Sala de Juntas

Los días que habían transcurrido no podían catalogarse como los mejores de su vida ni mucho menos, el nivel de estrés y responsabilidad era extremo pero Kim luchaba contra la ansiedad centrándose en el trabajo, su cara dejaba claro que no había dormido muchas horas últimamente. De vez cuando organizaba reuniones con diferentes responsables de los asuntos de la nave, había que mantener todo funcionando para la gente que había sido descriogenizada y por supuesto la nave en si. Los datos seguían sin ser tan claros como le gustaría pero necesitaba estar segura que disponía de lo necesario antes de tomar una decisión y eso llegaría más pronto que tarde, no podrían aplazar esa cuestión mucho tiempo más o se quedarían sin la opción de retomar el rumbo original que habían perdido, si eso era lo mejor, que no estaba nada claro.

-Bienvenidos, gracias a todos por venir. -Dijo con una medio sonrisa un tanto forzada, no porque sus compañeros de la sala de juntas le resultaran antipáticos, últimamente nadie sonreía mucho en la nave, se respiraba una gran tensión entre la gente. Les señaló los asientos vacíos, era una reunión pequeña así que podían sentarse donde gustaran.- Pueden sentarse. -Ella esperó unos segundos y después lo hizo.- Les he reunido aquí para recabar los últimos informes que tengamos de la situación en la nave, se que me mandan informes por escrito y los reviso cada día, les agradezco todo el trabajo que están haciendo, pero creo que será positivo ponerlos en común y así que todos estemos al día de lo que está pasando. -La nave tenía a la tripulación mínima en activo. Con la amenaza de un nuevo salto y lo perjudicial que serían para los ya descriogenizados una segunda descriogenización habían decidido despertar solo al personal esencial. Eso se traducía en que todos estaban haciendo un esfuerzo extra.- Pueden comenzar si quieren.

No señaló a nadie en concreto, en aquel momento no era importante el orden, se limitó a concentrarse en escuchar y así poder hacerse una idea general de la situación. Los informes estaban bien, pero siempre era mejor tener la opinión de primera mano, quizás descubrieran información extra que pudiera resultar útil.

Todos parecían esperar que el doctor Arslan abriera el debate. El científico se hizo un poco de rogar, pero al fin carraspeó y, después de cruzar su mirada con la de Kladtomak y asentir, comenzó a hablar.

—Con su permiso, Capitana —dijo, a modo de introducción—. Como nos ordenó, hemos centrado nuestros esfuerzos en la búsqueda de un planeta habitable en el sistema Orión Beta. 

»La búsqueda de planetas interiores del tipo de la Tierra o Marte es complicada; a esta distancia solo se pueden observar si da la casualidad de que cruzan entre nuestro vector de aproximación y su estrella, de modo que su sombra altere la luz que procede de la estrella y nos dé información sobre su gravedad, la composición de su atmósfera, etc. Es altamente improbable que esto ocurra en los meses en los que tardemos en llegar hasta Orión Beta.

Arslan pulsó una tecla en su ordenador y se proyectó una simulación en el centro de la sala de reuniones. En ella se podía ver la estrella Orión Beta y, alrededor suya, la órbita de dos planetas.

—En lugar de observar posibles planetas interiores, nos estamos centrando en estos otros dos planetas. Los hemos denominado Orión Beta-1 y Orión Beta-2 —Los científicos no eran demasiado imaginativos a la hora de buscar nombres—. Ambos son gigantes gaseosos de aproximadamente sesenta a ochenta mil kilómetros de radio. Como todos los gigantes gasesosos, están formado sen su mayor parte por hidrógeno y helio. Y emiten muchísima radiación luminíca. Son, en definitiva, estrellas fallidas; si hubieran tenido más masa, su combustible habría, por así decirlo, entrado en ignición y Orión Beta sería un sistema doble o triple. No lo hicieron, y ahora son nuestra mayor esperanza.

»Los gigantes gaseosos suelen tener satélites orbitando alrededor suyo, formados por materia que no llegó a formar parte del planeta principal o rocas errantes atrapadas por la gravedad del planeta.

»Orión Beta-1 tiene una mayor masa que Orión Beta-2, pero está más alejado de nosotros y es más difícil estudiarlo. Nos estamos centrando en Orión Beta-2, por tanto.

»Creemos que Orión Beta-2 tiene al menos dos satélites rocosos, de una tamaño entre tres mil y siete mil kilómetros de radio. Hemos creido detectar actividad volcánica en uno de ellos. Esa es una buena noticia, pues puede implicar la presencia de elementos complejos aprovechables.

»No quiere decir que sea un lugar habitable, pero podríamos obtener hidrógeno del planeta gaseoso y estudiar nuestras opciones. 

Troy escuchaba con atención las explicaciones de Arslan. Por un lado, le preocupaban sobremanera las posibles atmósferas y radaición reinante en aquellos planetas, lo que podía suponer una condena a la extinción a los sufridos habitantes del arca en una o dos generaciones en el menor de los casos, pero todavía no disponían de suficiente información como para saber si las circunstancias podían ser mejores de lo esperado, pero como científica solía considerar que siempre había que ponerse en lo peor, por prevenir y estar preparada para cualquier posible inconveniente. Por otro lado, sabía que no iba a volver a los tanques criogénicos, porque ella misma había firmado para ello, pero sabía que una gran parte de los tripulantes de la nave no se habían ofrecido voluntarios y llevaban peor la idea de que tal vez no volviesen a ver a sus compañeros en caso de que los cálculos que les habían filtrado, sobre las posibilidades de bajas en caso de continuar el viaje, se cumplían.

- Ciertamente Orión Beta-2 parece nuestra mejor opción, aun siendo una parada de paso, tal vez eso pueda aumentar nuestras posibilidades de supervivencia en caso de que optemos por continuar camino.- Opinó, sin mucho más que opinar en aquel punto de la reunión, el comentar el estado de la tripulación no parecía una prioridad en aquel momento.

Escuchó a Eugene y observó todos los datos, ciertamente seguían sin tener ninguna certeza y lo único claro es que se la tendrían que jugar si decidían continuar el rumbo. Por otro lado aquella opción parecía albergar varias posibilidades y no sería jugárselo todo a una sola carta.

Tantos años y volar tan lejos para esto...

Dejó caer los papeles en la mesa y suspiró, le dolía la cabeza de tanto pensar o quizás fuera la falta de sueño. Dedicó una mirada a Troy e hizo un ligero asentimiento, estaba de acuerdo con sus conclusiones.

-Gracias Doctor Arlan, se que todos están trabajando lo mejor que pueden, de mi agradecimiento a todo el equipo científico. -Era lo que había, no se les podía exigir más, al fin y al cabo estaban todos juntos en aquella nave y no creía que ni a uno solo no le interesara llegar a un buen lugar.- Coincido con el señor Troy, parece que este rumbo es esperanzador, quizás no es el lugar ideal con el que todos soñábamos, pero tendremos que conformarnos.

Quien más y quien menos había fantaseado al inicio del viaje con el exótico planeta en el que iban a aterrizar, pero ni siquiera los cálculos podían ser certificados al cien por cien y nadie sabía con lo que se hubieran encontrado. Miró a la Hermana Oriri de reojo, quizás ella pensara que había un Dios que los había desviado por alguna razón, pero Kim no era religiosa y prefería centrarse en los hechos.

-¿Como ven a la gente? Supongo que habrá sido un duro golpe para todos, aunque nadie debe perder la esperanza, por lo que sabemos tenemos dos opciones y ambas con posibilidades de éxito. ¿Creen que deberíamos hacer algo para levantar el ánimo? Todos están trabajando duro...

Desde luego no había nada que celebrar salvo que seguían vivos y con posibilidades de alcanzar su objetivo u otro también factible. No le apetecía mucho ningún tipo de reunión donde tuviera que poner buena cara y aparentar que todo estaba bien, pero sabía que era importante mantener la moral alta.

_ Por lo poco que sé... No, la gente no está contenta. Hay quien considera que tal vez este sea su último despertar, así que, la idea de no volver a ver al resto de la tripulación y despedir al mundo en una nave bajo mínimos, sin saber si alcanzará finalmente el objetivo original, con o sin ellos, no es un escenario deseable para nadie.- La doctora O'Connor veía las miradas de aquellos con los que trabajaba a diario, sabiendo que tal vez pensaban que aquel era más su sentir, o uno que tal vez había contagiado accidentalmente a los otros tripulantes con los que solía hablar, pero procuraba transmitir aquello que había visto y oído con sus propios sentidos, no lo que sentía en su fuero interno. Lo cierto era que tras hablar con su hija había alcanzado una cierta paz con respecto a todo lo que estaba pasando. A grandes rasgos estaba preparada para despedirse, pero le gustaría hacerlo sabiendo que el arca alcanzaría su objetivo real. 

- Sobre formas de levantar la moral, no sabría decirles, excepto que el alcohol debería estar completamente descartado de cualquier posible reunión social de este tipo. Está fuera de los protocolos de la nave, por supuesto, aun sabiendo que circula algún destilado por la nave, pero las cualidades de las bebidas espiritosas ahora mismo podrían sumir en la depresión o el ensimismamiento a quienes más reacios son a todo lo que está pasando, por no hablar de violencia. No sé si tal vez un recordatorio de lo que hemos dejado atrás y a lo que aspiramos, algún tipo de montaje de vídeo, podría subir algo los ánimos, peor lo cierto es que ahora mismo están bajo cero.- Troy apuntaba a lo obvio, y no creía que un vídeo motivacional fuese a solucionar demasiado, pero ¿Qué más opciones podían tener?

