a la Casa Señorial, seguida de sus dos hijas y dos criadas. Enseguida van en pos de ella el Mayordomo Probis y el jinete libre Caster.

- Armase y Bethan salen de los Barracones.

Habiendo realizado una sesión de entrenamiento para ejercitarse, y luego habiendo entrenado a su propio hijo aunque no con muy buenos resultados, Baltrigar tenía poco más que hacer. 

Su escudero no aparecía por ninguna parte así que decidió regresar a su casa a buscar a es esposa. Quizá les daría tiempo de disfrutar de un paseo a la luz del atardecer.

- Ser Otter pasa por el Patio en su camino de la Casa del Castellano a la Casa Señorial.

- Ser Baltrigar va a la Casa de los Abanderados.

Recorrió el patio de armas con la sonrisa en la cara y con los zarrios a la espalda, respiró el aire de la tarde y se encaminó a la herrería

- Jeremyed se encamina a su Herrería.