Partida Rol por web

FASE V: ASALTO 8/10:

- Durante la Batalla de Galdan, en este asalto, Matador, de la Escuadra Barril de la Infantería, da alcance a los Hostigadores, pasando del Mapa 3 al 9.

Fase 05. Asalto 08

Uro tiraba y empujaba de la enorme escala, abultados sus enormes músculos hasta casi reventar. Un paso y luego otro, mientras los pies se hundían en el cieno y jirones de nieblas ocultaban por momentos la visión. La Puerta de Galdan podía entreverse de vez en cuando entre las temblorosas nubes bajas; una silueta imponente y gigantesca que aguardaba indolente la llegada de los atacantes, con la misma falta de pasión que un león tendría ante el ataque de una mariposa.

Una tenue brisa abrió por un momento los grises velos que empañaban la visión: uno de los pelotones de Dolorosos apareció ante los Hostigadores, resistiendo a duras penas el asalto de una maraña de cuerpos macilentos y desencajados. Quizás ya fuera tarde para ellos, arrinconados y acorralados entre los muertos caminantes, pero la Compañía Negra no dejaría caer a ninguno de sus soldados sin pelear.

—¡Dolorosos al sur! —berreó el Ungido, esperando con ansia la orden de atacar.

Asalto 09

Matagatos no esperaba que los enemigos estuviesen tan cerca. Apenas tenían tiempo de reacción, y él debía dar órdenes para que lucharan lo más organizados posible. Así que optó por adoptar una postura defensiva, mientras alzaba la voz.

-¡Línea, los más frágiles detrás! ¡Quiero que todo el mundo avance pegado a otro para que cubramos nuestros flancos, nadie en solitario!

Fase 05. Asalto 09

Cuando llegaron las órdenes de Matagatos, la voz del cabo de los Hostigadores llegó amortiguada por la niebla. Uro no necesitó más. Con paso rápido se dirigió a la vanguardia, chapoteando en el cieno con la velocidad de una liebre a la carrera. Una liebre particularmente musculada y sedienta de sangre.

Su frenética galopada le llevó a colocarse junto a Guepardo, el Jaguar de la lanza broncínea. El Ungido detuvo sus pasos, levantando el escudo junto a su compañero de pelotón con una sonrisa demente pintada en su negro rostro, cruel como una cuchillada e igual de afilada.

—Ser hora de matar o morir, medio hombre —rugió sin mirar al eunuco—. Que Diosa te sonría.

Asalto 9

Matador se ha adelantado a sus compañeros a echar un vistazo y ve a los hostigadores cargando un armatoste con la escala y que Serpiente va con ellos. Ve un numeroso grupo de muertos rodeando a Dolorosos que parecen haber caído todos y los muertos parecen permanecer inmóviles.

Creyendo que todo se debe a la presencia de Serpiente, grita a sus compañeros instándoles a avanzar ante lo que cree un lugar mas tranquilo...pero pronto se da cuenta del error. Mejor prepararse para combatir que volver a gritar, enseguida se darán cuenta y mejor al menos estar agrupados con los hostigadores y tal vez darles alguna informacion útil sobre el combate.

Asalto 10 de 10

Guepardo esperó la carga de los muertos. Cuatro de ellos se avalanzaron sobre él, pero el hostigador estaba preparado. Concentrado, observando sus cabezas lanzó una tormenta de ataques sobre ellos.

Como sandías podridas fueron reventando. Uno, otro, un tercero... ¡Y su arma se quedó atrapada en el cráneo de este! Con desesperación veía como el último se lanzaba a por él, desarmado. Entonces dos flechas hicieron estallar su cabeza.

Guepardo se giró a su izquierda y observó a la pequeña Dedos, recargando su arco. Le obsequió con un asentimiento de cabeza y una sonrisa de gratitud, mientras terminó de desatascar su arma.

Sintió a su derecha la presencia de Uro y escuchó sus palabras de ánimo. No creía ni sentía simpatía alguna hacia la Diosa del hombretón, pero el brazo fuerte de su ungido sí era de agradecer.

- Y a ti también, Uro - contestó conforme mientras fijó su vista al frente... y los escasos rayos de sol que atravesaban la niebla se cubrieron por la sombra de una mole junto a ellos.

Guepardo alzó la cabeza atónito al observar un monstruo creado a partir de la mezcla de varios a la vez. Varias manos y cabezas cadavéricas asomaban de su torso en gestos macabros, mientras sus brazos, del tamaño del torso del hostigador, amenazaban con aplastarlos a todos.

- Por los huevos del jaguar...- logró musitar inquieto. Finalmente frunció el ceño y apretó los dientes -. ¡Harás más ruido al caer, monstruo!

