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La Compañía Negra 2: La Puerta de Galdan.

La Compañía Negra: Campamento Principal.

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27/09/2015, 18:52
[RIP] Manta.

Manta había aprendido a disfrutar de las actividades repetitivas. Las primeras ocasiones eran tediosas, era necesario mantener la concentración durante todo el proceso, atenta a cada movimiento. Con el paso de los días, el conocimiento que poseía la mente se derramaba, filtrándose a músculos y huesos, y brazos, manos y dedos empezaban a moverse por sí solos, como transformados en entidades ajenas al cuerpo. Lo que fue gravoso, se volvía tan natural como la respiración. Y la mente era libre para reposar, vacía de todo contenido, o para alzarse en vuelo como un pájaro inmaterial y tocar otras tierras con los emplumados extremos de sus alas.

Se preguntaba si ocurriría así con las tumbas. No había excavado todavía tantos agujeros funerarios, arrastrado más que un puñado de cuerpos exánimes hacia su lugar de reposo, ni acumulado tantas rocas, pero si sobrevivía a nuevas batallas y escaramuzas, quizás alcanzaría ese momento de distancia perfecta. No era muy diferente, reconocía, que cavar letrinas, una tarea para la que todo aspirante se convertía en un maestro antes de ser aceptado como recluta. No era muy diferente y, sin embargo, era muy diferente. Una diferencia que discernía, pero no era capaz de definir, entre la necesidad y el respeto.

A la tarea de aquel día, gracias a los dioses que hubieran puesto la sombra sobre su testa, era una a la que pocas pegas podía encontrarle. No en vano, la había elegido voluntariamente. Una panoplia de lanzas de diferentes tamaños, jabalinas y escudos reposaba en un par de barriles que había tomado prestados de la herrería. Pertenecían a sus compañeros de escuadra, los campamenteros, varios de ellos heridos u ocupados como sanadores. Tomaba una del barril de su izquierda, la manipulaba durante unos minutos y la colocaba en el de su derecha. Entre sus piernas, un tarro de aceite de corteza de acacia, un cubo lleno de arena y un botecito de cera.

Sujetaba sobre sus rodillas una lanza. No había llegado a ser usada en batalla, por lo que no era necesario afilarla. La había frotado con arena y, tras retirar los granos, la trataba con aceite para protegerla del óxido. Después, aplicaría una fina capa de cera que sellara las grietas de la madera.

Mientras sus manos se movían con precisión mecánica, Manta pensaba en la reciente batalla. Era difícil apartarla de su mente. Escurridiza como una culebra de los marjales, se resistía a todos sus intentos de atraparla, y se colaba incluso en sus sueños. Y cada vez, sin falta, le clavaba dientes afilados como agujas.

La distracción del arquero fue bienvenida, aunque efímera. De más interés fue la llegada de aquel oscuro enorme, Campaña, de los hostigadores. Sus manos siguieron moviéndose mientras levantaba la mirada hacia el hombre cuyos párpados inferiores se plegaban sobre sí mismos. Había que tener valor para enfrentarse al hombretón en un combate de entrenamiento. Con armas afiladas, todos los hombres eran vulnerables. Con armas embotadas, la fuerza del oscuro era aún más temible.

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27/09/2015, 21:23
Campaña.

Campaña estaba a punto de montar en cólera, no sólo no había habido diversión sino que encima Meruvio no iba a entrenar con él. Campaña no quería ir a beber, Campaña quería acción y la quería ya.

Por suerte para todos, Peregrino parecía haber captado la idea y estaba dispuesto a entrenar con él. Era una buena noticia que hizo que Campaña se olvidase por completo de todo lo ocurrido (o lo no ocurrido, según se mire). El gigante sonrió bajo su casco y chasqueo los dedos de sonoramente.

- Campaña está listo - dijo con entusiasmo.- ¡A luchar!

Notas de juego

Perfecto, vamos a la escena de entrenamientos.

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28/09/2015, 20:24
[RIP] Peregrino.