A Arslan la idea de montar algún tipo de celebración le pareció absurda. Era, por supuesto, la prerrogativa del Capitán, pero ¿calmarían los ánimos con una charla motivadora? ¿O con una vídeo?

—Trabajo. Lo mejor para todos es tener un trabajo del que ocuparse. Una mente ociosa es el campo de juegos del Diablo —dijo Arslan, sin poder evitar mirar de reojo a Oriri. Estaba sospechosamente callada y eso no era bueno. Quizá picándola un poco, haciendo una referencia religiosa, la animaría a replicarle y entrar en la conversación—. Los científicos a mi cargo están trabajando día y noche para obtener resultados. Le aseguro que cuando llegan a sus camarotes no tienen tiempo ni fuerzas para elucubrar sobre qué será de ellos. De todos nosotros.

—Establezcamos una rutina de trabajo para todo el mundo. Que parezca que tenemos un plan. Se puede incluso preparar a la nave para un descenso planetario, aunque no vayamos a hacerlo. Eso exigirá chequeos, revisión de material, repaso de las rutinas de entrenamiento... —Arslan se echó atrás en su asiento. Se podía, con un poco de esfuerzo, encontrar ocupación hasta para el tripulante más ocioso— pero sin asegurar nunca si vamos a tomar tierra o si vamos a variar el rumbo. 

Las palabras de Troy le provocaron un escalofrío. ¿Estarían hablando de sus últimas horas todos ellos? Si volvían a criogenizarse era probable. Por otro lado tomar la decisión incorrecta supondría la muerte para todos igualmente así que no podían dejarse llevar por sus deseos o sentimientos, debían basarse en los datos. Por otro lado podía entender que la gente se sintiera así, no solo era la desilusión de aparecer en el lugar equivocado si no todo lo que estaba implícito en aquella situación.

-Es normal que se sientan así, tan solo me gustaría que supieran que estamos haciendo todo lo posible, pero en realidad ya lo saben ¿Verdad? Todos nos estamos dejando la piel. -Hizo una pequeña pausa.- En realidad no creo que podamos pedir más trabajo a la gente Doctor Arslan, no creo que se pueda reprochar nada a ninguno de los que estamos despiertos, me consta el esfuerzo. -Lo podía ver en las caras de la gente con la que se cruzaba, mezclado con otros muchos sentimientos.- De hecho creo que revisar las rutinas de trabajo es una excelente idea. Lo que me preocupa es que el cansancio o el exceso de trabajo provoquen errores en los cálculos o en alguno de los sistemas. Se puede poner en marcha un estudio para garantizar que se reparten las cargas de trabajo lo mejor posible, estoy segura que en nuestra situación todo el mundo estará dispuesto a colaborar.

Eso no le daba miedo, en una crisis como esa cualquiera estaría dispuesto a echar una mano para salvar el viaje, pero sabía que más adelante si lo conseguían cada decisión sería mirada con lupa. Bueno, en ese caso es que las cosas saldrían bien y podrían lidiar con las quejas de todos los que "lo hubieran hecho mejor" más adelante.

-Esperanza. -Dijo finalmente.- Eso es lo que la gente necesita. Si lo analizamos fríamente aún tenemos todas las opciones abiertas así que hay que centrarse en lo positivo. La nave puede recuperar su rumbo habitual. -A costa de que los que habían despertado sacrificaran sus posibilidades de volver a hacerlo, pero aquello era mejor dejarlo a un lado en el discurso esperanzador.- O incluso explorar las nuevas posibilidades. La IA nos trajo aquí por alguna razón, puede que porque durante el viaje calculara que este sistema era mejor para nuestra misión. -¿Era eso posible? No tenía ni idea, aunque le gustaría saberlo.- Este sistema podría servir perfectamente, de momento no tenemos ningún dato que diga lo contrario. -Tampoco tenían ninguno que asegurase que era lo ideal, pero tampoco era seguro que lo encontraran en el otro destino, jugaban a las probabilidades.- Creo que deberíamos centrarnos en esos aspectos de momento. Hasta entonces creo que deberíamos seguir recolectando datos hasta que la decisión sea inevitable, supongo que a nadie le hará daño que intentemos hacerlo con la mayor cantidad de información posible. ¿No es así?

