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La caravana

La caravana - Escena de Juego

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12/12/2022, 10:47
Bandidos del camino

Viendo que tres de sus compañeros morían casi al mismo tiempo, casi en el mismo instante, uno de los bandidos se arrodilló.

¡Piedad! -soltó su cuchillo-. Era el tipo que tenía Alejandro delante de sí. Os lo suplico.

El otro en pie, al ver que se rendía, hizo lo mismo, el cual estaba delante de Roderic, pero no dijo nada (más bien tenía una expresión de derrota y enfado).

La noche estaba a punto de caer.

Notas de juego

Fin del combate. Habéis sobrevivido al ataque. Enhorabuena.

Continuamos la narración.

Reitero: no marquéis a vuestros compañeros Fray Bernat ni Ilariñe.

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12/12/2022, 12:25
Zubaida

Zubaida notó como la sangre de aquel fulano le recorría la mano para derramarse por la muñeca. Apretó los dientes con fuerza para clava hasta la empuñadura la afilada hoja. Después, con un tirón violento, la sacó del cuerpo de aquel malnacido. Habían tenido suerte, pues, por un momento, la mujer pensaba que le iba la vida.

¿Piedad? — dijo mientras se acercaba al único bandido que quedaba — ¿Qué piedad ustedes habéis tenido? — el cuchillo y el rostro de Zubaida estaban ensangrentados — Cuéntanos tus órdenes y dinos quién es tu señor y donde tenéis la guarida o te rajo como un cerdo... Será la única manera de recibir piedad.

Zubaida miró a Roderic para que vigilara al que tenía delante de él.

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12/12/2022, 15:48
Roderic Cumén

Indicando a sus camaradas con la mirada que esperaran siquiera un suspiro, y aprovechando que había gente para vigilarlos, se encargó de registrar a aquellos malnacidos en busca de armas y de maniatarles las manos con tiras de sus propias ropas y trabarles los pies como se hace a los caballos, cuando se les permite caminar pero no correr, con una tira de tela más larga.

—Abel, por favor, —dijo con serenidad de quien sabe cómo enfrentarse a estas cosas, una vez los bandidos dejaron de ser un peligro inmediato,—¿podrías ir a avisar a las carretas de que por aquí todo está controlado? O alguno de vosotros, —por los soldados.

Notas de juego

Lo siento, la profesión se impone XD

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12/12/2022, 19:19
Abel

En mi ropa podía ver bastantes manchas de sangre. Tenía gran dolor por las cuchilladas y cortes que recibía. A veces miraba al cielo como si fuera Dios quien me hubiera salvado esa noche. Tras ver caer al bandido que enfrentaba por la lanza de Roderic, no pude mas que acercarme y darle pataditas a su cabeza mientras mantenía una risa sarcástica: Lo ves!! Lo ves!! He sobrevivido, maldito!!

Giré la mirada hacia el bandido que pedía perdón. Por un momento pensé en acercarme y matarlo. No podía tener piedad tras la masacre que nos hicieron. La intervención de Zubaida y Roderic hicieron frenarme. No dudé en seguir la orden del aguacil.

Me iré hacia las carretas y avisar de que tenemos un rehen. Dirigi mis pasos a donde estaba el grupo mientras mi mano se apoyaba en el corte más profundo. Con pasos torpes y cortes me alejaba del lugar de la pelea.

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12/12/2022, 19:25
Abel

Ya me acercaba a las carretas y grité con una mano alzada ensangrentada: Ganamos!! Hemos vencido!! Tenemos rehén!!

Podían ver como llegaba con pasos torpes, manchas de sangre en la ropa y una sonrisa de victoria. Podían notar el esfuerzo que me suponía andar, y com mi mano derecha se apoyaba en una herida profunda. No tardé en desplomarme sin tener mucha mas fuerzas.

Notas de juego

Añado este segundo mensaje para indicar que llego a la grupo de las carretas.

Me desplomo sin fuerzas debido a las heridas y el esfuerzo de desplazarme. Dejo al master y coompañeros si pierdo el conocimiento o que hacen conmigo en ese momento. Pero no estoy muerto!! :p

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12/12/2022, 21:49
Fray Bernat de Ciclone

El carromato hizo tapón en la entrada, aunque aún podían entrar los asesinos escalando el carro. Bajar el portón o el rastrillo, si hubiese, haría que nos quedáramos encerrados dentro, seguros... o eso pensaba.

-"Hermana, debemos de bajar el rastrillo o esos malnacidos vendrán y nos asesinarán. Mientras estamos aquí encerrados, podemos buscar una entrada oculta en los muros. Sé que siempre hay una entrada trasera, por si son sitiados y tienen que salir a buscar ayuda. Por ahí haremos que entren nuestros compañeros..." Dije obviamente preocupado.

