Partida Rol por web

El jefe de los enanos había caido al suelo gracias a lo que le había hecho Pel con la magia. Eso había ayudado a que sus puñetazos pudieran impactar mejor ya que es dificil defenderse estando en el suelo. Además al haberlo aturdido antes se le cayeron el arma y el escudo. Ahora lo único que había que hacer era seguir rematando.

Alguno quizás podría tener la opinión de que no era honorable atacar a un enemigo caido. Opinión totalmente equivocada pues la guerra no era honorable. En la guerra matabas y morías. "Y", no "O". Lo importante era llevarte por delante el mayor número de enemigos antes de caer. La guerra era algo sucio, y Adam estaba preparado para serlo si era necesario. Todo lo bueno que había en él murió hace tiempo.

Cae. Cae. Cae de una vez.

Decía mientras golpeaba una y otra vez al jefe de los enanos.

Mis golpes consiguen derrotar a otro de los enanos, brindándome una esperanza de que quizás consigamos derrotarlos o, por lo menos, cobrar a un alto precio nuestra derrota, pero eso rápidamente se esfuma cuando uno de los enanos bárbaros derrota a Keg, la mujer que había luchado ferozmente a mi lado.

"Creo que esto ya se acabó. Bueno, no me derrotarán tan fácilmente."

Elevo un grito de combate mientras lanzo una de mis hachuelas de madera contra el que derrotó a Keg, pero la esquiva con facilidad. Un segundo golpe con mi mano izquierda se esconde detrás y se dirige rápidamente a dar un fuerte golpe en el muslo del bárbaro, para comenzar a desestabilizarlo previo a un golpe de gracia.

Escucho que por el este el combate es una carnicería pero aún veo por el rabillo del ojo a Adam resistiendo y, al parecer, dándole una buena paliza al jefe de los enemigos.

Con los ojos nublados por el dolor del golpe recibido y apenas con tacto en sus entumecidas manos, Pel retrocede para luego arrastrar el cuerpo de Michani a una posición segura. Fueran derrotados o ganadores, se aseguraría de que la Enana mantuviera su prestigio entre sus pares, haciendo que recibiera la victoria o la derrota con los ojos bien abiertos, además de que fuera ella quien pudiera auxiliar a Gror, el que sería su líder en la misión que acometerían.

- Curar a Gror... - Le dijo a la Enana en un hilo de voz.

Observó apenas consciente como los últimos en pie eran Ulfrin y Adam, una imagen que no olvidaría, tal era la bravura de esos valerosos guerreros.

Amanecer del 13° de Obares (El arco del Otoño) del año 101 de la edad oscura [Turno 19]

– Basta ya, suficiente – exclamó Valtarn con una voz imponente y poderosa. El comandante de la compañía del Trueno, a la cual pertenecían la mayoría de los héroes, avanzaba entre los caídos para llegar al centro del combate. No parecía contento, aunque tampoco se mostraba decepcionado o molesto.

– Ha sido un gran combate. No me esperaba el resultado – exclamó mirando el resultado final de la batalla, de entre los héroes, solo 3 se mantenían del todo en pie. Ulfrin estaba ileso, no lo habían tocado en todo el combate, Adam tenía algunos golpes, pero por lo demás estaba hinchado de gloría al haber dado él mismo la victoria a su bando; y estaba también Pel, sin el cual la batalla no habría durado tanto como duro e incluso no habría tenido el mismo resultado.

Michani se había recuperado de último momento, gracias a los esfuerzos mágicos de Pel. La enana, se encontraba de rodillas, con muchos golpes, pero en mejor estado que la mayoría de sus compañeros. Estos, ya se encontraban despiertos, pero la mayoría apenas y lograba ponerse de pie.

Valtarn, habló entonces con voz fuerte a los enanos. – He aquí los guerreros de la compañía del trueno. Que aún rodeados y superados en número han derrotado a muchas de las mejores tropas de la guarnición de la ciudad – los enanos no parecían muy convencidos de que aquello fuese una victoria, y aún menos convencidos estaban de que hubiese que felicitar o elogiar a los guerreros de la compañía del trueno. – Quizá – continuó Valtarn consciente de las expresiones de los enanos de la Roca – habría que tomar en cuenta que Toreen se confió demasiado al saltar a la lucha en medio todo en momentos muy tempranos del combate – logrando que algunos de los enanos de la Roca asintiesen, dándose parcialmente por satisfechos con ese nuevo veredicto, aunque ya algunos murmuraban quejándose de la magia; aunque no habrían de decirlo en voz alta, la magia era algo que siempre enfrentaban debido a los siervos de la sombra, y no servía de nada quejarse de ello.

