Partida Rol por web

La caravana

La caravana - Escena de Juego

Cargando editor
15/12/2022, 21:16
Carretero

He aquí nos para vigilar, no vos preocupe... -dijo un carretero a Ilariñe, preocupada*-.

Entrásteis pues al edificio interior, que no era sino una torre con los restos de unas cuadras adosadas, todo a intramuros. De la torre venían las voces por las que estaba fray Bernat interesado (y tal vez era elmejor lugar para curar heridas). A un lado había unas escaleras derruidas y cubiertas de cascotes y escombros, por lo queno se podía subir más arriba. Sin duda el lugar había tenido tiempo mejores.

Una vez dentro, el vocerío entre los dos súbditos de Dionisio continuaban. Uno se encaraba con el otro.

Notas de juego

Aclaro: Estábais todo el tiempo del tema del rastrillo dentro de las ruinas, en el patio de la fortaleza, no en el camino (que es la sensación que me ha dado, Helevort, al leer tu último post). Después "os he hecho entrar" en la fortaleza, animado por el post de Bernat sobre marchar hasta las voces.

Cargando editor
15/12/2022, 21:18
Jorge de Lucena

¿¡Crees que no lo sé!? ¡Ocultáis algo! -gritaba el de Lucena, estando casi frente a frente con el contable, y mientras Dionisio tumbado en los escombros interiores (pues no había mobiliario), sobre el suelo, doliéndose por la flecha clavada en su cuerpo-. ¡Es más! ¡Sabíais que nos asaltarían! ¡Vos quisísteis venir por el atajo, malnacido!

Notas de juego

Estáis ya dentro.

Cargando editor
15/12/2022, 21:20
Fernando Jimeno

¡Es la última vez que tratáis de enfrentarme con Dionisio! -respondió el otro-. ¡Callad vuestra lengua viperina y sacadle ya al jefe esa flecha! Acto seguido, ambos os miraron, nada más entrar.

Mientras ambos discutían, y Dionisio medio deliraba (aunque su vida no pendía de peligro), sino que permanecía como ausente, ambos vísteis a una sombra correr detrás de vosotros, pasando por delante del acceso del torreón por donde acabábais de entrar. Es decir, parecía como que alguien huía por allí, hacia fuera, a toda prisa.

Notas de juego

Seguid posteando solo para vosotros dos.

Cargando editor
15/12/2022, 22:38
Fray Bernat de Ciclone

Me acerqué a los dos para tratar de apaciguar el ambiente, aunque lo veía difícil.

-"Haya paz hermanos, no es momento de reñir en estos momentos tan tensos." Les dije a ambos con voz conciliadora.

Estaba claro que los dos se llevaban fatal y en el momento en que su jefe no estaba en condiciones de lidiar con ellos, estos habían desatado toda su furia el uno contra el otro. Me preocupaba lo que decía uno de ellos sobre que el otro los había llevado a una trampa... No quería ser funesto, pero lo del puente, el robo de la comida y ahora esto...

-"Necesitamos que nos miren las heridas y nos saquen las flechas, por favor, si no terminaremos desangrados..." Le supliqué al matasanos.

Una figura, o mejor dicho, una sombra pasó corriendo por la entrada. ¿De quién se trataba? ¿Habían llegado los bandidos hasta aquí? Sin pensarlo dos veces, y sin esperar respuesta de ambos personajes, eché a correr detrás del espía que huía del lugar.

Cargando editor
16/12/2022, 10:30
Abel

Salí de entre unos arbustos quitandome las hojas que me cubrían al reconocer a Roderic y Zubala que venían con el bandido atrapado.

Mierda! Esto empeora cada vez más!! Auch!!Auch!! Auch!! Mientras hablaba me quejaba de mis heridas. He visto varios hombres armados con arco que iban en dirección a las carretas. Iban encapuchados. Estamos bien en problemas. Yo no puedo luchar más! 

Me acerqué al bandido y le pregunté: Sabes si aun habia mas gente de la tuya por la zona? Que buscais realmente?