Siempre se podía trabajar más. Eso lo tenía claro Arslan. Pero tuvo que admitir que llegaba un momento en el que algunas personas podían llegar a quebrarse bajo el peso de la responsabilidad. Esto no se lo dijo a la capitana, solo lo pensó. Y mantuvo un semblante neutro mientras sopesaba las implicaciones de todo.

«Esperanza». La esperanza era algo muy tenue a lo que aferrarse. Podía servir para mantener la moral alta, por un tiempo, pero no lo podría hacer siempre.

Entonces, de repente, la capitana dijo algo que hizo que el doctor abriera un poco los ojos.

«La IA nos trajo aquí por una razón»

¿Era posible? 

Había un largo período en el que la inteligencia artificial de la nave había estado en blanco. Ocupada en cálculos increíblemente complejos antes de modificar el rumbo.

Se le estaba escapando algo. Intuía que era así. Y la intuición no es más que el cerebro habiendo analizado algo antes de que la mente racional pudiera explicar qué es.

—Así es —dijo el científico jefe—. No nos hará daño obtener unos cuantos datos más.

Y sabía perfectamente lo que iba a investigar.

Tom salió de su sesión de hate yoga del gimnasio, relajado, renovado, pero al pasar ante la zona de la sala de reuniones, viendo las siluetas de los presentes a través del cristal de la sala, programado para dar un aspecto borroso desde fuera, trató de adivinar qué asiento ocupaba su querida amiga Troy.

El hostelero estaba convencido de que la científica llevaba un buen tiempo despidiéndose de él y de toda la nave en silencio, pero no terminaba de saber si era por su sospecha de que aquel era su último despertar, atendiendo a los cálculos de la nave sobre las posibilidades de volver de aquellos entre ellos que volviesen a ser dormidos, o si era alguna otra cosa la que ocupaba la cabeza de la mujer.

Últimamente, no se dejaba ver mucho por su comedor, era cierto que había otro más en funcionamiento, pero creía que había algo más relacionado con su ausencia. También sabía que se había juntado alguna vez con elementos 'discutibles' en el jardín hidropónico, porque el mismo los había visto hablando desde lejos, pero quería pensar que alguien con la cabeza y la edad de O'Connor no haría alguna tontería imperdonable, más cuando puede que ya no le quedase tiempo para enmendarla.

Tom suspiró, negando con la cabeza y se encaminó a dejar su bolsa de ropa a su barracón, en menos de media hora tendría que estar revisando que Fran no la hubiese cagado con las cantidades de especias en la comida, como la última vez.

Si había un sentimiento predominante para Kim en los últimos días era la frustración. Estaba dispuesta a tener esperanza y a trabajar para que las cosas mejorasen pero en la situación actual nada podía hacer por más informes que leyera la conclusión es que deberían tomar una decisión sin saber a ciencia cierta qué les depararía su siguiente destino.

Ya sabía que podía pasar algo así cuando me embarqué.

No iba a jugar el papel de víctima, no iba con ella. Tenía que asumirlo e intentar mejorar las cosas. ¿Pero como? No tenía ni idea de todos aquellos cálculos y pruebas científicas que necesitaban, pero si tenía mano con la gente y estaba claro que los ánimos estaban por los suelos. Decidió que todo el tiempo que no tuviera que dedicar a revisar los informes o a atender los asuntos asociados a su cargo intentaría moverse por la nave y hablar con sus tripulantes, así podría conocer la situación de primera mano.

Las palabras de Kladtomak habían encendido algo en la mente de Eugene. El científico se embarcó en los siguientes días en una investigación sobre los datos aparentemente imposibles de descifrar de los años en los que la IA tomó la decisión de alterar el rumbo. Utilizó a varios grupos de científicos de diversas especialidades y un porcentaje significativo de los recursos computacionales de la nave para ir averiguando más y más sobre lo que había sucedido.

Aíslo los datos. Descifró cadenas aparentemente infinitas de información. Se esforzó de modo cada vez más frenético en su tarea y, a medida que iba obteniendo información, fue librándose de los distintos equipos, a medida que cumplían su función. Al fin, no dejó que ninguno tuviera una visión completa de lo que estaba sucediendo. Solo él tenía todos los datos.

Tardó un tiempo en decidir qué hacer con ellos, pero al fin fue a hablar con la capitana, en privado.

Los datos no eran completos al 100%, pero Eugene sentía que eran correctos, que apuntaban en una única dirección: la IA no había tomado la decisión de alterar el rumbo. No podía tomar esa decisión. Alguien había hackeado la nave y había alterado el rumbo.

Y la señal que lo había logrado no había llegado de la Tierra, sino del planeta que era su destino original.

Escena finalizada

Creo que de momento encrucijada XD.