– Por hoy es suficiente. Mañana volveremos a entrenar si están en condiciones. Tenemos mucho que potenciar antes de que partan a cumplir su misión – exclamó Valtarn algo satisfecho de lo aprovechado aquel día.

Valtarn se dirigió entonces a los hombres de la guarnición – recojan a aquellos que no puedan marchar en pie y envíen a algunos exploradores a los alrededores. Con tantos heridos estamos vulnerables, no sería bueno que el verdadero enemigo nos sorprendiese – tras sus palabras, giró su mirada a Ulfrin y los otros que quedaban. – Ayuden a los heridos y prepárense para marchar. Hablaremos a detalle una vez que estemos bajo tierra en la fortaleza – sentenció.

Wendell, finalmente, consiguió sentarse. O por lo menos, elevar un poco la cabeza del piso mientras miraba a su alrededor y escuchaba las palabras de Valtham.

- Era imposible, pero lo intentamos - se lo escuchó murmurar antes de usar sus brazos para sostener su cuerpo maltrecho.

Observando el estado de sus compañeros no pudo menos que admirarse al notar que el único que parecía estar ileso era Ulfrin. El enano no solo era un buen combatiente, también era capaz de evitar los golpes "Mucho mejor que yo" no pudo menos que plantearse. 

Si el defensor había sacado algo en claro es que el lider de la expedición no estaba a la altura. Mucho de lo que había pasado era culpa de él. Pero, lamentablemente, no tenían muchas opciones. Ya había sido designado y debían aceptarlo. 

Pel ayudó a Michani a levantarse, señalando a Gror en virtud de que la sanador le echara una mano. Tras eso palmeo (suavemente) el hombro de Wendell:

- Dijeron victoria, amigo. La verdad que Adam peleó como tres hombres contra Toreen hasta que le derrotó. -

Había mucho que pulir, pero el objetivo había sido alcanzado, como había señalado Valtarn. Hizo una mueca cuando los Enanos hablaban e la magia. Estaban ellos para hablar, cuando resistían los conjuros como nadie, y su duro pellejo les hacía soportar golpes que doblarían a otro. Además los Legados usaban magia, que se acostumbraran a batirse con ella era lo más adecuado, como alguien había apuntado.

Después Pel se ocupó de asistir a Girolamo y a Keg, ambos parecían tocados y unas vendas no les vendrían mal. Valtarn había hablado de entrenamientos mañana, pero a Pel le daba vueltas la cabeza sólo de pensarlo. Había agotado toda su energía arcana, incluso había mermado sus propia fuerza vital para poder curar a Michani. Sí, definitivamente necesitaba descansar.

- Vamos perezosos, arriba. El Comandante nos ha dado la victoria, ¡y eso se merece al menos una jarra de cerveza! -

A Adam le costó distinguir las palabras de Valtran, enfrascado todavía como estaba en la furia de la lucha. De hecho iba a seguir con los enanos que tenía al lado cuando se dio cuenta de que la pelea había terminado. Había entrado en un estado de matar o morir algo poco habitual en él, aunque no era la primera vez que le pasaba. A veces, llegado a un punto de la lucha, cuando la situación estaba al límite y sabía que no iba a salir se dejaba llevar por la violencia y no le importaba su destino. Aquello era un entrenamiento, y no debería haber pasado. Cada vez era más fácil entrar, y más dificil salir.

Cuando la adenalina se empezó a agotar comenzó a notar los efectos de los moratones. Al menos sólo eran eso, morados. Y no heridas graves. Podría haber sido peor.

La cara de sus compañeros era grave, y algunos miraban a Gror como si tuviera la culpa de lo sucedido. Adam no lo veía así. Era una prueba imposible, ir contra el lider no era una mala opción. De hecho si no le hubiesen convencido en el último momento para cambiar de posición lo mismo le habría ido mejor. Pero era una prueba imposible de superar, y que dificilmente se iba a dar en la vida real. Un combate contra una fuerza tan abrumadora era el último recurso al que no había que llegar.

Resignado se acercó a sus compañeros y les ayudó a recuperarse y levantarse.

