Partida Rol por web

AÑO: 202 DE KHATOVAR.

MES: HIENA (SEGUNDO DEL INVIERNO).

DÍA: CUARTO DE MES. Poco antes del anochecer.

Todos los exploradores, encabezados por el Cabo Ridvan, salís en busca del rastro de Desastre para tratar de averiguar lo ocurrido con el infante.

Los que tengáis la Dote Rastrear podéis tirar Supervivencia DC 16 (recordad que podéis gastar 1 PA para sumar +1d6 al resultado).

El Cabo Ridvan no tarda en encontrar el rastro. Los leones no se han molestado en ocultarlo, y ambos animales han transportado a Desastre desde una zona situada a unos dos kilómetros del campamento. Es una zona un tanto apartada, idónea para cazar presas de pequeño tamaño. Probablemente Desastre estaba cazando con sus leones.

Al llegar a un determinado punto Ridvan detiene la marcha de los exploradores. Cuatro cadáveres yacen despedazados en el suelo. Parece a todas luces que Desastre sufrió una emboscada.

Tres arqueras están despedazadas en el suelo, con marcas de arañazos y mordiscos descomunales, probablemente asesinadas por los leones de Desastre. El cuarto cuerpo está vestido como uno de los Cabos del Triplete. También tiene marcas de garras y mordiscos, además de un par de heridas de lanzas bastante profundas en una pierna y en el pecho.

No parece haber supervivientes cerca. Aunque hayáis pisadas que delatan que hubo más personas.

AÑO: 202 DE KHATOVAR.

MES: HIENA (SEGUNDO DEL INVIERNO).

DÍA: CUARTO DE MES. Poco antes del anochecer.

Como Pipo no sabía rastrear, buscó un lugar apropiado para emboscarse, para así dar cobertura a sus compañeros en caso de ataque. Silencioso, se deslizó por entre dos arbustos, sin dejar el armamento a un lado.

Escudo intentó buscar alguna pista en medio de la devastación. Estaba tenso y preparado para la acción.

AÑO: 202 DE KHATOVAR.

MES: HIENA (SEGUNDO DEL INVIERNO).

DÍA: CUARTO DE MES. Poco antes del anochecer.

Pipo se intenta ocultar en lo alto de un árbol cercano. El músico y explorador se mueve como un fantasma, sin producir el más mínimo ruido; aunque su idea de ocultarse es sentarse en una de las ramas bajas del árbol con las piernas colgando. Por supuesto el resto le veis claramente.

El rastro de los supervivientes está muy frío pero Escudo parece tener un talento innato, o quizá un golpe de suerte, y encuentra un rastro claro que podríais seguir. Por lo menos hay cuatro personas... un hombre y tres mujeres, ya que las huellas de ellas tres son claramente menos profundas que las de él. Aunque las cuatro casi pasan desapercibidas.

Parece que el rastro se aleja de aquella zona y del Campamento Principal, y los fugitivos iban con mucha prisa.

AÑO: 202 DE KHATOVAR.

MES: HIENA (SEGUNDO DEL INVIERNO).

DÍA: CUARTO DE MES. Poco antes del anochecer

Al ver que Pipo se subía a un arbol para vigilar, y que Escudo había encontrado las huellas, me dediqué a buscar por los alrededores, algo que se pudiera haber caído por el suelo, oculto quizás entre la hierba o la tierra...

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MES: HIENA (SEGUNDO DEL INVIERNO).

DÍA: CUARTO DE MES. Poco antes del anochecer.

Frontera salió del campamento principal junto al resto de sus compañeros, apenas ciñéndose lo poco que lo iba acompañar en la misión. No se había enterado demasiado de lo sucedido a Desastre, pero las órdenes del cabo eran las órdenes a cumplir. Dejó que los más avezados en la compañía llevaran la batuta y se limitó a seguir la estela del pelotón, pendiente de su habría que combatir.

Mientras el grupo se dispersaba para abarcar más terreno, Frontera se quedó vigilante en uno de los flancos que pudiera quedar sin guardia. Como era habitual estaba mascando algo, pero bien parecía pendiente de afrontar cualquier peligro que se presentara y atento a las órdenes de Ridvan.

AÑO: 202 DE KHATOVAR.

MES: HIENA (SEGUNDO DEL INVIERNO).

DÍA: CUARTO DE MES. Poco antes del anochecer.