Cargando editor
16/12/2022, 16:29
Zubaida

Las palabras del alguacil arrancaron una carcajada irónica a Zubaida. En los caminos las leyes no servían, pero no sería ella quien pusiera a discutir sobre eso. Si Alejandro o Dionisio querían darle muerte a aquel pobre diablo, que lo hicieran. La bandida limpió con la manga su cuchillo para envainarlo. Después, observó las heridas. Había estado cerca de caer en combate y eso le molestaba, tanto físicamente como para su orgullo. Pero ya tendría momento para vengarse. Ahora, lo primero era volver a la caravana para sanarse.

¿Que no está? — preguntó sorprendida, sabiendo que sus heridas tendrían que esperar —. ¿No hay ningún rastro que podamos seguir? Con esta noche tan oscura será difícil...

Cargando editor
16/12/2022, 21:17
Roderic Cumén

Lo dicho antes por Gracés y la actitud de Zubaida le habían arrancado una actitud indiferente. Ni enfado ni adquiescencia. Se notaba que estaba curtido en esas lides, y no le espantaba estar con gente baja.

Tras dar con Abel, y en medio de la oscuridad, hizo sonar aquella voz que parecía venir de todas partes y de ninguna:

—Supongo si acampan que encenderán un fuego. Aunque no se pueda ver quizá se huela el humo... O bien escucharemos los gritos y el ruido de la pelea, porque esos arqueros... De lo contrario, y sin ver nada, yo me quedaría bien quedo aquí, en espera de que asome alguna luminaria, la luna, el sol o el mismo Belzebú.

Cargando editor
17/12/2022, 10:59
Alejandro Garcés

Hay una fortaleza en ruinas, alguacil -respondió Alejandro-. Allí marchó la caravana, es más, estamos en tal dirección. Mirad el suelo... -le dijo ahora a Zubaida, señalando con el dedo-. Allí se veían, pese a lo oscuro de la noche, marcas de carretas sobre el terreno, recientes, señal de que habían pasado por allí.

No entra en mis planes dejar solo a Dionisio, y más con eso... ¿arqueros? -preguntó, al escuchar las nuevas noticias de Abel-. Fue decir esa palabra, y de repente ver una llama cercana, salida de la nada, a cierta lejanía. La luz venía en la misma dirección en la que marchábais, en la que Alejandro decía.

Ahí tenéis vuestra luminaria, alguacil -añadió el mercenario-. ¡Soldado! Que no escape ese bandido, llevadlo a la fortaleza -ordenó entonces al lancero que cuidaba del malhechor-. Entonces Alejandro echó a correr, desenvainando la espada, en dirección a la lejana luz.

¡Vamos! ¡Están en peligro! -alcanzó a decir girando el cuello hacia atrás mientras corría en solitario-. 

Notas de juego

Para aclarar: la idea es que, tras ver una fogata más adelante, Alejandro va hacia ella corriendo (entendiendo que las carretas están peligro o tal vez alguna esté ardiendo, y más tras saber la información de Abel); le pide a su soldado que lleve al bandido más tranquilamente, y que no lo pierda de vista. Alejandro también os invita a daros prisa y acudir con él. Os toca.

Cargando editor
17/12/2022, 18:45
Roderic Cumén

Se iba a partir un tobillo corriendo así, en la oscuridad. E iba a delatar su posición. Menudo imbécil, pensó.

Roderic avanzó mucho más cuidadosamente, procurando pillar a aquellos arqueros por la espalda si podía, tras localizarlos usando su oído y su sentido común.

Notas de juego

Roderic avanza despacio, escuchando y, antes de llegar a donde estén, procurando detectar a los enemigos. Si los detecta, me comentas, jefe, por si la posición tiene algo que aprovechar. Depende de dónde anden intentará tomarles la espalda.

Cargando editor
17/12/2022, 21:09
Abel

Yo no puedo correr apenas. Las heridas me molestan que tocar una hortiga. Veo lo que es una antorcha. Seguro que la han encedido los asaltantes. Apenas pude esconderme de ellos. Iré lo mas rapido que pueda para... 