Venga. A todos nos vendrá bien un buen descanso.

Después del último golpe, todo se volvió oscuridad. No llegué si quiera a notar el golpe al chocar contra la dura roca.

La potente voz de Valtarn detiene mis próximos golpes pues el entrenamiento se da por finalizado cuando Toreen es derrotado por un implacable Adam, que a golpe limpio es capaz de acabar nockeando al líder de los enemigos. Sonrío pues él es un gran combatiente, de eso no hay duda.

Me acerco a Wendell, que comienza a incorporarse, para ofrecerle la mano, después de guardar las hachas de entrenamiento. Mientras le ayudo a levantarse, le hablo en la Lengua del Comercio:

 - "Vamos amigo, vencimos esta pero no debemos celebrar."

Cuando veo que puede caminar con poca ayuda, voy donde Girolamo, que duerme como un bebé, por lo que lo cargo sobre mi hombro, ligero como es. El pobre siempre ha dicho que el combate no es lo suyo más hoy se cobró una victoria y eso le brinda un respeto que ni él debe haber creído merecer.

Ayudo a Keg también a levantarse, pues es quien luchó codo a codo conmigo y me mostró su valor en más de una ocasión:

 - "Buenos golpes, humana."

Le digo en la Lengua del Comercio, para que entienda, pues también se ha ganado mi respeto. Bueno, en el fondo, todos han afrontado a nuestros rivales, ninguno se ha retirado cobardemente ni se ha rendido por miedo a la derrota y el dolor. Eso los muestra como dignos y eso es algo que no olvidaré.

Con Girolamo en el hombro, me dispongo a marchar, quizás cruzando palabras con alguno de mis compañeros pero sabiendo que ya no debemos permanecer más acá. A pesar de la cercanía, sigue habiendo un riesgo y no es un buen momento para lidiar con él.

Me sorprende un poco recuperar la consciencia y que desaparezcan los dolores tan pronto, pero la causa es evidente según abro los ojos

-Gracias- digo a Pel en la lengua de comercio mientras acepto su ayuda para levantarme

Observo en silencio el campo de batalla, me he perdido el final de la batalla, lástima, habría sido interesante verlo

-Con muchas victorias así la sombra habrá triunfado- digo en voz baja  en enano antiguo cuando algunos  declaran que hemos vencido.  Pero bueno, es mejor de cara a la moral antes de la misión que esto se celebre como una victoria. Y que no se repita.

Camino hasta donde Gror ya se incorpora para servirle de ayuda si es necesario, me siento agotada y vacía pero aun podría sanarle de ser necesario.

De todos modos no le digo nada, no quiero herir su orgullo, simplemente me quedo cerca a su disposición

Valtarn había tenido suficiente con la demostración que habían hecho hasta ahora. Barich había quedado fuera de combate antes de terminar, pero no tardó en enterarse del desenlace. Al parecer, Ulfrin, Keg y Adam habían resistido hasta el final terminando por inclinar la balanza a su favor. Aunque derrotar al líder rival suponía la victoria del encuentro, en una situación real esta situación sería desastrosa. La mayoría de los allí presentes habrían muerto o terminado malheridos y, de ser esto una partida de siervos de la Sombra, no tendrían tiempo para descansar si de verdad conseguían repeler al enemigo pues no sería extraño que otra patrulla los alcanzase tarde o temprano.

El montaraz se puso de pie visiblemente magullado. No tardaría en recuperarse pero seguro que le quedaría más de un hematoma como recordatorio. -Enhorabuena a los que habéis aguantado.- Dijo mientras se incorporaba. Realmente, Barich siempre había evitado encuentros de este estilo. Su trabajo siempre había sido buscar caminos libres de amenazas, explorar el terreno y ayudar al grupo a esquivar al enemigo. Por supuesto que había aprendido a defenderse, pero había quedado patente que necesitaba reforzar esa faceta si de verdad se encontraban en una situación así de peligrosa. 