Asalto 03-10

Matagatos seguía ocupado en su matanza particular de caminantes, cuando escuchó las voces de varios miembros de la Compañía Negra. No es que pudiera verles, pero de todos modos debían estar cerca si era capaz de escucharles.

-¿¡Cabo Barril!? ¿¡Qué demonios hacen aquí!?

El infante fue el último en aparecer por aquella sección del campo de batalla. - Tsaro, Msoro llevad la muerte a esos desgraciados. Que no vuelvan a levantarse. - gritó Desastre a su manada al tiempo que avanzaba para rodear la escala y acercarse al combate. 

FASE DE BATALLA VI: ASALTO 04 DE 10:

La magia unía más de lo que separaba, y con mucha más facilidad de lo que la gente imaginaba. Ah, claro, pero es que esto se debía a que la gente en general tenía muy poca imaginación. La cotidianeidad de sus monótonas vidas, el tedio de la estabilidad y su limitada capacidad a la hora de alterar ese ente inmutable al que llamaban "realidad", hacía que todo aquello que pudieran soñar fuera igual de aburrido y "real". Una imaginación llana e insípida que llevaba al panadero a imaginarse a la atractiva mujer del molinero mientras cumplían sus deberes maritales con su no tan atractiva mujer. Por suerte estábamos aquellos para los que lo posible e imposible era igual de real, aquellos que podíamos hacer que el panadero cumpliera sus deberes maritales con el molinero creyendo que era su mujer.

En cualquier caso, divertido o no, la magia del Señor del Dolor era una tinta densa que había manchado a no pocos, unas manchas que unían a los manchados como si formaran parte no de una cadena - después de todo la cadena implica linealidad-, sino de una cota de malla, o mejor aún: la piel repleta de escamas de un reptil. Fuera como fuera esa unión me había proporcionado algunos conocimientos que resultaban de bastante utilidad sobre ciertas escamas. Unos conocimientos que sin abrir la boca no perdí demasiado tiempo en comunicar a quien consideré oportuno.

FASE DE BATALLA VI: ASALTO 04 DE 10:

Como en un susurro mi voz llegó a los oídos de Matagatos antecedida por una carcajada. ¿Por qué la carcajada? Para que no hubiera duda alguna sobre a quién pertenecía la voz, pero también por diversión, por supuesto. Una pena no poder verle la cara cuando la escuchara tan próxima a su oído pero sin ser cercana.

- La magia aún nos une y gracias a ello he accedido a la mente del responsable de todo esto, al que se ha adueñado del hechizo del Señor del Dolor. En la muerte envidia y odia a todo vivo, pero los verdaderos enemigos no desaparecen tan fácilmente una vez se muere, sobre todo si tu muerte es por causa de ellos. Y es que el que tantos problemas nos está causando fue en vida un general al servicio de Cho'n Delor, un general que odia por encima de todo al Reino Pastel. Si abrimos las puertas y tomamos las murallas los muertos nos ignorarán y harán el trabajo por nosotros. Pero hay un pequeño problema: La primera oleada de cadáveres se ha estampado inútilmente contra la muralla mientras que la segunda se aproxima en estos mismos instantes. Es esta la que debemos aprovechar, no otra. No habrá mejor oportunidad, no habrá mayor distracción frente a los defensores. Debemos hacerlo. Ordena a dos de tus hombres más capaces acabar con la resistencia mientras el resto empuja y despeja el camino. Hay que moverse, y hay que hacerlo ya.

La arena avanza en el reloj y el desierto se acerca. La nada... En el día de hoy victoria y supervivencia van de la mano. Sin la una la otra es imposible, pero aun esta posibilidad será esquiva para unos pocos si es que no lo es para todos. El momento es ahora, Matagatos. AHORA. Grita para hacerme saber que lo has entendido. Ordena.- añadí en un tono que casi recordaba a una súplica.- No hay tiempo que perder, primo...

FASE DE BATALLA VI: ASALTO 04 DE 10:

No estaba nada fácil el intentar ver algo en la niebla, que si bien nos ocultaba del fuego enemigo, jugaba en nuestra contra a la hora de intentar enderezar el plan. El plan que pesara a quien pesara, se había ido a la mierda hacía rato. Matagatos se dirige a la Infantería. - ¿Cómo que no nos vé? Esto mejora por momentos... - Barril mueve su masa acorazada por el campo de batalla resollando por el esfuerzo, mientras trata de organizar lo que le ronda por la cabeza. No tenía ni tiempo ni aliento para explicárselo al chico, pero tenía que decir algo.

- De momento echaros una mano. Hay que abrir esas puertas, Matagatos, el plan se ha ido al carajo, como habrás notado... -.

El vozarrón de Barril resuena a través de su yelmo, y por su tono de voz parece que tiene mucho que decir, y no dispone de tiempo para hacerlo.

FASE DE BATALLA VI: ASALTO 04 DE 10

La madera crujía y protestaba mientras continuaban con el plan de Barril de continuar hacia el sur. La zona de los hostigadores era generosa en combates, vió retroceder a Dedos, apoyada por Matagatos, parece que todos iban haciendo su trabajo y despejarían el área en pocos segundos más.

Más al este distiguió Pelagatos e Ikarus, que parecían tener más problemas, pero estaban lejos del posible apoyo de los infantes y también distiguió a Serpiente, y maldijo para si.Ese hechicero de pacotilla ha provocado todo este desastre, no hay duda.Pero no era el momento de los reproches era el de la hermandad y arrimar el hombro.

- Hermanos hostigadores, ¿necesitáis apoyo de infantería? ¡Vamos mujerzuelas, en Galdan se están aburriendo!

FASE DE BATALLA VI: ASALTO 04 DE 10

Matador por lances de la batalla se había acercado mas al este que sus compañeros y una vez decidieron continuar en esa dirección con la escala, por ser la mas libre de cadáveres con los que pudieran tropezar, fue la avanzadilla de su escuadra para observar lo que acontecía.

Su primera impresión fue que Serpiente estaba obrando alguna magia que mantenía inactivos a los muertos de la zona y así lo comunico a sus compañeros tan pronto como pudo. Sin embargo pronto salio de su error y vio como los muertos atacaban a los Hostigadores como lo habían hecho con ellos. Así pues supuso que la inactividad de estos era por no haber vivos en las cercanías y al acercarse los Hostigadores volvieron a tener un objetivo.

Tenia los músculos cansados pues había combatido valiéndose de su furia, así que decidió que no era momento de ir a lo loco a apoyar a los hostigadores pues podía pagarlo caro e incluso estorbar a sus compañeros, ya que no había combatido mucho a su lado y no sabia tanto de sus tácticas. Espero a ver como se posicionaban tanto muertos como hermanos y así podía ayudar mejor allá donde lo necesitasen o pudiese hacer mas daño.

Poco después llego Grito y entre los dos hicieron buena limpieza por la zona este, permitiendo una entrada tranquila de su escuadra y que los Hostigadores del oeste pudiesen reposicionarse para ayudar a los del este algo mas apurados.

Ahora que habían llegado su escuadra al completo tocaba hacer un pasillo o quizás...

FASE DE BATALLA VI: ASALTO 04 DE 10

La enorme hacha partió el cráneo del caminante como si de un coco se tratara, salpicando el rostro del Ungido con una tibia mezcolanza de sangre y tejido cerebral. A diferencia del resto de no muertos que había abatido, este era el cadáver andante de un soldado doloroso. Su sangre todavía guardaba algo de calor y fluidez, cosa que agradó al Cazador de Cabezas, pero aun así no era vida lo que animaba sus miembros, sino oscura magia nacida de en Bastión del Dolor de Cho'n Delor. Estas muertes no satisfacer a Diosa...

El imponente salvaje permaneció en pie, plantado como una estatua de ébano en medio de la masacre. La niebla que les rodeaba les hacía casi invisible a los ojos de los defensores de la Puerta de Galdan, pero también mantenía a la Compañía ciega ante la presencia de los muertos que les rodeaban. ¿Debían seguir avanzando? ¿O quizás atacar al no muerto que parecía comandar a la horda de cadáveres? El Ungido guardó sus preguntas para sí, puesto que las respuestas no tenían importancia para él. Su destino, marcado en su piel en forma de tatuajes sagrados, era matar por la gloria de la Diosa. Morir matando.

—Ser buen día para morir... 

FASE DE BATALLA VI: ASALTO 05 DE 10

Matagatos seguía intacto, si no se contaba el barro que le había salpicado a los ojos, y segando no vidas como si fuera una cosecha madura. Sin embargo, de repente pareció adoptar más urgencia, después de derribar a aquellos dos seres, y alzó la voz con claridad.

-¡Empezad a apartar cadáveres ya! ¡Tenemos que seguir avanzando, rápido!

FASE DE BATALLA VI: ASALTO 05 DE 10:

Barril asintió ante la determinación y órdenes de Matagatos, parece que se había producido un mudo acuerdo entre los dos Cabos.

- Grito y Matador, ayudad a los Hostigadores a despejar el camino de su Escala. El resto de Infantería escolta a nuestra escala hacia el Sur, aunque trataremos de hacer un asalto conjunto. - Tras esa última voz, la mirada de Barril busca a Matagatos, para ver si de palabra o gesto parece de acuerdo con lo dicho.