Partida Rol por web

11 de marzo de 1938. Martes. 22:36. Nueves y claros. Sin viento. 12ºC. Mocú (Distrito Administrativo Central) Oblast de Moscú (Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas).

Con la carta de destino y el pasaporte militar en la mano, estás saliendo de una prestigiosa academia. Tanto que es la más presitigiosa de toda la Federación Rusa. El curso ha sido intenso. 2 meses en el campo, practicando diferentes maniobres de aproximación, cobertura, camuflaje, técnicas de tiro, armamento extranjero (sobre todo británico y alemán, algo del francés y nada del de EEUU). Un año de curso, en el que hubo incluso tiempo para participar en el desfile del 1 de mayo en la propia plaza roja, pasando por la Basílica de San Pedro y ante los ojos del mismísimo Koba (Коба).

Pero la parte que más te hizo sufrir fueron las propias clases. horas y horas de interminable instrucción, adiestramiento, que no te dejaba ni 8 horas para tí, en la que intentabas dormir ... lo que podías. Extenuantes jornadas que tienen su premio. Ahora eres la Starshina Makarova y tienes nuevo destino. Querías un destino idílico. Brest. Sabes que allí se vive tranquilo, que hay fiestas todas las semanas ... y está alejado de cualquier historia. Por no, no hubo suerte. Te mandan a la Jasán. Un puesto fronterizo ... lo más alejado posible de donde estás. En transiveriano no acaba en Vladivostok, sino que tras llegara esa estación aún le quedan unos 130 km más. Tu amiga del curo, Algina, que la destinan a Odessa, te preguntó: "- ¿No te pueden mandar más lejos, verdad?". Era una protesta, y la escuchó un comisario político. Algina tendría 10 días de arresto al llegara a su nuevo destino. " - Bien empiezas muchacha."

El acto había sido magestuoso. No solo habíais termiando la docena de francotiradoras vuestro curso, sino además un grupo de Estado Mayor, unos 40 Comisarios políticos, 106 oficiales del ejército, de nueva incorporación, totalmente leales a la ideología del Partido. Un pequeño desfile, del cual solo se habían librado los altos oficiales de Estado Mayor, que participaron como espectadores (comandantes y cosas así) y los músicos, que quedaron posicionados junto a la bandera y todo el rato interpretaron las diferentes marchas. Luego, en la fiesta, todos mezclados comísteis, bailásteis y conversásteis hasta iniciada la noche. Pero tú no podías demorarte más. En media hora partía tu tren, y perderlo podría causarte graves consecuencias.

Tu unidad en Jasán sería la 113ª Compañía de Fusileros. Esta dependía del 100º Batallón Oriental, integrada a su vez en el Regimiento Varsula, de la 11 División de Protección, todo esto asentado en el propio Vladivostok. Tu amiga tenía razón. No te podían mandar más lejos. Eras la primera en salir de la fiesta, pero serías la última en llegar a tu nuevo destino.

Habías ido a tu alojamiento, y sin cambiarte de ropa, con la de paseo, recogiste tu petate y tu mochila. A parte, tenías una pequeña maleta con tus cosas personales, como tu conjunto de maquillaje y algunas cositas más. Incluso Misha, tu osito de trapo también estaba allí. Ahora, en la calle, sabías llegar, pero te faltaba tiempo. Andando llegarías tarde.

iEl primer dia del resto de mi vida comenzaba hoy. Era irreal aun pensar cuan rapido pasaban las cosas despues de haber tenido el año mas lento en mi vida. La celebracion y el cansancio acumulado no opacaban mis ansias de saber que pronto todo tendria sentido y valor, tanto esfuerzo tendria ahora su recompensa.

Lamentaba la reprimenda que se habia ganado Algina, mi amiga, por hacer aquel comentario, tenia razon claro, Vladivostok? Ni siquiera sabia donde era eso, y su solo nombre indicaba cuan lejos estaba, y cuan frio y agestre podria ser, pero no me importaba. Seria util a la Madre Patria, mi familia estaria orgullosa y podria ver a la cara a mi hermano cuando volviese a verle.