Mañana del 13° de Obares (El arco del Otoño) del año 101 de la edad oscura [Turno 20]

Con la batalla concluida, el grupo de guerreros enanos acompañados por las tropas de la compañía del trueno marcharon hacia la puerta norte de la ciudad de Roca de Durgis, fortaleza del clan Durgis. La victoria había sido alcanzada a pesar de las pocas esperanzas que se tenían en un inicio; aunque tal como la mayoría consideraba, aquello representaba una situación a la que jamás deberían de llegar. Incluso el mismo Valtarn en el camino les habló sobre ello, diciéndoles que solo luchasen en un combate como aquella que acaban de librar, si le meta valía la pena; que, si tuvieran la oportunidad de derrotar a la misma sombra, no dudasen en derramar hasta la última gota de sangre de cada uno de ellos para llegar a la victoria. Pero que, si se trataba de una batalla que no habría de cambiar el ineludible hecho de que la sombra estaba ganando la guerra, entonces no tenía caso el mal gastar ninguna vida.

Y es que, en aquella batalla, si se hubiese tratado de un combate con armas reales y no de entrenamiento, solo habrían sobrevivido tres de ellos; e incluso, el enemigo no habría parado de pelear tan fácilmente, aun cuando hubiesen derrotado al líder de ellos. La lección era clara, no solo tenían que mejorar sus capacidades en combate y su coordinación durante las mismas, si no que, por sobre todo ello, debían evitar caer en una situación tan adversa.

Así, la conversación entre todos ellos los llevo a recorrer todo el camino hasta la puerta norte de la fortaleza cargando con todos los heridos, de entre los cuales, había algunos que incluso tuvieron que ser llevados en camilla y que no podrían pararse en más de un día.

– ¿Como ha resultado el entrenamiento? – preguntó Woden, Dorith de la Roca de Durgis apenas el grupo ingresó a la fortaleza bajo tierra, donde les esperaba con cierto entusiasmo. Allí mismo le contó Valtarn, comandante de la compañía del trueno, todo aquello que había acontecido en el combate. La expresión de Woden se mostró inicialmente entusiasmada cuando Valtarn le contó que, a pesar de la adversidad, el grupo de héroes había conseguido la victoria; pero esto cambió cuando vio a su maltrecho hijo y supo que había sido uno de los primeros en caer; y más aún cuando entendió que los pilares estratégicos de la victoria no habían pasado en lo absoluto por su tentativo heredero.

Mirando entonces al golpeado Dain, tuvo palabras de reprimenda para él – me has fallado viejo amigo – dijo inicialmente. – tienes dos días para poner al joven a punto. La misión no puede fracasar. Estas es una prueba de la valía de todos ustedes como compañía de guerreros que luchan contra la sombra. Si no pueden coordinarse, no llegarán lejos y jamás ocuparán una posición de mando que no merecen – aunque las palabras eran duras y parecían ser generales, mientras más se les masticaba, más era claro que iban dirigidas a Gror a través de Dain. Quizá Woden entendía en lo profundo que su hijo Gror no tenía la madera para liderar a su pueblo; pero al igual que esto pasaba por su mente, su corazón se aferraba y exigía a Dain que obrase un milagro.

Tras sus palabras, el grupo fue despechado para retirarse libremente. Aunque Valtarn hizo saber a la compañía que habrían de reunirse en sus aposentos al medio día, aconsejándoles de momento descansar.

Wendell escuchó al rey enano casi sin moverse. Los golpes y moretones no le permitían hacer mucho más que eso.Su dominio del idioma, por otra parte, no resultaba suficiente como para entender todo lo que este decía, pero algo en el tono de su voz le hizo entender que estaba culpando a Dainn.

Meneando la cabeza, lo que casi lo llevó a desmayarse nuevamente, optó por quedarse en silencio, sin ánimos para discutirle al monarca lo poco justo de sus observaciones. Ya encontrarían el momento de hacer un balance de lo sucedido y encontrar la manera de que no se vieran envueltos en un combate tan poco justo. "La sombra no es justa" le pareció escuchar las palabras de sus viejos instructores de combate sin armas. Pero lo cierto es que no confiaba en el que sería el lider. Y menos después de notar que no era ni siquiera capaz de defender a su guardaespaldas "Parece que los reyes, y sus hijos, tampoco lo son" completó sus sombríos pensamientos.

Keg no supo en que momento le llegó el golpe que la había dejado fuera de combate, pero la sonrisa por la emoción de la batalla seguía en su rostro hasta el momento que sintió que alguien intentaba despertarla. -¿Eh?- Parpadeó desde el suelo, un poco confundida sobre dónde estaba y por qué le dolía cada músculo como si la hubieran apaleado... que era efectivamente lo que había pasado. -Anda, ¿se acabó?- Dijo, intentando incorporarse y aceptando la ayuda del enano con quien había hecho un par de maniobras en conjunto. -Gran defensa, compañero. ¡Si te ves más fresco que una lechuga!- Respondió a Ulfrin con una carcajada que se convirtió en tos mientras llevaba las manos a las costillas con un medio quejido. -Ay, carajo, que daño...- Dijo con risa adolorida.

