Partida Rol por web

La Casa de las Rarezas

Capítulo 1 - Un nuevo comienzo

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12/08/2019, 18:29
Director

El dolor retuerce tu cuerpo, tu vientre y tu mente. Es algo cruel, sádico, horrible, y mucho, mucho más profundo que ningún dolor que hayas sentido jamás. Apenas distingues a entender al resto, ni a verles, solo oyes voces, gente, ruidos  y risas. Ves el rostro de Viero riéndose, y por un momento ínfimo, le odias como no has odiado a nadie. Notas la mano de Fantina apretando la tuya, dándote apoyo, pero eres incapaz de agradecer nada con nada que no sean gritos.

Y sientes a Gavilano acercarse y susurrar un suave cántico. Algo que no entiendes.

Durante un instante todo sigue igual, pero pronto todo cambia. El dolor se deshace y se va, y abres los ojos, gritando, sí, pero sumida en un éxtasis como el que jamás has sentido antes. Jamás. Nunca, ningún amante, te ha hecho sentir así. El placer inunda tu cuerpo por todos tus poros, por nervios que no sabías ni sabrás que tenías. Tu vientre se sacude como si hubiera sido sacudido por cada una de sus terminaciones, por cada punto erógeno, tocado por cien lenguas al mismo tiempo, masajeando y saboreando tu piel y tu vulva.

Pero no solo te inunda el placer carnal. Sientes que saboreas la mejor de las comidas, que hueles el perfume más dulce y cautivador que has oído jamás, que pasas tus dedos y tu piel por el tacto sublime del cachemir más suave que hayas tocado jamás, que ves a un dios esculpido en carne sonriendo hacia ti. Sientes el placer de ser inteligente, de ser hermosa, de ser rápida y fuerte, de ser superior a los demás, el placer de sumergir tus dedos en un pequeño saco de lentejas, el de contemplar un amanecer de colores iridiscentes. Y más aún, disfrutas del placer de defecar con la fuerza de un huracán, de orinar al viento en medio del mar tormentoso.

Sientes todo lo que has sentido antes en apenas unos diez segundos. Pierdes el control de todo lo que tú eres, te sumerges en babas, heces, orina, y una potente eyaculación, todas ellas manchando tus ropas justo antes de que lances un triste y fantasioso suspiro y quedes inconsciente, azotada por espejismos de ese placer salvaje incluso en las tierras del Sueño, más allá de los espejos.

Notas de juego

Estás inconsciente por ahora, pero cualquiera puede despertarte. Se lo indicaré a ellos, cuando uno de ellos te despierte, te marcará en su post. Hasta entonces... ¡No puedes postear! :P.

Te has salvado de una potencial muerte sorpresa inicial :).

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12/08/2019, 18:30
Director

Todos observáis como Gavilano, guiado por un impulso, se acerca a Inara y le susurra algo al oído. Nadie entiende ni oye lo que le dice, pero entonces, la mujer abre los ojos. Y grita. Su grito suena algo distinto, salvaje, descontrolado, feliz, absurdo. Dura un momento, mientras su cuerpo parece azotado en espasmos en todas las direcciones.

Entonces, la mujer lanza un suspiro, al tiempo que oís que un pedo descomunal y larguísimo. Sus ropas se manchan de orina y… Algo más, mientras babea sobre su camisa, y… Se queda inconsciente, todavía sufriendo algún espasmo que otro, pero tranquila y calmada. A salvo.

En ese momento, cuando Arden se dirige en busca del resto, Eikon, Yria y Corlas llegan corriendo a la planta superior, observando la escena con desconcierto. No es para menos.

Notas de juego

Podéis intentar despertar a Inara. Parece que lo grave ha pasado, y tampoco es que necesite descanso (y así la jugadora no está out) pero lo dejo a vuestra decisión. Si alguno la despierta activamente, que lo narre y la marque. Mientras tanto, NO marquéis a Inara. Ta KO.

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12/08/2019, 18:31
Director

Corres por las escaleras, listo para enfrentarte a la amenaza que os aceche en el interior de la mansión... En medio de tu subida, ves que el gigante pelirrojo, Corlas, te alcanza, e Yria, que estaba contigo y te sigue.

Pero lo que ves es algo distinto. Derrumbada delante de las puertas de la habitación del comandante Caedus, ves a Inara en el suelo, inconsciente. Parece… Haberse meado y cagado encima. A su lado, Gavilano está acuclillado, contemplándola en el suelo, junto a Fantina, que sujeta a la muchacha intentando inútilmente calmar su dolor.

De pie, Peara y Arden contemplan a un gato, detenido en el marco de las puertas. La habitación del comandante está ahora abierta, y lo que parece es que ninguno de ellos anticipó que el comandante de las Rarezas haya puesto... contingencias para ocuparse de los ladrones. 

Pese a lo que acaba de ocurrir, Viero sin embargo está yendo hacia la habitación del comandante riéndose a carcajadas y con una sonrisa de emoción en el rostro.

Notas de juego

No marques a Inara. Está KO.

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12/08/2019, 18:31
Director

Incapaz de preocuparte por la mujer que estaba a punto de morirse delante de ti, avanzas hacia la habitación del comandante. La que solo abrirla ha supuesto todo este problema.

Lo que observas desde el umbral es un gran despacho. Hay una enorme mesa en el centro de la sala, con dos sillas enfrente y una tras ella. Las paredes están completamente cubiertas de estanterías y libros, por doquier, pero también hay una mesa de café y varios sillones en uno de los lados de la sala.

La habitación conduce a una puerta cerrada al fondo, que parece dar a otra habitación interior, quizás el dormitorio y la sala personal del comandante. Aparte de eso, el único detalle llamativo que ves es la ventana de la habitación: está abierta, y da paso al alfeizar. Quizás la dejase así el comandante, si no tenía pensado irse en aquella noche, o quizás la abriese alguien para entrar desde fuera. Lo que explica eso es que el gato haya podido entrar por allí, en vez de permanecer dos semanas, casi tres, encerrado.

Te dispones a entrar a dentro cuando una voz te detiene.

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12/08/2019, 18:31
Fantina

Tras la extraña escena de Inara y el cambio en su dolor, Arden y el gato, Viero, que ha decidido ignorarles por completo y caminar entre carcajadas y con una sonrisa hacia la sala del comandante, observa desde el umbral de la puerta la habitación, cuando Fantina dice algo.

- Viero – dice Fantina, mirando al tipo con seriedad y confianza. Su pudor ha desaparecido un tanto ante la tensión de lo que acaba de ocurrir-. Creo… Creo que no deberías entrar sin más. Antes deberían intervenir los arcanos con la habitación, quitar las trampas o detectarlas… No creo que correr hacia un sitio tan protegido sea una gran idea… Ya has visto lo que le pasó a Inara…

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12/08/2019, 18:32
Yria

En ese momento, el gigante Corlas, que lleva una libreta en la mano cerrada, susurra algo en un idioma que no comprendéis. La pelirroja que viaja a su lado asiente y le responde en el mismo idioma o alguno parecido. El gigante asiente y vuelve a hablar en ese idioma, y la muchacha de aspecto desagradable se vuelve hacia vosotros.

- Cor diz que su pa tenia’lgo gual que’so… Su guardián, llamolo – explica -. Un arcano, creo yo. Que ponía trampas pa to los que no eran … Eludiz diz. Non. Eudez. Eludez. ¡Non se ques eso, Cor!

El gigante enarca una ceja, y se encoge de hombros, frustrado por tener que explicarse a través de una traductora tan ineficaz.

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12/08/2019, 18:32
Yria

Mientras el resto no entienden a la muchacha hablar con Corlas, tú te das cuenta de que aunque él habla en una lengua que no entiendes, ella le está hablando en ventur, y aunque parece que él no lo habla, como mínimo lo entiende. Quizás incluso pueda chapurrear algo.

- ¿Qué decir Cor? –pregunta ella primero, asintiendo cuando él le dice algo. Notas que en ese idioma es aún más burda al hablar, pues no sabe conjugar nada -. Vale, yo decir.

El gigante vuelve a decir algo, pero en todo lo que dice en su idioma (que estás convencida que es domine) añade una palabra claramente en ventur, que ella repite.

- No saber “eludez”…  Yo decir.

“Eludez” en ventur significa “excluir” o “excluidos”.

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12/08/2019, 18:33
Director

Tras esperar unos minutos en la sensación de rabia y humillación, abandonas el café. Nadie de ese lugar parece molestarse en seguirte. Vuelves de vuelta hacia la mansión de las Rarezas.