Kolia se habia quedado con Madre ahora que su salud estaba mas precaria y que habiamos vendido la granja. Para suerte nuestra Madre tendria suficiente para mantenerse con aquella venta aunque el sueño de Padre habia muerto con el. Vova, mi hermano, se habia enlistado un par de años antes y aunque habia mantenido el contacto tenia varias semanas sin saber de el. Estaba preocupada, pero confiaba en que estaria bien.

Le escribiria desde mi nuevo destino.

Recogi rapidamente todo en mi mochila y mi maleta de cuero. A Misha no le gustaba ir encerrado entre mis cosas, pero nada podia hacer por el en este momento, con sus ojos negro profundos me dio una sonrisa antes de que cerrara la maleta.

- Nos vemos mañana Misha.

Tenia que apurarme para alcanzar el tren, era demasiado tarde y correr ya no era una alternativa.

Porque me habia mandado a una unidad tan lejana....

Tal vez Algina tenia razon, no debi rechazar a aquel Capitan que me invito aquella copa, aunque todas sabiamos lo que realmente queria aquel oficial, aun no se me daba muy bien tratar a los hombres, aunque ya no era una tonta adolescente, pero aun me ponia nerviosa y no queria perder la concentracion en mis estudios.

Ahora era una Starshina, estaria encantada de aceptar aquella invitacion, pero ya era tarde.

Sali a la calle con rapidez y comence a pedir aventon a todo el que pasaba mientras suplicaba que me llevaran.

- Puede llevarme a la estacion.....

- Por favor, puede llevarme....

Y luego otro auto paso cerca.

- Señor, por favor....

A la par de mi desesperacion movia mi mano para llamar la atencion de los que pasaban sin saber si tendria suerte. Mientras veia mis esfuerzos en vano corria por la calle hacia la estacion. No podia creer que fuese a perder el tren, no podia perderlo.

El vehículo que paras, al final es porque te cruzas con él. Una de dos, o se paraba o te pasaba por encima.

Tus aspavientos con la maleta en la mano (petate al hombro y mochila a la espalda) no te permiten moverte mucho. Vas bastante cargada. Tanto que ... estás un poco en tu límite. Pero el temor a perder el tren es mucho mayor que el daño que te pudieran hacer el peso de las coas.

Alguien en el coche ha tocado el hombro del chofer. Al abrir aparece un general. Crees haberlo visto en el curso. No sabrías decir si como alumno o como instructor ... o vete a saber, pero ... te sonaba de algo. - ¡¿Igual en la fiesta?!

El mando, muy formal, pero con un pequeño tono de amabilidad pregunta: - ¿Qué sucede Starshina? Parecía que no deseaba que el conductor, en un módulo exterior, sin techo, y separado del habitáculo principal, pudiera escucharles.

Un auto se habia detenido!

La alegria volvio a mi corazon al acercarse a aquel extraño que habia detenido hasta que vi al personaje en la parte posterior. Un general. Rapidamente opte por la posicion de firme dejando caer mi maleta e incluso el petate.

- Starshina Makarova Señor! Debo llegar a la estacion de tren en media hora para ir a servicio y estoy atrasada Señor!

Recordaba a aquel hombre pero no estaba segura de donde. La Fiesta? La academia? O tal vez la oficina de asignaciones. No me estaba segura pero si parecia que aquel hombre estaba muy seguro de quien era yo.

- Solicito me pueda llevar a la estacion Señor, o no llegare a tiempo.... Señor.

Aun estaba firme sin siquiera mover un pelo de mi cabello aunque la brisa de la noche enfriaba mi cuerpo.