No finalicé la frase, ya que no quería preocupar más a la mujer, pero puede que los demás hubieran muerto en el combate. Le hice una seña a Ilariñe y le indiqué que me siguiera para intentar bajar el rastrillo.

- Tiradas (1)
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13/12/2022, 12:17
Director

Trató de convencer fray Bernat a Ilariñe en la cuestión del rastrillo, y tras ello el fraile tiró del mecanismo rudimentario, a base de poleas incrustadas en el interior del muro de piedra (junto a la entrada). Sin embargo, aquello era demasiado para él. Ni tan siquiera los conductores de carretas pudieron hacer nada por bajar el rastrillo. La única protección era el parapeto que pudiérais montar delante de la entrada (donde ya había un carro preparado).

Fue entonces cuando advertísteis gritos en el interior de la fortaleza, en el edificio en sí. Las voces os resultaban familiares. Parecía como si discutieran dos personas allá dentro. Tras unos instantes, lo teníais claro: no eran sino el médico-cocinero Jorge de Lucena y Fernando, el contable de Dionisio.

Notas de juego

El rastrillo, de momento queda abierto.

Haced, con vuestro siguiente post, una tirada referente a Descubrir. Ya sabéis : 1d6+ hasta otros 2d6 de forma razonada, por lo elementos de vuestra ficha.

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13/12/2022, 12:24
Bandidos del camino

Cuando Abel se marchó, el tipo que estaba delante de Zubaida habló, sabido de su derrota.

-Un encapuchado nos dio una bolsa de monedas por robar esta caravana. Matar a cuanto pudiéramos y saquearla... -dijo-. No vimos su rostro.

-¡Calla, estúpido! -le dijo el otro-.

- Tiradas (2)
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13/12/2022, 12:32
Alejandro Garcés

Acto seguido, el segundo, que estaba delante de Alejandro el mercenario cayó desplomado hacia atrás, pues éste le pasó el filo de su espada por la garganta, delante de vuestras narices. La espada quedó ensangrentada.

¡Hablad, os han dicho! -le ordenó con rabia el mercenario-, ¡o sufriréis el mismo destino!

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13/12/2022, 12:33
Bandidos del camino

El hombre... tenía el rostro quemado, bueno, el lateral, sobre la oreja... según pude advertir -decía el arrodillado-. No se más. Nos pagó lo suficiente como para hacer encantados tal trabajo...

Notas de juego

No marquéis a Abel, Ilariñe y Bernat.

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13/12/2022, 12:35
Director

Te desplomaste, pero aún no habías llegado a la fortaleza. Fue un vaivén por las heridas sangrantes. Tras estar un rato distraído y casi desmayado, volviste en tí. Tal vez habías estado en aquel estado unos minutos.  Al levantarte del frío suelo campestre, viste a un grupo de cinco hombres correr en la dirección en la que tu marchabas. La noche no permitía identificarlos, pero tenían arcos a su espalda. No te habían visto, gracias a la negrura de la noche. ¿Serían más bandidos?

Notas de juego

Sigue marcándote a tí mismo. Estás a medio camino de la caravana y de las ruinas. Puedes elegir dónde acudir.

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13/12/2022, 17:35
Zubaida

La bandida celebró por dentro que los bandidos hablaran rápidamente. Había sido inteligente por parte de ellos, pues no estaban en condiciones de negarse a nada. Lo único que podían recibir era un tajo en el gaznate y caer allí muertos como los pordioseros que eran. Zubaida miró de reojo a Alejandro. Parecía que el mercenario estaba igual o incluso más enojado que ella, así que no le pararía los pies.

¡Bastardo muerto de hambre! — exclamó Zubaida golpeando con la parte plana del mango al bandido arrodillado.

Quedó expectante a lo que tenía que decir Alejandro, al fin y al cabo, ella solo era una viajera más y el destino del bandido estaba en manos del mercenario.

¿Te sirve más muerto o vivo? — le pregunto al hombre de Dionisio, con una clara intención de asustar de paso al pobre diablo que estaba arrodillado.

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13/12/2022, 18:19
Abel

Aquel desmallo me permitio recuperar algunas fuerzas. Mientras me incorporaba, podía sentir el frío del suelo. Parece que el dolor se me había ido un poco, aunque las heridas seguían abiertas y parecían infectarse. Me reincorporé y pude apreciar varias figuras que se acercaban hacia donde estaba. Iban armados por arcos, segun pude ver cierta corbatura del arma que llevaban.

En mi estado no podía permitirme que me vieran. Tenia que evitar cualquier enfrentamiento. Aproveche aun las pocas fuerzas que tenía y me escabullí hacia donde pudiera esconderme. De más cerca podría ver si eran aliados o enemigos. Al menos confiaba en mi capacidad de pasar inadvertido.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Tiro dos dados: 1 dado por accion, segundo dado por condicion de ladrón.