En mi mente pude ver un calavera vestida con una capucha y guadaña en mano. Sí, la muerte la veía cerca.

Andaba lo más rapido que podía. Intentaba seguir el ritmo de Alejandro, pero mis movimientos eran algo torpes. La ventaja era que la noche nos favorecía el movernos.

Alguacil, intentemos apoyarle, pero a nuestro ritmo. Heridos como estamos, solo seremos carne de espada. Dije en un tono flojo.

Cargando editor
18/12/2022, 00:33
Roderic Cumén

El tío no paraba de parlotear. Un blanco fácil. Procuró estar más bien lejos cuando algún arquero le escuchara y tirara a ver si le daba en la oscuridad. No dijo nada, pero se alejó todo lo que pudo, sin perder su objetivo.

Cargando editor
18/12/2022, 08:32
Ilariñe Saavedra

La estudiosa hizo caso omiso de la discusión entre hombres, si querían gastar energía discutiendo, ella no le iba a llevar la contraria. La verdad, Ilariñe era muy ingenua y no hizo caso de las palabras de Lucena. Pero si se acercó al fraile para ver sus heridas, y ver si podía hacer algo.

Lo primero que hizo fue buscar algo de madera y con su alambique comenzó a hervir un poco de agua para limpiar las heridas.

Cargando editor
18/12/2022, 11:37
Director

En medio de aquella discusión, Ilariñe se entretuvo en recoger algo de madera seca que había por allí, tablillas entre los cascajos y escombros, y alguna que otra rama, para hacer una pequeña fogata. Mientras tanto, Fray Bernat, quien había puesto un poco de paz (pues los dos tipos habían dejado de pelearse y se habían calmado en cierta medida), echó a correr hacia el patio exterior, al parecer fruto de algo percibido. El fraile salió de la vista de Ilariñe, quien no tuvo problemas en encender la hoguera y comenzar a calentar agua...

Cargando editor
18/12/2022, 11:37
Director

Pasados unos segundos, comenzaste a oler a humo.

Pero no era aquella hoguera que habías encendido. Era como... si viniera de fuera, del patio. El de Lucena se acercó a Dionisio, tratando de ver cómo podía extraerle la flecha de la mejor manera; mientras, Fernando, rebuscaba inquieto en su zurrón, como buscando algo, como si algo hubiese perdido (Dionisio estaba tumbado, con los ojos cerrados, aguantando el dolor...).

El olor de fuera, a quemado, era cada vez más fuerte. 

Cargando editor
18/12/2022, 11:39
Director

Una vez fuera, viste lo que ocurría.

No veías a la figura que había salido corriendo, pero sí que viste algo que te llamó la atención: los cinco conductores de carreta estaban muertos, en el suelo, flecheados; y tres de las carretas estaban comenzando a arder, así como a levantar cierto humo... También ardía el acceso de la puerta y una de sus torres anexas. El fuego se había originado muy rápido, demasiado, en el transcurso ínfimo de vuestra estancia dentro del edificio de la fortaleza. 

Además, tales llamas, por lo que apreciaste, se habían producido por flechas incendiarias, pues había varias de ellas clavadas tanto en carretas como en la propia estructura de la fortaleza. Los animales estaban a un lado del patio, quietos y desatados de las riendas de tira habituales.

No tardaste en observar cómo varias figuras, encapuchadas todas ellas, comenzaban a aparecer por las murallas del fortín, que no eran altas. Eran un total de cinco. Llevaban a su espalda, en dicha escalada, arcos colgados, y parecían muy ágiles (desde luego no eran el resto de vuestros compañeros). Seguramente habrían sido ellos los causantes del incendio, disparando parabólicas y encendidas flechas desde fuera. De momento, eras el único testigo vivo de lo que veías.

Notas de juego

El patio, carretas y parte de las ruinas están... en llamas. En pocos instantes los tipos saltarán el murete de las ruinas.

Cargando editor
18/12/2022, 21:41
Fray Bernat de Ciclone

Viendo aquello, salí corriendo para avisar a los demás, dada la premura con la que tendríamos que salir de aquí. Di media vuelta y eché a correr de nuevo hacia la torre.