Invita el general: - Starshina pase, pase. Con un gesto pones tus "trastos" junto al chofer, en ese habitáculo exterior, y puede que incordiándole un poco su trabajo. Cuando te sentaste dio dos golpecitos al cristal y solicitó con cierta amabilidad: - A la estación … Parecía que estaba a puntito de decir un "por favor" pero el coche dio un saltito y se caló. Interrumpió la voz. Te estabas poniendo nerviosa por el fallo "técnico". Miste al general y en tus ojos podías ver que le quitaba importancia: - Tranquila, es nuevo. Te confesó discretamente y hablándote muy cerca. Casi sobre tu hombro.

El chofer salió, dio a la manivela y arrancó en 10 segundos. Enseguida se puso en marcha. Y llegando a la estación preguntó el general: - ¿Y va a tomar el transiberiano?

Al final la amabilidad del General me permitio entrar y recoger mis cosas. Estaba muy agradecida hasta que el auto se apago y me hablo en mi oido en confidencia. Tal vez demasiado cerca. No es que otros hombres no me hubiesen hablado tan cerca pero nunca un General.

- Si Camarada General, debo tomar el transiberiano que sale en media hora. Dije con una sonrisa tras recoger el cabello tras mi oreja.

- Estoy asignada a la 113ª Compañía de Fusileros en Jasan, Vladivostok. Dije con orgullo y busque mis documentos en la chaqueta que llevaba, para mostrarle.

- Estoy muy emocionada de servir a La Madre Patria, se que es un destino lejano pero es donde se me necesita y hare lo necesario para cumplir con mi deber. Dije mirandole firmemente a sus ojos.

Pense en preguntarle si habia antendido a la recepcion de hoy pero tal vez lo consideraba de mala educacion si no recordaba bien de donde le conocia asi que preferi callar para no cometer un error.

- Algun consejo para mi primera asignacion? Camarada General.

Mientras leía tus papeles el tiempo transcurría. Lo mejor es que veías como cada vez estaba más cerca la estación. El coche empezó a aminorar, y cuando pensabas que se detendría giró bruscamente hacia la izquierda. Entró en otro edificio, y por un túnel descendió de manera serpenteante.

El general estaba sentado tranquilamente, y el chofer manejaba el vehículo por aquel espacio tan minúsculo que pensabas que rozaría con alguna pared en cualquier momento. Cuando lo miraste, te entregó los papeles, ya pegados, y mirando al frente.

Mi corazon se lleno de alegria que duro solo medio minuto mas cuando note que el auto no se detuvo y giro para entrar en un edificio desconocido.

- Señor??? Pregunte con cautela.

Aquel General sabia bien que llegaria tarde y perderia el tren por lo cual seguramente seria severamente castigada y todo por lo que habia luchado, el ultimo año al menos de nada habria servido.

Trague grueso al darme cuenta de que aquel hombre sabia lo que hacia y tampoco tenia que porque dudar.

- Mi tren? .... Señale hacia la estacion, aunque con duda.

De alguna manera trataba de convencerme de que aquel General tenia algo mas en mente, al menos lo suficientemente importante para obligarme a perder mi viaje y mi destino.

- Pasa algo? Camarada General?

Me le quede mirando a los ojos esperando una explicacion y tomando mis documentos.

Se giró hacia ti con un aire muy risueño, cuando el coche empezaba a detenerse.

- ¿Starshina ha estado debajo de un tren alguna vez?

El coche se paró bruscamente. Hacia donde mirabas había un ascensor, tosco, pero con bastantes adornos, un precioso espejos y chapas doradas. La voz del genera fue tan risueña que te recordó a tu hermano, haciendo una de las suyas. O mejor dicho, cuando ya la había hecho, y quería que lo vieses.

Aquella sensacion de ser una chica rural perdida en las extrañezas de la ciudad me sacaba de mis cabales. Mi rostro se habia sonrojado y con pena miraba el suelo del auto o cualquier otro sitio.

- Yo... este.... bueno....  