Mis pasos son lentos y parsimoniosos cuando tomo posición a unos treinta metros de Campaña. Es una gran distancia para que compitan dos luchadores cuerpo a cuerpo, pero es lo reglamentario en los combates de entrenamiento en La Compañía pues entregan la oportunidad a quienes se benefician más de los ataques a distancia y la movilidad.

Un viento matutino sopla cuando el combate inicia y doy rápidos pasos hacia mi objetivo con mi arma en las manos, cuando este carga contra mí usando su casco. Mis ojos no se despegan de ninguno de sus movimientos mientras mi respiración marca el ritmo de los movimientos que mis músculos realizan. Casi en cámara lenta se producen las contracciones en mis piernas que me permiten salir del camino del gigante antes de recibir su brutal embestida.

El polvo se levanta con violencia cuando giro sobre mis talones para impactar con un golpe horizontal a la altura de su pecho, pero este rebota inofensivamente dejando el tintineo del metal flotando en el aire. Un segundo golpe le da en la pierna, pero no parece hacerle prácticamente nada.

Su golpe no se deja esperar y me da de lleno, quitándome un poco el aire, pero no lo suficiente como para derribarme. El gigante es un gran oponente, mucho más de lo que había pensado al verle como un niño enorme. Lanzo un corte ascendente por la derecha y descendente por la izquierda que impactan en los brazos respectivamente, pero no parece ni siquiera alterarle el pulso.

Sonrío por mis ataques cuando un puño me impacta en todo el rostro, causando que mis ojos se humedezcan y la nariz comience a sangrarme. He subestimado al guerrero y estoy pagando por ello. Recuerdo que Campaña es famoso por no ser capaz de sentir dolor, lo que en muchos casos es más un don que una incapacidad. Este es uno de ellos.

Lanzo un corte horizontal mientras aún no veo, pero siento como rebota contra el metal. Lanzo uno más en sentido contrario y siento como golpea la carne, pero no soy capaz de ver bien con las lágrimas en mis ojos que se niegan a desaparecer. Veo un movimiento entre la bruma difusa que mis ojos captan y logro moverme antes de que un enorme puño me arrolle.

Lanzo dos golpes más para alejar a mi oponente mientras me recupero y las dos veces suena el metal sólido. Eso me dice la posición de mi oponente, pero como Campaña es inmune al dolor, no sirven como disuasivos a que se aleje. Aspiro con fuerza y abro completamente los ojos para ver bien. En ese momento otro puño me impacta con suficiente fuerza para voltearme.

Pero conozco un movimiento para eso. Utilizando la fuerza que me gira, flecto suavemente mis piernas y termino el giro para golpear con mi arma en la cabeza de Campaña, un poderoso golpe en su sien capaz de abatir a cualquiera. Doblo mi cintura mientras sujeto mi katana de entrenamiento con ambas manos para golpear la otra sien del gigante, a la que impacto también con fuerza para derribar una puerta.

Bajo mi arma sabiendo que nadie resistiría aquello, pero mi instinto me previene y consigo esquivar un gancho a gran velocidad. Mis ojos se abren de la sorpresa de saber que el guerrero sigue en pie después de haber recibido un daño capaz de acabar cualquier enfrentamiento. Me sorprendo de sobremanera y sonrío de orgullo. Me encanta luchar con enemigos dignos y Campaña demuestra en este momento ser el mejor de todos los anteriores.

Decidido a no perder, lanzo un golpe a su muslo que nada de daño causa, pero que me sirve para conectar un golpe ascendente que noquea al gigante, que cae de espaldas como si de una enorme torre se tratase. El ruido que hace al tocar el suelo es un estruendo imposible para un hombre, seguido por un silencio total en el lugar. Solo mi agitada respiración interrumpe la sorpresiva calma y ausencia de sonidos que ha sido impuesta con tal combate. 

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29/09/2015, 10:51
Campaña.

Campaña se lanzó a la carga contra Peregrino, corriendo a toda velocidad y tratando de embestir como un rinoceronte enfurecido. Era, sin duda alguna, su maniobra favorita y seguramente también la más letal, o si no que se lo digan a aquel niño de la aldea de los Tres Castores. Sin embargo, Peregrino distaba mucho de ser un niño inexperto, y sus reflejos fueron lo suficientemente rápidos como para evitar la embestida.

Comenzó entonces el verdadero combate. Para el espectador quedaba claro que los dos contricantes utilizaban tácticas muy diferentes. Por un lado, Peregrino, veloz y ágil, conseguía esquivar la mayor parte de los golpes de Campaña y aprovechar los huecos en la defensa para lanzar ráfagas de letales golpes con su arma de madera. En el otro extremo estaba Campaña, cuyo estilo de combate era probablemente el más distinto al de Pregrino que se podía encontrar. Campaña confiaba toda su defensa a la protección de su armadura y su escudo, mientras centraba todos sus esfuerzos en atacar con golpes demoledores.

Peregrino conseguía golpear con frecuencia, pero su fuerza no era suficiente como para detener el avance de Campaña, que apenas sentía un cosquilleo cuando la madera golpeaba su cuerpo. Gracias a ello Campaña lograba asestar duros golpes a Peregrino. Al final, la velocidad de Peregrino se impuso, a pesar de que comenzaba a preguntarse cuantos golpes más podría aguantar el gigante oscuro.

Con un último y astuto golpe que aprovechaba la inercia de Campaña, Peregrino consiguió al fin tumbar al gigante y alzarse con la victoria. Por su parte, Campaña no fue muy consciente de que se desplomaba en el suelo. En un instante estaba intentando golpear a Peregrino y al siguiente el suelo se acercaba peligrosamente hacia su cara.

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30/09/2015, 19:30
[RIP] Peregrino.

El combate termina y con ello un muy buen entrenamiento. Guardo mi katana de entrenamiento en mi espalda y limpio mi boca, que está llena de sangre de mi nariz. Después de un par de segundos de levantar mi rostro y presionar mi nariz con los dedos, el sangrado se detiene.

Me acerco a Campaña para ayudarle pero, aparte de que pesa mucho, me duelen mis costillas y otras zonas donde me golpeó. Aun así, soy un tipo con mucha fuerza y tomo al gigante a duras penas para llevarlo a un lugar más cómodo para que descanse. Lo deposito y lo dejo ahí para dormir mientras vuelvo a entrenar en solitario.

Miro de reojo a Uro y a los otros presentes. Podría entrenar con uno de ellos aunque por todo el daño recibido de parte de Campaña, sería poco menos que una masacre. De todas formas, nunca le he tenido miedo al dolor ni a la humillación así que no rechazaría una invitación como esa incluso ahora.

Saco nuevamente mi katana de entrenamiento y comienzo a realizar mis ejercicios primarios para practicar mi movilidad y mis ataques.

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01/10/2015, 01:54
Lombriz.

Los días se suceden entre tareas rutinarias y pequeños ratos ociosos. Podría ayudar con los heridos, pero Lombriz es un guerrero, no un curandero o una mujer. Acarrea agua si se lo piden sus hermanos o hermanas en la tienda de los heridos y nada más. Un día se asomó al interior porque Astado andaba muy ocupado y parecía que necesitaba ayuda. Astado es una especie de amigo para Lombriz, un hermano que le ayuda y que sabe cosas, cosas importantes. No hablaban, pero Lombriz sabe que es su amigo. Allí también estaba Khalesa, esa bruja. El hedor le produjo nauseas, pero sobre todo le sobrevinieron imágenes de Michou atravesado por dos lanzas. No ha vuelto a entrar en la tienda.

La mayor parte del tiempo libre que tiene la pasa junto a la tienda de Grog, pero se le acabó el dinero para beber, así que se queda fuera mirando como otros entran a beber esperando a que alguien le invite a un trago. Él también había matado enemigos en la la batalla, había demostrado ser un gran guerrero, pero nadie se fija en Lombriz, nadie le quiere. Es como cuando seguía a la Compañía por la sabana mendigando algo de comida. A veces piensa que le están poniendo a prueba. Por eso nadie le acompaño durante su juramento, para que se ganase la capa solo, por méritos propios y no por ser amigo o familiar de otros hermanos. Y por eso nadie le invita a beber un trago, Lombriz puede ser muy amigable, y una vez empiezas con el grog se pueden hacer grandes amistades, todo el mundo lo sabe.
 