El resto del camino lo hizo a duras penas, aunque en comparación con algunos otros al menos podía tenerse en pie. Cuando llegaron ante el Dorith, tuvo que alzar las cejas al ver la manera en que el Lider de la Roca Durgis dejaba caer duras palabras en el que era el consejero de Gror. La mueca en el rostro de Keg dejaba más que evidente que no estaba de acuerdo, pero tuvo la sabiduría suficiente para no decirlo en voz alta. Sólo cuando el Dorith se hubo retirado, se acercó hasta donde estaba Dainn y le dió una palmada en el hombro. -Era una buena estrategia. Cualquiera con oídos y sentido común estará de acuerdo, pero no todos saben oír.- No miró a Gror, pero pronunció las palabras en idioma Enano. Luego volvió a la Lengua del Comercio. -Alguien me prometió cerveza. ¡Tú!- Señaló a Pel, y con media sonrisa y andar algo tambaleante de cansacio se acercó al hombre y le pasó un brazo por los hombros. -Vamos, a comer y luego a roncar, no puedo con mi alma por hoy. ¡Y mañana hay que entrenar otra vez!-

El balanceo en el hombro de Uffern no fue demasiado cómodo, pero la lucha había sido devastadora y me dolía todo el cuerpo. Si el fuerte enano podía llevarme, no me iba a quejar, por lo que cerré los ojos y me quede medio dormido gracias al balanceo.

El vozarrón de Woden hizo que me despertara, alzando la cabeza para ver que me encontraba ya en la fortaleza 

Eeeh, Amigo, ya me puedes bajar, me encuentro mejor digo llevándome una mano a la cabeza para revolverme el pelo muchas gracias por hacerte cargo de mí sonrio dándole unos golpecitos en la espalda mientras miro a ver quienes estaban y qué decían.

Estaba claro que nuevamente el heredero había elegido una mala estrategia, y eso debía de cambiar o nos llevaría a todos la tumba. En ese momento me acorde de Arvin, y por un momento dudé de si hicimos lo correcto.

Seguían hablando de estrategias, y demás cosas de las que carecía conocimiento, así que mire a un lado y a otro, hasta que oí a Keg, un tipo bastante bestia, todo había que decirlo, pidiendo de comer y beber Eso me apetece, la verdad. Si vais, me apunto

La valoración de Woden de la batalla es dura, ha de serlo para forjar a su hijo como un lider. Pero si se fuerza demasiado el hierro no se dobla, se quiebra.

Antes de que nos despida doy un paso al frente y bajo la cabeza

-Disculpadme Woden, Dorith de Roca Durgis. Pero he de aceptar mi parte de culpa. Mi consejo estratégico a Gror fue pobre y sobrevalore peligrosamente mi magia. Me esforzaré por servir mejor a vuestro hijo en la misión- digo en enano antiguo

Cuando salimos de la sala me voy con Gror, he de hablar con el

La llegada a la fortaleza fue un alivio para todos, Adam incluído, ya que podrían descansar. No entendió apenas lo que decía el Rey Woden, pero por la cara de circunstancia de Dainn podía saberse alguna cosa. Al defensor no podía importarle menos. Parecía que todos estaban por la labor de echarle la culpa a Gror, y para Adam la única que tenía era la de haber caido tan pronto. De hecho su "estrategía" de vencer al lider enemigo fue lo que les dio hoy la victoria. Claro que seguramente habría querido hacerlo él, y de hecho si no hubiera hecho caso de sus consejeros a lo mejor lo habría logrado, ya que Toreen vino por donde Gror quería haber cargado en un principio.

Tenía claro que si habían ganado era por la magia que sus compañeros habían usado, y porque los enanos les subestimaron. Pero que se jodieran. Lo tenían todo a favor y aun así perdieron, que les sirva de lección. Por su parte él se iría a comer algo con Keg, Girolamo y los demás que quisieran y luego descansaría todo lo que pudiera.

Sí. Desde luego comer es una gran idea.