Estaba claro que seguramente habiamos bajado al sotano de la estacion o algo asi, pero para mi aquello parecia otro mundo... irreal. Algo asi como cuando vi un elevador por primera vez.

- No Señor, no habia estado abajo nunca, Camarada General. Dije con aplomo recuperando mi dignidad.

Aun asi no dejaba de mirar detalle alrededor, lo demas era dejarse llevar, aunque me sentia avergonzada de mi inexperiencia.

Salió del coche sin más dilación y os ordenó: - Subid todo mi equipaje. Me voy a ir adelantando.

Se colocó el correaje. Ajustó todo en su sitio y se puso cómodo. Extrajo su TT-33, y comprobó toda ella visulamente. Montó el arma y luego puso el seguro, y la puso en su funda, incluso cerrando el talín.

Se metió en el ascensor y empezó a subir.

Aquel lugar no era más que un túnel, en el que había tres apartados para coches y un ascensor en cada uno de ellos. Era oscuro, ya que sólo habían un par de luces para todo el tramo, que en su final, parecía que ascendía y giraba hacia la derecha. Había más luz por los focos de auto que por el resto. Incluso lo único "casi" iluminado era el propio ascensor, que resplandecía mortecinamente, a parte de todo el lujo, con una tenue iluminación ocre.

Además, al subir el elevador, esa fuente de claridad también se perdió.

Me baje del auto para seguirle no sin antes cargar mis propias cosas. Pocos segundos me tomo darme cuenta que el General tenia su entrada personal al tren. Era un lujo ser un General y el solo hecho de estar con el y que se hubiese fijado en mi me hizo sentir orgullosa de mi General y tambien importante.

Galina hubiese bromeado conmigo diciendome que hasta me veia mas alta.

No esperaba realmente que le chofer llevara mis cosas, asi que me apure para seguir al General, ahora mas confiada de que el tren esperaria por el y de seguro estaria yo dentro.

- Camarada, disculpe? Y usted va para Vladivostok tambien? Pregunte de manera ingenua.

Esas locaciones remotas no eran para Generales, ni Coroneles, si acaso Mayores que se hubiesen portardo mal o molestado a quien no debian.

El General se habia ido y me habia dejado alli como si nada. Mi cara de sorpresa como de confusion debian de ser de antologia porque cuando mire al chofer tal vez como preguntando una explicacion no entendia nada de lo que pasaba.

Sabia que no podia subir por el ascensor y desandar todo el camino a pie para llegar al anden solo podia hacerme llegar mas tarde.

- Por favor, puedes llevar a la parte de arriba de la estacion? Le pregunte al chofer.

Mi mirada era de desconcierto porque realmente no sabia que hacer.

El chofer se acercó al ascensor y tras tocar un botón se escuchó una especie de golpe. Tras eso se puso en marcha y el tipo empezó a descargar, al lado del vehículo el equipaje del general, que estaba en otro apartado tras los asientos. Se accedía por un portón por la parte trasera. El tipo no hablaba y se movía diligentemente.

No habia nada que hacer. Aquel hombre no parecia estar dispuesto a ayudarme asi que tome mis cosas, y me dispuse a subir hacia el anden. Dudaba de que pudiese acceder por aquel ascensor, pero de seguro habria alguna escalera cercana por donde habiamos bajado asi que solo debia subir por alli.

Un poco molesta comence a andar buscando como subir despues de recoger mis cosas.

Que mal educado ese General....

Al menos habia ganado tiempo trayendome el mismo asi que solo tenia que apurarme y no habria problemas y llegaria a mi destino. El saber que cumplia con mi deber me lleno de orgullo y camine a paso rapido con mejor humor.

El tipo del coche, el chofer gruñó al verte marchar.

Sin importarme mucho lo que hiciese aquel hombre como chofer me concentre en recorrer mi camino al anden.

Vamos, aun puedes llegar a tiempo.

Contaba con ello, y si tenia que correr por las vias, lo haria sin dudarlo.