Los entrenamientos son lo que más le gusta a Lombriz. El sudor y el cansancio le recuerdan quien es y por que existe. La Compañía Negra es su vida, no había antes ni habrá después. Se endurece para el próximo combate. Practica lanzando lanzas contra una diana siempre que tiene un hueco. Esta mañana aparecen Ikharus y Meruvio y compiten por cinco platas, hachas contra flechas. Lombriz puede ganar a los dos, pero no tiene dinero para apostar. Allí están también Campaña, Caracabra, Peregrino, Uro y algún otro, pero no se fijan en él, nadie le habla nunca excepto para pedirle que haga algo. Tras la apuesta, que gana Meruvio, Campaña le pide que entrenen de esa forma que solo puede pedir Campaña. Meruvio le ofrece invitarle a un trago, solo que Campaña quiere combatir. Antes de que ocurra algo grave -hasta Lombriz puede anticipar eso tratándose de Campaña- Peregrino se ofrece a entrenar con Campaña.

Lombriz se acerca a ver el combate y se fascina al ver los movimientos de Peregrino contra un enemigo tan superior. Durante el combate se pierde en un mundo de pensamientos sobre la batalla de fuente Chuda, la Compañía Negra avanzando por la sabana y por el río, sacrificios humanos en una gran sala de piedra, una jaula y una mujer violada y golpeada, la voz del Sargento Gulg -¡No sois nada!-, Michou atravesado por dos lanzas y él mismo, Lombriz, alzándose con una lanza ensangrentada en medio de  una montaña de los cadáveres de sus enemigos y con una capa negra.

-Lombriz, ve a ayudar a Manta con las fosas- interrumpe una voz. Iba a retar a Peregrino, pero es ya por la tarde, ha pasado mucho rato desde que terminara el combate y ya no queda nadie allí. De hecho necesita beber agua urgentenemente. Se levanta del suelo donde estaba sentado, se sacude un poco el polvo y se encamina hacia donde Manta excava incansable las tiendas para los hermanos caídos, seguro que tiene algo de agua.

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03/10/2015, 01:31
[RIP] Manta.

Manta sacudió la cabeza, incrédulo ante la victoria de Peregrino. El hermano extranjero era un formidable guerrero, pero derribar a la mole insensible de campaña requería más que habilidad. El arquero lo había entendido, un simple error contra Campaña y podía darse por muerto. Aun así, era el hombretón oscuro quien había dado con sus huesos en la tierra.

Toda una incógnita, ese Preregrino. Lo había visto luchar en muchas ocasiones, desde que ambos eran aspirantes, pero no le había prestado suficiente atención. En esa época, lo único que le importaba era asegurarse de no destacar en modo alguno, algo en lo que se hizo un experto, como el pobre Pulga.

Acabado el breve entrenamiento, volvió a sumergirse en sus quehaceres.

El sol había recorrido más de la mitad de su camino diario. Inconscientemente, había agachado la cabeza para proteger los ojos de su brillo. Le dolía la base del cuello cuando una figura se colocó entre él y la gran esfera, proporcionándole un instante de fresca sobra. Levantó la mirada para encontrarse con Lombriz, provisto de una pala.

Lombriz era uno de sus hermanos campamenteros. Como él, había sobrevivido a la batalla del fuerte sin ser herido. Antes de la muerte de tantos de sus compañeros de camino al fuerte, era uno de los líderes de escuadra. Ahora era un hermano más. Era difícil saber qué pensaba al respecto. Sus pupilas eran como moscas que no tenían un lugar en el que posarse. Lo había conocido antes de aquello, cuando ambos seguían al campamento. Era una figura patética en aquellos tiempos, incluso a ojos de Mitair, el joven mendigo. Había recorrido un largo camino desde aquellos tiempos.

—Hoy no hay que cavar, Lombriz —dijo al hombre de la mirada perdida, señalando la pala—. Estoy cuidando de las armas de los heridos. Ayúdame. Terminaremos antes y aún tendremos unas horas de sol para entrenar.

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03/10/2015, 09:05
Lombriz.