La plaza sigue igual de desierta que antes. Incluso más. Vacía. Avanzas hacia las puertas principales y cuando entras en el interior de la sala, notas cierto revuelo.

Hay alguien corriendo a toda prisa por las escaleras, con pasos muy fuertes y pesados, hacia las plantas superiores. En el salón solo ves a Vairan que parece un poco ausente, pero no hay nadie más allí.

Notas de juego

No marques a Vairan (la jugadora está out por ahora). Si quieres ir hacia el jaleo, avísame y te marco rápido :).

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12/08/2019, 18:33
Director

Mientras sigues investigando la sala, decides ignorar los gritos por el momento, en busca de alguna otra conclusión. Eikon e Yria abandonan la sala a la carrera, y dudas que hacer en esos momentos.

Notas de juego

Post rapidito pa indicarte que se ha ido Eikon. Como no posteaste no avanza mucho la cosa :P.

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12/08/2019, 18:34
Director

Corlas abandona a la carrera la sala ante el grito que habéis oído, pero te hace un gesto de que te quedes ahí. No sabes muy bien porqué, quizás para vigilar que nadie inoportuno entre en la casa sin vigilancia.

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12/08/2019, 18:34
Edirian

Cuando sales a fuera a ver qué hace Edirian, te encuentras al muchacho volviendo hacia la cerrajería con aire inquieto. Al verte, levanta la vista y esboza una sonrisa.

- Ah, gracias mi señora, solo me había parecido reconocer a una vieja amiga, eso es todo – comenta, encogiéndose de hombros. – Vamos a por las llaves.

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12/08/2019, 18:35
Director

No parece que nadie os haya seguido durante el camino hacia la cerrajería. Cuando Esla sale fuera a buscar a Edirian, recuerdas lo que viste momentos antes. Cuando Edirian se ha vuelto hacia la calle, ha pasado una muchacha de pelo cobrizo por delante de la tienda. No te parece que ella os viese, más bien que estaba de compras, porque llevaba un cesto cargado de frutas y solo ha pasado de largo, sin mirar hacia el interior.

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12/08/2019, 18:37
Edirian

Esla sale un segundo en busca de Edirian, y vuelve acompañada de este, que antes de nada, señala hacia el cerrajero.

- ¡Haga tres copias, por favor! – comenta -. Para ahora. Yo pagaré una de ellas. Creo que es lo justo.

El muchacho parece algo distraído, con expresión un tanto inquieta, pero lo disimula con una sencilla sonrisa y centrándose en la razón que os ha llevado a ese lugar.

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12/08/2019, 18:38
Director

El cerrajero se encoge de hombros y asiente. Os mira un segundo, suspira, y coge el juego de llaves y va para la trastienda.

Contra todo lo que esperabais, la hora de espera parece más una cifra para no pillarse los dedos. En menos de cinco minutos, el anodino caballero con pocas ganas de trabajar os devuelve cuatro juegos de llaves. Uno, más viejo, visiblemente el original. Los otros tres, impolutos, copias idénticas del juego original.

- Aquí están. Ciento cincuenta coronas – comenta el hombro, con muy poco interés en regatear.

Os tiende las llaves, parece que habéis terminado vuestro trabajo. Donde os dirijáis ahora es cosa vuestra.

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12/08/2019, 18:38
Gato

- Miau - responde el gato a Arden, y avanza dejando el umbral de la puerta, frotándose con la pierna de la noble, y lamiéndose la pata derecha.

La verdad es que el gato no parece muy interesado en nada que no sea ser un gato.

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12/08/2019, 19:35
Viero

Viero voltea a ver a Fantina con furia, que una pequeña le diera indicaciones le parecía ofensivo.

- Deja que los que saben hagan lo que saben hacer.

Estaba a punto de abrir la puerta y entrar, pero volvió a ver a Fantina y luego a Inara... sería muy problemático terminar así también. Entonces decidió no hacerlo.

Con un semblante serio miró a los demás.

- Bien, me tomaré esto con calma. - observó a Inara - Ella es el problema mas urgente ahora. Iré a buscar ayuda... y un traductor para el gigante.

Viero tomó su fusil y se disponía a buscar a la letrada de la casa. Pero antes se acercó a Peara.

- ¿Sabes lo que quiere decir el grandulón? Pareces una mujer de libros.

Se fijó en Inara nuevamente y se sorprendió al ver que ya no agonizaba, estando en los brazos de Gavilano, supuso que el hombre era más de lo que parecía.

- Interesante - musitó.

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12/08/2019, 20:04
Cael di Venture

Observó por la ventana sin demasiado interés a la chica por la que Edirian parecía nervioso. No le sonaba su rostro más allá de formar parte del gran decorado que era la ciudad, imaginándose que se trataba de algún lío de faldas del cual el jovencito todavía no se había recuperado. Cuando comprobó que no iba a sacar más de esa escena y que era algo privado, aparentemente, entre ellos se alejó de la ventana para tenderle la llave original al cerrajero.

- Por ahora serán d…- Entonces entraron ambos a la tienda, modificando la petición al instante.- Tres copias. Gracias.- No sabía qué harían el resto pero él buscó una esquina, apartado de la puerta a poder ser para no estorbar a las posibles visitas, para apoyar la espalda contra la pared mientras estaba pendiente todo el rato a la espalda del cerrajero. Parecía que estaba especialmente atento a cualquier juego de manos en el que dieran otra llave, preocupado por el cambiazo.

A esperar.

Miró el reloj una única vez para calcular el tiempo que tendría, haciéndose un planinng y esperando que le diera tiempo a todo… Por suerte para él parecía que el cerrajero había infravalorado en demasía sus habilidades, puesto que cuando quiso darse cuenta volvió con las copias.

- ¿Ya? – Miró el reloj. Ni diez minutos habían pasado. Perfecto, me dará tiempo a todo.- Qué rapidez.- Sacó su cartera cuando pidió el coste de las llaves, sacando él su parte, 50 coronas, y dejándolo sobre la mesa. Espero a que el resto hiciera lo mismo, pagando cada uno su copia.- Muchas gracias caballero.- Cael cogió la llave original, el juego más viejo, para metérselo en el bolsillo junto a su cartera.- Si me disculpan debo marchar de inmediato. Mis hermanos no son precisamente pacientes.- Sonrió mientras abría la puerta para dejar pasar a ambos por educación.- Edirian, por favor acompañe a la señorita de vuelta. No me gustaría que os pasara nada en el trayecto.- Colocó una mano en el hombro del muchacho, apretando levemente.- Confío en ti.

Si podía y nada se lo impedía, marcharía rumbo a su casa para no perder el tiempo.

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12/08/2019, 20:31
Peara de Valdebrian

 Peara se quedó perpleja ante el accionar de Gavilano, rozando lo inapropiado con la cercanía que estaba teniendo con la sufrida Inara. Sin embargo, la académica se percató de que aquel hombre tenía algo entre manos cuando pudo ver lo que parecían susurros en sus labios hacia los oídos de la pirata agonizante. Antes de poder preguntarle que estaba haciendo, lo que sea que Gavilano hubiese empezado terminó con el calvario de Inara, que finalmente pudo descansar. Aunque no en el mejor estado, dado la orina involuntaria... y los gases con sorpresa.

 Acercándose a la sufrida y a su salvador (que con suerte se pudo librar de cualquier mancha, aunque parecía poco probable), Peara tocó el hombre de la pirata, zarandeándola ligeramente para hacer que se despierte. Mientras tanto, respondió la pregunta del despreocupado Viero. 

- El... señor... esta hablando en Domine, si no me equivoco. Pido disculpas... no es una lengua que domine... a pesar de ser una lengua tan bella. Ojala algún día domine el Domine...

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12/08/2019, 23:17
Gavilano

Cuando los gritos de dolor de Inara cambiaron para convertirse otro sonido Gavilano, cuyo rostro estaba oculto entre el pelo moreno de la mujer, se mantuvo inmóvil, terminando de sujetarla en sus últimos espasmos hasta que poco a poco se sumió en la inconsciencia.

Sólo cuando Peara se acercó para zarandear a la inconsciente morena Gavilano, que se había mantenido aún unos segundos inmóvil abrazando a la mujer morena se movió, agarrando la mano de la Lectora de Éter por la muñeca para impedir que siguiera agitándola.

-Para, Peara, por favor. No la despiertes aún. –Dijo con tranquilidad, mientras se incorporaba si dejar de abrazar a Inara, levantándola en volandas sin que pareciera importarle el hecho de que su camisa estuviera llena de babas y sus pantalones comenzando a gotear en el suelo de piedra. Entre sus brazos, la mujer morena aún se estremecía ligeramente de tanto en cuando, pero parecían más los efectos de algún sueño realmente agradable que los efectos de la trampa.

-Todo el dolor que sufría podría haberle provocado daños graves, o la muerte. Si no, no hubiera hecho esto. –Añadió, con una fugaz mirada a Fantina pero dirigiéndose a todos los presentes al ver que su actuación se había convertido en un involuntario centro de atención. –Ya os dije que algo sé de medicina. Hay formas de dejar inconsciente a alguien muy rápido, aunque tienen… bueno, eso, algunas desventajas obvias. Por eso le pedí perdón antes de hacerlo, aunque dudo que me escuchara.

Su mirada se desvió hacia el rostro de la mujer que sostenía entre sus brazos. Así, durmiendo plácidamente y con los labios brillantes de saliva, parecía mucho más frágil que cuando había subido dispuesta a abrir las puertas más protegidas de toda la Casa de las Rarezas. Pero lo había conseguido.

-Pero me desvío del tema. Inara parece una mujer orgullosa. –Continuó hablando, acercándose a las cuatro mujeres que seguían conscientes en el rellano. –No creo que le gustara pasar por la vergüenza de despertar así, sintiéndose observada y con sus ropas empapadas. Y me atrevería a decir, incluso, que agradecería que la persona que la despierte sea una mujer en lugar de un hombre. Tal vez… si alguna de vosotras la llevara a una habitación inferior para que pudiera cambiarse y lavarse… sería más fácil para ella. Tengo algo de ropa en mi bolsa. Es de hombre, pero no creo que le importe mucho.

Con un ademán gentil, inclinó la cabeza hacia un lado, invitando a cualquiera de ellas a encargarse de la ahora durmiente Inara. Mientras lo hacía, ver al gato rozándose contra la pierna de Arden arrancó una sonrisa al joven y la preocupación se esfumó de sus ojos para ser reemplazada por cierta alegría.

-Arden, le gustas. No sabía que se te daban bien los animales. –Anunció animadamente mientras miraba con curiosidad a los ojos de la noble de cabellos claros. Y luego, en un tono diferente, añadió sin más explicaciones que un guiño de ojo cómplice. –Has hecho bien. No sientas vergüenza alguna. –Y luego, mirando al gato, añadió. -Déjate cuidar, Sombra.

-Inara sólo necesita descansar un poco y cambiarse de ropa. –Anunció al ver que Vieiro se disponía a buscar ayuda. –Creo que ahora el problema más grave es saber si podemos entrar en esas habitaciones sin que alguna otra trampa arcana se active. Yria, ¿puedes intentar que Corlas te explique qué significa eludez? Tal vez si usa otras palabras lo entiendas mejor.

Suspiró. Hubiera palmeado el hombro de la guerrera, pero aún estaba bastante ocupado sosteniendo a Inara. Y entonces recordó la pregunta que había formulado en la sala de espejos y que había quedado sin respuesta.

-Y bueno, ahora que estamos todos más tranquilos… -Añadió, mirando a todos los que habían llegado tras el grito de Inara. La profunda mirada de sus ojos azules pasó por Vieiro, Arden, Eikon, Yria y Corlas. –Tal vez podamos poner en común qué es lo que hemos encontrado hasta ahora.

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13/08/2019, 01:37
Esla d'Iridar

Igual que Cael, pagó las 50 coronas, y cogió las copias de las llaves. Torció el gesto cuando Cael se guardó el juego original, y se interpuso en su camino antes de que se marchase. Sabía que al volver iba a tener que explicar por qué no tenían copias para todos, y posiblemente por qué había dejado una copia en manos del Venture en lugar de volver con todas. Al menos quería ahorrarse tener que explicar por qué no tenía el juego original que Finnaes les había entregado. 

-¿No preferiría llevarse uno de los juegos nuevos? - Esla le tendió una de las copias, casi obligandole a cogerla - Estoy segura de que nuestros compañeros se sentirán más cómodos si vuelvo con el juego original a la casa. No sugiero que haya alguna diferencia, ni que no confíe en usted - en realidad no confiaba en él - pero yo misma me sentiré más tranquila llevando de vuelta el juego original - extendió la mano esperando que Cael le entregase las llaves.