Casi había saltado de alegría, cuando le comunicaron que formaría parte del grupo que iría a por los que habían herido a Desastre. No sabía cuantos eran, ni cuales serían las condiciones, pero estaba con ganas de salir a campo abierto y resultar útil a la Compañía Negra. Tenía su arco listo por si observaba algo en el horizonte, mientras dejaba que sus compañeros de pelotón buscaran el rastro que había que seguir. Al escuchar la información del número que eran asintió tranquilo. 

- ¿Seguimos avanzando Cabo Ridvan? - Preguntó dispuesto a continuar con la tarea de exploración salvo orden contraria de su superior.

Pipo observó a sus compañeros ahí abajo con mirada felina y cautelosa, no sin regodearse un poquejo, porque pensaba que estaba completamente oculto por una rama cuando, en realidad, todos le veían.

No obstante su completo error, aprovechó estar en una posición alta para mirar en la lejanía, ya que Escudo había señalado una dirección concreta, y eso delimitaba el campo donde mirar.

Escudo señala el rastro apenas visible, ha sido un golpe de suerte que se hubiera dado cuenta del mismo.

Aún se sentía incómodo por el nuevo escudo negro, pero le iba tomando la medida.

- Cabo, usted decide. Parecen menos que nosotros, pero seguirles nos hará alejarnos del campamento y penetrar territorio enemigo. Por otro lado, cualquier información que podemos obtener será bien acogida.

Escudo ahora hablaba más raro, más fino y menos burdo...

AÑO: 202 DE KHATOVAR.

MES: HIENA (SEGUNDO DEL INVIERNO).

DÍA: CUARTO DE MES. Poco antes del anochecer.

El rastro de lo sucedido en esta zona es claro: Alguien atacó a Desastre, un grupo que lo superaba en número. Desastre y sus leones plantaron batalla y consiguieron ahuyentar a los atacantes, quienes dejaron a los cadáveres acá. Bueno, es de suponer eso o los leones no hubiesen sobrevivido.

Vemos los rastros de quienes se fueron y tenemos la posibilidad de seguir ese rastro para ver si conseguimos encontrar a los atacantes y ubicar su escondite, sobre todo si son los famosos Brenda y Kano. Es importante encontrarlos, aunque se salga de nuestras órdenes. 

"Nunca nos dijeron que no podíamos rastrear una presa."

Miro al pelotón y les hablo:

 - "Recojan cualquier arma y armadura de los cadáveres. Nos vamos de caza. Sigilosos como sombras."

Comienzo a seguir el rastro, lo más sigiloso que puedo, para encontrar a los culpables que aún viven y hacer que eso cambie lo antes posible.

Escudo observó entre los restos de la lucha. Había oído varias veces a su Cabo insistir en la importancia del ataque a distancia y con tres arqueras muertas era el momento de obtener un arco en condiciones. No lo había usado nunca, pero como todas las cosas de la vida era empezar a practicar. Quizás hasta se le podría dar bien. También buscó flechas o restos de las mismas que pudiera reparar y algo con que atarlas para llevarlas a la espalda.

Te haces con un arco y siete flechas antes de continuar. No te da tiempo a mucho más antes de que Ridvan ordene la marcha.

El rastro se dirige hacia el Sur, hacia la Fortaleza de la Puerta. El terreno parece algo más variado, con algo de vegetación, pantanos, llano árido, e incluso alguna ruina.

Por lo que dilucidáis parece que transportan heridos por lo que, aunque el rastro es frío, creéis que acabaréis dando con ellos. Y tras casi dos horas de marcha así es. En plena noche detectáis unas ruinas algo más adelante donde parecen haber acampado.

Os agacháis y escondéis entre le vegetación ante una señal de Ridvan. Y justo en ese momento una lluvia de flechas se abate sobre vosotros desde vuestra izquierda y vuestra derecha.

Tenéis enemigos al frente y en ambos flancos, ocultos en las ruinas y la vegetación y al amparo de la noche. Aunque aun no habéis divisado a ninguno.

Tú sí alcanzas a ver algo. Por lo menos hay cinco enemigos en las ruinas, y calculas que casi puede haber otros tantos a cada flanco, quizá alguno menos.

Por la posición y el número de los enemigos te es muy fácil deducir que sólo os quedan dos opciones: retiraros o luchar.

Si es lo segundo, muchos de tus hombres no vivirán para ver otro día aunque, quizá, podríais ganar.

Tú sí alcanzas a ver algo. Por lo menos hay cinco enemigos en las ruinas, y calculas que casi puede haber otros tantos a cada flanco, quizá alguno menos.

Por la posición y el número de los enemigos te es muy fácil deducir que sólo os quedan dos opciones: retiraros o luchar. Pero si lucháis deberéis asumir bajas entre los vuestros.