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13/12/2022, 19:37
Roderic Cumén

—No eres tú quién para ajusticiar a nadie, Gracés. Templa ese nervio. Esto es un asunto para el corregidor, —dijo Roderic. —Dejaos de matar tanto, este siempre puede hablar más en el potro, o quizá nos sea útil en otras cosas. Vamos. Andando a donde están los carros.

Se hizo cargo del único preso que todavía tenían mirando con desconfianza a la gente que tenía alrededor y meneando la cabeza apesadumbrado.

—Perdemos sangre. Hay que reunirse cuanto antes y lavar las heridas. Vamos, digo.

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14/12/2022, 22:27
Fray Bernat de Ciclone

Me afané en intentar bajar el rastrillo, pero me fue imposible, no tenía la fuerza o la maña necesaria; así que desistí. Me acerqué renqueante, con la flecha aún clavada en la nalga, a la joven compañera.

-"Será mejor que vayamos junto al médico, a ver si puede sacarnos las flechas y hacernos una cura. ¡No podemos tenerla clavada todo el tiempo o se infectará la herida y moriremos!" Le dije bastante nervioso y dolorido.

Justo en ese momento oímos la discusión de los dos hombres de confianza de Dionisio. Miré alrededor para ver dónde estaban, pero se habían ocultado a la vista. Miré a Ilariñe y la hice un gesto con la mano para que me siguiera. Quería ver qué estaba pasando, ya que era un momento crítico y no había tiempo para discusiones necias. Andé hacia donde creía que estaba el griterio de esos dos.

- Tiradas (1)
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15/12/2022, 11:12
Ilariñe Saavedra

La estudiosa negaba con la cabeza mientras veía como el fraile trataba de bajar el rastrillo. Ves.. es mejor dejarlo así. 

Si, hay que curar las heridas. Pero alguien debería de quedarse vigilando el camino. Hay que estar atentos a la llegada de nuestros compañeros. Dijo mientras se palpaba la herida que tenia. Pero antes de curarse la herida, miro el camino y el interior de la fortaleza. Su madre siempre le había dicho que tenía una vista prodigiosa, que era capaz de distinguir los pájaros a millas de distancia. 

- Tiradas (1)
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15/12/2022, 21:08
Alejandro Garcés

Alejandro asintió ante la reacción de Zubaida, en señal de aceptación por aquel golpe; parecía que la mujer estaba hecha de una pasta dura, y que contenía gran fiereza en su interior propia de una guerrera.

Con llevar a uno vivo, Dionisio tendrá suficiente -respondió el mercenario-. Luego escuchó las palabras de Roderic, que no eran sino como de querella. Aquí no hay corregidores que valgan, eso es para las ciudades... El jefe es quien manda porque el jefe paga como es estipulado. Y paga por hacer bien mi trabajo -decía mientras limpiaba la espada de sangre y la guardaba de nuevo-. Quien no quiera ir en la caravana... que se largue -le espetó a Roderic, demostrando así que la fiereza del mercenario no sólo estaba en su muñeca, sino en su lengua-.

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15/12/2022, 21:09
Director

Le pareció bien a Alejandro las últimas palabras del alguacil, sobre lo de marchar tras la caravana. Ordenó al soldado que aún tenía bajo se mando atar las manos del bandido a la espalda y llevarlo con ellos.

Fue entonces cuando, tras unos quince minutos de vuelta, atravesando la ahora noche que ofrecía aquel lugar, os topásteis con alguien en vuestro camino. No era sino Abel, que estaba allí, en medio del campo, y no había carretas junto a él: de hecho no había llegado a alcanzarlas.

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15/12/2022, 21:10
Director

Viste pues, que aquellos hombres encapuchados, ocultos de su mirada, y poco a poco sus figuras recortadas en la noche se alejaban, y la oscuridad los tragaba. Estaba claro que alguien que vestía a las tales maneras no tenía intención de darse a conocer, sino de perpetrar cualesquier maldad o misión sin ser vistos. Según la ruta que tomaron, iban directos a la caravana.

Fue entonces cuando, a los pocos minutos, viste a alguien que venía detrás de tí, apareciendo en plena noche: eran tus compañeros: Roderic, Zubaida, Alejandro y el soldado. Traían a un bandido atado de manos. No tardaron en llegar hacia tu posición.

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15/12/2022, 21:11
Director

Quedásteis pues reunidos de nuevo.

Abel seguía teniendo sus heridas, igual que Zubaida, y el grupo de luchadores traía consigo a uno de los bandidos, atados de manos. Las estrellas se veían arriba, en el firmamento, pero no la caravana.

Notas de juego

Post de transición, ahora que os habéis reunidos. Es de noche, y no véis la distancia hacia las ruinas a las que se ha dirigido la carreta (ni tampoco ésta), por la negrura de la noche.

No añadáis a Ilariñe ni Fray Bernat, aún.