-Claro hermano- las tareas rutinarias le resultaban sencillas a Lombriz y le gustaban. Por una parte nadie le mandaba ni le ordenaba ni le pagaba con una vara. Por otra su mente se alejaba del desierto de sus recuerdos y repetía, y repetía, y repetía. Entonces si había cielo, un cielo azul sin sol ni estrellas, uniforme sobre su cabeza, y cambiaba de color muy poco a poco. -Y luego entrenamos-

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03/10/2015, 16:27
[RIP] Manta.

Lombriz era un compañero silencioso pero eficiente. Manta se preguntaba qué pasaba por la cabeza del extraño k’hlata. Se decía que había sido esclavo del Profanador de Mentes, al que la Compañía Negra había vencido años atrás. Poco era lo que sabía sobre el Profanador, a quien los seguidores de campamento pintaban como un simple k’hlata, sino una figura casi mítica con la que asustar a los niños. Y que aterrorizaba a los adultos que habían conocido su yugo. A pesar de su curiosidad, no pensaba mencionárselo a Lombriz.

El sol seguía bien alto en el firmamento cuando el primer barrillo estuvo vacío y el segundo, lleno. Manta se puso en pie, estiró las extremidades tanto como fue capaz, haciendo crujir sus articulaciones.

—Ver a Peregrino y Campaña me ha encendido la sangre —confesó a Lombriz—. Calentemos los músculos un rato; después podemos imitarles.

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04/10/2015, 01:19
[RIP] Loor.

Durante lo que resta del mes del castor y durante todo el mes de la arena Loor no interviene demasiado en la vida normal del campamento. Simplemente se dedica a sanar, en silencio, pensativa. A sus rezos, ahora, se ha unido Belleza, cada mañana, al poco del amanecer. Al margen de eso, y de sus conversaciones con Belleza y con Odio, la guerrera habla poco aunque, cuando lo hace, su mensaje es optimista. Estaban vivos tras un duro combate, y sus enemigos no. Y tal cosa debía celebrarse. 

Es evidente que escucha con preocupación los acontecimientos entre los mandos, con el inesperado nombramiento de Rompelomos como teniente. Sin embargo no olvida su puesto en la compañía y no interviene en tales conversaciones. 

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04/10/2015, 21:06
Tarado.

Año 201

Día 21 del Mes de la Arena

Estación Verano.

Atalayas sobre las puertas del Campamento Principal

Por la Mañana


Parecía que alguien había escuchado sus peticiones, llevaba varias guardias en la última semana y estaba contento. Había mejorado su actitud y se sentía mas calmado. Cada noche, cuando no estaba de guardia, intentaba tallar una maldita flauta pero se le resistía. Había empezado a tomar mijo y otros granos de plantas silvestres para crear cebaderos en algunos puntos seleccionados, pronto pasaría a la siguiente parte de su plan de caza. Estaba algo dolorido por la herida, pero no parecía serio.

La llanura seguía silenciosa, hacía unos días había venido un mensajero enviado por Portaestandarte, nombrando de forma unilateral a Rompelomos como Teniente. Por un lado suspiró con alivio, habia oido cosas atroces sobre Portaestandarte y no le terminaba gustando. Algunos hombres murmuraban por lo bajo, diciendo que iba contra las tradiciones de la compañia nombrarlo sin un acuerdo de los oficiales. A Tarado todo eso le daba igual, el tenía otro asunto en mente, quería tener un buen nombre.

Se había acostumbrado a una rutina, por las mañanas entrenaba con sus lanzas. Luego revisaba sus cebaderos de forma metódica. Trabaja un rato tallando, preparando sus trampas e iba a la tienda de los heridos a que le cambiasen los vendajes. Su herida parecia no evolucionar últimamente, quería empezar a trabajar de forma más exigente y pronto. Ciertamente, el tener una vida simple y ordenada le resultaba extremadamente agradable. Todo tenía un cariz de rutina áctiva, ordenado y casi perfecto. A lo lejos, solo el dichoso paso de montaña, era el único nubarrón en su día soleado.

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04/10/2015, 22:18
[RIP] Pipo.

AÑO: 201.

Estacion: Primavera.

Mes: Sexto (Tercero de la Primavera). Mes del Castor.

DÍA DEL FUNERAL POR LOS CAÍDOS

Pipo estaba lo suficientemente recuperado para asistir a los funerales, aunque hubo de pedir ayuda para trasladarse al lugar de las exequias. Tras los discursos de Analista y Caratótem, tocó sus flautas en tonos agudos, largos y melancólicos. Con voz también aguda, entonó un plañido que poco a poco dejó entrever palabras en su idioma natal.

Lloran los desesperados de la Compañía

Lloran las nubes y los pájaros, lloran

las piedras y los pastos.

Lágrimas de sangre por la herida lloran.

En planicies cubiertas de piedras relucientes

guardadas por los muertos irredentos, lloran

escritos metálicos que las piedras cubren

recordando a los hermanos de la Compañía.

Desahuciados: recordad a los desahuciados.

Viejos y pétreos soldados, que la piedra os cubra.

Florecerá de vuestro abono un árbol ignorado

todavía, pero fertilizar todavía es necesario.

¿Qué fruto nos dará? No lo sabemos.

Pues es necesario que la hoja no sepa qué flor está nutriendo.

Ni qué fruto de la flor alumbrará el mañana.

Como pasaba a Pipo a veces, no parecía el tipo sencillo de todos los días el que había recitado esto: parecía otro. Era en momentos traumáticos cuando los diversos fragmentos en los que se había roto su mente tomaban el control dejando atrás a su personalidad dominante. Tras lamentarse, poco a poco, volvió a ser el de siempre y se hizo llevar de nuevo a la tienda de los heridos.

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05/10/2015, 11:45
Pelagatos.

AÑO: 201.

Estación: Primavera-Verano

Mes(es): Mes del Castor-Mes de la Arena.

Los días pasaban. Las semanas pasaban. Dedicaba mi tiempo a recuperarme, a limpiarme las heridas y a visitar la tienda de heridos. No iba cada día, pero preguntaba de manera regular a Khadesa sobre el estado de Matagatos, Lengua Negra y Lagrimita. A veces incluso ayudaba a mi prima con esos tres heridos, pero con ningun otro. Tenía mis motivos con ellos, tenía mis deudas, pero no con el resto. Al resto lo tendrían que cuidar esas mujeres K'Hlatas que ayudaban a Ojopocho. Sin embargo procuraba no hacerlo tampoco demasiado a menudo. No quería que nadie diese por sentado que iba a hacer eso siempre, o que me lo echasen en cara si no iba. El altruista desinteresado de la familia era Matagatos, no yo. Además, el olor de la tienda, las conversaciones de los K'Hlatas, los gemidos... No me gustaban. Nada.

Mis visitas a la tienda de heridos disminuyeron cuando mis heridas sanaron, y cuando ellos fueron recuperándose. Quería entrenar, necesitaba entrenar si quería mantenerme en forma. Hasta que Matagatos estuviese recuperado pasarían meses y Ponzoña tampoco estaba al cien por cien, así que debía estar listo si me llamaban para ayudar. (Si recordaban mi nombramiento por parte de Matagatos, claro estaba, como su nuevo consejero). También quería estar listo por si se me encomendaba alguna misión. Pretendía no fallar.

Durante varias semanas me vi obligado a no llevar mi armadura. No era la armadura más pesada de La Compañía ni por asomo, pero el calor que estaba azotando la región era insoportable con ella puesta. Me sentía vulnerable sin ella, pero sabía que llevarla puesta sólo causaría cansancio y deshidratación.

También volví a buscar a los rufianes de Usurero. Había una oferta para entrenar a mi caballo que, si seguía en pie, podría pagar tras el reparto del botín de la última batalla. Orgullo sería un verdadero compañero de combate si lo entrenaba para ser un buen caballo de guerra.

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05/10/2015, 19:49
[RIP] Niño Guerrero, Pelotón de Exploradores.

AÑO: 201.

Estación: Primavera.

Mes: Sexto (Tercero de la Primavera). Mes del Castor.

Día: 26.

No lo había presenciado, pero si que había escuchado los rumores y por esos rumores que circulaban por el campamento había sentido algo en su interior, algo se había activado. Si quería cambiar la consideración que todos tenían de él, debía empezar a tomar diferentes determinaciones y a imponerse de manera correcta. Por eso esa mañana había decidido llevar a cabo una acción y pensaba cumplirla siendo consciente de sus consecuencias. Estuvo dubitativo durante una gran parte del tiempo, sin embargo finalmente se decidió.

Como de costumbre Niño Guerrero llevaba a su espalda su arco y su carcaj repleto de flechas, siempre iba con ellas encima por si fuera necesario emplearlas o por si sufrieran un ataque inesperado. Aquel día no era diferente, caminó a paso tranquilo por el campamento. Pese a estar decidido, no fue de forma directa a su objetivo, caminó dando círculos por el campamento como un perrillo inquieto. Finalmente armado de valor apretó los puños y se encaminó a cumplir con su tarea. No tardó en localizar a su objetivo. Cuando lo tuvo a golpe de vista tuvo un instante de duda, sin embargo negó al aire y continuó andando. Cuando finalmente estuvo frente a él, cerca, casi cara a cara el joven explorador alzó la voz y dijo.

- Meruvio, Niño Guerrero ha oído que dicen que eres un buen arquero, pero Niño Guerrero te ha visto disparar y cree que él es mejor arquero que tú. - Tras soltar aquellas palabras respiró despacio, ya que había hablado de forma rápida y casi atropellada, dada la importancia que la situación tenía para él.

Tras aquel primer impulso y para reafirmarse en sus palabras dijo - Mucho mejor. - y asintió, para dar mayor énfasis.

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05/10/2015, 23:46
[RIP] Compañía: Arqueros: Meruvio.

- "¿Tú?, ¡un mocoso que no ha blandido un arma en su vida! ¡No tengo por qué demostrar nada!.

Pero no seré yo quien te niegue una oportunidad de medirte con el mejor. Venga, haz tu mejor tiro, muchacho." -

El arquero escupe a un lado y se adelanta un paso mientras sujeta su arco con firmeza. Señala como ya hiciera hace unos días una de las dianas. 

- "Odiaría que me acusen de robar a un crío... así que te lo pondré fácil. Si haces tres tiros mejor que yo te pagaré cinco platas. Si los hago yo mejor me pagarás dos. ¿Te parece justo?" -

En pocos días el arquero Meruvio ha pasado a amenizar ya en dos ocasiones el campamento con sus retos. Aunque esta vez él no ha sido el responsable del espectáculo.

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05/10/2015, 23:57
La Compañía Negra.

Notas de juego

NIÑO GUERRERO:

Desafío del arquero:

Si aceptas continuar con tu desafío debes hacer tres tiradas de ataque con tu arco.

La dificultad es 15. Influye por cuánto las falles o pases.

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06/10/2015, 08:15
Mago Serpiente.

AÑO: 201.

Estación: Verano.

Mes: Octavo. Mes de la Cebra.

Día: de la reunión de los mandos.

NOCHE.

Las heridas poco a poco sanaban y con ello por fin podía pasar más tiempo lejos de aquella tienda en la que gritos y quejidos conformaban el día a día. Que la gente gritara tanto y no tuviera la decencia de morirse para que la gravedad de las heridas se correspondiera con la de las voces que pegaban era algo frustrante y tremendamente cansado para los oídos. Así que en cuanto tuve un momento no dudé en buscar algo de tranquilidad allí donde el silencio reinaba, donde nadie hablaba.

- Porque nadie les pregunta...- sonreí.

Fue dirigiéndome a allí cuando me percaté de la reunión que iba a tener lugar. Como un buitre aguardé con paciencia a que  muriera y tan pronto la tienda comenzó a vomitar gente me acerqué en busca de Lengua Negra.

- ¿Ha sido agradable la reunión, Lengua Negra? Sé que las disfrutas con fruición. Dime- esbocé amplia sonrisa.-, ¿nadie se ha rascado más de la cuenta? Porque aquí fuera sí ha habido gente rascándose la cabeza. Varios que se preguntaban por qué no se rascaban con el resto. La curiosidad les picaba mucho, tanto que no paraban de conjeturar sobre la causa de su picazón. Y dentro... Oh, dentro... Si, dentro es donde más se deben haber rascado preguntándose cómo fuera podía haber algo que picara tanto y desde tan lejos.

Solté una aguda carcajada.

- Y a ti, primo, ¿te pica algo?

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06/10/2015, 11:15
[RIP] Ojopocho.

AÑO: 201.

Estación: Primavera.

Mes: Sexto (Tercero de la Primavera). Mes del Castor.

Día: 26.

Al escuchar el reto lanzado por Niño Guerrero a Meruvio sonrío mientras me acerco a ambos con mi arco a la espalda.

- ¿Puedo sumarme a ese desafío? - pregunto llegando junto al orondo arquero. Así la bolsa será más grande para el vencedor.

Visto junto a Meruvio realmente dejaba claro que el aspecto físico de Ojopocho no era precisamente uno de sus fuertes.

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06/10/2015, 14:20
[RIP] Compañía: Arqueros: Meruvio.

AÑO: 201.

Estación: Primavera.

Mes: Sexto (Tercero de la Primavera). Mes del Castor.

Día: 26.

Observa atentamente al recién llegado y su escuchimizado aspecto. Le mira bien de arriba a abajo y finalmente asiente.
- "Sea. Le daré 5 platas a aquel de vosotros que me gane. Pero si gano yo, ambos me daréis dos platas cada uno." -
Dice con contundencia.

Notas de juego

Podéis participar ambos en el desafío (salvo que Niño Guerrero no quiera o se retire).
Ojopocho: Lo mismo que para Niño Guerrero. Tres tiradas de ataque con arco a dificultad 15.

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06/10/2015, 16:40
Tarado.

AÑO: 201.

Estación: Verano.

Mes: Octavo (Primero del Verano). Mes de la Cebra.

Día: 2.

Lugar: Junto a la puerta principal

CERCA DEL ANOCHECER


Llevaba tiempo trabajando en los cebaderos, hacía tiempo que veía como las perdices empezaban a acudir de forma constante al grano salvaje amontonado. Durante semanas, cuando no estaba de guardia o entrenando, se dedicó a peparar un trampa sencilla de caza. Su abuelo se la enseñó cuando era un crío. Consistía en usar una rama flexible, atandole un cesto de mimbre o junco trenzado, con piedras para que al soltarse golpeasen con firmeza a la presa. No recordaba bien como colocar las piedras, pero no le parecía algo complicado.

Por el rabillo del ojo, vió como la gente se movía por la plaza del campamento. Vió a la pitonisa llamada Khadesa. Empezó a tensar la cuerda... ¿El abuelo decía que el cazo fuese grande o que fuese grande la vara? Creo que era la vara lo que debía ser largo, además de muy flexible... La vara, firmemente fijada al suelo empezaba a protestar, con leves quejidos y una gran tensión. Cuando estaba finalmente tensa, procedió a cortar el extremo sobrante con su cuchillo. Intentaba cortar el rabito del cordel cuando un molesto zumbido distrajo su atención, movió su mano para apartar a la molesta avispa cuando sucedió el desastre.

La mano del cuchillo se cimbreó peligrosamente, segando la cuerda. La vara, peligrosamente flexible, se irguió para recuperar la verticalidad con asombrosa velocidad. La trampa había actuado como una pequeña catapulta lanzando las piedras por los aires como pequeños meteoritos. Cuando pudo girarse, vió a camara lenta como las piedras impactaban contra  Khadesa.

Tarado tuvo un ínfimo impulso de salir corriendo y esconderse, bajo tierra de ser posible. Desistió de intentar huir y corrió hacía la mujer para intentar disculparse y enmendar su error de la mejor manera posible. Mentalmente maldecía a su abuelo cuando un leve recuerdo, que escuchó en su cabeza con la voz de su anciano familiar, le vino a su atribulada cabeza... Y recuerda, nunca uses una vara muy larga o sino actuara como un lanzador y puedes acabar hiriendo a alguien... deseó haberlo recordado antes.