Cargando editor
18/12/2022, 21:42
Fray Bernat de Ciclone

Al llegar de nuevo junto a Ilariñe y los demás, me agaché, poniendo los brazos en las rodillas, mientras jadeaba de la carrera.

-"¡Están entrando! Han matado a los de afuera a flechazos e incendiado las carretas con flechas incendiarias. ¡Todo arde! Somos los únicos con vida. Ahora mismo están saltando los muros, así que debemos de huir por alguna poterna o puerta trasera que haya en este sitio. ¿Saben por dónde podemos escapar?" Les dije bastante asustado.

Estaba claro que si nos quedábamos nos matarían, como al resto. Y si huíamos, probablemente nos perseguirían y nos darían caza, pero tendríamos una oportunidad... menos para Dionisio, que en su estado, mucho me temía que moriría aquí.

Cargando editor
19/12/2022, 11:27
Zubaida

Zubadia no pensaba quedarse atrás así que comenzó la carrera iniciada por Alejandro y seguida por los demás. No estaba en las mejores condiciones, pero era eso no quedarse sola a oscuras y heridas. No era el mejor plan.

Tenemos que volver con los demás, ¡vamos! — exclamó la mujer después de hacer un gesto de dolor.

Otro combate sería letal para ella. Aún así, iba con su cuchillo desenvainado.

Cargando editor
19/12/2022, 22:39
Director

Marchásteis pues detrás de Alejandro, quien corría hacia la luz a media distancia. El aguacil Roderic se alejó un poco de sus compañeros, tal vez dando cierto rodeo en su camino, mientras que Abel marchaba lento debido a las heridas. Algo más rápida era Zubaida, quien a pesar de sufrir también por el anterior ataque, no quiso quedarse atrás. El soldado y el preso marchaban al mismo ritmo que Abel, prácticamente. En cierto momento, dejásteis de ver a Roderic, quien se internó en las sombras casi de manera paralela a vuestra marcha.

Notas de juego

Separamos destinatarios.

Cargando editor
19/12/2022, 22:44
Director

Llegásteis unos minutos después al castillo. Más que castillo, aquella fortificación no eran sino unas ruinas, compuestas y formadas por una torre y una pequeña muralla con dos torres de vigilancia adosadas al único portón existente (el cual tenía un rastrillo levantado). El portón estaba entorpecido por una carreta, como para tapar el caso. Aquel lugar parecía abandonado tiempo atrás, pero ahora sabíais que vuestros compañeros estaban ahí: gritos y carretas incendiadas bañaban la escena.

La luz no era sino por el conjunto de carretas incendiadas en el interior del fortín, las cuales descansaban en el patio central, pero aque ahora eran pasto de llamas, provocadas, según vísteis al llegar, por flechas incendiarias. Al asomaros a través del portón (y teniendo delante la carreta que tapaba la entrada) pudísteis ver que había cinco encapuchados saltando la muralla, pues no era muy alta. Alejandro había conseguido llegar al portón, elevarse por la carreta que tapaba inutilmente el acceso y acceder al patio. En ese momento comenzó a encarar a algunos encapuchados, siempre con su espada...

Por último, vísteis que había algunos cuerpos en el interior, en el patio, junto a las carretas. Eran los varios carreteros. Y ni rastro de Ilariñe, Fray Bernat, Dionisio, Jorge de Lucena o Fernando Jimeno, el contable. De estar por allí, no debían sino estar dentro del edificio principal de las ruinas, en la torre más alta y ruinosa (tal vez refugiados).

Notas de juego

No marquéis ni a Fray Bernat, ni a Ilariñe, ni a Roderic (que entendéis que con el rodeo no ha llegado aún a las ruinas). Los encapuchados asaltantes aún no os han visto, asi que tenéis unos segundos para tratar de pensar, actuar, etc. Veis, desde vuestra posición en el siguiente esquema, cómo lucha Alejandro con uno de los enemigos.

La situación es ésta. Os dejo un esquema: